1 Apoyo Psicologico Al Paciente 2017
1 Apoyo Psicologico Al Paciente 2017
1 Apoyo Psicologico Al Paciente 2017
CONTENIDOS GENERALES
LOGOS:
PSIQUE: alma tratado o
ciencia.
Literalmente significaría ciencia del alma, posteriormente el termino de alma cambiaría por el
de PSIQUIS, con el objetivo de darle una connotación distinta a la teológica.
La psiquis no es materia pero es la expresión del más alto grado de su evolución, expresado en
la complejidad del cerebro humano. Esta abarca todos los procesos y fenómenos que hacen la
mente humana como una unidad.
Dentro del estudio de la psicología podemos encontrar una gran variedad corrientes
psicológicas tales como el Psicoanálisis, el Humanismo, el Conductismo, la Gestalt, la Escuela
Sistémica, etc., en donde cada una tiene una visión propia de la vida psíquica del ser humano.
Además la psicología abarca distintas áreas de estudio entre las cuales podemos encontrar la
Psicología clínica, la psicología infantil, la psicorehabilitación, la psicología del deporte, la
psicología industrial, psicología de la evolutiva, psicología comunitaria y social.
La psicología general tiene como objetivo el estudio de procesos mentales de los individuos
tales como: sensaciones, percepciones, atención, conciencia, memoria, lenguaje, imaginación,
entre otros. A continuación las analizaremos más detalladamente.
Afecto
En general se aplica la palabra emoción para describir todo estado, movimiento o condición por el cual
el hombre advierte el valor o importancia que una situación determinada tiene para su vida, sus
necesidades o sus intereses.
Las emociones pueden ser consideradas como la reacción inmediata del ser vivo a una situación
que le es favorable o desfavorable; es inmediata en el sentido de que está condensada y, por así
decirlo, resumida en la tonalidad sentimental, placentera o dolorosa, la cual basta para poner en
alarma al ser vivo y disponerlo para afrontar la situación con los medios a su alcance.
Los sentimientos, en cambio, son la expresión mental de las emociones; es decir, se habla de
sentimientos cuando la emoción es codificada en el cerebro y la persona es capaz de identificar
la emoción específica que experimenta: alegría, pena, rabia, soledad, tristeza, vergüenza, etc.
Voluntad
Capacidad que tiene el individuo para elegir entre realizar o no un determinado acto. Esta capacidad
depende directamente del DESEO y la INTENCIÓN de realizar un acto concreto.
En toda acción voluntaria tiene lugar una serie de etapas que son:
• Motivación: es el factor, el estímulo que incita al individuo a actuar. Es el estímulo justificante del acto.
Cuando aparece la motivación, se despierta en el individuo una sensación de inquietud que lo induce a
ponerse en movimiento con el fin de lograr su objetivo. Puede ser una sensación de apetencia o deseo
cuando el estímulo es agradable, o sensación de rechazo y alejamiento cuando ésta es desagradable.
• Racionalización: es un proceso de razonamiento, donde se valoran los objetivos que nos hemos
propuesto, así como los medios de los que disponemos para alcanzarlos. En esta segunda etapa entran
en juego el juicio y la capacidad racional del individuo, que va a orientarle desde un punto de vista moral
si aquello que pretende es factible o no lo es.
• Decisión: el individuo decide luchar por el objetivo o renunciar al mismo tras valorar los pros y los
contras; tras un proceso de razonamiento, el individuo llega a una conclusión que le permite decidir
sobre sus objetivos. Este proceso valorará las posibles consecuencias que traigan consigo luchar por el
objetivo previamente marcado, y en función a ello, el individuo tomará la decisión de seguir adelante o
renunciar.
PSICOLOGIA EVOLUTIVA
El desarrollo físico durante la infancia y primeros pasos se caracteriza por que el cuerpo del niño crece a
una tasa acelerada durante el primer año, para decrecer posteriormente. Por otra parte, el crecimiento
del cerebro es fundamental para el futuro desarrollo físico, cognoscitivo y emocional del recién nacido,
que gracias al sistema nervioso central le permiten activar conductas reflejas, que permiten entre otras
cosas, que el recién nacido succione su alimento, necesidad instintiva de supervivencia y protección. En
esta etapa, tanto el crecimiento físico como el desarrollo de las habilidades motoras son rápidos.
El desarrollo psicosocial durante esta etapa se caracteriza por la formación de apegos con los padres y
con otros, se desarrolla la conciencia de sí, ocurre el cambio de la dependencia a la autonomía y se
incrementa el interés por otros niños.
La formación del “yo” ha sido el primer paso importante en el desarrollo de la infancia. Sin embargo,
entraña una actitud egocéntrica ante el mundo, que no se superará hasta el fin de la segunda infancia. El
proceso de adaptación al mundo circundante se acelera, no sólo por el considerable cambio fisiológico
que experimenta el niño, sino, sobre todo, por un factor social: el desarrollo del lenguaje.
La tercera infancia (de 6-7 a 11-12 años)
La tercera infancia comienza con la fase de latencia y dura hasta la pubertad. Se evidencia la aparición
de las operaciones racionales y, en el plano afectivo y social, provoca una conciencia de la reciprocidad.
El proceso de socialización, que había comenzado con el lenguaje, se acelera ahora con la escolarización
del niño.
Es la época de la vida que marca la transición entre la infancia y el estado adulto. Es un período de
profundas transformaciones fisiológicas, que se caracteriza a la vez por importantes cambios en las
estructuras mentales, por el intento de liquidar el estadio infantil, en un plano afectivo y social, por los
difíciles ensayos de inserción en la sociedad adulta.
a) El plano fisiológico En la adolescencia se presenta un impulso biológico brusco, que lleva consigo al
principio un desequilibrio general de las funciones, una aceleración del crecimiento, el desarrollo de los
órganos genitales y de los caracteres sexuales secundarios
b) El plano intelectual Hacia los doce años, se efectúa una transformación fundamental en el
pensamiento del niño: el paso del pensamiento concreto al pensamiento formal o «hipotético-
deductivo». Hasta esa edad las operaciones de la inteligencia infantil son únicamente «concretas», es
decir, no se aplican más que a la misma realidad, a los objetos susceptibles de ser manipulados. A partir
de los doce años, el pensamiento formal empieza a ser posible, las operaciones lógicas comienzan a ser
traspuestas del plano de la manipulación concreta al de las solas ideas, sin el apoyo de la percepción ni
de la experiencia. Así, pues, el pensamiento formal del adolescente será hipotético-deductivo en el
sentido de que será capaz de deducir las conclusiones que se pueden extraer de puras hipótesis y no
solamente de la observación real. Otra característica importante de la actividad mental del adolescente
es su egocentrismo intelectual. Este se manifestará por la creencia en la omnipotencia de su reflexión,
como si el mundo debiera someterse y adaptarse a sus sistemas, y no los sistemas a la realidad.
Posteriormente, ese egocentrismo casi metafísico va encontrando su corrección en una reconciliación
entre el pensamiento formal y la realidad. La actividad intelectual del adolescente irá alcanzando el
equilibrio cuando éste comprenda que la función propia de la reflexión no es la de contradecir la
experiencia, sino la de interpretarla y, en el fondo, adaptarse a ella.
La adultez
Adultez joven o juventud: 20 a 40-45 años. La juventud comienza con el término de la adolescencia.
Constituye el período de mayor fuerza, energía y resistencia física. En relación al desarrollo intelectual,
los adultos son capaces de considerar varios puntos de vista simultáneamente, aceptando las
contradicciones, lo que se conoce como pensamiento dialéctico. En esta etapa lo ideal suele ser elegir
una pareja, plantearse la paternidad, lograr amistades duraderas y un trabajo estable.
