Un Camino Olvidado II

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M O I S É S G Á M E Z

Un camino olvidado.
Estaciones de ferrocarril en el
estado de San Luis Potosí; E N S A Y E S
Línea México-Laredo
(Ferrocarril Nacional ■

Mexicano)*

E

l libro está dividido en cuatro capítulos y un ba-


lance general. Independientemente de esta estructura, ■

distinguimos dos grandes apartados, que reflejan la


formación académica de las autoras. Uno es la parte ■

histórica, en la que se van bordando las historias en


torno al establecimiento del ferrocarril, tanto en San ■

Luis Potosí, como en los ámbitos nacional e interna-


cional. La otra parte corresponde al análisis arquitec- ■

tónico, que se transforma en una propuesta de clasifi-


cación y de interpretación de las influencias estilísticas ■

internacionales, de las relaciones económicas y políti-


cas, y de los temas vinculados a la historia cultural, ■

derivados del uso que tuvieron esos espacios.


El texto refleja cuatro líneas de interés: el con- ■

texto geográfico, las relaciones económicas, las formas


de vida de la época y el análisis arquitectónico. ■

■ El contexto geográfico * Luz Carregha Lamadrid y Begoña


Garay López, Un camino olvidado.
Estaciones de ferrocarril en..., El Cole-
Están presentes en el libro la repercusión que el fe- gio de San Luis-FONCA, San Luis
rrocarril tuvo en las diferentes regiones geográficas, Potosí, 1999.

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que de alguna manera modificaron el paisaje natural. Las autoras afirman que el
ferrocarril siguió los recorridos tradicionales. Sin embargo, hubo también otros
factores, que habría que exponer, que determinaron el paso de la línea por ciertas
poblaciones.
Uno de los puntos tratados es la modificacion del trazo de algunas poblacio-
nes, como en el caso de Vanegas. Otros poblados crecieron en torno a las estaciones,
como Los Charcos y La Maroma.
Las autoras exponen la transformación de las formas de comunicación y
relación entre las poblaciones. Gracias al ferrocarril, San Luis Potosí quedó comu-
nicado con el resto del país, a través de las líneas del Ferrocarril Nacional Mexica-
no y del Central; por ello se le consideró como “el mapa de la república mexi-
cana”(sic). Si bien es cierta esta aseveración, se requiere de un estudio mucho más
amplio que sustente con bases sólidas el entramado de relaciones que posibilitó u
obstaculizó dicho proyecto empresarial. Es decir, es necesario determinar, a par-
tir del tránsito “forzoso” en el estado y de los beneficios de la circulación de mer-
cancías, la definición de San Luis Potosí como punto nodal de la estructura fe-
rroviaria.

■ Relaciones económicas

Resulta muy importante mencionar el hecho de que la inversión extranjera en el


país, junto al ferrocarril, en algunos casos ha marcado una cierta historia negra so-
bre las consecuencias negativas del ferrocarril en la economía mexicana. Sin embar-
go, hay que agregar que la repercusión de la inversion extranjera en los ferroca-
rriles no fue negativa, ya que creó una red ferroviaria que los recursos nacionales
no hubieran podido constriur en ese momento, permitiendo que los capitalistas
internos invirtieran en sectores de mayor rentabilidad. Por otro lado, la construc-
ción de los ferrocarriles favoreció a la economía mexicana, orientándola hacia las
áreas marginales, y puso en movimiento el mercado de tierras al aumentar el valor
de las propiedades por donde pasaban las líneas.
En este trabajo, L. Carregha y B. Garay apoyan la estrecha relación del ferro-
carril con la minería, que sustentó en parte el auge minero de finales del siglo XIX.
En este sentido, cabe preguntarse sobre la importancia de la explotación minera

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de San Luis Potosí para el establecimiento del ferrocarril comunicando puntos de
importancia estratégica para las relaciones económicas, frente a la situacion geo-
gráfica del estado en el terrotorio nacional, que favoreció “casualmente” el paso de
las líneas por esta zona.

■ Las formas de vida de la época

Como señalan las autoras: “Uno de los elementos que definieron al liberalismo
mexicano de la segunda mitad del siglo XIX fue el interés por conducir al país hacia
el progreso”. Ello significaba transformar la nación. En este proceso, el tendido de
las vías férreas fue una de las preocupaciones de los gobiernos, tanto de Europa
como de América latina. Las esperanzas de mantener la paz, de establecer un mer-
cado nacional comunicado con las diferentes regiones del país y de alcanzar, por
ende, el progreso se cifraron en la red ferroviaria.
“El ferrocarril ha sido y será siempre en todas las naciones su prosperidad
[…] lleva por todas partes elementos de vida, de prosperidad y de grandeza, y lleva
ante todo, el progreso y la civilización”. Este es un concepto un tanto romántico
del ferrocarril, al que se ve como panacea, como un sendero que conduciría al pro-
greso. Idea que no considera el estudio de otros elementos básicos, como el cam-
bio en la estructura económica del país, el apoyo a procesos de industrialización, y
la atención a los indicadores del desarrollo. Acertadamente, las autoras mencionan
que dentro de esta “fiebre ferrocarrilera” hubo proyectos exitosos y proyectos fra-
casados.
Es significativa y amena la descripción de los festejos de inauguración de la
línea, es sobre todo atractivo estudiar la participación de la Cámara del Comercio
en el evento, suceso que muestra la atención en el comercio y no el impulso al
sector secundario. Además, esta descripción muestra aspectos de la vida cotidiana,
tales como la preparación de enramadas que recuerdan otras festividades cívicas,
como la celebración del día de la Independencia.

