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Sentencia Ce 2021 Niega

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FACULTAD DISCRECIONAL DE RETIRO DEL SERVICIO DE OFICIALES DE

LA POLICÍA NACIONAL - Procedencia

[L]a facultad discrecional se instituye como la posibilidad que tienen las entidades
en el marco del Estado Social de Derecho para tomar sus propias decisiones
dentro de los parámetros legales, buscando siempre como fin las garantía de los
derechos esenciales de los asociados. (…) [E]el artículo 4º [del Decreto ley 1791
del 2000] señaló que el retiro de los oficiales de la Policía Nacional puede darse
en cualquier tiempo, ya sea por razones del servicio y/o por la facultad discrecional
del Gobierno Nacional; ahora bien, dicho retiro deberá contar con la
recomendación previa de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa Nacional
para la Policía Nacional, todo ello, con el fin de no menoscabar los derechos del
personal excluido del servicio. NOTA DE RELATORIA: Referente la facultad
discrecional de las entidades estatales, ver: Corte Constitucional, Sentencia SU-
053 de 12 de febrero de 2015; M.P Gloria Stella Ortiz Delgado. En relación a la
facultad discrecional en el marco de la Policía Nacional, ver: C. de E, Sentencia
del 16 de marzo del 2017; Rad. 11001-03-25-000-2011-00580-00(2228-11), M. P.
Gabriel Valbuena Hernández. Frente al mismo tema, ver: C. de E, Sentencia del
19 de enero de 2017, Rad. 050012331000199902281-02 (4117-14); M.P. César
Palomino Cortés

FUENTE FORMAL: LEY 1791 DEL 2000 - ARTÍCULO 54 / LEY 1791 DEL 2000 –
ARTÍCULO 55 / LEY 857 DE 2003 - ARTÍCULO 1 /

FALSA MOTIVACIÓN - No configuración / ACOSO LABORAL – No


acreditación / CARGA DE LA PRUEBA /RETIRO DEL SERVICO DE
MIEMBRO DE LA POLICÍA NACIONAL

[E]l demandante al solicitar la nulidad de la Resolución 1753 del 21 mayo de 2010,


mediante la cual fue retirado del servicio, invocando la causal de nulidad de falsa
motivación, implícitamente tenía la carga de demostrar que el acto administrativo
enjuiciado tiene un error de hecho o de derecho, que existe una contradicción
entre la realidad fáctica y jurídica y que efectivamente está falsamente motivado.
(…) Revisado el expediente, desde ya la Sala advierte que el demandante no
cumplió con las exigencias antes señaladas, pues no se vislumbra del estudio del
libelo demandatorio y de la valoración probatoria el presunto acoso o abuso
laboral por parte del oficial superior del señor Oscar Darío Torres Pareja; lo
anterior, encuentra su sustento en el hecho de que desde antes de que el teniente
Luis Carlos Torres Bareño abriera el folio de vida el 12 de julio de 2009, al
demandante ya le habían hecho varias anotaciones negativas, precisamente
advirtiéndole que debía cambiar las estrategias operativas en la prestación del
servicio de policía. (…) [S]i bien es cierto que el señor teniente Torres Bareño Luis
Carlos le hizo tres anotaciones negativas al actor durante el periodo comprendido
entre el 12 de julio y el 31 de diciembre de 2009, y tres anotaciones en el primer
trimestre del 2010, no es menos cierto, que la elaboración de las afectaciones no
comportan una persecución laboral; en la medida que los oficiales o comandantes
deben hacer las anotaciones correspondientes al desempeño de sus subalternos,
pues más allá del deber que le impone la Policía Nacional al oficial superior de
evaluar a los hombres a su cargo, es su obligación hacer las observaciones
objetivas en aras del mejoramiento el servicio. En gracias de discusión, no
entiende la Sala como el demandante conociendo sus derechos y deberes dentro
de la Policía Nacional, no puso en conocimiento de sus superiores el supuesto
acoso laboral que estaba padeciendo, y por el contrario, esperó ser retirado del
servicio para señalarlo como argumento para demostrar una falsa motivación en
una futura demanda, cuando lo cierto es, que teniendo los mecanismos para hacer
la denuncia nunca la hizo.(…) [L]a Sala considera que contrario a lo expuesto por
el apoderado de la parte demandante no se encuentra probado en el proceso la
existencia de un supuesto acoso laboral contra el subteniente Oscar Darío Torres
Pareja, en la medida que su superior realizó las anotaciones que precisó
convenientes para llamar la atención del policial respecto de la prestación del
servicio. NOTA DE RELATORIA: Sobre el vicio de nulidad de falsa motivación de
los actos administrativos, ver: C. de E, Sentencia del 17 de marzo de 2016, Rad.
1001032500020120031700; M.P. Gabriel Valbuena Hernández

APORTE DE PRUEBAS EN SEGUNDA INSTANCIA – Improcedencia

[R]evisada la demanda, puntualmente el acápite de pruebas se encontró que el


actor nunca allegó ni solicitó las pruebas que hoy pretende hacer valer; sin
embargo, aportó con el escrito del recurso de apelación la historia clínica de su
padre (QEPD) . En tal sentido, la Sala advierte que para que el a quo hubiere
tenido la posibilidad de valorar la prueba que pretendía advertir de la enfermedad
del padre del actor, pero esta debió ser presentada en las oportunidades que
señala la ley; ahora, como dicho acervo se incorporó al expediente con el escrito
del recurso de apelación, el apoderado debió solicitar que se abriera el periodo
probatorio en esta instancia, conforme a lo previsto en el artículo 214 del C.C.A .;
sin embargo, como no solicitó la práctica de esta prueba en ninguna de las
instancias, la misma no podrá ser tenida en cuenta.

FUENTE FORMAL: DECRETO 01 DE 1984 – ARTÍCULO 214

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN SEGUNDA

SUBSECCIÓN B

Consejero ponente: CÉSAR PALOMINO CORTÉS

Bogotá, D. C., veintiuno (21) de octubre de dos mil veintiuno (2021).

Radicación número: 76001-23-31-000-2011-00584-01(3821-18)

Actor: OSCAR DARÍO TORRES PAREJA

Demandado: MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - POLICÍA NACIONAL

Acción: Nulidad y restablecimiento del derecho – Decreto 01 de 1984

Tema: Retiro del servicio – Facultad discrecional


La Sala decide el recurso de apelación interpuesto por el apoderado de la parte
demandante contra la sentencia del 19 de noviembre de 20151 proferida por el
Tribunal Administrativo de Antioquia, que negó las pretensiones de la demanda.