La adultez media (de 45 a 65 años) Durante esta etapa se suele dar la llamada “crisis de la mitad de la
vida”, en la cual se produciría una suerte de lucha entre la generatividad y el estancamiento, la
necesidad de reelaborar la imagen del Yo debido a los cambios corporales, a la muerte de los padres, a
la marcha de los hijos, a la evaluación de los logros y las metas conseguidas. En general, se puede
afirmar que la "crisis de la edad media" no es un acontecimiento inevitable, ya que la existencia de
buenos recursos para enfrentar las exigencias del medio y las del crecimiento personal permitiría una
buena adaptación a la edad madura.
Adultez mayor o vejez (de 65 años en adelante) La vejez, percibida habitualmente como el declive físico
y psíquico de las personas, no tiene por qué ser necesariamente el punto más bajo del ciclo de vida,
siendo posible un envejecimiento razonablemente satisfactorio. La principal tarea de las personas
mayores suele ser la de comprender y aceptar su propia vida y utilizar su gran experiencia para hacer
frente a los cambios personales o a las pérdidas y limitaciones de sus condiciones físicas y psíquicas. Las
personas han de adaptarse a la disminución de su fortaleza y salud física, a la circunstancia vital de la
jubilación y asumir una mayor proximidad del final de la vida. Pese a lo que se suele pensar la salud de
las personas de esta edad es bastante buena, pues el 68 % de la población de adultos mayores está sano
y sólo un 5% se encuentra en un estado de invalides o postración, el resto tienen ciertas enfermedades
o limitaciones, pero siguen siendo autosuficiente. El problema es que muchas de las enfermedades que
se asocian con la vejez son enfermedades crónicas que han sido adquiridas aproximadamente a los
treinta años, como es el caso de la artritis, diabetes, enfermedades cardiacas, reumatismo, lesiones
ortopédicas, alteraciones mentales y nerviosas. Por lo tanto, el envejecimiento en sí mismo no es una
enfermedad y la mayor parte de las personas ancianas gozan de buena salud, aunque no se puede negar
que el envejecimiento esté acompañado de cambios físicos y que incremente la posibilidad de
desarrollar enfermedades crónicas, debido a que el equilibrio orgánico es más frágil. Algunos de los
cambios físicos son: declinación de las funciones sensoriales y perceptivas, disminución de la estatura,
propensión a la osteoporosis en las mujeres, atrofia de las glándulas sebáceas del rostro, pérdida de la
adaptación al frío y al calor, disminución de la fuerza y rapidez para realizar actividades físicas, las
paredes de las arterias se endurecen y se reduce su elasticidad, los mecanismos inmunológicos que
defienden de las infecciones y también del cáncer pierden eficiencia.
MECANISMOS DE DEFENSA DE LA PERSONALIDAD
Mecanismos de defensa: reciben este nombre una serie de métodos o técnicas que utilizamos todas las
personas con el fin de evitar la angustia o ansiedad que nos producen las frustraciones los conflictos de
nuestro psiquismo. Algunas características generales:
• Son inconscientes
• Consisten en arrojar fuera de la conciencia algún aspecto de la realidad, ya sea física o psicológica. Su
objetivo último es evitar la angustia o dolor psíquico que esos conflictos provocarían en la conciencia.
•Los mecanismos de defensa son utilizados por todas las personas, no sólo por aquellas que padecen
trastornos psíquicos.
Racionalización: Este mecanismo de defensa es una Ejemplos: cuando se pone el despertador pronto porque
forma sutil de negación. Se comprende que se está se tiene que hacer alguna tarea importante como
amenazado, pero se desliga del problema estudiar o hacer un trabajo, y cuando suena el
analizándolo y racionalizándolo, casi como si se despertador se apaga diciéndose a uno mismo frases
relacionara con otro sin afectarnos emocionalmente. como: “la verdad es que no es tan importante”, “ seguro
La persona se da a sí misma explicaciones que no son que me da tiempo a hacerlo luego en menos tiempo del
verdaderas, pero que le sirven para convencerse de que creía”...
algo y evitar aquello que le crea ansiedad, o que de
otra manera sería intolerable e irracional; también
ocurre cuando las personas se engañan a sí mismas al
pretender que una mala situación sea buena.
Intelectualización: La persona maneja las experiencias Ejemplos: Un ejemplo de ello sería “el niño repelente de
potencialmente angustiosas como si fueran objetos de la clase”, ese niño que intenta destacar sobre sus
estudio o de curiosidad, a fin de evitar compañeros a través de un lenguaje más avanzado para
comprometerse emocionalmente. Permite a las su edad, ocultando de alguna manera un sentimiento de
personas reducir el impacto de los incidentes inseguridad.
angustiosos. La intelectualización consiste en buscar También se da en los adultos como en el caso de aquellos
un lenguaje sofisticado para marcar diferencias con el que utilizan un vocabulario muy técnico ante hablantes
resto de la gente. no especializados en el tema.
Proyección: consiste en proyectar sobre los demás Ejemplos: cuando una persona no quiere admitir que
sentimientos, deseos o impulsos inaceptables para ama a otra, puede llevar a cabo una proyección y
uno mismo, con lo cual se evita la frustración convencerse de que es amada por la otra persona.
personal.
Aislamiento: Lo que se intenta mediante este Ejemplo: Se da también en las personas que tienen
mecanismo de defensa es huir de las situaciones de problemas en sus hogares, y buscan excusas para
tensión. Ante una situación conflictiva se separa la permanecer más tiempo fuera de casa, en el trabajo o la
situación misma de los sentimientos que provoca. escuela, para evitar enfrentar el problema que tienen en
su hogar.
Negación: consiste en rechazar una idea perturbadora Ejemplos: es cuando una persona pierde a un familiar
o desagradable sin arrojarla al inconsciente, sino muy querido, como por ejemplo su madre, y se niega a
negándola en la propia realidad. aceptar y se niega a aceptar que ella ya ha muerto y se
convence a sí mismo que sólo está de viaje u otra excusa.
También se da en las personas que tienen vicios, las
cuales se niegan a aceptar que tienen un vicio que no
pueden superar.
Fantasía: Este mecanismo sería algo parecido a soñar Fantasía: Este mecanismo sería algo parecido a soñar
despierto, al dar rienda suelta a su fantasía algunas despierto, al dar rienda suelta a su fantasía algunas
personas escapan de sucesos desagradables Se da personas escapan de sucesos desagradables Se da
cuando la persona, ante la insatisfacción que siente, cuando la persona, ante la insatisfacción que siente,
recurre a la imaginación y experimenta a través de los recurre a la imaginación y experimenta a través de los
sueños lo que no puede experimentar en la realidad. sueños lo que no puede experimentar en la realidad. Las
Las personas que con mucha frecuencia sueñan personas que con mucha frecuencia sueñan despiertas
despiertas descubren que sus propias creaciones son descubren que sus propias creaciones son más atractivas
más atractivas que la realidad. que la realidad.
Regresión: Las personas utilizan este mecanismo de Ejemplos: en los niños que ven como su primer puesto en
defensa cuando ante un acontecimiento frustrante la familia queda relegado por la llegada de un hermanito.
regresan inconscientemente a etapas anteriores de su Estos vuelven en ocasiones a presentar eneuresis,
vida. Bajo fuerte tensión las personas pueden regresando a una etapa que ya tenían superada.
retroceder a otras clases de conducta infantil. Se Una joven que siente frustración por la poca atención
recurre a estas conductas infantiles para resolver un que recibe de sus padres puede empezar a chuparse el
problema, con la esperanza de que alguien responda dedo como si fuera un niño pequeño.
como lo hicieron las personas adultas en su niñez.
