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El documento discute la creciente irrelevancia de la nacionalidad empresarial. Durante la década de 1990, muchas de las principales compañías estadounidenses habían caído en manos extranjeras. Los inversores estadounidenses ya no dependían del éxito de las firmas con mayoría de accionistas estadounidenses, y podían obtener mayores dividendos a través de inversiones transnacionales. A medida que las compañías se globalizaban, la nacionalidad de los accionistas se volvía menos importante, y los ejec
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El documento discute la creciente irrelevancia de la nacionalidad empresarial. Durante la década de 1990, muchas de las principales compañías estadounidenses habían caído en manos extranjeras. Los inversores estadounidenses ya no dependían del éxito de las firmas con mayoría de accionistas estadounidenses, y podían obtener mayores dividendos a través de inversiones transnacionales. A medida que las compañías se globalizaban, la nacionalidad de los accionistas se volvía menos importante, y los ejec
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Gestión de procesos

productivos
Trabajo Practico N°3
EL TRABAJO DE LAS
NACIONES UNIDAS HACIA EL
CAPITALISMO DEL SIGLO XXI

Profesor: Leoncini Darío Danilo


5°1° Alumno: Maykol Mamani Pagina 1

CONSIGNA:
A La educación del Analista Simbólico
R La Nueva Red Empresarial
T Los Tres Trabajos del Futuro
I La Creciente irrelevancia de la Nacionalidad Empresarial
Premisa. este trabajo es de investigación los que los obliga no solo encontrar el libro
que lo harán rápido, sino que lleguen a los respectivos capítulos, que para eso no
se los di especificados entre que páginas, para que no sean tan fácil, donde se
encuentran estos Temas, aquí pondrán en práctica, no solo su identificación (NO
TRANSCRIPCIÓN) sino poder de síntesis y preparación del trabajo, puntos
relevante los que cada uno tiene, como se podrá ver obviamente en Los Tres
Trabajos del Futuro, valga la redundancia, poner los elementos para capacitar a los
compañeros que no les toco, y ya ir preparándonos para las futuras investigaciones
Grupales, porque en la conferencia grupal evaluare interacción, búsqueda del
trabajo, confección del mismo, oralidad y capacidad de transmitir lo encontrado
(capacitación). lo que no podre evaluar será el lenguaje corporal empleado, dada
las dificultades técnicas.

RESUMEN:
La Creciente irrelevancia de la Nacionalidad Empresarial:
Durante la década de los noventa, muchas de las principales compañías de los
Estados Unidos habían caído en manos extranjeras -RCA, CBS Records, American
Can, Columbia Pictures, Doubleday, Mack Truck, Allis-
Chalmers, Firestone, Goodyear, Giant Food, Grand
Union, A&P, Bloomingdale's, PiIlsbury, National Steel. Nuestra costumbre de asimilar
el éxito de la economía norteamericana con el de las compañías del mismo origen, y el
éxito de las economías europeas con el de sus empresas, nos hizo temer cuando los
extranjeros parecían pretender cada vez más de nuestros activos, sin importar cuántos
activos extranjeros ya estaban en manos de norteamericanos. Estos temores eran
relativamente nuevos en los Estados Unidos, pero no para otras naciones. Los
canadienses se preocuparon siempre por el predominio de las compañías controladas
por extranjeros, en particular por ciudadanos de los Estados Unidos.
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Por ahora, como los japoneses, los alemanes occidentales y otros parecen dispuestos


