Género-Materia Penal
Género-Materia Penal
Género-Materia Penal
Expediente: 04-
014928-0042-PE
Fecha:
28/09/2007 Hora:
10:05:00 AM
Emitido por:
Tribunal Casación
Penal
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Protección a la víctima • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
en el proceso penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Protección al testigo en • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
el proceso penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Principio de defensa en • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
materia penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Inexistencia de quebranto
• Prueba testimonial en • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
materia penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Derechos de la mujer • Delitos sexuales
• Deber de observar la normativa de protección a la
mujer cuando declara como víctima
• Derechos humanos • Deber de observar la normativa de protección a la
mujer cuando declara como víctima de delitos
sexuales
• Proceso penal • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
mayores de edad sin la presencia del imputado
• Violación • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
mayores de edad sin la presencia del imputado
• Delitos sexuales • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
mayores de edad sin la presencia del imputado
Extracto 2
Descriptores Restrictores
• Protección a la víctima • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
en el proceso penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Protección al testigo en • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
el proceso penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Principio de defensa en • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
materia penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Inexistencia de quebranto
• Prueba testimonial en • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
materia penal mayores de edad sin la presencia del imputado
• Derechos de la mujer • Delitos sexuales
• Deber de observar la normativa de protección a
la mujer cuando declara como víctima
• Derechos humanos • Deber de observar la normativa de protección a
la mujer cuando declara como víctima de delitos
sexuales
• Proceso penal • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
mayores de edad sin la presencia del imputado
• Violación • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
mayores de edad sin la presencia del imputado
• Delitos sexuales • Posibilidad de recibir el testimonio de personas
mayores de edad sin la presencia del imputado
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Protección a la • Posibilidad de recibir el testimonio de personas mayores
víctima en el proceso de edad sin la presencia del imputado, como medida
penal preventiva, en casos de violencia doméstica, amenazas o
soborno
• Deber de observar la normativa internacional de
protección a la mujer
• Tutela de la dignidad humana e integridad física,
psicológica y moral, según criterios de razonabilidad y
proporcionalidad
• Principio de • Análisis con respecto a la aplicación de medidas de
defensa en materia protección a la víctima y los testigos
penal
• Protección al • Posibilidad de recibir el testimonio de personas mayores
testigo en el proceso de edad sin la presencia del imputado, como medida
penal preventiva, en casos de violencia doméstica, amenazas o
soborno
• Deber de observar la normativa internacional de
protección a la mujer
• Tutela de la dignidad humana e integridad física,
psicológica y moral, según criterios de razonabilidad y
proporcionalidad
• Prueba testimonial • Posibilidad de recibir el testimonio de personas mayores
en materia penal de edad sin la presencia del imputado, como medida
preventiva, en casos de violencia doméstica, amenazas o
soborno
• Tutela de la dignidad humana e integridad física,
psicológica y moral, según criterios de razonabilidad y
proporcionalidad
• Derechos de la • Juez penal debe observar la normativa internacional de
mujer protección a la mujer cuando declara como víctima
• Derechos humanos • Juez penal debe tutelar la dignidad humana e integridad
física, psicológica y moral de los deponentes, según
criterios de razonabilidad y proporcionalidad
Texto del extracto
" I- En el primer motivo de queja, alega el defensor que el Tribunal vulneró el
principio de imparcialidad cuando ordenó recibir en el debate el testimonio de la
madre de la ofendida, sin que estuviera presente el imputado. Opina quien recurre
que tal situación constituyó un adelanto de criterio, ya que los jueces actuaron de
oficio y basándose para ello en lo que recién había declarado la víctima menor de
edad, la que se refirió a supuestos actos de violencia doméstica que ambas sufrían
en su núcleo familiar y provocados por el justiciable. De este modo, añade el
quejoso, el a quo emitió un juicio sobre la credibilidad de la joven y sobre un punto
que revestía interés para decidir, en tanto el Ministerio Público acusó que fue en
ese ámbito de violencia doméstica en el que tuvieron lugar los delitos. El reparo es
improcedente : En efecto, para resolver el tema planteado es preciso analizar dos
puntos específicos estrechamente relacionados. El primero se refiere a la posibilidad
de que se reciba, sin la presencia visible del imputado en la sala de debates, el
testimonio de personas mayores de edad que no sean víctimas directas del delito
que se investiga. Sobre esto, la Sala, en sentencia No. 1226-01, de 9:50 horas de
14 de diciembre de 2001, señaló: “ El artículo 8.1.f) de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos establece, como una de las garantías mínimas de toda
persona inculpada de delito el “... derecho de la defensa de interrogar a los testigos
presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de
otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos”. En similares términos, el
artículo 14.3.e) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone que
el imputado tiene derecho “A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y
a obtener la comparecencia de los testigos de descargo y que éstos sean
interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo”. Si bien el
derecho del imputado a escuchar y ser partícipe activo en la producción de la
prueba constituye una garantía fundamental, en supuestos excepcionalmente
calificados se admite que ese derecho pueda ser restringido, en procura de tutelar
otros bienes jurídicos de rango constitucional. También se obtiene de las normas
antes citadas que los instrumentos internacionales sobre derechos humanos no
excluyen esa posibilidad, siempre que en ningún caso se restrinja la defensa
técnica. La Sala Constitucional en el voto No. 3020-96 de 11,48 horas de 9 de junio
de 1995 señaló: “... conforme a lo expuesto en la sentencia 1739-92 de las once
horas y cuarenta y cinco minutos del primero de julio de mil novecientos noventa y
dos, el imputado tiene derecho a ser asistido por un defensor letrado, o a defenderse
personalmente y que sea cual sea el método que escoja, ese derecho implica el
irrestricto acceso a las probanzas y actos, siendo procedentes sólo aquellas
restricciones indispensables para impedir el entorpecimiento de la averiguación de la
verdad real de los hechos. También ha señalado esta Sala que no toda nulidad
conlleva una violación al debido proceso sino sólo aquellas que causen un grave
perjuicio a los intereses de la defensa. En ese sentido se estima que si bien la
adecuada defensa y representación en todo momento, es un elemento integrante del
debido proceso, al haber puesto el Tribunal en conocimiento inmediato al imputado de
lo declarado por el co-imputado, según consta en el acta de debate, quedando
informado de todo lo declarado con oportunidad de repreguntar, derecho éste que se
le reconoció y no ejerció, según consta en el acta de debate (tomo II, folio 749), no se
causó una lesión al principio en análisis, pues si bien se le perturbó su ejercicio, el
Tribunal reconoció una forma eficaz para su respeto, lo que no fue protestado
oportunamente por el interesado; el juez como equilibrador del proceso, le dio acceso
pleno e irrestricto a la información e incluso oportunidad de ejercer su defensa sobre
ese acto a través de la repregunta. Desde luego que, como lo hace notar la Sala de
Casación en el Considerando X del fallo, el Tribunal sentenciador pudo emplear otros
criterios en el debate que no causaran la perturbación que ahora se protesta, al
ejercicio de la defensa, como sería llamar primero a declarar al acusado ..., o aún
permitirle su permanencia e intervención en la audiencia al momento de tomarse la
declaración al co-imputado..., pero -como ya se dijo-, al no haberlo hecho así no se
produce nulidad de lo actuado pues la afectación o perturbación al ejercicio de la
defensa no fue de tal magnitud que afectara ese derecho causando indefensión”.