Formación Reactiva: Designa una forma conductual Ejemplos: personas con deseos homosexuales reprimidos
de negación, en la que el individuo expresa con que, al no aceptarlos conscientemente, desarrollan
exagerada intensidad, ideas y emociones que son lo actitudes de suma hostilidad hacia los homosexuales,
contrario de lo que piensa. Cuando un deseo es manifestación odiarlos e, incluso, reaccionando
reprimido, el sujeto puede realizar conductas agresivamente ante ellos.
totalmente contrarias a ese deseo, generando así una Una persona puede tener una idea negativa acerca de
reacción negativa con el fin de evitar la angustia. fumar, pero como la mayoría de sus amigos fuman, él
dice que le agrada fumar aunque en realidad no le
agrada.
El Desplazamiento es la “redirección” de un impulso Por ejemplo, alguien que odia a su madre puede reprimir
hacia otro blanco que lo sustituya. Si el impulso o el ese odio, pero lo desvía hacia, digamos, las mujeres en
deseo es aceptado por la propia persona, pero la general. Alguien que no haya tenido la oportunidad de
persona al que va dirigido es amenazante, lo desvías amar a un ser humano puede desviar su amor hacia un
hacia otra persona u objeto simbólico gato o un perro. Una persona que se siente incómodo
con sus deseos sexuales hacia alguien, puede derivar este
deseo a un fetiche. Un hombre frustrado por sus
superiores puede llegar a casa y empezar a pegar al perro
o a sus hijos o establecer discusiones acaloradas.
PERSONALIDAD
Existen múltiples formas de definir la personalidad, sin embargo la mayoría de ellas coinciden con
aspectos como: las cualidades psicológicas que contribuyen al perdurable y distintivo patrón de
sentimientos, pensamientos y manera de conducirse de una persona.
Se entenderá entonces por perdurable aquellas características de la personalidad que son consistentes
en el tiempo y en los diferentes contextos de la vida de la persona. Cuando se habla de distintivo, se
refiere a que la teoría de la personalidad estudia las características psicológicas que diferencian a una
persona de la otra; no se preocupa por describir las reacciones o características similares, si no aquellos
aspectos que nos permiten identificar la individualidad de cada ser humano.
La personalidad está constituida por características innatas como es el tipo de sistema nervioso lo cual
define el temperamento; y otras que adquieren como aprendizaje en base a condicionamientos en
razón de los hechos y situaciones que van adquiriendo significación a lo largo de la vida lo cual definiría
al carácter.
TEMPERAMENTO
Tipos de temperamento:
El temperamento se divide en cuatro tipos los cuales se enmarcan en las características de Introvertido-
Extrovertido y Estable- Inestable.
CARÁCTER
Se podría definir al carácter como el sello personal característico de la persona, a diferencia del
temperamento este es adquirido por la influencia del entorno, es modificable y al momento de
manifestarse es controlable.
TIPOS DE PERSONALIDAD
La personalidad o los rasgos de personalidad que puede presentar un paciente, nos brindan una pauta
muy importante para saber acercarnos a él y establecer cuáles son las técnicas más adecuadas para cada
caso.
RASGOS DE PERSONALIDAD
TIPO DE RASGO DE CARACTERISTICAS PROBLEMAS BASICOS A CONTROLAR
ACERCAMIENTO PERSONALIDAD
- Tendencia a la teatralidad y al dramatismo. En las personalidades histéricas se puede
- Exagerada necesidad de estimación ajena.
producir un acercamiento emocional
- Tendencia a llamar la atención.
- Egocentrismo. inapropiado o el paciente puede tender a
- Hipersensibilidad emocional.
Histriónico la manipulación del profesional de salud.
- Predominio de lo afectivo sobre lo racional.
- Tendencia a enfrascarse en fantasías.
- Sugestionabilidad.
AFECTIVO
- Excesiva dependencia de la opinión de los demás.
- Escaso autocontrol emocional.
- Inestabilidad emocional. En las personalidades ciclotímicas puede
- Bruscos cambios de criterio.
Ciclotímico ocurrir una expresión afectiva más franca
- Grandes y súbitas oscilaciones en la autoestima.
- Labilidad emocional. pero con oscilaciones durante el proceso.
- Comportamiento imprevisible
- Desconfianza. En las personalidades paranoicas se
- Suspicacia.
requiere trabajar sobre la confianza y
- Frialdad y distanciamiento afectivo.
- Actitud reservada. espera, con franqueza y lógica.
- Escaso sentido del humor.
Paranoide
- Tendencia a la hipercrítica.
- Intolerancia.
- Preferencia por lo práctico.
COGNITIVO
- Perfeccionismo, Meticulosidad, Escrupulosidad. En las personalidades anancásticas de
- Descuido de lo fundamental por lo accesorio.
atiende a la organización con
- Excesivo afán por el orden.
Anancástica. - Tendencia excesiva a la planificación y previsión. permisividad y lógica.
- Pesimismo.
- Dificultad para adaptarse a situaciones nuevas.
- Tendencia a la autoacusación, Hiperresponsabilidad.
- Dificultad para delegar responsabilidades.
- Estilo de vida austero.Tendencia a la hipercrítica.
- Severidad. Intolerancia. Inflexibilidad.
- Alto nivel de exigencia.
- Tendencia a pensamientos y análisis exhaustivos.
- Inseguridad. Indecisión. Trato correcto, pero frío y
distante.
- Impulsividad, Irritabilidad, Auto y heteroagresividad. En las personalidades inestables con
- Falta de sinceridad.
claridad y objetivos precisos
- Despersonalización y desrealización.
- Sentimientos permanentes de vacío y aburrimiento.
- Comportamientos imprevisibles e irresponsables.
Inestable
- Inestabilidad afectiva. Intolerancia a la soledad.
- Inestabilidad laboral o escolar.
- Excesiva dependencia.
- Tendencia al abuso de alcohol y otras drogas.
- Alteraciones sexuales.
- Carácter irritable, agresivo y explosivo. En las personalidades disociales con
- Ausencia de adecuada planificación en asuntos
rigidez y normación.
COMPORTAMENTAL importantes.
- Dificultades en el autocontrol de los impulsos.
- Dificultad para dar y recibir afecto.
- Ausencia de sentimientos de culpa y remordimiento.
- Egoísmo. Despreocupación, desinterés por los demás.
- Inestabilidad laboral y afectiva.
Disocial
- Dificultades de adaptación e integración social.
- Desprecio por las normas sociales comúnmente admitidas.
- Conductas delictivas y antisociales.
- Consumo de alcohol y drogas. Tráfico de drogas.
- Incapacidad para asumir obligaciones y responsabilidades.
- Conductas imprudentes y de riesgo.
- Desprecio de la verdad. Mentiras y engaños en provecho
personal.
- Promiscuidad sexual. Prostitución. Delitos sexuales.
- Dificultades para relacionarse y desinterés por En las personalidades esquizoides el
Esquizoide conseguirlo. vínculo social y respeto a la intimidad.
- Introversión.
Respeto a su espacio personal
- Frialdad y distanciamiento afectivo.
- Excesiva indiferencia hacia los demás.
- Actitud reservada y retraída.
- Tendencia a la soledad.
- Escasa participación en actividades sociales.
- Tendencia a la fantasía y al ensimismamiento.
DISTANTE
- Exagerado temor al rechazo social. En las personalidades evasivas la
- Baja autovaloración y autoestima.
Evitativo confianza social y apoyo emocional.
- Excesiva dependencia de las actitudes de los demás.
- Sobrevaloración de las relaciones sociales. Respeto a su espacio personal
- Tendencia desproporcionada a la Autoinculpación
- Excesiva dependencia de otras personas. En las personalidades dependientes las
- Autoimagen devaluada.
condiciones de apego excesivo, apoyo
- Incapacidad para asumir responsabilidades.
dependiente - Inseguridad. emocional.
