1.practica 1 Oceanografia
1.practica 1 Oceanografia
TEMA:
EMBARCACION OCEANOGRAFICA
ALUMNA:
ROMERO SALAZAR, ALEXANDRA VARINIA
DOCENTE:
ING. NAVARRO ROJAS, JUAN EDUARDO
CURSO:
OCEANOGRAFIA
CICLO:
V
Nro. 15 - 2017
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WEB: https://www.marina.mil.pe/es/comunicacion/nota-de-prensa/moderno-buque-oceanografico-con-
capacidad-polar-b-a-p-carrasco-se-incorpora-a-la-marina-de-guerra-del-peru/
Bic Humboldt buque peruano de investigación científica construido en los astilleros SIMA de El
Callao en 1978, en cooperación con el gobierno alemán.
El Buque de Investigación Científica HUMBOLDT, fue adquirido con la cooperación del Gobierno
alemán en 1978, posee 76,2 m de eslora, con capacidad para 100 personas entre tripulantes y
personal científico. Ha visitado la Antartida en varias ocasiones, razón por la cual fue pintado de
color rojo, para poder ser divisado por otras embarcaciones en mares rodeados de grandes
témpanos de hielo.
Esta embarcación fue diseñada y construida bajo los criterios de IMARPE en los astilleros de los
servicios Industriales de la Marina (SIMA - PERU) para realizar investigación científica. Fue lanzado
al mar el día 13 de Octubre de 1978 y a través de los años ha venido siendo implementado con los
equipos e instrumentos más modernos de la tecnología científica.
Cuenta con redes y accesorios de pesca para realizar faenas de pesca tanto de arrastre pelágico
como de fondo. Fué equipado por el gobierno alemán a través de una donación hecha por la
fundación Deutsche Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ).
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WEB: http://www.imarpe.pe/imarpe/index2.php?id_seccion=I0114010000000000000000
B.A.P “UNION”, EL BUQUE A VELA MAS GRANDE Y VELOZ QUE HAY SIDO CONTRUIDO EN
LATINOAMERICA
El comisionamiento y afirmado del Pabellón Nacional del Buque Escuela a Vela, Buque Armada
Peruana (BAP) Unión, realizado a inicios del año 2016, constituye un hito en la historia naval
peruana, un momento de orgullo patrio y una ocasión de justo reconocimiento a la decisión
política, a las capacidades técnicas, a la coopera- ción internacional y a la vocación de grandeza.
Este buque escuela a vela honra nuestra historia rememorando a la mítica corbeta Unión (1865),
comandada por Miguel Grau, así como al lema de la República “Firme y feliz por la Unión”.
También recuerda nuestra tradición prehispánica con la imagen del inca Túpac Yupanqui, el gran
explora- dor del Pacífico, surmontada por el sol del Perú en el mascarón de proa. El Unión
constituye una manifestación concreta del proceso de modernización de las Fuerzas Armadas
emprendido por el gobierno del presi- dente Ollanta Humala, un emblemático proyecto hecho
realidad cuyas características (palos, eslora o largo total con bauprés de 115,5 m, des- plazamiento
de 3200 toneladas y capacidad para 257 personas) lo hacen el buque escuela a vela más grande y
veloz que haya sido construido en Latinoamérica, al mismo tiempo que evidencia la capacidad
técnica de los peruanos, que, en los astilleros del SIMA (Servicios Industriales de la Marina),
llevaron a cabo este proyecto aplicando los más altos estándares internacionales. Por primera vez
en más de un siglo, el Perú cuenta no solo con un navío emblemático, sino también, con un
instrumento fundamental para que los futuros oficiales de la Marina de Guerra aprendan las artes
de la navegación en la vasta extensión oceánica.