También esta Sala ha admitido, en casos excepcionales que se aleje al imputado de la
audiencia temporalmente para garantizar la seguridad física y psicológica de los
declarantes, siempre que concurran elementos de convicción que evidencien que
existe el riesgo de algún serio menoscabo (cfr. votos No. 1043-97 de 14,35 horas de
30 de setiembre y No. 1474-97 de 8,40 horas de 23 de diciembre, ambas de 1997;
así como el No. 483-01 de 9,15 horas de 25 de mayo de 2001). En el presente caso,
consta del acta de debate y de las razones expuestas en el propio fallo que se evacuó
en forma privada y sin la presencia del justiciable (aunque sí de la defensora) el
testimonio de la ofendida atendiendo a las recomendaciones del psiquiatra forense,
quien hizo ver la necesidad de no someterla a nuevos interrogatorios a fin de evitarle
una crisis de agresividad, tomando en cuenta que padece retardo mental (cfr. folios
33 y 68). El a quo, conforme se aprecia, no omitió evacuar el testimonio (cual lo
recomendaba el médico), sino que dispuso recibirlo en las condiciones que se vienen
exponiendo y de igual manera se escuchó la declaración de la testigo A.S.M, en virtud
de que los juzgadores observaron su “estado de nerviosismo” cuando se le requirió en
la sala de debates: reaccionó con llantos y gritos y expuso que deseaba declarar
pero sin la presencia del justiciable, pues este último “... con la señora madre la había
mandado a amenazar...” (folio 69). Estima la Sala que las razones que cita el a quo,
considerando además la naturaleza de los hechos que se investigan (delitos de
violación) y la circunstancia de que tanto la víctima como la testigo A. son hermanas
del acusado, justifican plenamente la medida de recibir sus declaraciones en privado y
sin que tuviesen contacto visual con el encartado. Aun cuando el artículo 212 del
Código Procesal Penal solo se refiere a la posibilidad de practicar este tipo de pruebas
especiales en privado (es decir, en ausencia del público, dentro del cual no se incluye
obviamente al imputado), es criterio de la Sala que este puede ser alejado de la
audiencia cuando se atiende al valor de los bienes jurídicos en conflicto, así como con
base en diversas normas jurídicas de jerarquía supralegal que ordenan ponderar los
intereses de ciertos grupos de personas. Así ocurre con los menores de edad, respecto
de los cuales y en virtud de normas positivas tanto de derecho interno como a través
de instrumentos internacionales, se establece la prevalencia de su interés superior. En
la especie, aunque las declarantes son mayores de edad, ha de recurrirse a las
previsiones de la Convención para erradicar la violencia contra la mujer, introducida al
derecho costarricense por ley No. 7499 de 2 de mayo de 1995 que, entre otras cosas,
dispone: “Artículo 2: Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia
física, sexual y psicológica: a) que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica
o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya
compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación,
maltrato y abuso sexual...” ; “Artículo3: Toda mujer tiene derecho a una vida libre de
violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”; “Artículo 4: Toda mujer
tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos
humanos y a las libertades consagradas por los instrumentos regionales e
internacionales sobre derechos humanos. Estos derechos comprenden, entre otros: ...
b) el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral; c) el derecho a la
libertad y a la seguridad personales; d) el derecho a no ser sometida a torturas; e) el
derecho a que se respete la dignidad inherente a su persona y que se proteja a su
familia; f) el derecho a igualdad de protección ante la ley y de la ley; g) el derecho a
un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos...”; “Artículo 7: Los Estados partes condenan todas las
formas de violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios
apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha
violencia y en llevar a cabo lo siguiente: a) abstenerse de cualquier acción o práctica
de violencia contra la mujer y velar porque las autoridades, sus funcionarios, personal
y agentes e instituciones se comporten de conformidad con esta obligación; ... f)
establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido
sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio
oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos”. Es evidente que el disponer, en
un caso como el que aquí se examina, que las testigos declararan en ausencia del
justiciable, constituye una medida encaminada a proteger de manera primordial la
integridad física, psicológica y moral de las deponentes, atendiendo a las particulares
circunstancias que se observan (ligamen consanguíneo, probabilidad de inducir graves
crisis de agresividad en la víctima, existencia de amenazas por parte del acusado
contra la otra testigo). Desde luego, normalmente será posible establecer un justo
equilibrio entre los valores y derechos en conflicto, de modo que todos puedan ser
satisfechos con un mínimo sacrificio y a ello deben dirigirse los esfuerzos de los
juzgadores que en esto, como respecto de otros actos, han de buscar un sano balance
y de ello deberá tomar nota el a quo en lo sucesivo. Así, será preciso que al aplicar
estas medidas de estricto carácter excepcional , los jueces recurran a técnicas que
en cuanto sea posible, impidan el contacto físico y visual entre el declarante y el
acusado, pero permitan a este escuchar el testimonio y mantener algún tipo de
comunicación con su defensor técnico; o incluso utilizar dispositivos que distorsionen
la voz, si lo pretendido es proteger la real identidad física del deponente que podría
ser identificado por ese medio; y sin perjuicio del alejamiento completo de la
audiencia si el justiciable ejecuta conductas que ameriten adoptar ese tipo de acciones
disciplinarias (por ejemplo: si profiere amenazas contra el testigo mientras este se
halla en la sala), lo que en todo caso conviene se le advierta de previo al acusado ...”.
Las reflexiones anteriores son aplicables en el presente caso y permiten rechazar
parte del alegato de la defensa, que cuestiona la actuación oficiosa de los Jueces.
Conforme se lee en la sentencia recién transcrita, la Convención para erradicar la
violencia contra la mujer obliga al Estado costarricense y a todos los funcionarios
públicos a adoptar, en el ámbito de sus tareas y competencias, las medidas que
correspondan para eliminar ese fenómeno y proteger a la persona contra cualquiera
de sus diversas manifestaciones. Los Jueces en el proceso penal y en su labor de
administrar Justicia están llamados a velar y proteger no solo los derechos
constitucionales y legales del imputado, sino los de todas las personas que
intervengan, incluidos, desde luego, los de los testigos, ofendidos y denunciantes,
aunque no sean formalmente partes en el procedimiento. Desde luego, el justiciable,
como sujeto esencial y afectado de manera directa por las investigaciones dirigidas en
su contra, está rodeado de una gran variedad de derechos y garantías, pero esto no
significa que quienes concurran a rendir testimonio sean simples instrumentos para la
averiguación de la verdad, despojados de derechos y carentes de toda protección. Al
contrario, se reitera, es un deber inherente a la tarea jurisdiccional, la tutela de la
dignidad humana y de la integridad física, psicológica y moral de todas las personas
que deban comparecer ante los juzgadores en cualquier condición (imputados,
ofendidos, testigos e incluso la defensa, el acusador u otras partes), adoptando las
medidas que sean necesarias, razonables y proporcionadas para asegurar ese
respeto. Desde este punto de vista, es indudable que los tribunales sí pueden
proceder de oficio en esas hipótesis y lo harán no en ejercicio de una facultad, sino de
una potestad (poder-deber) que se deriva de la misión constitucional que tienen
encomendada de proteger los derechos fundamentales de los habitantes. En el caso
de mujeres sometidas a violencia doméstica, se cuenta además con disposiciones
supralegales expresas que obligan a dotarlas de medidas de protección y no cabe
duda que recibir su testimonio sin la presencia visible del acusado (presunto agresor),
es una acción protectora que se encamina a resguardar la integridad física, psicológica
y moral de la declarante y, además, desde otra perspectiva, pretende asegurar la
pureza de una prueba de la que, según se tiene noticia, ha estado sometida a actos
de agresividad e intimidación rutinaria. Por lo demás, ningún agravio se produjo al
encartado, quien permaneció en un sitio desde el cual podía escuchar el testimonio y
mantuvo contacto con su defensor para gestionar las preguntas que estimase
pertinentes. El segundo aspecto del reclamo cuestiona las motivaciones que tuvo el
Tribunal para disponer la medida protectora, ya que se basaron en la declaración que
recién había dado la ofendida, informando que tanto ella como su madre fueron
víctimas de la violencia doméstica que protagonizaba el acusado. Entiende la defensa
que, con ello, los jueces adelantaron criterio, pues otorgaron crédito al dicho de la
menor de edad. La Sala no comparte esta opinión. Las medidas protectoras del tipo
que se examina, encuentran su fundamento en un juicio de probabilidad que, a su
vez, debe sustentarse en elementos de convicción que señalen la necesidad de
proteger la dignidad y la integridad del testigo. Cuando los jueces acogen la
recomendación del psicólogo o del psiquiatra forenses de que una persona no declare
en presencia del imputado, no significa que estén adelantando criterio y reconociendo
como ciertas todas las conclusiones plasmadas en el dictamen (incluida, por ejemplo,
la de que existen secuelas que pueden asociarse con el hecho ilícito acusado). Es
obvio que ningún motivo lógico puede llevar a razonar de esta forma y, al contrario,
asumir tal propuesta obedecería a una simple falacia. Lo que los juzgadores hacen es
formular un juicio de probabilidad, no sobre los hechos que se investigan , sino en
torno de las posibilidades de que se provoquen serios menoscabos psicológicos al
testigo o de que se ponga en peligro su integridad física o moral. Si al final los jueces
encuentran que el testimonio no es creíble, que en realidad nunca existió peligro
alguno para el declarante (porque faltó a la verdad o inventó los hechos) o resulta