- Indecisión.
Respeto a su espacio personal
- Resignación.
- Sumisión.
- Pensamiento mágico. Tendencia a la fantasía. Evitar contradecir sus creencias y el
- Ilusiones y errores sensoperceptivos.
acercamiento afectivo.
- Interpretaciones inadecuadas de sucesos normales.
Esquizotípico - Dificultades en las relaciones sociales. Respeto a su espacio personal
- Comunicación verbal peculiar. Frialdad y distanciamiento
afectivo.
- Despersonalización y desrealización.
ACTITUDES
CONDUCTAS HUMANAS
En principio, vamos a definir las actitudes como evaluaciones positivas o negativas de los objetos de
pensamiento. Los objetos de pensamiento pueden ser problemas sociales (el aborto, la crisis económica,
la pena de muerte, el cambio climático, etcétera), grupos (ecologistas, inmigrantes, etcétera),
instituciones (el Ayuntamiento, la Iglesia católica, etcétera), productos (teléfonos móviles, videojuegos,
carne de cerdo, etcétera) o personas (mi vecino, mi jefe, el Presidente de EEUU). Por ejemplo, nuestra
actitud ante un candidato político incluye nuestras creencias acerca de sus capacidades y sus posturas
sobre temas cruciales y nuestras expectativas acerca de cómo actuará el candidato al respecto. También
tenemos sentimientos hacia el candidato, como agrado o desagrado, confianza o desconfianza. En
función de esas creencias, expectativas y sentimientos, estamos inclinados a comportarnos de ciertas
maneras hacia el candidato, por ejemplo, votar por él o no, contribuir a su campaña, etcétera. En
definitiva, tenemos una actitud hacia ese candidato. Esos tres aspectos (creencias, expectativas y
sentimientos) suelen concordar entre sí. Por ejemplo, si tenemos sentimientos positivos hacia algo,
tendemos a tener creencias positivas y a comportarnos de manera positiva hacia eso. Esto no significa
que cada una de nuestras acciones refleje con precisión nuestras actitudes: podemos tener
sentimientos, creencias y expectativas negativas hacia una persona y comportarnos de forma cortés,
educada y respetuosa con ella.
Características:
Las actitudes son adquiridas a través de la experiencia o influjo social. La diferencia con las
necesidades está en que estas últimas son tendencias innatas, de esto deriva que, mientras las
necesidades son universales, las actitudes son específicas y personales.
Están dirigidas a un objeto, entendiendo por objeto cualquier cosa real o imaginada,
acontecimiento o idea abstracta: la familia, la religión, la política, el divorcio, la música. La
actitud canaliza la energía hacia una cierta expresión más bien que hacia otra.
Suponen una valoración del objeto implicando una posición favorable o contraria; ya que la
actitud determina cómo el estímulo es percibido y codificado por el individuo. Así, la actitud
hacia el tabaco puede oscilar entre muy favorable, en el fumador empedernido y muy contraria
en el militante de la liga anti-tabaco.
Suponen una predisposición a la acción. La actitud es algo que viene antes de la acción
(entendida como algo externo); en algún modo la prepara y la introduce, contribuye a darle una
intención y un estilo de comportamiento, pero sin confundirse jamás totalmente con ella.
Tienden a ser duraderas y difíciles de modificar, pero es posible cambiarlas mediante procesos
interiores y por efecto de influencias externas.
Influjo social. Las actitudes también se forman por imitación: los niños imitan la conducta de sus
padres y personas significativas adquiriendo actitudes cuando nadie está tratando
deliberadamente de influir en sus creencias. Los medios de comunicación, las personas famosas,
etc, representan una influencia en las actitudes sociales, especialmente de los niños y
adolescentes. En estos casos, no es necesaria la experiencia personal. Sin haber tenido
experiencia directa con un objeto, se puede tener una actitud muy definida hacia ese objeto.
La relación entre actitudes y conducta es complicada, los psicólogos han tratado de predecir la conducta
de los individuos a partir de sus actitudes y han llegado a la conclusión de que muchas veces no se
cumple: "Así pienso, así actúo". Muchas veces las personas no actuamos de acuerdo con nuestra actitud.
Variables como la fuerza de la actitud, lo destacado de esa actitud en una situación social, la percepción
subjetiva de cómo espera la gente que la persona se comporte, etcétera ayudan a determinar si una
persona actuará o no de acuerdo con su actitud y a explicar el por qué. Los rasgos de personalidad
también son muy importantes: algunas personas adecúan sus acciones a sus actitudes de forma
consistente, mientras que otros tienden a invalidar sus actitudes para comportarse de forma
socialmente aceptada en una situación determinada.
Prejuicio y discriminación: Estos dos términos, que a veces se usan de manera indistinta, se refieren a
dos conceptos diferentes:
El prejuicio (una actitud) es una opinión intolerante, desfavorable y rígida de un grupo de personas. La
gente tiene prejuicios cuando asume que todos los miembros de cierto grupo comparten ciertas
cualidades negativas; cuando es incapaz de ver a los miembros de ese grupo como individuos y cuando
ignora información que refuta sus creencias. Es una actitud que puede observarse en todos los ámbitos
y actividades de la sociedad, en cualquier grupo social y en cualquier grupo de edad, e implica una forma
de pensar íntimamente relacionada con comportamientos o actitudes de discriminación. Ejemplos:
xenofobia, sexismo.
Frecuentemente están basados en estereotipos, concepto que hace referencia a la imagen, idea o
representación mental simple y rígida que un grupo social tiene de otro colectivo o grupo. Se trata de
opiniones generalizadas y no contrastadas que se basan en ideas preconcebidas que distorsionan la
realidad porque seleccionan o hacen énfasis en unos atributos en detrimento de otros. A partir de unos
pocos rasgos, nos hacemos una idea de los individuos y establecemos unas expectativas de
comportamiento. Ejemplos de estereotipos: las feministas son feas, los hombres no tienen sensibilidad.
La discriminación (una conducta) es un acto o una serie de actos que niegan oportunidades y estima
social a todo un grupo de personas o a miembros individuales de ese grupo. Discriminar es tratar a una
clase entera de personas como si no fueran iguales.
ASPECTOS PSICOLOGICOS DEL PACIENTE FRENTE A LA ENFERMEDAD
La Enfermar muchas veces en la vida de las personas significa un quiebre, una ruptura de su dinámica
diaria, este proceso trae consigo una serie de reacciones antes este cambio. Existen muchos factores
que intervienen en esas reacciones, entre los que destacan la personalidad del paciente, su edad, el tipo
de enfermedad, la familia y los amigos, el hospital y la personalidad del médico y demás profesionales
de la salud.
Estrés y enfermedad
El estrés es una respuesta del organismo ante una situación amenazante o de demanda incrementada.
– Tiene un componente biológico y un componente psicológico.
– El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia.
– La percepción de la amenaza depende del individuo.
– Cuando esta respuesta natural se da en exceso puede repercutir negativamente sobre el organismo
El conocer la etapa del proceso evolutivo del paciente nos ayudara a comprender mejor las reacciones
de este frente a la enfermedad. Por ejemplo los adultos jóvenes tienen más riesgo de reaccionar ante
una enfermedad con resentimiento o incredulidad, y de buscar diferentes opiniones con la esperanza de
que el diagnóstico original fuese una equivocación. Los pacientes ancianos en general aceptan mejor sus
problemas médicos.
