U 828064
U 828064
U 828064
Por
TRABAJO DE TESIS
PREGRADO EN PSICOLOGÍA
Departamento de Psicología
Facultad de Ciencias Sociales
2019
Comité evaluador:
Directora de Tesis: Dra. Sandra Báez
Profesora Asistente
Resumen
Literatura previa ha evidenciado que los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria
(TCA) presentan déficits en varios dominios de la cognición social, principalmente en los
relacionados con el procesamiento emocional: alexitimia, regulación emocional y
reconocimiento de emociones. Frente a este último, se han realizado estudios previos en los
que se ha demostrado que las pacientes con TCA presentan dificultades para reconocer
emociones en estímulos faciales. Sin embargo, no hay estudios que incluyan el reconocimiento
de emociones en un contexto. El objetivo de este estudio fue evaluar el reconocimiento de
emociones corporales y faciales en un grupo de mujeres con TCA utilizando estímulos (rostros)
presentes en contextos (cuerpos) congruentes y congruentes. Se evaluaron 60 participantes
divididas en dos grupos (30 pacientes con TCA y 30 participantes del grupo control). Se empleó
una prueba de reconocimiento de rostros y cuerpos: rostros, cuerpos y condición (congruente-
incongruente), el INECO Frontal Screening (IFS) y Cuestionario de Examen de Trastornos
Alimentarios (EDE-Q). Los resultados mostraron que el grupo de pacientes presentó un
rendimiento menor que el del grupo control en el reconocimiento de rostros y en el
reconocimiento de emociones en contextos congruentes e incongruentes. Sin embargo, no se
encontraron diferencias en el reconocimiento de cuerpos. Tampoco se encontró correlación
entre la duración de la enfermedad y severidad de los síntomas. Estos resultados resaltan la
importancia de utilizar instrumentos que involucren contextos a la hora de evaluar el
reconocimiento de emociones. Nuestros datos sugieren que las fallas en reconocimiento de
emociones faciales que presentan las pacientes con TCA persisten cuando los rostros se
presentan en un contexto. Estos resultados podrían ser tenidos en cuenta para el diseño de
instrumentos más ecológicos para la evaluación de la cognición social en pacientes con TCA.
2. Materiales y método
Tabla 1.
Datos descriptivos de las pacientes y el grupo control
Descritpivos grupo.
Desviación
Desviación
Grupo N Media Error P
Estándar
Promedio
Escolaridad 0 17 15.941 2.200 0.534 0.145
1 26 14.058 3.474 0.681 0.746
Edad 0 17 22.941 2.968 0.720 0.084
1 26 24.192 7.595 1.489 0.009
IMC 0 16 22.171 2.715 0.679 < .001
1 19 20.168 3.770 0.865 0.001
Total_Eating Disorder
0 17 1.333 0.872 0.212 0.180
Examination_Questionnaire
1 16 4.529 1.619 0.405 0.425
Ineco Frontal Screening 0 17 23.735 3.231 0.784 0.923
1 26 24.577 2.115 0.415 0.113
Para el reclutamiento del grupo control se tuvo en cuenta que las participantes estuvieran
pareadas en sexo, edad y nivel educativo con las pacientes y que no tuvieran antecedentes de
trastornos psiquiátricos o neurológicos. Igualmente, tanto en el grupo de pacientes como en el
de participantes se excluyeron a mujeres que contaran con antecedentes de consumo crónico
de alcohol o sustancias psicoactivas y con un índice de masa corporal mayor o menor al normal.
Las participantes del estudio dieron el consentimiento y/o asentimiento (en caso de las
menores) para hacer parte del estudio. En el caso de las menores de edad lo primero que se hizo
fue contactar a sus padres y comentarles sobre el estudio, su objetivo, en qué consiste y se
respondió cualquier pregunta que estos tuvieran, una vez que los padres estuvieran de acuerdo
con el estudio estos firmaban el consentimiento y las menores el asentimiento. El proyecto fue
aprobado por el Comité de Ética del Departamento de Psicología de la Universidad de los
Andes y el Comité de Ética del Hospital Universitario San Ignacio (HUSI).