clara la inocencia del acusado, ningún vínculo existe entre la decisión inicialmente
acordada sobre la conducción del debate , adoptando medidas protectoras, y la que
resuelva el fondo del asunto, pues sus fundamentos y sus finalidades son
notoriamente distintos. Las medidas dichas son de naturaleza claramente preventiva,
no requieren una declaratoria judicial previa (v. gr.: una que establezca que en
verdad existió violencia doméstica, amenazas o sobornos) y pueden acordarse a partir
de noticias o sospechas fundadas que brinden un soporte razonable al juicio de
probabilidad. En el caso bajo examen, la ofendida declaró e informó de los maltratos y
agresiones que, según ella, sufría toda la familia, incluida su madre. Esto movió al a
quo a ordenar que la recepción del testimonio de la última se recibiera sin la presencia
visible del encartado, pero lo hizo, no porque adelantara criterio y estimara que los
hechos denunciados ocurrieron (como dice entenderlo el defensor), ya que sobre eso
no se emitió juicio alguno, sino porque la declaración daba noticia suficiente (que
podría ser cierta o no) de la existencia de acciones que ameritaban tomar medidas
concretas sobre la forma en que debía realizarse el debate. La única diferencia entre
lo sucedido aquí y el ejemplo expuesto líneas atrás, radica en la diversa naturaleza de
la fuente de la que se derivó la probabilidad (en un caso, el dictamen y en el otro, un
testimonio), pero en ninguno de ellos implica un juicio acerca del fondo del asunto,
sino sobre la necesidad de acordar medidas protectoras y preventivas ante el evento
de causar serios menoscabos al testigo que declarará y asegurar la pureza de la
prueba, del mismo modo que podría haberse hecho si se tiene noticia, por testimonios
anteriores, de que un próximo declarante ha sido amenazado o ha recibido sobornos
para que falte a la verdad. En estas hipótesis, la falta de solicitud del Ministerio
Público no releva al tribunal de su deber de tutela y protección de los testigos ni
significa que al adoptar las medidas se adelante criterio sobre lo que se resolverá, ya
no sobre la manera de conducir el debate, sino en torno del fondo del asunto. Aun
más, si, como lo sostiene la defensa, el tema de la violencia doméstica era en
extremo relevante y formaba parte de la acusación, esto sería noticia suficiente para
que los jueces dispusieran las acciones protectoras y preventivas necesarias a fin de
evitar que ese fenómeno negativo acusado llegara a causar distorsiones en el juicio,
reproduciéndose allí sus factores de intimidación, pues el debate ha de propiciar que
los testigos declaren con la mayor libertad y seguridad. Por otra parte, resulta
evidente que si para acordar ese tipo de medidas fuese preciso evacuar toda la
prueba (como lo aduce el defensor), ningún sentido tendría, pues ya el testigo habría
declarado y si lo que se intenta sugerir es que debieron recibirse otros testimonios
antes de decidir el punto, la propuesta sería igualmente ilógica, dado que significaría,
siguiendo los razonamientos de quien impugna, que el tribunal reconoció pleno crédito
a todas las anteriores probanzas y, por ende, también habría adelantado criterio. Lo
anterior pone de relieve la inconsistencia de las argumentaciones planteadas, ya que
implicarían que los jueces nunca podrían ordenar medidas protectoras como las que
se examina, a menos de que las solicitasen las partes. Sin embargo, amén de que
este aserto tropieza con el deber legal de los jueces de tutelar los derechos
constitucionales y legales de todas las personas, olvida que aun en esa hipótesis el
Tribunal debe hacer un análisis de la solicitud para determinar si concurren los
presupuestos que harían procedentes las medidas (juicio de probabilidad) y aquí, de
nuevo, tendría el quejoso que entender que hubo un adelanto de criterio porque los
datos en los que se basan los jueces son, por definición, de carácter probatorio. Dicho
con otras palabras, si es al Tribunal y no a las partes a quien compete decidir si se
adoptarán medidas protectoras de algún testigo, siempre y necesariamente habrá de
hacer un examen de la solicitud y de la razonabilidad de sus fundamentos
(probatorios), pero nada de ello prejuzgará sobre la credibilidad del dicho del testigo
protegido o la de la fuente misma en que se basó el acuerdo de protegerlo, al
momento de dictar la sentencia. Vale señalar, finalmente, que cuando C.Z. fue
llamada en efecto al debate, corroboró su deseo de que el justiciable no presenciara
su testimonio Así las cosas, se desestima la protesta."
Sentencia: 01559
Expediente: 05-
010312-0042-PE
Fecha:
10/12/2007 Hora:
2:00:00 PM
Emitido por:
Tribunal Casación
Penal
Extracto 2
Descriptores Restrictores
• Principio de irretroactividad • Violación de excónyuge
de la ley penal • Consideraciones acerca del ámbito de cobertura
de la ley de penalización de la violencia contra las
mujeres
• Violencia por razones de • Violación de excónyuge
sexo • Consideraciones acerca del ámbito de cobertura
de la ley de penalización de la violencia contra las
mujeres
• Violación • Imputado que solicita la aplicación del principio
de irretroactividad
• Consideraciones acerca del ámbito de cobertura
de la ley de penalización de la violencia contra las
mujeres
• Ley de penalización de la • Consideraciones acerca de su ámbito de
violencia contra las mujeres cobertura
Texto del extracto
“ III .- Que en el único motivo por el fondo , alega el recurrente la inobservancia e
inaplicación de los numerales 1, 2, 9 y 10 de la Ley de Penalización de la violencia
contra las mujeres y el numeral 369 del Código Procesal penal. Indica que los hechos
acreditados constituyen una violación en el marco de una relación de pareja por lo que a
ellos les debe ser aplicada aquella normativa que si bien no estaba vigente al momento
de los hechos, sí resulta más beneficiosa para el encartado desde que contempla la
posibilidad de sanciones alternas a la prisión las que, sin duda, son más favorables para
el encartado. El motivo debe ser rechazado. El artículo 34 de la Constitución Política
establece el principio de irretroactividad de las leyes al indicar: « A ninguna ley se le
dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna, o de sus derechos patrimoniales
adquiridos o de situaciones jurídicas consolidadas. » que ha sido leído en sentido
contrario para interpretar que constitucionalmente es aceptable la aplicación retroactiva
en beneficio lo que, por lo demás, se encuentra en consonancia no sólo con lo
establecido expresamente, en materia penal sustantiva, por el artículo 12 del Código
Penal: « Si con posterioridad a la comisión de un hecho punible se promulgare una
nueva ley, aquel se regirá por la que sea más favorable al reo, en el caso particular que
se juzgue » sino, sobre todo (al tener un rango supra legal), con lo referido en los
instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos vigentes en Costa Rica
que refieren: « Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de
cometerse no fueran delictivos según el derecho nacional o internacional. Tampoco se
impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si
con posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la imposición de una pena
más leve, el delincuente se beneficiará de ello » (la negrilla no es del original, artículo
15.1º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aprobado por Ley Nº
4229 de 11 de diciembre de 1968); « Nadie puede ser condenado por acciones u
omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho
aplicable. Tampoco se puede imponer pena más grave que la aplicable en el momento
de la comisión del delito. Si con posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la
imposición de una pena más leve, el delincuente se beneficiará de ella » (la negrilla es
suplida, artículo 9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada por
Ley 4534 de 23 de febrero de 1970). De modo que aunque los hechos acusados, según
se verá, datan del año 2005 y la Ley de Penalización de la violencia contra las mujeres
Nº 8589 rige desde su publicación acaecida el treinta de mayo de 2007, es procedente
analizar -primero- si regulan los mismos supuestos de hecho y, en caso de ser así, si ésta
es más beneficiosa para el encartado.
"1- Desde el año 1997 hasta el año 2004, mientras el imputado LUIS
ANTONIO DELGADO MENA se encontraba casado con la ofendida M.
C. M. y vivían en Moravia , ambos procrearon a cuatro menores de
edad, siendo que durante todos estos años, la dinámica fue propia de
violencia intrafamiliar, toda vez que el imputado aprovechando su
condición de esposo procedió en reiteradas ocasiones a abusar
sexualmente de ella, obligándola a someterse a prácticas sexuales
rechazadas por la misma. Esta situación, provocó su separación a finales
del año 2004. 2- En el mes de febrero del 2005, la ofendida y el imputado
se divorciaron, no obstante, aquél continuaba visitando la vivienda de
ésta a fin de ver a sus hijos, y en razón de que tenían un negocio familiar;
sin embargo, el mismo continuaba con su conducta acosadora contra de
la integridad emocional de la agraviada, ya que le controlaba las salidas
y le revisaba su teléfono celular. 3- En fecha 17 de mayo del 2005 a las
doce horas, la ofendida M. C. M. se encontraba en su casa de
habitación, sita en San Jerónimo de Moravia , cuando se presentó el
imputado LUIS ANTONIO DELGADO MENA y le pidió un favor, a lo
cual, ella accedió; poco después, se presentó una discusión entre ambos
debido a un mensaje recibido por la misma en su teléfono celular de un
compañero de universidad, ante lo cual, el acusado se tornó violento. 4-
Fue así, como el mismo cerró la puerta del cuarto al tiempo que la
amenazaba con que uno de los dos no iba a salir vivo de ahí, y mediante
la utilización violencia física sobre ella, sujetándola fuertemente de los
brazos y en contra de su voluntad, procedió a satisfacer sus instintos
sexuales obligándola a mantener relaciones sexuales mediante su
reducción a la impotencia, introduciéndole el pene en la vagina . 5-
Posteriormente, le introdujo el pene en el ano y por lo último, se lo
introdujo en la boca hasta eyacular; no contento con esto, la obligó a
realizar poses eróticas frente a la cámara a fin de tomarle fotografías, a
lo que la ofendida accedió por miedo, ya que el imputado la amenazaba
con que si no se dejaba, le iba a ir mal." ( cfr .: folio 435).
