11 Papelucho en Vacaciones - Marcela Paz
11 Papelucho en Vacaciones - Marcela Paz
11 Papelucho en Vacaciones - Marcela Paz
SIGUIENDO LA HUELLA,
DIVISAMOS ENTONCES GENTE
DE VERDAD, PÚBLICO, ALLÁ
MUY LEJOS, LO ÚNICO QUE NOS
FALTABA. EN ESTE MUNDO LA
CUESTIÓN ES TRATAR DE
LOGRAR ALGO Y SE CONSIGUE.
SE VEÍA UN MONTÓN DE
PÚBLICO SURTIDO: NIÑOS,
VIEJOS, MUJERES, TODOS DE
OCASIÓN.
ABURRIDOS. SENTADOS, SIN
HACER NADA.
AL VERNOS VENIR SE LES
ALARGÓ EL COGOTE, LES
BRILLARON LOS OJOS Y
QUEDARON SUPERSÓNICOS.
QUIZÁ CREYERON QUE ÉRAMOS
MARCIANOS. SE LEVANTARON
UNOS COMO PARA VENIR A
NUESTRO ENCUENTRO, PERO
UN GORDO GIGANTE ABRIÓ LOS
BRAZOS Y DETUVO A LOS
ASUSTADOS. UN FLACO ESTIRÓ
LA MANO COMO QUERIENDO
ROBAR EL PANTALÓN
LUMINOSO, PERO EL GORDO LO
SENTÓ EN EL SUELO. Y
ENTONCES EL GORDO SACÓ
UNA HUASCA MUY LARGA Y CON
OJOS DE RINOCERONTE
EMBRAVECIDO RELINCHÓ UN «
¡ATRÁS TODOS!» ELECTRÓNICO.
EL PÚBLICO QUEDÓ INMÓVIL Y
TAN IDIOTIZADO COMO ANTES.
EL GORDO DE BIGOTES DE
CUERNO DE VENADO, SE
ACERCÓ A NOSOTROS
HACIENDO SONAR SU HUASCA.
— ¿QUIÉNES SOIS? ¿QUÉ
QUERÉIS? ¿DE DÓNDE VENÍS? —
PREGUNTÓ ÁSPERAMENTE.
— ¡ESTE ES BARTOLO! —DIJE
CON ORGULLO MOSTRANDO A
MI CULEBRO.
— ¡Y ESTE ES CAUPOLICÁN! —
DIJO COTE CON SU VOZ DE
PITILLA.
— ¡SOMOS EL SENSACIONAL
CIRCO PUMA INTRAMUSCULAR!
—RESOPLÉ YO POR EL
PARLANTE
—. SÓLO QUEREMOS PÚBLICO
PARA DAR LA FUNCIÓN.
EL CABALLERO DE HUASCA SE
GUARDÓ SU HUASCA DE UN
HUASCAZO.
—AQUÍ LO TENÉIS —DIJO
MOSTRANDO AL GRUPO
MAGISTRAL—. ¿A QUÉ HORA
COMIENZA LA FUNCIÓN?
—AHORA MISMO —CONTESTÉ
POR EL PARLANTE. MI VOZ ERA
PARA ASUSTAR A CUALQUIERA.
PERO EN ESE MOMENTO AL
BARTOLO SE LE OCURRIÓ
METERSE EN MI TROMPETA Y
TUVE QUE LARGARLA. ASOMÓ
SU CABEZA ESCUPIDORA Y
SACADORA DE LENGUA Y
METIDO EN LA CUESTIÓN
PARECÍA UN FENÓMENO.
EL PÚBLICO NOS RODEÓ
APLAUDIENDO AL BARTOLO.
-¡SENTARSE TODOS EN
CÍRCULO Y QUE EMPIECE LA
FUNCIÓN! —RUGIÓ EL
BIGOTUDO. TODOS LE
OBEDECIERON Y LA PISTA
QUEDÓ HECHA: UNA
REDONDÉELA COMO ESTADIO,
TODOS SENTADOS EN EL
SUELO. MILES DE OJOS
ENCHUFADOS EN EL BARTOLO
Y YO.