Instrumentos:
El INECO Frontal Screening (IFS) (Torralva, 2009) es un instrumento que se utilizó para
evaluar de manera general las funciones ejecutivas de las pacientes y el grupo control. Consiste
en una prueba que consta de ocho subescalas: a) series motoras: realizar la serie “puño, canto,
palma”; b) instrucciones conflictivas: golpear dos veces cuando el investigador golpee una
vez y golpear una vez cuando hayan dos golpes; c) control inhibitorio motor: golpear una vez
cuando el investigador golpee una vez y no golpear cuando hayan dos golpes; d) repetición de
dígitos atrás: repetir una cadena de dígitos en el orden inverso; e) memoria verbal de trabajo
(meses atrás): nombrar los meses del año hacia atrás; f) memoria de trabajo visual: repetir
una secuencia en una imagen con cubos de manera inversa; g) capacidad de abstracción
(interpretación de proverbios); explicar el significado de tres proverbios/refranes que se leen
h) control inhibitorio verbal: completar tres oraciones de forma correcta y lo más rápido
posible, luego completar otras tres oraciones con una palabra que no tenga relación semántica.
La puntuación máxima de esta prueba es de 30 puntos.
Este instrumento fue incluido en el estudio con el propósito de evaluar las capacidades de las
pacientes y del grupo control para distinguir entre la emoción que refleja el rostro frente a la
emoción que refleja el cuerpo. De este instrumento se obtuvieron cuatro puntuaciones:
reconocimiento de rostros, reconocimento de cuerpos, reconocimiento de contextos
congruentes y reconocimiento de contextos incongruentes. El rendimiento de las participantes
se evaluó a partir del porcentaje de acierto en las respuestas de cada una de las tareas.
Cuestionario de examen de trastornos alimentarios (EDE-Q): es una escala que cuenta con 36
ítems y fue utilizada para determinar las actitudes alimentarias en los últimos 28 días que
presentaban las participantes. Este instrumento permitió evaluar creencias, cogniciones y
conductas desordenadas. Los ítems se agruparon en cuatro subescalas (restricción,
preocupación por la alimentación, preocupación por la forma, preocupación por el peso)
(Sterheinm, 2012). De este instrumento se obtuvieron cuatro puntuaciones: restricción,
preocupación por comer, preocupación por la figura y preocupación por el peso. También se
calculó el resultado total del EDE-Q. Este instrumento fue incluido en el estudio con el
propósito de evaluar en las pacientes el tipo de TCA que presentaban y la gravedad de los
síntomas que estaban experimentando. En el caso de los controles, el instrumento cumplió el
propósito de descartar que las participantes presentaran cualquier conducta relacionada con los
TCA.
Análisis de datos:
Se utilizaron pruebas t para analizar las dos primeras tareas de la prueba de reconocimiento de
rostros. Además, para las tareas 1 y 2, se realizaron ANOVAs mixtos, incluyendo la emoción
como factor intrasujeto y el grupo como factor intersujeto, con el fin de explorar si existen
diferencias entre grupos de acuerdo al tipo de emoción. Para la tercera tarea se utilizó un
ANOVA mixto de 2 (grupo) x 2 (condición: congruente-incongruente) x 5 (emoción). Se
utilizaron pruebas posthoc de Tukey para testear las interacciones entre los factores incluidos.
Para analizar los datos del EDE-Q y del IFS, se utilizaron pruebas t para comparar los
resultados entre el grupo control y las pacientes. Para evaluar la relación entre la duración y
severidad de los síntomas (determinados a partir del EDE-Q) y el rendimiento en la tarea de
reconocimiento de emociones faciales y corporales, se hicieron correlaciones de Pearson. Se
fijó un nivel de p<0.05 para todos los análisis. Para calcular el tamaño del efecto se utilizó d
de Cohen para las pruebas t y η2 para los Anova.
3. RESULTADOS.
Tabla 2.
Puntajes totales obtenidos de la tarea 1 y 2.
Nota. T-test.
ᵃ La prueba de Levene es significativa(p<.05), lo que sugiere una violación del supuesto de
varianza igual.
En esta tarea se observó un efecto principal de emoción en el rostro (F (1,4) = 5.53, p = <.001),
pero no hubo interacción entre la emoción y el grupo (F (1,4) = 1.01, p = 0.40). Esto quiere
decir que independiente de la emoción que se muestre en el rostro, las personas tienden a
reconocer mejor unas emociones frente a otras. Además, hubo un efecto principal de grupo (F
(1,4) = 9.13, p = 0.004), el cual muestra que las pacientes tienen respuestas menos acertadas
frente a estímulos de rostros.