Tipo de enfermedad
Marca una gran diferencia en las primeras reacciones del paciente y durante su proceso de adaptación a
la enfermedad. Por ejemplo las enfermedades del corazón, como las arritmias o las enfermedades de las
arterias coronarias, producen mucha ansiedad y el miedo ante la muerte es constante. La insuficiencia
respiratoria o la dificultad para respirar producen un estado de ansiedad agudo que se resuelve cuando
la situación revierte. El diagnóstico de cáncer produce miedo y las enfermedades de transmisión sexual,
como el SIDA, producen, con frecuencia, además de miedo, sentimientos de culpa. Las enfermedades
crónicas, como la insuficiencia renal, artritis reumatoide o diabetes mellitus, producen diversas
respuestas que van desde su aceptación hasta su negación, rechazando el tratamiento.
La complejidad de la dinámica familiar afectará el comportamiento del paciente. Así, por ejemplo, la
ansiedad del esposo será transmitida al paciente. Además es importante la presencia familiares y
personas cercanas al paciente como una fuente de apoyo durante en proceso, aportara la percepción de
bienestar y a la adherencia al tratamiento
Ganancias secundarias
Culpa: El sentimiento de culpa tradicional por el que la enfermedad sería algo merecido por
trasgredir normas fundamentalmente morales. Ha sido especialmente evidente en las
enfermedades de trasmisión sexual como el SIDA, o en casos de lesiones o hasta amputaciones
de miembros debido accidentes tránsito, etc.
Desvalimiento: Regresión a un momento anterior del desarrollo psíquico. La persona se siente
vulnerable y la situación se expresa en dependencia de otros.
Inferioridad: Especialmente evidente en personalidades fuertes, que cuando enferman viven la
enfermedad como signo de debilidad.
Ansiedad: Expectación aprensiva (preocupación excesiva e irracional por lo que pueda suceder).
Puede dar a lugar conductas de evitación fóbica (el paciente evita hacer ciertas actividades por
miedo).
Rabia/Agresividad: En ocasiones la rabia se dirige al personal sanitario a quien culpa de algunos
aspectos de su situación (origen de la enfermedad, complicaciones, entre otros.)
Evasión: La persona rechaza de la realidad actual.
Negación: El individuo trata de eliminar todos aquellos sentimientos o pensamientos
desagradables. Expresada en minimización, trivialización, etc. Se da en personas
emocionalmente inmaduras, con dificultad para tolerar la amenaza de la enfermedad. La
relación con estos pacientes es difícil, puede parecer: antipáticos, distantes, descalificadores.
ASPECTOS PSICOLOGICOS DEL PACIENTE AMBULATORIO
Un paciente ambulatorio es aquel que debe acudir regularmente a un centro de salud por razones de
diagnóstico o tratamiento pero que no necesita ser internado. Por esta razón, también se conoce al
paciente ambulatorio como diurno o de día.
Una de las ventajas de los tratamientos ambulatorios es que no exigen a los pacientes un cambio de
entorno, lo cual les permite continuar con el normal cumplimiento de sus actividades laborales,
académicas y sociales lo que reduce los niveles de estrés a diferencia de los pacientes hospitalizados.
Pero al igual que cualquier otra persona que se encuentra en un proceso de enfermedad ellos presentan
diferentes reacciones emocionales, por lo que es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos.
Comunicación
La asertividad
La asertividad es la capacidad que tenemos para defender los propios pensamientos y sentimientos sin
vulnerar los derechos de los demás.
APOYO PSICOLOGICO AL NIÑO Y ADOLESCENTE DURANTE LA ENFERMEDAD
El punto de vista de los niños en relación con la enfermedad y la salud es muy variable: depende de la
etapa vital que estén atravesando.
Primera infancia (0 - 3 años). En los primeros meses no existe una idea de la enfermedad. Se
comunican por llanto y movimientos corporales ante molestias. Esta forma de comunicarse es de muy
difícil interpretación. De 1 a 3 años, sus reacciones dependerán de sus experiencias previas, y en caso de
no poseerlas, su imaginación sustituirá al conocimiento. Los síntomas son difíciles de tipificar y no sabe
expresarlos discriminativamente.
Escolar (7 - 12 años). Desarrollan una idea causal de la enfermedad más elaborada: son capaces de
atribuir causas concretas. Es capaz de diferenciar entre salud y enfermedad. Reconoce inconvenientes
de la enfermedad (no puede salir a jugar): aprende a valorar la salud frente a la enfermedad. Pide ayuda
a mayores cuando se encuentra mal pues ya sospecha que puede estar enfermo. Aprenden a valorar lo
importante que es contarle al médico lo que se tiene o se siente para que éste pueda establecer un
diagnóstico correcto. En cuanto al tratamiento, no entienden bien que éste tenga que ser en ocasiones
doloroso, pues perciben cierta contradicción en el hecho de que para que algo tenga efecto positivo
(efecto curativo) deba tener también efecto negativo (dolor del pinchazo).
Un ataque a su imagen corporal y a su autoestima: implica asumir las limitaciones del cuerpo,
lo que produce una desvalorización personal y disminución de la imagen que se les da a los
demás. Muchos adolescentes suelen vivir su cuerpo como invulnerable, imaginando que no les
va a pasar nada malo.
La necesidad de dependencia de los demás cuando está luchando por lo contrario:
autosuficiencia y la individualidad. La disposición de sus padres a seguir cuidándolos suele ser
vivida como invasiva y agobiante, generando varios motivos de discusión. Considera esta
dependencia como un paso hacia atrás en su desarrollo.
Un aumento de la sensación de aislamiento y soledad debido a que los padres pueden haber
perdido ya la función de apoyo y protección que tenían en la infancia.
La pérdida de los sentimientos de omnipotencia e invulnerabilidad les puede permitir una
visión más realista de sí mismos, pero también les puede afectar emocionalmente. Aparece el
miedo a las consecuencias de la enfermedad y a la muerte.
Tener que afrontar los sentimientos de pudor y vergüenza asociados al cuerpo: teme los
reconocimientos médicos porque es angustioso exponer su cuerpo desnudo a la mirada de los
demás. El adolescente tiende a consultar poco por iniciativa propia. Les cuesta mucho
comunicar a los demás lo que les ocurre en su cuerpo. Por otro lado, si dicen que les duele algo,
temen perder su autonomía y su libertad. Tiene una idea más elaborada de la enfermedad como
proceso, con lo cual necesita continuamente ser informado de los cambios en el proceso
patológico. Puede asimilar limitaciones que la enfermedad le provoque y es consciente de la
importancia de describir con detalles el problema que le haya surgido. Su comportamiento se
caracteriza por la ambivalencia: puede reaccionar como un adulto o como un niño. Es habitual
que sufra frecuentes cambios de humor y estado de ánimo. No está acostumbrado a cuidar de
su salud (lo hacían sus padres) y no valora aspectos como la importancia de una alimentación
adecuada, de la higiene, de los hábitos sanos, etc.
La hospitalización supone una experiencia traumática a cualquier edad; en el niño puede llegar a alterar
su crecimiento y desarrollo. La reacción del niño que ingresa en el centro hospitalario se puede resumir
en dos hechos:
La llegada suele hacerse en un clima de tensión y excitación familiar que muchas veces se
manifiesta en forma de gritos, prosas, desesperación, etc.
Ha observado a gente o familiares sufrir la situación de la hospitalización.
Teme la separación de los padres, en caso de experiencias previas.
Se le obliga a relacionarse con extraños que pueden ser antipáticos o exigentes, y cuyo lenguaje
no entiende.
Teme una solución agresiva a su problema.
Teme que pueda morir como consecuencia de la enfermedad o de la intervención quirúrgica.
Tipo de enfermedad: si va acompañada de dolor, si es aguda o crónica. El dolor físico apenas deja huella
en el niño; sólo permanece en su memoria el recuerdo del sufrimiento.
Reacciones de los padres: el niño percibirá su dolencia también en función de la reacción que los padres
tengan hacia ella. Los padres pueden presentar una reacción de alarma e indefensión (nervios y
bloqueo), una actitud pasiva o una actitud positiva (protección y cooperación).
