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RESUMEN

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EL ORIGEN DE LA VIDA Y LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES: CIENCIA E INTERPRETACIONES

[THE ORIGIN OF LIFE AND THE EVOLUTION OF THE SPECIES: SCIENCE AND INTERPRETATIONS]

1. ALGUNA PRECISIÓN TERMINOLÓGICA

Dado que, en el campo de la evolución, se encuentran muchas discusiones que, al final, se


resuelven en meros problemas de terminología, conviene precisar el sentido con que
emplearemos los diversos términos en este texto. Cuando empleemos el término evolución,
nos referiremos exclusivamente a lo que, en bastantes ocasiones, se denomina
macroevolución, es decir, al hecho de que seres de una especie produzcan seres de otra
especie por generación. Este fenómeno daría origen a las variedades y razas dentro de una
especie. Es muy frecuente y confuso entender evolución como equivalente a darwinismo o
neodarwinismo.

1. EL ORIGEN DE LA VIDA

La evolución no es un suceso observado sino deducido. Dado el poco tiempo de observación


que llevamos de la naturaleza en comparación con el tiempo de existencia de vida sobre la
tierra, es muy difícil que haya comprobación fehaciente de ella. Llevando este razonamiento
hasta el final, se llega a la conclusión de que los seres vivos han comenzado a existir a partir de
sustancias y reacciones químicas presentes en una remota edad de la tierra. Por muy
contraintuitivo que pueda parecer que los seres vivos han tenido su origen en material inerte,
o que ha habido evolución de las especies, es la única conclusión viable si se desea mantener la
coherencia intelectual: la ciencia basa su trabajo en la confianza en la racionalidad subyacente
a la naturaleza, y las leyes naturales deber ser universales; Dios no hace trampas al crear.

1.1. ¿Metabolismo o información?


Aunque no todos los científicos que estudian el origen de la vida estarían en condiciones de
articular los fundamentos que acabamos de exponer, todos están de acuerdo en que debe
existir una explicación científica para el origen de los seres vivos. Ahí termina el acuerdo. Las
explicaciones que se barajan son muy dispares, aunque exista cierto consenso en algunos
extremos concretos.

Para explicar el origen de estos primeros seres unicelulares, el primer problema con que se
enfrenta el científico consiste en reconstruir, aunque sea de modo aproximado, la situación
química del ambiente en esos momentos de inicio de la vida en la tierra. Se ha conseguido, por
medio de diversos estudios, deducir que la atmósfera terrestre en esa época carecía de
oxígeno y era fundamentalmente reductora, compuesta de metano, amoniaco, vapor de agua,
y anhídrido carbónico. Los primeros sin los segundos darían origen a formaciones que no se
pueden copiar y reproducir y los segundos sin los primeros no podrían expresar su información
para permitir la copia. Ambas dificultades tienen atisbos de solución o, al menos,
observaciones sugerentes de vías de salida: si existe suministro continuado de ciertos
componentes básicos, se ha observado la formación de microvesículas que se multiplican; y
también se ha observado que algunos ácidos nucleicos tienen capacidad enzimática, con lo que
podrían realizar a la vez el papel de portadores de información y de componentes funcionales
de la célula.

1.2. Panorama de la divulgación

Aunque el panorama de teorías preconizadas para explicar el origen de los vivientes es más
complejo de lo que hemos referido, es interesante observar la deformación que se realiza al
respecto en la divulgación científica.

El primero es el conocido experimento de Urey y Miller, habido en 1953. Se trata de un


experimento tan clásico que actualmente existen hasta simuladores virtuales disponibles por
Internet. En dicho experimento, se hacían pasar descargas eléctricas por una mezcla de gases
como la que se suponía existente en la atmósfera primitiva de la tierra, y se decantaban los
productos resultantes; se obtuvieron así varios compuestos orgánicos y aminoácidos.

Efectivamente, de este experimento se pueden derivar algunos aminoácidos que se


encuentran en los seres vivos, y de variantes suyas se pueden obtener otros productos básicos.
Sin embargo, la divulgación suele dejar al lector suponer que todos los demás componentes
básicos de los seres vivos, que son centenares, aparecen sin más por este procedimiento. Sin
embargo, está demostrado que las condiciones de la síntesis de unas moléculas impiden
completamente la síntesis de otras; es más, la síntesis de sólo algunas por este procedimiento
resulta bastante problemática, como se puede comprobar jugando con el simulador de
Internet mencionado anteriormente.

2. LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES

Si pasamos a examinar los últimos 500 millones de años, época en que aparecen y evolucionan
los seres pluricelulares, nos encontramos con un pasado más fácil de analizar: debido a su
proximidad temporal, disponemos de más restos y de comparaciones más válidas con el
presente estado de la naturaleza, que permiten elaborar hipótesis científicas más sólidas.

Las tesis originales de Darwin se encuentran hoy asociadas con las del paradigma genético,
desarrollado en la primera mitad del siglo XX, que sólo en las últimas décadas ha conocido un
estudio bioquímico más amplio. A la «presunción de inocencia» que le aporta ser una
explicación científica, se suma el hecho de que el paradigma genético sea un imaginario propio
de nuestra época; esta mentalidad reciente ha contribuido también al arraigo del darwinismo.
2.1. Problemas científicos

Como hemos mencionado, es opinión común, también entre los biólogos, que el darwinismo
explica los hechos observados. El problema surge cuando se trata de una evolución paralela de
muchos caracteres a la vez en sitios distintos, sin contacto geográfico siquiera. Y, aunque la
selección ambiental pudiera haber preferido seres con buena visión, el darwinismo es incapaz
de explicar una coincidencia tan increíble. Y también sucede, al contrario, que especies
cavernícolas de todo tipo tienen todas las mismas modificaciones: pérdida de pigmento,
atrofia de los ojos, afinamiento de sistemas táctiles, cuestión que tampoco el darwinismo
explica.

