Plan Nacional de Desarrollo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

UNIVERSIDAD ESTATAL DE GUAYAQUL

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES Y POLÍTICAS

TEMA: PLAN NACIONAL DE DESARROLLO 2021-2025

NOMBRE:
MAYERLY MILENA MENDOZA SÁNCHEZ
PROFESOR:
Ab. Elvis Fuentes

GUAYAQUIL-ECUADOR
2022
La Constitución de Montecristi de 2008 es el fundamento de la sociedad que queremos
alcanzar. Una sociedad orientada hacia un nuevo régimen de desarrollo que sea inclusivo,
equitativo y solidario. Un nuevo modelo que permita el desarrollo sostenible del país a largo
plazo, en una relación armónica entre el ser humano y la naturaleza. Queremos una
sociedad en la que las personas puedan satisfacer sus necesidades y alcanzar una vida
plena y una muerte digna. Una sociedad en la que verdaderamente se garanticen los
derechos de todas y todos, libre de todo tipo de violencia y discriminación. Queremos un
país en el que se garanticen plenamente los derechos de las personas durante toda su vida.
Buscamos un Ecuador de equidad y justicia social, con igualdad de oportunidades. Que el
futuro de un niño o una niña no esté definido por el lugar o las condiciones materiales donde
nació; sino que pueda, con libertad real, usar todo su potencial para alcanzar la vida que
desea en armonía individual, social y con la naturaleza. Queremos avanzar hacia una
economía social y solidaria, ecologista, basada en el conocimiento y el talento humano, para
salir del extractivismo, lograr pleno empleo, alcanzar mayor productividad, y democratizar los
medios de producción y la riqueza. Entendemos al Estado como garante de derechos, al
servicio del bien común. Proponemos un Estado cercano a la gente, con servicios de calidad
y calidez, eficiente y transparente. Creemos en la democracia radical, en el poder popular,
con participación y consulta permanente a la ciudadanía. Nuestra alternativa será siempre la
vía del diálogo y la implementación de distintos espacios y mecanismos para llegar a
consensos colectivos. Desde esta perspectiva, el centro del desarrollo es el ser humano, y
no el mercado ni el capital; por eso frente al individualismo planteamos la solidaridad. Este
es el rumbo con el que presentamos el cuarto Plan Nacional de Desarrollo 2017- 2021, para
todo el Ecuador, para toda una vida.

El primer Plan, en el año 2007, planificó para la Revolución Ciudadana. Este sirvió para dar
un vuelco a los ejercicios de planificación previos, limitados a un reporte periódico de
instrumentos de planificación institucional sin mayor visión estratégica nacional. Con el Plan
de 2007, se recuperó el rol del Estado para que responda a los intereses colectivos y
comunes de toda la población, no de ciertos grupos económicos que corporativamente
imponían sus agendas particulares en la institucionalidad pública. Luego de la aprobación
vía referéndum de la Constitución de Montecristi, que otorgó obligatoriedad al cumplimiento
del Plan Nacional de Desarrollo, entró en vigencia un nuevo Plan para el período 2009-2013.
En dicho instrumento, se propusieron alternativas al desarrollo que superaron las visiones
hegemónicas ceñidas al crecimiento económico y al neoliberalismo, que tanto daño
causaron a la sociedad ecuatoriana en las décadas de 1980 y 1990. A su vez, la redefinición
del Estado como constitucional de derechos y justicia, plurinacional e intercultural, se tradujo
en una planificación integral que puso como rumbo el nuevo régimen de desarrollo
establecido en la Constitución. El tercer Plan Nacional 2013-2017, tuvo como lema “todo el
mundo mejor”. Fue un Plan para la consolidación de capacidades en la población. Sirvió
para reducir brechas sociales y territoriales, consolidar el Estado democrático, potenciar el
talento humano a través de procesos integrales de educación, y para generar capacidades
productivas a través de grandes inversiones en diversas áreas de la infraestructura y los
sectores estratégicos para el desarrollo. En diez años se ha recuperado la planificación para
lograr mayor equidad y justicia social, ampliar las capacidades productivas y fortalecer el
talento humano. Ahora es el momento de profundizar, innovar, mejorar e incluir, para que
todas y todos aprovechemos lo logrado, y garantizar la realización plena de nuestros
proyectos de vida, en condiciones de igualdad de oportunidades, de equidad y justicia social,
celebrando nuestras diversidades en un Estado Plurinacional e Intercultural.

