4V Diálogos: .: A 40 Años Del Cogobierno en La UABC, Urge Rescatar El Modelo Educativo Que Lo Creó

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4V DIÁLOGOS: A 40 años del cogobierno en la UABC, urge rescatar el modelo

educativo que lo creó.

Introducción al programa (0:00 – 3:39)

Inicio por parte de Víctor Alejandro Espinoza (3:40 – 15:56)

El movimiento de huelga en la universidad 1980-81, pues tiene que ser analizado desde diversos
ángulos. Uno desde luego es el contexto en el que sucedió, en el momento en el que está el país, ese
momento de inflexión es en donde se entroniza, va empezar a profundizarse un nuevo modelo de
desarrollo, que ahora realmente es conocido como neoliberal. Recordemos que es a partir del 82
cuando se reconoce el momento digamos, el momento en donde desde el principio el Estado
Mexicano hace un nuevo proyecto que tenía que ver con la retirada de la intervención económica
del Estado, ceder a la iniciativa privada y al libre mercado, con esta idea del libre mercado se auto
regula y era más virtuoso que la intervención estatal, en esto también definitivamente pasan las
universidades o son parte de las universidades. Se dice que se intentaban quitar obstáculos a alguna
oposición de un modelo que se iba a impulsar desde el Estado. En ese momento en las
universidades había gran efervescencia, eran otras condiciones, otro tipo de estudiantado, de
maestros, y había una reivindicación a nivel nacional de formar un sindicato único nacional de
trabajadores de la educación, el famoso SUNTU; qué implicaba un contrato colectivo nacional e
igualar las condiciones laborales de empleados, de trabajadores, académicos y administrativos y la
universidad autónoma de baja california no era la excepción.

No había una, la tradición de los cogobiernos sobre todo en Ensenada, pero no era la reivindicación
general del movimiento, ósea, si desde luego había estos polos de desarrollo con nuevas formas de
organización como eran los cogobiernos, pero a mí me toco participar en Mexicali, yo termine la
universidad en 1980 en el verano y por futura desde el último semestre me incorpore como profesor
en el turno matutino, yo estudiaba en la tarde. A partir de ese verano del 80, pues yo ya estaba
prácticamente de tiempo completo, pesé a mi juventud. En ese momento yo tenía 21 años, cuando
me toca todo esto y por fortuna tuve la posibilidad de participar ya como miembro del sindicato
trabajador (ininteligible 6:37) de académicos del 80, me había incorporado con muchas horas o
dedicado exclusivamente, y pues obviamente me afilié al sindicato, porque el STS el sindicato de
trabajadores al servicio de la universidad y el STA que agrupaba académicos, el otro era
administrativos y trabajadores en general. Eran los sindicatos más viejos de la universidad y con
más membresía y eran los sindicatos, digamos, con posturas pro democráticas de izquierdas, hay
que también recordar que esas generaciones pues éramos hijos del movimiento 68 y 71, había una
gran politización, una gran discusión de ideas y había muchas reivindicaciones ciertamente, por
ejemplo, para participar los diferentes sectores en la designación de directores, de rector. Es decir,
había una efervescencia interesante, política e intelectual, hay que decirlo.

Entonces, en 1980 en octubre hay una propuesta desde el Estado, desde el gobierno de José López
Portillo, para tratar de evitar la contratación colectiva y reconocimiento del SUNTU, y entonces
deciden en la famosa ley López Portillo de octubre del 80, que fueran contratados colectivos por
universidad. Y la ley establecía que los contratos colectivos se iban a otorgar mediante recuentos a
los sindicatos mayoritarios, los sindicatos blancos o charros fueron creador al vapor en los últimos
meses, previo a la ley. Y entonces cuando se promulga la ley López Portillo lo que estábamos
haciendo nosotros en los sindicatos democráticos, era festejar, porque por al fin íbamos a pasar de
convenios a contratos colectivos de trabajo, nuestra sorpresa mayúscula fue, que al otro día de
promulgada la ley, el gobernador del estado, hay que recordar era Roberto Bob de la Madrid y el
rector era Rubén Castro Bojórquez, otorgaron sin mediar, sin mediar lo que establecía la ley de un
recuento para otorgar a los mayoritarios. Otorgaron los contratos a los sindicatos minoritarios
charros, en ese sentido la huelga no estaba en nuestro horizonte en ese momento irnos a la huelga,
porque insisto, la ley nos favorecía. Y entonces lo que tenemos que hacer, no hay otro recurso que
nos dejan, más que irte a una huelga defensiva sin (ininteligible 9:42 – 9:50) condiciones de
preparación, y entonces en periodo muy complicado familiar, personal, nos agarra navidad y año
nuevo en las guardias, es decir, y en condiciones insisto, muy complicadas porque no había
preparación.

Y el 7 de enero es un día que no debe olvidarse nunca, las autoridades mandan el asalto a la
universidad con porros armados. Estuvo comprobado que vinieron micos de la universidad de
Sonora, mandaron gente de los tecos de la universidad, ósea, y para mi mala fortuna yo fui de los
que me quede en ese edificio en el centro de la universidad en ingeniería y arquitectura, un edificio
de 4 pisos que le llamábamos “el elefante blanco” pero que en virtud, sabíamos nosotros cual era un
lugar de seguridad por si nos atacaban, porque se hablaba de que nos iban a atacar, nos atacaron a la
7 de la mañana (ininteligible 11:03 – 11:07) del 7 de enero en las instalaciones de (ininteligible
11:09) lo que había en el camino en todas las facultades, ósea, fue una destrucción, iban muchos
armados, drogados, borrachos, etc. Y fueron subiendo, y lo que hicimos 32 de nosotros, nos
subimos al 4to piso y del 4to piso a la azotea, había una entradita y ya sabíamos que había una
escalera ahí, subimos, la quitamos, y alguien le prendió fuego a la entrada para evitar que nos
agarraran.

