Brito Manero
Brito Manero
Brito Manero
El autor intenta explicar la especificidad del análisis institucional considerándola una práctica compleja.
El Análisis Institucional no puede considerarse una disciplina auxiliar sino que tiene su propio corpus
teórico y su práctica específica. Baso su trabajo en el libro Sociología de Lourau (1976).
Luego de la segunda guerra mundial, este movimiento cuestionó la institución psiquiátrica desde dos
corrientes: una sociológica y otra psicoanalítica.
Este movimiento fue desarrollado a lo largo de tres fases:
b. fase de socialización o terapia de grupo; espacio organizado por los pacientes. Según
psicoterapeutas institucionales había que curar a la institución y no a los pacientes. La actividad
instituyente de los pacientes era el elemento propiamente terapéutico, descentrando al médico en su
lugar de poder. La autogestión de los pacientes y del hospital tenía una eficacia terapéutica.
c. fase propiamente psicoanalítica. Psicoanálisis crítico sobre las actividades o prácticas dominantes
en el medio francés. A su vez, esto permitió un avance teórico que disminuyó las bases conceptuales
de origen. La introduccion del Psicoanálisis sustituyó con la teoría, la experimentación que se realizaba
en psicoterapia. Estas experiencias mostraron los problemas de poder más que del inconsciente
freudiano.
Los debates actuales sobre la institución psiquiátrica tratan las políticas en la psicoterapia.
2. La Pedagogía Institucional
Encuentra la problemática de una teoría de la acción política fuera de las organizaciones politicas
sindicales. Fue influenciado por:
Movimiento influenciado por la Psicoterapia institucional con niños “débiles mentales” (Manoni) y por la
Psicosociología de la autogestión y de Lapassade.
Luego se dividió en dos tendencias: psicoanalítica y autogestiva (izquierda francesa, abierta hacia lo
político y derivación hacia la autogestión social).
Tres puntos
Consideran la institución escolar como objeto de análisis.
Establecer las formas de regulación sobre la base del funcionamiento democrático entre
docentes y alumnos.
Análisis colectivo debe crear las condiciones de dicho funcionamiento
El elemento importante de este movimiento fue la colectivización del análisis (o análisis colectivos) sobre lo
instituido –instituciones externas, transversales al grupo que determinan su quehacer y los límites de sus
acciones posibles-. Además, el análisis de la dinámica de la institución permitió observar la relación entre
los diversos modos de acción y las transformaciones. Estos modos de acción se convertirían en los
referentes básicos tanto de la psicoterapia y de la pedagogía institucional.
Podemos decir que la Pedagogía Institucional descubrió que el análisis de la institución escolar
desemboca, en el análisis generalizado de las instituciones.
3. El Socioanálisis
Dispositivo de intervención
Aparece el grupo abierto constituyéndose una Asamblea General, participan los que están interesados o
quienes son requeridos por la intervención.
1. Staff analítico: constituido por expertos demandados por la intervención y miembros del
establecimiento.
2. Staff cliente: portadores del encargo de intervención, realizan la demanda a los analistas.
Tecnicas de desinstitucionalización:
d- si el origen de la demanda es poco clara, el staff analítico trabajara para constituir un staff cliente.
e- el staff cliente aplasta todo intento de socialización del análisis de emergencia de demandas. El staff
analítico va a trabajar en la constitución de un grupo-cliente. Hacer presentes a los ausentes.
Campo de análisis
No son las personas en sí. La agrupación que constituye al grupo-cliente se entiende como la resultante
de una cantidad infinita de determinaciones sociales que adquieren formas y sentidos específicos,
determinaciones políticas cuya piedra de toque es el Estado y que atraviesan transversalmente al conjunto
del grupo-cliente. Estas determinaciones actúan unas sobre otras y su descubrimiento o elucidación
colectiva pasa a ser el objeto del socioanálisis. Es colectiva ya que el saber del analista no es un saber
privilegiado sino que debe escuchar y aprender del análisis efectuado por el grupo-cliente para construir el
conocimiento.