I. ANTECEDENTES

1. La demanda

En ejercicio de la acción nulidad y restablecimiento del derecho, prevista en el


artículo 85 del Código Contencioso Administrativo, el señor Oscar Darío Torres
Pareja, por conducto de apoderado judicial, solicitó que se declare la nulidad de la
Resolución 1753 del 21 de mayo de 20102, proferida por el Gobierno Nacional
mediante la cual lo retiraron del servicio activo de la Policía Nacional.

Como consecuencia de la nulidad del acto enjuiciado y a título de restablecimiento


del derecho, pidió que se ordene su reintegro a un cargo y grado de superior
jerarquía. Exigió, que se condene a la demandada a reconocer y pagar todos los
salarios, primas y subsidio familiar como si no hubiere solución de continuidad desde
su retiro hasta su reintegro, teniendo en cuenta la equivalencia que llegaren a
reconocérsele a sus compañeros en el grado de teniente.

Suplicó, que se ordene a la demandada a pagar los perjuicios materiales y morales


causados por el retiro abrupto de su carrera de oficial de la Policía Nacional.

Por último, pretende que las sumas reconocidas sean debidamente ajustadas y
actualizadas de acuerdo con el índice de precios al consumidor, desde la fecha de
su retiro hasta su reincorporación conforme a lo previsto en los artículo 176 y 177 del
Código Contencioso Administrativo.

Los hechos en que se fundamentan las pretensiones son los siguientes:

El señor Oscar Darío Torres Pareja ingresó a la Escuela de Cadetes General


Santander de la Policía Nacional el 22 de enero de 2007 y salió graduado como
subteniente en la promoción 092 en el año 2009.

1
Folios 311 319
2
Folios 2 y 3
Señaló el apoderado del actor, que el demandante laboró en la Policía Metropolitana
de Cali, en la cual tuvo como comandantes a los señores subteniente Velandia
Gómez Edwin Giovanni para el año 2009, al teniente Vaca Miranda Camilo y
posteriormente a finales de 2009 y comienzos del 2010 al teniente Torres Bareño
Luis Carlos; lo anterior, sin tener anotaciones negativas.

Sostuvo, que cuando trabajó como comandante en la zona los Chorros de Cali su
desempeño era el deseado, hasta que llegó el teniente Torres Bareño Luis Carlos
quien tomó el mando desde agosto del 2009, empezando una persecución laboral
contra él. Adujo, que el oficial mencionado perdió su folio de vida el cual hasta la
fecha no ha sido entregado; señala, que la persecución se demuestra porque el
comandante al mando le hizo anotaciones negativas por llegadas tardes y por no
limpiar las botas, entre otras cosas. Explicó, que el teniente Torres Bareño también
lo indispuso con los mandos superiores creando una mala imagen del señor Torres
Pareja.
Aseguró, que la animadversión del teniente Torres Bareño Luis Carlos llegó a su
máximo nivel cuando mi mandante compró un carro y este por su incapacidad
económica para obtener un vehículo de esa calidad, empezó hacer comentarios
respecto de mi representado aduciendo que este se había torcido; por ello, le solicitó
que explicara la manera o medios con los que había logrado comprar el carro. Alegó,
que el teniente Torres Bareño en un acto de inhumanidad aprovechó que el señor
Torres Pareja había solicitado un traslado por la convalecencia de su señor padre y
le triplicó sus labores, tanto así, que le tocaba trabajar después de su turno normal
de servicio.

Afirmó, que la afectación moral del oficial y las constantes llamadas de su madre,
hicieron que bajara su rendimiento en la prestación oportuna del servicio. Insistió,
que esta disminución en la prestación del mismo fue aprovechada por el teniente
Torres Bareño para hacerle repetidas anotaciones en su hoja de vida y
desmeritándolo ante sus superiores en las reuniones; lo anterior, provocó el retiro del
servicio del actor.

Normas violadas y concepto de violación.

Como normas violadas se señalaron las siguientes:

De la Constitución Política, los articulos 25 y 83.


2. La contestación de la demanda.

El apoderado de la Policía Nacional mediante memorial del 29 de junio de 2011 3,


contestó la demanda presentada por el señor Oscar Darío Torres Pareja, en la
cual se opuso a todas y cada una de las pretensiones.

Recordó, que el Gobierno Nacional en ejercicio de las facultades constitucionales


y legales profirió la Ley 857 de 2003, la cual estableció que el retiro del personal
de oficiales y suboficiales de la Policía Nacional, es la situación por la cual este
personal, sin perder el grado, cesa la obligación de prestar sus servicio.
Consideró, que en el caso del señor Oscar Darío Torres Pareja se aplicó la
facultad discrecional conforme a la observancia de la ley, luego no abría violación
al derecho al trabajo puesto que en desarrollo de los principios constitucionales
consagrados en el artículo 25 de la Constitución Política de Colombia, se
regularon los derechos y obligaciones para lo empleados que hacen parte de la
Policía Nacional.

Agregó, que es incuestionable que la aplicación de la facultad discrecional por


parte del nominador, en este caso la Policía Nacional, lleve implícito el
mejoramiento del servicio y no es absoluta porque de serlo se caería en la
desviación de poder.

Por último, solicita que se denieguen las pretensiones de la demanda pues está
confirmado que el acto administrativo demandado fue expedido por la autoridad
competente y conforme a derecho, sin que se presente ningún tipo de
irregularidad en la conformación del mismo.

3. Sentencia de primera instancia.

El Tribunal Administrativo de Antioquia en descongestión, mediante sentencia del 19


de noviembre de 20154, negó las pretensiones de la demanda con fundamento en
los siguientes argumentos:

El a quo señaló, que el retiro del demandante en virtud de la facultad discrecional


cumple con el estándar mínimo de motivación exigido por la Corte Constitucional, es

3
Folios 243 a 247
4
Folios 311 a 319
decir, puede concluirse sin ninguna duda que el acto de retiro se expidió con el
objeto de mejorar el servicio, por cuanto los motivos aducidos en él son coherentes
con lo avizorado tanto en la hoja de vida como en las evaluaciones del demandante.

Manifestó, que la conducta de animadversión que señala el demandante y con la


que pretende se anule el acto enjuiciado por desviación de poder no se encuentra
probada en el proceso, ya que no existe evidencia de que el actor fuera objeto de
persecución laboral, por el contrario, de las evaluaciones de 2007, 2008 y 2009 se
puede concluir que el señor Torres Pareja incumplía sus deberes, generándole los
correspondientes llamados de atención que dejaron al descubierto que su
desempeño laboral no era intachable como él lo considera; lo anterior, condujo
finalmente que en el año 2010 fuera retirado del servicio por reiteración en el
incumplimiento de funciones.

