Actividad. Cuadro Comparativo TEORÍAS

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Centro Regional de Educación

Normal
Licenciatura en educación
Primaria
Vidal Serrano Llamas 6°A
Estrategias para el Desarrollo
Socioemocional
Mtro. Roberto Carlos Victorio
Reyes
Actividad: Cuadro comparativo
TEORÍAS.
Autor Postulados
Sigmund Freud Teoría del desarrollo Psicosexual de Sigmund Freud
Para Freud, la sexualidad humana es una de las principales vertientes de la energía vital que mueve el
comportamiento del ser humano. Esta energía, a la que se le puso el nombre de libido, es la fuente de los
impulsos que para el padre del psicoanálisis hacen que tendamos hacia ciertos objetivos a corto plazo y, a la
vez, obligan a otras instancias de nuestra psique a reprimir estas tendencias para no ponernos en peligro o no
entrar en conflicto con el entorno en el que vivimos.
La energía vital que se expresa a través de la sexualidad, según Freud, está presente ya desde las primeras
semanas de nuestra vida, lo cual significa que nuestra vertiente sexual no nace en la adolescencia, tal y como
muchos investigadores de su época sostenían. Tiene implicaciones profundas en el modo en el que Freud
relacionaba nuestra personalidad con nuestra vertiente íntima, afectiva y basada en impulsos.
Una de las ideas esenciales detrás de la teoría del desarrollo psicosexual de Freud es que el modo en el que
gestiona la satisfacción de la libido durante la infancia deja unas huellas en nuestro inconsciente que se harán
notar durante la vida adulta. Para Freud, por tanto, en el desarrollo psicosexual interviene tanto la biología como
la crianza.
En los primeros años de nuestras vidas atravesamos distintas etapas de desarrollo vinculadas a la sexualidad y
a distintas fijaciones, y que lo que ocurra durante ellas influirá en el modo en el que el inconsciente condicione a
la persona una vez haya llegado a la adultez.
La manera de comportarse de una persona dependerá del modo en el que haya afrontado las diferentes etapas
de desarrollo psicosexual y los retos característicos de cada fase:
1.- Etapa oral:
La etapa oral ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida, y en ella aparecen los primeros intentos
por satisfacer las demandas promovidas por la libido. En ella, la boca es la principal zona en la que se busca el
placer. También es la boca una de las principales zonas del cuerpo a la hora de explorar el entorno y sus
elementos, y esto explicaría la propensión de los más pequeños a intentar "morderlo" todo.
Si se impide tajantemente que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, esto podría producir un bloqueo que
haría que ciertos problemas quedasen fijados en el inconsciente. Un ejemplo de ello es, según Freud, a las
personas que fuman, pues mantienen una fijación en la etapa oral al no haberla concluido de manera
satisfactoria y la incipiente necesidad de fumar y el placer que produce tener el cigarrillo en la boca.
2.- Etapa anal:
Esta etapa se produciría desde el fin de la etapa oral y hasta los 3 años de edad. Se trapa de la fase en la que
se empiezan a controlar el esfínter en la defecación. Para Freud, esta actividad está vinculada al placer y la
sexualidad.
Las fijaciones relacionadas con esta fase del desarrollo psicosexual tienen que ver con la acumulación y con el
gasto, vinculadas con el espíritu ahorrador y la disciplina en el primer caso, y con la desorganización y el
derroche de recursos en el segundo. Sin embargo, según el padre del psicoanálisis, estas dinámicas de gasto y
ahorro no se expresarían solamente o principalmente a través de la gestión del dinero.
3.- Etapa fálica:
Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años, y su zona erógena asociada es la de los genitales. De este
modo, la principal sensación placentera sería la de orinar, pero también se originaría en esta fase el inicio de la
curiosidad por las diferencias entre hombres y mujeres, niños y niñas, empezando por las evidentes
disimilitudes en la forma de los genitales y terminando en intereses, modos de ser y de vestir, etc.
Además, Freud relacionó esta fase con la aparición del "complejo de Edipo", en el que los niños varones sienten
atracción hacia la persona que ejerce el rol de madre y sienten celos y miedo hacia la persona que ejerce el rol
de padre.
4.- Etapa de latencia:
Esta fase empieza hacia los 7 años y se extiende hasta el inicio de la pubertad. La etapa de latencia se
caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general, por representar una congelación de
las experimentaciones en materia de sexualidad por parte de los niños, en parte a causa de todos los castigos y
amonestaciones recibidas. Es por eso que Freud describía esta fase como una en la que la sexualidad queda
más camuflada que en las anteriores.
La etapa de latencia ha estado asociada a la aparición del pudor y la vergüenza relacionada con la sexualidad.
5.- Etapa genital:
La etapa genital aparece con la pubertad y se prolonga en adelante. Está relacionada con los cambios físicos
que acompañan a la adolescencia. Además, en esta fase del desarrollo psicosexual el deseo relacionado con lo
sexual se vuelve tan intenso que no se puede reprimir con la misma eficacia que en etapas anteriores.
La zona erógena relacionada con este momento vital vuelve a ser la de los genitales, pero a diferencia de lo que
ocurre en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las competencias necesarias para expresar la sexualidad a
través de vínculos de unión de carácter más abstracto y simbólico que tienen que ver con el consenso y el
apego con otras personas. Es el nacimiento de la sexualidad adulta