a querer «comprar» los Estados Unidos, experimentamos un temor similar. Se
sustentan en una imagen de las compañías e industrias nacionales que ya no es
relevante.
Se trata desde luego, de aquellos que están habilitados para hacer fluir las ganancias
de una compañía, bajo la forma de acciones. Sin embargo, cada vez más los
ciudadanos norteamericanos suelen adquirir parte de las acciones en compañías
cuyos principales accionistas son extranjeros, y estos, del mismo modo, adquieren
más acciones de las compañías cuyos accionistas mayoritarios son norteamericano El
inversor norteamericano común piensa que puede obtener mayores dividendos por la
posesión de, digamos, un tercio de las acciones de dos firmas japonesas prósperas
que por la tenencia de una mayoría de acciones de una sol la, y algo menos lucrativa
firma norteamericana. Ese año, las inversiones transnacionales en acciones de los
norteamericanos, británicos, japoneses y alemanes occidentales incrementaron un 20
por ciento sobre las del año 1988. " Algunos gobiernos todavía impedían a los
extranjeros adquirir una mayoría de acciones en las compañías radicadas dentro de
sus fronteras, pero podían participar encubiertamente a través de otros grupos, o
fondos mutuos." Mientras tanto, los sistemas electrónicos de información que vinculan
Nueva York, Londres, Tokio y Bonn transformaban el verdadero sentido de las
operaciones en las bolsas "nacionales" de valores.
Y en unos pocos años, surgirá un único centro de información mundial para las
acciones de cotización internacional que dará lugar a las inversiones trasnacionales.
Las inversiones trasnacionales se emprenden con serenidad, sin fanfarria - El inversor
norteamericano común, que destina sus ahorros a un fondo mutuo, a un fondo de
seguros, o a un plan de pensiones, no está al tanto de las pequeñas participaciones de
compañías con nombres extranjeros que tienen sus sedes centrales en los más
remotos países. Entre 1985 y 1990, el mercado de valores en alza en los Estados
Unidos trepó hasta el 147 por ciento, pero todavía estaba detrás de otros catorce
mercados internacionales, de acuerdo con las estimaciones de rendimientos totales en
dólares norteamericanos. En consecuencia, las adquisiciones norteamericanas netas
de acciones extranjeras en la bolsa subieron de 4.200 millones de dólares en 1985 a
13.700 dólares en 1989.

En síntesis, el rendimiento total de sus acciones para los inversores americanos ya no


dependía del éxito de las firmas cuyos principales accionistas fueran norteamericanos.
Sin embargo, estos argumentos se inspiran en una curiosa hipótesis Presuponen que
las compañías norteamericanas -en contraste a las compañías extranjeras-
subordinaran los intereses de sus accionistas es conveniente para la nación. Este es
un simpático, pero nuevamente ingenuo punto de vista residual mediados de
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siglo, cuando las empresas norteamericanas la obligación tácita reforzada por los


peligros de ambas guerras del gobierno de equilibrar las necesidades e intereses de a
las débiles reclamaciones de los accionistas, y cuando -más a me contrario-dichos
intereses coincidían. Las grandes compañías ya no podían contar con la sumisa
cooperación de los otros productores norteamericanos de la misma industria para
mantener los precios y con eso generar mayores ganancias. Los accionistas no
estaban tan seguros como antes de dejar que los extranjeros manejaran la empresa a
voluntad.

Los accionistas individuales y dispersos tiempos habían sido remplazados por un


gerente de inversiones profesional dispuesto a trasladar los fondos rápidamente de
una compañía a otra, según los per las acciones subieran o bajaran. En realidad, los
directores ejecutivos de las compañías norteamericanas figuran entre los más
vehementes del mundo para declarar que su función es aumentar al máximo los
rendimientos de los accionistas, y no perseguir las metas de interés público.

Los ejecutivos serían vulnerables a la absorción por parte de los empresarios


financieros con menos escrúpulos patrióticos, quienes de esta manera podrían
asegurar a los accionistas un más alto rendimiento sobre sus inversiones. De otra
manera, estos ejecutivos patrióticos serían responsables de violar los deberes
fiduciarios hacia sus accionistas. Tampoco está claro, en esta nueva economía
mundial, como podrían hacer los directores ejecutivos de las compañías para asumir
esas responsabilidades cívicas. El sistema legal norteamericano no pone sobre aviso
a los altos ejecutivos de las compañías nacionales acerca de la existencia de objetivos
de interés público, ni ordena que se sigan dichas metas.

"En realidad, si las compañías norteamericanas estuvieran sujetas a deberes y


obligaciones especiales, podrían quedar en desventaja con respecto a las empresas
extranjeras que operan en los Estados Unidos, que tendrían libertad para maximizar
sus beneficios, un punto que los directores ejecutivos de las firmas norteamericanas
han puesto de relieve en iteradas oportunidades ante el Congreso y las agencias
gubernamentales."

Desde luego, las firmas extranjeras que operan en los Estados Unidos tratan
igualmente de desarrollar una buena imagen pública. En los últimos años las
compañías japonesas en los Estados han contratado una multitud de especialistas en
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relaciones pública recomendarles qué tipo de beneficencia auspiciar y hasta qué


punto. En 1989, después del huracán Hugo y el terremoto de la Bahía de San
Francisco, muchas empresas japonesas sacaron avisos a toda página en los diarios
norteamericanos, anunciando solemnemente sus donaciones a las víctimas. Con el
ritmo actual de donaciones, de acuerdo con el Corporate Philanthropy Report, hacia
1994 se espera que las contribuciones de las compañías japonesas en obras de
beneficencia alcancen cerca de 1.000 millones de dólares, lo cual representaría casi
un 8 por ciento de la totalidad de las donaciones empresariales en los Estados Unidos.