Sustentó, que conforme a los argumentos expuestos resulta que no se encuentran


probados los vicios de nulidad de falsa motivación y desviación de poder invocados
por el demandante, en la medida que al no desvirtuarse la presunción de legalidad
del acto enjuiciado, es menester negar las pretensiones de la demanda.

4. El recurso de apelación.

Mediante memorial del 19 de julio de 20165, el apoderado del demandante presentó


recurso de apelación contra la sentencia del 19 de noviembre de 2015, proferida por
el Tribunal Administrativo de Antioquia en descongestión, en los siguientes términos:

Sostiene el abogado, que la falsa motivación alegada en la demanda se debe al


acoso laboral del que fue objeto el señor Oscar Darío Torres Pareja; esta situación,
que se probó en el proceso nunca fue objeto de reproche por parte de la
demandada, razón suficiente para indicar que este vicio fue aceptado como causal
ilegal del retiro. Dicho lo anterior, la accionada nunca hizo el esfuerzo por desvirtuar
la causal de nulidad señalada, pues no allegó el documento esencial para
defenderse, es decir, el acta de la junta asesora. Asegura, que el tribunal no tuvo en
cuenta que había un responsable de acoso laboral, pues se demostró ampliamente
en el transcurso del proceso que el hostigador hizo tres anotaciones sin ninguna
trascendencia en el servicio.

5
Folios 324 a 336
Manifiesta, que no entiende porque el fallador de primera instancia a pesar de que la
demandada guardó silencio sobre algunos hechos, no tachó de falsas las pruebas
aportadas y no se pronunció sobre los alegatos de conclusión propuestos,
inexplicablemente habla sobre la inexistencia de las pruebas de la grave enfermedad
del padre del actor, la ficción del tratamiento psicológico, el contenido declarativo de
los hechos y el nexo casual en todo esto.

Sustenta, que se realizó un análisis probatorio de la persecución laboral del teniente


Torres Bareño contra el actor, se demostró que las anotaciones en su hoja de vida
causaron afectaciones negativas para el ascenso del oficial, y además, fueron el
origen de su retiro. Afirma, que el tribunal pasó por alto la existencia física del acta la
cual era y es necesaria a efectos de determinar la legalidad de la expedición del acto
administrativo; esta prueba, era obligación de la entidad demandada para probar la
legalidad de su actuación único requisito que dejó vigente el Consejo de Estado para
avalar el acto de retiro. Finalmente, el abogado solicitó que se revoque la sentencia
proferida por el honorable Tribunal Administrativo de Antioquia.

5. Alegatos de conclusión

Mediante auto del 6 de mayo de 20196, se corrió traslado a las partes para que
alegaran de conclusión y al Ministerio Público para que rindiera el respectivo
concepto, conforme a lo previsto en el inciso 5º del artículo 212 del Código
Contencioso Administrativo, modificado por el artículo 67 de la Ley 1395 de 2010.
Ahora bien, a través de informe secretarial del 26 de julio de 2019 7 se indicó que la
parte demandada y el Ministerio Público guardaron silencio.

5.1. De la parte demandante.

A través de escrito del 11 de junio de 2019 8, el apoderado de la parte actora se


ratificó en todo lo expuesto en el libelo demandatorio y en el recurso de apelación.
Adicionalmente, señaló que el tribunal “(…) se limitó a decir que no se había probado
nada, sobre la enfermedad de su padre pero así mismo en la hoja No. 17, ante la
imposibilidad de obtener todo el tratamiento dado a su padre el que obra en el
expediente por haber sido allegado por el demandante ante la institución para
solicitar su traslado, la entidad al contestar la demanda, a debido remitir al fallador la
solicitud de traslado con la historia clínica del dictamen médico elaborada a su padre,
6
Folio 374
7
Folio 382
8
Folios 375 a 381
ya que esa solicitud de permiso para asistir al sepelio de su padre, y la constancia
que no se pronunciaron sobre la situación de permiso para asistir al sepelio de su
padre y lo más importante, hasta ahora no aparece la hoja de vida del actor en el
año anterior 2010 donde fundamenta la sala la motivación del retiro que éste afirmó
había sido destruida por su Comandante (…)”. (sic)

II. CONSIDERACIONES

1. Competencia

El presente asunto es competencia de esta Corporación de conformidad con lo


establecido en el inciso primero del artículo 129 del Código Contencioso
Administrativo, según el cual el Consejo de Estado conoce en segunda instancia de
las apelaciones contra las sentencias dictadas en primera instancia por los tribunales
administrativos.

2. Problema jurídico

La Sala debe estudiar en los términos del recurso de apelación interpuesto por el
apoderado del actor, si procede a revocar el fallo de primera instancia dado que el
acto administrativo que retiró discrecionalmente al señor Oscar Darío Torres Pareja
esta viciado de falsa motivación, en la medida que el demandante fue objeto de
acoso laboral por parte de su superior inmediato.
Con el fin de resolver el problema jurídico, la Sala abordará los siguientes aspectos:
2.1 De la facultad discrecional; 2.2. Del retiro del personal uniformado de la Policía
Nacional; 2.3. Del retiro por voluntad del Gobierno Nacional en el caso de oficiales
de la Policía Nacional; y 2.2 Caso concreto.

II.1. De la facultad discrecional.

Al respecto de la facultad discrecional de la entidades estatales, la Corte


Constitucional ha dicho que “(…) la potestad discrecional, en nuestro sistema
jurídico, tiene un límite fuerte en la prohibición de la arbitrariedad, que implica una
garantía para el administrado y constituye, al propio tiempo, una pauta de control que
ejercen los jueces para proteger los derechos e intereses de las personas con la
mira puesta, fundamentalmente, en la defensa de sus libertades, y someter a la
Administración al Derecho (…)”9.

Así mismo, el Consejo de Estado en sentencia del 3 de agosto de 2006, proferida


por la Sección Segunda, Subsección “B”, sostuvo que:

“(…)

el poder discrecional no es un atributo omnímodo que le permita a las autoridades actuar


soberanamente, puesto que no obstante que emana del privilegio que ostenta la
administración de hacer efectivos los principios de ejecutoriedad y ejecutividad de sus
decisiones, la autoridad debe tener presente que los poderes estatales no son un fin en sí
mismo sino un medio al servicio de la sociedad y que sus decisiones surgen de la
ordenación de unos hechos para lograr llegar a una finalidad.

