Narrativa Argentina. Marc Angenot. Interdiscursividades

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Literatura Argentina y

Latinoamericana y su Enseñ anza II


“La historia en un corte sincrónico: Literatura y sociedad”
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Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte,


para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que
cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la
vida secreta y las convulsiones internas que
desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú
posees el secreto: ¡revélanoslo! Diez años aún
después de tu trágica muerte, el hombre de las
ciudades y el gaucho de los llanos argentinos, al
tomar diversos senderos en el desierto, decían:
“¡No; no ha muerto! ¡Vive aún! ¡Él vendrá!”
¡Cierto! Facundo no ha muerto; está vivo en las
tradiciones populares, en la política y
revoluciones argentinas; en Rosas, su heredero,
su complemento: su alma ha pasado a este otro
molde, más acabado, más perfecto; y lo que en él
era sólo instinto, iniciación, tendencia,
convirtióse en Rosas en sistema, efecto y fin. La
naturaleza campestre, colonial y bárbara,
cambióse en esta metamorfosis en arte, en
sistema y en política regular capaz de
presentarse a la faz del mundo, como el modo de
ser de un pueblo encarnado en un hombre, que
ha aspirado a tomar los aires de un genio que
domina los acontecimientos, los hombres y las
cosas.
Introducción, pp.34, ed. Biblioteca del
Bicentenario

Sarmiento, D. F., & Sarmiento, A. B.


(1896). Civilización y barbarie. Impr. y Litogr.
Mariano Moreno.
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Recorrido Literario:

I. El Matadero; Esteban Echeverría.

II. La Cautiva; Esteban Echeverría.

III. La Resfalosa; Hilario Ascasubi.

IV. El Facundo: Civilización y Barbarie; Domingo F. Sarmiento.

V. En la sangre; Eugenio Cambaceres.

VI. La Fiesta del Monstruo;( Bustos Domeq) Jorge Luis Borges.

VII. La Lengua del Malón; Guillermo Saccomano.


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El discurso social argentino: Un paradigma de pensamiento sub-


alterno y la evolución de los arquetipos nacionales durante el XIX
y XX.
Lucas Roldán.

“La Universidad europea ha de


ceder a la Universidad americana.
La historia de América, de los
Incas acá, ha de enseñarse al
dedillo, aunque no se enseñe la de
los arcontes de Grecia.”
José Martí, Nuestra América.

Introducción:

El siguiente recorrido se fundamenta en la orientación crítica al discurso social, asimismo

la perspectiva se adhiere a un paradigma de pensamiento de-colonial. En la intención de

trasgredir lógicas preestablecidas por un proyecto imperialista y su trascendencia en

mecanismos de violencia sistémica expresos en las formas absolutistas que inexorablemente

imbuyen a los sujetos en un modelo de pensamiento subalterno-de monologo eurocéntrico-

que los desvincula del espacio que los enmarca y aleja de toda forma de pensamiento crítica-

constructiva, o en última instancia liberadora.


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El semiólogo y teórico cultural ,belga- canadiense; Marc Angenot, sostiene la idea de que en

el discurso y en sus diversos modos de expresión, subyacen mecanismos reguladores que

estandarizan, organizan y determinan categóricamente las producciones discursivas de una

sociedad, en un tiempo y espacio determinado. Siguiendo esta lógica, asevera que; toda

expresión a través del lenguaje mantiene implícita una marca de carácter ideológico, en la

cual coexisten conjuntos de elementos preconcebidos dotados de significaciones,

inherentemente doctrinarias , que dan forma a un vasto universo simbólico, estructurado por

intereses y poderes(hegemónicos y disidentes) que movilizan y otorgan un sentido social a los

grupos humanos.Dentro de un paradigma totalitario, bajo un enfoque integral e

interdisciplinario se comprende la perspectiva socio-crítica como instrumento de análisis del

aparato cultural. En este sentido, la literatura se presentaría como un modo de significación y

representación cultural, sumergida en un estado de discurso social, en estrecho vínculo con

los factores extraliterarios que enmarcan y definen los sentidos posibles de una producción.

