Sistema Vestibular - Duarte
Sistema Vestibular - Duarte
Sistema Vestibular - Duarte
Para poder censar las aceleraciones lineares, los receptores otolíticos tienen un
área de tejido conectivo que sostiene a las células ciliadas. Los estereocilios
entran en contacto con una estructura viscoelástica similar a la cúpula de los
canales semicirculares: en su porción apical, la estructura viscoelástica
mencionada contiene a los otolitos: concreciones de calcio de distintos tamaños.
El peso que los otolitos ejercen sobre la malla viscoelástica permite la deflexión
de los estereocilios8.
En las cúpulas de los canales semicirculares y en las máculas de los órganos
otolíticos: se hallan las células ciliadas mecanorreceptoras. Cada una, en su
parte apical, contiene entre 50 y 100 estereocilios y un kinocilio ubicado
excéntricamente. Las cilias están unidas entre sí en su región apical por las
uniones de punta. Estas células se hallan bañadas por la endolinfa.
Se distinguen dos tipos de células ciliadas: las tipo I, que tienen forma de botella
con cuello angosto, que está rodeada por un terminal aferente que envuelve a la
célula; y las tipo II, que son cilíndricas y reciben terminales aferentes en forma
de botón. Estas células contienen canales iónicos de K+ y Ca++. (ver figura 3)
Figura 3: Tipos de células receptoras del sistema vestibular
Nistagmus o Nistagmo
El nistagmo o nistagmus es una oscilación rítmica, ocular y periódica de los ojos.
Más comúnmente tiene una fase lenta de inicio y una fase rápida correctiva.
Aparece cuando hay algún desajuste o alteración en el sistema vestíbulo-ocular
que genera una inestabilidad en el movimiento de los ojos19.
En condiciones fisiológicas se evidencia ausencia de nistagmus. El nistagmus
opticinético es una respuesta de rastreo relacionada con el seguimiento. El
objetivo de éste es mantener la visión estable cuando la cabeza y el entorno se
mueven a velocidades constantes y en direcciones contrarias (por ejemplo,
cuando miramos por la ventanilla del ómnibus en movimiento): en esta situación,
el reflejo vestíbulo-ocular no puede mantener la imagen nítida en la retina. La
respuesta ocular es de seguimiento hacia la dirección del movimiento, con
sacadas (movimientos rápidos correctivos en el sentido contrario) que vuelven a
centrar a los ojos cuando se hallan en una posición muy excéntrica. Las
conexiones centrales responsables del nistagmus optocinético son los
hemisferios cerebelosos, el área visual cortical, el área témporo-medial y la zona
de transición entre el tálamo y el mesencéfalo20.
La presencia de nistagmus espontáneo puede deberse a lesiones vestibulares
periféricas o a lesiones centrales:
• El patrón periférico es unidireccional, horizontal, con la fase lenta hacia el
lado lesional. Los movimientos oculares permanecen conjugados. Se
intensifica al mirar hacia el lado de la fase rápida (ley de Alexander).
• El patrón central es uni- o multidireccional, con un patrón pendular o en
resorte. Los movimientos oculares son conjugados o no, según el sitio
lesional. No cumple con la ley de Alexander21.
Vías vestíbulo-espinales
1.- Vía vestíbulo-espinal lateral: Los axones de las células vestibulares de
segundo órden cuyos somas se hallan en el núcleo vestibular lateral de Deiters
terminan en las láminas VII y VIII de la médula espinal. Junto con el haz
retículoespinal medial (de origen pontino), ejerce un efecto facilitador sobre las
motoneuronas extensoras de los músculos anti-gravitatorios, lo que nos permite
permanecernos de pie. Esta vía ejerce también, en menor medida, un efecto
inhibitorio sobre los músculos flexores.
2.- Vía vestíbulo-espinal medial: Los axones de las neuronas vestibulares de
segundo orden cuyos somas se encuentran predominantemente en la región
rostral del núcleo vestibular inferior inervan, en forma directa e indirecta, a las
motoneuronas correspondientes a la musculatura extensora y lateral del cuello.