Eso nos salvo la vida materialmente porqué yo me imagino, que tipos armados, drogados, pues
hubieran dicho: “se cayeron, se resbalaron o se aventaron como los niños héroes en pro de la huelga
universitaria”. Y eso nos salvó, entonces, pues bueno, el derrotero después de eso fue que ahora sí,
ocuparon la universidad y dijeron: “okey nos vamos al recuento como ustedes lo están pidiendo”,
obviamente ya golpeados, muchos fueron amenazados, muchos fueron corridos previamente, y
cuando llegamos al recuento, pues obviamente lo perdimos, y nos dijeron: “¿Ya ven? ¿Para qué
querían si ya sabíamos que iban a perder?”.

Entonces, lo que siguió de ahí fue para muchos de nosotros el exilio, nos citaban por escuelas, yo
era, insisto, profesor de la facultad de ciencias políticas y sociales, y nos tocaba un día a la semana,
donde esa semana debió haber sido por febrero, en donde nos citaban para finiquitarnos, nos decían:
“aquí esta su cheque de los que les toca, aquí esta su boleto de ida, no de regreso, a donde quieran,
pero no pueden regresar”. Entonces yo me acuerdo que les dije: “No, pues yo no voy a firma, no me
interesa firmar”. Y luego, luego te decían: “Bueno, pero recuerda que tu familia, tu padre se llama
tal, tu madre tal, tus hermanos, viven en tal lugar”. Entonces ante esto decías: “Bueno, muy bien,
nos vamos”.

Nos fuimos muchos, por ejemplo, en políticas deben de haber corrido al 90% de la planta, lo mismo
sucedió en cienciología de la UABC, que eran los más prestigiados del mundo con 40
investigadores de tiempo completo, deben de haber quedado 2. Ósea se corrió a toda la planta,
tuviera o no participación, pero aprovecharon la oportunidad. Y ese es el origen creyó yo, de lo que
aconteció después en la universidad, en lo que se vio inmersa en la mediocridad, en el
autoritarismo, sobre todo, acabar con cualquier vestigio. Insisto era un momento a nivel nacional,
pero también a nivel local, hay que subrayarlo con un gobernador como Roberto Bob de la Madrid,
que cualquier atisbo de reindivicación de lo que fuera por condiciones laborales, en cualquier
sindicato eran acusados de comunistas y mandados a erradicar. No se diga en la universidad que
tenían un ojo muy claro, y que deberían de acabar con cualquier tipo de reindivicación, de
pensamiento crítico, etc.

Y bueno, se quedaron con la universidad, y yo creo que eso explica muchísimo ese movimiento, de
lo que aconteció o ha acontecido en la universidad después de 40 años, porqué festejamos,
rememoramos, conmemoramos esta semana los 40 años del movimiento universitario, seguramente
el movimiento más importante universitario en Baja California de la historia, me atrevo a decir que
mucho más contestatario y fuerte con implicaciones mayores, y no estoy (ininteligible 15:23) de las
tomas anteriores de terrenos por ejemplo, este fue un parte aguas que explica muchas cosas a nivel
cultural, medios de comunicación del autoritarismo que quedo en la entidad y que significo para
nosotros los que participamos, una huella imborrable como generación de los que participamos. En
lo que llamaba “nuestro pequeño 68” en Baja California.

Testimonio de Armando Duarte (17:22 – 26:53)

Yo quisiera mencionar que para cuando se inició el movimiento, la huelga en los años 80, yo ya no
estaba en la universidad. Yo estuve, ingresé en el 74 precisamente a la escuela superior de ciencias
marinas, era la única facultad de la universidad aquí en Ensenada, y aparte estaba la prepa
Ensenada. Y a mí me toco precisamente el surgimiento del movimiento en los 70´s por la cuestión
del cogobierno, particularmente en la preparatoria Ensenada y luego llega a la escuela superior de
ciencias marinas. Se da ahí este movimiento impulsado sobre todo por maestros y estudiantes, aquí
en la preparatoria Ensenada hubo un cogobierno que se estableció, aunque oficialmente tenía
muchos problemas para ser reconocido, pero estaba digamos, operativo. El profesor Migoni era el
directo de la preparatoria Ensenada, el asumió una postura en favor de estas demandas de
movimiento, las digamos, la base estudiantil y magisterial de la prepa Ensenada y también los
trabajadores, lo ratifican en el cargo como el director de la escuela y digamos que se inició todo un
proceso.

Yo siendo estudiante de la escuela superior de ciencias marinas, empecé a auxiliar a un profesor ahí
en la preparatoria y tuve la oportunidad de impartir clases en la preparatoria sin haber aún concluido
mi carrera profesional, y me tocó vivir de cerca todo esto. Las asambleas en el auditorio en la
preparatoria, eran épicas, eran reuniones de horas y horas de discusión y debate sobre los temas.
Entonces era un ejercicio de democracia muy interesante, en donde los asuntos de la preparatoria se
discutían entre los integrantes de la comunidad, y se tomaban acuerdos y se establecían líneas de
acción. Vaya era como decías hace un momento, una especie, así como de comuna de parís, aquí en
la preparatoria Ensenada, zambullía, era la efervescencia, era muy grande.