El siguiente recorrido, inscripto en la línea de investigación socio-crítica, posee como

finalidad describir y reconocer; una serie de patrones de pensamiento predominantes y

arquetipos ocultos en los cánones del corpus literario argentino en el periodo político-

histórico que abarca desde la organización de los Estados nación en el siglo XIX , el influjo

conflictivo en el proceso de consolidación de una identidad nacional en el Siglo XX y su

trascendencia en el discurso social del siglo XXI .Se realiza el estudio sistemático de los

mecanismos socio-discursivos coexistentes en un corte diacrónico y mediante el estudio

empírico de las producciones ,se deconstruirá el contexto social e histórico, develando

elementos constantes y diferenciales en los grupos sociales argentinos en los distintos

periodos históricos.
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El discurso social argentino:

El análisis interno del comportamiento discurso social argentino expresado en

producciones literarias, inicia desde la observación de la literatura en su carácter de

construcción socio-histórica, concibiéndola desde un corte diacrónico como una práctica

social que fue desarrollándose en coetáneo con la humanidad. Este enfoque fue posibilitando

encontrar patrones de pensamiento recurrentes en los diferentes periodos de la sociedad

argentina. Los discursos hegemónicos fueron configurando a partir de un fenómeno de

refracción interdiscursiva una conciencia generalizada capaz de definir un “nacionalismo” a

través de la historia.

A partir de los teóricos de Marc Angenot y Walter Mignolo se observarán las dinámicas

sociales implícitas en las obras y en los discursos de los actores -insoslayablemente ligados a

un carácter político- que organizaron el ideal de un país y determinaron la historia local en un

proceso de reconstrucción de los esquemas cognitivos. Instaurando la noción de identidad

simbólica colectiva a imagen de una tendencia teocéntrica-etnocéntrica de un diseño global

mayor parte de un paradigma imperial.

El presente trabajo pretende visibilizar los mecanismos hegemónicos que subyacen a la

organización estructural del país. Se toma como objeto al discurso nacionalista -se lo entiende

como el resultado del colonialismo- representado históricamente en el dualismo. El cual

progresivamente fue configurando arquetipos sociales y culturales ligados siempre a una

dimensión territorial e ideológica- conquistados/conquistadores. Esto, sin dudarlo, nos lleva a

aducir que la auto-identificación individual de los sujetos en este territorio - el procesamiento

del conjunto de elementos simbólicos del origen mestizo del argentino- se construye a partir

de los prejuicios colectivos que integran un pensamiento subalterno derivado del pensamiento
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occidental; históricamente instaurado por el programa de modernidad: en otros términos la

herencia colonial.

Este re-reproduccionismo del paradigma de pensamiento colonial va a nutrir a lo largo de

la historia, la imagen de un otro siempre bárbaro, salvaje e inculto que necesita ser civilizado.

En el marco de esta operación de clausura se van a producir falacias que progresivamente

obtendrán legitimidad-por lo tanto se propondrán como verdades para la sociedad- en la

complicidad de un discurso social occidental que se propagó y aceptó positivamente por la

amplitud de los grupos humanos que voluntariamente establecieron como propia una forma de

pensamiento subalterno a través de la idea de “nacionalidad”. El impacto eficaz del programa

de conquista con la modernidad promovió el etnocentrismo que justificará el genocidio, el

silenciamiento de la voz y por último la desaparición simbólica del indígena en el territorio

latinoamericano.

La construcción de arquetipos.

El reflexionar sobre aquellas problemáticas que vinculan a la literatura con la historia,

implica en pensar a la primera como objeto donde situar la segunda. La literatura, en tanto,

manifestación artística, refleja el sentir, los valores e ideales de una época. La historia por su

parte se interesa en las estructuras y procesos de la sociedad. En conjunción, la literatura

concebida como hecho histórica nos permite observar la naturaleza humana y su desarrollo

en los diferentes regiones y periodos.