Personalidad del niño: los niños reaccionan según sus características personales. Pueden presentar
cambios frecuentes de humor, enfado ante situaciones poco importantes, falta de entusiasmo o ganas,
depresión.
Ambiente familiar: tiene que ver con el espacio y las condiciones de la vivienda, los hábitos y la
comunicación familiar (muestra de afecto).
Experiencias anteriores que el niño haya tenido y el nivel de sufrimiento que implicaron. Pueden ser
inexistentes (sin temor), positivas (tranquilo y colaborador) o negativas (miedo y angustia ante cambios
y limitaciones). Puede aparecer "angustia ante la bata blanca", una reacción fóbica que presentan ante
la visión de las batas de los sanitarios.
Separación de los padres: según la edad del niño pueden sufrir soledad, falta de apoyo, etc.
Información: se la debe solicitar antes de los procedimientos (si es doloroso o no) evitando las ideas
equivocadas o falsos temores por obtenerla mediante la observación de los demás.
Tratamiento: depende del lugar donde se aplique (casa, ambulatoria, hospital) y de la duración de la
estancia hospitalaria.
Edad y momento psicoevolutivo (período de la infancia con las características diferenciadas a nivel
psicológico, físico y mental) en que se encuentra el niño.
Los bebés no tienen lenguaje, no diferencian las sensaciones (malestar o bienestar físico) ni las
emociones (enfado, se siente bien o mal). No pueden expresar o diferenciar qué les duele. No
poseen noción alguna de enfermedad. Progresivamente van entendiendo el significado de
"estar malito".
Hasta los 6 o 7 años no temen a la enfermedad, a menos que haya tenido alguna experiencia
negativa. Utilizan razonamientos lógicos que les permiten ir comprendiendo mejor la realidad
externa y sus emociones. Comienzan a percibir la enfermedad como un estado especial del
organismo diferente al de salud.
Hasta los 4 o 5 años sólo saben de la muerte que significa la ausencia del que fallece. Luego va
adquiriendo el carácter de irreversibilidad, de ausencia permanente.
Hasta los 11 o 12 años no llegan a formarse una idea más precisa de la enfermedad y de los
distintos aspectos en que repercute (tanto físicos como psicológicos). En la adolescencia
comprenden los significados de enfermedad y muerte.
Para los padres la hospitalización de un hijo tiene un significado amenazante para la integridad física y
emocional del niño, lo que produce angustia. La enfermedad altera la dinámica familiar, ya que requiere
cuidados especiales que suponen cambios en la organización. Actúa en los miembros de su familia como
una agresión. Sobre los hermanos produce un impacto significativo ya que experimentarán un aumento
del nivel de estrés al tener que realizar un mayor número de tareas en el hogar y recibir una menor
atención por parte de sus padres. Pueden sufrir regresiones, comportamientos infantiles, agresividad
contra el hermano enfermo, celos, rebeldía ante las normas; pero también sentimientos de abatimiento
y tristeza, deseos de enfermar o morir. Una enfermedad en cualquier miembro de la familia tendrá
repercusiones sobre cada uno de los demás miembros, originando así un cambio en todo el sistema
familiar.
De modos distintos, cada uno de los miembros de la familia experimentará, con distintos matices, un
sentimiento de pérdida: de la salud, de la tranquilidad, de la sensación y percepción del control, de la
capacidad de protección de los hijos, de la atención que recibirán de los otros miembros de la familia, de
ciertos proyectos, de las relaciones sociales y de las actividades escolares, profesionales y recreativas.
Las reacciones de los padres repercuten en la capacidad del niño/adolescente para afrontar el problema.
Las reacciones más frecuentes de los padres pueden ser:
Sobreprotección: los padres no dejan hacer a sus hijos nada por sí solos, creen ver riesgos y
peligros por todas partes. Intentan protegerlos adelantándose a las necesidades que pueda
tener el niño. Predisponen a que el niño adopte una actitud pasiva.
Interdependencia mutua: fundamentalmente madre-niño. La madre evita separarse del niño
tratándole como si fuera un bebé.
Tolerancia excesiva: satisfacen todos los caprichos de sus hijos, se les permite todo sin ponerle
límite alguno.
Escasa o incorrecta educación sobre la enfermedad: los padres no quieren hablar de la
enfermedad ni de enfermos en casa para que el niño no sufra. El niño necesita de forma
proporcional a su desarrollo cognitivo ir asimilando la comprensión de la enfermedad como un
hecho común que todos debemos saber afrontar.
Ansiedad: manifiesta gran nerviosismo. El niño se da cuenta y se pone nervioso y se atemoriza
(su estrés aumenta). Se produce un "contagio emocional", con lo cual es mejor si los padres se
sienten cómodos y relajados.
Respuesta ajustada a la situación: reaccionan con entereza y razonando las consecuencias de la
enfermedad.
APOYO PSICOLÓGICO DE LOS PROFESIONALES SANITARIOS
Prestar ayuda psicológica a los menores de edad resulta una ardua actividad ya que:
El nivel de maduración intelectual varía mucho de unos niños a otros de una misma edad.
La comprensión de la enfermedad depende del tipo de educación que hayan recibido.
La comunicación con los niños, especialmente con los más pequeños, resulta muy difícil.
La experiencia de enfermedad y hospitalización les resulta novedosa y extraña, lo que les produce un
rechazo debido al temor que les suscita.
Las primeras edades se caracterizan por cambios rápidos y continuos tanto físicos como psíquicos; las
medidas de apoyo emocional a los niños deben diferenciarse en función de la edad.
(12 - 18 AÑOS) Se deberá dirigirse a ellos (y no a sus padres) en indagar en la posible dolencia que
presentan, y al informarle sobre los diversos aspectos de su enfermedad y de las medidas terapéuticas
aconsejadas. Prestar especial atención a preservar su intimidad en la realización de los actos sanitarios.
Si están hospitalizados, se ha de facilitar su contacto con el exterior, con sus familiares y amigos, lo cual
actuará positivamente sobre su estado anímico. Favorecer que se distraigan proporcionándoles los
medios necesarios (juegos, libros, escuchar música). Explicarle claramente las normas hospitalarias, y
actuar con firmeza no exenta de la flexibilidad, para que las cumplan, pues es de esperar que las
cuestionen. Necesitan expresar sus sentimientos y temores.
El envejecimiento es un cambio progresivo inevitable. El declive y deterioro del cuerpo y de los sentidos
disminuye poco a poco nuestra libertad de acción, mientras que los órganos internos nos dan toques de
atención con sus averías, pero las connotaciones negativas y los prejuicios sociales que hoy se sitúan en
torno a la vejez no ayudan a adaptarnos a este cambio esperado y progresivo que se produce en todas
las personas de forma natural. Cada día más personas mayores convierten el paso de los años en una
experiencia de participación, de sabiduría y de satisfacción.
El equilibrio psicológico.
Variables que determinan las actitudes del anciano ante su propia muerte.
Algunas de las variables han demostrado ejercer una mayor influencia sobre las actitudes de la
población anciana hacia la muerte.
La Edad La edad parece representar uno de los factores más importantes de la actitud hacia la
propia muerte. En los intervalos de edad comprendidos entre 65 y 95 años la respuesta
predominante es la aceptación de la muerte como algo inevitable. En el intervalo de edad de 85
a 95 años aumenta sensiblemente el porcentaje de aceptación; parece que la inminente
proximidad a la muerte puede conllevar un mayor grado de aceptación. La mayoría de los
ancianos suelen poseer una orientación activa hacia la muerte y no están de acuerdo con la idea
de que se deba ignorar y no hacer planes en relación con ella (testamento, funerales, etc.).