Yo me acuerdo que había estudiantes que estaban en las asambleas a tantas horas de la noche, y
decían: “pues ya nos vamos” y se quedaban a dormir en la preparatoria; en el auditorio, en los
salones, era una cosa muy peculiar. Y creo que todo esto fue de alguna manera creando las
condiciones para lo que posteriormente fue ya el movimiento, vamos a llamarle así estrictamente
laboral, político laboral por la cuestión del sindicato. Ese ya a mí no me toco, yo traía antecedentes,
yo estudie la preparatoria, yo soy de Sonora, yo estudie en la universidad de Sonora, que también la
preparatoria era de la universidad en aquel entonces, todavía no existían los COBACH, y pues
conocí de cerquita los micos esos que vinieron a intervenir aquí a Baja California. Un grupo de
personas jóvenes muy metidos en la cuestión religiosa, pero también con una postura ideológica
francamente pues de derecha, y que allá en Sonora a grito de viva cristo de rey, irrumpían en las
asambleas estudiantiles a punta de garrotazos para disolverlas; me tocó algunos enfrentamientos con
ellos en la preparatoria de la universidad de Sonora, los conocí cerquitita y me toco intercambiar
algunos golpes con ellos porqué o los golpeaban o te golpeaban, ósea era así, ellos iban decididos.
Y sí, se notaba que no estaban en sus cinco sentidos, la ira, la irracionalidad de sus acciones, pues
demostraban que estos cuates, más allá de la digamos, la intoxicación ideológica, pues había otro
tipo de intoxicación que justificaba, que explicaba más bien ese comportamiento. Eran personas con
las que no se podía debatir, se les invitaba a las reuniones: “oye vamos a discutir”, y pues ellos
llegaban tirando trancazos era la verdad, y bueno eran grupos que eran utilizados por las autoridades
universitarias precisamente para romper los movimientos.

Allá en Sonora, lo comento rápidamente, el cogobierno también se instaura entre 1972 me tocó
participar a mí en ese proceso, conocerlo. Y para el 72 incluso había un periodo de transición con
un rector, por qué se echó fuera un rector, un médico muy reconocido allá en Hermosillo. Pero que
fue digamos, obligado a renunciar. Y llega un rector de transición y al principio con mucha mano
izquierda, dialogando con los estudiantes, pero llega el periodo vacacional y ocupa la universidad,
con las fuerzas del orden y entonces pues hubo una reacción de mucho coraje por parte de los
estudiantes, sentimos que nos habían dado atole con el dedo, haciendo tiempo a que llegara el
periodo vacacional, para que no estando presentes en la universidad pues poder hacer lo que ellos
quisieran.

Y se radicaliza el movimiento y bueno allá si las consecuencias fueron bastante delicadas, porque
hubo varios estudiantes que fueron asesinados en circunstancias bastante oscuras, se les acusaba de
ser miembros de la liga 23 de septiembre, de estar vinculados a movimientos guerrilleros. Y bueno
había habido el antecedente en Sonora de algunos movimientos de este tipo, el MAR, por ejemplo,
el movimiento armado revolucionando había tenido incursiones ahí en Sonora, y se les vinculo, se
intentó vincular o ante la opinión pública vincular a los estudiantes con estos movimientos que
justificaban la represión y fue bastante sería.

A mí me toco estar en un enfrentamiento en una franca provocación de parte de personas infiltradas


en el movimiento infantil en donde esa probación genero la reacción violenta de la policía y bueno
fue la primera vez que escuche el zumbido de las balas, y yo creo que si hubiera competido en una
carrera de velocidad hubiera ganado, porque era una desbarata de estudiantes por todos lados,
brincábamos las bardas de las casas con una facilidad increíble. Curioso, la gente nos abría las
puertas para que nos escondiéramos, la gente era solidaría con los estudiantes. Era una situación
muy complicada, muy muy complicada. Y bueno finalmente la represión se impulsó y el
movimiento estudiantil fue desarticulado. La preparatoria y varias facultades de la universidad
fueran sacadas del campus, a mí me toco terminar la preparatorita estudiando en las instalaciones de
una escuela secundaria, nos dispersaron a todos y la persecución era constante. Nos ponían cola
como decíamos nosotros, para seguirnos a donde íbamos, a donde nos metíamos, si estábamos en
alguna reunión o no, y si estábamos en alguna reunión y se daban cuenta, nos caían o los micos o la
policía directamente.