Considerado como parte del territorio patrio, en el mar y en el extranjero, el Buque Escuela a Vela
BAP Unión se constituye también en una embajada itinerante, en representación del Estado
peruano, como imagen del poder nacional y marítimo en los ámbitos diplomático, cultural,
comercial y militar, cuya misión es contribuir con nuestra política exterior. Surcando los océanos,
irá llevando productos de bandera con la Marca Perú, además de nuestra gastronomía, que podrá
ser presentada en los puertos de los países adonde arribe. Además, no solo serán recibidas a
bordo las diferentes autoridades de los países a los que arribe, sino tam- bién, desarrollará
actividades en puerto de la mano de las diferen- tes instituciones de interés cultural y académico.3
3
WEB: https://www.mindef.gob.pe/informacion/noticias/documentos/bapunion.pdf
EQUIPOS ESPECIALES PARA LA EXPLORACION OCEANOGRAFICA
La Oceanografía Física es una ciencia experimental que requiere de observaciones y mediciones
precisas para lograr sus objetivos. Aun cuando hace uso de la experiencia de campos de la ciencia
relacionadas, tales como la física y química, y utiliza los logros en las áreas de la tecnología e
ingeniería, el medio ambiente oceánico impone requerimientos únicos en la instrumentación,
requerimientos que no son satisfechos fácilmente por los equipos de laboratorio convencionales.
Como consecuencia, el desarrollo y fabricación de instrumentación oceanográfica es ahora una
actividad especializada. Los fabricantes de equipo oceanográfico dan servicio a un mercado
reducido pero sus productos son distribuidos mundialmente.
Esta clase presenta una reseña del campo de aplicación de la instrumentación que se utiliza en el
océano, así como de los principios involucrados. El propósito de la clase es describir tanto los
instrumentos clásicos convencionales como los más modernos. La siguiente tabla resume el
contenido.
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WEB: http://www.physocean.icm.csic.es/IntroOc/lecture13-es.html
Plataformas
Todas las mediciones en el mar requieren de una plataforma relativamente estable para
transportar la instrumentación que se requiere. La plataforma puede estar en la superficie o el
fondo del mar, en el interior del océano o en el espacio. La elección de la plataforma adecuada
depende de sus capacidades para obtener, en espacio y tiempo, la información requerida.
Barcos de Investigación
Figure 13.1
Al igual que cualquier otro buque que se hace a la mar, los buques oceanográficos deben cumplir
con el requerimiento de poder navegar con mal tiempo. El estado del mar y las condiciones
meteorológicas en la región de estudio definen entonces el tamaño mínimo del buque. El manejo
de equipo pesado en alta mar, o la necesidad de acomodar un equipo científico mayor pueden
incrementar el tamaño mínimo. La eslora de buques de investigación típicos es de 50 - 80 m, con
un desplazamiento de 1000 - 2000 toneladas, con capacidad para acomodar de 10 - 20 científicos
(Figura 13.1).
La forma de un barco de investigación está determinada por la
necesidad de una cubierta de trabajo suficientemente grande,
varios malacates (winches) para bajar y recobrar
instrumentos, y al menos un "marco tipo A", una estructura
que dirige el cable desde el malacate hacia el mar, ya sea por
un lado del barco o por la popa (Figura 13.2).
La necesidad de estar en el mar por largos períodos de
tiempo, permanecer estacionario mientras el equipo se
maneja por un costado, y navegar a velocidades bajas cuando
se arrastra el equipo detrás del barco, imponen demandas
adicionales en el diseño de un buque. Para aumentar la
autonomía (el número de días que un barco puede
permanecer en el mar antes de agotar el combustible), los
Figure 13.2 barcos de investigación funcionan a velocidades de tránsito
moderadas de 10 - 12 nudos (18 - 28 km/h), comparable con la
velocidad de navegación de 15 - 20 nudos de los buques mercantes. La mayoría de los barcos de
investigación tienen una autonomía de 20 - 25 días, lo cual les da un rango de 6000 - 8000 millas
náuticas (11,000 - 14,800 km), suficientes para operar en alta mar a días de distancia de tierra
firme. Sólo las principales instituciones oceanográficas en el mundo operan buques de
investigación con capacidad de investigación en cualquier lugar del globo terrestre.
Todos los barcos modernos utilizan el combustible diesel para operar sus motores. Tales motores
están mejor condicionados para trabajar a revolución constante. Los buques mercantes no tienen
que variar mucho su velocidad de crucero durante su viaje; la propela en estos buques es
impulsada directamente desde los motores. Para operar los motores a bajas revoluciones, se
deben hacer varias adaptaciones en los barcos de investigación. En sistemas diesel-eléctricos, la
máquina diesel impulsa un motor eléctrico que a su vez mueve el eje de la propela. Los motores
eléctricos operan de manera eficiente a cualquier velocidad, lo cual permite al buque un control
de velocidad muy preciso. Otro tipo de adaptación es cuando el motor diesel impulsa una "propela
o hélice de aceleración variable". En este tipo de propela, el ángulo de la hoja se puede controlar
para darle un empuje reducido o casi nulo, aún cuando la propela gire a su máximo.