El Estado Civil El estado civil parece determinar las actitudes que los ancianos mantienen hacia
la muerte. Así, se ha constatado que los ancianos casados muestran una mayor ansiedad ante la
muerte que los viudos o los solteros. Quizás esto pueda ser así por la mayor preocupación por la
situación tanto económica como emocional en la que pueda quedar el cónyuge una vez que el
sujeto haya fallecido.
La Religiosidad Quienes encuentran que a mayor nivel de religiosidad existe una menor
ansiedad ante la muerte consideran que esto es debido al apoyo emocional y a que las
creencias ayudan a afrontar el miedo. A estos efectos benéficos de la religión habría que añadir
el mayor apoyo que reciben aquellos ancianos que pertenecen a una comunidad ya sea religiosa
o no.
Actitud de indiferencia: “era normal que un día sucediera…”,”a todos nos toca”, “yo ya soy
demasiado viejo”, etc. - Actitud de temor: quizá no tan ligada a la muerte como a todo aquello
que la precede (temor al dolor, al sufrimiento inútil, etc.)
Actitud de descanso: experimentando por personas que han sufrido mucho en su vida o que
padecen una enfermedad crónica.
Actitud de serenidad: el anciano tiene conciencia de haber vivido una existencia plena, de haber
sido útil a los demás. En la vejez, se revisa la propia vida y tal vez se sienta satisfecho de que
valió la pena, o trate de reparar fracasos anteriores. Ahora se teme menos a la muerte. En el
caso de una salud deteriorada o una enfermedad crónica, la muerte se puede ver como una
bendición. Si la vida ha sido decepcionante, la muerte puede ser menos aceptable, quizás aún se
desee resolver algunos problemas de la propia vida. La vejez y la jubilación pueden ser la época
más placentera de la vida, llena de paz, felicidad y satisfacción. En esos casos, la muerte se
acepta ya como una parte natural del ciclo de la vida
Actitudes del personal de salud que promueven el equilibrio psicológico de los ancianos
Motivarles en actividades como leer el periódico, revistas, ver la televisión o escuchar la radio,
como medio de información actual.
Fomentar la amistad y comunicación entre ellos.
La enfermedad crónica es un trastorno que obliga a la modificación en el modo de vida del paciente y
que es probable que persista en el tiempo, sus características son:
Padecimiento Incurable: permanente e irreversible con periodos de remisión y recaídas.
Multicausalidad o plurietiología: están asociadas a diversos factores químicos, físicos,
ambientales, socioculturales, muchos de ellos relacionados con el modo de vida y el trabajo. En
las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, intervienen múltiples causas: tabaco,
hipercolesterolemia, hipertensión, estrés, etc.
Multiefectividad: un factor de riesgo puede producir múltiples efectos sobre distintos
problemas de salud. Por ejemplo, el tabaco puede producir cáncer de pulmón, EPOC,
enfermedad cardiovascular.
No Contagiosas: no están producidas por agentes microbianos, por lo tanto no pueden
transmitiese.
Incapacidad Residual: dejan secuelas psicofísicas y, por tanto, disminuyen la calidad de vida.
Rehabilitación: requieren entrenamiento específico del paciente y de su familia para asegurar
su cuidado y una estrecha colaboración y supervisión del equipo de cuidados.
Importancia Social: determinada por las tasas de mortalidad y la repercusión socioeconómica,
incapacidades en la población activa y gasto sanitario que generan.
Sentimientos de pérdida: se generan en el paciente respecto a su vida anterior.
Reacciones de huida o negación: El paciente grave puede hacer una negación total de su padecimiento,
e intentar normalizar su vida. El enfermo crónico puede también hacer una negación de su diagnóstico,
aunque el cuadro no reviste el dramatismo anterior. En la medida en que el proceso crónico es más
asintomático, favorece en mayor medida una huida de este tipo. El sanitario puede detectarla por las
consultas típicamente en "rachas", con largos periodos en los que el paciente "desaparece".
Este proceso de afrontamiento es similar al del duelo cuando perdemos a un ser querido, porque la
enfermedad crónica provoca la pérdida de nuestra tan codiciada salud. La Dra. Elisabeth Kubler-Ross ha
identificado las cinco etapas de ajuste a medida que aprendemos a aceptar una enfermedad crónica:
Las personas no estamos preparados para enfrentarnos a la pérdida de la salud, de manera que
negamos la enfermedad, esa será nuestra primera reacción de defensa ante la noticia de que
padecemos tal enfermedad crónica. La negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia
inesperada e impresionante; y es una forma de defendernos mentalmente ante esa mala noticia.
Esa negación nos originará pensamientos como que el médico recibió un informe erróneo del
laboratorio, podemos negar la gravedad de la enfermedad porque no vamos a permitir que eso nos
inquiete. Esta negación puede tomar, peligrosamente, una forma de desafío. Afirmaciones como, “¡Voy
a comer, a hacer ejercicio y a tomar o no mis medicamentos como me plazca!“
Aparecen nuestros miedos y temores porque tienes un diagnóstico, pero muy poca información sobre la
enfermedad. Tu círculo familiar y de amigos probablemente saben muy poco o nada sobre la
enfermedad y de cómo nos afecta.
En esta etapa reconocemos que la negación no puede continuar, porque la enfermedad es totalmente
evidente. Aparecen sentimientos como la ira y todos los sentimientos asociados a la misma y esto
provoca que no nos dejemos cuidar o si se dejamos que resulte más complicado. Y por nuestra mente
aparecerán múltiples preguntas como: “¿Por qué a mi?”, “¡No es justo!”, “¿Cómo me puede estar
pasando esto a mi?”. Nos enfadaremos con los médicos y/o con el resto de profesionales sanitarios por
no realizar el diagnóstico más precoz y por no ayudarnos más de lo que lo está haciendo. También nos
enfadaremos con nuestra familia, amigos y compañeros de trabajo por no comprender y entender por
todo lo que estamos pasando.
En esta etapa alcanzaremos en un último intento de llegar a un compromiso con la propia realidad de la
enfermedad crónica. Y empezaremos a pensar: “Si como demasiado sólo los fines de semana, no será
tan malo.”, “Si practico más la caridad, no sufriré otro ataque cardiaco.” …
Intentaremos llegar a acuerdos con nosotros mismos y con los demás para mejorar nuestra salud y
calidad de vida.
Lo más importante en esta fase es comprender que la enfermedad crónica no es un castigo por algo que
hiciste mal. Es una de las muchas enfermedades que simplemente forman parte de la vida.
El problema de salud que causa la enfermedad realmente nos impacta a diferentes niveles como el
físico, el psíquico y el social.
Aparecen sentimientos de no servimos para nada porque no podemos hacer muchas de las cosas que
hacíamos anteriormente. Tendremos mucho miedo a las vivencias e incapacidad que pueda generar la
enfermedad crónica y de todo lo que nos va a traer la enfermedad a nuestras vidas.
En esta fase lloraremos, sentiremos pena por nosotros mismos y generalmente renunciaremos a hacer
muchas cosas porque no encontramos alegría en nada. La pena nos puede conducir a la depresión y a la
desesperación. Nos damos cuenta de que nuestra forma de vida ha cambiado o está cambiando de una
manera drástica. Quizás ya no somos capaces de hacer todas las cosas con la que siempre hemos
disfrutado. Nuestro futuro que antes nos parecía tan esperanzador ahora parece un gran espacio blanco
con un gigantesco punto de interrogación en el medio. Es perfectamente normal sentirnos deprimido
por estos cambios y nos preguntaremos cómo seremos capaces de vivir el resto de tu vida con esa
enfermedad.
La primera cosa que tenemos que recordar es que tendremos algunos buenos días y algunos malos días.