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La dicotomía Civilización - Barbarie es propia de la existencia humana y de su evolución


histórica1. La formulación de esta dicotomía tiene sus antecedentes en la propia historia de
Occidente. En plena época helenística surge la construcción de dos figuras: el civilizado y el
bárbaro2. No obstante, el sentido de bárbaro no tenía unas connotaciones despectivas, solo de
distinción. El paradigma teocrático medieval reelaboró la visión del bárbaro legada por la
antigüedad clásica, envolviéndola con los enunciados propios de la cultura medieval. Para el
siglo XVI Europa o más específicamente españoles y portugueses emplearon la compleja
figura del bárbaro como clave de interpretación sobre los nativos de América, con lo que se
inicia el proceso de estigmatización del sujeto originario.

“Aquellas constituciones espartanas; aquellas fuerzas físicas tan desenvueltas; aquellas


disposiciones guerreras que se malbarataban en puñaladas y tajos entre unos y otros;
aquella desocupación romana, a que sólo faltaba un Campo de Marte para ponerse en
ejercicio activo; aquella antipatía a la autoridad, con quien vivían en continua lucha, todo
encontraba al fin, camino por donde abrirse paso y salir a la luz, ostentarse y desenvolverse.

Cap.4. Pag. 89; Facundo o Civilización y Barbarie.

.
En algunos momentos fue visto como el buen salvaje viviendo en la simplicidad de la
naturaleza, pero en otros fue considerado un ser impulsivo y nefasto. El indígena fue, pues,
construido como antítesis del hombre civilizado por excelencia, que era el europeo. Esta
noción de Barbarie atraviesa la época colonial hasta desembocar en el período de
emancipación y organización de los estados nación en Latinoamérica

1
Dado que la formulación de la antinomia civilización/barbarie tiene su antecedente en la propia historia de accidente,
fijando sus raíces en la época clásica. En plena época helenística surge la construcción de dos figuras el civilizado y el
bárbaro. En cuanto a la aparición concreta de las palabras barbarie y civilización; en la antigua Grecia se dividía a Helenos de
Bárbaros. Éstos eran llamados así por considerarse que no poseían el logos, entendido como principio ordenador, y el término
con que eran designados (barbaroi) es de naturaleza onomatopéyica, ya que remedaba su balbuceo ("bar, bar") Ello establece
asimismo una relación de poder, ya que la el poseedor del logos era el dueño exclusivo de la verdad-palabra, dueño a la vez
del poder que ha de afirmarla contra quien pretenda alterarla. El término en cuestión, durante el Imperio Romano, se hace
extensivo a quienes no poseen la civitas, entendida fundamentalmente como el derecho. El bárbaro es entonces el que no
posee Ley, y a la vez el Otro y el invasor (en el sentido más amplio de la palabra). Bárbaro que por lo tanto, antecede a
barbarie puede rastrearse, en la Modernidad, catalogado como adjetivo en diccionarios franceses del siglo XVII Es en el siglo
XVIII cuando los Enciclopedistas galos distinguen a los pueblos salvajes, el estrato inferior de la humanidad, de los bárbaros,
ubicados en un punto apenas superior pero sin que exista una clara diferenciación de los anteriores. Son los Enciclopedistas
quienes crean el neologismo barbariser, de gran aceptación. El término penetra en , España como en toda Europa , asimismo
en el XVIll, relacionado con la Edad Media, lo pagano, lo invasor, la expresividad y la ingenuidad inmediatamente pasa a
América, donde el jesuita Pedro Lozano (1697-1752) es quien usa por primera vez la palabra barbarie en castellano como
sustantivo, notablemente, para definir la geografía americana .

2
Como es conocido, bárbaro fue un término acuñado por los griegos para designar al extranjero, aquel que no pertenecía a la
polis, definición que tuvo primeramente alcances políticos y más tarde culturales. Bárbaros fueron también, durante la
Antigüedad tardía, las tribus invasoras que devastaron el Imperio Romano.
SVAMPA. M.: El dilema argentino: Civilización o Barbarie Buenos Aires, Editorial El cielo por asalto, 1994, p. 17
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El aparato cultural occidental ha necesitado históricamente de la exclusión del Otro (Sujeto

originario) como proceso para instituir el Yo (europeo civilizado).Para la perspectiva del

occidente, la barbarie era todo aquello fuera de sus propios límites topográficos, aun cuando

todavía esta, no había alcanzado una plenitud cultural.

