Manual Semana Santa Ciclo B PDF
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Semana
Santa Ciclo b
MISION SEMANA
SANTA
Nuestra Señora de Sion
Misión Semana Santa Nuestra Señora de Sion
| 2
DOMINGO DE RAMOS
“DE LA PASIÓN DEL SEÑOR”
Breve Catequesis
En este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo nuestro Señor a Jerusalén
para consumar su misterio pascual. Por lo tanto. Se conmemora esta entrada del
Señor por medio de una procesión
A la hora señalada, los fieles se reúnen en un lugar adecuado, fuera del lugar
hacia el cual va a dirigirse la procesión. Los fieles llevan ramos en la mano.
¿Porqué ramos? Bueno, porque en el Domingo de Ramos se conjugan, los
recuerdos evangélicos, la inspiración pascual con la inspiración mesiánica de la
fiesta de los Tabernáculos. ¿Qué es la fiesta de los tabernáculos? La fiesta judía de
los Tabernáculos tenía lugar en otra época del año, distinta a la de la Pascua: en
la época de la recolección de las cosechas, para celebrar la fecundidad, al mismo
tiempo que se imploraba la bendición divina para el año nuevo. Este interés por
el año futuro había servido a los profetas para convertir la fiesta en una fiesta
con carácter escatológico (la llegada de un tiempo mejor) la fiesta incluía la costumbre de agitar ramas de
árboles (Lev 23,33-34; Neh 8,13-18), al son de cantos y salmos era una referencia a la fecundidad de los últimos
tiempos (Jn 7,38-39), y constituían una verdadera entronización del futuro Mesías. Los Ramos que llevamos en
nuestras manos son un símbolo de la dignidad real del Mesías. Los judíos debían acudir a la ciudad santa con
cierta frecuencia, para celebrar las fiestas. Los evangelios nos hablan de la intención de Jesús de culminar su
vida en Jerusalén. Allí tenía que acontecer la salvación, según la esperanza de los judíos. Nosotros somos
cristianos y serlo significa reconocer que Jesús es el Cristo, el Mesías salvador. Hoy lo hacemos con entusiasmo,
como comunidad en marcha, como Iglesia viva que camina por el mundo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición
Hermanos y hermanas, nos hemos reunido para empezar la celebración de la Semana Santa Hoy, nosotros
Aclamaremos a Jesucristo como Mesías y rey, igual que los judíos, con palmas y ramos, símbolo de vida y de
victoria; que nuestra alabanza sea una profesión de fe y un compromiso para seguir al Señor en su camino,
pasando incluso por la cruz para llegar a la resurrección. Comencemos pues, nuestra Celebración
Oración
(Se hace una breve pausa para orar en silencio, prosigue sin extender las manos y sin hacer la signación sobre los ramos,
diciendo)
Aumenta Señor, la fe de los que tenemos en ti nuestra esperanza y concede a quienes agitamos estas
palmas en honor de Cristo victorioso, permanecer unidos a él para dar frutos de buenas obras. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Y, en silencio, rocía los ramos con agua bendita. Al término de la aspersión proclama el Evangelio sin signar ni besar el libro.
Evangelio
Escuchemos hermanos y hermanas la buena noticia del Santo Evangelio según San Marcos
11, 1-10
Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus
discípulos, diciéndoles: “Id a la aldea del enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie
ha tomado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: “El Señor lo
necesita y lo devolverá pronto”. ”
Fueron y encontraron el borrico en la calle, atado a una puerta, y lo soltaron. Algunos de los presentes les
preguntaron: - “¿Por qué tenéis que desatar el borrico?”
Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.
Llevaron el borrico, le echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con
sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban: - “Hosanna, bendito
el que viene en el nombre del Señor”.
Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.
¡Hosanna en el cielo! ”
Después del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve homilía. Al iniciar la procesión, el celebrador
puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas.
Y se inicia la procesión hacia el lugar donde va a celebrarse la liturgia. Va delante la cruz adornada (con ramos)y, a su lado
dos personas con velas encendidas. Sigue luego quien celebra la liturgia de La Palabra y, detrás, los y las fieles con ramos en
las manos. Al avanzar la procesión, se entonan cantos o salmos apropiados.
Al llegar a la capilla, quien celebra al llegar al altar, hace la debida reverencia y omitida toda ceremonia, da fin
a la procesión diciendo la oración colecta.
Oración Colecta
Dios AMOR SIEMPRE FIEL, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad a Cristo tu hijo,
nuestro Salvador, hecho hombre y clavado en una Cruz, concédenos vivir según las enseñanzas de
su pasión, para participar con él, un día, de alegría eterna de la resurrección. Por nuestro Señor
Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
En aquel entonces, dijo Isaías: “Mi Señor me ha dado una lengua de discípulo, para saber decir al
abatido una palabra de aliento. Cada mañana me despierta el oído, para que escuche como un
discípulo.
El Señor me abrió el oído: yo no me resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me
apaleaban, las mejillas a los queme arrancaban la barba; no me tapé el rostro ante ultrajes y
salivazos.
El Señor me ayuda, por eso no me acobardaba; por eso endurecí el rostro como piedra
sabiendo que no quedaría defraudado. Palabra de Dios.
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los filipenses. Cristo, siendo Dios, no consideró que debía
aferrarse asu condición divina, sino que, por el contrario, se despojó de su rango, tomando la condición de
siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia
aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al
nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan
públicamente que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre. Palabra de Dios
Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el “Nombre- sobre- todo – nombre”.
ANTES DEL EVANGELIO: No se hace al principio el saludo para la lectura de la Pasión del Señor, sino que se pasa directo
a decir PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SANTA MARCOS. (Deben haber tres lectores, la persona que
Celebra la Liturgia le corresponde el papel de Cristo) (+), el narrador (N) y el que hace el papel de los personajes
(P) .
(N). Faltaban dos días para la Pascua y los Azimos. Los sumos sacerdotes y los escribas pretendían prender a
Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:
(N). Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco
de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y lo derramó en la cabeza de Jesús. Algunos
comentaban indignados:
(P). A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para
dárselo a los pobres.
(+) Dejadla, ¿por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque a los pobres los tenéis
siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo
que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro que, en cualquier parte
del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho ésta.
(N). Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús.
Al oírlo, se alegraron le prometieron dinero. El andaba buscando ocasión propicia ara entregarlo. El
primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
(+)Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre,
decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis
discípulos?." Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la
cena.
(N). Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la
cena de Pascua. Al atardecer fue él con los Doce. Estando a la mesa comiendo, dijo Jesús:
(+) Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo.
(N). Respondió:
(+)Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está
escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; ¡más le valdría no haber nacido!
(N). Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:
(N). Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo:
(+) Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del
fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.
(N). Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les dijo:
(+) Todos vais a caer, como está escrito: "Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas." Pero, cuando resucite,
iré antes que vosotros a Galilea.
(+) Te aseguro que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.
(N). Y los demás decían lo mismo. Fueron a un huerto, que llaman Getsemaní, y dijo a sus discípulos:
(N). Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:
(N). Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y
dijo:
(+) ¡Abba! (Padre), tú lo puedes todo; aparta de mí este cáliz. Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú
quieres.
(+) Simón, ¿duermes?; ¿no has podido velar ni una hora?. Velad y orad, para no caer en la tentación; el
espíritu es decidido, pero la carne es débil.
(N). De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vez dormidos,
porque tenían los ojos cargados, y no sabían qué contestarle. Volvió por tercera vez y les dijo:
(+) Ya podéis dormir y descansar. ¡Basta!. Ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre va a ser
entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.
(N). Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y
palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una
contraseña, diciéndoles:
(P). ¡Maestro!
(N). Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada,
de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
(+) ¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos como a un bandido? A diario os estaba enseñando en el
templo, y no me detuvisteis. Pero, que se cumplan las Escrituras.