Frente a esto último, se encontró que ambos grupos tuvieron un rendimiento menor a la hora
de reconocer la tristeza: grupo control (M= 0.88, DE= 0.21) pacientes (M= 0.69, DE= 0.34) y
el miedo: grupo control (M=0.91, DE= 0.19) pacientes (M=0.73, DE= 0.29).
Tarea 1
1.5
TCA
Control
1.0
0.5
0.0
Asco Tristeza Miedo Enojo Neutro
En esta tarea se observó un efecto principal de emoción en el cuerpo (F (1,4) = 6.33, p = <.001),
pero no hubo interacción entre la emoción y el grupo (F (1,4) = 0.66, p = 0.61), ni tampoco
hubo efecto de grupo (F (1,4) = 1.73, p = 0.19). Esto quiere decir que independiente de la
emoción que se muestre en el cuerpo, las personas tienden a reconocer mejor unas emociones
frente a otras (Figura B).
Tarea 2
1.5
TCA
Control
1.0
0.5
0.0
Asco Tristeza Miedo Enojo Neutro
Sin embargo al analizar las condiciones congruente e incongruente, se encontró que hubo un
efecto principal de condición (F (1,1) = 20.38, p = <.001), pero no hubo interacción entre la
condición y grupo (F (1,1) = 0.03 p = 0.85). Esto quiere decir que en general, independiente
del grupo las personas tienden a reconocer mejor en la condición de congruente que en la
condición de incongruente (Figura C).
Condición
1.5
TCA
Control
1.0
0.5
0.0
Congruente Incongruente
Figura C muestra el rendimiento en la tarea 3 de las pacientes y el grupo control en relación con la
condición (incongruente-congruente).
Además, se observó un efecto principal de emoción (F (1,4) = 11.53, p = <.001), pero no hubo
interacción entre la emoción y el grupo (F (1,4) = 0.33, p = 0.85). Hubo también un efecto de
grupo (F (1,41) = 5.12, p = 0.02), lo cual quiere decir que las pacientes tuvieron más
dificultades para reconocer las emociones en contextos congruentes e incongruentes que el
grupo control. Pero no hubo interacción entre los factores condición, emoción y grupo (F (1,4)
= 1.06, p = 0.37).
Condición*emoción
1.5
TCA
Control
1.0
0.5
0.0
Co ue tris o
ro
co rue tris a
ru e n jo
Co ure m a
co ue te o
Co gru te e do
ne o
co rue te e jo
co rue mi o
z
z
c
In gr en asc
te tr
ng nte ied
ng nt no
ng en no
ut
ng te te
ng nt te
ng nt as
n e
en eu
Co ng nte
e
e
co ue
n ru
n
In gr
n
n
Co
In
In
In
Figura D muestra el rendimiento en la tarea 3 de las pacientes y el grupo control en relación con la condición
congruente.
Se encontró también que hubo interacción entre la emoción y la condición (F (1,4) = 9.11, p =
<.001 (F (1,1) = 20.38, p = <.001). Esto quiere decir que en general, independiente del grupo
las personas tienden a reconocer mejor las emociones en la condición de congruente que en la
condición de incongruente (Figura D).
En particular, el grupo de pacientes presentó un rendimiento menor (M= 0.85, DE=
0.10) que el grupo control (M=0.91, DE=0.08) en la tarea de reconocimiento de emociones en
contextos congruentes. Igualmente, presentaron un rendimiento menor (M=0.76, DE= 0.12)
que el grupo control (M=0.82, DE= 0.09) en contextos incongruentes (Ver Tabla 3).
Tabla 3.
Datos descriptivos de condición y grupo
Descriptivos
Factor 1 Grupo Media DE N
Totalcongruente 0 0.918 0.081 17
1 0.854 0.107 26
Total_incongruente 0 0.821 0.096 17
1 0.764 0.129 26
4. DISCUSIÓN
La presente investigación tuvo como objetivo principal evaluar el reconocimiento de
emociones corporales y faciales en un grupo de pacientes con TCA utilizando estímulos
faciales y corporales presentes en contextos congruentes y congruentes. Teniendo en cuenta
que los estudios que se han realizado sobre reconocimiento de emociones faciales en TCA han
demostrado que esta población tiene un déficit en el procesamiento emocional, y que hasta el
momento no se había reportado ningún estudio que investigue el reconocimiento de emociones
en un contexto, y más en un contexto que resulta ser problemático para las pacientes con TCA,
los resultados del presente trabajo constituyen un aporte relevante a este campo de estudio.