“Había, antes de 1810, en la República Argentina, dos sociedades distintas, rivales e


incompatibles, dos civilizaciones diversas: la una, española, europea, culta, y la otra,
bárbara, americana, indígena; y la revolución de las ciudades sólo iba a servir de causa, de
móvil, para que estas dos maneras distintas de ser de un pueblo, se pusiesen en presencia una
de otra, se acometiesen y, después de largos años de lucha, la una absorbiese a la otra.”

Cap.3. Pag. 87; Facundo o Civilización y Barbarie.

El bárbaro debía ser neutralizado, si no podía ser educado o convertido a la civilización,

debía de ser exterminado. Bajo esta premisa la figura de un sujeto colonial deshumanizado en

la literatura jugó un papel político fundamental para el proceso de consolidación de un ideario

nacional.

“A él le llamaron Tigre de los Llanos, y no le sentaba mal esta denominación, a fe. La

frenología y la anatomía comparada han demostrado, en efecto, las relaciones que existen en

las formas exteriores y las disposiciones morales, entre la fisonomía del hombre y de algunos

animales, a quienes se asemeja en su carácter.

Cap.5. Pag .105. “Facundo o Civilización y Barbarie”.

En 1830 llega a la Argentina un joven Esteban Echeverría, adherido a los ideales del
movimiento Romántico europeo3, por ende con una perspectiva liberal de nación. El
3
"El romanticismo, si se lo considera en su aspecto militante, no es otra cosa que el liberalismo en literatura”-Víctor Hugo.
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romanticismo literario argentino fue la versión social de su referente europeo. Los letrados
impulsados por un ideal político, social, económico, procuraban un Estado-Nación liberal.
En otras palabras, este periodo buscó replicar las bases del modelo europeo 4, bajo el precepto
de representar luchas sociales e instituir un nacionalismo a imagen de los conquistadores. El
discurso social representado en este periodo de “origen”, funcionó como instrumento de la
hegemonía, instituyendo el liberalismo como modelo de desarrollo para lograr un lugar que
sea "seguro", "habitable" para que los europeos pudieran invertir capitales en territorio
argentino.
Hagamos un énfasis en la perspectiva del territorio -no civilizado- de las élites organizadoras
de la nación, de aquel “desierto inconmensurable” que define Echeverría, en “La Cautiva”
(1.937) en lo que corresponde a la actual Patagonia, donde también existía cultura y -que sin
embargo durante años se sostuvo la imagen que los avanzados de la civilización tenían de este
espacio y su gente. Misma visión que condenando al bárbaro justificará las atrocidades en la
emblemática “Conquista del desierto” de 1879 como también los sucesivos atropellos e
invisibilidades que se siguen perpetrando hasta nuestros días sobre los pueblos que habitaban
antaño estos territorios.
La Cautiva, alegoriza la figura de nación sectorizada, personificada en la figura de una
mujer cautiva del desierto, lugar del bárbaro. Articula lo femenino con la patria retratando la
imagen de Argentina en base a un ideal Europeo.

[…] Ya el sol su nítida frente reclinaba en occidente, derramando por la esfera de su rubia
cabellera el desmayado fulgor. Sereno y diáfano el cielo, sobre la gala verdosa de la llanura,
azul velo esparcía, misteriosa sombra dando a su color.

Por otro lado es notoria la construcción tergiversada de la imagen del indígena producida por
la cultura occidental, el bárbaro que atenta con los valores del progreso:

[…]El crepúsculo, entretanto, con su claroscuro manto, veló la tierra; una faja, negra como
una mortaja, el occidente cubrió. Como torbellino hiende el espacio veloz. El fiero ímpetu no
enfrena del bruto que arroja espuma…”

4
En el periodo romántico Europa se encontraba en un contexto de luchas sociales, se produce un auge de nacionalismos, los
estados nación buscan establecer una identidad nacional como resistencia a la invasión napoleónica.
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En esta personificación puede observar la atribución de cualidades raciales al espacio, en


tanto el ímpetu sereno del conquistador, en detrimento al bruto bárbaro, el representativo sol
con su rubia melena que construye el símbolo patrio en contraposición de un salvaje que se
presenta como torbellino que oscurece el ambiente.