(N). Y todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto sólo en una sábana, y le
echaron mano; pero él, soltando la sábana, se escapó desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y reunieron todos los sumos sacerdotes y los ancianos y
los escribas. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del palacio del sumo sacerdote; y se sentó con
los criados a la lumbre para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban testimonio contra Jesús, para condenarlo a
muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra él, los testimonios no
concordaban. y algunos, poniéndose en pie, daban testimonio contra él, diciendo:
(P). Nosotros le hemos oído decir: “Yo destruiré el templo, edificado por hombres, y en tres días construiré
otro no edificado por hombres”
(N). Pero ni en esto concordaban los testimonios. El Sumo sacerdote se puso en pie en medio e interrogó a
Jesús:
(P). ¿No tienes nada que responder? ¿Qué son esos cargos que levantan contra ti?
(N). Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo, preguntándole:
(+)Sí, lo soy. Y veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene entre
las nubes del cielo.
(P). ¿Qué falta hacen más testigos?. Habéis oído la blasfemia. ¿Qué decís?
(N). Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle y, tapándole la cara, lo
abofeteaban y le decían:
(N). Y los criados le daban bofetadas. Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llegó una criada del sumo
sacerdote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo:
(N). Salió fuera al zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:
(N). Y él volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:
(N). Y en seguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús:
, y rompió a llorar. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín
en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
Pilato le preguntó:
(P). ¿Eres tú el rey de los judíos?
(N). Él respondió:
(+) Tú lo dices.
(N). Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
(N). Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado.
(N). Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
(P).¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?
(P). ¡Crucifícalo!
(P). ¡Crucifícalo!
(N). Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó
para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio -al pretorio- y reunieron a toda la compañía. Lo
vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el
saludo:
(N). Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno
que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la
cruz.
Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de la Calavera), y le ofrecieron vino con mirra; pero él
no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada
uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: El rey de los judíos.
Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que
dice: Lo consideraron como un malhechor.
Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
(P). ¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.
(N). Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:
(P). A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz,
para que lo veamos y creamos.
(N). Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber,
diciendo:
(N). El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había
expirado, dijo:
(N). Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María, la madre de
Santiago el Menor y de José, y Salomé, que, cuando él estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y otras
muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, noble
senador, que también aguardaba el reino de Dios; armándose de valor, se presentó ante Pilato y le pidió el
cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía
mucho tiempo que había muerto.
Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Éste compró una sábana y, bajando a Jesús, lo
envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del
sepulcro.
María Magdalena y María la de José observaban dónde lo ponían.
Reflexión
La liturgia de este día no es solo para contemplar como Jesús se entrega por nosotros, sino para aprender a entregarnos
con y como Él, para así tener parte en su resurrección. Se nos ofrecen un camino de cercanía, caridad y sacrificio como
medios para tener triunfo pascual de Cristo.
El evangelio que se proclama antes de la procesión sirve para reafirmar que Cristo no ha venido a imponerse, sino a
proponer un reinado pacífico, como lo evidencia el uso del borrico. Además, la procesión de palmas abre las puertas a la
Semana Mayor como signos externos que nos manifiestan nuestra adhesión al Señor.
La lectura de Isaías, “Tercer cántico del siervo doliente”, uno ha sido elegido para cumplir la voluntad de Dios y al hacerlo
combina la mansedumbre propia del misericordioso con la firmeza que exige su misión. El siervo experimenta por Él
mismo la cercanía de Dios en los momentos más difíciles; así como el salmo 21 es un acto de confianza en dos
momentos, primero la petición de auxilio y después como promesa de acción de gracias por la esperada liberación.
Credo
Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre por
quien todo fue hecho: que por nosotros los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo.
(En las palabras que siguen, hasta “se hizo hombre”, todos se inclinan.)
Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilatos, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cuelo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a
vivos y a muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del
Padre y del Hijo que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una Santa Católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo Para el perdón
de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Oración Universal
Como Jesucristo oró al Padre en el momento de su máximo sufrimiento, oremos también en comunidad con
toda confianza ante Dios, nuestro Padre, pidiendo especialmente por tantas personas que más comparten el
sufrimiento de Jesús, diciendo:
Te rogamos Señor
-Dios se reveló sobre todo en el amor de Jesús, en su sufrimiento, en su humillación hasta morir en la
cruz. Pidamos que la Iglesia y los cristianos no busquemos la gloria y el poder, sino el servicio humilde,
atento, comprometidos con los más necesitados, con los más pobres. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos Señor.
-Jesús, en la cruz, clamó al Padre con el grito del hombre que se siente abandonado. Pidamos por las
mujeres y los hombres, los niños, jóvenes o ancianos, que se sienten solos, perdidos, abandonados, para que
sepamos portarnos con ellos como hermanos. Roguemos al Señor. R.
-Jesús fue juzgado y condenado por los poderosos. Pidamos por todos los que tienen algún poder en
la sociedad, para que luchen de verdad por la paz y la justicia para todas las personas muy especialmente
para los más menospreciados y oprimidos. Roguemos al Señor. R.
-En este Domingo de Ramos, en este día en que los niños aclaman con alegría al Señor, oremos por
ellos, para que Dios bendiga su inocencia. Roguemos al Señor. R.
-Y por todos nosotros y nosotras, para que celebremos de tal modo estos días santos que
progresemos en nuestro camino de seguimiento de Jesucristo. Roguemos al señor. R.
Padre, tú nos has revelado la inmensidad de tu amor a través del camino que siguió Jesús hasta la
muerte. Haz que contemplando su pasión y muerte, compartamos más su vida nueva: aquella vida nueva que
tú quieras para todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro……
A continuación, el ministro de la comunidad hace la genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevado
sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:
Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena del Señor
Oración.
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía y por medio de la muerte de tu hijo nos das la
esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la
meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
- En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios al pueblo.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Todos responden:
Amén.
Se entona el canto de salida. Después la persona que celebra hecha la debida reverencia, se retira.
Señal de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición. Yo Confieso ante Dios todo poderoso y ante ustedes Hermanos…
Señor ten Piedad
Oración.
Señor que nos amas con amor eterno, te pedimos que al escuchar tu Palabra podamos acogerla y vivirla en
nuestra comunidad, con alegría, esperanza y coraje. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
Liturgia de la Palabra.
Libro de Isaías 42,1-7.
Este es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu
sobre él para que lleve el derecho a las naciones. El no gritará, no levantará la voz ni la hará resonar por las
calles. No romperá la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Expondrá el derecho con
fidelidad; no desfallecerá ni se desalentará hasta implantar el derecho en la tierra, y las costas lejanas
esperarán su Ley. Así habla Dios, el Señor, el que creó el cielo y lo desplegó, el que extendió la tierra y lo que
ella produce, el que da el aliento al pueblo que la habita y el espíritu a los que caminan por ella. Yo, el Señor,
te llamé en la justicia, te sostuve de la mano, te formé y te destiné a ser la alianza del pueblo, la luz de las
naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que
habitan en las tinieblas.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré?
Cuando se alzaron contra mí los malvados para devorar mi carne, fueron ellos, mis adversarios y enemigos,
los que tropezaron y cayeron.
Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no temerá; aunque estalle una guerra contra mí, no
perderé la confianza.
Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le
prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales. María, tomando una libra de perfume
de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se
impregnó con la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo:
"¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?". Dijo esto, no
porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común,
robaba lo que se ponía en ella. Jesús le respondió: "Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de
mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre". Entre tanto,
una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para
ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro,
porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.
NOTA: Después de la oración de los fieles, si hay comunión, se traslada hasta el altar el cuerpo de Cristo. Se
coloca un corporal en el centro y sobre éste a Jesús sacramentado.
Padre Nuestro
Paz
Comunión
D: Éste es el Cordero de Dios, dichosos los invitados a la Cena del Señor.