ERA BIEN CLARO QUE LO QUE
MÁS INTERESABA ERA MI
CULEBRO-COHETE. PORQUE
METIDO EN EL COMETÓN
PARECÍA ALGO LUNAR. O SEA
QUE SU CABEZA ASOMADA EN
UNA PUNTA Y LA COLA AL FINAL
ERAN ALGO EXTRA. TAMBIÉN
EL TRAJE DURO QUE HABÍA
ELEGIDO EL BARTOLO LO
PONÍA NERVIOSO Y SE
RETORCÍA CON OJOS
FULGURANTES.
LA BANDA DE LOS PUMAS SE
LARGÓ A HACER SUS NÚMEROS.
SUS VUELTAS DE CARNERO,
SUS SALTOS, SU KÁRATE Y SU
JUDO. LOS TONYS, SUS
PAYASADAS HARTO FOMES. EL
PÚBLICO REÍA O PIFIABA, QUE
ES IGUAL QUE APLAUDIR. ERA
UN PÚBLICO
SUBDESARROLLADO. YO
ENTRETANTO TRATABA DE
SACAR AL BARTOLO DE LA
TROMPETA…
DE REPENTE, EMPEZARON A
TIRARNOS CÁSCARAS Y
TOMATES Y HASTA PIEDRAS.
ENTONCES ME ADELANTÉ CON
EL BARTOLO Y ANUNCIÉ SU
NÚMERO:
— ¡SEÑORES! —DIJE—. POR
PRIMERA VEZ SE PRESENTA
EN PÚBLICO EL MÁS FAMOSO
CULEBRO DON BARTOLO Y SU
AMIGO PUMITA CAUPOLICÁN.
PERO ANTES DE PRESENTARLO,
NUESTRO QUERIDO AUDITORIO
DEBE PAGAR SU ENTRADA AL
CIRCO PUMA INTRAMUSCULAR.
UNA LLUVIA DE MONEDAS NOS
BOMBARDEÓ HASTA
ATURDIMOS. ES DECIR, NOS
SALIERON COTOTOS EN LA
FRENTE Y EL JAPO QUEDÓ
TENDIDO EN EL SUELO, CARA
AL CIELO, SONRIENTE Y
DESCONECTADO. EL SEDRI
SALTABA EN UNA PATA SU
DOLOR DE CANILLA, MIENTRAS
LOS OTROS ARRANCABAN DEL
BOMBARDEO. EL PÚBLICO
GRITABA RUBICUNDO.
CAUPOLICÁN Y BARTOLO
HACÍAN COSAS TREMENDAS
ESTEREOFÓNICAS.
YO HE OÍDO DECIR QUE EL
ÉXITO DESVANECE, PERO NO
ESTABA SEGURO SI ERA ESO LO
QUE NOS PASABA A NOSOTROS.
ROTUNDAMENTE
DESVANECIDOS HABÍA DOS…
EL BOMBARDEO PARÓ Y
ALGUNOS Y OTROS EMPEZARON
A RECOGER MONEDAS.
YA AHÍ VINO LO RARO. LA
PISTA SE LLENÓ DE CABROS
CHICOS-PÚBLICO Y SE NOS
VINIERON ENCIMA A
QUITARNOS LAS MONEDAS. SE
ARMÓ LA GRAN PELEA Y
VOLABAN LOS PUÑ ETES, LAS
PATADAS, ZANCADILLAS Y
CANILLAZOS. EL PÚBLICO VIEJO
SE REÍA. HASTA QUE DE
PRONTO SONÓ UN PITO Y EL
CABALLERO BIGOTUDO CON
LOS CACHETES BIEN INFLADOS
DE PITEAR, HIZO BAILAR SU
HUASCA. EL ASALTO QUEDÓ
ESTERILIZADO. Y ENTONCES
DON BIGOTE SE ACERCÓ.
—BASTA DE CHACOTA —DIJO—.
¡ME INTERESO POR LA
CULEBRA!
— ¡NO SE VENDE! —LE
CONTESTÉ VIOLENTO—. Y
ADEMÁS ES CULEBRO.
—USTEDES SE HAN ROBADO
LOS EQUIPOS DE MI CIRCO —
DIJO—. VAN PRESOS SI NO DAN
LA CULEBRA Y LA PUMITA.
—CREÍMOS QUE ERAN DE NADIE
ESTAS PORQUERÍAS —LE DIJE—
. ¡AHÍ LAS TIENE!