Melanie Klein Teoría de las relaciones objetales de Melanie Klein


Es la escuela teórica del psicoanálisis que se basa en la idea de que el sujeto existe solo en relación con
objetos (personas), que pueden ser externos (reales) o internos (imaginarios).
La teoría psicoanalítica de Melanie Klein se basa principalmente en su teoría de las relaciones objetales. En
esta teoría se establece que el sujeto se relaciona con el medio a partir de las sensaciones e impulsos que
siente y proyecta sobre los objetos de su impulso. Las relaciones con dichos objetos generan huellas
permanentes que marcarán la futura relación con otros, internalizándose las experiencias vividas y originándose
en base a ellas la estructura psicológica del sujeto.
Así, la configuración psíquica de una persona estaría basada en cómo se ha relacionado y como ha
internalizado la interacción con dichos objetos, desarrollándose el individuo en base a ello.
Melanie Klein se cree que desde el parto el infante tiene un yo primitivo que le permite vincularse con los
objetos y proyectar sobre ellos sus propios impulsos y conflictos inconscientes.
Así, en un inicio las relaciones objetales se basarían en la proyección de impulsos y la introyección de los
estímulos externos, para ir desarrollándose un yo más o menos diferenciado en las diferentes etapas o
posiciones.
Las posiciones del desarrollo:
lo largo del desarrollo el ser humano pasa por una serie de etapas en las cuales va desarrollando el yo y las
relaciones con el entorno. Concretamente, establece la presencia de dos posiciones concretas en la infancia en
que las relaciones objetales y las ansiedades derivadas de ellas van evolucionando hacia una integración del
yo, la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva.

1.- Posición esquizo – paranoide:


Esta posición aparece siendo el primer tipo de relación objetal, iniciada con el nacimiento y que tiende a durar
hasta los seis meses de edad. En esta etapa inicial del desarrollo, el niño aún no es capaz de identificar qué es
el yo y que no, teniendo un pensamiento concreto y no siendo capaz de distinguir elementos holísticos.
Al no ser capaz de distinguir el yo del no yo el niño no puede integrar la existencia conjunta de aspectos
gratificantes y aversivos en un mismo objeto, con lo que reacciona identificando los objetos de forma parcial
haciendo que considera la existencia de uno bueno que le cuida y otro malo que le daña o frustra
(denominándose escisión a este mecanismo de defensa), proyectando en ellos sus impulsos e intentos. El
ejemplo más importante y que más marcará al infante es el del pecho materno, que en ocasiones le amamanta
y en otras le frustra.
Debido a la existencia de un objeto malo, persecutorio, el infante desarrollará ansiedad y angustia ante la idea
de que éste pueda atacarle. Si el niño consigue introyectar el aspecto bueno de los objetos (esencialmente el
pecho bueno de la madre) a través de la vivencia de más o mejores experiencias positivas que negativas,
conseguirá formar un yo sano que le permita pasar a la siguiente posición.

2.- Posición depresiva:


Según el niño va madurando, empieza a tener un mayor desarrollo del yo y una mejor capacidad de
discernimiento de lo que es el yo de lo que no, siendo ahora capaz de observar que los objetos son
independientes de sí mismos. Esta etapa surge alrededor de los seis meses después del nacimiento.
Se incorpora e introyecta el aspecto bueno de los objetos, concretamente del pecho materno, y el niño es capaz
de integrar los aspectos agradables y desagradables de los objetos. Poco a poco se ha pasado a poder ver los
objetos como un solo elemento que en ocasiones puede ser bueno y en otras malo.
Disminuyen las pulsiones agresivas, y al observar que el objeto es un ente independiente nace el miedo y la
ansiedad ante la posibilidad de su pérdida. Así pues, en esta posición o etapa aparecen angustias de tipo
depresivo, que se añaden a las propias de la posición anterior. Nacen los sentimientos de culpa y gratitud hacia
los objetos, y empiezan a aplicarse mecanismos de defensa como la represión de instintos y el desplazamiento.

El complejo de Edipo:
Klein considera que existe un complejo de Edipo desde el momento en que el niño es capaz de discernir que
sus progenitores son individuos ajenos a él, observando que existe un vínculo entre ellos del que él no forma
parte. El niño proyecta sus deseos en dicho vínculo, generándose envidia y provocando sentimientos
ambivalentes al respecto. Posteriormente aparecerá el complejo de Edipo propuesto por Freud, en el momento
en que se reduce la ambivalencia y se realiza la elección entre el deseo por un progenitor y la rivalidad e
identificación con el otro.