Para resolver este motivo entonces, a diferencia del anterior, hay que determinar
(i) si al momento de los hechos acusados (no para la fecha del debate) existía entre
imputado y ofendida una relación de pareja, declarada o no y ( ii ) de ser así y resultar
aplicable la ley posterior, ésta es más beneficiosa para el encartado.
No obstante ello no implica que ésta normativa resulte más favorable para el
imputado ( ii ) . Nótese que la pena por esa conducta (de doce a dieciocho años) es
superior a la establecida en el artículo 156 del Código Penal (que, en abstracto, es de
diez a dieciséis años) que fue por el que se condenó al encartado aunque a éste, por las
razones apuntadas arriba, no se le sancionara con el extremo mínimo de la pena. En
principio, entonces, no habría razón alguna para aplicar la Ley de penalización contra la
violencia doméstica al presente caso no sólo porque, por haber ocurrido los hechos en el
año 2005, es decir, cuando la citada ley no estaba vigente, no se rigen por ella (artículos
11 del Código Penal) sino, además, porque el marco punitivo del Código Penal (tanto en
sus extremos mínimos como máximo) es menor que el establecido en la referida ley
que, por consiguiente, no resulta más beneficiosa para el encartado (artículo 12 del
Código Penal) no sólo por esa circunstancia sino porque, de haberse aplicado, habría
tenido que serlo en forma integral y no en partes (creándose, a gusto del impugnante,
una tercera legislación como resultado de usar las normas del Código Penal y sólo
parcialmente las de la Ley de Penalización de la violencia contra la mujer, lo que ya se
ha indicado que no es posible: ver al respecto el voto Nº 1042- 1999 de la Sala Tercera )
y ello habría implicado que, acreditada la conducta de la violación vaginal, anal y bucal
en las mismas coordenadas espacio-temporales, se habría tenido que analizar la
posibilidad de aplicar la agravante genérica de "ensañamiento" (artículo 8 inciso f de la
referida Ley Nº 8589) lo que posibilitaría que los jueces pudieran aumentar hasta en un
tercio la pena abstracta señalada por el tipo respectivo (lo que implicaría que una
violación con ensañamiento tenga un marco punitivo de dieciséis a veinticuatro años de
prisión). Sólo ante esos presupuestos -que, como se ha venido diciendo, no se dan en
este caso- es que el legislador estableció, en el artículo 11, la posibilidad de imponer
penas alternas a la prisión siempre que el imputado sea primario en materia de violencia
contra las mujeres (sin que, hasta donde se tiene conocimiento y a la fecha, el Registro
Judicial realice una caracterización de las condenas efectuadas a los fines de establecer
si proceden de este marco o no). Esas penas alternas pueden imponerse en la misma
sentencia siempre y cuando la sanción impuesta sea inferior a tres años de prisión,
o bien en la fase de ejecución de la sentencia una vez cumplida la mitad de la
condena (artículo 11 de la Ley N º 8589; artículos 454 y 458 inciso a del Código
Procesal Penal) y, obviamente, siempre y cuando no se esté en presencia de los
supuestos para otorgar la libertad condicional que se mantienen vigentes también para
primarios "genéricos" ante la mitad de cumplimiento de la sanción y con informe
positivo de las autoridades penitenciarias (artículos 64 del Código Penal y 44 de la Ley
de penalización de la violencia contra las mujeres). Empero, nada de ello se aplica a este
caso porque la legislación posterior es más perjudicial para el encartado. El alegato ha
de rechazarse en síntesis, no sólo porque el impugnante pretende extraer disposiciones
aisladas de esa ley en cuanto le favorezcan sin aplicarla en su integridad -que lo
perjudicarían por los marcos punitivos más amplios y por la agravante genérica- sino
porque, además, aunque hipotéticamente fuera aplicable (que no lo es) la discusión de
ello tendría que darse en la fase de ejecución una vez cumplida la mitad de la condena y
no sería un defecto de la sentencia de mérito.”
Sentencia: 01143
Expediente: 02-
201117-0412-PE
Fecha:
06/11/2003 Hora:
11:25:00 AM
Emitido por:
Tribunal Casación
Penal
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Desobediencia • Análisis sobre la fijación del extremo mayor de la
sanción al incumplir medidas de protección impuestas
en violencia doméstica
• Inaplicabilidad de la ejecución condicional de la pena
al tratarse de agresión intrafamiliar
• Mujer como víctima • Análisis sobre la fijación de la sanción por
desobediencia a la autoridad al incumplir medidas de
protección impuestas por violencia doméstica
• Inaplicabilidad de la ejecución condicional de la pena
al tratarse de agresión intrafamiliar
• Fundamentación de la • Análisis sobre la imposición del extremo mayor de la
pena sanción por desobediencia a la autoridad al incumplir
medidas de protección impuestas por violencia
doméstica
• Inaplicabilidad de la ejecución condicional de la pena
al tratarse de agresión intrafamiliar
• Beneficio de ejecución • Inaplicabilidad en caso de violencia intrafamiliar
condicional de la pena
• Medidas de protección • Análisis sobre la fijación de la sanción por
en violencia doméstica desobediencia a la autoridad en caso de incumplimiento
• Inaplicabilidad de la ejecución condicional de la pena
al tratarse de agresión intrafamiliar
• Violencia doméstica • Análisis sobre la fijación de la sanción por
desobediencia a la autoridad al incumplir medidas de
protección
• Inaplicabilidad de la ejecución condicional de la pena
• Fijación de la pena • Análisis sobre la imposición del extremo mayor de la
sanción por desobediencia a la autoridad al incumplir
medidas de protección impuestas por violencia
doméstica
• Inaplicabilidad de la ejecución condicional de la pena
al tratarse de agresión intrafamiliar
Texto del extracto
" II. Voto de los jueces Arce Víquez y Salazar Murillo .- Como único motivo
expresa el recurrente falta de fundamentación de la pena, violación de los artículos
142, 361, 363 inciso d) en relación con el 369 inciso e) del Código Procesal Penal,
artículos 1 y 71 del Código Penal y 39 y 41 de la Constitución Política. Refiere el
señor defensor que el juzgador no considera los criterios que establece el numeral
71 del Código Penal para la imposición de la sanción, que hay una indebida
fundamentación al ser influenciado el juzgador por la información de los medios de
comunicación sobre inseguridad y violencia intrafamiliar, para imponer una sanción
tan gravosa al encartado, de dos años de prisión, y negarle el beneficio de condena
de ejecución condicional de la pena, sin que realizara una valoración integral de la
dimensión real del hecho acontecido, que, en su criterio justificarían una menor
sanción, y no negar el beneficio indicado. Concluye el impugnante que no se motiva
cada uno se los extremos que considera la normativa.- ω El reclamo no es
atendible .- Los jueces que suscribimos este voto de mayoría consideramos que la
fundamentación de la sentencia en punto a la decisión adoptada por el a quo de no
conceder el beneficio de ejecución condicional de la pena y en relación a la fijación
de la pena es suficiente para justificarla razonablemente y permite comprobar que
no se trató de una decisión arbitraria o desproporcionada. Sobre esta cuestión, dice
el Considerando V de la sentencia impugnada. «... Conforme a las considerandos
indicados en la sentencia, el imputado es el autor responsable de dos delitos de
Desobediencia. El artículo 307 del Código penal sanciona a quien desobedece la
orden impartida por un funcionario público en el ejercicio de sus funciones; de
quince días a un año de prisión. La conducta del imputado según la descripción de
la prueba recibida en el contradictorio, determinó que en dos oportunidades el
justiciable desobedeciera ordenes legítimas de un juez de familia, que le habían
sido legalmente notificadas, empero sus acciones determinan que para cometer
esas desobediencias, desarrolló conductas violentas y peligrosas para la integridad
de la señora Hazel Marie Bewley, ya que en más de una ocasión la agredió
físicamente, utilizando en una ocasión un arma contusa, según lo que ella narró en
juicio (palo de escoba). Ameritó acudir al Hospital de Nicoya por las lesiones
sufridas. Es tan así que el aquí acusado cortó en más de una ocasión los tubos del
agua, cables de electricidad y cavó un hoyo o hueco, esto último presuntamente
para darle sepultura a la señora Hazel. En el presente caso para la imposición de la
pena dentro del extremo que señala el artículo 305, se tienen en cuenta los
lineamientos que marca el artículo 71 del Código Penal. El artículo 71 del Código
Penal establece los aspectos a valorar, conforme al grado de culpabilidad del
encartado en la realización de los hechos atribuidos. La sanción responde a los fines
políticamente asignados a esta, sin que ello signifique que el Tribunal realice tal
actividad, sino que aplicará los lineamientos fijados en abstracto por el legislador,
labor que consiste en cuantificar la pena. Es claro que la pena no debe trascender