Tal y como se esperaba de acuerdo a los estudios realizados por Harrison (2009) y
Dapelo (2017), el reconocimiento de emociones en expresiones faciales (tarea 1) fue menor en
las pacientes que en el grupo control. Además de encontrar un rendimiento menor en las
pacientes también se encontró que al momento de evaluar el reconocimiento de emociones
faciales hubo un efecto de emoción, lo cual quiere decir que las personas tienden a reconocer
mejor unas emociones que otras. Las emociones en las que las participantes presentaron menor
rendimiento, independiente de si son controles o pacientes, fueron la tristeza y el miedo. En el
caso de la tristeza, estudios previos evidenciaban que las pacientes con TCA presentaban
dificultades a la hora de reconocer estímulos faciales con esta emoción (Tchunturia, Dapelo,
Harrison y Hambrook et al, 2015). Frente al miedo, un estudio previo encontró que las pacientes
con AN y BN presentaban dificultades a la hora de reconocer la emoción de enojo ya que esta
solía ser malinterpretada como miedo (Kuhnpast, Gramann y Pollatos, 2012). Esto podría dar
a entender que, así como el enojo se interpretaba como miedo, las pacientes podrían interpretar
la emoción de miedo como enojo y fallar en el reconocimiento de esta emoción.
En el caso del grupo control, los resultados frente a las emociones de miedo y tristeza
se deben a que, según un estudio previo, señala que en varias culturas las expresiones faciales
de miedo generalmente son más difíciles de reconocer que cualquier otra expresión (Milders et
al, 2003). Esto se debe a que, según un estudio realizado por Biehl (1997), a la hora de
reconocer las emociones faciales puede haber una superposición entre los significados
semánticos y afectivos de la emoción junto a otras alternativas de respuesta. En el caso del
miedo, Biehl (1997) explica que una respuesta que se da cuando se presenta este estímulo es
que la emoción representada en la expresión facial es la sorpresa y no el miedo.
Respecto a la tarea 2, los estudios que se han hecho sobre reconocimiento de emociones
en el cuerpo señalan que las claves emocionales no solo se encuentran en la expresión facial,
sino que también es posible inferirlas mediante el lenguaje corporal y los movimientos
corporales (Leiva, 2015). Sin embargo, al no haber estudios respecto al reconocimiento de
emociones corporales en pacientes con TCA y debido a la alteración de la imagen corporal que
tienen este tipo de pacientes, se esperaba que el rendimiento en la tarea de reconocimiento de
emociones en cuerpos fuera menor que el del grupo control y que, además, se obtuviera una
interacción entre la emoción que estaban reconociendo y el grupo (pacientes-controles). Sin
embargo, los resultados que se obtuvieron con la prueba mostraron que no hay diferencia entre
los grupos a la hora de reconocer las emociones en los cuerpos. Una posible explicación para
estos resultados es que, al ser el cuerpo un estímulo problemático para las pacientes con TCA,
debido a la percepción que tienen de su propio cuerpo, es mayor la atención que se presenta a
este estímulo que al rostro en si mismo. Por este motivo, se puede entender que las pacientes
hayan tenido un rendimiento similar en la tarea de reconocimiento de cuerpos que el del grupo
control.
Respecto a la tarea 3, varios estudios muestran que es posible identificar emociones con
suficiente precisión utilizando como información únicamente posturas corporales (Atkinson et
al., 2004), además también han demostrado que las expresiones faciales están influenciadas
por el contexto más de lo que se había asumido y bajo ciertas circunstancias, el contexto podía
cambiar dramáticamente la categoría emocional de la expresión facial (Aviezer, 2009). Siendo
así, a pesar de que hubiera una fuerte relación entre el reconocimiento de la expresión facial y
el contexto, se esperaba que el rendimiento en la tarea de reconocimiento de emociones en
condición (congruente-incongruente) fuera menor en TCA que el del grupo control.
Teniendo en cuenta esto, los resultados que se obtuvieron con la prueba mostraron que
hay diferencia entre los grupos en el rendimiento de la tarea 3, es decir que las pacientes
presentaban dificultades en la respuesta ante los estímulos en contexto congruente e
incongruente frente a las respuestas de los controles. Estos resultados pueden deberse a que,
como se mencionó antes, es posible que las pacientes con TCA presten mayor atención al
cuerpo al ser este un estímulo problemático, algo que podría dificultar el reconocer solo la
emoción del rostro una vez que se les da la instrucción de prestar atención solo a la emoción
que representa la cara de la persona.