Siguiendo esta lógica Domingo F. Sarmiento en “El Facundo/ Civilización o Barbarie”,


hace hincapié en el deseo de civilizar este territorio. Recordemos la gran ampliación de las
redes de ferrocarriles que solo podían concretarse si en el camino no hubiera "barbarie".

Ahora yo pregunto: ¿Qué impresiones ha de dejar en el habitante de la República Argentina,


el simple acto de clavar los ojos en el horizonte, y ver... no ver nada; porque cuanto más
hunde los ojos en aquel horizonte incierto, vaporoso, indefinido, más se le aleja, más lo
fascina, lo confunde y lo sume en la contemplación y la duda? ¿Dónde termina aquel mundo
que quiere en vano penetrar? ¡No lo sabe! ¿Qué hay más allá de lo que ve? ¡La soledad, el
peligro, el salvaje, la muerte!

Cap. 2. Pag.67.”Facundo o Civilización y Barbarie.

La particularidad de los discursos es que en ellos persiste el prejuicio del colonizador, en

base al cual intentan legitimar un procedimiento de clausura a gran escala a todo aquello que

no comprenda el paradigma colonizador. El proyecto de modernidad liberal del movimiento

intelectual romántico del siglo XIX presupuso la extensión de una doctrina imperialista e

introducción voluntaria a un sistema de pensamiento subalterno al occidental. A partir del

cual reivindico e instauró mediante la falacia discursiva la búsqueda de una identidad

nacional propia. Esto implicó el etnocentrismo por ende, la desaparición de todo rasgo de los

pueblos originarios que habitaron el territorio donde hoy es Argentina. La falacia a la cual me

remito se encuentra en el prólogo de posiblemente una de las obras más representativas para

el pueblo argentino y para la educación, enmarcada en el exilio político,

En sus letras Sarmiento decía citando a Fortoul -las ideas no se matan “On ne tue point les

idées”- mientras promovía el epistemicidio de toda forma de conocimiento originaria.


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Aquellos próceres eminentes de la nación, fueron cómplices en el proyecto de modernidad,

que buscó desaparecer aquella figura del nativo. Figuras como Echeverría y Sarmiento

( fervientes romanticistas), tuvieron que inscribirse en el proyecto de modernidad para

formar parte del diseño global del pensamiento occidental. Esto configuró una estructura de

razonamientos que devinieron en la exclusión de los sectores sin cultura, sin refinamiento, sin

pensamiento civilizado. Ese diseño elaborador de legitimidad presupuso una operación

discursiva de transculturación,de procesos de territorialización y apropiación discursiva del

espacio, configurando procesos de distorsión . Instituyendo performativamente un proyecto de

país, de Estado y de Nación, definiendo el cuerpo de la patria y sus límites, su territorio y su

identidad, lo que debía formar parte de ese cuerpo y lo que no, su política de inclusiones y de

exclusiones bajo el estatuto de una idea de lo que debía ser la nación Argentina.

Bajo esta misma operación de clausura, de dualidad constante en procesos de segregación e

invisibilización de los sujetos sociales, el esquema fundacional se replica y sus arquetipos

( Civilizados-Unitarios/ Barbaros-Federales) se trasladan a la Argentina moderna bajo las

figuras de “La oligarquía nacional y El proletariado inmigrante de su propia tierra”.

Uno de los más famosos cuentos de Jorge Luis Borges sobre el peronismo se llama "La

fiesta del monstruo" publicado bajo el seudónimo de Onorio Bustos Domecq (1947) 5 muestra

la jornada del 17 de octubre como el accionar del “ populacho", gente proveniente del llamado

"Gran Buenos Aires", que "invade" la civilizada ciudad, haciendo gala de grosería y barbarie;

situación que posee correlato con la irrupción del “salvaje” en la tranquilidad de la

civilización representada por Echeverría en “ La Cautiva”6.