de la persona del delincuente pues su finalidad es la readaptación social de los
condenados como acción rehabilitadora, de manera que debe representar una
decisión necesaria que cumpla con un doble papel: a) prevención especial e
individual en cuanto al condenado, evitando que vuelva a incurrir en actos
delictivos y a la vez recapacite sobre su proceder y b) prevención general como
conducta ejemplarizante socialmente hablando. Toda pena debe gravitar en torno a
la necesidad individual de castigo dentro de parámetros legales, aplicados en forma
casuística para el caso en concreto que debe reflejarse en la necesidad individual de
ella. En este caso, el infractor es una persona violenta, peligrosa, que no ha tenido
consideración alguna para con la administración de justicia, mostrando total
desprecio para el orden jurídico vigente, pero sobre todo su conducta es violenta y
peligros a para con la señora Hazel Marie Bewle, por lo que la sanción para sus
acciones debe ser la más fuerte que la ley penal prevé para este tipo de acciones,
pues el juicio de reproche por su acción es muy fuerte. Si bien se trata de un delito
contra la autoridad pública no puede perderse de vista que las desobediencias
cometidas se dan en el marco de una situación de violencia doméstica, situación
social grave que afecta seriamente a nuestra sociedad; la ley expresa que los
jueces de familia en situaciones de violencia doméstica están obligados a dictar
medidas de protección en favor de las víctima, esas medidas deben notificarse al
agresor, quien queda obligado a su cumplimiento so pena de ser encausado por el
delito de desobediencia. En el presente caso se cumplió el procedimiento que la ley
señala, mas el imputado prevenido hizo caso omiso de su deber legalmente exigido,
empero lo hizo en al menos dos oportunidades y agrediendo de forma física y
psicológica a la ofendida. El tribunal escoge el extremo mayor de la pena, que la ley
prevé, sea un año de prisión por cada delito, para un total de dos años de prisión.
La pena impuesta permite al tribunal en principio otorgar la condena de ejecución
condicional de la pena, sin embargo dadas las circunstancias que se han descrito en
que se sometieron los delitos de desobediencia, no considera el tribunal que al
imputado deba concedérsele la condena condicional. La ley señala requisitos para
que el juez otorgue ese tipo de condena, el artículo 60 de la ley establece que
deberá hacerse un análisis de la personalidad del condenado y su vida anterior al
delito; en el presente caso es claro que el condenado es un sujeto que ha
demostrado desprecio total por las normas de convivencia. Es por esta razón que
este Juzgador no procede a otorgarle el beneficio de ejecución condicional. Los
Tribunales de Justicia tienen una responsabilidad impuesta por el Estado cual es
velar porque conductas lesivas de bienes jurídicos tutelados encuentran reparo en
sanciones efectivas, y en este caso uno de ellos, máxime que la violencia
intrafamiliar cada día va en aumento, llegando hasta el extremo el darse homicidios
y suicidios. estima el Tribunal que resulta conveniente imponerle al encartado la
pena de UN AÑO DE PRISION POR CADA DELITO, PARA UN TOTAL DE DOS AÑOS
DE PRISION, atendiendo la magnitud del daño causado; nótese que la señora Hazel
Marie Bewley, teme por su vida, y el actuar del aquí acusado se ha convertido en
una amenaza constante para la señora Hazel. Además el imputado no se contenta
con dañar físicamente a la señora Marie Bewley, sino que disfruta dañándole su
patrimonio. L o anterior determina al Tribunal a apartarse del extremo menor de
quince días de prisión y procede imponerle el extremo mayor de de un año por
cada delito, tiempo suficiente para que el imputado en prisión reexamine su
actuación dañosa. Por lo anterior expuesto es que el imputado en prisión reexamine
su actuación dañosa. Por lo anterior expuesto es que este Tribunal, no procede a
otorgarle el beneficio de ejecución de la pena al aquí justiciable. Son las costas del
proceso a cargo del estado y firme la sentencia se ordena comunicar al Registro
Judicial de Delincuentes, Instituto de Criminología y Juez de ejecución de la pena »
(folios 260 a 263). Como se dijo al principio, las anteriores razones son suficientes
para justificar razonablemente la decisión adoptada por el a quo en punto a la
fijación de la pena y al rechazo del beneficio de ejecución condicional de la pena,
particularmente por la reprochable violencia con que el encartado se condujo en
contra de la ofendida. Téngase presente que la concesión de la condena de
ejecución condicional supone una serie de requisitos legales que cuya consideración
permita suponer razonablemente que el condenado se comportará correctamente
sin necesidad de ejecutar la pena, elementos que no se aprecian en la especie. Por
todo lo dicho se declara sin lugar el recurso.
Sentencia: 00924
Expediente: 06-
000436-0006-PE
Fecha:
27/08/2008 Hora:
10:50:00 AM
Emitido por: Sala
Tercera de la Corte
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Delitos sexuales • Análisis sobre los prejuicios que discriminan a la
mujer víctima de agresión sexual
• Violación • Análisis sobre los prejuicios que discriminan a la
mujer víctima de agresión sexual
• Mujer como víctima • Análisis sobre los prejuicios que la discriminan al
valorar la prueba en delitos sexuales
• Valoración de la prueba en • Análisis sobre los prejuicios que discriminan a la
materia penal mujer víctima de agresión sexual
• Discriminación por sexo • Análisis sobre los prejuicios a la mujer víctima de
delitos sexuales
Sentencia: 00225
Expediente: 06-
001625-0057-PE
Fecha:
22/05/2008 Hora:
3:30:00 PM
Emitido por:
Tribunal de
Casación Penal,
San Ramón
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Violación • Análisis sobre los prejuicios que discriminan a la
mujer víctima de agresión sexual
• Innecesario enfrentamiento físico de la ofendida para
demostrar la oposición, siendo suficientes las
manifestaciones verbales
• Fundamentación de la • Análisis sobre los prejuicios que discriminan a la
sentencia penal mujer víctima de agresión sexual
• Mujer como víctima • Análisis sobre los prejuicios que discriminan a la
mujer víctima de agresión sexual
• Discriminación por • Análisis sobre los prejuicios que discriminan a la
sexo mujer víctima de agresión sexual
Texto del extracto
“ II .- .Por las razones que se dirán, la queja es atendible . Al cumplir con una lectura
integral del voto de mayoría que se impugna, se logra advertir que el mismo incorpora
varios defectos de motivación que obligan a acoger la pretensión de nulidad que
formula la representante del Ministerio Público. Al respecto se debe indicar que, en
términos estructurales y a partir de una visión integral y de conjunto, el Tribunal de
instancia (por criterio de mayoría) decidió recalificar los hechos acusados al delito de
relaciones sexuales consentidas con persona menor de edad, lo cual se justificó en que
no se logró demostrar que en el acceso carnal haya mediado fuerza o intimidación, ni
tampoco que la víctima opusiera una resistencia seria al supuesto ataque sexual, sino
más bien que existió un consentimiento tácito de su parte. Esta sentencia se respaldó en
varios argumentos claramente diferenciables, percibiéndose en todos ellos la inaceptable
tendencia a juzgar, no la conducta del encartado, que es en realidad el verdadero objeto
de la investigación y del proceso, sino más bien aquella que cumplió (o " debió " haber
cumplido) la ofendida, todo ello a partir de supuestas reglas de la experiencia cuyo
sustento resulta muy dudoso y cuestionable, pues más bien se trataría de evidentes
prejuicios sociales y de género que deslegitiman por completo las conclusiones fácticas
a las que se arribó. Situaciones como la presente no resultan novedosas, pues incluso la
doctrina nacional ha tenido ocasión de analizarlas: "... Cuando el tema del dominio
masculino sobre la sexualidad de la mujer se traslada a las relaciones ocasionales o
pasajeras, por ejemplo un noviazgo o el contacto entre simples amigos, las ataduras no
suelen soltarse tan fácilmente. Los procesos por violación siguen siendo terreno fértil
para los prejuicios sobre la mujer que sale y se divierte, que tiene amigos y que le gusta
disfrutar ratos de esparcimiento en grupo. Eso es bueno para los hombres, pero no
para las mujeres. La Sala ha ido desatando las amarras de manera clara a lo largo de
los últimos años, por lo que puede afirmarse que con la integración actual, no se daría
entrada a consideraciones como las que es posible leer en el libelo del recurso de
casación en un caso de un sujeto que, condenado por violación, adujo en su defensa
que la ofendida había aceptado libremente tomar una cerveza con él, de manera que
haciendo cita de criterios jurisprudenciales del Tribunal Supremo Español, echó mano
de una “doctrina” sobre la aceptación –para la mujer- de las consecuencias de sus
actos, es decir, si acepta una cerveza de un hombre “se atiene a las consecuencias”...