—Y A LOS DE LA BANDA
ORDENÉ—: ¡DEVOLVERLO
TODO!
YO ESTABA TAN FURIONDO
QUE HASTA LOS ATURDIDOS
VOLVIERON EN ELLOS. EN UN
MINUTO LES HABÍAMOS
DEVUELTO AL BIGOTUDO SUS
CORDELES, SUS FÉTIDOS
TRAJES DE TONY Y SUS
CALZONES DE LENTEJAS DE
ORO.
—OYE, CHICO MAL GENIO —
DIJO ÉL SONRISOSO,
ACERCÁNDOSE—. ¿QUÉ TAL SI
NEGOCIAMOS EL CULEBRO Y
EL PUMA? ENTRE AMIGOS,
COMPAÑEROS DE CIRCO, SE
PUEDE TRATAR, ¿NO? HASTA
PODRÍAN FORMAR PARTE DE LA
COMPAÑÍA Y VIAJAR CON
NOSOTROS EN LAS CASAS
RODANTES. PENSAMOS LLEGAR
AL FIN DEL MUNDO.
ME VOLVÍ A CONSULTAR A LOS
DE LA BANDA. LES TINCABA
COMO DIANTRE LA IDEA DE SER
DEL CIRCO Y MÁS QUE TODO
LLEGAR AL FIN DEL MUNDO…
—DI QUE SÍ —ME SOPLABAN
ENTRE DIENTES—. PIENSA EN
LAS AVENTURAS.
YO ME VOLVÍ AL BARTOLO Y LO
MIRÉ EN LOS OJOS
PREGUNTÁNDOLE. NO ME SACÓ
LA LENGUA, SINO QUE SE
ESCONDIÓ EN LA TROMPETA
PARLANTE, Y SU CABEZA
DESAPARECIÓ PARA VENIR A
SALIR POR LA OTRA PUNTA. YO
ME QUEDÉ CON LA TROMPETA
EN LA MANO Y SE LA DISPARÉ
AL BIGOTUDO. BARTOLO VINO A
ENROSCARSE EN MI COGOTE
FELIZ.
—BARTOLO HA DECIDIDO QUE
NO —DIJE CON SABIDURÍA—.
ES POR ÉL QUE SE INTERESAN Y
ÉL NO QUIERE.
—YO LES PROPONGO QUE
PONGAN UDS. LAS
CONDICIONES —LA HUASCA
SONABA SUAVECITA EN MIS
PIERNAS.
— ¡NO HAY CONDICIONES! —LE
LADRÉ AL BIGOTUDO.
—ESTÁ BIEN —DIJO
PONIÉNDOSE MÁS SECO Y
HACIENDO SONAR LA HUASCA
AL LADO DE MIS NARICES—,
PERO EL MÁS FUERTE SOY YO —
Y MOSTRÓ CON LA HUASCA A
SU FAMOSO PÚBLICO.
SENTÍ COMO UN TILIMBRE EN
EL ESTÓMAGO, PERO BARTOLO
ESTIRÓ SU COGOTE Y ESCUPIÓ
AL BIGOTUDO. ESO ME DIO
VALOR.
—¡LÁSTIMA QUE SIENDO
TANTOS NO PUEDAN
DEFENDERSE DE LA
MORDEDURA VENENOSA DEL
BARTOLO! —ME INSOLENTÉ.
JUNTO CON DECIRLO SE ME
ACERCÓ UN GALLO INMENSO,
PURO MÚSCULO CACHIMBA, DE
ESOS QUE PARECEN MONTÓN
DE NEUMÁTICOS. ME PESCÓ DE
UNA OREJA Y ME ELEVÓ EN EL
AIRE Y DESDE AHÍ ME SOLTÓ.
CUANDO ABRÍ LOS OJOS EN EL
SUELO, VI SALTAR AL BARTOLO
Y ENROSCÁRSELE EN SU
INMENSO COGOTE Y APRETAR Y
APRETAR… EL MATÓN
CACHIPORRA SE IBA PONIENDO
ROJO, NEGRO Y COLOR MORA Y
SUS OJOS SE AGRANDABAN
COMO HUEVOS EN PLATO.
EL BIGOTUDO QUISO
ACERCARSE PARA PESCAR AL
BARTOLO, PERO ÉL LO ESCUPIÓ
EN LA CARA.