5
Este texto, escrito en colaboración con Bioy Casares en 1947 , un año después de la asunción de Perón a la presidencia,
y publicado en 1955, año de la llamada "Libertadora", en el semanario "Marcha" de Montevideo,

6
[…]velozmente cabalgando;vianse lanzas agudas, cabezas, crines ondeando,y como formas desnudasde aspecto
extraño y cruel.[…]¿Qué insensata turba con su alarido perturba, las calladas soledades de Dios, do las tempestades sólo
se oyen resonar?[…]
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“Serían recién las diecinueve de la tarde cuando al fin llegamos a la Avenida Mitre.
Morpurgo se rió todo de pensar que ya estábamos en Avellaneda. También se reían los
bacanes, que a riesgo de caer de los balcones, vehículos y demás bañaderas, se reían de
vernos de a pie, sin el menor rodado.”

Nuevos cuentos bustos Domeq Cap 2. Pag 45.

Asimismo Borges reproduce el modelo de Echeverría en “ El matadero”, presentando la

dicotomía nuevamente a través del asesinato de un joven judío por parte de los salvajes al

negarse a saludar la figura del "Monstruo" (Perón, quien hablaria en Plaza de Mayo). Hecho

que nos adviene el epígrafe “Aquí empieza su aflicción” de Hilario Ascasubi en La Refalosa;7

poema que relata la amenaza de un gaucho mazorquero rosista a un unitario para obligarlo a

gritar viva la federación.

“Cada uno, malgrado su corta edad, cantaba lo que le pedía el cuerpo, hasta que vino a
distraernos un sinagoga que mandaba respeto con la barba. A ése le perdonamos la vida,
pero no se escurrió tan fácil otro de formato menor, más manuable, más práctico, de manejo
más ágil. Era un miserable cuatro ojos, sin la musculatura del deportivo. El pelo era
colorado, los libros, bajo el brazo y de estudio.Se registró como un distraído, que cuasi se
lleva por delante a nuestro abanderado, un impune desacatara el estandarte y foto del
Monstruo. Ahí nomás lo chumbó al Nene Tonelada, de apelativo Cagnazzo, para que
procediera. Tonelada, que siempre es el mismo, me soltó cada oreja, que la tenía enrollada
como el cartucho de los manises y, cosa de caerle simpático a Bonfirraro, le dijo al rusovita
que mostrara un cachito más de respeto a la opinión ajena, señor, y saludara a la figura del
Monstruo. El otro contestó con el despropósito que él también tenía su opinión. El Nene, que
las explicaciones lo cansan, lo arrempujó con una mano que si el carnicero la ve, se acabó la
escasez de la carnaza y el bife de chorizo. Lo rempujó a un terreno baldío, de esos que en el
día menos pensado levantan una playa de estacionamiento, y el punto vino a quedar contra
los nueve pisos de una pared senza finestra ni ventana. De mientras, los traseros nos
presionaban con la comezón de observar y los de fila cero quedamos como sángüiche de
salame entre esos locos que pugnaban por una visión panorámica y el pobre quimicointas
acorralado que, vaya usted a saber, se irritaba. Tonelada, atento al peligro, reculó para
atrás y todos nos abrimos como abanico dejando al descubierto una cancha del tamaño de un
semicirculo, pero sin orificio de salida, porque de muro a muro estaba la merza.
[…]Fue desopilante; el jude se puso de rodillas y miró al cielo y rezó como ausente en su
media lengua. Cuando sonaron las campanas de Monserrat se cayó, porque estaba muerto.
Nuevos cuentos bustos Domeq Cap 2. Pag 49

Es preciso inferir en estos patrones discursivos, en esa interdiscursivad (con el discurso

social de la generación del 37) que deshumanizando al otro pretende nuevamente justificar
7
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las atrocidades que se cometerían en el bombardeo del ´55 en plaza de mayo. Esto permite

afirmar- la complicidad de un aparato cultural hegemónico, en esta violencia sistemática

llevada a cabo a lo largo de este periodo- tomando como parámetro la influencia del Grupo

Sur (donde podemos situar a Victoria Ocampo y Borges) y sus vínculos con la oligarquía

nacional, que entre este selecto grupo se encontraba el Almirante Golpista encargado de la

revolución liberal.