El juego simbólico y la fantasía inconsciente:


La capacidad para expresarse verbalmente y exteriorizar mediante la palabra pensamientos, emociones,
deseos y vivencias se va desarrollando a lo largo de la vida. Esta capacidad requiere un cierto nivel de
desarrollo madurativo y de aprendizaje, así como de una cierta capacidad de introspección.
Así pues, para un niño que no ha finalizado su desarrollo es sumamente complejo ser capaz de expresar sus
pulsiones, deseos y angustias. Este es uno de los principales motivos por los cuales el método de la asociación
libre propio del psicoanálisis freudiano no podía ser originalmente aplicado a niños.
Sin embargo, los elementos pulsionales, los deseos y miedos que forman parte de cada uno, están presentes
desde el nacimiento. Para la teoría psicoanalítica de Melanie Klein, si bien en la infancia dichos elementos
pueden no ser conscientes pueden encontrarse simbolizadas en la generación de fantasías. De este modo, las
fantasías inconscientes actúan como método de expresión de los instintos básicos y las angustias,
proyectándose éstos en el juego y dirigiendo en gran medida la actitud y la conducta infantil.
Para Klein, el juego es un método de comunicación en el que el infante exterioriza sus inquietudes y deseos
primigenios de forma indirecta. De este modo, analizando el simbolismo encerrado en el proceso de juego es
posible observar las fantasías inconscientes que rigen la conducta del niño de un modo análogo al empleado en
los métodos de asociación libre aplicados en adultos.
Henri Wallon La teoría Global de Henri Wallon
Wallon desde una postura atidualista, plantea que en la conciencia reside el origen del progreso intelectual, pero
ésta no se presenta en el momento del nacimiento sino que es una cualidad que se construye socialmente, por
medio de lo que denomina la simbiosis afectiva, es decir, el intercambio de competencias afectivas que llevan al
desarrollo integral de los diferentes actores del proceso enseñanza-aprendizaje.
Wallon defiende un concepto unitario del individuo, indicando que en el desarrollo humano se produce una
transición desde lo biológico o natural, a lo social o cultural. Coincide con Vygotsky al afirmar que el niño es un
ser social desde que nace y que en la interacción con los demás va a residir la clave de su desarrollo.
Para Wallon, la individuación se produce gracias al papel que desempeña la emoción en el niño. El bebé
establece una simbiosis afectiva con sus cuidadores que le posibilita el desarrollo. Wallon decía: “El lenguaje ha
sido precedido por medios de comunicación más primitivos. La base de estos medios está en la expresión
emocional”.
Hay cuatro factores para explicar la evolución psicológica del niño:
1. La emoción.
2. El otro.
3. El medio (físico, químico, biológico y social).
4. El movimiento (acción y actividad).

El desarrollo de los estadíos:


La ley de alternancia funcional: Es la ley principal que regula el desarrollo psicológico del niño. Plantea que las
actividades del niño, unas veces se dirigen a la construcción de su individualidad y otras al establecimiento de
relaciones con los otros; alternándose la orientación progresivamente en cada estadio.
La ley de preponderancia e integración funcional: Consiste en que no existe ni ruptura, ni continuidad funcional
en la transición de un estadio a otro. De este modo, las funciones antiguas no desaparecen, sino que se
integran con las nuevas.
Los estadios de Wallon:
1.- De impulsividad motriz y emocional:
Edad: 0 –1 años
Función dominante: La emoción permite construir una simbiosis afectiva con el entorno.
Orientación: Hacia dentro: dirigida a la construcción del individuo

2.- Sensorio-motriz y emocional.


Edad: 2 –3 años.
Función dominante: La actividad sensorio-motriz presenta dos objetivos básicos. El primero es la manipulación
de objetos y el segundo la imitación.
Orientación: Hacia el exterior: orientada a las relaciones con los otros y los objetos.

3.- Del personalismo:


Edad: 3 –6 años.
Función dominante: Toma de conciencia y afirmación de la personalidad en la construcción del yo.
Orientación: Hacia dentro: necesidad de afirmación. Subperiodos:
• (Entre 2 y 3 años) oposicionismo, intentos de afirmación, insistencia en la propiedad de los objetos.
• (3 –4 años) Edad de la gracia en las habilidades expresivas y motrices. Búsqueda de la aceptación y
admiración de los otros. Periodo narcisista.
• (Poco antes de los 5 años.) Representación de roles. Imitación.

4.- Del pensamiento categorial:


Edad: 6 / 7 –11 / 12 años.
Función dominante: La conquista y el conocimiento del mundo exterior.
Orientación: Hacia el exterior: especial interés por los objetos.
Subperiodos:
• (6-9 años) Pensamiento sincrético: global e impreciso, mezcla lo objetivo con lo subjetivo.
• (a partir de 9 años) Pensamiento categorial. Comienza a agrupar categorías por su uso, características u otros
atributos.
5.- De la pubertad y la adolescencia: Edad: 12 años
Función dominante: Contradicción entre lo conocido y lo que se desea conocer. Conflictos y ambivalencias
afectivas. Desequilibrios.
Orientación: Hacia el interior: dirigida a la afirmación del yo.
Carl Rogers Teoría del Self de Carl Rogers:
Los psicólogos humanistas como Carl Rogers propusieron algunas ideas sobre los procesos mentales en los
que se enfatiza la libertad de los individuos a la hora de tomar el rumbo de sus vidas. Según ellos, ni los
factores biológicos ni los ambientales son determinantes en nuestro comportamiento, y no nos "arrastran"
irremediablemente hacia ciertos tipos de comportamiento. En resumidas cuentas, no eran deterministas. En
concreto, Carl Rogers creía que la personalidad de cada persona se desarrollaba según el modo en el que
consigue ir acercándose a (o alejándose de) sus objetivos vitales, sus metas.
Esta idea de que el desarrollo personal y el modo en el que el individuo lucha por llegar a ser como se quiere
ser es una idea central de la psicología humanista, pero para Carl Rogers tiene especial importancia, porque
para él es a través del desarrollo personal como se forma el carácter y el modo de ser.