Las compañías norteamericanas que operan en el extranjero manifiestan una


compulsión similar a actuar como "buenos ciudadanos" en las naciones
huéspedes. Algunos de los principales empresarios norteamericanos han sido
bastante explícitos al respecto.
Las compañías que se resisten a designar extranjeros en los puestos de alto nivel
tienen dificultades para seleccionar a los más talentosos dentro de sus redes
mundiales, por la sencilla razón de que la gente con talento no quiere incorporarse a
una organización que no ofrece ninguna perspectiva de promoción. Tiene tan poco
sentido como el hecho de que las compañías extranjeras puedan dejar sin recursos a
los Estados Unidos, por abandonar repentinamente sus operaciones en el país. Pero
de una u otra manera, el ladrillo y la argamasa quedarían en los Estados Unidos, lo

mismo que el equipo. Después de todo, el gobierno norteamericano tiene jurisdicción


sobre los activos radicados dentro de los Estados Unidos.
El hecho es que la inversión extranjera en los Estados Unidos aumentó firmemente
durante los años setenta y ochenta, ya fuera que el dólar estuviera alto o bajo, que los
Estados Unidos fueran deudores o acreedores. Los dos principales inversores
extranjeros en los Estados Unidos durante esas dos décadas fueron los británicos y
los holandeses -no los japoneses y los alemanes occidentales, cuyos superávits eran
la contrapartida del déficit comercial norteamericano. Incluso en 1990, el total de la
inversión británica en los Estados Unidos era el doble de la de los
japoneses. Tampoco las firmas extranjeras vienen principalmente porque teman que
de no ser así los Estados Unidos les bloquearían el mercado a sus exportaciones.

Por ejemplo, cuando en 1988 las ventas de Nissan en los Estados Unidos


disminuyeron abruptamente, la firma pudo reducir la producción en sus fábricas
americanas y proveer enteramente al mercado local con su cuota de unidades
importadas, no hacerlo. En realidad, hizo e importaciones Japón.
Con respecto a los activos y a los trabajadores norteamericanos los hechos indican
que muchos extranjeros han pensado correctamente. Por ejemplo, la creciente
influencia de las compañías automotrices japonesas dentro de estados Unidos se
debe en gran parte al hecho de que han sido capaces de utilizar a los trabajadores
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norteamericanos para fabricar automóviles de alta calidad en menos tiempo del que
han invertido los fabricantes americanos. John Krafcik, investigador del Programa
International Motor Vehicles del Instituto Tecnológico de Massachusetts, descubrió que
los norteamericanos que trabajan en las fábricas japonesas pueden armar un
automóvil en casi 19,5 horas-sólo un poco más que las 19,1 horas alcanzadas por los
trabajadores japoneses, pero mucho menos que las 26,5 horas empleadas por los
trabajadores norteamericanos en las compañías del mismo origen.

Los trabajadores norteamericanos se han beneficiado mente con estos cambios, pero


no las compañías nacionales. Las firmas extranjeras pagan a sus trabajadores
norteamericanos salarios más al de las demás firmas en la misma industria. Desde
luego, los extranjeros cuyas habilidades para la intermediación estratégica son
superiores a las de los norteamericanos pueden obtener cuantiosos beneficios en los
Estados Unidos sin necesidad de adquirir compañías americanas o instalar sus
propias fábricas en este país. Por ejemplo, pueden vender directamente sus