Pero no es posible consolidar un nuevo régimen de desarrollo mientras gran parte de la


población mundial siga sufriendo condiciones de pobreza: no tener que comer, no contar con
un ingreso mínimo, ni empleo de calidad ni seguridad social, no tener una vivienda digna, no
acceder al agua segura, sufrir malnutrición, no tener tiempo libre ni acceso a servicios de
salud y educación de calidad, sufrir discriminación o violencia. La pobreza no es fruto de
escasez de recursos o de la mala suerte, es el relejo de la desigualdad extrema, de las
estructuras de poder económicas nacionales y globales, de la falta de justicia social, de la
exclusión y de la negación de derechos. La pobreza es un problema político, y erradicarla es
un imperativo moral. Este es el gran reto para el Ecuador y el mundo, garantizar que a nadie
le falte nada, que todos vayamos juntos, que todos estemos bien. A 2021 soñamos un
Ecuador donde todos tengamos vivienda digna, especialmente los más pobres, donde los
niños y las niñas no sufran de desnutrición, y los jóvenes puedan acceder a la educación
superior, donde no exista violencia contra las mujeres, y se garanticen los derechos de la
naturaleza. Un país productivo en que todos tengamos empleo digno, y el desarrollo rural
sea una prioridad. Un Ecuador basado en la transparencia, la participación, la honestidad y
la solidaridad, con un Estado plurinacional e intercultural que reconozca las diversas
identidades que habitamos en el territorio nacional, un Estado cercano a la ciudadanía, y en
el que se fortalezca una política exterior soberana y de paz. Con estos fundamentos el Plan
Nacional de Desarrollo, para el período 2017-2021, se organiza en tres Ejes Programáticos y
nueve Objetivos Nacionales de Desarrollo, sobre la base de la sustentabilidad ambiental y el
desarrollo territorial. El primer eje del Plan, “Derechos para todos durante toda la vida”,
establece la protección de las personas más vulnerables, afirma la plurinacionalidad e
interculturalidad, plantea el combate a la pobreza en todas sus dimensiones y todo tipo de
discriminación y violencia, y garantiza los derechos de la naturaleza. El segundo eje,
“Economía al servicio de la sociedad”, plantea consolidar el sistema económico social y
solidario, ampliar la productividad y competitividad, generar empleo digno, defender la
dolarización, y redistribuir equitativamente la riqueza; además busca garantizar la soberanía
alimentaria y el desarrollo rural integral. Finalmente, el tercer eje, “Más sociedad, mejor
Estado”, promueve la participación ciudadana y la construcción de una nueva ética social
basada en la transparencia y la solidaridad, un Estado cercano con servicios de calidad y
calidez, abierto al diálogo social permanente, así como la soberanía y la paz, posicionando
estratégicamente al Ecuador en el mundo. Para implementar el modelo de desarrollo
propuesto, es indispensable mirar al territorio como el espejo donde se concretan todas las
metas propuestas; es por esto que en la Estrategia Territorial Nacional se parte de la
interpretación del modelo territorial ecuatoriano, entendiéndolo como una construcción
social, con sus limitaciones y potencialidades; conociendo el medio físico y sus recursos
naturales, como ejes centrales del desarrollo y de satisfacción de necesidades. Presentamos
así, un Plan para Toda una Vida, para las presentes y futuras generaciones. Se trata de un
Plan corto, concreto y transparente, para que todas y todos lo podamos leer y utilizar; que
motiva el diálogo sobre los grandes Objetivos Nacionales de Desarrollo; que se actualiza
con los aportes ciudadanos; y que direcciona la gestión pública para el cumplimiento de los
programas de gobierno y el logro de metas nacionales.

La Estrategia Territorial Nacional se incorpora al Plan Nacional de Desarrollo para potenciar


las capacidades de los territorios, articular las intervenciones a los objetivos nacionales y
definir lineamientos concretos para la acción pública desconcentrada y descentralizada. Esto
significa, una armónica coordinación entre la planificación nacional y subnacional a través de
la gobernanza multinivel; y la implementación de mecanismos efectivos, participativos y
permanentes de seguimiento, evaluación y rendición de cuentas. La naturaleza del SNDPP
–descentralizado y participativo– lo diferencia del esquema de planificación del período
neoliberal, cuando su papel se limitaba a la realización de reportes operativos de distintas
entidades que no consideraban una visión estatal en conjunto. El actual sistema persigue la
coordinación entre los distintos niveles de gobierno a través del régimen de competencias;
su propósito es que la acción del Estado –en sus diferentes niveles y manifestaciones–
llegue a los territorios y resuelva los requerimientos de las personas, desde el enfoque de
sus derechos. En este sentido, es necesario recordar y reconocer que el Estado ecuatoriano
“se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada” (CE, 2008, art.
1). También se reconoce que la participación ciudadana es una condición fundamental para
la planificación dentro del sistema democrático. Sin embargo, esta participación no se limita
a la posibilidad de formular políticas públicas; se extiende a todo su ciclo, pues debe
garantizar la contribución de individuos y colectivos (en sus expresiones organizativas) a
través de comunidades, pueblos y nacionalidades (CE, 2008, art. 85). Nada debe hacerse
sin la expresión de los sujetos de derechos, protagonistas de su propio desarrollo.
C.I.: 0951925767

Mayerly Milena Mendoza Sánchez

También podría gustarte