T: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
A continuación se distribuye la Comunión.
Bendición Final
D: El Señor nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
T: Amén.
D: Podemos ir en paz.
T: Demos gracias al Señor.
Señal de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición. Yo Confieso ante Dios todo poderoso y ante ustedes Hermanos…
Señor ten Piedad
Oración.
Señor que a pesar de nuestra condición de pecadores y pecadoras, supiste entregar tu vida para que
tengamos vida en abundancia te rogamos que la gracia de la Palabra se haga vida en nosotros para seguirte.
Amén
Liturgia de la Palabra.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame.Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi
alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde
mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me sostenías. Mi boca contará tu auxilio, y todo el
día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.
Le contestó Jesús: Aquél a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo
de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que tienes que hacer
hazlo en seguida.
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que
Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.Judas, después de tomar el
pan, salió inmediatamente.
Era de noche. Cuando salió dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él (Si
Dios es glorificado en el, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará).
Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no me puedes acompañar
ahora, me acompañarás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi
vida por ti. Jesús le contesto: ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que
me hayas negado tres veces.
NOTA: Después de la oración de los fieles, si hay comunión, se traslada hasta el altar el cuerpo de Cristo. Se
coloca un corporal en el centro y sobre éste a Jesús sacramentado
Padre Nuestro
Paz
Comunión
D: Éste es el Cordero de Dios, dichosos los invitados a la Cena del Señor.
T: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
A continuación se distribuye la Comunión.
Bendición Final
D: El Señor nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
T: Amén.
D: Podemos ir en paz.
T: Demos gracias al Señor.
Señal de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición. Yo Confieso ante Dios todo poderoso y ante ustedes Hermanos…
Señor ten Piedad
Oración.
Señor que a pesar de nuestra condición de pecadores y pecadoras, supiste entregar tu vida para que
tengamos vida en abundancia te rogamos que la gracia de la Palabra se haga vida en nosotros para seguirte.
Amén
Liturgia de la Palabra.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame.Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi
alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde
mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me sostenías. Mi boca contará tu auxilio, y todo el
día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.
Le contestó Jesús: Aquél a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo
de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que tienes que hacer
hazlo en seguida.
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que
Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.Judas, después de tomar el
pan, salió inmediatamente.
Era de noche. Cuando salió dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él (Si
Dios es glorificado en el, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará).
Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no me puedes acompañar
ahora, me acompañarás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi
vida por ti. Jesús le contesto: ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que
me hayas negado tres veces.
NOTA: Después de la oración de los fieles, si hay comunión, se traslada hasta el altar el cuerpo de Cristo. Se
coloca un corporal en el centro y sobre éste a Jesús sacramentado
Padre Nuestro
Paz
Comunión
D: Éste es el Cordero de Dios, dichosos los invitados a la Cena del Señor.
T: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
A continuación se distribuye la Comunión.
Bendición Final
D: El Señor nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
T: Amén.
D: Podemos ir en paz.
T: Demos gracias al Señor
TRIDUO PASCUAL
Canto
Saludo inicial
Hermanos, bendigamos al Señor, que nos invita con esperanza y alegría a particpar de su mesa.
Acto penitencial
Hermanos:
Para participar con fruto en esta celebración, reconozcamos nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Oración
Se hace una breve pausa para orar en silencio.
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será para ustedes el primero
de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: “El día diez de este mes,
tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiada pequeña para comérselo,
que se junten con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada
cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo inmolará
al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan a
comer el cordero. Esta noche comerán la carne, asada a fuego: comerán panes sin levadura y hierbas
amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa,
porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde
los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre les servirá de
señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes
plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De generación en
generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua”. Palabra de Dios
Salmo Responsorial
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu
esclavo e hijo de tu esclava. R.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su
pueblo. R.
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: que el Señor Jesús la noche en que
iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es
mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en mi memoria mía”.
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza que se sella con
mi sangre. Hagan esto en mi memoria mía siempre que beban de él”.
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del
Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he
amado. R Honor y gloria a ti, Señor Jesús
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al
Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de
Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que |el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y
sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una
toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos
con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor,¿me vas a lavar tú a mí los pies?” Jesús le replicó: “lo
que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me
lavarás los pies jamás”. Jesús le contestó: “Si no te lavo no tendrás parte conmigo”, Entonces le dijo Simón
Pedro: “En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se ha
bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque
no todos”. Como sabía quien lo iba a entregar, por eso dijo: “no todos están limpios”.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo:
“¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?” Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien,
porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, le he lavado los pies, también ustedes deben
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lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes,
también ustedes lo hagan”.
Oración Universal
Oremos, amados hermanos y hermanas, al Padre, por medio de Jesucristo, quien antes de entregarse a la
muerte, nos dejó en la Eucaristía el memorial de su Pasión diciendo: Te rogamos Señor.
- Por la Iglesia, para que no deje nunca de celebrar el memorial de la muerte y resurrección del Señor,
y haga presente en el mundo aquel amor y aquel servicio por los cuales Jesús lo dio todo. Roguemos al
Señor. R. R. Te rogamos Señor.
-Por todos los hombres y mujeres del mundo, para que vivan con aquel amor con el cual Jesús los
ama. Roguemos al Señor. R.
-Para que la semilla del amor que Dios ha sembrado en el corazón de los hombres y mujeres crezca y
dé fruto. Roguemos al Señor. R.
Por los pobres, para que encuentren en nosotros una señal eficaz de la entrega de Jesús. Roguemos
al Señor. R
-Por los sacerdotes, para que sean fieles ministros de la Eucaristía y vivan intensamente aquello que
celebran. Roguemos al Señor. R.
-Por todos nosotros, para que al participar con Jesús de su banquete de amor podamos entregarnos
en una vocación concreta en la Iglesia. Roguemos al Señor. R.
Dios nuestro, que has hecho del amor a ti y a la humanidad la plenitud de tu ley, escucha la oración que con
amor te presentamos por los necesitados del mundo entero. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Rito de la comunión
Después el o la celebradora, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
A continuación, el ministro de la comunidad hace la genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevada
sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:
Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena del Señor
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme
Oremos: Señor, tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena instituida por tu Hijo,
concédenos participar también del banquete celestial en tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios al pueblo. Y SE LES
INVITA ACONTINUAR UN TIEMPO MÁS EN ADORACIÓN.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
RITO INICIAL
Expuesto el Santísimo todos y todas arrodillados dicen.
Terminado este momento se hace un breve silencio y se invita a la comunidad a presentarse delante del Señor.
Se entonan un canto.
Breve oración
- Padre queremos abandonarnos a nosotros y a nuestra familia en ti, con la confianza que tu
mismo hijo tuvo antes de ir a la Cruz.
Canto
Jesús tu que tuviste una madre tan sencilla y humilde, tan valiente y luchadora, te presentamos hoy a
todas mujeres que tienen el regalo de ser madres, tu que no pudiste ver sufrir a tu madre en soledad,
y le diste un hijo adoptivo, te pedimos por todos los dolores, enfermedades, problemas, gozos y
alegrías que viven a diario ellas en esta comunidad… para que también ellas puedan vivir el don su
maternidad como una vocación a la VIDA. …
Canto
Jesús que fuiste pan que se parte, se reparte y se comparte entre todos, te pedimos por los esposos
y padres de esta comunidad, por su trabajo, sus penas y problemas, por todas aquellas cosas que
les atan y no les deja acercarse a estar contigo. Tú que conoces su corazón sácialos con tu paz...
Canto
Salmo. 126
Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da
a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son flechas en manos de un
guerrero los hijos de la juventud.
Oremos.
Hermanos y Hermanas estamos llamados a escuchar con el corazón la Palabra de Dios que nos invita a
confiar en que nada nos puede separar el amor de Dios. Escuchemos
Palabra de Dios
Silencio.