Campo de intervención
El antes se refiere a la negociación del contrato con el staff cliente. Contiene el análisis de la encomienda
diferente al de la demanda.
El exterior puede entrar dentro del grupo-cliente y ser fuente de conflicto o fuente de elucidación. Se
expande hasta la base social de la institución.
El después es el seguimiento que cuenta los efectos de la intervención que se desarrollan después de las
sesiones socioanaliticas.
No es una teoría sino una encrucijada de nociones y conceptos de disciplinas múltiples y practicas
diversas.
La encomienda deriva de la complicidad política entre el staff analítico y el staff cliente. La encomienda o
encargo es la demanda privilegiada en un momento determinado sobre las otras demandas. Al staff
analítico llega una demanda procesada por diversas fuerzas y que cubre otras demandas. El proceso
analítico será el camino inverso de la constitución de la encomienda. El o los analistas intentan deconstruir
el encargo hacia las múltiples demandas contradictorias que le dieron origen. El papel social del
conocimiento está en el origen mismo de toda encomienda.
Esta dimensión de la encomienda supone que el socioanalista actúe en cierto sentido, mantenga la
significación dominante de los vínculos sociales, se sostenga como especialista, que pronto se transforma
en juez.
La encomienda inicial debe ser no sólo amplia, sino también desviada de sus objetivos originales. Como la
demanda representa deseos, el dispositivo de análisis debe permitir la emergencia de tales deseos.
La implicación contiene y rebasa los límites del concepto de contratransferencia institucional ya que
establecer un contrato significa poner sobre la mesa la comunidad geográfica y la comunidad cultural
dentro de la cual se insertan los integrantes de una institución y el sociólogo.
Debe representar no solo al sujeto sino al objeto, la relación que los vincula. No se puede estar por fuera
de un grupo sin estar dentro de otro.
El análisis de la implicación es lo que nos permite relativizar nuestrs verdades abriendo la posibilidad de
reflexión sobre nuestro propio entendimiento.
Este modelo de análisis de las implicaciones supone una serie de reflexiones, estudios e investigaciones
que, desde diversas teorías y puntos de vista, han reflexionado sobre el lugar del saber en los procesos
sociales.
c. Epistemológicas, esta dimensión de la implicación nos remite al estudio de como los dispositivos de
investigación o de intervención producen los fenómenos que se quieren observar.
d. Campo de implicación donde todas estas dimensiones anteriores se formulan como un campo de
fuerzas que atraviesa las totalizaciones de los dispositivos estructurados para producir conocimientos,
dando sentido y relatividad histórica a conocimientos que, queriéndose universales, en realidad se
constituyen como conceptos situados y fechados, sometidos, como todo concepto, a un proceso de
envejecimiento y caducidad.
La autogestión puede ser entendida como alternativa de organización social y política. Sirve para analizar
lo que estaba allí, ya instituido de acuerdo con la dinámica de grupo. La autogestión se constituyo como un
disparador de una serie de procesos al interior del gripo cliente y de todos los participantes en la
intervención socioanalitica. Es la fuerza que trabaja en favor de una des-institucionalización necesaria para
el proceso de Análisis Institucional.
La transversalidad es un concepto relacionado con las metodologías de abordaje de los grupos. Desde la
Gestalt es necesario ver el grupo de análisis como una totalidad o unidad con determinaciones
psicosociales del proceso. Sartre plantea que la totalidad se relaciona con un momento histórico, por ello
prefiere en término transversalidad constituyente del grupo. Guattari plantea que la dinámica de los grupos
depende del contexto social más inmediato, es decir, la institución a la cual pertenecen.
