Entrevista A Harari

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Jueves 16 de Abril de 2020

CULTURA AMBITO

Yuval Harari: “Las


decisiones que tomemos
tendrán un impacto durante
años y décadas y
reconfigurarán el planeta”
El filósofo, historiador y escritor israelí reflexionó sobre los efectos de la
pandemia de coronavirus, la nueva distribución del poder entre los países
y el futuro mercado laboral, entre otros temas
Por Pablo Duer

Yuval Harari (Nicolás Stulberg)


Yuval Noah Harari no es solo un historiador israelí de 44 años. Tampoco
es solo un filósofo, un profesor o un reconocido escritor. Es uno de los
pensadores más destacados del siglo XXI y sus opiniones han influido a
algunos de los líderes mundiales más importantes. Barack Obama, Bill
Gates, Emmanuel Macron, Mark Zuckerberg o Angela Merkel están en
la lista de quienes le han consultado o expresado su admiración por su
análisis de la sociedad.

Sus opiniones, difundidas en su exitosa trilogía Sapiens: De animales a


dioses; Homo Deus: Breve historia del mañana y 21 lecciones para el
siglo XXI, abarcan desde los temas más globales, como por qué los
humanos dominamos el mundo, hasta los más específicos, como el
impacto de algoritmos computacionales en nuestro futuro.

Tras repasar, literalmente, toda la historia de la humanidad en Sapiens,


publicado en 2014 y que vendió más de 13 millones de copias, en la
actualidad se dedica al análisis del presente y, sobre todo, del futuro.

Los peligros de la injerencia de estados y corporaciones en la esfera


privada a través de la tecnología, el futuro del empleo, un sistema de renta
básica universal y las posibles consecuencias de la ingeniería genética en
la desigualdad son algunos de los temas sobre los que conversó desde su
residencia en el moshav Mesilat Zion (entre Tel Aviv y Jerusalén), donde
asegura estar trabajando “más que nunca antes” a causa de la pandemia.

- ¿Cuáles serán los efectos más importantes de la crisis del


coronavirus?

- Creo que es importante entender que estamos reescribiendo las reglas


del juego. Del juego económico y político, todo está en juego. Estamos
presenciando muchos experimentos en millones de personas, como en
Estados Unidos, que va a implementar la renta básica universal dando
dinero a todos sus ciudadanos durante la crisis. Ya se pensó en eso antes
pero nadie lo hizo a esta escala y no sabemos cuáles serán las
consecuencias. Subrayaría dos elementos principales: primero, que no hay
nada predeterminado en la manera de lidiar con esta crisis y que hay
muchas opciones, no una sola y, segundo, que las decisiones que
tomemos tendrán un impacto durante años y décadas y
reconfigurarán el planeta. Mi principal preocupación es que, debido a
consideraciones cortoplacistas, la gente tome decisiones equivocadas
como, por ejemplo, lidiar con la crisis implantando regímenes autoritarios o
incluso totalitarios, en lugar de empoderar a los ciudadanos. O que países
opten por el aislacionismo y persigan intereses nacionalistas, algo que
tendría consecuencias terribles para el mundo al terminar la crisis. Lo que
elijamos en el próximo mes o dos cambiará el mundo durante años o
incluso décadas.

Nicolás Stulberg 162


- ¿Qué cambios geopolíticos pueden surgir?

- Creo que hay algo importante y es ver si logramos lidiar con esto unidos
como humanidad. Por ejemplo, estableciendo un sistema global de
producción y distribución de equipamiento médico, donde países
empleen recursos para producir respiradores y medicamentos y
luego los distribuyan de manera justa, en lugar de que los países
ricos monopolicen los recursos y no quede nada para los pobres. Si
logramos hacer esto, podría dejar un legado de solidaridad, confianza y
cooperación que nos ayudaría a lidiar con muchas otras crisis en el futuro.
Pero si termina predominando una competición egoísta y nacionalista entre
países para conseguir todo lo posible para sí mismos sin importar los
demás, dañando la eficiencia en la producción y resultando en una
distribución no equitativa de los equipamientos, esto dejaría un legado
tóxico, algo que podría afectar a las relaciones internacionales muchos
años.

- ¿Y cómo quedará la distribución de poder entre países?

- Algo muy llamativo es cómo Estados Unidos, desde que comenzó el


Gobierno de Donald Trump, ha abandonado completamente su rol de
liderazgo en el mundo respeto a crisis previas, como la epidemia de ébola
o la crisis financiera del 2008, donde lideró un esfuerzo junto a otros
países y evitaron un desenlace peor. Pero en esta crisis, cuando empezó,
Estados Unidos se desentendió completamente y no hizo nada. Cuando se
expandió del este de Asia a más y más áreas, al principio negó que
hubiera un problema e incluso ahora, cuando finalmente lo reconoce, sigue
sin tomar un rol de liderazgo y continúa con su política de “América
primero”. Solo que ahora es América primero en infecciones. Estados
Unidos básicamente ha abandonado su papel de líder global y ha
dejado un vacío que otros países están tratando de llenar, como
Alemania, que está haciendo un trabajo impresionante. Después de
mostrar dudas en su reacción inicial, ahora está tratando de adoptar una
posición de liderazgo responsable, no solo económicamente, sino también
enviando ayuda y recibiendo pacientes de otros países para ayudarlos con
la crisis, y esto es algo muy alentador. También vemos que China envía
ayuda, equipos de expertos y equipamientos médicos a países en todo el
mundo. Mucha gente los acusa de explotar esta situación pero creo que es
injusto, porque esto es lo que realmente necesitamos en este momento,
que los países se ayuden entre sí. Y si hay una motivación política, ¿qué
importa?.

- ¿Son instituciones como la Unión Europea o Naciones Unidas lo


suficientemente fuertes para liderar la lucha contra la pandemia?

- En los últimos años el poder de estas organizaciones ha sido debilitado


por el crecimiento de de políticas aislacionistas y populistas, y muchos
países que antes eran los principales pilares del multilateralismo y el orden
internacional, especialmente Estados Unidos y Gran Bretaña, han
renunciado a ese papel. Ahora nosotros estamos pagando el precio, en un
momento de crisis, cuando necesitamos cooperación global más que
nunca, las organizaciones internacionales son relativamente débiles. No sé
qué va a pasar, pero espero que la gente se dé cuenta con la crisis del
error que hemos cometido al debilitar la solidaridad y cooperación
internacional, y que al final de esta crisis salgamos con organizaciones
internacionales más fuertes y con una profundización de la solidaridad
global que nos ayudará a lidiar no solo con esta crisis, sino con otras en el
futuro.

- ¿Qué cree que pasará con el mercado laboral una vez que esto
termine?