Canto
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos: quien permanece en mí y yo en él dará mucho fruto; porque
separados de mí no pueden hacer nada.
Como el Padre me amó así yo los he amado: permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos,
permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en
su amor. Les he dicho esto para que participen de mi alegría y sean plenamente felices.
Éste es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande
que el que da la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.
Comentario a la lectura
Reflexión se hace un breve comentario a las lecturas y se les invita a si quieren que su familia permanezca
unida a Jesucristo para dar frutos en abundancia desde esta vocación, escriban el nombre de la familia.
Se da un momento para hacer acciones de gracias espontáneas y hablar con el Señor personalmente.
I) VIACRUCIS VOCACIONAL
Objetivos
- Andar con Jesús el camino de la cruz, intentando experimentar su entrega a la humanidad por amor.
- Experimentar nuestra vida como una llamada constante a seguir a Jesús desde la cruz.
- Hacer de este momento una oración a Dios para que surjan vocaciones de todo tipo, familias,
celebradores de la Palabra, sacerdotes, religiosos/as y misioneros/as que se entreguen a la misión de
anunciar la Buena Nueva de Cristo entregándose hasta dar la vida.
Esquema de realización
Enunciar cada una de las estaciones.
Leer el Evangelio.
Leer la reflexión que aquí aparece.
Terminar cada estación con un canto meditativo
Ambientación
Seguir a Jesús en su camino hacia el Padre pasa por la cruz. Nos unimos para orar y pedir que nuestro
seguimiento sea auténtico y hasta el final, que Dios nos dé la fuerza para llegar hasta la cruz en nuestra
fidelidad a su llamada. Lo mismo que Jesús, también nosotros debemos abrazar la cruz en nuestras vidas
para así resucitar después con Él y sentir el gozo del que ve que el sufrimiento por amor tiene un sentido.
Esta forma se seguir a Jesús debe iluminar nuestro día a día.
Leemos MC 8, 34-37: «Después Jesús reunió a la gente y a sus discípulos y les dijo: si alguno quiere venir
detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su
vida, la perderá, pero el que pierda su vida por mí y por la buena noticia, la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a
uno ganar todo el mundo, si pierde su vida? ¿Qué puede dar uno a cambio de su vida?».
Texto Bíblico
Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesárea de
Filito, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién
dicen la gente que soy yo?” Ellos le dijeron: “Unos, que Juan el
Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.” Y él les
preguntaba: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro le
contesta: “Tú eres el Cristo.” Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él. Mc 8, 27-30
Palabra del Señor,
R/ Gloria a ti Señor Jesús
Reflexión
Señor, has dicho muy claramente la verdad a todos. Y te han denunciado a las autoridades y las autoridades
te han condenado. No interesan las personas que dicen la verdad, los que no se dejan comprar con dinero,
los que no trafican, ni negocian con la vida de los otros. Cada vez que actúe como tú me acusarán, me
intentarán quitar de en medio. Dame fortaleza y valentía para luchar y vivir tu Evangelio.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto Bíblico:
“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros
mi yugo, y aprenden de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” Mt 11, 28-30
Palabra del Señor,
R/ Gloria a ti Señor Jesús
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
"¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni
siquiera con un dedo!” Lc 11, 46
Palabra del Señor,
R/ Gloria a ti Señor Jesús
Reflexión
La primera caída. La primera caída tuya, Jesús. No me agrada el que te hayas caído. Me duele recordar mi
primera caída. Esa caída, que fue cosa de niños. Esa caída que pensaba que no tenía importancia. Pero mi
primera caída, mi primer despiste, ha dejado huella en mí. La primera caída ha abierto el camino a otra
segunda y a otras muchas caídas. Tal vez la primera caída es la más importante: el primer desánimo, el
primer desengaño, la primera irresponsabilidad... Líbranos a todos y todas, Jesús, de la primera caída, de la
primera infidelidad hacia tu proyecto.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
Reflexión
De nuevo con la cruz a cuestas. No puedes fallar, tienes que llegar hasta el final. Te sigue una multitud de
curiosos. Algunos quisieran echarte una mano, pero no se atreven. El qué dirán los otros les pesa mucho.
Estás solo, completamente solo. Bueno, completamente solo, no; está María, tu madre. Ella, con su corazón
dolorido, te sigue de cerca. Vuestras miradas se cruzan. Tu dolor aumenta al ver su dolor. ¿Puedo quedar yo
impasible ante tanto dolor, ante tanta injusticia que me rodea? Enséñame, María, a estar al lado de quienes
sufren, de la gente mas pobre de mi comunidad, de las y los necesitados que tocan a las puertas de mi
corazón.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para
conseguir la vida eterna?» Jesús le dijo: « ¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?» El hombre
contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con
toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
Jesús le dijo: « ¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.» El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: «
¿Y quién es mi prójimo?» Jesús] empezó a decir: «Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y
cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon
dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vió, tomó el otro lado y
siguió. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo. Un
samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él. Se acercó, curó sus
heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una
posada y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole:
«Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.» Jesús entonces le preguntó: «Según tu parecer,
¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?» El maestro de la
Ley contestó: «El que se mostró compasivo con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.» “ Lc 10, 25-
37
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro:
muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta
parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, en verdad les digo que esta pobre viuda ha echado más
que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta en
cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.” Mc 12, 41-44
Palabra del Señor,
R/ Gloria a ti Señor Jesús
Reflexión
Por fin una muestra de cariño. La Verónica se adelantó y limpió el rostro de Jesús. ¿Qué hacemos los
cristianos y cristianas católicos con tu imagen, con tu palabra, con tus sacramentos? Desfiguramos tu rostro
con nuestras obras, con nuestra manera de vivir., con nuestra falta de radicalidad y testimonio. Necesitamos
lavar nuestra cara para no ofrecer una falsa imagen de discípulo/a tuyo/a. Siempre hay algún valiente que
se lanza, que no se deja llevar por los otros. Necesitamos cristianos que revelen tu rostro, que te den a
conocer a los demás. Perdónanos Señor por las veces que hemos sentido vergüenza de reconocerte, de
ser cristianos católicos comprometidos en la vida y en nuestra comunidad eclesial. Aleja de nosotros/as la
cobardía y el miedo al compromiso.
Cantamos
Texto bíblico:
“Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Reflexión
Otra vez por tierra. La subida se hace cada vez más pesada. Con esta caída nos haces pensar en nuestra
vida: dificultades de todo tipo, cansancios, problemas, incomprensiones, falta de trabajo. Nos recuerdas
tantas caídas. No es lo peor el que sean muchas, sino que ya no nos sorprenden, porque nos hemos
acostumbrado a ellas. Nos acostumbramos a trabajar por cualquier cosa, a correr detrás del consumismo y
cualquier cosa.. No siempre tenemos las fuerzas para enfrentarnos a la realidad. A veces el desanimo nos
gana el partido. Te pedimos Señor que nos ayudes a ponernos en pie a no perder la esperanza en la vida
cotidiana.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“Jesús estaba en el pueblo de Betania, en casa de Simón, el que había tenido lepra. Mientras Jesús comía,
llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. Se acercó a él y le echó el perfume sobre la cabeza.
Los discípulos se enojaron y dijeron:
--¡Qué desperdicio!9 Ese perfume pudo haberse vendido, y con el dinero hubiéramos ayudado a muchos
pobres.
Jesús los escuchó y en seguida les dijo:
--No critiquen a esta mujer. Ella me ha tratado con bondad. Siempre habrá gente pobre cerca de ustedes,
pero muy pronto ya no estaré aquí con ustedes. Esta mujer echó perfume sobre mi cabeza, sin saber que
estaba preparando mi cuerpo para mi entierro. Les aseguro que esto que ella hizo se recordará en todos los
lugares donde se anuncien las buenas noticias de Dios” Mateo 26:6-13
Pero a nosotros/as Señor, nos gustan más los aplausos, el que los demás se fijen en las cosas que
hacemos. A veces somos hipócritas, intentando mostrarnos más buenos de lo que en realidad somos, solo
para que nos den alabanzas, con lo que nos olvidamos de los demás y de ser ante todo servidores/as de tu
proyecto amoroso.