Carl Rogers y la teoría de la personalidad altamente funcional:


Carl Rogers propone la idea de que la personalidad de cada individuo puede analizarse según el modo en el
que se acerca o se aleja a un modo de ser y vivir la vida al que él pone la etiqueta de persona altamente
funcional. Las personas altamente funcionales se caracterizan por estar en un proceso constante de auto-
actualización, es decir, búsqueda de un ajuste casi perfecto con los objetivos y las metas vitales. Este proceso
de desarrollo personal se encuentra en el presente, por lo que siempre está en funcionamiento. De este modo,
la personalidad de las personas altamente funcionales es, para Carl Rogers, un marco en el que fluye en tiempo
real un modo de vivir la vida que se adapta a las circunstancias constantemente.
¿Cómo es la persona altamente funcional?:
Según Carl Rogers, los rasgos de la personalidad que definían a las personas altamente funcionales están
definidos según las siguientes cinco características.

1. Apertura a la experiencia
La personalidad de las personas altamente funcional es, según Carl Rogers, muy abierta a la experiencia, en un
sentido amplio. No adopta una actitud defensiva por defecto ante lo desconocido, sino que prefiere explorar
nuevas posibilidades. Es por eso que este tipo de personalidad se define por la aceptación de las emociones
asociadas a lo que se está viviendo, la no evitación de las "emociones negativas" y la adopción de actitudes
receptivas ante situaciones que no son claramente peligrosas.
2. Estilo de vida existencial
Esta característica tiene que ver con la tendencia a asumir que es uno mismo quien ha de otorgar sentido a las
experiencias que se viven en cada momento, a través de un proceso de creación de significado. De este modo,
se deja que el modo de vivir el día a día sea espontáneo, creativo, sin intentar que todo lo que se percibe encaje
a la fuerza en esquemas preconcebidos. El estilo de vida asociado a este tipo de personalidad, para Carl
Rogers, se caracteriza por evitar la tendencia a prejuzgar.
No se analiza el presente como algo que debe ser explicado totalmente por las vivencias del pasado, sino que
se vive plenamente.
3. Confianza en uno mismo
Para Carl Rogers, el hecho de abrazar una manera libre de vivir la vida conlleva fiarse del propio criterio y la
propia manera de tomar decisiones por encima de cualquier otro referente. La idea es que, como nadie conoce
mejor que uno mismo la propia manera de vivir la vida, no se tiende a apoyarse en códigos de comportamiento
impuestos desde instancias externas.
4. Creatividad
El hecho de que las personas altamente funcionales de Carl Rogers sean enemigas de los dogmas y las
convenciones hace que miren más allá de lo considerado como "normal". Esto proporciona las bases
necesarias para que puedan desarrollar su creatividad.
5. Libertad de elección
El modo de ser creativo e innovador de la personalidad altamente funcional teorizada por Carl Rogers hace que
estas personas sean capaces de encontrar nuevas opciones de comportamiento allí donde aparentemente solo
hay unas pocas. Esto define el carácter inconformista de este tipo de personalidad, que es capaz de resolver
paradojas en las que hay una aparente contradicción entre las opciones que a priori parecen disponibles.
6. Carácter constructivo
Este tipo de personalidad muestra una gran facilidad para dar respuesta a todas las necesidades de manera
equilibrada, de manera que las crisis son aprovechadas como oportunidades para construir nuevas
oportunidades y encontrar maneras de alcanzar niveles de bienestar.
7. Desarrollo personal
El desarrollo personal es el motor vital de las personas altamente funcionales. Se vive como un proceso de
cambio constante, en el que nunca se alcanza una meta final definitiva, sino que se va pasando de una etapa a
otra.

Erick Erikson La teoría de la identidad del Yo de Erick Erickson.


1. La teoría del desarrollo psicosocial de Erikson
La Teoría del Desarrollo Psicosocial fue ideada por Erik Erikson a partir de la reinterpretación de las fases
psicosexuales desarrolladas por Sigmund Freud en las cuales subrayó los aspectos sociales de cada una de
ellas en cuatro facetas principales:
Enfatizó la comprensión del ‘yo’ como una fuerza intensa, como una capacidad organizadora de la persona,
capaz de reconciliar las fuerzas sintónicas y distónicas, así como de resolver las crisis derivadas del contexto
genético, cultural e histórico de cada persona. Puso en relieve las etapas de desarrollo psicosexual de Freud,
integrando la dimensión social y el desarrollo psicosocial.
Propuso el concepto de desarrollo de la personalidad desde la infancia a la vejez.
Investigó acerca del impacto de la cultura, de la sociedad y de la historia en el desarrollo de la personalidad.
2. La discrepancia entre Erik Erikson y Sigmund Freud
Erikson disiente con Freud en la relevancia que este último otorgó al desarrollo sexual para explicar el
desarrollo evolutivo del individuo.
Erikson entiende que el individuo, a medida que va transcurriendo por las diferentes etapas, va desarrollando su
consciencia gracias a la interacción social.