Estas motoneuronas están influenciadas por los tres pares de canales
semicirculares, con impulsos excitatorios e inhibitorios de cada par
canalicular22,23. Este reflejo vestíbulo-cervical es importante para la estabilización
de la cabeza y la mirada en el espacio. Constituye el mecanismo óptimo para
fijar la cabeza durante la marcha24
Vía vestíbulo-simpática
En condiciones experimentales, durante la rotación de la cabeza hacia abajo
estando en decúbito ventral, se ha observado un aumento de la actividad
simpática: los estímulos que generan este aumento de la actividad son,
probablemente, mecanismos extralaberínticos: los cambios de los estímulos
visuales, la activación de los aferentes propioceptivos provenientes de los
músculos del cuello, los comandos centrales, los estímulos barorreflejos o los
receptores no específicos de la cabeza que se activarían ante el aumento de la
presión cerebral. Las señales vestibulares directas e indirectas desde los
núcleos vestibulares inferiores, a través de las neuronas el bulbo ventral
rostrolateral (que forman parte del arco reflejo barorreceptor), sobre las neuronas
preganglionares simpáticas de la médula dorsal, conforman este reflejo
vestíbulo-simpático. Éste es desencadenado ante los cambios de las fuerzas
gravitacionales o posturales que actúan en el aparato vestibular, y es importante
durante el ortostatismo: los barorreflejos mantienen, así, la presión sanguínea
ante los cambios posturales23,26.
La cinetosis es un trastorno que se produce ante la incoordinación de las
aferencias visuales, propioceptivas y laberínticas a los núcleos vestibulares, ante
los movimientos laterales y verticales de baja frecuencia (por ejemplo, durante
los viajes en avión, en barco o en el transporte terrestre), o por estímulos visuales
de los videojuegos o los simuladores visuales. Las proyecciones eferentes desde
los núcleos vestibulares hacia la corteza vestibular, vía el tálamo (ver más
adelante), desencadena reacciones autonómicas como ser la sudoración fría,
náuseas y vómitos, palidez, dolor de cabeza, aumento de la salivación, pérdida
del apetito y, en las formas más graves, la inestabilidad postural27.
Vía vestíbulo-talámica
La conexión vestíbulo-talámica, a través del fascículo longitudinal medial, tiene
como función la percepción consciente del movimiento y de la percepción
espacial. La región del tálamo involucrada corresponde a los núcleos laterales.
Las proyecciones vestíbulo-talámicas son ipsilaterales, según lo evidenciado en
los experimentos con resonancia magnética funcional, tomografía por emisión
de positrones, y tractografía por tensor de difusión28.
Se ha identificado, en animales de experimentación, una proyección vestíbulo-
tálamo-estriatal: desde el núcleo vestibular medial, pasando por el núcleo
talámico parafascicular (predominantemente contralateral) y proyectando hasta
el estriado. Mediante la modulación de la actividad del receptor de dopamina en
el ganglio basal, la función probable de este circuito sería la participación de la
integración sensitivo-motora para el control motor de los músculos axiales y de
los miembros29,30. En algunos estudios clínicos se evidenció que la estimulación
vestibular galvánica a baja intensidad, o la estimulación vestibular por medio de
una silla rotatoria en pacientes con enfermedad de Parkinson (enfermedad por
alteración de los ganglios basales), provocaron una mejoría en el balanceo y en
la marcha31,32.
La corteza vestibular
La corteza vestibular parieto-insular (en el ser humano, el opérculo parietal OP2)
responde a estímulos vestibulares rotatorios y de traslación a partir de los
órganos vestibulares periféricos. Esta corteza forma parte de una red que se
relaciona con la corteza somatosensitiva secundaria, el área visual temporal
superior medial dorsal, el giro temporal superior, la corteza cingulada anterior, el
área insular anterior, la región retroinsular, el hipocampo y el precúneo: todas
estas áreas forman una red vestibular multisensorial. Si bien la representación
de esta red es bilateral, con conexiones transcallosas, en los seres humanos
tiene una predominancia del lado derecho en las personas diestras, y del lado
izquierdo en las personas zurdas.
Las aferencias de la corteza vestibular provienen de las vías vestíbulo-talámicas,
con varios entrecruzamientos a nivel de los núcleos vestibulares, el cerebro
medio y el esplenio del cuerpo calloso. Las conexiones transcallosas son
siempre excitatorias.
La corteza parietal coordina las funciones sensitivo-motoras para mantener el
equilibrio y para guiar la conducta motora en el campo gravitacional; coordina las
funciones óculo-vestibulares, la orientación espacial, la memoria espacial, la
navegación espacial y la cognición social de la representación corporal. En
algunos pacientes con enfermedades vestibulares crónicas se halló,
concomitantemente, la presencia de alteraciones de otros dominios cognitivos
como las funciones ejecutivas, la memoria a corto plazo, la velocidad de
procesamiento y las habilidades visuoespaciales: todo esto demuestra la
participación de la red vestibular en los procesos cognitivos33. Por último, se
evidenció un nexo entre la dominancia hemisférica vestibular y el procesamiento
emocional individual: en un estudio, los sujetos con mayor dominancia vestíbulo
cortical del lado derecho desarrollaron menores niveles de ansiedad34.
Figura 9
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