Muy a menudo nos enfrascamos en disputas por pequeños puestos de poder, que nos alejan del verdadero
sentido de una vida cristiana. Haznos a esta comunidad salir de nosotros mismos, de nuestros egoísmos y
vanaglorias, de nuestras flojeras en el compromiso, para que viendo las necesidades de nuestra comunidad,
de nuestra familia y de nuestra Iglesia seamos sensibles a los clamores que ahí escuchamos.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Jesús le dijo: “También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.” De nuevo le lleva consigo el diablo a un
monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: “Todo esto te daré si
postrándote me adoras.” Dísele entonces Jesús: “Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios
adorarás, y solo a él darás culto.” Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le
serían.” Mt 4, 1-11
soledad, de tanto egoísmo que vez en nosotros mismos y en nuestras familias, vecinos y parientes, que por
el propio peso de la cruz. Ayúdanos Jesús a entregar generosamente la vida en un humilde servicio como
discípulos y misioneros ahí donde nos toca estar y si vemos que caemos en incoherencias ayúdanos a
ponernos en pie y no abandonar la tarea.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este
primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria. Iban todos a empadronarse, cada uno a su
ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David, que se
llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba
encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito,
le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.
Ayúdanos a no perder de vista que seguirte a ti paso por el doloroso proceso de ser tu testigo y correr tu
misma suerte.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“A la hora novena Jesús gritó con fuerte voz: “Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?”, -que quiere decir- “¡Dios mío,
Dios mío! ¿Porqué me has abandonado?” Mc 15, 34
Palabra del Señor,
R/ Gloria a ti Señor Jesús
Reflexión
Sólo te queda un poco de vida. La has ido dejando poquitos. Te clavan de pies y manos en la cruz.
Rodeado de dos malhechores. Ni siquiera te respetan esos momentos finales. Se siguen riendo, tomándote
por loco: ¡Baja de la cruz...! ¡Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen! Nosotros seguimos sin
saberlo, porque vivimos como si no lo supiéramos. Cuántas personas a nuestro alrededor sintiéndose
abandonada por Dios, y nosotros seguimos frescos si reaccionar, sin enfrentar el hecho fundante de que
nacimos para una misión.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“Hacía la sexta hora, las tinieblas cubrieron la tierra hasta la hora nona. El sol se eclipsó y el velo del templo
se rasgó por medio. Y Jesús, con fuerte voz dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y al decir
esto, expiró” Lucas 23, 44-46.
Reflexión
«Todo está cumplido». «En tus manos encomiendo mi
espíritu». Ya no queda nada por hacer. Todo lo has hecho
bien. Has cumplido el plan del Padre. Has hecho andar a
los cojos, ciegos, sordos, haz proclamado la Buena Noticia
a los pobres...
En vez de silencio ahora nos preguntamos ¿Estoy dispuesto a ser verdaderamente un hombre o una mujer
practicante de mi fe cristiana, aunque eso me cueste hasta la vida?
Texto bíblico:
“Jesús les respondió: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el hijo del hombre. En verdad, en verdad les
digo: si el grano del trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que
ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me
sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará”.
Jn 12, 23-26
María estaba junto a la cruz. Ni un solo momento te abandonó. Entre tanto dolor obtuvo su recompensa:
tenerte en sus brazos. Mira cómo te lo hemos dejado. Ni siquiera parece hombre. No ha terminado la
pasión de Jesús ni el dolor de María. Sigue mientras existan hombres explotados por otros, mientras reine la
injusticia, mientras haya mujeres golpeadas, mientras hayan personas emborrachándose y gastando el
sustento de sus casas, mientras siga habiendo un solo hombre que sufra en su cuerpo o en su espíritu. No
podemos cruzarnos de brazos. Debemos comprometer nuestra vida. Danos fuerzas para morir a nuestros
egoísmos, envidias, comodidades, placeres…
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se
había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María
Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro.” San Mateo 27, 59-61
Palabra del Señor,
R/ Gloria a ti Señor Jesús
Reflexión
Te enterraron en el sepulcro. Algunos pensaban que todo había terminado. Para muchos hombres la
muerte es el final, un final irreversible, un problema sin solución, un triste desenlace para una vida salpicada
de dolor, de sufrimiento, de angustias. Pero sin embargo, unas mujeres que creen se queda ahí esperando
sentadas, saben quien eres Jesús, porque han caminado contigo, te han servido, han sido tus amigas, les has
enseñado la Palabra. Y ellas aguardan tristes pero decididas. La fidelidad, consiste saber esperar con
firmeza y valentía en las promesas de Dios reveladas primero al Pueblo de Israel para toda la humanidad,
sabiendo que quien a puesto su confianza en Él no será defraudado.
Cantamos
Perdón te pido Señor porque no he sabido amar, desentrame de este Yo para darme a los demás, tus
caminos muéstranos de bondad y comprensión, exígenos ser de nuevo para el verdadero amor.
Texto bíblico:
“Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para
ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al
sepulcro. Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?». Pero al mirar,
vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven
sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero él les dijo: «No
Reflexión
Terminamos nuestro Vía Crucis con una nota de esperanza, pues sabemos que en el plan de Vida y
Salvación de Dios, la pasión y muerte de Jesús no tenían como meta y destino el sepulcro, sino la
resurrección, en la que definitivamente la vida vence a la muerte, la gracia al pecado, el amor al odio.
Celebrar la Semana Santa sin darle verdadero realce a la resurrección no tiene sentido pues la prueba de
que Jesús es Dios reside en que la muerte no tiene la ultima palabra sobre él.
Señor Jesús ayúdanos a reconocer tu resurrección en nuestros pequeños logros y compromisos con tu
Reino. Danos esa vida que has venido a comunicarnos por medio de tu entrega y ayúdanos a ser generosos
con la donación de nuestra vida en el amor, que nos libera y nos envía.
Oración final
Terminemos nuestra contemplación del camino de Jesús con una afirmación de fe y agradecimiento. La cruz
que da Vida brilla sobre nosotros y nosotras. La cruz de Jesús es luz y guía para la humanidad entera. La
cruz de Jesús despierta conciencias dormidas. La cruz de Jesús es llamada y vocación. La cruz de Jesús nos
salva.
El celebrador se dirige al altar, hecha debida reverencia, se arrodilla, y todos oran en silencio durante algún
espacio de tempo. Después se dirige a su lugar donde dice la siguiente oración.
Tú que con la Pasión de Cristo, Hijo tuyo y señor Nuestro, nos libraste de la muerte, que heredamos
todos a consecuencia del primer pecado, concédenos, Señor, a cuantos por nacimiento somos pecadores,
asemejarnos plenamente, por tu gracia, a Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto. Muchos se
horrorizaron al verlo porque estaba desfigurado su semblante, que no tenía ya aspecto de hombre; pero
muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se
les había contado y comprenderán lo que nunca se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado?¿A quién se le revelará el poder del Señor? Creció en
su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en el
ningún aspecto atrayente: despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al
sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido
por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el
castigo que nos trae la paz, por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él
todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado
a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron.¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la
tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los
malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, no hubo engaño en su boca.
El señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus
descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor.
Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos,
cargando con los crímenes de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se
entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e
intercedió por los pecadores. Palabra de Dios
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo.
Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea
capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas
pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por lo tanto; con plena confianza al trono de
la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes
voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de
que era el hijo, aprendió a obtener padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la
salvación eterna para todos los que lo obedecen.
Palabra de Dios.