Desde el origen estos mecanismos socio-discursivos plantean la existencia de dos mundos

antagónicos e irreconciliables históricamente: la representación de la cultura subalterna queda

asociada al mundo de los negros, los indios ,los federales, el proletariado; que se contrapone,

visiblemente, al ideal de lo alto, a lo civilizado, a la cultura superior a la que pertenece el

unitario, el oligarca, el letrado. El discurso literario en estas producciones representan polos

opuestos, la literatura se presenta como un espacio de lucha sirve para destacar las diferencias,

las distancias que existen entre esos dos mundos.

Es a partir de esta polifonía aparente -en la operación de darle voz al otro, de categorizar

bajo arquetipos europeos clásicos (Heroe-Antiheroe) y subyugarlo a través de la palabra 8- que

autores cosmopolitas como Echeverría y Borges, entre otros, sirvieron como instrumento de la

hegemonía europea para delimitar una fuerte tradición cultural que restituye el puente

ideológico colonial a través de un canon de letras, instituyéndonos a la marginalidad de un

pensamiento subalterno.

En este recorrido de textos claves de la literatura del siglo XIX-XX, se observa la transición

del modelo de pensamiento social y discursivo argentino en el tratamiento de la dicotomía

ideológica Civilizados-Bárbaros. Frecuentemente focalizada en simbologías, como es el caso

de la figura de la cautiva, la mujer blanca secuestrada por los indios. Llegado este punto se

propone romper con este paradigma, en la intención de mantener viva la historia con una
8
Esta dicotomía puede observarse en el lenguaje de los personajes: por un lado, la lengua culta y, por otro, la popular. El
lenguaje que maneja el civilizado es tan elevado y respetable que parece una "lengua extranjera" (Piglia, 1993, p.3): ). Esta
manera de hablar se contrapone a la lengua popular del barbaro, marcada de brutalidad y violencia, que en la obra se presenta
directamente, en toda su crudeza, siempre marginalizada por los cánones .
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mirada de resistencia que favorezca a los sometidos en estos proyectos colectivos de

condicionamiento y vulnerabilización sociocultural.

Desde una perspectiva disidente, La “Lengua del Malón”( Saccomanno, 2.003) propone re-

semantizar la historia relatada por la voz oficial y desestructurar los cánones conservadores

cuestionando la tradición literaria desde su origen, mediante la ruptura de los arquetipos

nacionales.

En un marco meta-ficcional la perspectiva del desierto se presenta como un espacio de

libertad -un espacio carente de las leyes civilizatorias del hombre blanco occidental y abierto

a una emancipación que trascenderá a la literatura-donde la Cautiva “Argentina” no quiere

proclamarse identificada sumisa y esclava de la hipocresía moralista de la sociedad civilizada

(oligarca). La barbarie representa la acción , la pasión y la verdadera libertad, los cuerpos, ya

no están enmarcados por una red de mandatos y restricciones. A partir de esta negación desde

un plano discursivo es posible afirmar el ocaso de la operación de globalización, civilización

y capitalismo moderno ejes de la sociedad Argentina en el posmodernismo.

Finalmente la construcción de una imagen conflictiva en esta serie producciones, que

mantiene como constante el debate entre “Buenos-Malos, Civilizados-Barbaros-Peronistas-

Antiperonistas- Negros-Chetos” representa el origen mestizo de Argentina. Para finalizar este

recorrido, no cabe duda que la memoria común es una práctica social que, lejos de conservar

el pasado, va construyéndolo desde los marcos del presente. Desde este punto se pretendió

confrontar el silenciamiento de la historia oficial avalada por los sistemas políticos y los

aparatos culturales que se encargan de delimitar los márgenes de lo pensable, de lo decible, de

configurar prejuicios y seguir legitimando y reproduciendo la violencia sistémica que

impacta a sectores minoritarios marginalizándolos e invisibilizandolos.


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