EL «PÚBLICO» RETROCEDIÓ
ASUSTADO.
—¡HAZ QUE SUELTE AL
GORILA! —MALDICIÓN EL
BIGOTUDO—. ¡ESA FIERA LO VA
A AHORCAR!
—LO SOLTARÁ SI PROMETEN
NO FREGARNOS –DIJE
RUBICUNDO, Y CUANDO TODOS
JURARON MANDARSE A
CAMBIAR, YO LE ORDENÉ AL
BARTOLO—: ¡SUÉLTALO Y VEN
AQUÍ!
BARTOLO SE DESENROLLÓ DEL
TREMENDO COGOTE DEL
GORILA, Y SE VINO GALOPANDO
A MIS PIERNAS AMIGAS. EL
MATÓN HABÍA CAÍDO AL SUELO
Y SE REVOLCABA SOBÁNDOSE
LA GARGANTA. EL PÚBLICO Y SU
JEFE CORRÍAN A CONSOLARLO,
PORQUE EL GRANDOTE
LLORABA A CHORROS,
TRATANDO DE RESPIRAR.
NOSOTROS RECOGIMOS
NUESTRO EQUIPO Y SOLAMENTE
NOS LLEVAMOS DE RECUERDO
LA TROMPETA, QUE ELLOS
DEJARON TIRADA.
CAMINAMOS UN BUEN RATO
CALLADOS. HABÍA TANTO QUE
HABLAR QUE MÁS VALÍA NO
DECIRLO, Y ASÍ FUIMOS
PERDIENDO DE VISTA AL
ENEMIGO CON SUS CHEGRES
CASAS RODANTES Y SU CIRCO
DE PORQUERÍA.
Y APENITAS LOS PERDIMOS DE
VISTA, DESCUBRIMOS ALLÁ
LEJOS UN RANCHITO, UNA
CASITA DE CAMPO DE VERDAD,
SIN RUEDAS NI PATILLAS. Y
JUSTO FUE VERLA Y SE LARGÓ A
LLOVER. ¡CHITAS CON EL SUR Y
¡SUS AGUACEROS!
CORRIMOS EMPAPADOS A
GOLPEAR LA PUERTA, QUE SE
ABRIÓ AL PRIMER GOLPE.
UN OLOR A CAUSEO NOS
ALEGRÓ POR DENTRO, Y UNA
VIEJITA PELUDA NOS INVITÓ A
PASAR.
—ENTREN, NIÑOS —DIJO
ARRUGANDOSE MÁS— VENGAN
A SECARSE UN RATO MIENTRAS
PASA LA LLUVIA…
YO ESCONDÍ RÁPIDAMENTE AL
BARTOLO EN LA TROMPETA,
PARA NO ASUSTARLA.
LAS VIEJAS SE CAEN MUERTAS
POR CUALQUIER COSA.
CAUPOLICÁN NO DABA MIEDO
PORQUE MOJADO PARECÍA UN
QUILTRO CUALQUIERA.
NOS EMPILUCHAMOS,
TENDIMOS LA ROPA CERQUITA
DEL HORNO Y EMPEZÓ A ECHAR
HUMO BLANCO. LA VIEJITA
HACÍA SONAR LA LENGUA COMO
ANIMANDO UN CABALLO Y NOS
CONVIDÓ CAUSEO EN UNA OLLA
DE GREDA BIEN JUGOSA. NOS
CONVERSABA DE TODO SIN
PREGUNTAR. DE REPENTE,
DIJO:
—USTEDES TRAEN UNA
CULEBRA QUE SE LLAMA
BARTOLO…
NOS QUEDAMOS PARALELOS
CON EL CAUSEO EN LA BOCA
SIN TRAGAR. ¿CÓMO PODÍA
SABERLO? ¿CÓMO ADIVINABA
SU NOMBRE?
—¿ES ADIVINA? —LE PREGUNTÓ
EL NEGRO ASUSTADO. ELLA
PURAMENTE SE ARRUGÓ MÁS Y
NO DIJO NADA.
—¿O ES BRUJA? —PREGUNTÓ EL
SEDRI.
—SOY HECHICERA —DIJO
RIENDO SIN UN SOLO DIENTE. Y
AHÍ ME VINO LA IDEA.