Cristo se humilló por nosotros, y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz por
eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No se hace al principio el saludo para la lectura de la Pasión del Señor. Cuando se hace por tres lectores,
debe reservar al celebrador la parte correspondiente a Cristo.
+. “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la
verdad, escucha mi voz”.
C. Pilato le dijo:
S. “¿Y qué es la verdad?”
C. Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S. “No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre que por Pascua ponga en libertad a
un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?”
C. Pero todos ellos gritaron:
S. “¡No, a ése no! ¡A Barrabás!”
C. (El tal Barrabás era un bandido). Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó a azotar. Los soldados
trenzaron una corona de espinas, se lo pusieron en la cabeza, le echaron encima un manto color
púrpura, y acercándose a él, le decían:
S. “Viva el rey de los judíos”.
C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. “Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro en él ninguna culpa”
C. Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo:
S. “Aquí está el hombre”.
C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores gritaron:
S. “Crucifícalo, crucifícalo”
C. Pilato les dijo:
S. “Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en él”.
C. Los judíos le contestaron:
S. “Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios”.
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S. “¿De dónde eres tú?”
C. Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces:
S. “¿A mí no me hablas?¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?”
C. Jesús le contestó:
+. “No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha
entregado a ti tiene un pecado mayor”.
C. Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S. “¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!”
C. Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman “el Ensolado”
(en hebreo Gábbata). Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el mediodía. y dijo Pilato a los
judíos:
S. “Aquí tienes a su rey”,
C. Ellos gritaron:
S. “¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!”
C. Contestaron los sumos sacerdotes:
S. “No tenemos más rey que el César”.
C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, se
dirigió hacia el sitio llamado “La Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto por miedo a los judíos.
Pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el
cuerpo. Llegó también Nicodemo el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una
mezcla de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas,
según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en
el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía, y como para los judíos era el
día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba cerca. Allí pusieron a Jesús.
Palabra del Señor.
Después de la lectura de la Pasión, puede tener una breve homilía, después de la cual puede exhortar a los
fieles a orar durante un breve espacio de tiempo.
La oración Universal se hace de esta manera: un ayudante, junto al ambón, dice el invitatorio, en el cual se
expresa la intención. Enseguida oran todos en silencio durante un breve espacio de tiempo y luego el celebrador,
de pie en su lugar o ante el altar, dice la oración. Los fieles pueden permanecer arrodillados o de pie durante todo
el tiempo de las oraciones. Solamente el Obispo tiene derecho a añadir alguna intención especial a la Oración
Universal de este día: el celebrador no debe cambiar esta Oración Universal.
Lector/a
Oremos, hermanos, por la Santa Iglesia de Dios, para que el señor le conceda la paz y la unidad, la
proteja en todo el mundo y nos conceda una vida serena, para alabar a Dios Padre Todopoderoso.
Celebrador:
Dios lleno de ternura, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra
de tu amor, para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en
la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. /R. Amén
Lector/a
Oremos también por nuestro santo padre el Papa Benedicto XVI, para que Dios nuestro Señor, que lo
Eligió entre los obispos, lo asista y proteja para el bien de su Iglesia, como guía y pastor del pueblo
Santo de Dios. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el celebrador.
Celebrante
Dios lleno de bondad eterna cuya providencia gobierna todas las cosas, atiende a nuestras súplicas
y protege con tu amor al Papa que nos has elegido, para que el pueblo cristiano, confiado por ti a
su guía pastoral, progrese siempre en la fe. Por Jesucristo nuestro señor. /R. Amén
Lector/a
Oremos también por todos los obispos, presbíteros,
Diáconos, por todos los que ejercen algún ministerio en la Iglesia y por todo el pueblo de Dios.
Celebrante
Dios lleno de amor y misericordia eterna, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda tu Iglesia,
escucha
Nuestras súplicas y concédenos tu gracia, para que todos, según nuestra vocación, podamos
Servirte con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor/ R. Amén
Celebrante
Dios siempre fiel, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, aumenta en los
Catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan renacer por el bautismo a la vida nueva de
tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor. /R. Amén
Lector/a
Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les
conceda vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo rebaño,
bajo un solo pastor.
Celebrador
Dios de la comunidad, tú que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad,
mira con amor a todos los cristianos, a fin de que, cuantos están consagrados por un solo bautismo,
formen una sola familia, unida por el amor y la integridad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. / R.
Amén
Lector/a
Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó hablar por medio de los profetas, para
que el Señor le conceda progresar continuamente en el amor a su nombre y en la fidelidad a su
alianza.
Celebrante
Dios llenos de amor y fidelidad, que prometiste llenar de bendiciones a Abraham y a su descendencia,
escucha las súplicas de tu Iglesia, y concede al pueblo de la primitiva alianza alcanzar la plenitud de
la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. /R. Amén
Lector/a
Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu santo, puedan
Celebrador
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo buscar sinceramente agradarte,
para que encuentren la verdad; y a nosotros tus fieles, concédenos progresar en el amor fraterno y
en el deseo de conocerte más, para dar al mundo un testimonio creíble de tu amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor./ R. Amén
Lector
Oremos también por los que no conocen a Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y
puedan llegar así a conocer a Dios.
Celebrante
Dios bondadoso y eterno, que has hecho a los hombres en tal forma que en todo, aun sin saberlo, te
busquen y sólo al encontrarte hallen descanso, concédenos que en medio de las adversidades de este
mundo, todos reconozcan las señales de tu amor y, estimulados por el testimonio de nuestra vida,
tengan por fin la alegría de creer en ti, único Dios verdadero y padre de todos los hombres y ,mujeres.
Por Jesucristo, nuestro Señor. /R. Amén
Lector/a
Oremos también por los jefes de Estados y todos los responsables de los asuntos públicos, para que
Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el bien común, en un ambiente de paz y
libertad.
Celebrante
Dios de la justicia y la paz, en cuya mano está mover el corazón de los hombres y mujeres para
defender los derechos de los pueblos, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que, con tu
ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social y una verdadera libertad religiosa.
Por Jesucristo, nuestro Señor. /R. Amén
Lector/a
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que se libre al mundo de todas sus miserias,
Celebrante
Dios tomos amoroso y paciente, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha a los
que te invocan en su tribulación, para que experimenten todos la alegría de tu misericordia. Por
Jesucristo, nuestro Señor. /R. Amén
Se presenta la cruz
Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavado Cristo, el Salvador del mundo.
R. Venid y adoremos.
Adoración de la Santa Cruz
El celebrador y luego los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante
de ella una genuflexión simple y besándola según la costumbre de la región.
Sagrada Comunión
Después el o la celebradora, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro……
Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena del Señor
Oremos
Dios todopoderoso y eterno, que nos ha redimido con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo,
por medio de nuestra participación en este sacramento prosigue entre nosotros la obra de tu amor y
ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
O bien:
El señor omnipotente y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos
bendiga y guarde.
Todos responden:
Amén.
Vigilia Pascual
Primera parte: Lucernario
Se apagan todas las luces de la Iglesia. En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se junta el
pueblo y se enciende el fuego. Llega el/la celebrante con el cirio pascual, ya preparado con el año y los
clavos como indicado en el misal, y saluda al pueblo:
Hermanos:
En esta noche santa, en que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita
a todos sus hijos e hijas dispersos por el mundo a que se reúnan para velar en oración.
Conmemoremos, pues, juntos, la Pascua del señor, escuchando su palabra y participando en sus
sacramentos, con la esperanza cierta de participar también en su triunfo sobre la muerte y de vivir con
él para siempre en Dios.
Oremos.