Por fortuna , tales posiciones no tuvieron eco y al resolver el reclamo, la Sala
consideró: “[…] La aceptación de una cerveza por parte de una mujer a un hombre no
implica una renuncia a su libertad sexual. Es simplemente una aceptación de una
cerveza. Admitir lo contrario sería ir contra las reglas de la lógica, la sicología y la
experiencia. El indiciado no tenía ningún derecho, por ese solo hecho de acceder
carnalmente a la ofendida sin que ésta pudiera siquiera pronunciarse a favor o en
contra”. Esa línea de pensamiento es absolutamente concordante con la que ha
mantenido esta Sala en situaciones semejantes. Así se ha establecido que “la
circunstancia de que la ofendida haya aceptado en un inicio caricias y besos, no
desemboca necesariamente en la relación sexual”, menos cuando se efectuó por la
fuerza (Voto 318-F de 9:00 horas de 17 de julio de 1992) o que “de igual manera,
tampoco es atendible el argumento de que la ofendida consintió en el acceso carnal
puesto que acepta caminar de la mano del victimario, se dejó besar y trasladarse hasta
un sitio oscuro. A este respecto, el Tribunal ha sido totalmente claro en que aceptar dar
un paseo de la mano, ser besado o apartarse a lugar oscuro, no pueden interpretarse
como un consentimiento expreso para tener relaciones sexuales” (Voto 657-F de 8:55
horas del 10 de noviembre de 1995) […] ”... ". Ulloa Ramírez ( Helena ), " CASACIÓN
PENAL Y PERSPECTIVA DE GÉNERO: REPASO DE ALGUNOS PRECEDENTES
JURISPRUDENCIALES DE LA SALA TERCERA ", incluido en el libro " Derecho
Procesal Penal Costarricense ", San José , 2007. Asociación de Ciencias Penales de
Costa Rica. Colegio de Abogados, 1ª edición, páginas 625-672. […]” En lo que respecta
a este razonamiento, debe insistirse en la marcada y notoria inclinación del Tribunal en
venir a juzgar la conducta de la menor ofendida (como si ella fuese la imputada), la cual
analiza a partir de dudosos y cuestionables parámetros sociales que le permiten definir e
identificar cuál eran la supuesta reacción " esperable ", es decir, cuál era la conducta
material qué ella debió cumplir. Esto más bien permite vislumbrar que en realidad se
abordó el tema sobre la base de arraigados prejuicios, pues no existe ninguna razón para
que en tales condiciones el hombre deba asumir que, a pesar de las manifestaciones
claras, directas, expresas e inequívocas de que ella ya no quiere continuar con la
escalada amorosa que se ha venido dando y que hasta ese momento ha aceptado, la
mujer " en realidad " quiere ir más allá de eso. Tampoco existiría una regla de la
experiencia que, a efectos de establecer una negativa directa, determine que es necesario
un comportamiento más radical de la mujer, tal como una lucha o enfrentamiento físico,
según lo echa de menos el Tribunal. De acuerdo con lo anterior, y contrario al
razonamiento que expone el Tribunal de mérito, estos jueces de casación estiman que,
valorando las particularidades del caso, las manifestaciones verbales de una persona,
mediante las cuales de modo enfático, determinante, claro, directo, expreso e
inequívoco, le hace ver a otra su deseo de que le ponga fin a las acciones de
acercamiento sexual que se están desarrollando (y que hasta ese momento ha aceptado y
hasta correspondido), resultarían suficientes para que ésta entienda que aquella ya no
desea seguir adelante, y en consecuencia deba respetar esa decisión. Lo anterior implica
que, valorando las circunstancias particulares que se presenten en el caso (las
condiciones del lugar y de los sujetos involucrados, así como la dinámica del hecho) el
uso del lenguaje normalmente resultaría un medio idóneo y suficiente para que una
persona ejerza, frente a otra, su derecho a libertad sexual, sin necesidad de que
adicionalmente sus palabras tengan que ir acompañadas de acciones materiales violentas
como las que echa de menos el Tribunal de instancia, a saber, golpes, mordiscos,
arañazos, etc. En lo que se refiere a este extremo, se debe reiterar que, en principio y
atendiendo a las particularidades del caso, las manifestaciones verbales de una persona
deben valorarse como un medio legítimo, idóneo y suficiente para externar su deseo de
no continuar con un acercamiento sexual que ha aceptado hasta ese momento. Lo
anterior implica que, contrario a lo que se sostiene en la sentencia impugnada, para tener
por establecida una negativa del sujeto pasivo no era necesario esperar un
comportamiento adicional como el que se menciona. Adicionalmente, del estudio del
fallo se logra advertir cómo se dejaron sin analizar las circunstancias que, según el
relato de menor , se habrían presentado en la especie, sobre todo su inferioridad física
frente al encartado, sus temores por lo que estaba ocurriendo, el peligro que corría, la
indefensión y vulnerabilidad en que se encontraba, así como el hecho de que el
incidente se habría desarrollado dentro de un vehículo cerrado, estacionado en lugar
oscuro y solitario, todo lo cual, en principio, hasta la pudo hacer pensar en lo inútil y
hasta contraproducente que hubiera resultado dicha oposición. Ninguno de estos
elementos fue ponderado por parte del Tribunal al momento de establecer el supuesto
consentimiento tácito de la víctima, lo que vendría a afectar los fundamentos de la
decisión adoptada . […]”
Sentencia: 01385
Expediente: 05-
000152-0075-PE
Fecha:
29/11/2007 Hora:
3:50:00 PM
Emitido por: Sala
Tercera de la Corte
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Homicidio calificado • Historial de violencia doméstica y acto de venganza
excluyen la existencia de un estado de emoción
violenta
• Homicidio en estado de • Presupuestos de configuración
emoción violenta • Historial de violencia doméstica y forma en que se
dieron los hechos excluyen la aplicación de la
atenuante
• Estado de emoción • Historial de violencia doméstica y forma en que se
violenta dieron los hechos excluyen la aplicación de la
atenuante
• Concepto y presupuestos
• Mujer como víctima • Homicidio calificado
• Contexto patriarcal, situación de control y
autoritarismo del padre y esposo
• Violencia doméstica • Análisis con respecto a caso de homicidio calificado
e inexistencia de estado de emoción violenta
Sentencia: 00351
Expediente: 00-
000388-0064-PE
Fecha:
21/11/2008 Hora:
7:22:00 PM
Emitido por:
Tribunal de
Casación Penal,
Cartago
Extracto 1
Tipo de Extracto: Voto de mayoría
Rama derecho: Derecho Procesal Penal
Redactor del Texto de Origen: Robleto Gutiérrez Jaime
Descriptores Restrictores
• Mujer como • Deber de guardar equilibrio entre la no revictimización de la
víctima ofendida y el deber de administrar justicia
• Proceso penal • Deber de guardar equilibrio entre el deber de administrar
justicia y la no revictimización de la ofendida de delitos
sexuales
• Delitos • Deber de guardar equilibrio entre el deber de administrar
sexuales justicia y la no revictimización de la ofendida
• Violación • Deber de guardar equilibrio entre el deber de administrar
justicia y la no revictimización de la ofendida
Sentencia: 00987
Expediente: 03-
201314-0485-PE
Fecha:
06/09/2007 Hora:
10:30:00 AM
Emitido por:
Tribunal Casación
Penal
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Acusación • Definición, finalidad y alcances
• Principio de correlación • Innecesaria identidad absoluta entre lo acusado y lo
entre acusación y resuelto siempre que las variaciones no incidan en el
sentencia núcleo esencial de los hechos imputados
• Alcances de la acusación
• Derechos de la víctima • Deber de los grupos técnicos de evitar la
revictimización
• Mujer como víctima • Deber de los grupos técnicos de evitar la
revictimización
• Víctima • Deber de los grupos técnicos de evitar la
revictimización de menores y mujeres
• Menor como víctima u • Deber de evitar la revictimización y alcances de la
ofendido acusación
Sentencia: 01150
Expediente: 02-
000162-0016-PE
Fecha:
13/11/2003 Hora:
9:25:00 AM
Emitido por:
Tribunal Casación
Penal
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Delitos contra el honor • Profesores que realizan comentarios, en público,
referidos a los senos de una alumna
• Análisis sobre la tipicidad objetiva del delito de
injurias y su agravante
• Orden de divulgar el fallo condenatorio por medio
de un diario de gran circulación nacional
• Mujer como víctima • Profesores que realizan comentarios, en público,
referidos a los senos de una alumna
• Análisis sobre la tipicidad objetiva del delito de