Este acontecimiento que te menciono, donde hubo esta balacera, derivo en la detención de
apropiadamente 120 estudiantes, y el despliegue de las fuerzas de seguridad fue impresionante.
Entonces estas cosas eran el contexto de la época en las universidades de México después del 68,
después del arconaso de los 70, la efervescencia estudiantil era muy fuerte, muy fuerte, y las
posturas de los movimientos estudiantiles también eran de manera natural se radicalizaban y esto
era aprovechado, metían infiltrados, impulsaban a los estudiantes jóvenes impetuosos, idealistas, a
reaccionar algunas acciones que justificaran la represión y se iban con todo, y de esa manera
desarticularon el movimiento. Creo que eso que paso en Sonora, aquí de alguna manera también se
repitió

Testimonio de Daniel Solorio (31:20 – 39:46)

Lo primero que quiero destacar es una frase que la escuche a uno de los universitarios de aquella
época, se la escuche ayer en uno de los videos a Francisco Hernández, le escuche una frase, dijo
que, en esta época en la huelga 80-81 con motivo de la represión, de que están hablando Alejandro
y Armando y que sufrió la UABC, dijo que ayer Francisco Hernández: “La universidad de topó con
pared” esa frase la repitió como 3 veces durante su intervención y me parece muy significativa, la
universidad se topó con pared, efectivamente, la universidad estaba en una época en que podía a ver
empezado una época progresista y plural, pero se topó con pared, se topó, voy a decirlo con mucho
cuidado, porque también es una frase que uso otro de los ponentes que estuvieron el sábado. Se
refirió a los anticomunistas, efectivamente, el movimiento anticomunista quedo en el mundo a partir
del macartismo posterior a la segunda guerra mundial, estaba completamente vivo en Baja
California, y creo que sigue en alguna medida en la actualidad, pero estaba en su pleno apogeo.

El movimiento anticomunista que inventa el fantasma del comunismo para ir en contra, para ir
inclusive con violencia, contra cualquier movimiento progresista democratizador que aparezca en
cualquier lado, los anticomunistas encabezados por Roberto De la Madrid por supuesto, decidieron
reprimir, pero reprimirlo con la violencia, con lo que fuera necesario, tal como lo acaban de señalar
Armando y Alejandro, y lo testimoniaron entre viernes y sábado muchos universitarios de la época.
Decidieron reprimir con lo que fuera, olvidando por completo, sin importarles por completo que se
trataba de una universidad, que estábamos frente y dentro de una universidad. Dijo Francisco
Hernández: “La autonomía tampoco supo que hacer”. Pues sí, porque aquello que pudo haber sido
una universidad autónoma que pudo haber empezado un ejemplo de universidad autónoma, pues
tampoco supo que hacer, se topó con pared, con la violencia directa.

Estábamos en la época precisamente a principios de los 80 en que asomaban, empezaba a asomar


las orejas el neoliberalismo, asomaba sus orejas el neoliberalismo, empezaba eso a asentarse en las
esferas empresariales, que dominaron por supuesto a los gobernantes de la época, pusieron a los
gobernantes a su disposición y ya no lo soltaron por muchos años. Llegamos a la época actual, se
empezó a usar la palabra tecnócrata, se empezó a usar todo esto, pero llegamos a la época actual
justamente en que el gobierno de López Obrador que puede convertirse en un proceso
democratizador también de la vida universitaria, pero que hay que empujar desde dentro y fuera de
las universidades, pero que hay que empujarlo, porque todavía el gobierno de la 4ta transformación
no se ha dado tiempo de enfocarse directamente en el trabajo universitario, en el que hacer
universitario, no se ha dado tiempo, tiene que dárselo.

Bueno termino señalando y dejando para posterior intervención otras cosas, termino señalando que
esa época definida también el perfil del estudiante universitario y el perfil del profesor universitario
que sigue siendo el mismo que en la actualidad. Un tipo de profesor universitario completamente
desinteresado de todo lo que signifique vida universitaria, pero si interesado en conservar en el
empleo. Su trabajo “Aquí yo vengo aquí hacer mi trabajo” dice la mayoría de los profesores, “vengo
a dar mi clase, no me hablen de política” algunos dicen, “porque yo ya se que aquí no se puede, que
aquí no se permite en esta universidad, no me hablen de política de ningún tipo, yo vengo a dar mi
clase y me voy”. Y los profesores de tiempo completo o de carrera como se les llama, no quieren
absolutamente dar una opinión política, es impresionante como la época actual a 40 años de
distancia de aquella brutalidad anti-universitaria, destructora de la autonomía que convirtió a la
UABC en un grande de centro de capacitación en oficio varios, eso sí quedo convertida en un gran
centro de capacitación en oficios varios pero perdió, perdió la posibilidad de ser una universidad y
eso es lo que hay que rescatar ahora, por qué sí efectivamente hay gente que te dice: “Oye pero si
tenemos una universidad que opera pacíficamente, que forma ingenieros, abogados, médicos,
electricistas, ingenieros” lo que sea, Sisisi; pero forma ejércitos, ejércitos de personas ajenas a la
política, que piensan, que creen sinceramente que la política es una cosa mala, que lo que importa
en la vida es sacar un título que te permita acumular dinero, que eso es lo que tiene que hacer el
joven, formarse para ganar dinero, sostener a su familia y ya, “la política no es un asunto mío” dice
la gran mayoría de los estudiantes y de los profesores universitarios. Ese perfil de profesor
universitario y estudiante universitario se definió en esta época. Justamente en esta época de
violencia, en que los estudiantes que participaban empezaron a sufrir extravíos de sus expedientes,
“me van a desaparecer mis expedientes” decían algunos, y si se los desaprecian efectivamente, y a
los profesores incomodos de pronto su automóvil se le incendiaba en los estacionamientos, alguien
le echaba un cerillo al taque de gasolina de los maestros rebeldes y explotaban los vehículos en los
patios de la UABC.