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo nos ha comunicado el fuego de tu vida divina, bendice
este fuego nuevo y haz que estas fiestas pascuales enciendan en nosotros el deseo del cielo, para que
podamos llegar con un espíritu renovado a la fiesta gloriosa de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Al finalizar la oración, el celebrante toma el cirio y con un punzón, graba una cruz en el cirio. Después traza
sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra Omega; entre los brazos de la cruz traza los números del año en
curso, mientras dice:
2. Principio y fin
Traza la línea horizontal
3. Alfa
Traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical
4. y Omega
Traza la letra Omega, debajo de la línea vertical
5. Suyo es el tiempo
Traza el primer número del año en curso, en el ángulo superior izquierdo de la cruz
6. y la eternidad
Traza el segundo número del año en el ángulo inferior izquierdo
Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el celebrante puede incrustar en el cirio cinco granos
de incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo:
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro
espíritu.
Pregón Pascual
En esta Vigilia, se proponen nueve lecturas: siete del Antiguo Testamento y dos del nuevo (La Epístola y
el Evangelio). Por razones pastorales puede reducirse el número de lecturas del Antiguo Testamento. Deben
leerse, por lo menos, tres lecturas del Antiguo Testamento. Nunca se omita la tercera lectura, tomada del
capítulo 14 de Éxodo.
Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el celebrador
exhorta a la asamblea con estas palabras u otras semejantes:
Hermanos:
Oremos para que Dios, nuestro Padre, conduzca a su plenitud esta obra de salvación, iniciada
con la muerte y resurrección de Jesucristo.
Siguen luego las lecturas. Un lector va al ambón y lee la primera lectura. Después del salmista dice el
salmo. Enseguida todos se levantan, el celebrador dice oremos y después de que todos han orado en silencio
durante unos momentos, dice la oración colecta. Lo mismo se hace en cada lectura.
En lugar de decir el salmo responsorial, se puede guardar un breve espacio de silencio para hacer
oración. En este caso se omite la pausa después del “oremos”.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y dios mío, inmensa es tu grandeza te vistes de belleza y
majestad, la luz te envuelve como un manto. R.
Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre, con un vestido de mares la cubriste y
las aguas en los montes concretaste. R.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre montañas; junto al arroyo vienen a
vivir las aves, que cantan entre las ramas. R.
Desde tu cielo riegas los montes y sacias la tierra del fruto de tus manos; haces brotar hierba para
los ganados y pasto para los que sirven al hombre. R.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor y todas las hiciste con maestría! La tierra está llena de tus
criaturas, bendice al Señor, alma mía. R.
Dios lleno eternamente bondadoso, que en todas las obras de tu amor te muestras
admirable, concédenos comprender que la redención realizada por Cristo, nuestra Pascua, es una
obra más maravillosa todavía, que la misma creación del universo. Por Jesucristo, nuestro Señor. /R.
Amén
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “¿Por qué sigues clamando a mí? Diles a los israelitas que
se pongan en marcha. Y tú, laza tu bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los
israelitas entren en el mar sin mojarse. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los
persigan, y me cubriré de gloria a expensas del faraón y de todo su ejército, de sus carros y jinetes.
Cuando me haya cubierto de gloria a expensas del faraón, de sus carros y jinetes, los egipcios
sabrán que yo soy el señor”.
El ángel del Señor, que iba al frente de las huestes de Israel, se colocó tras ella. Y la columna
de nubes que iba adelante, también se desplazó y se puso a sus espaldas, entre el campamento de
los israelitas y el campamento de los egipcios. La nube era tiniebla para unos y claridad para otros, y
así los ejércitos no trabaron contacto durante toda la noche.
Moisés extendió la mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte
viento del este, que secó el mar, y dividió las aguas. Los israelitas entraron en el mar y no se
mojaban, mientras las aguas formaban una muralla a su derecha y a su izquierda. Los egipcios se
lanzaron en su persecución y toda la caballería el faraón, sus carros y jinetes, entraron tras ellos en
el mar.
Hacia el amanecer, el Señor miró desde la columna de fuego y humo al ejército de los
egipcios y sembró entre ellos el pánico. Trabó las ruedas de sus carros, de suerte que no avanzaban
sino pesadamente. Dijeron entonces los egipcios: “Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su
favor contra Egipto”.
Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que vuelvan las
aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes”. Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al
amanecer, las aguas volvieron a su sitio, de suerte que al huir, los egipcios se encontraron con ellas,
y el Señor los derribó en medio del mar. Volvieron las aguas y cubrieron los carros, a los jinetes y a
todo el ejército del faraón, que se había metido en el mar para perseguir Israel. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar. Las aguas les hacían muralla
a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los
egipcios, muertos en la orilla del mar. Israel vio la mano fuerte del Señor sobre los egipcios, y el
pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de
Israel cantaron este cántico al Señor:
Salmo Responsorial después de la Tercera Lectura Ex. 15,1-2. 3-4. 5-6. 17-18
Cantemos al señor, sublime es su victoria: Caballos y jinetes arrojó en el mar. Mi fortaleza y mi canto
es el Señor, Él es mi salvación, él es mi Dios, yo lo alabaré; Es el Dios de mis padres, yo le cantaré. R.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Precipitó en el mar los carros del faraón y a sus
guerreros; Ahogó en el mar Rojo a sus mejores Capitanes. R.
El mar cayó sobre ellos; en las temibles aguas como plomo se hundieron. Extendiste tu diestra,
Señor, y se los tragó la tierra. R.
Tú llevas a tu pueblo para plantarlo en el monte que le diste en herencia, en el lugar que convertiste
en tu morada, en el santuario que construyeron tus manos. Tú, Señor, reinarás para siempre. R.
Oremos
Señor, que con el Evangelio nos has hecho comprender el sentido profundo del Antiguo
Testamento, dejándonos ver en el paso del mar Rojo una imagen del bautismo y en el pueblo
liberado de la esclavitud, un símbolo del pueblo cristiano, haz que todos los hombres, mediante la
fe, participen del privilegio del pueblo elegido y sean regenerados por la acción santificadora de tu
Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. /R. Amén
Esto dice el Señor,:“Todos ustedes, los que mientras está cerca; Que el malvado abandone su
tienen sed, vengan por agua; y os que no tienen camino, Y el criminal sus planes; Que regrese al
dinero, vengan, tomen trigo y coman; tomen vino Señor, y él tendrá piedad; nuestro Dios, que es
y leche sin pagar.¿Por qué gastar el dinero en lo rico en perdón. Mis pensamientos no son los
que no es pan y el salario, en lo que no alimenta? pensamientos de ustedes, Sus caminos no son
escúchenme atentos y comerán bien platillos mis caminos. Porque así como aventajan los
sustanciosos. Préstenme atención, vengan a mí, cielos a la tierra. Así aventajan mis caminos a los
escúchenme y vivirán. Y haré con ustedes una de ustedes Y mis pensamientos a sus
alianza perpetua, cumpliré las promesas que hice pensamientos. Pensamientos. Como bajan del
a David. Como a él lo puse por testigo ante los cielo la lluvia y la nieve Y no vuelven allá, sino
pueblos, Como príncipe y soberano de las después de empapar la tierra, De fecundarla y
naciones, Así tú reunirás a tu pueblo hacerla germinar, A fin de que dé semilla para
desconocido, Y las naciones que no te conocían sembrar y para comer, Así será la palabra que sale
acudirán a ti, Por amor del Señor, tu Dios, Por el de mi boca: No volverá a mí sin resultado, Sino
santo de Israel, que te ha honrado. Busquen al que hará mi voluntad Y cumplirá su misión”.
Señor mientras lo pueden encontrar, Invóquenlo Palabra de Dios.
Salmo Responsorial después de la Quinta Lectura Isaías 12, 2-3. 4 bcd. 5-6
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su
nombre es sublime. R.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión,
porque el Dios de Israel ha sido
Grande con ustedes. R.