injurias y su agravante
• Orden de divulgar el fallo condenatorio por medio
de un diario de gran circulación nacional
• Daño moral derivado de • Injurias cometidas en público por dos profesores
hecho punible fundadores del colegio al referirse a los senos de
una alumna
• Análisis sobre la responsabilidad solidaria de la
institución
• Acción civil resarcitoria • Injurias cometidas en público por dos profesores
fundadores del colegio al referirse a los senos de
una alumna
• Análisis sobre la responsabilidad solidaria de la
institución
• Injuria • Profesores que realizan comentarios, en público,
referidos a los senos de una alumna
• Análisis sobre la tipicidad objetiva y su agravante
• Orden de divulgar el fallo condenatorio por medio
de un diario de gran circulación nacional
• Responsabilidad civil • Injurias cometidas en público por dos profesores
derivada de hecho punible fundadores del colegio al referirse a los senos de
una alumna
• Análisis sobre la responsabilidad solidaria de la
institución
Sentencia: 00260
Expediente: 06-
000429-0006-PE
Fecha:
21/03/2007 Hora:
8:50:00 AM
Emitido por: Sala
Tercera de la Corte
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Declaración del (la) • Violación acaecida ocho años antes de la celebración
ofendido (a) del debate
• Variaciones en el testimonio que no alteran aspectos
sustanciales no quebrantan el derecho de defensa
• Medidas que deben tomarse para atenuar o evitar la
revictimización al momento de recibirla
• Mujer como víctima • Violación acaecida ocho años antes de la celebración
del debate
• Medidas que deben tomarse para atenuar o evitar la
revictimización al momento de recibir la declaración
• Víctima • Descubrimiento de la verdad debe darse con respeto a
sus derechos
• Medidas que deben tomarse para atenuar o evitar la
revictimización al momento de recibir la declaración
Sentencia: 00435
Expediente: 06-
000044-0006-PE
Fecha:
30/04/2008 Hora:
10:48:00 AM
Emitido por: Sala
Tercera de la Corte
Extracto 2
Tipo de Extracto: Voto de mayoría
Rama derecho: Derecho Penal
Descriptores Restrictores
• Estado de necesidad • Mujer que se encuentra inmersa en un ciclo de
exculpante violencia doméstica
• Violencia doméstica • Mujer que se encuentra inmersa en un ciclo de
violencia
• Estado de necesidad exculpante
• Mujer delincuente • Ciclo de violencia doméstica y estado de
necesidad exculpante
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Aborto sin • Cuadro de violencia doméstica en la ofendida que
consentimiento facilitó la anulación de su voluntad y libertad para
decidir
• Concurso aparente de normas con el delito de
coacción y concurso material con agresión con arma
• Imposibilidad de calificarlo como delito de propia
mano
• Teoría del dominio • Coautoría por dominio funcional al interrumpir el
funcional del hecho embarazo de la ofendida mediante la extracción del
feto
• Delito de propia mano • Inaplicabilidad tratándose de aborto sin
consentimiento
• Concurso aparente de • Aborto sin consentimiento y coacción en aplicación
normas del principio de consunción
• Principio de subsunción • Aplicación para determinar concurso aparente de
normas entre aborto sin consentimiento y coacción
• Coacción o amenaza • Concurso aparente de normas con aborto sin
consentimiento
• Coautoría • Dominio funcional al interrumpir el embarazo de la
ofendida mediante la extracción del feto
• Violencia doméstica • Aborto sin consentimiento
• Capacidad adecuada o normal no impide que una
persona sea víctima de agresión
Sentencia: 00616
Expediente: 97-
002355-0283-PE
Fecha:
21/06/2002 Hora:
11:55:00 AM
Emitido por: Sala
Tercera de la Corte
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Violación • Efectuada dentro de relación sentimental prolongada por
varios años y caracterizada por maltrato físico, moral y sexual
• Análisis sobre la omisión de pedir auxilio y las relaciones de
poder y sumisión entre víctima y victimario
• Violencia • Violación efectuada dentro de relación sentimental
doméstica prolongada por varios años y caracterizada por maltrato físico,
moral y sexual
• Análisis sobre la omisión de pedir auxilio y las relaciones de
poder y sumisión entre víctima y victimario
Sentencia: 00887
Expediente: 03-
000259-0382-PE
Fecha:
08/09/2005 Hora:
2:35:00 PM
Emitido por:
Tribunal Casación
Penal
Extracto 1
Restrictores
Descriptores
• Resistencia • Requisitos para su configuración
• Policía • Deberes en caso de violencia doméstica
• Funciones de la policía • Deberes en caso de violencia doméstica
• Violencia doméstica • Deberes de la policía
Sentencia: 01319
Expediente: 03-
000038-0361-PE
Fecha:
16/12/2004 Hora:
10:55:00 AM
Emitido por:
Tribunal Casación
Penal
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Denuncia penal • Análisis acerca de la denuncia por acoso sexual y
concepto de hostigamiento
• Acoso sexual en centro de • Análisis acerca del derecho a denunciarlo y
enseñanza concepto de hostigamiento sexual
Extracto 1
Descriptores Restrictores
• Abusos sexuales contra personas • Análisis sobre la valoración del
menores de edad e incapaces consentimiento de la víctima
• Improcedente fundamentación con
perjuicios de género
• Valoración de la prueba en materia • Análisis sobre el consentimiento de la
penal víctima en delitos sexuales
• Improcedente fundamentación con
perjuicios de género
• Delitos sexuales • Análisis sobre la valoración del
consentimiento de la víctima
• Improcedente fundamentación con
perjuicios de género
“ II.- S e resuelve: Este Tribunal de Casación declara con lugar el segundo motivo
por la forma del recurso presentado por la representación fiscal, y por considerarlo
innecesario se omite pronunciamiento sobre el primer motivo de forma. En
consecuencia se anula la sentencia recurrida y el debate que le dio origen y se ordena
el reenvío para nueva sustanciación conforme a derecho . La sentencia absolutoria
dictada en la causa por el Tribunal de Juicio del Primer Circuito Judicial de Alajuela,
consideró como argumentos para la absolutoria del imputado los siguientes: ( i ) Que no
se duda de que el imputado haya besado a la ofendida en su cuello y boca y que le haya
tocado los senos y las piernas, de lo que sí se tienen dudas es que tales actos los
ejecutara el imputado de manera abusiva conforme lo exige el tipo penal del numeral
161 del Código Penal. (ii) Que la ofendida intentaba “quitarse” para no ser más acosada
por el imputado, y que hasta llegó a empujarlo, pero realmente esa resistencia según
dice el Tribunal no se acreditó en debate. (iii) Que tampoco se desacreditó la versión del
imputado de que fue la propia menor la que empezó a tocarle la espalda, preguntándole
si tenía pecas, hecho este que fue aceptado parcialmente por la menor ofendida, cuando
reconoció que tanto ella como el imputado se habían hecho cosquillas, lo que no
permite descartar que los tocamientos fueran consentidos por la menor que ya contaba
con 13 años de edad. (iv) Que la versión de la ofendida coincide con la del imputado,
por ejemplo en que los hechos sucedieron en la casa de este último, porque el imputado
la invitó a la casa y ella aceptó, y que pasaron varias horas juntos, inclusive fueron a
comer pollo esa noche, lo cual hizo dudar a los juzgadores del carácter abusivo de los
tocamientos realizados por el imputado sobre el cuerpo de la ofendida. (v) Que si bien el
prevalecerse de la confianza de la víctima agrava la conducta en el abuso sexual, la
acción debe ser realizada de manera abusiva, ya sea porque la víctima está intimidada,
uso de la violencia física o el carácter sorpresivo del ataque, aspectos que insiste el
Tribunal no se acreditaron en la especie. (vi) Dijo el Tribunal también que “… aun
cuando la menor sintiera temor de tener relaciones sexuales con el imputado, no
pareciera que existiera una verdadera oposición a los tocamientos y besos realizados,
pues incluso el simple hecho de correr al imputado para que no la besara en la boca,
no es indicativo de que la situación no se quiere, pues el imputado continúa besándola,
y véase que en el caso concreto, aún después de que supuestamente suceden esos
hechos en la vivienda del acusado, éste es recibido por la ofendida en su vivienda, se
sientan en un sillón y ella permite que el imputado la bese en la boca y se despide de
beso en la boca ” (cfr. folio 110). (vii) En criterio del tribunal sentenciador no hubo una
“resistencia verdadera” de la que el imputado pudiera inferir que la ofendida no deseaba
