Lectura 2 HISTORIA DE ALEJANDRO Y SAMUEL
Lectura 2 HISTORIA DE ALEJANDRO Y SAMUEL
Lectura 2 HISTORIA DE ALEJANDRO Y SAMUEL
Cuentan los antiguos libros que en la ciudad egipcia de Tebas vivía un hombre joven llamado
Alejandro. Y en el mismo callejón de Alejandro habitaba otro hombre llamado Samuel.
Un día en que Alejandro paseaba por su calle, vio cómo Samuel, muy enfadado, regañaba a un
niño que le había pedido un vaso de agua.
-¿Por qué me molestas? El agua cuesta mucho dinero. Ve a beber al río y no vuelvas por aquí.
Alejandro pensó que Samuel se merecía un buen escarmiento. Y al instante se le ocurrió una
idea.
-Buenos días, amable vecino – le dijo -. Hoy viene a visitarnos el prometido de mi hija, que es un
hombre rico. Queremos invitarle a comer, pero no tenemos cucharas suficientes.
Si me prestaras tú una, mañana mismo te la devolvería. Seguro que los dioses sabrán
recompensar tu generosidad.
Al fin y al cabo, pensó, no perdía nada por prestarle una cuchara durante unas horas.
-¡Oh, querido Samuel – le dijo -, he de darte una excelente noticia! Esta noche, tu cuchara ha
tenido una hija. Aquí tienes tu cuchara junto a su pequeña.
¡Qué cucharita más bonita! Sin duda, tú has sido el intermediario en este regalo divino.
-Buenos días, generoso vecino - le saludó Alejandro- . Hoy viene a visitarnos el prometido de
mi hija con sus padres para concertar los detalles de la boda. Queremos que coman en casa,
pero la cazuela que tenemos en muy pequeña. Si me pudieras prestar tú una cazuela, mañana
mismo te la devolvería.
Samuel recordó lo que había ocurrido con la cuchara y al momento trajo la cazuela rogándole a
Alejandro que la cuidara mucho y la devolviera como muy tarde al día siguiente.
Y así fue. Al día siguiente, Alejandro volvió a casa de Samuel con dos cazuelas bajo el brazo.
- ¡Oh, querido Samuel! - le dijo -. Los dioses han querido premiarte una vez más. También tu
cazuela ha tenido una hija durante la noche. Aquí tienes tu cazuela junto a su pequeña.
- ¡Qué cazuelita más bonita! – exclamó Samuel -. No hay duda de que los dioses ven mis
virtudes a través de tus ojos.
Unas semanas después, Samuel vio pasar ante su casa a Alejandro. Parecía triste, y Samuel le
llamó:
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DESARROLLO DE SISTEMAS
-Pues resulta que mañana se celebrarán las bodas de mi hija y no tenemos vajilla suficiente
para dar de comer a todos los invitados. Temo que la familia de mi futuro yerno se ofenda y la
boda no llegue a celebrarse.
-Yo te puedo dejar mi vajilla- le dijo Samuel recordando lo ocurrido con la cuchara y la cazuela
Pero sólo por un día, porque es muy valiosa.
- No sabes cuánto agradezco tu generosidad. Los dioses te darán pronto lo que mereces.
Transcurrieron unos días desde que Alejandro se llevó la vajilla y, como no la devolvía, Samuel
decidió presentarse en casa de su vecino.
-Querido vecino –dijo Samuel-, hace ya unos días que te presté mi valiosa vajilla y todavía no
me la has devuelto. No es que haya perdido la confianza en ti, pero…
- ¡Ay, querido vecino; no sabes qué disgusto tengo! -se lamentó Alejandro -. ¡Pobre vajilla!
¡Que los dioses la tengan en su reino! ¡Nunca pensé que tendría que darte una noticia así!
- ¡Por todos los dioses! - exclamó perplejo Samuel-. ¿Es que acaso puede morir una vajilla?
-Sin duda, los mismos dioses que hicieron que la cuchara y la cazuela tuvieran hijos han hecho
que la vajilla pueda morir. Sólo nos queda acatar los designios divinos.
2. ¿Qué excusa utilizó Alejandro para pedirle a Samuel la cuchara, la cazuela y la vajilla?
4. ¿Cómo crees que es el carácter de los protagonistas? Compara los rasgos de cada uno de los
dos personajes.
5. Al principio, Samuel desconfía de Alejandro. ¿Mantiene esta actitud durante todo el cuento?
Razona tu respuesta.
6. ¿Qué crees que quiso expresar Alejandro cuando dijo que la vajilla había muerto?
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DESARROLLO DE SISTEMAS
DESARROLLO: