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IGLESIAS.
¿Cómo se desvían las iglesias?
Motivaciones incorrectas
Cada vez que alguien se para frente a un grupo de personas, cada queja, cada problema resuelto,
o cada predicación puede ser una forma en la que los plantadores alimentan la adoración a sus
dioses falsos. Si los líderes no son fieles en luchar contra esos ídolos, van a terminar con
motivaciones incorrectas. Muchos líderes inician con buenas motivaciones, sin embargo, al
enfrentar diversas pruebas, tentaciones, o luchas comunes de la plantación, caen en la trampa de
alimentar sus ídolos en vez de buscar satisfacción en Dios y su plan para la Iglesia. Alimentar
nuestros ídolos nos da un sentido de control sobre la plantación mayor que lo que nos da la plena
confianza en la promesa de Dios de edificar a su iglesia.
Por ejemplo, lograr éxito en términos numéricos termina siendo una gran tentación para el
plantador. El plantador debe examinar su corazón continuamente para asegurarse de que no ha
llegado a definir su identidad con el éxito numérico que ha tenido o que quisiera tener. Cuando no
se da el éxito, o cuando se da demasiado, de repente, eso se convierte en lo más importante.
AUSENCIA DE MISIÓN:
Es importante entender que la misión de una iglesia no inicia en la mente del plantador. La Iglesia
existe para la gloria de Dios y para llevar acabo la misión de Dios: hacer, madurar, y multiplicar
discípulos (Mt. 28:18-20).
Sin embargo, al mirar a muchas iglesias tendríamos que concluir que su misión simplemente es
reunirse y llevar acabo las actividades que siempre han hecho. Lunes de damas, martes de
hombres, jueves de parejas, sábados de jóvenes… ¿en qué momento tiene la iglesia la oportunidad
de hacer discípulos? ¿Cuándo fue la última vez que se evaluó si las actividades de la iglesia logran
cumplir el fin de hacer discípulos?
Nosotros —como humanos— perdemos la misión por múltiples razones, pero principalmente creo
que es porque no queremos hacer la labor ardua de hacer, madurar, y multiplicar discípulos según
la Palabra. Terminamos confiando en nuestros programas y nuestras actividades para hacerlo. No
tengo nada en contra de los programas, pero sí creo que hemos puesto toda la carga del hacer
discípulos sobre ellos. Los programas no han hecho discípulos: los discípulos hacen discípulos.
Pablo le dice a Timoteo que él encargue lo que él ha aprendido de Pablo “a hombres fieles que
sean capaces de enseñar también a otros” (2 Ti. 2:2). El modelo de Cristo mismo era compartir
toda su vida con sus discípulos en un intercambio relacional que resultó en la transformación de
sus vidas.
La falta de convicción teológica afecta cada área de la plantación. Muchas iglesias se encuentran
en una situación donde los líderes tienen algunas creencias correctas, pero no han realmente
escudriñado las profundidades de la Palabra de Dios para entender a la Iglesia y su misión. Si no
tienen un fuerte compromiso con la Palabra de Dios como la autoridad sobre el pueblo de Dios, no
tendrán una convicción teológica para establecer una iglesia saludable.
Cuando vemos las razones por las que muchas iglesias se desvían, las primeras dos razones nacen
de esta última.
LA SOLUCIÓN: LA PALABRA:
Hablar de la autoridad de la Palabra de Dios implica que la Biblia es autoritaria porque proviene de
Dios. Desobedecer la Palabra de Dios es desobedecer a Dios. En particular, nosotros deberíamos
dejar que la Palabra de Dios guíe todas las iniciativas del pueblo de Dios.
Establecer iglesias con convicción teológica significa establecer iglesias según la Palabra de Dios. La
Palabra de Dios nos da claramente la definición de una iglesia. La iglesia local es nada más y nada
menos que la comunidad local de los que han sido salvos por la obra de Cristo (Ef. 5:25; 1:22-23)
quienes se reúnen regularmente (Heb. 10:24-25) para exaltar a Cristo (Col. 1:15-20), oír la
predicación de la Palabra (2 Ti. 3:16-4:5), exhortarse y animarse en la fe (Heb. 10:24-25; Gal. 6:1-
5), y luego salir en misión para hacer más discípulos (Mat. 28:18-20).
Por falta de una convicción teológica acerca de la naturaleza de la iglesia, caemos en crear
reuniones y organizaciones que no son iglesias. La iglesia no es un edificio, ni es el servicio
dominical. Es la comunidad de creyentes. Así, cuando hablamos de plantar o establecer iglesias,
tenemos algo mucho más grande en mente que simplemente alquilar un lugar y abrir un servicio.