conocimientos de administración. Ya no se considera que los extranjeros se


«apoderen» de los activos norteamericanos, sino que se piensa más precisamente
que les ayudan a ser más productivos.
Los trabajadores norteamericanos se han beneficiado mente con estos cambios, pero
no las compañías nacionales. Las firmas extranjeras pagan a sus trabajadores
norteamericanos salarios más al de las demás firmas en la misma industria. Desde
luego, los extranjeros cuyas habilidades para la intermediación estratégica son
superiores a las de los norteamericanos pueden obtener cuantiosos beneficios en los
Estados Unidos sin necesidad de adquirir compañías americanas o instalar sus
propias fábricas en este país. Por ejemplo, pueden vender directamente sus
conocimientos de administración. Ya no se considera que los extranjeros se
«apoderen» de los activos norteamericanos, sino que se piensa más precisamente
que les ayudan a ser más productivos.
La venta no puso a Bruce Springsteen -uno de los astros de la canción, que una vez
entonara estentóreamente «Bom in the USA- bajo autoridad y el control de los
japoneses. Springsteen fue tan autónomo y al menos tan valioso, después de la
transacción como lo era antes en su vida es que la mayor parte del capital financiero y
la intermediación estratégica que le vinculan con el mercado mundial ahora provienen
de japón. En realidad, Springsteen sólo cambió a Laurence Tisch por Akio Morita. Pero
los activos clave de Columbia Pictures eran sus relaciones con una gran cantidad de
individuos talentosos -entre ellos Peter Guber y Jon Peters, quienes después de haber
producido Batman y Rain Man, eran considerados como el equipo más competente de
cineastas en Hollywood.
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Sin embargo, a Guber y Peters esto no les resultó nada fácil. La relación de los
productores con Columbia se había deteriorado aparentemente, obligándoles a
renunciar de improviso, y firmar contrato con Warner Bros. De modo que, para
recuperar a su dinámico dúo, Sony tuvo que pagar primero a Warner Bros. para que
rompiera su contrato, y luego suscribir un acuerdo impresionante con Guber y
Peters, mediante el cual compraba su empresa productora por 55 millones de dólares
y accedía a pagar un adicional a ellos y sus socios de 2.750.000 dólares por año
durante los cinco años siguientes, más una participación en las ganancias del
estudio, una bonificación única de 50 millones de dólares y una parte de cualquier
incremento en los valores estimados de la compañía. 

Algunas de las acciones de International Fuel Cells Corporation, de Connecticut -líder


mundial en la tecnología para la fabricación de pilas de Grove se vendieron a las
firmas japonesas Toshiba y Tokyo Electric, después que su compañía matriz, United
Technologies, se negara a perder más dinero en ello.
 Por último, la empresa Materials Research de Orangeburg, Nueva York-una firma
fabricante de semiconductores-fue vendida a Sony, después de escuchar las mejores
ofertas de Wall Street, muy por debajo del valor contable de la firma. Es evidente que
no existen motivos para censurar a los alemanes o japoneses por haber hecho estas
adquisiciones, puesto que sus dueños norteamericanos estaban ansiosos de
vender. Si bien constituyen una muestra de la miopía de los financistas e
intermediarios estratégicos norteamericanos, deberíamos tener en claro quiénes
ganan y quiénes pierden con ellas.

Grupos de expertos norteamericanos -científicos, inventores, técnicos, vendedores


que han acumulado suficientes conocimientos acerca de cómo producir más
eficientemente energía solar, pilas de Grove y semiconductores, como para identificar
y resolver los problemas. " Al 'adquirirlos" las compañías extranjeras no destruyen sus
conocimientos acumulativos. Eso habría eliminado el valor de estas inversiones. El
valor potencial de sus conocimientos sigue estando en su mente, no en sus apuntes.
indudablemente, los inversores alemanes y japoneses todos los beneficios que estos
recursos generen en cualquier más que los accionistas de Atlantic Richfield, United
Technologies empresariales. El hecho de que algunas de las ganancias vayan a parar
ahora a inversores e intermediarios estratégicos fuera de los Estados Unidos no
debería ser motivo de gran alarma para los norteamericanos. Después de todo, los
inversores e intermediarios norteamericanos hacen exactamente lo mismo en otras
naciones. También se arrancan los cabellos diligentemente en el resto del mundo por
una buena perspectiva de inversión, y oportunidades de hacer contratos con personas
creativas de otras naciones para identificar y resolver nuevos problemas, así como
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para emprender una producción estandarizada de alto volumen.

Los nuevos descubrimientos de los laboratorios norteamericanos se difunden


constantemente por todo el mundo.
Indudablemente, los inversores alemanes y japoneses todos los beneficios que estos
recursos generen en cualquier más que los accionistas de Atlantic Richfield, United
Technologies empresariales. El hecho de que algunas de las ganancias vayan a parar
ahora a inversores e intermediarios estratégicos fuera de los Estados Unidos no
debería ser motivo de gran alarma para los norteamericanos. Después de todo, los
inversores e intermediarios norteamericanos hacen exactamente lo mismo en otras
naciones. También se arrancan los cabellos diligentemente en el resto del mundo por
una buena perspectiva de inversión, y oportunidades de hacer contratos con personas
creativas de otras naciones para identificar y resolver nuevos problemas, así como
para emprender una producción estandarizada de alto volumen.

Los nuevos descubrimientos de los laboratorios norteamericanos se difunden


constantemente por todo el mundo.
De esta manera, cada nación se esfuerza por mejorar el bienestar y la seguridad de
sus ciudadanos. Y consecuentemente, tratan de incrementar el valor potencial de las
contribuciones que puedan hacer sus ciudadanos a las empresas y redes
mundiales. Esta aspiración no se debería considerar como una amenaza al bienestar y
la seguridad de los norteamericanos.

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