3. Características de la teoría de Erikson


Erikson también propone una teoría de la competencia. Cada una de las etapas vitales da pie al desarrollo de
una serie de competencias. Si en cada una de las nuevas etapas de la vida la persona ha logrado la
competencia correspondiente a ese momento vital, esa persona experimentará una sensación de dominio que
Erikson conceptualiza como fuerza del ego. Haber adquirido la competencia ayuda a resolver las metas que se
presentarán durante la siguiente etapa vital.
Otro de los rasgos fundamentales de la teoría de Erikson es que cada una de las etapas se ven determinadas
por un conflicto que permite el desarrollo individual. Cuando la persona logra resolver cada uno de los
conflictos, crece psicológicamente.
En la resolución de estos conflictos la persona halla un gran potencial para el crecimiento, pero por otra parte
también podemos encontrar un gran potencial para el fracaso si no se logra superar el conflicto propio de esa
etapa vital.

Los 8 estadios psicosociales:


1. Confianza vs Desconfianza
Este estadio transcurre desde el nacimiento hasta los dieciocho meses de vida, y depende de la relación o
vínculo que se haya creado con la madre.
La relación con la madre determinará los futuros vínculos que se establecerán con las personas a lo largo de su
vida. Es la sensación de confianza, vulnerabilidad, frustración, satisfacción, seguridad… la que puede
determinar la calidad de las relaciones.

2. Autonomía vs Vergüenza y duda


Este estadio empieza desde los 18 meses hasta los 3 años de vida del niño.

Durante este estadio el niño emprende su desarrollo cognitivo y muscular, cuando comienza a controlar y
ejercitar los músculos que se relacionan con las excreciones corporales. Este proceso de aprendizaje puede
conducir a momentos de dudas y de vergüenza. Asimismo, los logros en esta etapa desencadenan sensación
de autonomía y de sentirse como un cuerpo independiente.

3. Iniciativa vs Culpa
Este estadio viaja desde los 3 hasta los 5 años de edad.
El niño empieza a desarrollarse muy rápido, tanto física como intelectualmente. Crece su interés por
relacionarse con otros niños, poniendo a prueba sus habilidades y capacidades. Los niños sienten curiosidad y
es positivo motivarles para desarrollarse creativamente. En caso de que los padres reaccionen de
negativamente a las preguntas de los niños o a la iniciativa de éstos, es probable que les genere sensación de
culpabilidad.

4. Laboriosidad vs Inferioridad
Este estadio se produce entre los 6-7 años hasta los 12 años.
Los niños muestran un interés genuino por el funcionamiento de las cosas e intentan llevar a cabo muchas
actividades por sí mismos, con su propio esfuerzo y poniendo en uso sus conocimientos y habilidades. Por esa
razón es tan importante la estimulación positiva que pueda ofrecerle la escuela, en casa o por el grupo de
iguales. Éste último comienza a adquirir una relevancia trascendental para ellos.
En el caso de que esto no sea bien acogido o sus fracasos motiven las comparaciones con otros, el niño puede
desarrollar cierta sensación de inferioridad que le hará sentirse inseguro frente a los demás.

5. Exploración de la Identidad vs Difusión de Identidad


Este estadio tiene lugar durante la adolescencia. En esta etapa, una pregunta se formula de forma insistente:
¿quién soy?

Los adolescentes empiezan a mostrarse más independientes y a tomar distancia de los padres. Prefieren pasar
más tiempo con sus amigos y comienzan a pensar en el futuro y a decidir qué quieren estudiar, en qué trabajar,
dónde vivir, etc.
La exploración de sus propias posibilidades se produce en esta etapa. Comienzan a apuntalar su propia
identidad basándose en el las experiencias vividas. Esta búsqueda va a causar que en múltiples ocasiones se
sientan confusos acerca de su propia identidad.

6. Intimidad frente al Aislamiento


Este estadio comprende desde los 20 años hasta los 40, aproximadamente.
La forma de relacionarse con otras personas se modifica, el individuo empieza a priorizar relaciones más
íntimas que ofrezcan y requieran de un compromiso recíproco, una intimidad que genere una sensación de
seguridad, de compañía, de confianza.
Si se evade este tipo de intimidad, uno puede estar rozando la soledad o el aislamiento, situación que puede
acabar en depresión.

7. Generatividad frente al Estancamiento


Este estadio transcurre entre los 40 hasta los 60 años.
Es un lapso de la vida en el que la persona dedica su tiempo a su familia. Se prioriza la búsqueda de equilibrio
entre la productividad y el estancamiento; una productividad que está vinculada al futuro, al porvenir de los
suyos y de las próximas generaciones, es la búsqueda de sentirse necesitado por los demás, ser y sentirse útil.
El estancamiento es esa pregunta que se hace el individuo: ¿qué es lo que hago aquí si no sirve para nada?; se
siente estancado y no logra canalizar su esfuerzo para poder ofrecer algo a los suyos o al mundo.

8. Integridad del yo frente a la Desesperación


Este estadio se produce desde los 60 años hasta la muerte.
Es un momento en el que el individuo deja de ser productivo, o al menos no produce tanto como era capaz
anteriormente. Una etapa en la que la vida y la forma de vivir se ven alteradas totalmente, los amigos y
familiares fallecen, uno tiene que afrontar los duelos que causa la vejez, tanto en el propio cuerpo como en el de
los demás.

Jean Piaget La teoría Cognitiva de Jean Piaget


Jean Piaget, Psicólogo, Pedagogo, biólogo y epistemólogo suizo. La teoría del desarrollo cognitivo de Piaget
supuso un adelanto a la época al plantear al ser humano como un sujeto activo en su aprendizaje. Su interés
fundamental estuvo en investigar el proceso por el cual las personas adquirimos el conocimiento, no tanto qué
ni cuánto adquirimos.