(…)”

Por otra parte, la doctrina se ha manifestado con relación a la discrecionalidad


advirtiendo que “(…) no es otra cosa que una hipótesis de remisión normativa a
criterios adicionales de la administración, para efectos de complementar el cuadro
regulatorio y de condiciones para el ejercicio completo de la potestad en cada caso
concreto, de acuerdo con las circunstancias y condiciones que lo rodean y tipifican,
siempre dentro de los senderos del derecho (…)”10.
Como corolario de lo anterior, la Sala precisa que la facultad discrecional se instituye
como la posibilidad que tienen las entidades en el marco del Estado Social de
Derecho para tomar sus propias decisiones dentro de los parámetros legales,
buscando siempre como fin las garantía de los derechos esenciales de los
asociados.

En ese orden de ideas, respecto de esta facultad en el marco de la Policía Nacional


el Consejo de Estado11, sostuvo:

“(…)

En cuanto a esta objeción lo primero que se debe advertir es que tal como lo ordena el
artículo 218 de la Carta Política12, es por ministerio de la ley que se debe organizar el
cuerpo de Policía, con el fin primordial de mantener las condiciones necesarias para el
ejercicio de los derechos y las libertades públicas como también asegurar que los
habitantes del territorio nacional convivan en paz.

9
Sentencia SU-053 de 2015 del 12 de febrero de 2015; M.P Gloria Stella Ortiz Delgado.
10
Compendio de Derecho Administrativo; Jaime Orlando Santofimio Gamboa; Primera Edición; Pág. 275.
11
Sentencia del 16 de marzo del 2017; Rad. 11001-03-25-000-2011-00580-00(2228-11) CP. GABRIEL VALBUENA
HERNÁNDEZ
12
Constitución Política. Artículo 218. «La ley organizará el cuerpo de Policía. La Policía Nacional es un cuerpo armado
permanente de naturaleza civil, a cargo de la Nación, cuyo fin primordial es el mantenimiento de las condiciones necesarias
para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz. La
ley determinará su régimen de carrera, prestacional y disciplinario».
Por tanto, para hacer efectiva la referida misión constitucional que le asiste a la Policía
como garante de un orden justo, se requiere de la existencia de ciertas facultades que
deben propender por obtener un mejor servicio y que es necesario radicar en sus
máximas autoridades.

Entre esas potestades se encuentra el retiro del servicio por voluntad del Gobierno o de la
Dirección General de la Policía Nacional; que se constituye en una herramienta que
permite la renovación del personal, con el objeto principal de velar por la seguridad
ciudadana. Lo anterior, sin olvidar que la discrecionalidad del retiro del servicio, encuentra
su regla y medida en la razonabilidad, que a su vez implica el ejercicio de los atributos de
decisión dentro de límites justos y ponderados.

(…)”

II.2. Del retiro del personal uniformado de la Policía Nacional.

El artículo 54 del Decreto ley 1791 del 2000 “Por el cual se modifican las normas de
carrera del Personal de Oficiales, Nivel Ejecutivo, Suboficiales y Agentes de la
Policía Nacional”, desarrolló lo concerniente al retiro del personal uniformado de la
Policía Nacional, en se orden la norma dispuso:

“(…)

ARTÍCULO 54. RETIRO. Es la situación por la cual el personal uniformado, sin perder el
grado, cesa en la obligación de prestar servicios:

El retiro se hará del nivel ejecutivo y agentes, por resolución ministerial, facultad que podrá
delegarse en el Director General de la Policía Nacional.

(…)”

Seguidamente, el artículo 1º de la Ley 857 de 2003 “Por medio de la cual se dictan


nuevas normas para regular el retiro del personal de Oficiales y Suboficiales de la
Policía Nacional y se modifica en lo pertinente a este asunto, el Decreto – Ley 1791
de 2000 y se dictan otras disposiciones”, señaló :

“(…)

ARTÍCULO 1o. RETIRO. El retiro del personal de Oficiales y Suboficiales de la Policía


Nacional, es la situación por la cual este personal, sin perder el grado, cesa en la obligación
de prestar servicio.

El retiro de los Oficiales se efectuará a través de decreto expedido por el Gobierno Nacional.
El ejercicio de esta facultad, podrá ser delegada en el Ministro de Defensa Nacional hasta el
grado de Teniente Coronel.

El retiro de los Suboficiales se efectuará a través de resolución expedida por el Director


General de la Policía Nacional.

El retiro de los Oficiales deberá someterse al concepto previo de la junta Asesora del
Ministerio de Defensa Nacional para la Policía Nacional, excepto cuando se trate de Oficiales
Generales. La excepción opera igualmente en los demás grados, en los eventos de
destitución, incapacidad absoluta y permanente, gran invalidez, cuando no supere la escala
de medición del decreto de evaluación del desempeño y en caso de muerte.

(…)”

II.3. Del retiro por voluntad del Gobierno Nacional en el caso de oficiales de
la Policía Nacional.

El articulo 55 del Decreto ley 1791 del 2000, señaló las causales de retiro de los
oficiales y suboficiales de la Policía Nacional; sin embargo, dicha disposición fue
declarada inexequible mediante sentencia C-253 de 2003. Conforme a lo anterior, el
Gobierno Nacional expidió la Ley 857 de 2003, la cual en su artículo 2º dispuso que
además de las causales contempladas en el Decreto ley 1791 del 2000 el retiro de
oficiales y suboficiales procedería “Por voluntad del Gobierno Nacional en el caso de
los Oficiales, o del Director de General de la Policía Nacional, en el caso de los
Suboficiales”.

En ese orden de ideas, el artículo 4º ibídem señaló que el retiro de los oficiales de la
Policía Nacional puede darse en cualquier tiempo, ya sea por razones del servicio
y/o por la facultad discrecional del Gobierno Nacional; ahora bien, dicho retiro deberá
contar con la recomendación previa de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa
Nacional para la Policía Nacional, todo ello, con el fin de no menoscabar los
derechos del personal excluido del servicio.

Conforme a lo anterioir, la Corte Constitucional se ha manifestado en los siguientes


términos:

“(…)

la Corte precisó que para la expedición de un acto de retiro discrecional, debía seguirse un
procedimiento que era verificable y enjuiciable, lo cual disipaba cualquier duda de
arbitrariedad.

46. Más adelante se expidió el Decreto Ley 1791 de 2000, modificado por la Ley 857 de
2003, en lo pertinente al retiro de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional. El artículo
1º de esta ley previó que el retiro se efectuará a través de decreto expedido por el Gobierno
Nacional o de resolución expedida por el Director General de la Policía Nacional, según el
caso.