Parece que los testimonios que se están virtieron en este momento, y los testimonios que se
virtieron entre viernes y sábado en ese movimiento, no sé de qué manera yo estaría dispuesto a
contribuir, en lo que me fuera posible, pero alguien tendría que recoger todos estos testimonios en
un buen video bien editado, bien hecho, en un buen video completo o en un libro.

PREGUNTA POR PARTE DE LOS PRESENTADORES: ¿Qué se puede hacer


concretamente para que esto no vuelva a suceder y para rescatar de esa mediocridad
y ese autoritarismo en la está sumida nuestra universidad? (42:10)

Respuesta de Víctor Alejandro Espinoza (43:38 – 50:49)

Qué interesante reflexión, yo nomás le acotaría algo a Daniel, en términos de los productos, de lo
que se está formando en la universidad, está idea de formar a gente en oficios varios, pero le
añadiría paródicamente mal pagados, ósea, esa idea de tener un título para convertirte en exitoso,
tener ingresos, tampoco es cierta porque el mercado no lo permite y lo que estamos generando es
jóvenes mal pagados con empleo precarios, entonces ni siquiera eso está cumpliendo eso la
universidad, pero eso es un punto. Lo que señalan es muy interesante yo creo que el papel de la
memoria y las responsabilidades. yo creo que en este momento los que jugamos un papel en aquel
tiempo, si tenemos una responsabilidad de reflexionar y de abonar a la memoria, pero yo creo que
los universitarios tiene una responsabilidad primera, porque son los que están en la universidad,
entonces difícilmente nosotros desde fuera vamos a resolver los problemas del colectivo
universitario, pero hay una camisa de fuerza que también es señalado yo, ante una circunstancia
como la que padece la universidad desde hace 40 años a partir del autoritarismo que impide la
organización estudiantil de profesores y es reprimida, yo creo que el congreso local tiene una gran
responsabilidad. Hay una traba que se llama ley orgánica anticuada, añeja, que data de 1953, y que
permite la organización que se da y que reproduce estos esquemas en la universidad. Entonces a mí
me parece que uno de los papeles que tendría una responsabilidad, una de las instancias, a partir de
lo que significó para el país el 2018, se supone un cambio en el modelo, en la forma de gobierno, yo
creo que ahí si podemos abonar con los congresistas, con los diputados, con la clase política a que
entiendan su papel, porqué es muy difícil que con el control autoritario de la universidad pueda
salir, o van a tardar muchos años todavía en impulsar una transformación. Yo creo que el congreso
legal tiene la capacidad legal para expedir y revisar una ley orgánica que está en la base del control
autoritario y de los cacicazgos, y uno esperaría que un congreso, al cual ya llego la mayoría son de
MORENA, deberían de tener una responsabilidad en este sentido, y no estar pensando, a mí me
preocupa muchísimo que la relación con la universidad sigue siendo la misma, es decir, “nos
apoyamos, ahí vamos como que haciendo qué hacemos, no le muevan, no hagan olas”. Entonces
dices tú, ¿Pues cuando se va revisar esa ley orgánica? Y aquí he coincidido con Daniel creo, la junta
de gobierno. Yo les digo a veces, con que desapareciera la junta de gobierno habría un cambio
fundamental en la universidad, como es posible que 11 personas controlen los destinos de toda la
universidad, hagan y deshagan, y tengamos los cacicazgos que hemos hecho, ósea, ahí hay una
responsabilidad enorme en esta gente que ha estado en esa junta de gobierno, en lo que ha hecho
con la educación superior en este país. Insisto, cuadros mediocres que ha estado generando, que no
van a tener posibilidad de destacar en sus profesiones. Cuánta gente frustrada conozco yo,
universitarios, yo por ejemplo veo a los jóvenes recién egresados y dices: “¿De qué van a vivir estos
cuates con esos salarios miserables que están obteniendo?”, Pues buscan los ojos, mueven los ojos
hacia otras actividades que le reditúen más, a lo mejor ilegales, etc. Porqué sino se mueren de
hambre, pero eso sí, tiene título ¿no?

Entonces yo creo que es un momento importante político en el país como para exigir a nuestra clase
políticas que tome carta en el asunto, porque ellos si pueden hacer cambios importantes, claro es
fácil decirlo, pero desde nuestras trincheras todos tenemos diferentes responsabilidades, antes en
aquel tiempo, pues todos salíamos a botear y esto, pero ahora yo creo que desde distintas trincheras
se puede trabajar en un sentido de transformación, porque yo si creo como decía Carlos Monsiváis:
“En provincia la universidad si cuenta”. Es decir, debería de tener, y tiene un impacto intelectual,
democratizar un centro de difusión de ideas, plural, respetuoso, tolerante, democrático, deliberativo,
esa debería de ser la universidad.
Miren concluyo con una anécdota que paso: Un año después de este acontecimiento, recuerdo
mucho que fue la devaluación del peso en el 82, y llegaron los periodistas a entrevistar a un
flamante director del instituto de investigaciones sociales de la UABC que luego fue rector y luego
por fortuna cambio un poco sus esquemas, y le preguntaron ¿Qué opinaba de la devaluación?
Querían una opinión académica, y dijo el: “Los profesores no vamos a opinar de cuestiones de
política, no tenemos ninguna opinión”. Cómo decía Daniel: “Aquí es el pensamiento puro y
académico”, imagínate una respuesta de este tipo, “no podemos opinar porque eso es política”. Te
da la medida exacta creo yo de lo que sucedió. Y concluyo con otra anécdota del gran Jesús Ángel
Ochoa Zazueta, que fue un personajazo en el movimiento, un antropólogo que murió hace 2 años,
un personajazo; me acuerdo que vías después de la toma y lo que sucedió, un año después del
acontecimiento, decía públicamente: “Ya tienen los edificios, ahora ya nomas les falta una
universidad”.