Bajar equipo sobre un costado de un buque requiere más que empuje nulo. Sin un control activo
de la posición, el barco puede derivar con el viento hacia el cable del instrumento. Para mantener
el cable vertical y libre del casco del buque, el buque tiene que contrarrestar los efectos del viento
y la corriente. Esto se logra comúnmente mediante un par de propelas adicionales, una sobre
babor y otra sobre estribor, las cuales pueden empujar el buque hacia los lados. La propela del
lado de proa puede ser una propela instalada en un túnel horizontal a lo largo del casco, o una
propela con flecha la cual se puede orientar en cualquier dirección y retraerse cuando el buque
navega. La propela de popa puede estar en un túnel similar o una propela construida sobre el
timón del barco (un "timón activo"). Las dos propelaspermiten un control muy preciso del
comportamiento del buque en condiciones de vientos, olas y corrientes, y permiten virar sobre el
mismo punto si es necesario.
Figure 13.3
Satélites
La mayoría de los satélites reciben el nombre de los sensores que transportan. De manera formal,
sin embargo, los satélites y sus sensores son dos cosas diferentes; el satélite es una plataforma y
los sensores son instrumentos. Por esta razón, se presenta una reseña de los sensores existentes
en la discusión sobre instrumentación más adelante.
Como plataformas, los satélites caen en tres grupos. La mayoría de los satélites siguen órbitas
inclinadas: Las órbitas elípticas están inclinadas respecto al ecuador. El grado de inclinación
determina la distancia desde el ecuador que un satélite puede ver la Tierra. Las inclinaciones
típicas son cercanas a 60º, de tal forma que el satélite cubre una región de 60ºN a 60ºS. Los
satélites cubren esta región frecuentemente, completando una órbita alrededor de la Tierra en
cerca de 50 minutos.
Algunos satélites tienen una inclinación cercana (o exactamente) a 90º y por tanto pueden ver
ambos polos; su trayectoria es en órbitas polares. La altura típica de los satélites en órbitas polares
o inclinadas es de 800 km.
El tercero y último grupo son los satélites geoestacionarios. Estos satélites orbitan la Tierra a la
misma velocidad con la que la Tierra rota alrededor de su eje y son por tanto, estacionarios con
respecto a la Tierra. Esta situación sólo es posible si el satélite está sobre el ecuador a una altura
de 35.800 km, distancia mucho mayor que la de los otros satélites. Los satélites geoestacionarios
por consiguiente, no pueden ver los polos.
La selección de un satélite como plataforma lógicamente incluye la selección del sensor y la órbita
adecuada. Un sensor para estudiar las capas de hielo en los polos no consigue mucho si está en un
satélite geoestacionario; un sensor para la medición de la cobertura de nubes con el fin de realizar
predicciones del clima, no se coloca en una órbita polar.
Sumergibles
Los sumergibles no son una plataforma de trabajo frecuentemente usada en oceanografía física,
sin embargo, esto es probable que cambie en los próximos años. Se pueden distinguir tres tipos
básicos: sumergibles tripulados, sumergibles controlados remotamente y los sumergibles
autónomos.
Sumergibles tripulados se usan en geología marina para la exploración del fondo del lecho marino
y ocasionalmente en biología marina para estudiar los ecosistemas del lecho marino. Estos no
representan una herramienta para la oceanografía física.
Sumergibles autónomos son vehículos auto-impulsados que pueden programarse para seguir un
camino predeterminado bajo en agua. Tales vehículos poseen un gran potencial para la
oceanografía física. Algunas importantes instituciones de investigación oceanográficas desarrollan
vehículos para llevar instrumentación como un CTD y examinar un área del océano mediante
repetidas inmersiones y emersiones a lo largo de rutas de un lado a otro de la región oceánica y
transmitiendo los datos recopilados vía satélite cuando está en la superficie. Sin embargo, pasará
algún tiempo antes que estos vehículos se popularicen. A la larga, los sumergibles autónomos
reducirán, en gran medida, el requerimiento de buques de investigación para la vigilancia del
océano.