Concepción acerca de los niños:


Antes
Se creía que los niños eran entes pasivos y que no aprendían por sí mismos. Eran sus padres o el maestro
quién les iba a otorgar todo el conocimiento.
Ahora
Jean Piaget dijo que esto no era así, y afirmó que los niños se comportan como “pequeños científicos” tratando
de descubrir el mundo que los rodea.

El Aprendizaje Como Reorganización


Piaget entiende el aprendizaje como una reorganización de las estructuras cognitivas existentes en cada
momento.
Es decir: para él, los cambios en nuestro conocimiento, esos saltos cualitativos que nos llevan a interiorizar
nuevos conocimientos a partir de nuestra experiencia, se explican por una recombinación que actúa sobre los
esquemas mentales que tenemos a mano.
El aprendizaje, entendido como proceso de cambio que se va construyendo, nos hace pasar por diferentes
etapas no porque nuestra mente cambie de naturaleza de manera espontánea con el paso del tiempo, sino
porque ciertos esquemas mentales van variando en sus relaciones, se van organizando de manera distinta a
medida que crecemos y vamos interactuando con el entorno.
Procesos cognitivos según Jean Piaget:
El Concepto de Esquema
Un esquema es una estructura mental, una imagen simplificada (por ejemplo, el mapa de una ciudad) y
concreta que puede ser transportada y sistematizada. La idea de “esquema” en Piaget es bastante similar a la
idea tradicional de ‘concepto’.
Además de entender el aprendizaje como un proceso de constante organización de los esquemas, Piaget cree
que es fruto de la adaptación. Corresponde tanto a una manera de procesar la información que nos brinda la
realidad
Piaget sostiene que el hombre es un organismo vivo que se presenta a un entorno físico ya dotado de una
herencia biológica y genética que influye en el procesamiento de la información proveniente del exterior.
Escribe la mente de los organismos humanos como el resultado de dos “funciones estables”: La organización y
la adaptación. A su vez, dentro de la dinámica de adaptación operan dos procesos: la asimilación y la
acomodación.
Asimilación: se refiere al modo en que un organismo se enfrenta a un estímulo del entorno en términos de
organización actual. La asimilación mental consiste en la incorporación de los objetos dentro de los esquemas,
es decir, el proceso mediante el cual nueva información se amolda a esquemas preexistentes.
Acomodación: La acomodación implica una modificación de la organización actual en respuesta a las
demandas del medio. Es el proceso mediante el cual el sujeto se ajusta a las condiciones externas. La
acomodación no sólo aparece como necesidad de someterse al medio, sino se hace necesaria también para
poder coordinar los diversos esquemas de asimilación. En resumen, acomodación se refiere al proceso de
modificar esquemas para acomodarse a nueva información.

Los 4 etapas o estadios de Jean Piaget:


Etapa Sensoriomotor (de los 0 a los 2 años):
Se llama sensoriomotor porque el niño aprende principalmente con lo que siente y toca a través de los 5
sentidos, es por ello que es muy común que los niños en esta etapa “se quieren echar todo a la boca”. Lo que
define esta etapa es la obtención de conocimiento a partir de la interacción física con el entorno inmediato. Así
pues, el desarrollo cognitivo se articula mediante juegos de experimentación

Etapa Preoperacional (2 a 7 años):


Esta etapa se caracteriza por el juego simbólico, el lenguaje egocéntrico y sin filtro. También aparece el
pensamiento mágico y el aprendizaje del lenguaje.
Empiezan a ganar la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, actuar y jugar siguiendo roles ficticios y
utilizar objetos de carácter simbólico. Sin embargo, el egocentrismo sigue estando muy presente en esta fase, lo
cual se traduce en serias dificultades para acceder a pensamientos y reflexiones de tipo relativamente
abstracto.

Etapa de las operaciones concretas (7 a 12 años):


El niño empieza a usarse la lógica para llegar a conclusiones válidas, siempre y cuando las premisas desde las
que se parte tengan que ver con situaciones concretas y no abstractas.
Además, los sistemas de categorías para clasificar aspectos de la realidad se vuelven notablemente más
complejos en esta etapa, y el estilo de pensamiento deja de ser tan marcadamente egocéntrico.

Etapa de las operaciones formales (12 años en adelante):


Es en este período en el que se gana la capacidad para utilizar la lógica para llegar a conclusiones abstractas
que no están ligadas a casos concretos que se han experimentado de primera mano. Por tanto, a partir de este
momento es posible "pensar sobre pensar", hasta sus últimas consecuencias, y analizar y manipular
deliberadamente esquemas de pensamiento, y también puede utilizarse el razonamiento hipotético deductivo.

Lawrence Kohlberg La teoría del desarrollo Moral de Lawrence Kohlberg.