PREGUNTA POR PARTE DE LOS PRESENTADORES: ¿Cuáles son las


consecuencias que dejo la represión de este movimiento histórico y qué hay que hacer
para rescatar la universidad y democratizar con ello también la vida pública y el
estado mismo? (50:53)

Respuesta de Armando Duarte (51:14 – 57:21)

Coincido plenamente con las valoraciones que hacen tanto Víctor como la que hizo el licenciado
Solorio, de cómo la universidad paso de ser un lugar en donde el pensamiento crítico florecía a un
lugar en donde al más puro estilo de esta concepción funcionalista de la educación, que se formuló
por allá por el siglo XIX en Europa, la universidad se convierte en un instrumento de producción de
ciudadanos funcionales al sistema. Recordemos que presamente en el siglo XIX cuando había una
situación de crisis de todo tipo en Europa, estaba formándose nuevos estados nacionales, uno de los
padres de la sociología Emile Durkheim, hizo una reflexión muy profunda sobre el papel de la
educación en la sociedad, era la época en que estaba surgiendo la tercera república francesa y
entonces el planteaba que la educación era el proceso de socialización por excelencia, entendiendo
por sociación la inducción de las nuevas generaciones en la sociedad. Y entonces el veía que la
educación era el instrumento adecuado para lograr la coacción nacional, para implantar una cultura
nacional que permitiese a las sociedades europeas recuperar, así lo planteaba el, recuperar el tiempo
perdido con tantas revoluciones políticas, sociales, la revolución industrial, etc., etc. Y entonces
acuño una frase, que a mí me impacto mucho cuando la leí, decía que: “La educación era un
mecanismo de dominación de las almas”. Entonces ¿Qué hay que hacer? Hay que hacer una
autentica reforma educativa para acabar con todo esto, es necesario que se resignifique la
educación, no como un proceso a través de la cual preparas gente para que sea funcional a un
sistema, sino como un mecanismo para desarrollar el pensamiento crítico. Qué los estudiantes o los
ciudadanos, obtengan esa capacidad de poder ver críticamente la realidad para en un momento
determinado, decidir que rumbo hay que seguir frente a situaciones problemáticas. De otra manera
lo que pasa es que en el caso que nos acaba de platicar Víctor, se comportan de manera obediente
los maestros y en consecuencia los estudiantes frente a situaciones problemáticas. En los 80s
vivíamos en México una tremenda crisis estaba un proceso de cambio muy importante a nivel
político durante la década de los 70s se había dado al interior del Estado Mexicano una lucha muy
fuerte para definir el futuro del país, era ese conflicto que Rolando Cordera y otros autores han
señalado, en donde se estaba definiendo precisamente. Y México seguía por una vía digamos
independiente, soberana en su desarrollo económico, se plegaba a lo que ya se estaba conformando
en el mundo como el modelo de la globalización, el neoliberalismo. Y entonces es derrotado en el
estado mexicano, ese segmento, esa corriente de pensamiento, los estructuralistas, los que se
adherían al pensamiento de la SEPAL, pensamiento económico de la SEPAL y se impone el modelo
neoliberal.

Y bueno las universidades tenían que cumplir una función, tenían que crear profesionistas
funcionales al neoliberalismo, en las palabras de Durkheim: “La educación debe crear al ciudadano
que requiere su sociedad, y lo requiere como lo requiere su economía interna”. Entonces iba
desarrollarse un modelo neoliberal y daban profesionistas funcionales al modelo neoliberal, y
entonces el movimiento estudiantil, el cogobierno y la lucha del sindicato universitario, pues eran
algo que no podía tolerarse; era algo que iba totalmente en contra de ese proyecto y en consecuencia
la reacción del Estado fue brutal, ya un Estado dominado por esté grupo que había triunfado dentro
del grupo gobernante para imponer este modelo neoliberal. Entonces creo que lo que hay que hacer
aquí es impulsar una autentica reforma educativa, y ese es uno de los aspectos que ahí están sobre la
mesa que se está discutiendo sobre el pero que me parece que hay que impulsar todavía la reflexión
y radicalizar esa reforma. Que no sea una reforma educativa que se quede en el ámbito de lo
administrativo de la educación, del sistema educativo, de la formación de los maestros, de que si
funcionan o no las escuelas normales, que si los estudiantes de las normales salen con un título. El
contenido de la educación, Fredey decía en alguna ocasión: “El acto educativo es un acto político,
no se le puede desligar de ninguna manera”. Y entonces lo que se ha hecho es eso, pensar que las
universidades son asépticas, que no tienen nada que ver con la política, que son como una burbuja y
que hay que construir ese ambiente en beneficio de una buena educación, pues no (ininteligible
57:18) y lo han dicho claramente los compañeros.
Respuesta de Daniel Solorio (57:30 – 1:01:56)