Allí mismo se contempló que el acto de separación del cargo debe someterse al
concepto previo de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa Nacional para la Policía
Nacional, excepto cuando se trate i) de Oficiales Generales, ii) de miembros del servicio en
los eventos de destitución, incapacidad absoluta y permanente o gran invalidez, iii) cuando
no supere la escala de medición del decreto de evaluación del desempeño y iv) en caso de
muerte.
Por su parte, el artículo 4º ibídem precisó lo pertinente al retiro de Oficiales y Suboficiales por
voluntad del Gobierno o del Director General de la Policía, en cualquier tiempo, por razones
del servicio y en forma discrecional, “previa recomendación de la Junta Asesora del
Ministerio de Defensa Nacional para la Policía Nacional, cuando se trate de Oficiales, o de la
Junta de Evaluación y Clasificación respectiva, para los Suboficiales”.

47. Este último artículo, también fue declarado exequible por la Corte, mediante
sentencia C-179 de 2006. Allí se reiteró lo anteriormente expuesto por esta
Corporación en torno a que el retiro discrecional de miembros de la Fuerza Pública no
desconoce los principios y derechos constitucionales, siempre y cuando esté
sustentado.

En esta ocasión la Corte precisó que los actos de separación deben fundamentarse “en
razones objetivas, razonables y proporcionales al fin perseguido, que no es otro que
garantizar la eficiencia y eficacia de dichas instituciones [Fuerzas Militares y Policía
Nacional], en aras de la prevalencia del interés general”. En concordancia, insistió en que
tales razones deben consignarse en los actos de evaluación emitidos por las respectivas
juntas asesoras, basados en “un examen de fondo, completo y preciso de los cargos que se
invocan para el retiro de miembros de esas instituciones, en las pruebas que se alleguen, y
en todos los elementos objetivos y razonables que permitan sugerir el retiro o no del servicio
de un funcionario”.

La Corte recordó que lo discrecional no puede confundirse con lo arbitrario, pues esto último
implica un capricho individual que no está sujeto al ordenamiento jurídico y es contrario por
completo a la atribución facultativa, que en todo caso, sí está cobijada por las reglas de
derecho preexistentes. (El subrayado y las negritas son nuestras)

(…)”13

En el mismo sentido, esta Corporación ha dicho:

“(…)

esta causal de desvinculación se caracteriza por ser un retiro absoluto que se puede ejercer
por el Gobierno Nacional o el director general de la Policía Nacional, sin que sea relevante
que integrante de la Policía Nacional tenga un tiempo de servicios necesario para el
reconocimiento de la asignación de retiro; y requiere recomendación previa de la Junta
Asesora del Ministerio de Defensa Nacional para la Policía Nacional cuando se trate de
oficiales o de la Junta de Evaluación y Clasificación para los suboficiales.

(…)”14

II.4. Caso concreto.

Sostiene el abogado del actor, que la falsa motivación alegada en la demanda se


debe al acoso laboral del que fue objeto el señor Oscar Darío Torres Pareja;
advierte, que esta situación se probó en el proceso y nunca fue objeto de reproche
por parte de la demandada, razón suficiente para indicar que este vicio fue aceptado
como causal ilegal del retiro. Dicho lo anterior, la accionada nunca hizo el esfuerzo
13
Sentencia SU-053 de 2015 del 12 de febrero de 2015; M.P Gloria Stella Ortiz Delgado.
14
Sentencia del 19 de enero de 2017, CP. César Palomino Cortés; Rad. 050012331000199902281-02 (4117-14);
Demandnate: Pedro Nel Hernández Grajales; Demandado: Ministerio de Defensa Nacional – Policía Nacional.
por desvirtuar la causal de nulidad señalada, pues no allegó el documento esencial
para defenderse, es decir, el acta de la junta asesora. Asegura, que el tribunal no
tuvo en cuenta que había un responsable de acoso laboral, pues se demostró
ampliamente en el transcurso del proceso que el hostigador hizo tres anotaciones sin
ninguna trascendencia en el servicio.

Manifiesta, que no entiende porque el fallador de primera instancia a pesar de que la


demandada guardó silencio sobre algunos hechos, no tachó de falsas las pruebas
aportadas y no se pronunció sobre los alegatos de conclusión propuestos,
inexplicablemente el tribunal habló de la inexistencia de las pruebas de la grave
enfermedad del padre del actor, del tratamiento psicológico y el contenido declarativo
de los hechos.

Sustenta, que se realizó un análisis probatorio de la persecución laboral del teniente


Torres Bareño contra el actor, se demostró que las anotaciones en su hoja de vida
causaron afectaciones negativas para el ascenso del oficial, y además, fueron el
origen de su retiro. Afirma, que el tribunal pasó por alto la inexistencia física del acta
de la Junta Asesora, la cual era y es necesaria para efectos de determinar la
legalidad de la expedición del acto administrativo; esta prueba, era obligación de la
entidad demandada para probar la legalidad de su actuación único requisito que dejó
vigente el Consejo de Estado para avalar el acto de retiro.

Para desatar el recurso de apelación, sea lo primero indicar que el apoderado del
actor alega la existencia de falsa motivación en la expedición de la Resolución 1753
del 21 mayo de 2010. Según él, porque se encuentra probado en el proceso que
hubo un acoso laboral de parte del teniente Torres Bareño Luis Carlos cuando fue
superior del señor subteniente Oscar Darío Torres Pareja, en la medida que el oficial
superior le hizo varias anotaciones negativas en su folio de vida, lo que desencadenó
en el retiro del servicio del actor.
Sobre el vicio de nulidad de falsa motivación de los actos administrativos, esta
Colegiatura se ha pronunciado en los siguientes términos:

“(…)

Desde hace varios años esta Corporación ha manifestado que para que haya
lugar a la declaración de falsa motivación “es necesario que los motivos alegados
por el funcionario que expidió el acto, en realidad no hayan existido o no tengan el
carácter jurídico que el autor les ha dado, o sea que se estructure la ilegalidad por
inexistencia material o jurídica de los motivos, por una parte, o que los motivos no
sean de tal naturaleza que justifiquen la decisión tomada” 15.

En consecuencia, la falsa motivación se estructura alrededor de la evidente


divergencia que existe entre la realidad fáctica y jurídica que inspira la creación del
acto y la motivación en que la administración sustenta el mismo.

Ahora bien, la jurisprudencia, en lo relativo a la revisión judicial de la falsa


motivación de un acto administrativo, ha señalado que quien aduce que se ha
presentado dicha causal “tiene la carga de la prueba, es decir, de demostrar
la falsedad o inexactitud en los motivos que explícita o implícitamente
sustentan el acto administrativo respectivo, habida cuenta de la presunción
de legalidad de que se hallan revestidos los actos administrativos 16”.