Así, se puede entender al grupo de dos formas: desde la verticalidad –relaciones sociales
institucionalizadas, jerarquizadas y mediatizadas en función de un tipo de sociedad- y desde la
horizontalidad – relaciones inmediatas sin mediatización de la institución, son las relaciones sociales
reales. El grupo objeto se define entonces vertical u horizontal (según sus sentimientos de pertenencia) y
el grupo sujeto es quien elabora estas formas de alienación y da cuenta de su estar en el mundo. La forma
colectiva debe entenderse desde un proceso de totalización y de destotalización. La relación que existe
entre la verticalidad y la horizontalidad es la transversalidad. Descubrir dicha relación (sus contradicciones,
sus conflictos, en acción) es propio de la intervención socioanalítica sabiendo que el colectivo del
socioanálisis se presenta atravesado por todo el sistema social, no solamente por la institución; ésta es
una práctica social, un proceso dinámico que se construye con diversos momentos. El grupo está
determinado por y desde lo social, capaz de dar forma a esas determinaciones, hay un interjuego
entre el adentro y el afuera. En la transversalidad no buscamos un equilibrio entre la verticalidad y
la horizontalidad, sino una confrontación por resolver o resuelta
El analizador nos permite validar el método. El analizador es tanto una persona como una acción que
deconstruye lo instituido de una institución. Tiene efectos mediatos e inmediatos en función de las
relaciones de poder, de autoridad, del saber de los participantes de toda la estructura oculta de la
institución. Este concepto tiene que ver con una acción específica que es la de develar las situaciones que
forman el no saber de los miembros respecto de la institución de la cual son parte y es fundamental para
su funcionamiento.
b) Analizador natural, irrumpe generando un saber sobre los fundamentos de la institución. Manifestación
de los elementos ocultos o invisibles que salen a la luz revelando alianzas y relaciones
El emergente refiere a la transversalidad institucional del grupo, son sus estructuras imaginarias.
Analizador – analista se constituye como una oposición. Los efectos y las significaciones de la acción de
los analizadores son múltiples y se efectúan en muy diversas dimensiones de lo real. Sin embargo, es
desde el saber del analista (saber sobre el inconsciente, sobre el grupo, sobre las instituciones, sobre la
sociedad) donde estas múltiples significaciones quedan reducidas al significado privilegiado desde el saber
del analista. El análisis de la implicación sociológica del analista se constituye, así, como condición
necesaria para que exista un Análisis Institucional.
Conceptos microsociológicos
Acuñados a partir de las prácticas específicas del análisis institucional, se refieren al grupo y también a
una teoría de los analizadores.
Es importante encontrar una forma de ver al grupo (no se constituye, ni se puede constituir como
objeto propio de análisis institucional), de situarlo en función de la dinámica institucional que lo
contiene y determina pero que además, estalla sus fronteras tanto en el campo de análisis como en el de
intervención. Cada grupo tiene una valencia que es una tendencia hacia la constitución como grupo de
base, de trabajo o de acción.
Grupo de base: privilegia la horizontalidad y las relaciones afectivas inmediatas que se manifiesta en las
prácticas grupales tal vez como un subgrupo.
Grupo de acción: actúa su propio proyecto saliendo tanto de la horizontalidad como de la verticalidad
absolutas de los grupos anteriores. Presenta un trabajo determinado por sus propios deseos, sus propias
demandas, elaborando su distancia y su identificación institucional. Se manifiesta como una fracción.
Cabe la pregunta sobre las preferencias de las personas, el por qué de su elección en cada uno de los
grupos, es decir, su posicionamiento frente a la institución o lo instituido.
Ideológica: frente a los postulados universales, se ponen en duda las finalidades de una institución. Sus
posibilidades pueden resultar transformadoras aunque en otros casos, muy negativas.
La institución puede ser comprendida desde un lenguaje político y desde la existencia material visible.
Sin embargo es importante concebir lo instituido de cada institución.
Todas las sociedades se dan una constitución, un sistema de leyes que rigen el intercambio
socioeconómico y político.
Entenderla como un sistema de normas o reglas que ya están ahí, con una existencia transformada
por la historia no es lo mismo que entender que una sociedad puede ser instituyente de cambios.
La sociedad instituida presupone a la sociedad instituyente, pero entre ambas hay una gran
distancia.
En una institución, estas dos sociedades aparecen confundidas pero se pueden observar a través de estos
momentos:
Particular: instituyente; es la negatividad actuante, toda verdad universal deja de serlo cuando se
particulariza y expresa la multiplicidad de demandas de la base social de la institución.