Quisiera decir algo de manera muy breve porque creo intercala muy bien en el punto del que
estamos hablando. Las luchas de los 70s, de los 80s, de los universitarios, de los trabajadores
académicos de las universidades, las luchas de los profesores, de los investigadores de la UNAM y
de muchas otras universidades, también de la UABC que apenas empezaba, desembocaron en la
reforma del que hablo Víctor Alejandro en una intervención anterior, en la reforma a la que se le
llamo López Portillo que fue escribir en la constitución un reconocimiento de que los profesores e
investigadores universitarios tenían el rango de trabajadores, y eso fue un gran adelante por su
puesto, porque estamos en la época, llegamos a la época en que ya había en las universidades
públicas profesores de tiempo completo, investigadores de tiempo completo. Con lo cual se
cambiaba, empezaba una época nueva, porqué hasta antes de eso el profesor universitario era un
profesional de cualquier rama del conocimiento que iba y daba una clase y se iba a seguir su trabajo
en otro lado; pero empezaron a llegar los profesores de tiempo completo y dijeron: “Oigan,
necesitamos que se nos reconozca que somos trabajadores y se nos respeten derechos laborales”.
Entonces llegó la reforma López Portillo y dijo: “Correcto, ya, finalmente después de mucho jaleo,
ahí está la ley, la reforma constitucional, son trabajadores”. Pero eso tuvo una consecuencia, por un
lado buena, por otro lado brutal, porque desde el momento en que los trabajadores académicos
fuimos reconocidos como trabajadores en el sentido jurídico laboral, los rectores se declararon
patrones. Entonces los rectores de las universidades, se declararon, se erigieron en patrones y como
cualquier patrón de cualquier empresa grande, empezaron a tronar el chicote del patrón, a exigir
diciplina, como la ley federal del trabajo dice que: “La relación laboral es una relación de
subordinación”, así dice la ley federal del trabajo, la relación laboral es una relación de
subordinación entre un patrón y un trabajador, “ah bueno” dijeron los rectores “muy bien, ustedes
son mis subordinados”. Y lo peor, lo peor, lo peor, es que el profesorado, por ejemplo, la UABC se
tragó la píldora, se tragó la píldora por una confusión, por la confusión de que universidad y rector
es lo mismo. Por no distinguir que una cosa es el gobierno de la universidad y que otra cosa es la
universidad misma, por no establecer con claridad la diferencia entre que el patrón es la
universidad, pero no el rector, no las autoridades. Una cosa es ser autoridad universitaria y otra cosa
es ser patrón, eso entro en una gran confusión que sigue plenamente hasta la actualidad.

En la UABC hay un vicio muy fuerte en las esferas de gobierno porqué se usa mucho entre los
cercanos a los rectores o los profesores decir: “El patrón”, “va venir el patrón”. El “patrón” es el
rector, entonces y luego los rectores empezaron a usar el instrumento que todo patrón usa: “Te quito
el salario, si no me obedeces te quito el sueldo, te suspendo el sueldo, te resindo la relación laboral,
no me importa que no haya causa, te resindo, te corro, te dejo de pagar”. Y entonces eso es terrible
para cualquier profesor universitario que depende de cualquier trabajador universitario.

PREGUNTA POR PARTE DE LOS PRESENTADORES: ¿En qué consistía ese


cogobierno? ¿Qué era ese cogobierno? ¿Cómo eran esas clases en el cogobierno?
(1:02:18)

Respuesta de Víctor Alejandro Espinoza (1:03:20 – 1:09:08)

Pues a lo mejor Armando podría decirnos más, yo lo dije al principio, el cogobierno solo existía en
la prepa Ensenada y en ciencias marinas en el resto de la universidad yo no recuerdo, yo soy
egresado de la prepa Tecate, además muy anecdótico porqué mi papá era el director y yo le tomé la
preparatoria en un movimiento, sí, él era el director y además somos homónimos, bueno mi padre
murió hace dos años, y fue director por muchos años de la prepa Tecate de la UABC, después del
movimiento las prepas se convierten en COBACH, pero pues ahí no había cogobierno, me voy a la
universidad a Mexicali, ósea yo estuve en el movimiento universitario en Mexicali porque me fui a
estudiar la licenciatura en administración pública y ciencias políticas, y ahí no había cogobierno
tampoco, había intentos digamos de participación, por ejemplo, si logramos elegir al director de la
escuela alguna vez, pero fue gracias a una movilización y a una presión muy fuerte, ahí nosotros
elegimos a alguien que ya había sido director, Ángel Rivera Granados, el querido Ángel Rivera
Granados, pero muy interesante porque se hizo por elección, y entonces Ángel nos dijo: “El único
requisito para aceptar es que obtenga el 70% al menos de los votos” y obtuvo como 75, entonces así
llego a la dirección, pero en esas estábamos cuando nos tocó, se viene todo el movimiento, primero
estudiantil por la reducción de cuotas, cuando quisieron aumentar las cuotas, luego las luchas del
STS y posteriormente la huelga universitaria, pero insisto, no había cogobierno en la mayoría de las
escuelas y las facultades, pero si había una gran participación estudiantil, y los profesores eran,
digamos, aceptaban. Y luego también en la escuela coincidió en que llegaron muchos profesores de
afuera justamente de tiempo completo, que vinieron a darle una dinámica distinta porque ya
hablaban de hacer investigación, no solo docencia, pensando en los modelos de la UNAM de la
UAM, etc. En donde los profesores no solo daban clases, sino, producían, escribían. Y Tan es así
que en el momento de la huelga, me acuerdo mucho y fue una desgracia, porqué se quedó impresa
la primera revista académica de ciencias políticas y nunca la distribuyeron obviamente las nuevas
autoridades y habíamos obtenido recursos, fuertes recursos para hacer investigación de fundaciones
y con ese dinero fundaron, los que se quedaron, el instituto de investigaciones sociales de la UABC.
Entonces fue muy frustrante porque se truncó algo que venía gestándose, es decir no solo era lo que
muchos decían: “Andan en la grilla”, no, había un proyecto académico importante de producción,
yo me acuerdo que yo participe como estudiante de la licenciatura, primero como dirigente y la
condición que poníamos para ser represente de los grupos, primero ser los mejores estudiantes de la
generación, entonces había ese compromiso de ser buenos estudiantes y tener participación política,
es decir, no era ser participante para negociar calificaciones, ósea, había toda una concepción de lo
que debería de ser la universidad en la participación. Tampoco me chupo el dedo, ósea, había
posiciones políticas de diferentes grupos como es la democracia y la deliberación, ósea, había gente
sobre todo en Ensenada, eran más de tradición maoísta, había tronquistas, de la liga obrera marxista,
gente del PRT, gente del partido comunista, ósea, había priistas, había panistas. Era muy interesante
porque había una pluralidad de posiciones y se discutía fuertemente con argumentos, etc. Entonces
eso digamos es parte fundamental de la formación de un estudiante, no solo pensamiento único,
sino, formarse en distintas tradiciones, había positivistas en la escuela de sociología, había de
diferentes, y profesores también y eso era lo rico, eso fue lo que se perdió realmente. No se perdió
una sola idea de universidad, sino una idea de pluralidad, que el pensamiento plural es lo que forma
y transforma y eso fue lo que se vino y frustraron proyecto, de manera autoritaria.