—ENTONCES PODRÍA
ADIVINAR DÓNDE ESTÁ MI
PAPÁ, MAMÁ Y LA JI… ¿CUÁNTO
VALE SABERLO?
SACÓ SU LENGUA PUNTUDA Y
LA REVOLVIÓ LIMPIÁNDOSE LOS
BIGOTES.
—LA PLATA AQUÍ NO SIRVE —
DIJO PERO EL BARTOLO SÍ. ME
DAS EL BARTOLO Y TE DIGO
CÓMO ENCONTRAR A TUS
PADRES…
OTRA VEZ NOS QUERÍAN
QUITAR NUESTRO BARTOLO…
ME QUEDÉ PENSAROSO. ERA
HARTA
TENTACIÓN ENCONTRAR A MI
GENTE Y DEJARLOS
TRANQUILOS DE MÍ, PERO
ENTREGAR AL BARTOLO,
¡NUNCA JAMÁS!
EN UN RINCÓN NOS
AMONTONAMOS LOS SIETE. EN
SECRETO ME ALEGABAN:
—NO VAS A SER TAN EGOÍSTA
QUE POR JUNTARTE CON TU
GENTE VAS A DARLE AL
BARTOLO… CLARO, ELLOS NO
TENÍAN PROBLEMA; ERAN
LIBRES EN SU CAMPAMENTO
Y NADIE LOS BUSCABA. PERO
AL POBRE YO, LO CREÍAN
PERDIDO Y UNO SABE QUE LA
MAMÁ DE UNO ES DE ESA
GENTE QUE SIEMPRE PIENSA LO
PEOR, AUNQUE REQUETE SABE
QUE NUNCA PASA NADA.
PORQUE ELLA ES MAL PENSADA
DE NACIMIENTO Y NO TIENE
REMEDIO. POR ESO ME
REVOLVÍA ADENTRO LA FAMOSA
CUESTIÓN DE LA CON
CIENCIA, PORQUE SIN
CIENCIA UNO ES MUCHO MÁS
FELIZ, Y PERDER MI BARTOLO
PARA SIEMPRE POR PURO QUE
NO SE ASUSTEN GRATIS DE
UNO, ES HARTO MAL NEGOCIO.
Y POR ÚLTIMO, UN RATO MÁS
DE YO PERDIDO, NO ERA TAN
ATROZ CUANDO FALTABA POCO
PARA LA NOCHE Y EN LA NOCHE
TODOS DUERMEN.
LOS OTROS COMPRENDÍAN MI
PROBLEMA.
—SI ES BRUJA —DIJO EL
NEGRO— SE QUEDA CON EL
BARTOLO Y A LO PEOR TÚ NI
ENCUENTRAS A TU GENTE.
—SI ES BRUJA PÍCARA NOS
PUEDE CONVERTIR A TODOS EN
SAPOS —DIJO SEDRI.
—Y PUEDE HACER UN CALDO
CON EL BARTOLO —ALEGÓ
OTRO.
—Y LLEVARNOS A UNA CUEVA
MALDITA…
—O ECHARNOS EN EL CRÁTER
DE UN VOLCÁN…
—SI ES ADIVINA SABE LO QUE
ESTAMOS HABLANDO —DIJE
CON UN CALOR TREMENDO EN
LAS OREJAS. CAUPOLICÁN
GRUÑÓ MOSTRANDO SUS
DIENTECITOS FILUDOS.
TAMBIÉN ÉL TENÍA MIEDO QUE
LO ENTREGÁRAMOS A LA
HECHICERA EN VEZ DE
BARTOLO.
—TOTAL SOMOS SIETE CONTRA
UNA —DIJO EL NEGRO—. NO
NOS PUEDE QUITAR A LOS
AMIGOS.
LA BRUJA SE DIO VUELTA Y
DIJO:
—NI SIETE NI SETENTA VECES
SIETE NI TODAS LAS FIERAS
JUNTAS PUEDEN VENCER A UNA
HECHICERA —RIÓ LA BRUJA
CON UNA CARRASPERA
CARCAJADA TAN LARGA QUE
CREÍ SE AHOGABA.
LA CUESTIÓN ERA HACER ALGO
SIN PENSAR, PARA QUE ELLA
NO ALCANZARA A ADIVINARLO.