Señala la citada jurisprudencia que quien alega la falsa motivación debe demostrar
las razones específicas por la cuales se incurre en dicho vicio. Si bien la regla de
la carga de la prueba se aplica con mayor importancia en la falsa motivación,
de lo que realmente se trata es de proteger la presunción de legalidad que
reviste todo acto administrativo una vez está en firme. Por lo tanto, la carga
de quien demanda es mayor al exponer y probar las razones de hecho o las
de derecho que justifican la indebida motivación del acto administrativo.

Así pues, no se trata únicamente de exponer las normas puntuales por las cuales
se configura la violación, sino una explicación sucinta de aquella que se advierte y
que, en últimas, daría lugar a acabar con la presunción iuris tantum de legalidad
de los actos administrativos.

De acuerdo con lo anterior, se concluye lo siguiente: (i) la falsa motivación puede


estructurarse cuando en las consideraciones que contiene el acto, se incurre en un
error de hecho o de derecho, ya sea porque los hechos aducidos en la decisión
son inexistentes o, cuando existiendo éstos son calificados erradamente desde el
punto de vista jurídico, y (ii) quien impugna un acto administrativo bajo el
argumento de encontrarse falsamente motivado, tiene la carga probatoria (onus
probandi) de demostrarlo, dado que sobre los actos de la administración gravita
una presunción de legalidad que debe ser desvirtuada por quien pretenda
impugnarlos17.

Así las cosas, se concluye que los elementos indispensables para que se
configure la falsa motivación son los siguientes: (a) la existencia de un acto
administrativo motivado total o parcialmente, pues de otra manera estaríamos
frente a una causal de anulación distinta; (b) la existencia de una evidente
divergencia entre la realidad fáctica y jurídica que induce a la producción del acto y
los motivos argüidos o tomados como fuente por la administración pública o la
calificación de los hechos, y (c) la efectiva demostración por parte del demandante
del hecho de que el acto administrativo se encuentra falsamente motivado.

(…)”18

15
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, sentencia de 21 de junio de 1989, C.P.:
Álvaro Lecompte Luna.
16
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, sentencia de 28 de octubre de 1999,
expediente: 3.443, C.P.: Juan Alberto Polo Figueroa. En el mismo sentido Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Primera, sentencia de 2 de febrero de 1996, expediente: 3.361, C.P.: Manuel Urueta Ayola.
17
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 9 de octubre de 2003,
expediente 16.718, C.P.: Germán Rodríguez Villamizar.
18
Sentencia del 17 de marzo de 2016, Actor: Alexander Garavito Arias. Rad. 11001032500020120031700; Cp. Gabriel
Valbuena Hernández
De la cita jurisprudencial, debe entenderse que el demandante al solicitar la
nulidad de la Resolución 1753 del 21 mayo de 2010, mediante la cual fue retirado
del servicio, invocando la causal de nulidad de falsa motivación, implícitamente
tenía la carga de demostrar que el acto administrativo enjuiciado tiene un error de
hecho o de derecho, que existe una contradicción entre la realidad fáctica y
jurídica y que efectivamente está falsamente motivado.

Revisado el expediente, desde ya la Sala advierte que el demandante no cumplió


con las exigencias antes señaladas, pues no se vislumbra del estudio del libelo
demandatorio y de la valoración probatoria el presunto acoso o abuso laboral por
parte del oficial superior del señor Oscar Darío Torres Pareja; lo anterior,
encuentra su sustento en el hecho de que desde antes de que el teniente Luis
Carlos Torres Bareño abriera el folio de vida el 12 de julio de 2009, al demandante
ya le habían hecho varias anotaciones negativas, precisamente advirtiéndole que
debía cambiar las estrategias operativas en la prestación del servicio de policía, tal
y como se puede ver en las afectaciones hechas por el subteniente Velandia
Gómez Edwin Yovane en los días 8, 9, 10, 13 y 25 de marzo del 2009 19.

La Sala advierte, que a partir del 12 de julio de 2009 el oficial Torres Bareño Luis
Carlos abrió el folio de vida del subteniente Torres Pareja, haciéndole 3
anotaciones en el siguiente orden: anotación con afectación del 4 de agosto de
2009: “registro demeritorio al evaluado, por incumplimiento a las ordenes
emanadas por el comando de la metropolitana…”20; reducción índice delincuencial
del 6 de septiembre de 200921“…debe cambiar las estrategias con el personal bajo
su mando y aplicar los planes ordenados a fin de que no se presenten en su zona
más casos de homicidios...”; y comportamiento personal del 3 de diciembre de
200922“…presente registro demeritorio, por no llegar a presidir la formación para
inicio del 2º turno de vigilancia del día 3-12-2009, incumpliendo la orden del Sr
CDTE del Distrito, por lo cual se le hace un llamado para que este hecho no
vuelva a suceder…”.

19
Folio 198
20
Folio 200
21
Folio 201
22
Folio 207
En suma, en lo que concierne a las anotaciones hechas por el teniente Torres
Bareño Luis Carlos en el primer trimestre del 2010, y que según el demandante
esas fueron las que causaron su retiro, se encuentra que el folio vida
correspondiente al año 2010 del señor subteniente Oscar Darío Torre Pareja no
fue aportado con la demanda y al ser solicitado de oficio por el a quo la accionada
no lo allegó, aduciendo que el mismo no se encontraba sistematizado 23. No
obstante, al revisar la Resolución 1753 del 21 mayo de 2010 se observa que
dichas afectaciones se consignaron en la hoja de vida del actor para ese año, en
el siguiente orden: “(…) 15-02-2010 “…por su falta liderazgo como oficial para
realizar campañas educativas que ayuden a reducir los índices de homicidios,
presentándose tres casos los días 13 y 14 de febrero de 2010.”; 01-03-2010 por
llegar retardado a laborar, “ya que el día 01-03-10 siendo las 09:30 horas se
encontraba en su habitación en las instalaciones de carabineros, demostrando su
falta de compromiso en el liderazgo de la unidad, ya que debería estar a las 07:00
horas, dando mal ejemplo de puntualidad y compromiso a sus subalternos"; 15-03-
2010 “…por los bajos resultados operativos demostrados durante lo corrido del
año vigente, al no realizar capturas en flagrancia, por orden judicial incautación de
estupefacientes…” registros ante los cuales el señor Oficial se notificó en forma
personal, sin presentar reclamación a los mismos”.

Así las cosas, y si bien es cierto que el señor teniente Torres Bareño Luis Carlos le
hizo tres anotaciones negativas al actor durante el periodo comprendido entre el
12 de julio y el 31 de diciembre de 2009, y tres anotaciones en el primer trimestre
del 2010, no es menos cierto, que la elaboración de las afectaciones no comportan
una persecución laboral; en la medida que los oficiales o comandantes deben
hacer las anotaciones correspondientes al desempeño de sus subalternos, pues
más allá del deber que le impone la Policía Nacional al oficial superior de evaluar a
los hombres a su cargo, es su obligación hacer las observaciones objetivas en
aras del mejoramiento el servicio.

En gracias de discusión, no entiende la Sala como el demandante conociendo sus


derechos y deberes dentro de la Policía Nacional, no puso en conocimiento de sus
superiores el supuesto acoso laboral que estaba padeciendo, y por el contrario,
esperó ser retirado del servicio para señalarlo como argumento para demostrar
una falsa motivación en una futura demanda, cuando lo cierto es, que teniendo los
mecanismos para hacer la denuncia nunca la hizo, tal y como se encuentra

23
Folio 269
probado en la declaración solicitada por el apoderado del actor y rendida por el
entonces Brigadier General GUSTAVO ADOLFO RICAURTE TAPIA, en la cual
respondió:

“(…)

1. si conoció al Subteniente Oscar Darío torres. RESPUESTA, No.


2. si sabe o conoce el motivo por el cual fue retirado el mismo. RESPUESTA. No.
3. si el recibió una solicitud de traslado del citado oficial a efectos de atender la
inminente muerte de su padre quien se encontraba en Villavicencio y había sido
desahuciado por los médicos tratantes. RESPUESTA. No recibí solicitud de
traslado del funcionario, en caso de haberla presentado se debe haber
tramitado a la oficina de Talento Humano de la Policía Metropolitana de
Santiago de Cali.
4. si como consecuencia de esa solicitud de traslado el Señor General dispuso
algún tipo de averiguación interna a efectos de verificar la exactitud de la petición
de traslado presentada y/o se comunico con el Coronel Comandante del Meta
para que el informara sobre el estado de salud del padre del peticionario de
traslado. RESPUESTA. No.
5. si el tuvo conocimiento de la muerte real del padre del demandante.
RESPUESTA. No.
6. si recibió una solicitud de permiso o se le dio tramite a la misma para que el
citado Sub teniente pudiera asistir al entierro de su padre quien falleció el 18 de
mayo de 2010. RESPUESTA, No. ya que para el 18 de mayo de 2010, me
encontraba laborando en otra unidad Policial y no como comandante de la
Policía Metropolitana de Santiago
7. Que informe si sabe o presume cuales fueron las razones para que le hubieran
negado o concedido a tiempo el permiso para asistir al entierro de su padre.
RESPUESTA, No tengo conocimiento, ya que no conocí el caso.
8. Que diga cuál fue la razón o razones para que habiendo sido informado de la
repentina baja en la calidad de los servicios el oficial no hubiese dispuesto el
acompañamiento de un Oficial por lo menos en el grado de Capitán para investigar
el motivo de la baja o disminución de la calidad de los servicios. RESPUESTA, No
ejecute ninguna acción, porque no fui informado, ya que para esa fecha no
ejercía como comandante de la Policía Metropolitana de Santiago de Cali.
9. Que indique si es cierto lo anterior cual es la razón o razones para que no se
hubieran retirado el Comandante de Distrito y los Comandantes de Estación.
RESPUESTA, desconozco los motivos ya que no conocí este caso en
particular.
10. Que diga si el tuvo alguna otra circunstancia real del servicio fuera de los tres
mínimos y sin fundamento retiros alegados por el Comité de Evaluación para
proponer al más joven de sus funcionarios entre el Comité de Generales para su
retiro. RESPUESTA: No tengo conocimiento ni de los motivos, ni de la
evaluación.

(…)”24

En conclusión, la Sala considera que contrario a lo expuesto por el apoderado de


la parte demandante no se encuentra probado en el proceso la existencia de un

24
Folios 2 y 3 cuaderno 2
supuesto acoso laboral contra el subteniente Oscar Darío Torres Pareja, en la
medida que su superior realizó las anotaciones que precisó convenientes para
llamar la atención del policial respecto de la prestación del servicio. Dicho esto, la
Sala advierte desde ya que se confirmará la sentencia apelada en la medida que
el retiro del servicio del demandante no se fundamentó solo en las 3 anotaciones
negativas que hiciera en su momento el teniente Luis Carlos Torres Bareño, sino
que también se consideraron las múltiples afectaciones negativas que había
tenido oficial durante el año inmediatamente anterior a su retiro; Lo anterior,
conforme a lo expuesto en el acta 007/2010 del 29 de abril de 2010, la cual se
encuentra implícita en el acto administrativo demandado, que su orden dispuso
“(…) los integrantes de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa para la Policía
Nacional, por votación unánime recomiendan, por razones del servicio y en forma
discrecional el retiro por voluntad del Gobierno Nacional del citado oficial,
teniendo en cuenta los continuos registros en el formulario de seguimiento y
evaluación del año 2010, en los cuales se demuestra la afectación en la
prestación del servicio como Oficial de la Policía Nacional (…)”.

Por otra parte, la Sala tampoco atenderá la afirmación hecha por el actor al decir
que “la accionada nunca hizo el esfuerzo por desvirtuar la causal de nulidad
señalada, pues no allegó el documento esencial para defenderse, es decir, el acta
de la junta asesora”; en la medida que al solicitar la anulación de la Resolución
1753 del 21 de mayo de 2010, debió allegar con la demanda las pruebas que
pretendía hacer valer para demostrar la indebida motivación del acto enjuiciado,
conforme lo indicó jurisprudencia citada en precedencia al decir que “(…) Si bien la
regla de la carga de la prueba se aplica con mayor importancia en la falsa
motivación, de lo que realmente se trata es de proteger la presunción de legalidad
que reviste todo acto administrativo una vez está en firme. Por lo tanto, la carga de
quien demanda es mayor al exponer y probar las razones de hecho o las de
derecho que justifican la indebida motivación del acto administrativo (…)”25.

Además, el actor sostiene que el Tribunal Administrativo de Antioquia en


descongestión “inexplicablemente habla sobre la inexistencia de las pruebas de la
grave enfermedad del padre del actor, el tratamiento psicológico y el contenido
declarativo de los hechos”. Para desatar lo anterior, es necesario precisar que
revisada la demanda, puntualmente el acápite de pruebas se encontró que el actor
nunca allegó ni solicitó las pruebas que hoy pretende hacer valer; sin embargo,
25
Sentencia del 17 de marzo de 2016, Actor: Alexander Garavito Arias. Rad. 11001032500020120031700; Cp. Gabriel
Valbuena Hernández
aportó con el escrito del recurso de apelación la historia clínica de su padre
(QEPD)26. En tal sentido, la Sala advierte que para que el a quo hubiere tenido la
posibilidad de valorar la prueba que pretendía advertir de la enfermedad del padre
del actor, pero esta debió ser presentada en las oportunidades que señala la ley;
ahora, como dicho acervo se incorporó al expediente con el escrito del recurso de
apelación, el apoderado debió solicitar que se abriera el periodo probatorio en esta
instancia, conforme a lo previsto en el artículo 214 del C.C.A 27.; sin embargo, como
no solicitó la práctica de esta prueba en ninguna de las instancias, la misma no
podrá ser tenida en cuenta.

De mismo modo, y sobre el tratamiento psicológico mencionado por el actor, se


observa que al expediente se allegó el Oficio 205 del 18 de octubre del 2010 28,
expedido por la Policía Metropolitana de Cali donde se informa que se encontraron
registros de la consulta psicológica realizada el 29 de abril de 2010, la orden para
realizar una visita domiciliaria el día 28 de abril de 2010, el formato de visita
domiciliaria diligenciado por la trabajadora social y el Oficio 068 GUDEH-DEMET-
TRD emitido por la trabajadora social en fotocopia y sin firma; no obstante, estos
documentos tampoco fueron aportados con la demanda; por ello, la Sala considera
que le asiste la razón al tribunal al estimar que el demandante no aportó las pruebas
necesarias para desvirtuar la presunción de legalidad del acto administrativo
demandado.

Por último, el apoderado del actor sustentó “…que el tribunal pasó por alto la
existencia física del acta de la Junta Asesora, la cual era y es necesaria para efectos
de determinar la legalidad de la expedición del acto administrativo; esta prueba era
obligación de la entidad demandada para probar la legalidad de su actuación único
requisito que dejó vigente el Consejo de Estado para avalar el acto de retiro…”.

La Sala recuerda que la parte actora tenía la obligación de aportar o solicitar todas
pruebas que pretendiera hacer valer dentro de la acción contenciosa, sin embargo,
y en gracia de discusión revisado el acto administrativo demandado se observa
26
Folios 337 a 364
27
Cuando se trate de apelación de sentencia, las partes podrán pedir pruebas, que se decretarán únicamente en los
siguientes casos: 1. Cuando decretadas en la primera instancia, se dejaron de practicar sin culpa de la parte que las pidió,
pero sólo con el fin de practicarlas o de cumplir requisitos que les falten para su perfeccionamiento.2. Cuando versen sobre
hechos acaecidos después de transcurrida la oportunidad para pedir pruebas en primera instancia, pero solamente para
demostrar o desvirtuar estos hechos. 
3. Cuando se trate de documentos que no pudieron aducirse en la primera instancia por fuerza mayor o caso fortuito o por
obra de la parte contraria. 
4. Cuando con ellas se trate de desvirtuar los documentos de que trata el numeral anterior. 

28
Folio 9
que el contenido del acta 007/2010 de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa
para la Policía Nacional del 29 de abril de 2010, fue reproducido en la parte
considerativa del mismo, así: "el señor Subteniente OSCAR DARÍO TORRES
PAREJA, identificado con cédula de ciudadanía No. 1121837785, quien ingresó a
la Policía Nacional el 22. en. 2006 y actualmente presta sus servicios en la Policía
Metropolitana de Cali y luego de examinar las razones del servicio que imponen la
naturaleza de la función constitucional asignada a la Policía Nacional, esto es, el
mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y
libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en
paz, los integrantes de la Junta Asesora del Ministerio de Defensa para la Policía
Nacional, por votación unánime recomiendan, por razones del servicio y en forma
discrecional el retiro por voluntad del Gobierno Nacional del citado oficial, teniendo
en cuenta los continuos registros en el formulario de seguimiento y evaluación del
año 2010, en los cuales se demuestra la afectación en la prestación del servicio
como Oficial de la Policía Nacional, entre los que podemos citar los siguientes: 15-
02-2010 “…por su falta liderazgo como oficial para realizar campañas educativas
que ayuden a reducir los índices de homicidios, presentándose tres casos los días
13 y 14 de febrero de 2010.”; 01-03-20101 por llegar retardado a laborar, “ya que
el día 01-03-10 siendo las 09:30 horas se encontraba en su habitación en las
instalaciones de carabineros, demostrando su falta de compromiso en el liderazgo
de la unidad, ya que debería estar a las 07:00 horas, dando mal ejemplo de
puntualidad y compromiso a sus subalternos"; 15-03-2010 “…por los bajos
resultados operativos demostrados durante lo corrido del año vigente, al no
realizar capturas en flagrancia, por orden judicial incautación de
estupefacientes…” registros ante los cuales el señor Oficial se notifico en forma
personal, sin presentar reclamación a los mismos”29 .

Visto lo anterior, la Sala estima que pesar de que el acta 007/2010 de la Junta
Asesora del Ministerio de Defensa para la Policía Nacional del 29 de abril de 2010
no se encuentra físicamente en el expediente, si está implícita en el acto
administrativo enjuiciado, razón por la cual la afirmación elevada por el
demandante no es suficiente para destruir la presunción de legalidad del acto
administrativo demandado.

III. DECISIÓN

29
Folios 2 y 3.
La Sala confirmará la sentencia de primera instancia proferida por el Tribunal
Administrativo de Antioquia en descongestión que negó las pretensiones de la
demanda.

En mérito de lo expuesto el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Segunda, Subsección B, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley,

FALLA

PRIMERO. CONFIRMAR la sentencia del 19 de noviembre de 2015, proferida por


el Tribunal Administrativo de Antioquia en descongestión, por las razones
expuestas en la parte motiva de esta providencia.
SEGUNDO. - DEVOLVER el expediente al Tribunal de origen una vez ejecutoriada
esta providencia.

TERCERO: Se deja constancia que esta providencia se firma en forma electrónica


mediante el aplicativo SAMAI, de manera que el certificado digital que arroja el
sistema valida la integridad y autenticidad del presente documento en el link
http://relatoria.consejodeestado.gov.co:8081/vistas/documentos/evalidador.

La anterior providencia fue estudiada y aprobada por la Sala en sesión celebrada en


la fecha.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

(Firmado electrónicamente)
CÉSAR PALOMINO CORTÉS

(Firmado electrónicamente) (Firmado electrónicamente)


SANDRA LISETT IBARRA VÉLEZ CARMELO PERDOMO CUÉTER.

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