lo que estaba sucediendo. (viii) De la versión de la ofendida se desprende que el
imputado estuvo “coqueteando” con la ofendida, besándola, chupándole el cuello,
haciéndole cosquillas, acariciándole los senos y las piernas, pero en el caso concreto
tales actos no son abusivos, sino una receptabilidad que elimina tal requisito. (ix) Dice
el a quo que es muy difícil aceptar que en el caso concreto la ofendida fuera forzada e
intimidada de alguna manera por el imputado, agregando que el justiciable “ ni siquiera
le toca las partes más íntimas de su cuerpo ”, tal como la vagina , cuando tuvo toda la
oportunidad de hacerlo. (x) El imputado le propuso a la ofendida que si podían hacerlo,
refiriéndose con esos términos a sostener relaciones sexuales, a lo que la ofendida se
negó, respetando el imputado esa decisión, pidiéndole luego más bien perdón. (xi) El
hecho de que la ofendida se pusiera a llorar posteriormente cuando llegó la madre a su
casa, no es tampoco indicativo de que los tocamientos se hicieran contra la voluntad de
la ofendida, pues dice el Tribunal que es posible que ella se sintiera culpable de haber
aceptado este tipo de acto con una persona que era pareja de su tía. (xii) Finalmente se
señala en la sentencia que se recurre que otra de las razones para absolver el justiciable
es que de acuerdo con el dictamen pericial psicológico forense visible a folios 12 a 21,
la menor, a pesar de ser tímida y reservada denotó rebeldía hacia los patrones de
conducta establecidos por su madre, resaltándose cierta oposición al establecimiento de
convencionalismos y límites impuestos, siendo un criterio técnico que merece respeto, y
lleva reforzar la tesis, sobre la muy posible aceptación de la ofendida hacia los
tocamientos realizados por el imputado. Expuestos, en consecuencia, los argumentos del
Tribunal sentenciador para absolver al justiciable, debe indicarse que al hacerse la
valoración probatoria en materia de delitos sexuales, de modo particular en el caso
concreto, en que la ratio descidendis del asunto que se conoce gira sobre si la ofendida
prestó consentimiento para la realización de los hechos, tesis a la que arriba el Tribunal
de Juicio, y por ende, tal prestación de consentimiento elimina la tipicidad de la
conducta al considerar no abusivos los hechos, deviene en necesario hacer las siguientes
precisiones. Por un lado, el tema del consentimiento, ha sido objeto de una profusa
evolución, desde concepciones que han exigido el comportamiento casi de heroína de la
ofendida, a los fines de no ver menoscabada su libertad sexual, a un interpretación que
tome en consideración las particularidades propias en que sucede el evento y las
referidas a la misma víctima ofendida. Sobre este punto, la Sala Tercera de la Corte se
ocupado del tema, siendo que en el voto 2005-00994 de las a las nueve horas del dos de
setiembre de dos mil cinco, dijo lo siguiente: “ Superadas están aquellas añejas
concepciones que para aceptar que una mujer hubiera sido víctima de ultraje sexual,
para estimar que no hubo consentimiento de su parte, se le exigían conductas heroicas
y hasta inverosímiles, trasladando a la víctima la demostración de su resistencia –con
golpes, lesiones, lucha- que, si no estaban presentes, implicaban “consentimiento” de
su parte, trasladando a la víctima la obligación de explicar lo sucedido, concepciones
que tenían todo un trasfondo sociocultural que partía de una superioridad o poder de
disposición del varón respeto del deseo y libertad sexual femenino, completamente
erradicado. Se olvidaba desde estas concepciones, el poder intimidatorio, el terror que
la fuerza física, el uso de armas o la sola situación de soledad y abuso son capaces de
generar en una persona -hombre o mujer-, aspectos que pueden conducir a verdaderos
estados de paralización, de incapacidad emocional para resistir y sin embargo, en
ninguna de estas ocasiones, en que a lo mejor no hay evidencias físicas de lucha, como
golpes o heridas, e incluso ni siquiera se presentan lesiones en el área genital, podría
hablarse de un acceso carnal consentido, de manera que la valoración de tales
aspectos no es tan simple como lo pretende el recurrente y debe trasladar también el
énfasis en la víctima, su vivencia, sus condiciones y las características propiciadas o
aprovechadas por el agente para materializar la conducta” (resolución 820-04 de las
9:56 horas del 9 de julio de 2004. En el mismo sentido, 988-04 de las 9:55 horas del 20
de agosto también de 2004 y 617-99, de las 9:48 horas del 21 de mayo de 1999, entre
otras”). En el caso concreto, el Tribunal de Juicio descartó la existencia de los delitos de
abuso sexual acudiendo en algunas afirmaciones a perjuicios de género, y sienta
básicamente la responsabilidad de los hechos en la ofendida, siendo que sin embargo,
algunas de las afirmaciones contenidas en el fallo no están suficientemente respaldadas
en consideraciones probatorias. En efecto, según se razona a folio 109 del fallo, si bien
se admite que la ofendida llegó empujar al imputado, dice el a quo que “... esta
resistencia, por parte de la menor no se acreditó en el debate ”. La ofendida dijo que
ella se corría para que no la besara y que no estuvo de acuerdo con esa acción, de donde
podría inferirse que la ofendida no mostró estar de acuerdo con los abusos practicados.
Ahora bien, tampoco el hecho de que la ofendida fuera la que primero tocó al imputado
haciéndole ver o preguntando si tenía pecas es indicativo que por esa razón hubiese
consentido los hechos. Presume el Tribunal la ausencia de fuerza e intimidación porque
la ofendida salió ese día con el imputado a dar varias “vueltas” e inclusive porque
regresó con él a la casa, lo cual hacer ver el Tribunal suministra un indicio suficiente de
que prestó consentimiento para los hechos, y aún más, excusa al justiciable porque
pudiendo hacerlo no tocó a la ofendida en las partes más intimas de su cuerpo. Tal
modo de razonar desconoce que en estos delitos el consentimiento no se presume
considerando que en la especie la propia ofendida dijo textualmente “... me sentía
nerviosa y quería correr, solo me corría para que no me besara, nno le dije que lo iba a
acusar, yo no le decía nada estaba como en shock , me corría porque no me podía
mover, cuando regresa me besa en la boca y yo le dije que no lo acusaría, yo no estaba
de acuerdo con que me besara …” (cfr. la declaración de la ofendida a folio 108. La
trascripción es fiel al original). Véase que la ofendida en todo momento negó estar de
acuerdo con que el acusado la besara, de tal modo que este es un extremo que no
explora adecuadamente el Tribunal de Juicio, sino que simplemente acepta que la
ofendida consintió los hechos. El hecho de haber ido a dar una “vuelta” con el imputado
y a comer pollo, tampoco es indicativo de que por esas razones hubiese consentido,
pues como ya se dijo la ofendida en todo momento ha negado haber estado de acuerdo
con los hechos en su perjuicio. Más bien existen aspectos que debió el a quo analizar
tales como que la menor llegó a la vivienda del imputado, esto en el sentido de
establecer a partir de ahí si hubo un aprovechamiento de esa situación, esto es, de la
edad e inexperiencia de la víctima, o bien de que tanto la ofendida como el imputado se
encontraran en la vivienda del justiciable, al igual que cuando la menor se trasladó a su
propia casa, y estando únicamente ella y el imputado, ocurrió el segundo bloque de
hechos en su perjuicio. Finalmente, observa esta Cámara de Casación que conforme al
análisis que se hace en la sentencia respecto del testimonio de la ofendida se le juzga
como creíble, al punto de que no se tiene duda alguna de que los hechos ocurrieran,
únicamente que se descartó la existencia de una verdadera oposición a los mismos, y si
estos fueron de naturaleza abusiva, para finalmente no llegar a creerle a la perjudicada
en cuanto a si consintió o no los tocamientos por parte del imputado. Todas estas
circunstancias debieron merecer por el Tribunal de Juicio un análisis mucho más
acabado y completo, esto desde la perspectiva de la fundamentación del fallo, de ahí que
se estime procedente acoger el segundo reclamo del Ministerio Público y anular la
sentencia recurrida para que se proceda a nueva sustanciación conforme a Derecho. No
siendo necesario se omite pronunciamiento sobre el primer motivo del recurso
presentado por la Fiscalía.”