¿QUÉ TENDRÍA TAN SÚPER EL
BARTOLO QUE TODO EL MUNDO
SE LO QUERÍA ROBAR Y HASTA
LOS BUENOS SE CONVERTÍAN
EN MALOS CON TAL DE
TENERLO?
MIRÉ A MI CULEBRO COMO
PIDIENDO SU AYUDA. DESDE EL
FONDO DE LA TROMPETA ME
MIRÓ ÉL A MÍ Y ME ENVIÓ UN
MENSAJE. ERA UN MENSAJE
AÉREO SIN COMUNICACIONES.
DIRECTO.
IPSO FLATUS SOPLÉ POR LA
TROMPETA Y EL BARTOLO SALIÓ
DISPARADO ESCUPIENDO A
CHORRO Y SACANDO LA
LENGUA A MIL POR MINUTO.
CORRÍA POR EL RANCHO A
GRANDES SALTOS Y FUE A
PARARSE EN SU COLA, MUY
DERECHO, DELANTE DE LA
BRUJA.
—VEN A MÍ, BARTOLÍN —
DIJO ELLA CON VOZ
CREMOSA—. TE NECESITO, MI
PRÍNCIPE, PARA LIBRARTE DE
TU ENCANTAMIENTO…
LA VIEJA SE HABÍA VUELTO
COLOR SANDÍA Y SE LE
PARABAN LOS PELOS DE PURO
SUSTO.
BARTOLO NO SE MOVÍA Y LA
SEGUÍA ESCUPIENDO.
—OIGA, BRUJA —DIJO EL
COTE—, ÉSTOS SON OTROS
TIEMPOS Y NO HAY HADAS NI
PRÍNCIPES ENCANTADOS, NI
PATILLAS. NI SIQUIERA EL
BARTOLO LE CREE SUS
PROMESAS.
ELLA NO LE HIZO CASO;
SEGUÍA ATERRADA MIRANDO AL
BARTOLO Y PONIÉNDOSE CADA
VEZ MÁS VERDE. YA NO SE
ATREVÍA A HABLARLE.
PASABA EL TIEMPO Y LOS
SIETE APIÑADOS
SUJETÁBAMOS AL CAUPOLICÁN
QUE GRUÑÍA SULFUROSO. LA
ADIVINA TENÍA AHORA LOS
PELOS TAN PARADOS, QUE
TOPABAN EL TECHO DE SU
RANCHO. SUS MANOS
TILIMBREABAN
ELECTRÓNICAMENTE HACIENDO
CASTAÑEAR SUS UÑAS. LOS
PELOS DE SU NARIZ ASOMABAN
COMO BALAS ENCAÑONADAS.
ERA ALGO FOLCLÓRICO, PERO
DABA COMO PENA LA POBRE
VIEJA ESTUPIDIZADA.
HICE UNA CARRASPERA Y LE
DIJE ROTUNDAMENTE:
—YA VE UD. QUE BARTOLO NO
LA QUIERE, NI TAMPOCO LE
CREE. ASÍ QUE MEJOR NOS
VAMOS…
JUNTO CON DECIR ESTO
BARTOLO SALTÓ A EMBUTIRSE
EN LA TROMPETA Y JAPO ABRIÓ
LA PUERTA DEL RANCHO.
TODOS SE ATROPELLARON EN
SALIR, CAUPOLICÁN EL
PRIMERO; SEDRI Y YO NOS
QUEDAMOS ATRÁS PARA DAR
LAS GRACIAS POR EL RICO
CAUSEO.
LOS PELOS DE LA BRUJA SE
HABÍA BAJADO DE GOLPE Y SUS
MANOS SE AFIRMARON EN SUS
RODILLAS.
—TODO ESTO LO SABÍA YO DE
ANTES —DIJO
TRISTONAMENTE— COMO
TAMBIÉN SÉ LO QUE LES
ESPERA A UDS. ALLÁ AFUERA…
YA ESTABA OTRA VEZ
TENTÁNDONOS PARA SEGUIR
NEGOCIANDO.
—NO QUEREMOS SABER LO
QUE NOS ESPERA, PREFERIMOS
LA SORPRESA —DIJO EL NEGRO
Y NOS FUIMOS.