Vehículos remolcados
Los vehículos remolcados se usan desde los buques de investigación para estudiar los procesos
oceánicos que requieran alta resolución espacial tales como la mezcla en los frentes y los procesos
en el sumamente variable océano superior. La mayoría de los sistemas consisten de un cuerpo
sumergido de forma hidrodinámica, un cable de arrastre electro-mecánico (a menudo multi-
conductor) y un winche o malacate. El cuerpo sumergido se ajusta con un par de extensiones en
forma de aleta, las cuales controlan su vuelo dentro del agua. Además de el paquete de sensores
(comúnmente un CTD, de vez en cuando sensores para mediciones químicas) este lleva sensores
de presión, inclinación y balanceo que vigilan su comportamiento y controlan su vuelo debajo de
la superficie. Los datos se envían al sistema computacional a bordo del barco mediante el cable
conductor. El mismo cable se usa para enviar instrucciones al cuerpo sumergido a fin de alterar su
ángulo de ataque.
Un sistema alternativo de remolque es aquél que no emplea un cuerpo sumergido para llevar el
paquete de sensores, sino que tiene sensores (por ejemplo termistores) construidos en el interior
del cable de remolcamiento a intervalos regulares. Puesto que la distancia entre los sensores es
fija y los sensores permanecen a la misma profundidad durante el remolcamiento, esta "cadenas
de termistores" no ofrecen la misma resolución espacial como el sistema ondulante remolcado,
por lo que raramente se utilizan en la actualidad.
La característica principal de los flotadores y las boyas de deriva es que se mueven libremente con
la corriente del océano, de manera que sus posiciones en cualquier momento solamente se puede
controlar de manera muy limitada. Estas plataformas se utilizan principalmente en regiones
alejadas tales como el Océano Austral o del Sur y en las partes centrales de los grandes cuencas
oceánicas a las que se llega raramente por los buques de investigación y donde es difícil y costoso
colocar un anclaje.
En sentido estricto, un flotador es un término genérico para cualquier cosa que no se hunde al
lecho marino. Una boya de deriva, por otra parte, es una plataforma diseñada para moverse con la
corriente oceánica. Para lograrlo, la boya de deriva tiene que incorporar un dispositivo de flotación
o flotador, pero es generalmente más que eso. Sin embargo, los oceanógrafos utilizan los términos
muy libremente y no hacen una distinción clara entre los "flotadores" y las "boyas de deriva".
Es posible distinguir dos tipos de boyas de deriva. Las boyas de deriva superficiales tienen un
flotador en la superficie y pueden por lo tanto transmitir datos vía satélite. Si se las diseña para
recoger la información de la superficie del océano, estas van con instrumentos meteorológicos
ubicados encima del flotador y un sensor de temperatura, y ocasionalmente un sensor de
salinidad debajo del flotador. Para evitar que los fuertes vientos arrastren las boyas fuera del área
de interés, estas se acondicionan con un "sistema de arrastre o peso muerto" a una cierta
profundidad (Figura 13.8). Si se diseñan para dar información sobre las características
subsuperficiales del océano, los sensores adicionales se colocan entre el flotador superficial y el
peso muerto. El rango de profundidad de las boyas superficiales generalmente se limita a menos
de 100 m.
Los flotadores usados para boyas de deriva subsuperficiales se diseñan de tal manera que para
una profundidad dada, tengan flotabilidad neutra. Estas boyas se han utilizado para seguir
corrientes oceánicas a distintas profundidades, que van desde algunos cientos de metros hasta
profundidades por debajo de 1000 m. Los primeros de tales flotadores transmitían sus datos
acústicamente a través del océano a las estaciones costeras de recepción. Debido a que el sonido
viaja bien en la profundidad del mínimo de la velocidad sónica (el canal del sonido o SOFAR, el cual
se encuentra a unos 1000 m de profundidad), estos flotadores tipo SOFAR se pueden utilizar
solamente en profundidades cercanas a los 1000 m.