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú que anunciaste por la voz de tus
profetas los misterios que estamos celebrando esta noche, infunde en nuestros corazones la gracia
de tu Espíritu, para que podamos vivir una vida digna de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
/R. Amén
En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos términos:”Hijo de hombre,
cuando los de la casa d Israel habitaban en su tierra, la mancharon con su conducta y con sus obras;
como inmundicia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi furor contra ellos, por la
sangre que habían derramado en el país y por haberlo profanado con sus idolatrías. Los dispersé
entre las naciones y anduvieron errantes por todas las tierras. Los juzgué según su conducta, según
sus acciones los sentencié. Y en las naciones a las que se fueron, desacreditaron mi santo nombre,
haciendo que de ellos se dijera: “Este es el pueblo del Señor, y ha tenido que salir de su tierra”.
Pero por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las naciones a donde llegó, me
he compadecido. Por eso, dile a la casa de Israel: “Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa
de Israel. Yo mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes profanaron entre las
naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el Señor, cuando, por medio de ustedes les haga
ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los países y los llevaré a su
tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus inmundicias e
idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de ustedes el corazón
de piedra y les daré un corazón de carne. Les infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis
preceptos y guardar y cumplir mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di a sus padres,
ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios”.
Palabra de Dios.
Como el venado busca el agua de los ríos, así cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me
conduzcan allí donde tú habitas. R.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al
compás de la cítara. R.
Oremos
Señor Dios nuestro, que con las enseñanzas del Antiguo y del nuevo testamento nos has preparado
a celebrar el misterio de la Pascua, haz que comprendamos tu amor, para que los dones que hoy
recibimos confirmen en nosotros la esperanza de los bienes futuros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
/R. Amén
Gloria
Terminando la última lectura del Antiguo Testamento, con su oración, se encienden las velas del altar. Se
entona solemnemente el Gloria y se tocan las campanas.
Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo,
hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con él en su
muerte, para que, así como cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte semejante a la suya,
también lo estaremos en su resurrección. Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo,
para que el cuerpo del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el
que ha muerto queda libre de pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él;
pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya
no tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar,
vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de
Israel: “Su misericordia es eterna”. R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré
viviendo, para contar lo que el Señor ha hecho. R.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del
Señor es un milagro patente. R.
Transcurrido el sábado, María Magdalena, María (la madre de Santiago) y Salomé, compraron
perfumes para ir a embalsamar a Jesús. Muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida
del sol, se dirigieron al sepulcro. Por el camino se decían unas a otras: “¿Quién nos quitará la piedra
de la entrada del sepulcro?” Al llegar, vieron que la piedra ya estaba quitada, a pesar de ser muy
grande.
Entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica blanca, sentado en le lado
derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo: “No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que
fue crucificado. No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a
decirles a sus discípulos y a Pedro: “El irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él les
dijo”.
Palabra del Señor.
Terminada la bendición del agua todos se ponen de pie y encienden de nuevo sus velas.
Hermanos:
Por medio del bautismo, hemos sido hechos partícipes del misterio pascual de Cristo; es decir,
por medio del bautismo, hemos sido sepultados con él en su muerte para resucitar con él a una
vida nueva. Por eso, después de haber terminado el tiempo de Cuaresma, que nos preparó a la
Pascua, es muy conveniente que renovemos las promesas de nuestro bautismo, con las cuales un
día renunciamos a Satanás y a sus obras y nos comprometimos a servir a Dios, en la Santa Iglesia
católica.
Sí , renuncio.
¿Renuncian a todas las seducciones del mal para que el pecado no los esclavice?
Sí, renuncio.
Sí, creo.
¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la Virgen María.
Padeció y murió por nosotros, Resucitó y está sentado a la derecha del padre?
Sí, creo.
Sí, creo.
Que Dios todopoderoso, padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos liberó del pecado
Y nos has hecho renacer por el agua y el Espíritu Santo, Nos conserve con su gracia Unidos a
Jesucristo nuestro Señor, y hasta la vida eterna.
Amén.
El celebrador rocía al pueblo con el agua bendita, mientras todos cantan un canto bautismal.
Oración Universal
Oremos confiadamente a Cristo resucitado que venció el pecado y la muerte y nos da la luz
de la vida por medio de su resurrección diciendo confiadamente: Te rogamos, Señor
-Por la Iglesia, signo de Vida y esperanza en medio de todos los pueblos. Roguemos al señor.
R. Te rogamos, Señor.
-Por los nuevos bautizados, para que confirmen su nuevo nacimiento con la fe y el testimonio
de una vida injertada en Jesucristo. Roguemos al Señor. R.
-Por la paz, justicia y la solidaridad entre todos los hombres y todos los pueblos, frutos de la
Pascua del Señor. Roguemos al Señor. R.
-Por cuantos celebramos esta Noche Santa con la renovación de nuestra fe, de nuestro
bautismo, de nuestra vida de hijos de Dios y hermanos de Jesús. Roguemos al Señor. R.
No se dice Credo.
Acción de Gracias antes de la Comunión Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente la oración que Cristo nos
Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido enseñó:
inmolado. Celebremos, pues, la Pascua, con una
vida de rectitud y santidad. Aleluya.
Padre nuestro……
A continuación se hace la acción de gracias
y adoración al Santísimo con un canto. (pág.76). Nos damos fraternalmente la paz.
No se debe cantar el Santo, ni un canto que hace
referencia a la ofrenda de pan y vino. A continuación, el ministro de la
comunidad hace la genuflexión, toma la hostia y,
Rito de la comunión sosteniéndola un poco elevada sobre el copón, la
Después el o la celebradora, de pie, inicia la muestra al pueblo diciendo:
oración del Padre Nuestro:
Este es el cordero de Dios que quita el
pecado del mundo, dichosos los invitados a la
cena del Señor
Todos responden:
ANEXOS
Palabra clave
1. Explota Globos
Material: globos
3. Caterpilar
Definición Consiste en pasar al mismo tiempo dos grupos en tres grandes recuadros(los dos grupos van
amarrados entre sí)
Material: citas o masking
4. La Rueda
Consiste en llegar de un extremo al otro llevando una especie de Rueda, que ha sido echa con dos bolsas
de plástico unidas.
Materiales: Bolsa de plástico y algo para unir las bolsas (hilo, masking o lana)
TABAJO EN GRUPOS
COMPROMISO:
ORACIÓN FINAL
NIÑOS Y NIÑAS
Canto:
La animadora invita a todos los presentes a mirar durante unos momentos la imagen de la Virgen María.
“Pues eres toda hermosa /¡OH Madre amada! / No quiero otra cosa / que tu mirada”.
Buenos días, Por ti madrugamos. Queremos encontrarnos con la luz de tu mirada. Contigo la mañana es
mañana de luz y de esperanza. Gracias por todo. Eres un regalo. No hay llanto en la tierra que no pase por
tus manos. No hay gozo en que no brille tu luz. No hay esperanza que no se recree en tu fuente. No hay
oración que no pase por tus manos. Gracias por el signo de fe, de alegría, de servicio. Gracias por hacer de
nosotros una familia.
MISTERIOS DE LA LUZ.
María es la mujer llena de luz. En ella comenzó a brillar la luz. María es luz para todos los peregrinos.
Silencio.
Hacemos presentes a las personas por las que queremos rezar este rosario.
Símbolo: Una luz (con María, la llena de luz, nos abrimos a la gracia)
Rezo de avemarías…
Símbolo: Recipiente con agua. (Con María, la mujer creyente, entramos en la fiesta de Dios)
Canto:
Canto:
Canto:
“Lo que gratis habéis recibido, dadlo gratis” (Evangelio de San Mateo).
Canto:
Maria, cuida a tus hijos e hijas. Que te lleven no solo en el nombre sino también en el corazón
María, que siempre proteges a los hombres y mujeres y a los más pobres
María, que nos has entregado el regalo de tu Hijo, el encanto de sus virtudes.
María, Madre, protege a todos los que en estos días te hemos mirado con amor y esperanza de tu hijo.
Canto de despedida: