Ventana Azul

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VENTANA AZUL

A veces delicada
A veces robusta
A veces el silencio rompe
Las invade otras
Si fuera una mueca solamente
Tanto no significaría
La sonrisa es la respuesta
De preguntas que carecen
Y si agregamos a todo una?
Un árbol, una flor, un nuevo día
Si pudiera regalarles siempre
Y recibir todos los días
Seria mas sencillo
Vivir con una sonrisa

Podre aceptar
Un mar en silencio
La bulla en la cocina sin aromas
La lluvia sin dejar charcos
Una frazada que no abriga
Un abrazo a la distancia
El viento en quietud y callado
Hojas que no se dejan tocar
La espera eterna de mi plan
Mis sueños en negro
Mil frases sin la pasividad de una madre

Pero jamás podre aceptar


Quedarnos sin la risa
Negarnos una sonrisa
Reír solo hasta llorar
Llorar hasta reír
Reír
Tomo 1

“Me invade esa violencia optimista de creer entender el


significado de TODO con euforia domesticada hasta que
descubro que es solo un rato de paz ante el
desconocimiento, una pequeña dosis de tranquilidad
emocional que se expresa de forma caótica. Por que todo lo
que sube tiene que bajar. Y aquello que fue luz tendrá
oscuridad y es solo cuestión de perspectiva. Tanta luz me
hizo ver esos rincones de oscuridad donde la luz no llega
y con motivos de curiosidad entro. Como un mar abierto,
océano repetible. Aprender a nadar en un rectángulo
controlado, ambiente controlado, para luego descubrir las
olas, las mareas y los vientos. Los ciclos de este pasaje
quizás sean infinitos o quizás finitos, relativo.
Desde el lado de la oscuridad se pueden ver esos faroles
de luz a la distancia, por curiosidad me acerco. Veo el
valor de las cosas, propias. Nos gustaría convertirnos en
faroleros para caminar con eso toda la vida, creemos que
esas luces no son nuestras, no somos nosotros. Reconocemos
entonces la tercera persona, EL. Cambiemos por el YO todo
lo que tenemos dentro.”

El farolero

Todo empezó como tenia que empezar, nacer, comer, crecer.


También me alimente de cada momento, de cada experiencia y
cada conocimiento que me iban apareciendo. Algunos los
pedía otros solo llegaban.
De repente llego ella, la oscuridad. Nunca la percibí como
mujer porque realmente me aterraba. Y mi madre, mi primer
amor y ejemplo de mujer, nunca me genero miedo.
Oscuridad se convirtió en un especie de túnel que con los
años se fue achicando cada vez mas. Se me hizo normal
caminar un sendero en forma de tubo persiguiendo una luz
de fondos verdes y azules que me generaban tranquilidad.

Capitulo 1: Rio manso

Luego de la tercera curva mi canoa choco contra un viejo


tronco que hacia tiempo se encontraba atorado contra una
roca, lleno de musgos. Ahí me despertó el golpe. Por miedo
me aferre a los dos remos temiendo lo peor y para mi
sorpresa el rio se volvió recto y plano, la corriente
parecía disminuir a un punto que me sentía en quietud.
Arboles, flores, montañas a lo lejos, dibujaban el fondo
de mi camino. Puedo ver, sentir y oler gracias al ritmo
del rio. Las sombras que dibuja el sol de este a oeste
sobre el lienzo claro de mi canoa, en forma de pizarra me
llevan a un mundo imaginario, de pronto esas sombras se
convierten en seres que se esparcen por toda la
embarcación, algunos me toman de las manos y me invitan a
jugar, otros me recuerdan de no soltar los remos.
El viento, antes pasajero, se desvía hacia mi y comienza a
bailar, me aleja y me acerca a la orillas contagiándome su
sonrisa, acaricia unas cañas y toca una melodía.

“Gota de rio será mi calma


Dulces y fiesta en mi alma
Pelota de luces y sonidos
Mensaje de alguien querido

Gota de rio será amor


Días de verano y calor
El pájaro armo su nido
El ultimo tren ha partido”

A lo lejos se ve algo, pareciera que el rio atraviesa un


campo de flores. Pero no es así. Las flores atraviesan el
rio como flotando, rosas, azules, rojas y amarillas.
Intento juntar las que mas puedo con mis manos mientras
detrás de unas nubes bajan otras canoas. Se mueven como
dedos entre las flores y comienzan a juntarlas también.
Vuelvo a aferrarme fuerte a los remos, no pretendo
quedarme sin mis flores.
Lo que parecía un juego termino en una batalla, algunas
flores flotan descoloridas, las que atraigo con mis remos.
Intente llenar mi bote pero pareciera infinito. Me detengo
en ese segundo y observo donde empieza, el vértice parece
estirarse cada vez que lo observo, las líneas curvas de
mis laterales se me alejan y me siento cada vez mas
pequeño. Mis pies no llegan al piso como lo hacían antes.
Una parte de mi canoa quiere aferrarse a cada paso que da
y la otra se toma de la mano con la corriente leve.
Intento controlarlo poco a poco y la punta anterior se va
soltando, liberando pequeñas astillas de madera que quedan
flotando en el camino. El bote, ahora mas parecido a un
pequeño barco, sigue su camino.

Con dirección única, sin motor, sin vela y sin necesidad


de usar remos, el barquito avanza. Igualmente me mantengo
lo mas alejado de los bordes con los remos, a veces solo
utilizo el derecho otras solo el izquierdo. Pareciera que
no pueden estar juntos por momentos. El día se nubla y
parece que va a llover. Truenos y gotas. Sonidos.

Lluvia que lava mis manos


Lluvia que llena mis cuencos
Agua que beben los montes
Agua que mojan mis cuentos

Lluvia que es agua en mi cara


Agua que es lluvia en pañuelo
Mojan las ideas desiertas
Inundan los lagos de ciertos

Las siguientes palabras las escribí en silencio. Dejando


la tinta correr en cada gota que caía del cielo. Llenando
la hoja de ruido.
Cae la noche, el empedrado de estrellas reflejadas en el
agua, pequeñas corrientes que confunden a estrellas
fugaces, la Luna como farol.
El rio sigue su caudal mientras mi embarcación continua su
curso en la noche. Remos uso mientras me alejo de las
orillas. El cielo se mueve como carrusel arriba y su
reflejo abajo. Junto algunas flores ya secas y enciendo
una pequeña fogata flotando. Con un manto de hojas largas
entramo una gran cobija y junto a los dos remos armo un
pequeño refugio. Me detengo a observar el baile del fuego
y sus sombras, algunas sombras tienen formas familiares,
animales.

Capitulo 2: El sueño

Ya ha pasado un cuarto del día siguiendo las huellas sobre


este sendero, gracias al otoño, pronto pasajero, podemos
distinguir las pisadas que dejan hojas rotas. Luego de
varios kilómetros podemos concluir que dicho sendero es
ruta que une fuentes de agua dentro de la estepa.
Pensé “Si cortamos camino hacia el próximo lago dentro del
mapa quizás logramos encontrarnos con ellos”
Así fue que ideamos el plan de dividir el equipo en dos.

Todo salió mal! En el intento de conectar al sendero por


la ruta alternativa, el segundo grupo calculo demasiado
exacto el punto de encuentro que al aparecer por el vergel
hacia el sendero sorprendió y alerto a la manada. El
actuar repentino de las bestias provoco una catástrofe,
violencia desmedida bajo una polvareda termino con el
equipo entero de búsqueda, salvo por un postulante que
logro refugiarse del ataque, a nuestra espera.
Esperamos encontrarnos con el en unas horas.

Su mirada hablaba por si sola, sorprendido y asustado,


exaltado y temeroso. Había visto criaturas increíbles y
presenciado su poder. Hablo por horas de lo vivido en
minutos, no lograba hacernos sentir, según el, la que ha
vivido.
“Al principio grandes patas como serpientes, pasos firmes
y estruendosos, grandes cuerpos que cargaban años,
historias y sucesos y sus grandes trompas sobrepasaban la
línea del horizonte.”
Al oír sus palabras no se lo notaba aterrado, mas bien
sorprendido y entusiasmado.
Que sucedió con el resto del equipo? Pregunte.
Claramente una pronta toma de decisiones llevaron a una
catástrofe, los elefantes zancudos ante la inesperada
aparición y situación de amenaza en un solo movimiento y
queriendo defender a los mas pequeños barrieron con sus
pisadas a la totalidad, dejando bajo una nube de tierra y
piedras la triste noticia que mas tarde escucharíamos.
Solo uno quedo y en su memoria la triste realidad de que a
cada acción una reacción, a cada luz una sombra.
Ahora ya sabíamos a lo que perseguíamos y a lo que
podríamos enfrentarnos si somos amenaza. Animales
poderosos con gran aptitud a la protección entre los unos.
Piernas largas para moverse rápido y gran peso para ser
poderosos.

Tierra seca se tiñe el viento


Fría noche encuentran tus brazos
Cuando abro los ojos ya no estas
El frio se queda en mi para siempre
Un instante, duro solo eso
El para siempre lo tapo el viento
Tu nombre y el mío en el árbol
Hoy leño prendido en mi llanto
Ahora tu nombre en cuaderno de experto
Estudiando el comportamiento mental
Resulto ser sensato el nuevo camino
Mojado ahora la tierra
Las gotas reflejan la luna
Que tanto anhelaba de día

Dos días caminando en círculos, noches enteras sin dormir


bien y el alimento cada día es menos. De cierto modo nos
vemos a los ojos con el grupo y sin decirnos nada y ante
una sensación de vergüenza seguimos caminando.
Llego la tormenta. No paramos mientras las gotas de a poco
limpian nuestros rostros llenos de tierra, nuestra piel
recupera un poco de humedad y nuestros labios abrazan una
esperadas saciedad.
Nuestra búsqueda ya era una obsesión sin sentido alguno,
sin juicio en el sendero.
Gracias a la lluvia, que detuvo a los elefantes, estábamos
mas cerca. Lo sentíamos.
Huellas enormes llenas de agua y barro eran fáciles de
leer a lo lejos. También sentíamos el vibrar.
Llegada la noche empezaron a despertarse los demonios,
algunos comenzaron a preguntarse si seguir, a preguntarse
cuanta comida quedaba y cuanto se deseaba lograr tan solo
verlos. A esta altura solo armábamos una tienda para todos
e intentábamos dormir alguna hora asardinados. La
tormenta, ya en el horizonte, nos regalaba un juego de
luces y tambores, por mi parte me transmitía paz. Logre
dormir esa noche.
Al sentir el primer rayo sobre mi, abrí los ojos, Era el
único en la tienda, alrededor mío solo sierras de cobijas
y trapos. Me han dejado pensé, al salir mis ojos cegados
por el sol y envueltos en pequeño velcro matutino no me
permitían ver claramente. Para mi suerte logre identificar
a lo lejos a parte de grupo, no estaban a gran distancia,
quizás unos cientos de metros detenidos, algo pasaba.
Camine en un principio pero a medida que me acercaba
aceleraba mi ritmo porque mi vista se volvía cada vez mas
a mi. Estaban discutiendo y señalaban algo, algo cercano y
en el suelo, algunos se agarraban la cabeza y uno,
particularmente uno lloraba desbocadamente apartado.
Al llegar todo se me volvió en cámara lenta, miradas hacia
mi hablaban en tristeza y frustración.
“Esta muerto” escuche.
El cuerpo yacía boca abajo entre la maleza, a su lado dos
bolsos semi abiertos donde se llegaba a diferencias trozos
de pan y un saco de tela como los de arroz. Una gran
apertura en su cabeza y la piedra al costado. La culpa
estaba metros mas allá llorando pero ya sin lagrimas, solo
miraba su obra con arrepentimiento y a nadie mas.
En el aire se sentía la locura y la traición, pero se
veía la vergüenza, esa misma que ya padecíamos en el
camino.
“Donde están los otros?” llegue a preguntar.
“Se fueron con el resto de la comida” contestaron.

Hoy cenaremos locura.


Un poco de desobediencia era bastante en el plato lleno de
obsesión. Una pizca de rebeldía fue suficiente donde ya
había libertad. Sed de triunfo, de descubrir lo nunca
visto, todo ardió en el fuego de la desolación y el
hambre.
La cena estaba lista.

Dos hombres menos y tres tercios de la comida con ellos.


Un muerto, otro al borde de la locura. El resto no muy
lejos tampoco. De fondo a nuestro panorama, sobre un
monte, siluetas inauditas. Hacia allí íbamos, aun cuando
todo lo sucedido nos señalaba dejar todo atrás y
rendirnos. Quizás volver a intentarlo con mayor equipo y
alimento. Esta vez la marcha se emprendió en silencio y
con ritmo equilibrado. Respiro.
Dos días pasaron de la segunda tragedia y ya estamos a
ritmo de los elefantes. En medio de la locura inminente un
brillo de claridad nos permitió idear un nuevo plan. Se
aproximaba una colina que alentaría a las bestias y la
única bajada debería ser la cara norte donde la colina
descansa en suave tendal y no presenta acantilados.
Debíamos circundar rápido por el borde del rio hasta su
salida. Apresuramos paso y nos topamos con el Rio, ahí
solo quedaba seguir su curso unos kilómetros.

Agua corriendo en la huella


Pensamientos que tratan de fluir
Dejando atrás TODO
Como si la cantidad importara
Del total a la nada
Ese será siempre el sentido
Aunque mis vientos quieran frenarlo
Aunque tus vientos quieran
Volver a ser naturales
Volver a ser rio

Rio. No mucho mas que contar, bordes húmedos, zonas


pedregosas, cascadas muy sonoras pero de pequeños saltos,
caminamos en línea y nada nos freno.

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