El Perfil Básico de La P.C.U

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El perfil básico de la P.C.

1.Cinco sesiones de 45 minutos, una vez a la semana.

2.Narrativa de la secuencia de activación.

3.Apreciación de los significados personales en la urgencia.

4.Consideración de los aspectos sociales y médicos.

5.Secuencia de intervención en la urgencia.

6.Decisión de terapia individual o con otros significativos.

7.Consideraciones sobre los psicofármacos y la hospitalización de urgencias.

     La duración estándar de las terapias cognitivas y cognitivas-conductuales es de


unos 45 minutos. Las terapias de los trastornos del eje I (síndromes clínicos) se
suelen desarrollar a lo largo de 10-20 sesiones, y de más duración (p.e 2 o más
años) en el tratamiento prolongado de los trastornos de la personalidad o las
psicosis. La P.C.U se propone con una duración media de 5 sesiones de 45 minutos,
duración general que puede adaptarse a cada caso concreto.

     Un aspecto clave es recoger ya a partir del motivo de consulta del paciente y
sus allegados la secuencia de activación de la urgencia, y los antecedentes del
sujeto a partir de la historia clínica (salvo en urgencias más graves donde estos
datos se pueden posponer hasta que la urgencia remita en su intensidad). La
secuencia de activación de la urgencia supone recoger datos con el paciente y sus
allegados de los antecedentes inmediatos que han motivado la urgencia, si es
posible detectarlos, así de como se manifiesta esta en su modalidad y el significado
subjetivo o del grupo otorgado a esta.
Es importante iniciar la entrevista poniendose en el mismo canal predominante de
expresión de la urgencia por parte del paciente (modalidad cognitiva, afectiva,
somática, interpersonal o conductual) de modo que pueda facilitarse la recogida
amplia de datos de esta y facilitar al mismo tiempo la colaboración del
paciente/allegados en esta tarea ("puenteo" de A.Lazarus, 1983). A continuación el
clínico indagará al paciente y sus allegados por los factores desencadenantes de tal
urgencia, si es el caso; y de nuevo tendrá en mente las distintas modalidades de
activación (cognitiva, afectiva, somática, interpersonal o conductual). El tercer paso
será recabar información del significado personal tanto de las modalidades de
activación, como del mismo malestar que genera la urgencia: pensamientos,
atribuciones y significados que tiene el paciente y sus allegados sobre los eventos
modales de activación y el propio malestar.

     Así por ejemplo, suponiendo que el sujeto presente un cuadro depresivo


manifestado sobretodo mediante la modalidad afectiva y somática y antecedido por
problemas de relación de pareja, pedirá información de los síntomas en esa
modalidad (p.e pérdida de interés, apatía, problemas de apetito y sueño, etc.), así
mismo como datos sobre los cambios habido recientemente en la pareja y el
significado que tiene para el propio sujeto (lo que piensa y significa para el/ella).
Otro cuadro depresivo manifestado por síntomas somáticos y afectivos más
anómalos (p.e despertar precoz, empeoramiento vespertino, anorexia, etc.)
precedido por antecedentes poco claros o estacionales), podría hacer decantar al
clínico hacia la posibilidad de un cuadro de depresión mayor melancólica. Aún en
este caso es importante recoger el significado que el sujeto otorga a su estado y a
las atribuciones de malestar. Esta última información podría tener relevancia en el
tratamiento, aunque este fuera principalmente médico (p.e seguimiento de las
prescripciones, conciencia de enfermedad, etc.).

     De manera gráfica podemos representar el modelo de activación de la urgencia


psiquiátrica mediante un modelo similar, aunque algo modificado, al de la T.R.E de
Ellis:

A   B   C

A = Acontecimiento activador como modalidad activadora:


· Cognitiva (p.e pesar i imaginar un evento anticipadamente)
· Afectiva (p.e cambio de humor o estado anímico)
· Somática (p.e ingesta de un tóxico y sus efectos)
· Interpersonal (p.e separación conyugal)
· Conductual (p.e conducir un automóvil)

B = Pensamientos evaluativos y significados personales verbales y no


Verbales sobre:
· Acontecimientos activadores
· Consecuencias o cuadro clínico de la urgencia

C = Consecuencias o cuadro clínico de la urgencia


· Cognitiva (p.e actividad delirante y alucinatoria)
· Afectiva (p.e estado depresivo)
· Somática (p.e cefaleas)
· Interpersonal (p.e protección familiar)
· Conductual (p.e descenso de la actividad o conductas de evitación)

     De cara a seleccionar la secuencia de intervención será deseable averiguar


como se ha producido la secuencia de activación A-B-C, de modo que las
estrategias de intervención se adecue a sus componentes, aunque el cuadro clínico
sea similar.