Respuesta de Armando Duarte (1:09:48 – 1:14:27)

Bueno mira, yo viví el cogobierno en la prepa Ensenada como auxiliar de un maestro, ayudándole a
impartir algunas clases porque el tenia, creo que estaba estudiando una maestría o algo así, de
repente tenía que dejar de dar la clase y entonces entraba yo de emergente. Afortunadamente eran
materias que yo tenía muy frescas, por mis estudios de la escuela de ciencias marinas, y mire el
proceso como digamos en un segundo plano, el que participaba activamente era el profesor titular
de la materia, pero me toco también junto con los estudiantes de la preparatoria sin ser yo
precisamente estudiante de la preparatoria, pero bueno, e iba yo en las reuniones, participaba en las
asambleas, tal vez no sea la voz más autorizada pero lo que yo vi fue que efectivamente había un
ambiente de discusión y de democracia para la toma de decisiones que tenían que ver con al vida de
la escuela, se discutían muchas cosas, a veces cosas tan elementales como, cómo debían de trabajar
los empleados de mantenimiento y de limpieza, porqué ellos decían: “Tenemos estas necesidades y
no se nos cumplen” y hasta los estudiantes opinaban, los maestros opinaban sobre este tipo de
cuestiones, era la mejor, un exceso de democracia si es que cabe la expresión, pero era un ambiente
de este tipo, en donde todo se ponía a discusión y todo se sometía a la mayoría, a estudiantes,
maestros y trabajadores. Y yo hablaba de estas asambleas, en el auditorio de la prepa Ensenada era
así como, no sé, el palacio donde se reunían el tercero Estado en Francia, los representantes de la
asamblea nacional y así eran las asambleas, de mucho debate, muy apasionadas.

Eran sesiones muy prolongados, pero era un ambiente de mucha discusión y de mucha participación
y si, efectivamente estaban los compañeros del partido comunista, estaban los maoístas, surgían los
conflictos de ellos, y ahí aparecían en las asambleas, pero finalmente bueno se imponía la decisión
de la mayoría. Ahora ¿Qué tan viable es esté esquema? Pues evidentemente, en el esquema de la
universidad tradicional y de la educación positivista tradicional, no cabe, no es posible con esa
concepción de la educación, pero si se tiene la idea distinta, si se adoptan las posiciones de la
pedagogía critica, de Fredey, de Giro, McLaren, de Appol (1:13:09, un poco complicado los
nombres) y de todos estos pensadores, pues si cabe es lo que hay que hacer, porque de lo que se
trata, ósea, se entiende que en el proceso de enseñanza aprendizaje, no es el maestro el que trasmite
conocimiento, sino que es un aprendizaje en los dos sentidos, decía Fredey: “Todos aprendamos, el
profesor aprende, y no hay que pensar que el estudiante es una persona que no tiene saberes que
compartir o de los que podamos aprovechar, tiene su vida, su experiencia, tiene un bagaje que
podemos aprovechar”. Y entonces las asambleas son eso, intercambios democráticos de opiniones,
toma de colectivos que permitan que no se imponga una sola manera de ver las cosas, sino que se
vayan construyendo los procesos para construir una verdadera educación democrática. Entonces a
mí me parece que sí, que ese modelo que fue, lo que intento ser el cogobierno sería un modelo muy
rescatable. Desde luego habrá que revisar, hacer los ajustes que se tengan que hacer, pero es un
modelo muy rescatable en su esencia para impulsar una verdadera reforma educativa.

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