No obstante, si se encontró que hubo interacción entre la condición y el grupo, lo cual
quiere decir que tanto las pacientes como el grupo control tuvieron un mejor rendimiento y
pudieron reconocer mejor las emociones cuando el contexto que se les presentaba era
congruente. Una posible explicación para esto es que, como Aviezer (2009) había mencionado
en su estudio, era posible cambiar la categoría emocional de la expresión facial si el contexto
en el cual se encontraba dicha expresión estaba bajo ciertas circunstancias. En este caso, como
el contexto correspondía a una emoción incongruente a la cual se presentaba en la expresión
facial (ej: rostro de enojo y cuerpo de asco) el nivel de rendimiento para ambos grupos fue
menor.
5. Limitaciones.
Una limitación que se debe tener en cuenta al interpretar estos resultados es que, dentro
de este estudio, solo se tomaron en cuenta cinco de las emociones básicas y cuatro de ellas con
una valencia negativa. Esto es relevante porque, no se sabe cuáles serían los resultados
obtenidos si la prueba incluyera emociones con valencia positiva, como la alegría, pues las
investigaciones previas de reconocimiento de emociones en TCA han utilizado también
pruebas en donde se incluyen emociones con valencia negativa y que han dado como resultado
un menor rendimiento para pacientes con TCA. Sin embargo, como estas investigaciones se
han realizado únicamente evaluando el reconocimiento de emociones en rostros, no se tiene en
cuenta el rendimiento a la hora de evaluar el reconocimiento en un contexto.
Una segunda limitación a tener en cuenta es el tamaño de la muestra, pues al contar con
sesenta participantes dentro de esta investigación no se puede asegurar que se este
representando a toda la población de TCA ni que sea una muestra significativa. Siendo así, para
futuros estudios sería pertinente volver a aplicar la prueba de reconocimiento de emociones
con una población mayor, esto con el fin de identificar si hay cambios en los resultados
obtenidos en esta investigación.
Una tercera limitación dentro del estudio es que no se subdividió al grupo de pacientes
según el diagnóstico, es decir, no se separaron las pacientes con AN de las que tenían BN o
incluso ambos trastornos. Siendo así, para futuros estudios sería bueno implementar esta
división con el fin de encontrar si puede haber diferencias significativas entre los resultados de
las pacientes con bulimia nerviosa frente a las pacientes que sufren de anorexia nervioso.
Como última limitación se tiene en cuenta que el estudio se hizo solo con mujeres, por
lo tanto no es una muestra en la cual se haya incluido a la población masculina que padece de
BN y AN. Debido a esto, se considera que para futuros estudios sería bueno incluir dentro de
la investigación a participantes masculinos que padezcan de TCA con el fin de identificar si
hay cambios en los resultados obtenidos dentro de la investigación.
6. Conclusión.
De acuerdo a los resultados obtenidos se puede concluir que las pacientes con TCA
presentan un rendimiento menor en el reconocimiento de rostros (tarea 1) y en el
reconocimiento de la condición (congruente e incongruente, tarea 3), pero no presentan
diferencias en el reconocimiento de cuerpos (tarea 2). Aun así, a lo largo de las tres tareas se
presentó un efecto de emoción por lo que es claro que, sin importar el grupo (pacientes-
controles), las participantes tienden a reconocer mejor unas emociones que otras. Además, se
encontró también que no hay correlación entre la duración y severidad de los síntomas de las
pacientes, determinado por el EDE-Q, y las funciones ejecutivas, determinadas por el IFS.
Este estudio ha sido el primero en buscar evaluar el reconocimiento de emociones en
contexto, en este caso siendo el contexto el cuerpo de las personas. Los resultados de este
estudio representan un aporte académico y son de utilidad en la comprensión de los dominios
de la cognición social, más específicamente, del procesamiento emocional de las pacientes con
TCA. De esta forma, los presentes resultados abren la puerta a futuros estudios que busquen
indagar con mayor profundidad en el reconocimiento de emociones utilizando un contexto
corporal y también una tarea de condición, en donde el contexto puede ser tanto congruente
como incongruente. Se sugiere que futuros estudios utilicen emociones con valencia positiva o
indeterminada (como la sorpresa) con el fin de comprender mejor la relación que hay entre el
procesamiento emocional y los TCA.
7. Referencias.
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Kuhnpast, N., Gramann, K., & Pollatos, O. (2012). Electrophysiologic evidence for
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