     Los aspectos sociales y médicos son tenidos en cuenta en el mismo modelo A-B-
C de la activación de la urgencia y su significado, ya sea como antecedentes o
consecuencias de la misma. La desproporción entre la reacción del sujeto y los
eventos desencadenantes, la dificultad para encontrar eventos particulares de
elicitación de la urgencia, o la presencia de determinados síntomas somáticos o
psiquiátricos de gravedad, aumenta la posibilidad de investigar posibles causas
orgánicas o seleccionar un tratamiento médico inicial. De la misma manera el
soporte y apoyo social del sujeto y su implicación en conflictos relacionales ha de
ser tenido en cuanta de cara a un pronóstico y tratamiento de la urgencia.

     Respecto a la secuencia de intervención de la urgencia, lo deseable es detectar


mediante la evaluación inicial de la secuencia A-B-C la presentación de la urgencia,
y sí esos factores continúan en la actualidad. De esa manera el tratamiento
selecionado deberá adaptarse al perfil de como se presenta esta. Por ejemplo, un
sujeto donde ha aparecido un cuadro depresivo (punto C) caracterizado por
síntomas somáticos de insomnio, apatía e ideas suicidas, tras la existencia de
conflictos conyugales (punto A) y con un significado personal relacionado con la
escasa valía personal si no hay apoyo afectivo, podría requerir una intervención
inicial del punto más urgente de la secuencia (p.e terapia cognitiva para las ideas
suicidas, o medicación para los síntomas depresivos-ansiosos más fuertes), así
como posteriormente o paralelamente atención y requerimiento de trabajo conjunto
con la pareja y/o terapia individual paralela de corte cognitivo para abordar los
significados personales implicados directamente. La evaluación dará pistas sobre la
conveniencia de terapia individual sola y/o con terapia conjunta con familiares,
pareja u otros significativos.

     Los fármacos tiene un papel esencial en muchas urgencias, sobretodo en los


síndromes de agitación, ansiedad extrema y componentes psicóticos agudos. La
P.C.U comparte la importancia de los fármacos en estas y otras urgencias
psiquiátricas, pero añade que junto a las propiedades farmaconéticas del producto,
está el significado que el sujeto otorga al mismo. Un sujeto con escasa conciencia
de enfermedad puede vivir la prescripción como un acto autoritario del clínico y no
seguir las indicaciones del mismo, o puede con su actitud paranoide vivir la
prescripción como un acto persecutorio. Es esencial detectar las opiniones,
pensamientos y significados del sujeto objeto de la prescripción a fin de abordar
posibles problemas de seguimiento de los mismos. Normalmente las terapias
cognitivas han concedido una importancia fundamental a los modelos
psicoeducativos de las distintas patologías, incluido su abordaje; así mismo como a
obtener feedback constante de la opinión y pensamientos-temores del paciente
sobre las prescripciones, a fin de corregir posibles distorsiones que pudieran afectar
a su seguimiento.

     Determinados casos de urgencias deben de requerir de un ingreso hospitalario


breve cuando su manejo ambulatorio o contensión familiar se hace imposible. Las
sesiones de la P.C.U pueden entonces ser aplicadas en el servicio de hospitalización
breve, por ejemplo a razón de una diaria, tras remitir quizás inicialmente la mayor
intensidad del trastorno con psicofármacos.

     Hay que tener en cuenta que para la mayoría de los terapeutas cognitivos los
psicofármacos tienen un efecto mas bien de tipo sintomático, mientras que las
terapias cognitivas sé dirigirían a la vulnerabilidad subyacente del trastorno. Por
poner una metáfora, los psicofármacos sé dirigiría a minimizar el dolor de muelas, y
la P.C.U a la caries misma.

Resumen :

1-La P.C.U trata de averiguar la secuencia de activación del significado personal


implicado en la urgencia.
2-La P.C.U considera el papel conjunto de trabajar con los aspectos psicológicos,
sociales y biológicos del trastorno-urgencia y su posible interacción.

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