Los flotadores subsuperficiales modernos permanecen hundidos por varias semanas y vienen
brevemente a la superficie para transmitir sus datos a un satélite para luego regresar a su
profundidad asignada. Por lo tanto, estos flotadores se pueden programar para estudiar cualquier
profundidad y pueden también medir datos de temperatura y salinidad (CTD) durante su ascenso a
la superficie. El arsenal más completo de tales flotadores, conocido como Argo, comenzó en el año
2000. Los flotadores Argo miden la temperatura y salinidad por encima de los 2000 m del océano
(Figura 13.8a). Esto permitirá un continuo monitoreo del estado del clima oceánico, con todos los
datos que son retransmitidos y disponibles al público horas después de la colección. Cuando el
programa Argo esté completamente operativo, en cualquier momento habrán unos 3000
flotadores en los océano del mundo.
Termómetros reversibles
Las primeras mediciones de la temperatura del océano a una cierta profundidad debajo de la
superficie se hicieron llevando una muestra de agua hasta la cubierta de una nave en un cubo
aislado y midiendo la temperatura de la muestra con un termómetro de mercurio. Aunque estas
medidas no eran exactas, dieron la primera evidencia de que por debajo de los primeros 1000 m,
el océano es frío, incluso en las zonas tropicales. También demostraron que se requerían medidas
altamente exactas para resolver las pequeñas diferencias de
temperatura entre diversas regiones del océano a esas
profundidades.
Las botellas Nansen y Niskin se utilizan con termómetros reversibles. En la botella Nansen, los
termómetros se montan en un marco fijo y la rotación de 180º se logra invirtiendo la botella. En
las botellas Niskin, los termómetros se montan sobre un marco rotatorio que se acciona al cierre
de las válvulas superior e inferior.
CTDs
Los circuitos eléctricos permiten la medición en rápida sucesión, pero sufren de "deriva
instrumental" lo que significa que sus calibraciones cambian con el tiempo. Los sistemas de CTD
por lo tanto tienen que ser calibrados comparando sus lecturas regularmente contra instrumentos
más estables. Por lo tanto se utilizan siempre conjuntamente con termómetros reversibles y un
dispositivo de muestreo de agua múltiple.
Termosalinógrafos
Sensores remotos
La mayoría de las medidas oceanográficas desde el espacio o desde aviones se basan en el uso de
los radiómetros, estos son instrumentos que miden la energía electromagnética que irradia una
superficie. Esta radiación toma lugar sobre un amplio rango de longitudes de onda, incluyendo la
emisión de luz en el rango visible, de calor en el rango infrarrojo, y a longitudes de onda más
cortas, tales como las emitidas por Radares y rayos-X. La mayoría de los radiómetros
oceanográficos funcionan en varias bandas de longitudes de onda. Una discusión detallada de
todas las aplicaciones de sensores remotos va más allá del alcance de estas notas de clase, de
manera que solamente los sistemas más básicos se mencionan aquí.
Los radiómetros que operan en el infrarrojo se usan para medir la temperatura de la superficie del
mar. La resolución con la que miden la temperatura de la superficie ha aumentado
constantemente a lo largo de los años; el sensor AVHRR (Por sus siglas en
inglés: Advanced Very High Resolution Radiometer -Radiómetro Avanzado de muy Alta Resolución-
) tiene una resolución que es cercana a 0,2º C.
Las mediciones a las longitudes de onda del radar se hacen con un instrumento conocido
como SAR (Por sus siglas en inglés: Synthetic Aperture Radar -Radar de Apertura Sintética-). Este
se puede utilizar para detectar las expresiones superficiales de las ondas internas, el efecto de la
lluvia sobre las olas superficiales, el efecto de la topografía del fondo marino sobre las corrientes y
olas, y una gama amplia de otros fenómenos. Muchos de estos fenómenos pertenecen a la
categoría de "propiedades dinámicas" las cuales se discuten más adelante.
Todos los instrumentos discutidos hasta ahora producen información sobre los campos de
propiedades oceánicas independientemente del estado dinámico del océano. El resto de este
capítulo resume la instrumentación diseñada para medir el movimiento en el océano.
Una manera elemental de observar el movimiento oceánico es el uso de boyas. Como se mencionó
anteriormente, las boyas son plataformas diseñadas para llevar los instrumentos. Sin embargo,
todas las medidas obtenidas de las boyas son de poca utilidad a menos que puedan ser
relacionadas con posiciones en el espacio. El sistema de posicionamiento global o GPS (GPS; Por
sus siglas en inglés "Global Positioning System"), que transmite la localización de la boya vía
satélite, es por lo tanto un instrumento esencial en cualquier boya, y convierte a cualquier boya en
un instrumento para la medición de corrientes oceánicas. Que la boya haga el trabajo bien o no
dependerá de su diseño, y en particular del tamaño y forma de su elemento de arrastre.