Cuanto más aprendamos sobre cómo manejar nuestra enfermedad, que actividades desencadenan una
crisis y que tipo de tratamiento nos ayuda más, podremos aumentar el número de días en el que nos
encontraremos mejor.
Nuestra vida quizás no es tan buena como la que habíamos esperado, pero sí puede ser mejor a la que
nos encontramos tras la enfermedad. Cuando todo está dicho y hecho, efectivamente puede que sea
mejor de la que habías imaginado.
Habiendo pasado por las cuatro etapas anteriores, ahora la enfermedad se acepta como parte más de
nuestra vida, una realidad con la que debemos de vivir porque no existe otra vía de escape. Con los
primeros rayos de luz irán apareciendo los colores del arco iris emocional y el descubrimiento de
capacidades que se encontraban latentes.
Debemos de reconocer que nuestra mejor oportunidad de felicidad futura radica en la comprensión de
nuestra enfermedad y de nuestro compromiso de vivir con la enfermedad sin poner más limitaciones de
las que nos origina.
La aceptación no es resignación. Es comprender que nuestra vida será distinta a la que teníamos, pero
que esa diferencia puede ser mejor, que podemos aceptar el dolor sin que sea nuestro dolor y
comprender que nuestra vida todavía puede tener un fin positivo y productivo a pesar de que nuestra
energía y capacidades físicas están limitadas. La vida es un regalo y todos los seres vivos estamos
invitados a ser protagonistas del proceso que se da entre el nacer y el morir.
Debemos de gastar nuestro tiempo y energía limitada en lo que lo más importante para nosotros. Así
veremos que nuestra vida nos dará más satisfacciones y estará más llena de propósitos que lo que jamás
nos habíamos imaginado.
No hay límites de tiempo estipulados para superar todas las etapas de afrontar la enfermedad desde
que llegó a nuestras vidas. Este tiempo es diferente en cada persona, en ese recorrido las emociones
que nos provoca la enfermedad estarán a flor de piel en cada una de las fases del proceso de afrontar la
enfermedad. Tenemos que saber que aunque el tratamiento nos vaya bien, es normal estar triste o
preocupado de vez en cuando, cuando los síntomas se incrementan o se nos presente una crisis. Pero si
reconocemos esas emociones y las aceptamos como tal cuando se manifiestan, sin duda estamos
encaminados al objetivo personal de afrontar la enfermedad, que es el primer paso para lograr
recuperar gran parte de la calidad de vida perdida.
En los momentos que nos sentimos que no podemos sobrellevar etapas de tristezas o frustraciones,
tenemos que pensar en todas las personas que padecen nuestra enfermedad, con las cuales estamos en
contacto y pedirles ayuda para superarlos, que sin duda llegarán las repuestas que estamos esperando y
el aliento para salir adelante. Tender nuestra mano a quienes necesitan ayuda nos hace descubrir que
aliviamos la sensación de pérdida que sentimos, y nos ayuda con nuestros propios problemas,
encontrándolos más fáciles de afrontar. Esta idea de capacidad de superación, de encajar de forma
adecuada un diagnóstico o una falta de posibilidad de curación, es algo que nos humaniza y nos hace
más humanos.
ACTITUDES INCORRECTAS DEL PERSONAL SANITARIO
La familia es la mayor fuente de apoyo social y personal de que pueden disponer las personas. Diversos
estudios han mostrado que las personas que disponen de un sistema de apoyo familiar efectivo
soportan mejor las crisis de la vida; así mismo el impacto del estrés es mucho menor que en las personas
que no tienen este tipo de apoyo.
La valoración de las características de las familias y de su disponibilidad como recurso de apoyo para el
paciente es un elemento esencial en el trabajo del profesional de salud.
Ayudar al paciente a identificar qué personas significativas pueden servirle de apoyo en sus
momentos de dificultad.
Mientras dure la hospitalización informar al paciente acerca de su enfermedad e informar
también a los familiares del funcionamiento y organización hospitalaria. Se pueden facilitar
otros horarios de visita, según sus ocupaciones y disponibilidad.
Ayudar a la familia a identificar la sintomatología del paciente debida a su enfermedad de forma
a resolver lo mejor posible los problemas que pudieran aparecer en el domicilio. Valorar la
comprensión de la familia acerca de la enfermedad del paciente y sus consecuencias.
Asesorar a los miembros de la familia e insistir en la importancia de la toma de la medicación
para evitar recaídas. Explicar la pauta de la medicación, horarios, dosis así como los efectos
secundarios que pudieran aparecer. También es importante que los familiares estén informados
de las citas médicas que el paciente tiene.
Implicar a la familia en el seguimiento y en los cuidados del paciente tanto durante el ingreso
como al alta mediante charlas informativas.
Animar al paciente a que participe en diferentes actividades con otras personas que tengan
intereses comunes, fomentando las relaciones interpersonales y evitando el aislamiento y de
manera a incrementar la red de apoyo social.
Implicar a la familia en la toma de decisiones del paciente para solucionar los problemas
existentes.
Apoyar a los miembros de la familia ofreciendo ayuda e interés de tal forma a aumentar el nivel
de confianza. La profesional de salud establecerá relaciones de apoyo basadas en la empatía, la
escucha y la aceptación con los familiares del paciente.
Esta definición aporta un gran cambio al concepto de discapacidad: se pasa de una concepción estática,
en la que sólo se tenía en cuenta la condición de salud de la persona, a una concepción dinámica, en la
que también los factores ambientales y personales jugarán un rol esencial.
De esta forma, la discapacidad no es sólo una condición de salud propia de la persona, sino el resultado
de la interacción entre las limitaciones humanas y el medio en el que nos desenvolvemos. Se reconoce
el contexto social como factor determinante en la discapacidad de una persona.
APOYO PSICOLGICO
Relación de Apoyo:
La relación de apoyo sólo es posible a partir de la construcción de una relación de confianza, contención,
comprensión y diálogo, en la que el profesional de la salud tendrá la función de ayudar al consultante a
descubrir por sí mismo el camino del bien-estar.
Autenticidad: transparencia. Cuanto más auténtico y transparente sea el vínculo, más favorable
serán los resultados.
Aceptación: respeto por el otro como ser íntegro y distinto, con deseos, sentimientos y acciones
propias.
Empatía: comprensión plena de los sentimientos y pensamientos del consultante; percepción
profunda de sus significados personales, sin juzgarlos ni analizarlos.
Características que debe impulsar el profesional de la salud en el paciente con discapacidad.
Mejorar su autoestima, autoconcepto.
Adquirir mayor capacidad de tomar sus propias decisiones.
Tener más confianza en sí mismo.
Afrontar con más seguridad sus experiencias, viviéndolas con intensidad y sin miedo.
Aceptar mejor sus actitudes hacia los otros, interactuando en forma más satisfactoria con ellos.
Tolerar mejor la frustración generada por las dificultades o los obstáculos de difícil resolución.
Disminuir las respuestas defensivas y/o reactivas.
Mejorar su capacidad de enfrentar situaciones nuevas con actitudes originales y creativas.
Lograr una mayor adaptación al medio y a la realidad que le toca vivir.
RESILIENCIA
La resiliencia es un concepto que surge de la inquietud por identificar aquellos factores que facilitan a
las personas sobreponerse de manera exitosa a la adversidad y dificultades que se presentan en sus
vidas.
Una capacidad universal que permite a una persona, un grupo o una comunidad impedir, disminuir o
superar los efectos nocivos de la adversidad. Es importante resaltar que son los sistemas de apoyo
externos: como la familia, el colegio, el trabajo o la iglesia quienes fortalecen las competencias
individuales y brindan un sistema de creencias que da la razón a la vida.
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+ETAPAS+DE+LA+VIDA.
Disponible en:
http://www.ilustrados.com/tema/683/Aspectos-psicologicos-paciente-frente-enfermedad.html