El estudio de la moral es algo que constantemente está generando dilemas, dudas y teorías.
Prácticamente todas las personas se han preguntado en algún momento acerca de lo que está bien y lo que no
lo está, sobre cuál es el mejor modo en el que ordenar las prioridades para llegar a ser una buena persona, o
incluso acerca del mismo significado de la palabra "moral". Sin embargo, muchos menos se han propuesto
estudiar no ya lo que es el bien, el mal, la ética y la moral, sino el modo en el que pensamos en esas ideas.
Si lo primero es tarea de los filósofos, lo segundo entra de lleno en el terreno de la psicología, en el que destaca
la teoría del desarrollo moral de Lawrence Kohlberg.
Sus investigaciones tuvieron como fruto la teoría del desarrollo moral de Kohlberg, muy influenciada por la
teoría de las 4 fases de desarrollo cognitivo de Jean Piaget. Al igual que Piaget, Lawrence Kohlberg creía que
en la evolución de los modos típicos de razonamiento moral hay etapas cualitativamente distintas entre sí, y que
la curiosidad por aprender es uno de los principales motores del desarrollo mental a lo largo de las distintas
fases de la vida.
Además, tanto en la teoría de Kohlberg como en la de Piaget hay una idea básica: el desarrollo del modo de
pensar va de unos procesos mentales muy centrados en lo concreto y lo directamente observable hasta lo
abstracto y más general.
Los tres niveles del desarrollo moral
Las categorías que Kohlberg utilizó para señalar el nivel de desarrollo moral son una manera de expresar las
diferencias sustanciales que se dan en el modo de razonar de alguien a medida que va creciendo y
aprendiendo.
Estas 6 etapas se engloban en tres categorías más amplias: la fase pre-convencional, la convencional y la post-
convencional.
1. fase pre-convencional
En la primera fase del desarrollo moral, que según Kohlberg suele durar hasta los 9 años, la persona juzga los
acontecimientos según el modo en el que estos la afecten a ella.
1.1. Primera etapa: orientación a la obediencia y el castigo
En la primera etapa, el individuo solo piensa en las consecuencias inmediatas de sus acciones, evitando las
experiencias desagradables vinculadas al castigo y buscando la satisfacción de las propias necesidades.
Por ejemplo, en esta fase se tiende a considerar que las víctimas inocentes de un suceso son culpables, por
haber sufrido un "castigo", mientras que las que perjudican a las demás sin ser castigadas no obran mal. Se
trata de un estilo de razonamiento extremadamente egocéntrica en la que el bien y el mal tiene que ver con lo
que experimenta cada individuo por separado.

1.2. Segunda etapa: orientación al interés propio


En la segunda etapa se empieza a pensar más allá del individuo, pero el egocentrismo sigue presente. Si en la
fase anterior no se puede concebir que exista un dilema moral en sí porque solo existe un punto de vista, en
este empieza a reconocerse la existencia de choques de intereses.
Ante este problema, las personas que se encuentran en esta fase optan por el relativismo y el individualismo, al
no identificarse con valores colectivos: cada uno defiende lo suyo y obra en consecuencia. Se cree que, si se
establecen acuerdos, estos deben ser respetados para no crear un contexto de inseguridad que perjudique a
los individuos.

2. Fase convencional
La fase convencional suele ser la que define el pensamiento de los adolescentes y de muchos adultos. En ella,
se tiene en cuenta la existencia tanto de una serie de intereses individuales como de una serie de convenciones
sociales acerca de lo que es bueno y lo que es malo que ayuda a crear un "paraguas" ético colectivo.
2.1. Tercera etapa: orientación hacia el consenso
En la tercera etapa las acciones buenas están definidas por cómo repercuten sobre las relaciones que uno tiene
con los demás. Por eso, las personas que se encuentran en la etapa de orientación hacia el consenso tratan de
ser aceptadas por el resto y se esfuerzan por hacer que sus acciones encajen muy bien en el conjunto de reglas
colectivas que definen lo que es bueno.
Las acciones buenas y malas están definidas por los motivos que hay detrás de ellos y el modo en el que estas
decisiones encajan en una serie de valores morales compartidos. La atención no se fija en lo bien o mal que
puedan sonar ciertas propuestas, sino por los objetivos que hay detrás de ellas.
2.2. Cuarta etapa: orientación a la autoridad
En esta etapa de desarrollo moral, lo bueno y lo malo emana de una serie de normas que se perciben como
algo separado de los individuos. El bien consiste en cumplir las normas, y el mal es incumplirlas.
No cabe la posibilidad de actuar más allá de estas reglas, y la separación entre lo bueno y lo malo es tan
definida como concretas sean las normas. Si en la etapa anterior el interés está puesto más bien en aquellas
personas que se conocen y que pueden mostrar aprobación o rechazo por lo que hace uno, aquí el círculo ético
es más amplio y engloba a todas aquellas personas sujetas a la ley.

3. Fase post-convencional
Las personas que se encuentran en esta fase tienen como referencia principios morales propios que, a pesar de
no tener por qué coincidir con las normas establecidas, se apoyan tanto en valores colectivos como en
libertades individuales, no en exclusivamente en el propio interés.
3.1. Etapa 5: orientación hacia el contrato social
La manera de razonamiento moral propia de esta etapa surge de una reflexión acerca de si las leyes y las
normas son acertadas o no, es decir, si dan forma a una buena sociedad.
Se piensa en el modo en el que la sociedad puede afectar a la calidad de vida de las personas, y se piensa
también en el modo en el que las personas pueden cambiar las normas y las leyes cuando estas son
disfuncionales. Es decir, que existe una visión muy global de los dilemas morales, al irse más allá de las reglas
existentes y adoptar una posición teórica distanciada. El hecho de plantearse, por ejemplo, que la esclavitud fue
legal pero ilegítima y que a pesar de eso existía como si fuese algo totalmente normal entraría dentro de esta
etapa del desarrollo moral.
3.2. Etapa 6: orientación hacia los principios universales
El razonamiento moral que caracteriza a esta fase es muy abstracto, y se basa en la creación de principios
morales universales que son diferentes a las leyes en sí mismas. Por ejemplo, se considera que cuando una ley
es injusta, cambiarla debe ser una prioridad. Además, las decisiones no emanan de suposiciones acerca del
contexto, sino de consideraciones categóricas basadas en los principios morales universales.