Correntímetros
Los correntímetros mecánicos usan un dispositivo tipo propela, un rotor Savonius o un rotor de
rueda de paletas (Figura 13.15) para medir la rapidez de la corriente y una paleta en vertical más
grande para determinar la dirección de la corriente. Los sensores de hélice miden la rapidez
correctamente sólo que para lograrlo tienen que estar orientados en la dirección de donde viene
la corriente. Para lograr esto, tales instrumentos están equipados con una paleta direccional muy
grande que da vuelta al todo el instrumento y con ello orienta la hélice en esa dirección.
A excepción del correntímetro que utiliza dos hélices colocadas a 90º una de la otra, los
correntímetros mecánicos miden la rapidez de la corriente contando las revoluciones de la hélice o
rotor por unidad de tiempo y la dirección de la corriente determinando la orientación de la paleta
a intervalos fijos. Es decir, estos correntímetros combinan un tiempo integral o rapidez media
sobre un intervalo del tiempo del sistema (el número de revoluciones entre las grabaciones) con
una lectura instantánea de la dirección de la corriente (la orientación de la paleta a la hora de la
grabación). Esto da solamente una grabación confiable de la corriente del océano si la corriente
cambia lentamente en el tiempo. Tales correntímetros mecánicos no son por lo tanto
convenientes para la medición de corrientes en la capa superficial oceánica donde está la mayoría
del movimiento oceánico, debido al oleaje.
Los correntímetros mecánicos son robustos, confiables y comparativamente de bajo costo. Es por
esto que se utilizan extensamente donde las condiciones son apropiadas, por ejemplo en las
profundidades fuera del alcance de las olas superficiales.
Los correntímetros acústicos se basan en el principio de que el sonido es una onda de compresión
que viaja con el medio. Suponga un arreglo de dos receptores con un transmisor sónico en el
centro. Si se diseña de tal manera que un receptor A esté localizado aguas arriba del transmisor, y
un receptor B aguas abajo, entonces en una señal acústica que se genera en el transmisor, la
corriente oceánica causará que la señal llegue primero al receptor B antes que al receptor A.
Los Perfiladores Acústicos de Corrientes Doppler (Por sus siglas en inglés ADCPs; Acoustic Doppler
Current Profilers) operan bajo el mismo principio que los correntímetros acústicos, pero tienen el
transmisor y el receptor en una unidad. Para la medición usan las reflexiones de las ondas
acústicas desde las partículas presentes en el agua. El agua de mar contiene una multiplicidad de
pequeñas partículas suspendidas y otra materia sólida que no podrían ser visibles al ojo humano
pero que sin embargo, siempre reflejan el sonido. Si el sonido se transmite en cuatro rayos
inclinados en ángulo recto el uno del otro, el corrimiento Doppler en la frecuencia del sonido
reflejado respecto al transmitido, permite conocer la velocidad de la partícula en la dirección del
rayo emitido (velocidad radial). Se requieren por lo menos 3 rayos inclinados en la vertical para
determinar las 3 componentes de la velocidad del flujo. Los diferentes tiempos de llegada indican
que el sonido es reflejado desde diferentes distancias respecto a los transductores, así que un
ADCP proporciona la información no sólo sobre la rapidez de la corriente y su dirección en un
punto del océano, sino en todo un rango de profundidad; es decir un ADCP produce un perfil de
corriente contra profundidad.
Mediciones de Oleaje
Los parámetros de interés en la medición del oleaje superficial son la altura de la ola, el período y
su dirección. Cerca de la costa, la altura de ola y el período se pueden medir usando el principio
del mareógrafo de flotador, descrito en la sección de mareógrafos más adelante, con una abertura
copleta lo suficientemente grande como para dejar pasar las olas superficiales sin estorbo. Las
mediciones del oleaje sobre la plataforma, pero a cierta distancia de la orilla se pueden obtener a
partir de un medidor de presión (manómetro) (véase también la sección mareógrafos).