- Creo que hay dos posibles impactos principales. Primero, el mercado


laboral se va a reestructurar, porque estamos teniendo un
experimento masivo de trabajar desde casa y el resultado de esto va
a modificar la economía del futuro. Muchas cosas en que la gente pensó
pero que nunca se intentaron, como por ejemplo la enseñanza universitaria
por internet, que se están experimentando ahora. Si las universidades se
dan cuenta de que pueden enseñar por internet, una vez que termine la
crisis, aunque muchos cursos vuelvan a la normalidad, otros se seguirán
impartiendo online, lo que significa que pueden contratar personas en otros
países para dar clases, algo que podría cambiar el mercado laboral
académico, por ejemplo, con universidades europeas contratando
profesores de India, que les serían mucho más baratos y podrían enseñar
de forma virtual. Es solo un ejemplo de lo que podría pasar en muchas
más industrias. Otro posible impacto es la aceleración de la
automatización y la implementación de robots, inteligencia artificial y
aprendizaje automático en trabajos que hasta ahora eran hechos por
humanos. Lo que está pasando ahora en la crisis es que hay mucha
presión en muchas industrias para reemplazar a los humanos. Sí un
trabajo puede ser hecho por un robot, aunque el robot no sea tan bueno
como el humano, en este momento es mucho más conveniente porque no
se pueden contagiar. Entonces, si hay una fábrica que tiene solo robots y
una fábrica que tiene solo humanos, la fábrica humana, aunque sea un
poco mejor en producción, ahora está cerrada por la cuarentena y el miedo
al contagio, algo que podría significar un estímulo inmenso para que
muchas compañías experimenten con un sistema de producción
automatizado. El tema es que cuando la crisis se termine, difícilmente
volveremos a donde estábamos antes. Hay muchas industrias que
podrían atravesar un proceso de rápida automatización, sobre el que
se viene hablando mucho en los últimos años y que, mientras que en
condiciones normales podría haber tomado 10 o 20 años, por esta
epidemia ahora tomará solo dos o tres meses.
Yuval Noah Harari, el israelí escribió dos best seller de fama
mundial: “Homo Sapiens” y “Homo Deus”. Este último es un libro
transhumanista que lo convirtió en el pensador de cabecera del
Mark Zuckerberg.

- Si sucede así de rápido, podría tener consecuencias devastadoras


para los trabajadores.

- Sí, y actualmente la pandemia está centrada en los países más ricos del
mundo, como en Europa, Estados Unidos, antes en China, Corea del Sur o
Japón. Pero en el largo plazo, la peor de las crisis se sufrirá en los países
pobres. Ahora no hablamos mucho sobre lo que pasa en América del Sur,
en África o en el Sudeste Asiático, pero tanto la epidemia en sí como la
crisis económica probablemente golpearán a los países pobres y en
desarrollo mucho más que los países ricos. Y si el sistema de salud de
un país como España tiene dificultades lidiando con esta crisis, piensa lo
que puede pasar cuando la epidemia se extienda a países como Perú,
Bangladesh o Sudáfrica. El mayor número de muertos, probablemente,
será en estos países, no en Europa o Estados Unidos. Lo mismo con la
crisis económica, ahora la vemos en Europa, el este de Asia o América del
Norte, pero en última instancia estas áreas podrán sobrevivir mediante
salvamentos económicos como el que está implementando EE.UU. e,
incluso, podrían beneficiarse a largo plazo mediante procesos como la
automatización. Pero si pensamos en los países pobres o en vías de
desarrollo, que no tienen estas capacidades económicas y que
probablemente también experimentarán estos procesos de automatización,
muchos podrían colapsar totalmente económica y políticamente. Por
eso creo que es necesario una red de contención global para
ayudarlos a enfrentar las consecuencias económicas de la epidemia.

- ¿Qué elementos positivos se pueden extraer de la situación actual?

- Más allá del entendimiento de la necesidad de mayor solidaridad global,


creo que esta crisis podría enseñarnos a enfrentar de manera más efectiva
otros problemas globales, como el cambio climático. En los últimos años
se habló mucho sobre el peligro de una epidemia y gobiernos y
ciudadanos no invirtieron esfuerzos suficientes para prepararse, porque
siempre es más fácil enfocarse en las preocupaciones inmediatas que en
peligros futuros. Pero ahora nos damos cuenta de que fue un error enorme
no prepararnos para esta eventualidad, y espero que aprendamos la
lección en relación al cambio climático: que es mejor invertir dinero ahora
para evitar el peor escenario, que esperar a que la crisis nos golpee y sea
demasiado tarde. Otra lección positiva es la importancia de la educación
científica y la confianza en la ciencia y en sus expertos. En los últimos
años vimos un crecimiento de los populismos, con políticos socavando la
confianza de la gente en la ciencia, pintando a los expertos como una élite
desconectada de la gente a la que no debemos escuchar. Ahora
entendemos la inmensa importancia de escuchar a estos expertos,
que nos digan qué está pasando y qué debemos hacer.

Fuente: Efe

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