Florence Goodenough El desarrollo psicológico evolutivo de Florence


El test de Goodenough es un método para hacer una evaluación del nivel de inteligencia general y la
personalidad de los niños por medio del dibujo de la figura humana. El sistema de Goodenough fue creado por
Florence L. Goodenough, en 1926, fue Harris en 1963 quien hizo la primera revisión de este sistema y dio lugar
al conocido como el test del Dibujo de la Figura Humana de Goodenough-Harris.
Según Goodenough al medir el valor de un dibujo se mide el valor de las funciones de asociación, observación,
analítica, discriminación, memoria de detalles, sentido espacial, juicio, abstracción, coordinación viso-manual y
adaptabilidad.

Etapas de desarrollo

Etapa vegetativa- motriz (de los 18 a los 36 meses). Se manifiesta cuando al tomar el niño un lápiz o una tiza
se da cuenta que este puede ser una prolongación de su mano y descubre, con gusto, que al deslizar el lápiz
sobre la superficie logra hacer trazos, carentes de significado y de intención.

Etapa representativa (de 2 a 4 años).


Aparecen esbozos de formas, el niño garabatea no sólo por placer del movimiento; ni por sentir simplemente la
satisfacción, sino porque existe ya la intención de reproducir y representar hechos vividos intensamente,
visuales, auditivos, táctiles, incluso imaginativos. A menudo este grabado-dibujo va acompañado de un
comentario verbal más o menos comprensible o adecuado, pues al mismo trazo puede darle variadas
interpretaciones.

Etapa comunicativo- social (de 3 a 5 años)


Aparece cuando el niño se da cuenta de que algunos de los miembros de la familia interpretan o entienden sus
trazos en cuyo caso se explaya dándole a sus dibujos una interpretación que comunica ampliamente con los
familiares.

Etapa celular (de 4 a 6 años).


Después del garabato, el dibujo de un hombre comienza a adquirir forma definida. Por lo común los ojos de
hallan diferenciados, frecuentemente también incluyen otros rasgos faciales, Las piernas y los brazos, son
únicamente líneas unidas a la cabeza en cualquier parte. El dibujo todavía necesita el título y aún la
interpretación del menor, es evidente trata de organizar su representación gráfica para conformarla a su idea de
hombre.

Fase de transición hacia el esquema (de 5 a 7 años).


De pronto, el niño descubre que su figura carece de tronco, pies, manos y busca dar una mayor realidad a sus
representaciones.

Fase esquemática (de 6 a 8 años).


En este momento cambian los intereses del niño, al parecer disminuyen sus intereses por los juegos infantiles y
se inicia una etapa de desenvolvimiento de la abstracción. La figura humana se hace inconfundible, la boca, la
nariz, se hallan indicadas, así como los ojos. El hombre posee cuerpo, brazos, piernas y pies, empiezan a
aparecer las prendas de vestir.

Etapa de la figura completa (de 7 a 9 años).


Aumentan los detalles en razón del estímulo que el niño va recibiendo hasta que llega a tener un inventario de
la figura humana completa. Empieza la preocupación por la posición del dibujo con lo que se logra una
expresión de vida sin que aparezca propiamente el movimiento. La caracterización del sexo empieza a interesar
al niño, la cabeza es objeto especial de cuidado, los ojos son expresivos, en la nariz se representan las fosas
nasales, las orejas y dedos son correctos, siendo los detalles de los que reclaman todo el cuidado de la
ejecución.
Etapa de transición de la figura de frente a la de perfil (de 8 a 10 años).
Aparece el movimiento y la representación de perfil cuando el niño quiere darle más vida a su dibujo. Algunos
detalles puestos de perfil en algún dibujo de frente son los primeros intentos del niño para lograr el movimiento.
El niño quiere dar todo el parecido posible al modelo, no en forma óptica sino la actividad.

Etapa de la figura de perfil (de 9 a 12 años).


El niño alcanza la representación perfecta de perfil, sus representaciones dejan de ser estáticas e inmóviles
para expresar vida y movimiento. El niño ha llegado hacia lo propiamente llamado "dibujo infantil", es también el
momento en que organiza prácticamente las formas que representan sus ideas a través de la composición que,
aunque incipiente, posee todas las características de una superficie limada, empieza la expresión estética.

Etapa del realismo visual, volumen y proyección (de 10 años en adelante).


Los dibujos realizados en esta etapa se asemejan a las representaciones del adulto, el dibujo ya no tiene las
peculiaridades ingenuas que son la expresión sincera de un ser en periodo de formación. El niño ha adquirido
las experiencias necesarias para una mayor expresión gráfica, comunica a sus representantes y surge el
volumen y la proyección.

Referencias Bibliográficas
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