Un instrumento apropiado para todas las localidades, incluyendo el océano abierto es el olígrafo
de superficie (wave rider), una pequeña boya superficial en un anclaje que sigue el movimiento de
la ola. Un acelerómetro vertical construido dentro del olígrafo mide la aceleración de la boya
generada por las olas. Los datos se almacenan internamente para posterior recuperación o se
transmiten a la costa. Este tipo de olígrafos proporcionan la información sobre la altura y período
de la ola. Si se los acondiciona con un sistema de 3 acelerómetros ortogonales es posible también
medir la dirección de las olas.
Mareógrafos
Los mareógrafos de flotador permiten la lectura directa del nivel del agua en todo momento, pero
requieren una instalación algo laboriosa y son poco prácticos lejos de la orilla. En localidades
remotas y lejos de la costa es a menudo más fácil usar un mareógrafo de presión. Tal instrumento
se coloca sobre el lecho marino y mide la presión de la columna de agua sobre él, la cual es
proporcional a la altura de agua encima del sensor. Los datos se registran y almacenan
internamente y no son accesibles hasta tanto se recupere el mareógrafo.
Los registros de mareas se utilizan con mayor frecuencia para analizar los posibles cambios a largo
plazo en el nivel del mar asociados a la variabilidad climática y al cambio del tiempo. La rapidez
prevista del cambio del nivel del mar es, a lo sumo, de algunos milímetros por año, de manera que
se requiere de una precisión muy alta para verificar tales cambios. La mayoría de los mareógrafos
no son convenientes para tal tarea, por muchas razones. Por ejemplo, una tendencia a largo plazo
en el nivel del mar se puede producir también por una subida o una descenso del terreno en la
cual se ha construido e instalado el mareógrafo (Esto se conoce como deriva del estándar de
comparación). El alambre del mareógrafo de flotador que conecta el flotador con la unidad de
grabación se estira y se contrae a medida que la temperatura del aire sube y baja. Tales efectos
son insignificantes cuando el mareógrafo se utiliza para verificar la profundidad del agua para
propósito de la navegación, pero no así cuando se desean determinar tendencias de milímetros
por año. Una nueva generación de mareógrafos está siendo instalada por todo el mundo, que da
registros del nivel del agua a las exactitudes absolutas de algunos milímetros con estabilidad a
largo plazo comparado al patrón estándar. En estos instrumentos, el arreglo del flotador y del
alambre del mareógrafo de flotador son substituidos por una medición de distancia basada en
láser, y los datos se transmiten mediante un enlace satelital a un centro mundial del nivel del mar
que a su vez, continuamente supervisa el funcionamiento de cada mareógrafo.
Sensores remotos
El nivel del mar también se puede medir desde los satélites. Un altímetro mide la distancia entre el
satélite y la superficie del mar. Si la posición del satélite se conoce exactamente esto resulta en
una medición del nivel del mar. Los altímetros modernos han alcanzado una precisión mejor de 5
cm. La cobertura global proporcionada por los satélites permite la verificación de los modelos
globales de marea. Cuando se sustrae las mareas, las observaciones aportan información sobre la
forma de la superficie del mar y, con el uso del principio de geostrofía, sobre la circulación
oceánica a gran escala.
Sensores de cizallamiento
Esta descripción extremadamente breve de las técnicas oceanográficas de medición, puede cubrir
solamente lo esencial de las plataformas e instrumentos más importantes. Existen equipos
especiales, y nuevos equipos especializados se diseñan diariamente, para abordar problemas
específicos. El sensor de cizallamiento puede servir como ejemplo. Está diseñado para estudiar la
turbulencia oceánica en pequeña escala (centímetros). La turbulencia está caracterizada por
corrientes que varían en cortas distancias y cortos intervalos de tiempo, así que un instrumento
diseñado para medir la turbulencia tiene que ser capaz de resolver las diferencias en rapidez y
dirección de la corriente sobre una distancia vertical de no más de un metro.
Otro tipo de instrumento de caída libre utiliza sensores de micro estructura que miden las
fluctuaciones de la velocidad en una escala espacial de cerca de 10 mm. Estos usan una barra
piezoeléctrica que genera pequeños voltajes a medida que la velocidad turbulenta varía la
resistencia, y por tanto la flexión de una aleta aerodinámica, a medida que éste se mueve a través
del agua.