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■ Características arquitectónicas

Uno de los puntos mas novedosos y ricos en su contenido es la propuesta de clasi-


ficación de las estaciones, apoyada posteriormente por la presentación de una ficha
técnica en la que se proporcionan datos interesantes. Entre los puntos tratados
figuran: 1) el tipo de estación; además de incluir una definición técnica, proponen
una definición social atractiva. Agregan, además, que las estaciones tenían, según
lo reglamentado, dos tipos de elementos: los artísticos y los de carácter social; 2)
localización y datos generales; 3) relación funcional regional: en esta parte aportan
breves datos relativos a la economía regional, como el peso de los sectores de la
producción, los nexos entre las haciendas, comercios, poblados y personas, entre
otros; 4) antecedentes históricos del lugar; 5) descripción general del conjunto; 6)
descripción arquitectónica: esta es una parte fundamental, porque contribuye a
formar una idea mas completa de las características de las estaciones, que tienen
semejanzas y diferencias con las estaciones de otros lugares, como es el caso de las
estaciones ferroviarias inglesas. Estos datos constituyen una singular tipología de
la arquitectura regional, que obedeció más a un modelo funcional utilitario que a
un ejercicio estilístico, sumándose con ello al llamado movimiento ecléctico, y 7) el
estado de conservación actual.
Partiendo de una frase del texto: “las estaciones han dejado de utilizarse como
tales. La carga y descarga de marcancía se hace únicamente en la capital potosina,
y los pasajeros compran sus boletos a bordo del tren. Sin embargo, los locales que
ocuparon las estaciones del Nacional Mexicano aún son puntos de reunión y acti-
vidad en las comunidades, y el silbato de la locomotora que pasa de largo sigue
marcando el tiempo a sus pobladores”, así como la idea de la recuperación o nueva
valoración de las estaciones del tren, es pertinente mencionar algunos ejemplos de
relevancia.
Uno de ellos es la transformación de la estación de Orsay (Gare d’Orsay) de
París en el Musée d’Orsay. Ésta fue construida en 1900, con el concepto de mara-
villa de la Belle époque. Fue transformada en museo y actualmente alberga una rica
colección de arte europeo de mediados del siglo XIX, abarcando parte del simbo-
lismo, del realismo y del impresionismo.
Hoy en día, el museo se ha convertido en un nodo de la cuidad, un punto de
referencia e, incluso, en un icono del modernismo de París. Obviamente, el con-

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cepto integral del Musée d’Orsay corresponde a otro tipo de cultura a otra socie-
dad, a un país avanzado tecnológicamente, en fin, a las características propias de
una economía de primer mundo. Esto le permite plantear, debatir y poner en mar-
cha estrategias de acción, respondiendo a preocupaciones sobre aspectos cultura-
les, que en sociedades como las latinoamericanas parecerían “frivolas”. De cual-
quier manera, podemos encontrar casos como el del Museo del Ferrocarril en Puebla
y el acervo histórico del ferrocarril, que actualmente ocupan viejas estaciones fe-
rroviarias.
De estos ejemplos sobresalen algunos puntos. Las estaciones de ferrocarril
fueron, en su momento, un punto de referencia para las poblaciones en las que se
establecieron. Algunas veces dieron origen a determinadas poblaciones, en otros
casos transformaron la traza urbana de las comunidades. En este sentido, las esta-
ciones fueron importantes pues se convirtieron en puntos nodales urbanos, en
lugares de reunión, en esferas de encuentros y de partidas.
Finalmente, cabe preguntase en qué línea se inscribe el trabajo de Luz Ca-
rregha y Begoña Garay. Personalmente, creo que Un camino olvidado... postula su
propia línea; es decir, trata los ferrocarriles desde un enfoque particular que se dis-
tingue por sus propuestas. Se desarrolla a partir de un postulado incicial que está
presente a lo largo de los capítulos que lo componen y representa cada una de las
estaciones el discurso. Es una aportacion original al estudio de los medios de trans-
porte y a la historia regional, que representa el inicio de una línea de investigación
futura.
Hoy en día, las estaciones despiertan, como lo comentan las autoras, la in-
certidumbre y la nostalgia. Por ello, creo que la propuesta de Luz Carregha y de
Begoña Garay cobra un gran sentido en la medida en que extiende una invitación
a volver la vista a estos espacios, a revalorarlos, a reconfirmar su categoría de luga-
res de encuentro y de identificación.

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