Fall Os 41239

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SENT Nº 666

CASACIÓN

San Miguel de Tucumán, 22 de Julio de 2014.-Y


VISTO: Llega a conocimiento y resolución de esta Excma. Corte Suprema de Justicia,
Sala en lo Civil y Penal, que integran los señores vocales doctores Antonio Gandur,
Antonio Daniel Estofán y Daniel Oscar Posse y la señora vocal doctora Claudia Beatriz
Sbdar -por no existir votos suficientes para dictar sentencia válida-, presidida por su
titular doctor Antonio Gandur, el recurso de casación interpuesto por la defensa técnica
del imputado Á.E.C., contra la resolución del Juzgado Correccional del Centro Judicial
Concepción del 18/3/2013 (fs. 487/488), el que es concedido por el referido juzgado
mediante auto interlocutorio del 11/4/2013 (cfr. fs. 499/500). En esta sede, las partes no
presentaron memorias sobre el recurso de casación (fs. 508), mientras que el Sr.
Ministro Fiscal se expide en el sentido que corresponde declarar mal concedido el
recurso en estudio por inadmisible e improcedente (cfr. fs. 509/510). Pasada la causa a
estudio de los señores vocales, y establecidas las cuestiones a dilucidar, de conformidad
con el sorteo practicado el orden de votación será el siguiente: doctores Daniel Oscar
Posse, Antonio Daniel Estofán, Antonio Gandur y doctora Claudia Beatriz Sbdar.
Luego de la pertinente deliberación, se procede a redactar la sentencia.
Las cuestiones propuestas son las siguientes: ¿Es
admisible el recurso?; en su caso, ¿es procedente?

A las cuestiones propuestas el señor vocal doctor Daniel


Oscar Posse, dijo:

I Viene a conocimiento y resolución de esta Corte Suprema de Justicia de


Tucumán, el recurso de casación interpuesto por la defensa técnica del imputado C.Á.
E.o (fojas 492/497), en contra de la Sentencia del 18 de Marzo de 2013 (fojas 487/488),
expedida por el Sr. Juez de Instrucción de la IIª Nominación del Centro Judicial de
Concepción.
El pronunciamiento en crisis, no hace lugar al pedido de cese de medida
cautelar y posterior entrega de la posesión del inmueble objeto de la litis, ubicado en el
paraje denominado “Árboles Grandes” y compuesto de una superficie aproximada de
200 hectáreas, rechazando el reintegro del mismo.
II. La sentencia en crisis advierte que la presente causa se ha resuelto por
prescripción de la acción penal, por lo que no se valoró la conducta del imputado en
autos. Estando controvertida la propiedad del inmueble objeto del litigio, cuya
restitución se peticiona, el A-quo considera que, según lo normado por el artículo 553
del Código Procesal Penal de Tucumán (en adelante CPPT), corresponde que la
cuestión relativa a la restitución del inmueble se discuta en sede civil. Citando
precedentes de esta Corte concluye rechazando lo solicitado.
III. Contra la sentencia expedida por el Sr. Juez de Instrucción de la IIª
Nominación, la defensa técnica del imputado interpone recurso de casación a fojas
492/497. Cita como normas violadas el artículos 553 (CPPT), el artículo 224 del Código
Procesal Civil y Comercial de Tucumán (en adelante CPCCT), el artículo 30 de la
Constitución de Tucumán y los artículos 16 y 18 de la Constitución Nacional.
Entiende que la sentencia en crisis es definitiva en el marco de lo
dispuesto por el artículo 480 (CPPT) y que la cuestión debatida asume gravedad
institucional, por trascender el interés de las partes al relacionarse con principios
constitucionales fundamentales tales como la defensa en juicio y el de igualdad ante la
ley.
Luego de realizar una relación de los antecedentes de la causa expresa
agravios manifestando que la decisión que se cuestiona no observó la doctrina legal
aplicable.
En este contexto la defensa sostiene que es incorrecto el encuadre legal
del caso en el artículo 553 del CPPT, cuando en realidad debió recurrirse al artículo 224
y concordantes del CPCCT. En apoyo de esta tesis cita un fallo de esta Corte referido a
la aplicación subsidiaria del CPCCT, ante la ausencia de normas positivas en el proceso
penal que regulen la restitución provisoria y anticipada de inmuebles en función cautelar
(sentencia Nº 732 de fecha 02 de septiembre de 2005).
Para el recurrente el artículo 553 (CPPT) se refiere a objetos
secuestrados, que quedan en poder de la Jurisdicción o del Estado y no son entregados a
la contraparte, a diferencia de lo que ocurrió en autos donde el inmueble ha sido
entregado a la querellante. Por ello, fundar la negativa de restitución del inmueble en el
citado artículo es arbitrario.
Aclara que el pedido de cese de la medida provisoria o cautelar no exige
ni corresponde que se expida sobre la propiedad y sí corresponde dejarla sin efecto al
haber desaparecido la causa de su dictado. Las medidas cautelares subsisten mientras
duran las circunstancias que las determinaron, son mutables y el auto que las ordena no
tiene fuerza de cosa juzgada, no causa estado y puede pedirse su levantamiento.
La defensa técnica argumenta que, si la denuncia por usurpación fue la
justificación que se tomó en cuenta para dictar la cautelar, habiendo concluido el
proceso principal con el sobreseimiento del imputado, desaparece la causa que motivó
la medida. En consecuencia corresponde al órgano que la otorgó dictar su cese. Dado el
carácter accesorio que tiene la medida, la existencia del juicio principal es indispensable
para su subsistencia, concluido el mismo sin condena, lo accesorio sufre la suerte de lo
principal y se extingue.
Entre otras consideraciones, se agravia el recurrente por entender que el
pronunciamiento ha hecho una merituación errónea de los hechos, dando independencia
a una medida provisoria al mantener la cautelar más allá del fin de la acción penal. Por
último, critica la jurisprudencia citada por el sentenciante afirmando que no se aplica al
presente caso, propone doctrina legal que entiende pertinente a su planteo y hace reserva
del caso federal.
IV. El recurso fue concedido por decisión del Sr. Juez de Instrucción de
la IIª Nominación de fecha 11 de abril de 2013, por entender que se han cumplido los
requisitos subjetivos (respecto de las partes y el Tribunal) y objetivos (causales del
recurso), de admisibilidad del remedio intentado. Sin perjuicio de considerar
improcedentes los agravios, el vicio de arbitrariedad denunciado hace no a la
admisibilidad sino a la procedencia del mismo, lo que es competencia exclusiva de la
Corte.
V. Corrida la vista al Sr. Ministro Fiscal, dictamina que el recurso fue
mal concedido por inadmisible y en su caso también improcedente por lo que debe ser
desestimado.
VI. Atento lo expuesto corresponde a esta Corte, expedirse en definitiva
sobre la admisibilidad del recurso interpuesto y en su caso sobre la procedencia del
mismo.
Previo a todo análisis, es importante destacar el parámetro establecido
por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el precedente “Casal”
(Fallos:238:3399), que impone el esfuerzo de “revisar todo lo que sea susceptible de
revisar, agotando la revisión de lo revisable” (considerando 5 del voto de los jueces
Petrachi, Maqueda, Zaffaroni, Lorenzetti; Considerando 11 del voto del juez Fayt y
considerando 12 del voto de la jueza Argibay) y que “…la revisión de la sentencia
impugnada tiene como límite lo que surja directa y únicamente de la inmediación,
dados los principios de publicidad y oralidad implementados por la ley procesal
vigente en la provincia” (considerando 25), de que “aquellos extremos que el tribunal
sentenciante haya aprehendido en virtud de la inmediación no pueden ser reeditados en
la instancia revisora…” (Considerando 12 del voto de la jueza Argibay)
Concluimos que, en relación a la admisibilidad del recurso intentado la
presentación no cubre el requisito exigido por el artículo 480 (CPPT), sobre la
definitividad, entendiendo esta Corte que corresponde, ante el planteo realizado,
analizar la posibilidad de ocurrencia de gravedad institucional.
Esta Corte de Justicia, en sus distintas integraciones, ha dicho
reiteradamente que las decisiones sobre medidas precautorias, sea que las ordenen,
modifiquen o extingan, no revisten el carácter de sentencia definitiva. Tales decisiones,
no causan estado ni son definitivas ni preclusivas, de donde resulta que pueden reverse
siempre que se aporten nuevos recaudos. Se trata de resoluciones provisionales que
pueden ser modificadas según lo aconsejen ulteriores circunstancias, sin que pueda
invocarse al respecto cosa juzgada (CSJT, sentencias Nº 251 del 31/3/2005; Nº 252 del
21/4/2003; Nº 490 del 20/6/2000; Nº 916 del 31/10/2000; Nº 887 del 18/11/1999; Nº
296 del 06/6/1995 entre muchas otras).
Dijo asimismo, que las resoluciones sobre medidas cautelares vinculadas
a la restitución provisoria de inmuebles no son impugnables por vía del recurso de
casación (CSJT, sentencias Nº 117 del 02/3/2010; Nº 65 del 20/02/2009; Nº 856 del
01/9/2008), toda vez que la resolución no es definitiva, ni pone fin a la acción, ni hace
imposible su continuación, ni se trata de un auto que deniegue la extinción,
conmutación o suspensión de la pena; y la nota característica de las resoluciones
recurribles en casación es el efecto de poner término al proceso (CSJT sentencias Nº
367 del 04/5/2009; Nº 814 del 23/8/2007; Nº 413 del 23/5/2007; Nº 824 del 30/10/2003;
Nº 410 del 30/5/2001; Nº 586 del 04/8/2000; Nº 140 del 22/3/1999; en igual sentido,
CSJN en fallos 295:405; 298: 408; 308:1667; 310:187; 310:1486; 311:1781; entre
otros).
VII. En este contexto, corresponde analizar el planteo del recurrente que
solicita dejar sin efecto la cautelar dispuesta a fojas (314/315), por el Juzgado de
Instrucción de la IIª Nominación, cuyo levantamiento fue denegado por el fallo en
crisis. Argumenta la defensa que el encuadre normativo de la denegatoria basado en el
artículo del 553 del CPPT es incorrecto y que deben aplicarse supletoriamente las
normas sobre medidas cautelares genéricas del CPCCT. A partir del referido encuadre,
deduce que la cautelar dictada debe seguir la suerte del proceso principal y no puede
subsistir una vez dictado el sobreseimiento en la causa principal (artículo 224 CPCCT).
Desde la perspectiva de la defensa técnica, la decisión denegatoria infringiría la ley
penal adjetiva, invocación que habilita el examen de procedencia casatoria.
Es dirimente para resolver el planteo, determinar la naturaleza y alcance
que tiene la medida dictada en el marco del artículo 212 del CPPT (reintegro provisorio
del inmueble en el proceso penal de usurpación) y si la figura es idéntica, análoga o
diferente a las previstas en el sistema cautelar genérico regulado por la ley procesal
civil. Las consecuencias difieren en cada caso.
Si la medida prevista por el artículo 212 (CPPT) es idéntica o
simplemente una aplicación analógica lisa y llana del instituto cautelar del proceso civil
al proceso penal, el recurso sería procedente. Adelantamos sin embargo que tal hipótesis
no puede ser posible. La finalidad de ambos institutos coincide en cuanto apuntan a la
tutela urgente de los derechos involucrados en el conflicto. Toda medida de este tipo, ya
sea que se dicte en un proceso penal o en uno civil, conlleva el propósito de evitar que
las circunstancias fácticas y jurídicas existentes al momento de su pedido tornen
ilusorios o abstractos los derechos que se intentan resguardar. Sin embargo en el
proceso penal difiere en su naturaleza y alcance, esto último en relación al contenido de
la decisión a la que se arribe en el juicio principal.
El delito de usurpación tiene dos derivaciones posibles que responden a
dimensiones jurídicas diferentes. Por un lado, la dimensión penal, que es retributiva y
busca la punibilidad del ilícito comprobado y se instrumenta en el proceso penal. Por el
otro, la dimensión civil, que es reparatoria y busca determinar la situación dominial del
inmueble objeto del litigio y se instrumenta en un proceso civil mediante las acciones
posesorias y petitorias en las cuales se analizará lo concerniente al título posesorio o
dominial que justifique la atribución del mismo al pretensor. Sin embargo en algunos
casos el juez penal para arribar a una decisión absolutoria o condenatoria del imputado,
puede expedirse sobre algunos aspectos civiles en tanto que debe hacer cesar los efectos
del delito. En este contexto corresponde analizar las consecuencias de la decisión penal,
según sea condenatoria, absolutoria o por sobreseimiento y su influencia en la medida
prevista por el artículo 212 del CPPT, en relación a su levantamiento.
Para ello debemos recurrir a los principios contenidos en los artículos
1102 y 1103 del Código Civil, que establecen que, si el Juez Penal condena o absuelve
al acusado en el juicio criminal (en el caso que nos ocupa, sobre el delito de
usurpación), no se podrá discutir en sede civil la existencia del hecho principal que
constituya el delito o sobre el cual hubiese caído la absolución.
Tales principios también deben ser aplicados por el mismo Juez Penal
que ha dictado una sentencia de fondo y que a posteriori debe resolver un planteo que
solicita el levantamiento de la medida que se dispuso en el mismo proceso (en el marco
del artículo 212 del CPPT), atento a que debe analizar si han cesado los motivos que
justificaron su adopción. El principio lógico de no contradicción justifica la vigencia
para esta hipótesis, de lo dispuesto por los artículos 1102 y 1103 del Código Civil.
Si el Juez Penal condena al imputado, no han cesado las circunstancias
que motivaron el dictado de la medida que dispuso el reintegro provisorio del inmueble
al querellante, en el proceso penal de usurpación en el marco del artículo 212 del CPPT.
Mal podría el acusado pretender su levantamiento.
Si el Juez Penal absuelve y al motivar la decisión adoptada considera que
el acusado tiene razones para detentar un derecho en relación al inmueble (dominial,
posesorio o a título de tenencia); ante un pedido de levantamiento de la medida el Juez
podrá concederlo merituando los antecedentes de la causa, en el ámbito de su
competencia y siempre que entienda que han cesado las circunstancias que motivaron la
solicitud de la medida por parte del querellante.
Por último, si la decisión del Juez Penal sobresee al imputado por una
causal que no ha requerido o no ha posibilitado el análisis, tanto de la conducta del
imputado como de la controversia de fondo sobre la propiedad, posesión o tenencia del
inmueble, la solicitud de levantamiento no puede prosperar, atento que la medida
tomada reviste el carácter de auto-satisfactiva, quedando al perjudicado expeditas las
vías posesorias y petitorias en sede civil para hacer valer su reclamo.El ordenamiento
jurídico, impone reglas muy estrictas para imputar la responsabilidad de un delito a un
acusado, en virtud del principio “pro homine”. En defecto de las mismas y cuando por
diversas circunstancias no se han podido verificar, la norma impone al Juez el deber de
sobreseer al imputado aún cuando no pueda ingresar al análisis de fondo del asunto.
Ejemplo de ello son las reglas sobre la prescripción del delito, tal como aconteció en
este caso.
En este esquema, la sentencia penal dictada en estos autos, se revela
idónea para liberar de responsabilidad al imputado, pero insuficiente para motivar una
decisión que debe analizar si han cesado las circunstancias que motivaron el dictado de
la medida auto-satisfactiva que dispuso el reintegro provisorio del inmueble al
querellante.
Tales circunstancias no se reducen a los datos objetivos de imputabilidad
del delito de usurpación, sino también a cuestiones que importan un grado de aceptable
verosimilitud de derechos vinculados a la propiedad, posesión o tenencia del inmueble,
que aún no están prescriptos y que compete en este caso al Juez Civil entender en esta
materia. Ello resulta así debido a que el Juez Penal ha agotado su jurisdicción
sobreseyendo al imputado sin ingresar a cuestiones de fondo, razón por la cual no puede
expedirse sobre las mismas al resolver el planteo accesorio sobre la cautelar. Si
cualquiera de las partes pretende solicitar el levantamiento de la medida, o discutir su
derecho a la propiedad, posesión o tenencia debe hacerlo en el fuero civil.
En virtud de lo expuesto, se evidencia que el recurrente no ha podido
desvirtuar el criterio según el cual estamos frente a un pronunciamiento no definitivo y
respecto del cual permanece sin demostrar el supuesto de gravedad institucional que se
ha examinado, lo que sella en forma adversa la suerte del recurso intentado en contra de
la Sentencia del 18 de Marzo de 2013 (fojas 487/488), expedida por el Sr. Juez de
Instrucción de la IIª Nominación del Centro Judicial de Concepción, con imposición de
costas a la parte vencida, reservándose el pronunciamiento sobre honorarios para su
oportunidad.

A las cuestiones propuestas el señor vocal doctor


Antonio Daniel Estofán, dijo:
1. Viene a conocimiento y resolución de esta Corte
Suprema de Justicia el recurso de casación deducido por la defensa técnica del imputado
Á.E.C. (fs. 492/497), contra la sentencia del Juzgado Penal Correccional del Centro
Judicial de Concepción del 18 de Marzo de 2013 (fs. 487/488). El recurso fue
concedido por auto interlocutorio del 11/04/2013 (fs. 499/500).
El pronunciamiento en crisis, no hace lugar al pedido de cese de medida
cautelar y posterior entrega de la posesión del inmueble objeto de la litis, ubicado en el
paraje denominado “Árboles Grandes” y compuesto de una superficie aproximada de
200 hectareas, rechazando el reintegro del mismo. Que para así decidirlo, el Juez a quo
tuvo en cuenta la doctrina legal sentada por este Tribunal Cimero de Justicia, mediante
sentencia n° 108 del 07/03/2012 (in re V. de A. O. D. s/usurpación de propiedad”).
2. De la liminar lectura del recurso interpuesto por la defensa técnica del
imputado vemos que se encuentran observados los requisitos establecidos en los arts.
485 y 486 del CPPT.
Se considera, contrariamente con lo apreciado en el voto preopinante,
que los motivos de casación expuestos por el recurrente encuadran en lo preceptuado
por la ley adjetiva, en tanto se alega fundadamente la violación de normas procesales y
constitucionales. Si bien el pronunciamiento del caso no se inscribe en el concepto de
sentencia definitiva (art. 469, 1° párrafo del CPP y art. 813 inc. a del CPCC), los
agravios invocados permiten tener por configurado el supuesto de gravedad
institucional (art. 469 in fine del digesto penal y art. 813 inc. b del código de rito civil).
En efecto, la cuestión planteada trasciende el interés meramente personal de las partes al
encontrarse cuestionada la estructura esencial del proceso con incidencia directa en el
normal desarrollo del servicio de justicia, por lo que –a criterio del suscrito– el recurso
de casación debe ser considerado admisible.
3. De la compulsa de autos surge que por sentencia del 30/07/2012 del
Sr. Juez Correccional del Centro Judicial de Concepción, se declaró la extinción por
prescripción de la acción penal promovida en la presente causa; se dispuso el
sobreseimiento de A.E.C. por el delito de usurpación de propiedad del art. 181 CP por el
que venía acusado, a tenor de lo dispuesto en el art. 359 inc. 4 y 379 CPPT y art. 59 inc.
3 del CPA. El sobreseimiento en cuestión no fue cuestionado por el Ministerio Público
ni tampoco por la parte querellante.
Que en las concretas circunstancias de esta causa, y aún manteniendo el
criterio sentado en el precedente citado por el pronunciamiento en crisis en “Villa de
Alcaraz”, considero que no concurren en autos, motivos suficientes para mantener
actualmente en la posesión del inmueble al querellante en autos M.A. del P.
En efecto, del expediente penal surge que el querellante formuló
denuncia policial el 23/07/2005, por el delito que se investigó por usurpación de
propiedad en contra del imputado A.E.C. Que justificó la titularidad de la propiedad con
la copia de escritura pública de cesión de acciones y derechos posesorios otorgados por
el Sr. M.L.S. y manifestando que poseía la propiedad de forma ininterrumpida desde el
año 1984, hasta que en fecha 20/07/2005 la misma fue turbada en su posesión por el
ahora encartado C.. Que en sede judicial, el querellante presentó una seria de testigos,
que a grandes rasgos, todos coincidían que la titularidad de la propiedad le pertenecía al
mismo (cfr. fs. 04, 24, 25, 27, 29, 30, 104, 105 y 106).
Que citado a prestar declaración indagatoria, el imputado C. manifestó
encontrarse en posesión del inmueble hace aproximadamente 30 años. Que primero se
desempeñó como encargado del Sr. S. y que en el año 1992 le vendió la finca que indica
el boleto de compraventa que acompañó en fotocopia. Asimismo, a fs. 06, 07, 08, 23,
50, 16, 161, 162, 163 y 164, deponen una gran cantidad de testigos en la que todos
coinciden que el imputado C. se encontraba en posesión de la propiedad desde hace
aproximadamente 20 a 30 años.
Que con fecha 03/07/2006 la Sra. Fiscal de Instrucción de la Ia.
Nominación del Centro Judicial Concepción, consideró que no se encontraba acreditado
que el Sr. D.P haya estado en posesión real y efectiva del inmueble y que de acuerdo a
las testimoniales coincidentes con lo manifestado por el imputado C., es que requiere el
sobreseimiento del mismo en virtud de lo dispuesto por el art. 350 inc 5 del CPPT
(actual art. 359 inc. 5 CPPT). Que ante la discrepancia emitida por el Juez de
Instrucción de la Ia. Nominación del Centro Judicial Concepción mediante resolución
del 19/09/2006 (fs. 188/191), el Fiscal de Cámara de Apelaciones en lo Penal de
Instrucción, requiere la elevación a juicio del imputado C. por el delito de usurpación de
propiedad, con la escueta consideración en que “los fundamentos de la acusación y
valoración de la prueba, tienen tal entidad, que solo ameritan la elevación de la causa a
juicio, debiendo ser en el debate donde en definitiva se diriman la situación del
encartado, con toda la amplitud que aquella etapa conlleva” (fs. 195).
Luego de un extenso trámite procesal –en el que se admitió la recusación
con causa del Juez de Instrucción de la Ia. Nominación, por parte de la Excma. Cámara
Penal de Apelaciones– el Juez de Instrucción de la IIa. Nominación del Centro Judicial
de Concepción, también sin mayores fundamentos, resolvió, mediante resolución del
16/05/2007, la elevación a juicio de la causa, en contra del imputado C., por el delito de
usurpación de propiedad (fs. 267/268).
Que a fs. 269, el querellante solicitó que se disponga provisoriamente el
reintegro del posesión del inmueble, de conformidad a lo estipulado por el art. 210 bis
del CPPT (actual art. 212 CCPPT). Que por proveído del 24/05/2007, el Juez de
Instrucción de la IIa. Nominación, con fundamento en que “surge que si bien existe un
grado de probabilidad que avale la elevación a juicio de la presente causa, atento al
estado procesal de la misma, con sus características y modalidades, no surge
evidenciado en esta instancia, y en estas condiciones la verosimilitud que prevé el
art. 210 bis del CPP para disponer provisoriamente el inmediato reintegro de la
posesión o tenencia del inmueble” (fs. 270), por lo que resuelve rechazar la petición.
Que ante el recurso de apelación presentado por la parte querellante, la
Excma. Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción, por resolución del
07/03/2008, resolvió –entre otras cosas– hacer lugar al mismo y ordenar la restitución
del inmueble (fs. 307/310). Que para así resolverlo, la Cámara de Apelaciones
solamente consideró que “el estado de la investigación penal en la que se ha formulado
requerimiento de elevación a juicio, permite formar un cuadro de imputación suficiente
sobre la existencia del hecho delictivo y un avance de la prosecución penal...por lo que
correspondía revocar la resolución de fecha 24/05/2007 y hacer lugar al pedido de
restitución efectuado por la parte querellante”. Que en fecha 21/04/2008, el Juez de
Instrucción de la IIa. Nominación, en cumplimiento con el fallo de la Excma. Cámara
de Apelaciones, ordenó la restitución del inmueble a la parte querellante M.A. Del P.
(fs. 314/315).
Por último, el 30/07/2012, el Juzgado Penal Correccional, dispuso el
sobreseimiento por prescripción del imputado C. (fs. 460/461). En fecha 15/08/2012, el
defensor del imputado C. solicita se ordene la restitución del inmueble objeto de la
controversia (fs. 476), petición que reitera en fechas 13/11/2012 y 18/02/2012
respectivamente (fs. 477 y 485).
El juez Correccional, no hizo lugar al pedido de cese de medida cautelar
y posterior entrega de la posesión del inmueble objeto de la litis, con fundamento en la
doctrina legal sentada por este Tribunal Cimero de Justicia, mediante sentencia n° 108
del 07/03/2012 (in re V. de .”).
Que la medida cautelar en cuestión consistió en una entrega anticipada
de un inmueble al querellante, en el marco de un proceso penal por el delito de
usurpación (art. 212 CPPT). Además de la precariedad de la entrega, la norma requiere
otros elementos propios de toda medida cautelar, que deben ser ponderados por el juez
al momento de decidir sobre la solicitud de reintegro del inmueble.
En ese sentido, no cabe perder de vista que la investigación en el marco
de un proceso promovido por el delito de usurpación de inmuebles aporta elementos
para evaluar tanto la verosimilitud del derecho del peticionante como la probabilidad de
autoría y responsabilidad del sujeto imputado.
Y que en el concreto caso de autos, no puedo dejar de observar, que tanto
no pudo acreditar la verosimilitud del derecho de la parte querellante como así tampoco
se pudo verificar la probabilidad de autoría penal y responsabilidad del encartado en
autos.
Así, si tomamos el primer requerimiento fiscal de sobreseimiento, como
el requerimiento de elevación a juicio efectuado por el Fiscal de la Cámara de
Apelaciones o el auto de elevación a juicio, son coincidentes en que la situación de la
posesión del inmueble por parte del querellante no era traslucida, y que según el
requerimiento de Fiscalía de Cámara, debía ser en el debate donde se dirima la situación
del denunciado, dado que ambos –querellante e imputado– poseían un instrumento de la
propiedad en cuestión, gran cantidad de testimoniales que –a su vez– eran
contradictorias entre ellas, circunstancias estas que –a mi criterio– influyó para que el
Juez de Instrucción de la IIa. Nominación decidiera mantener el statu quo y no entregar
la posesión al querellante.
Es recién a partir del pronunciamiento de la Cámara de Apelaciones, en
donde con la sola invocación del auto de elevación a juicio en contra del C. y sin
analizar ni valorar en su integridad todas las pruebas documentales y testimoniales
contradictorias que existían en el expediente, se resuelve la entrega del inmueble a la
parte querellante en autos.
En el caso de “V. de A.”, esta Corte consideró especialmente la
inactividad del imputado, quien recién después de más de un año de conseguido el
sobreseimiento por prescripción, solicitó la restitución del inmueble objeto de
controversia. En el particular caso de autos, el encartado C. a través de su defensor,
solicitó inmediatamente, una vez obtenido el sobreseimiento, la restitución del
inmueble, siendo la inactividad de la parte querellante en instar la causa, lo que motivó
que este expediente no llegara a juicio oral, a los efectos de esclarecer las concretas
particularidades que se presentan en autos.
Cabe señalar que, a criterio del suscrito, el querellante en autos –en la
tramitación del expediente penal– nunca pudo demostrar que se encontraba en la
efectiva posesión de la propiedad ubicada en Arboles Grandes. En efecto, las
documentales que acompaña como demostrativas de la posesión, no acreditan la misma.
Las boletas de pago de impuestos son todas abonadas en la misma fecha, el 12/08/2005
(fs. 34/36), y no hay ninguna que haya sido abonada en fecha anterior o en años
anteriores. El plano de mensura tiene fecha de presentación en la Dirección General de
Catastro recién el 01/11/2004 (fs. 32). Las declaraciones testimoniales que existen en la
causa, no son contundentes sino que contradictorias, dado que las ofrecidas por el
querellante D.P. dan cuentan que a éste le pertenecía la propiedad; sin embargo, las
declaraciones ofrecidas por el imputado C. son todas coincidentes en que detentaba la
posesión del fundo desde un tiempo prolongado, todas contestes en que eran
aproximadamente 20 o 30 años.
Adquieren particular relevancia las declaraciones efectuadas en sede
policial por los testigos de apellido S., habida cuenta que estas han sido realizadas
cuando recién comenzada la investigación policial, por lo que no resulta descaminado
inferir que las partes interesadas no incidieron en el tenor de las mismas Así, a fs. 06,
da cuenta la declaración de L.R.S., apenas iniciada la investigación, quien sostiene que
“realizaba trabajos en el sector norte de la propiedad, y que tanto él, como su hermano y
tío, están trabajando en la propiedad del Sr. C., donde tiene un jornal de trabajo, además
a todo ello, como vecino del lugar, sabe y le consta que la propiedad donde están
trabajando es de legítima propiedad de C. ya que este señor hace bastante tiempo que la
administra”. En el mismo tenor, a fs. 07 declara en sede policial J.M.S., y manifiesta
que “le consta que la propiedad donde esta realizando estos trabajos, es de propiedad del
Sr. C., ya que este hace unos treinta años a esta parte la administra en su totalidad”.
Asimismo, a fs. 08 declara H.H.S. sostiene que “sabe y le consta que esta finca es de
propiedad del Sr. C., ya que el dicente de que tiene uso de conciencia, C. siempre la
administró y, de hecho que constantemente le está realizando arreglo a la misma ya que
tiene allí animales encerrados”.
Asimismo, estas manifestaciones son coincidentes con la declaración
testimonial de la Sra. A.I.D., viuda del Sr. M.L.S. –anterior propietario– en donde relata
que su marido era propietario de la finca en controversia y que el Sr. C. trabajaba con su
esposo hace años, y que luego que su cónyuge comprara otra propiedad en la provincia
de Santiago del Estero, le vendió al Sr. C. la propiedad de Arboles Grandes y que le
consta que desde hace más de treinta años que el Sr. C. esta en la propiedad que era de
su esposo y que actualmente el Sr. C. se encuentra en la propiedad, que lo ve siempre
ahí y que tiene una casita (fs. 138).
Todas estas circunstancias dirimentes, hicieron que la Sra. Fiscal de
Instrucción de la Ia. Nominación, requiriera el sobreseimiento del imputado C., por
haber apreciado que si bien el Sr. D.P. pudo haber comprado la propiedad hace veinte
años...considera que en la figura usurpatoria reviste especial importancia la prueba de la
posesión previa al despojo, lo que en autos no se encuentra, a criterio de la Instrucción,
probado a favor del D.P....entiende que no puede acreditarse el extremo esencial de la
figura imputada, corresponde no tener por configurada a la misma, pues al estar en autos
cuestionada la posesión, y no haberse acreditado que el imputado hubiere ingresado al
fundo por algunos de los medios que la ley considera tipificatorios de la usurpación, la
cuestión del mejor derecho sobre la propiedad corresponde se resuelva en el fuero civil,
a través de la acciones que le son propias” (fs. 179).
Asimismo, el requerimiento de elevación a juicio efectuado por el Fiscal
de Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción, que con sólo mencionar las
declaraciones existentes en la causa, que son contradictorias, nada aporta a la cuestión,
ni efectúa ningún análisis racional de los elementos existentes en la causa, para concluir
que “los fundamentos de la acusación y valoración de pruebas, tienen tal entidad, que
solo ameritan la elevación de la causa a juicio, debiendo ser el debate donde en
definitiva se dirima la situación del encartado, con toda la amplitud que aquella
conlleva” (fs. 195). Y es en virtud de este auto de elevación a juicio por el que la
Cámara de Apelaciones decidió la entrega del inmueble a favor del Sr. D.P.
Y existe otro elemento dirimente, que son las actuaciones que constan en
autos, como ser la copia de la cédula de notificación, del 01/08/2005, en donde surge
que el Juez de Paz de Arboles Grandes, Departamento Graneros, resolvió “No hacer
lugar al recurso de amparo a la simple tenencia interpuesto por el señor M.A. D.P. en
contra del señor E.A.C.”. Que de la cédula de notificación de fs. 77, surge que dicha
resolución fue aprobada en fecha 18/08/2005, por la Sra. Jueza en Documento y
Locaciones del Centro Judicial Concepción. Es decir, que concomitante a la denuncia de
usurpación, la petición del querellante fue desestimada, primero por el Juez de Paz y,
confirmada luego por la Sra. Jueza de Documentos y Locaciones. Nada alegó al
respecto el querellante en la causa penal sobre esta situación denunciada y probada por
el Sr. C.
En definitiva, las especiales circunstancias de la causa, me convencen de
la necesidad de dejar sin efecto el pronunciamiento recurrido, siendo de estricta justicia,
ordenar la restitución del inmueble ubicado en el paraje denominado “Arboles
Grandes”, Dpto. Graneros, al recurrente A.E.C.
Por lo considerado, corresponde hacer lugar al recurso de casación
deducido y, en consecuencia dejar sin efecto el pronunciamiento impugnado de
conformidad a la siguiente doctrina legal “Debe dejarse sin efecto la sentencia que
desestimó el pedido de restitución del inmueble formulado por el imputado en autos,
cuando de las particulares probanzas arrimadas, surge que éste se encontraba en la
efectiva posesión del inmueble al momento de efectuarse la denuncia por usurpación”.
Por las razones expresadas, y dejando a salvo los derechos de las partes a
ventilarse en sede civil, corresponde revocar íntegramente el pronunciamiento
impugnado en casación, de fecha 18 de marzo de 2013 (fs. 487/488), disponiéndose
sustitutivamente lo siguiente: “I.- HACER LUGAR al pedido de reintegro del inmueble
ubicado en el paraje denominado “Arboles Grandes”, Dpto. Graneros, compuesto de
una superficie aproximada de doscientas hectáreas, efectuado por la defensa técnica del
imputado A.E.C., Dr. G.S.”.
4. Atento a las dificultades interpretativas que ofrece el conflicto, la
complejidad de la cuestión aquí debatida y las peculiares circunstancias de la causa, las
partes exhibieron razones suficientes para litigar, por lo que corresponde imponer las
costas de esta instancia por el orden causado.
A las cuestiones propuestas el señor vocal doctor
Antonio Gandur, dijo:

I.- Comparto y adhiero, en términos generales, al voto del


Sr. Vocal preopinante, Dr. Daniel Oscar Posse, con el alcance que se explicita a
continuación.
En primer término, y conforme lo señala el voto preopinante, debe
diferenciarse los efectos que produce el resultado de la acción penal tendiente a juzgar
la supuesta responsabilidad por un ilícito penal de usurpación sobre lo resuelto con
relación al inmueble objeto de esa investigación en el marco de lo dispuesto por el
artículo 212 del CPPT, en cuanto éste último autoriza disponer provisoriamente el
inmediato reintegro del inmueble supuestamente usurpado al damnificado, cuando su
derecho fuese verosímil.
En rigor, se torna necesario distinguir los alcances y las razones que
pusieron fin a la pretensión punitiva del proceso penal para examinar su incidencia
sobre la restitución provisoria del inmueble contemplada en el artículo 212 del CPPT,
dado que no es lo mismo los efectos que produce una sentencia absolutoria del
imputado en el marco de un juicio oral en donde se comprobó el derecho al corpus del
inmueble por parte del acusado, que una sentencia condenatoria en donde se acreditó el
despojo injustificado o un sobreseimiento por extinción de la acción penal a raíz de la
prescripción (supuesto de autos). Cada situación justifica una solución distinta con
relación a sus efectos sobre la restitución del inmueble prevista en el artículo 212 del
CPPT que debe ser atendida adecuadamente.
Es que un nuevo examen de la cuestión me permite advertir la especial
naturaleza -con características heterogéneas, propias y específicas- que adquiere la
disposición de reintegrar provisoriamente un inmueble al damnificado de una supuesta
usurpación a la luz del artículo 212 del CPPT, en tanto dicha medida exhibe una
especial complejidad. En primer término, se vincula estrechamente con una finalidad
propia de la etapa de investigación penal preparatoria, consistente en impedir que el
delito cometido produzca consecuencias ulteriores (conf. art. 305 del CPPT), en ese
sentido, se observa que el artículo 212 del CPPT dispone la posibilidad de reintegrar la
posesión o tenencia del inmueble objeto de una usurpación a quien fuere el damnificado
de la presunta conducta ilícita, restituyendo la “cosa” inmueble a la víctima del delito, a
quien la ley procesal dispone que se le garantizará requerir el “inmediato reintegro de
los efectos sustraídos y el cese del estado antijurídico producido por el hecho
investigado en las cosas o efectos de su pertenencia” (artículo 96 inc. 6º del CPPT).
Desde esa perspectiva, se torna razonable la incorporación del artículo
212 del CPPT en la Sección Cuarta del Capítulo IX, referida al “Secuestro”, dado que si
bien la naturaleza no removible de los inmuebles -que integran el concepto genérico de
“cosas” según el artículo 2311 del Código Civil- impide su traslado como en la mayoría
de los supuestos de secuestros, es en esa Sección del CPPT en la que se regula la
necesidad de privar al imputado de la “cosa” vinculada a la investigación del ilícito
penal, de modo de hacer cesar el estado antijurídico producido por el hecho, en
cumplimiento de la finalidad de impedir que el supuesto delito cometido produzca
consecuencias ulteriores (art. 305 del CPPT). Todo ello sin perjuicio de que en esa
Sección Cuarta de la ley procesal se encuentra regulada la devolución -a la persona de
cuyo poder se sacaron- de los objetos secuestrados que no estén sometidos a
confiscación, restitución o embargo (conf. art. 219 del CPPT).
Con esa lógica, se observa que el reintegro del inmueble usurpado
previsto en el artículo 212 del CPPT, se inscribe en el marco de una finalidad coetánea a
la pretensión punitiva del proceso penal, en donde el juez, previo a un examen liminar
de la circunstancias fácticas de la causa penal y respetando las reglas del debido
proceso, se encuentra facultado para disponer el restablecimiento de la situación de
hecho existente con anterioridad al acaecimiento del hecho ilícito, garantizando uno de
los derechos de la víctima (art. 96 inc. 6º del CPPT) e impidiendo que el supuesto delito
cometido produzca consecuencias ulteriores (art. 305 del CPPT), lo que encuentra
especial legitimación y razonabilidad en la dinámica de nuestra realidad, de la cual la
ciencia jurídica no puede prescindir.
Desde esa premisa, se observa que la especial naturaleza de la restitución
del inmueble prevista en el artículo 212 del CPPT presenta rasgos particulares y
específicos, que se caracteriza especialmente por constituir una medida propia del
proceso penal (más allá de que se adopte en la etapa de investigación penal preparatoria)
y con cierto grado de autonomía con relación a la dimensión punitiva. En ese marco, la
restitución del inmueble usurpado al damnificado se encuentra condicionada a que su
derecho fuese verosímil, es decir, se trata de un ámbito de conocimiento limitado -de
conocimiento sumario- a raíz de la especial vía procesal y que no pretende hacer cosa
juzgada material sobre las cuestiones allí discutidas, sino cumplir con una de las
finalidades del proceso penal en el marco de una instancia con rasgos autónomos. En
ese sentido debe comprenderse el carácter de “provisoriedad” que le adjudica el propio
artículo 212 del CPPT, ya que puede revocarse, modificarse o ampliarse según lo
aconsejen posteriores circunstancias. Por ello, dicha “provisoriedad”, fundada realmente
en la limitada cognición establecida para disponer el cese del estado antijurídico, se
vincula con la extensión que hubiere alcanzado la “notio” pero no implica que su
naturaleza sea cautelar o accesoria, toda vez que con la restitución del inmueble no se
cautela la pretensión punitiva del proceso penal.
En efecto, la “provisoridad” de la restitución de inmueble prevista en el
artículo 212 del CPPT permite su revisión en el mismo proceso penal (a raíz de
circunstancias nuevas y relevantes) o mediante otro proceso simultaneo o posterior de
naturaleza civil -en tanto la medida referida, más allá de su naturaleza, produce efectos
sobre derechos típicamente civiles-, sin que ello signifique suprimirle a aquella sus
rasgos de autonomía ni adjudicarle carácter cautelar con relación a la pretensión
punitiva del proceso penal. De allí se advierten los inconvenientes que se presentan
cuando se pretende rotular la naturaleza de estas medidas (presentes en distintos códigos
procesales penales del país) y que fuera reflejado incluso en el voto del Dr. Corti -
miembro del Tribunal Superior de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- en los autos
“Centeno, Valeria Amanda s/inf. art. 181, inc. 1 CP”, de fecha 22 de mayo de 2013
(publicado en LLCABA 2013 -agosto-, 404; DJ 06/11/2013, 64).
Como se observa de su análisis, la restitución del inmueble usurpado
prevista en el artículo 212 del CPPT presenta una naturaleza compleja y heterogénea,
que más allá de los rótulos (los que no deben impedirnos establecer su justo alcance),
goza de ciertos rasgos de autonomía y especificidad que la hacen ajena a una medida
cautelar. En ese sentido, cabe resaltar que se debe distinguir la restitución del inmueble
usurpado del art. 212 del CPPT de una medida cautelar, dado que mientras ésta última
pretendería cautelar la posibilidad de ejecutar una eventual condena penal en el marco
de la dimensión punitiva del proceso penal (v.gr.: prisión preventiva del imputado), la
primera se inscribe en una instancia coetánea y previa en donde su finalidad consiste en
impedir que el supuesto delito cometido produzca consecuencias ulteriores y si bien la
decisión que se adopta es sólo provisoria, goza de cierto grado de autonomía y
estabilidad.
Vinculado a todo lo anterior, se impone distinguir los efectos que sobre
la decisión adoptada en el marco del artículo 212 del CPPT tiene la decisión que pone
fin a la pretensión punitiva del proceso penal por usurpación, dado que su impacto
dependerá del alcance de la sentencia y los aspectos sobre los que se pronunció con
relación a dicha pretensión punitiva. En ese sentido, y conforme lo señaláramos,
corresponde distinguir los diferentes supuestos posibles en los casos en donde, durante
la etapa de investigación penal preparatoria, se dispuso la restitución del inmueble
usurpado al damnificado a la luz de lo dispuesto en el artículo 212 del CPPT.
Así, frente a una sentencia firme de absolución dictada en el marco de un
juicio oral por usurpación en el cual se concluyó que el imputado siempre tuvo la
posesión del inmueble en cuestión y título legítimo para ello, dicho pronunciamiento sí
tendría efectos sobre resolución que dispuso la restitución del inmueble usurpado
realizada en el marco del artículo 212 del CPPT, dado que encontrándose acreditado en
el marco de un juicio de conocimiento pleno el derecho del imputado al bien inmueble,
sus efectos se proyectan necesariamente sobre lo decidido en la instancia de
conocimiento reducido del art. 212 del CPPT, autorizando al acusado absuelto a
solicitar la restitución del inmueble sobre la base de lo decidido en la sentencia de
fondo, por constituir ese pronunciamiento una circunstancia que autoriza la
modificación de lo dispuesto con anterioridad, todo ello en el mismo proceso penal en
donde se adoptaron las medidas o en otro proceso distinto pero de naturaleza civil (con
los efectos propios que surgen del art. 1103 del Código Civil). Esta solución encuentra
fundamento legal en el artículo 512 del CPPT -aplicable por paralelismo también a las
medidas adoptadas a la luz del art. 212 del CPPT- en cuanto resalta que frente a una
sentencia absolutoria, el Tribunal debe disponer inmediatamente la libertad del
imputado y la cesación de las restricciones cautelares impuestas, pero además resulta la
consecuencia natural de los efectos propios de una sentencia de fondo en el proceso
penal en donde se establecen derechos de las partes en forma definitiva.
Distinto es el supuesto en el que se dicta una sentencia de condena en el
marco de un juicio oral por usurpación en el cual se concluyó de que el imputado
despojó injustificadamente a la víctima del inmueble sobre el cual ésta última se
encontraba en posesión, en ese caso, se lograría una suerte de ratificación de lo decidido
en el marco de la restitución del inmueble prevista en el artículo 212 del CPPT,
contando incluso, en los aspectos pertinentes, con los efectos de la prejudicialidad penal
(conf. art. 1102 del Código Civil). Sobre el particular, y con relación a la misma
cuestión, se dijo que “sólo una sentencia condenatoria puede darle a la restitución
efectuada carácter definitivo, lo que no obsta al ejercicio de las acciones posesorias o
reivindicatorias que pudieran intentar (T.S.J., Sala Penal, 'Callegher', A. n° 112 del
30/5/96; 'Sánchez', A. n° 228 del 03/12/07)” (Tribunal Superior de la Provincia de
Córdoba, sentencia n° 133, en los autos “Videla, Mirta Lidia, p.s.a. usurpación -Recurso
de Casación-”, de fecha 18 de mayo de 2010).
Por su parte, en el supuesto de que la pretensión punitiva del proceso
penal se extinga a raíz de la prescripción de la acción penal (como en el caso de autos),
ese pronunciamiento interlocutorio carece de efectos sobre la disposición de restituir el
inmueble usurpado al damnificado en el marco de lo previsto por el artículo 212 del
CPPT, dado que, por un lado, en nada se pronuncia sobre los derechos de las partes con
relación al inmueble objeto de la causa, y por otro, carece de incidencia a raíz de que
aquella medida no constituye un mero accesorio de la pretensión punitiva del proceso
penal, sino que, conforme lo dijimos, goza de ciertos rasgos de autonomía (por su
especial naturaleza) que la mantienen viva provisoriamente a pesar de la extinción de la
pretensión punitiva a raíz de la prescripción, debiendo el imputado sobreseído recurrir a
un nuevo proceso -de naturaleza civil- para resolver los derechos de las partes con
relación al inmueble en un marco procesal de cognición superior.
Es que a diferencia de la sentencia absolutoria o condenatoria, que
suponen un juicio de conocimiento pleno, con amplitud de pruebas, contradictorio y
público, el sobreseimiento por prescripción constituye una resolución judicial que si
bien interrumpe el normal desarrollo de la dimensión punitiva del proceso penal
produciendo su clausura, prescinde de una valoración sobre el fondo de la cuestión, por
lo que no puede tener idéntico valor.
Desde esa perspectiva, y de conformidad a lo analizado oportunamente
en el sentido de que la restitución del inmueble usurpado al damnificado en el marco de
lo previsto en el artículo 212 del CPPT es asimilable a un secuestro -de conformidad a
la ubicación legislativa que realizó el propio CPPT-, se debe resaltar que la ley procesal
penal dispone que los objetos secuestrados serán devueltos tan pronto como no sean
necesarios, a la persona de cuyo poder de sacaron (conf. art. 219 del CPPT) y si se
suscitara alguna controversia sobre la restitución de los bienes secuestrados o la forma
de su restitución, se dispondrá que los interesados ocurran a la jurisdicción civil (conf.
art. 553 del CPPT).
En ese sentido, ésta Corte ha interpretado que, si bien a los efectos de
juzgar si se han configurado o no los elementos del tipo previsto en el artículo 181 del
Código Penal debe atenderse a la posesión o tenencia del bien jurídico tutelado, “las
cuestiones que se susciten en torno a los derechos sobre el inmueble tendrán que
aclararse en sede civil” (cfr. CSJT, sentencia nº 192 de fecha 17 de marzo de 2009 y
sentencia N° 749 del 28 de agosto de 2002). A su vez, y ante circunstancias especiales
que podrían afectar derechos reales involucrados, la jurisprudencia nacional señaló que
“habiéndose confirmado el sobreseimiento decretado del imputado en orden al delito de
usurpación, corresponde disponer que quienes se arrogan derechos sobre el inmueble en
cuestión recurran ante la justicia civil conforme a lo previsto en el artículo 524 Cód.
Procesal Penal, pues cualquier pronunciamiento sobre el pedido de restitución podría
incidir sobre el derecho de los interesados sobre la finca” (Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional, sala Vº, de fecha 20/06/2003, in re “Lim,
Man Jae”, publicado en DJ 2004-1, 735, AR/JUR/4386/2003)
Por ello, ante la existencia de una sentencia de sobreseimiento por
prescripción, no se configura la aparición de nuevos elementos que justifiquen revisar la
resolución que dispuso la restitución del inmueble usurpado al damnificado en el marco
de lo previsto por el artículo 212 del CPPT, sin perjuicio claro de que en un proceso
civil paralelo o posterior se resuelva sobre los derechos reales de las partes con relación
al inmueble objeto de la investigación por usurpación.
Aplicando los conceptos expuestos al caso de autos, se observa que la
sentencia de fecha 30 de julio de 2012 (agregada a fs. 460/461) que declara prescripta la
acción penal y, en consecuencia, dicta el sobreseimiento del imputado Correa por el
delito de usurpación de propiedad por el cual se encontraba sometido al presente
proceso penal, carece de efectos para modificar la situación fijada por las sentencias de
fecha 7 de marzo de 2008 (agregada a fs. 307/310) y 21 de abril de 2008 (agregada a fs.
314/315) con relación a que inmueble ubicado en el paraje denominado “Árboles
Grandes”, Dpto. de Graneros, debe ser restituido a M.Á. Del P..
Desde esa perspectiva, se observa que el pronunciamiento de fecha 18 de
marzo de 2013 (agregado a fs. 487/488), cuestionado a través del recurso de casación
bajo estudio, no constituye una sentencia definitiva, no pone fin a la acción penal ni
torna imposible su continuación, conforme lo exigido por el artículo 480 del CPPT,
pudiendo incluso ser modificada la situación del inmueble a través de una vía ulterior.
A partir de lo analizado, surge claramente que el pronunciamiento
atacado no cumple con el requisito de definitividad en el criterio de este Tribunal, en el
sentido de ser un recaudo propio y autónomo que no se satisface ni se suple por la
invocación de arbitrariedad o de infracción a normas de derecho (CSJT, sentencia nº
937 de fecha 10 de Octubre de 2007).
Por su parte, y de conformidad a todas las razones apuntadas
anteriormente, interpreto que no se configura un supuesto de gravedad institucional, en
tanto no se observa que lo resuelto exceda el interés particular de los litigantes,
involucre valores que atañen a la colectividad o impacte negativamente en el normal
desarrollo del servicio de justicia.
En consecuencia, y sin que importe pronunciarnos sobre cuestiones que
involucran los derechos de las partes con relación al inmueble en cuestión, corresponde
desestimar el recurso de conformidad a las consideraciones señaladas.

A las cuestiones propuestas la señora vocal doctora


Claudia Beatriz Sbdar, dijo:

Coincido con el voto del doctor Antonio Gandur y con los


puntos II y III dispositivos del voto preopinante. Se advierte que el recurso de casación
es inadmisible por cuanto el pronunciamiento impugnado no constituye una sentencia
definitiva, no pone fin a la acción penal ni torna imposible su continuación, conforme
dispone el artículo 480 CPPT, ni se ha demostrado que lo decidido asuma gravedad
institucional. Consecuentemente, corresponde declarar inadmisible el recurso
interpuesto.

Y VISTO: El resultado del precedente acuerdo, la Excma.


Corte Suprema de Justicia, por intermedio de su Sala en lo Civil y Penal,
RESUELVE:

I.- DECLARAR INADMISIBLE y, en consecuencia, MAL


CONCEDIDO el recurso de casacion interpuesto por el imputado Ángel Elvio Correa
(fs. 492/497) contra la sentencia del 18/3/2013 dictada por el Juzgado Correccional del
Centro Judicial de Concepción (fs. 487/488).
II.- COSTAS como se considera.
III.- RESERVAR pronunciamiento sobre regulación de honorarios para
su oportunidad.

HÁGASE SABER.

ANTONIO GANDUR
(con su voto)

ANTONIO DANIEL ESTOFÁN DANIEL OSCAR POSSE


(en disidencia)

CLAUDIA BEATRIZ SBDAR


(con su voto)

ANTE MÍ:

CLAUDIA MARÍA FORTÉ


JRM

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