2.2. Problemas filosóficos

Paradójicamente, la mayor discusión que han desatado las tesis darwinistas no se ha


desarrollado en el terreno científico sino en el terreno de las ideas. Ya mencionamos, al final
del apartado sobre el origen de la vida, este sesgo ideológico de corte cientifista o materialista.

Por mencionar las más sobresalientes, veremos brevemente su visión de la lucha por la
supervivencia, la confusión que se crea alrededor de la idea de azar, la selección natural, y el
problema de las especies.

2.3. Naturaleza y lucha

Como hemos mencionado, las tesis básicas del darwinismo son la variación al azar y la
selección natural. Está comprobado que esta segunda idea la toma Darwin de la obra de
Malthus Ensayo sobre el principio de la población, obra en boga en ambientes intelectuales de
la primera mitad del siglo XIX. Esto, y muchísimas otras cosas, no son observaciones científicas
rebatibles con otras observaciones científicas opuestas. Son simplemente observaciones, mirar
la realidad sin un prejuicio que el darwinismo, enseñado desde la infancia, ha acuñado en las
mentes de muchos occidentales. El prejuicio de la lucha por la supervivencia tiene una
explicación clara en el método científico que se aplica para estudiar las cuestiones evolutivas.

Cuando se emplea dicho método, hay que partir de una hipótesis explicativa de los hechos
observados.
2.4. Naturaleza y azar

Mientras que la cuestión de la selección natural parece sólo una transposición inadecuada de
una hipótesis científica a interpretación de la naturaleza, la cuestión del azar es algo más
compleja, pues, además de esta transposición, incluye mezclas de conceptos heterogéneos,
debido a que también hablamos de azar en el lenguaje ordinario.

Desde el punto de vista ordinario, se dice que son casuales o azarosos los sucesos que no
suceden así siempre o la mayor parte de las veces, o, dicho, en otros términos, los que no se
derivan necesariamente de la naturaleza de las cosas. Solamente significa que no estamos en
condiciones de predecir cuándo se dará una mutación determinada y empleamos la estadística
para estudiar este fenómeno.

2.5. Selección natural

Uno de los pilares del darwinismo es la selección natural. Esta expresión incluye problemas
conceptuales, interpretaciones de la naturaleza que no son meras cuestiones científicas. Pero
también tiene problemas científicos serios, que es necesario dilucidar para poder clarificar
adecuadamente la cuestión.

En primer lugar, hay que hacer notar que la idea de la influencia del ambiente en la morfología
de los vivientes está perfectamente comprobada en bastantes casos, pero siempre referidos a
pequeñas variaciones dentro de una especie. Según expresión que ellos emplean más
corrientemente, la selección natural no apunta a ninguna parte, ni puede aplicarse a su
resultado la expresión «más perfecto» u otras similares que impliquen un progreso; no se
podría decir que los seres nuevos sean, de algún modo, más que sus antecesores.

En este extremo, desde el punto de vista científico, los biólogos parecen tener razón: la
extinción de las especies parece suceder casualmente, sin relación a sus cualidades. Ya
mencionamos anteriormente que la sencillez de la explicación que proporciona es uno de
ellos. Pienso que otro, que no suele comentarse, es el hecho de que la expresión «selección
natural» incluye la idea de progreso o avance evolutivo, pues el término «selección» implica un
criterio;

esto casa muy bien con la apreciación ordinaria de lo que se lleva observado de la evolución:
de los primeros seres vivos unicelulares, se ha pasado a seres progresivamente más elevados
en la escala de la naturaleza. Dicho de otro modo: la evolución, en líneas generales, ha
procedido de seres inferiores hacia seres superiores, hasta culminar en el hombre, y la palabra
«selección» encaja intuitivamente como mecanismo explicativo de dicho progreso.
3.6. Especiación

Es sorprendente que la obra de Darwin El origen de las especies no incluyera la palabra


«especie» en el texto: su título no refleja adecuadamente su contenido. La continuación del
título es más clara: «por medio de la selección natural o la preservación de razas favorecidas
en la lucha por la vida». El darwinismo termina dando un cuadro de la evolución en el que
existen poblaciones de individuos, cuyas características se mueven dentro de cierto rango. Con
el tiempo, este rango, por arte de la selección natural, se ve recortado en unas direcciones y
ampliado en otras. El resultado a largo plazo es una población netamente distinta a la anterior,
que definimos como una especie nueva.

La especie no ha lugar. El resultado es una afirmación de naturalismo o materialismo, y la


negación del principio de no contradicción, que ya Aristóteles había reconocido en los eléatas.

Este problema puede ser esquivado con mayor o menor éxito, hasta que hay que estudiar un
cambio de especie que comporta un cambio cualitativo neto: el origen del hombre.

3.7. Replantear el problema

Si, como acabamos de mencionar, el darwinismo no es aceptable como tesis científica, ¿cómo
explicar la evolución? En estas últimas décadas, ya van siendo bastantes los autores que se han
replanteado la cuestión. El motivo del interés desde distintas disciplinas se debe a que dicho
estudio muestra la complejidad del ser viviente en las múltiples interacciones internas, de todo
tipo, que se dan en el interior del ser vivo, y que pueden ser vistas desde numerosos puntos de
vista.

Se produciría, por tanto, una emergencia de nuevas formas estables a partir del aumento de
complejidad progresivo de las células de los seres vivos.

Aquí hay todavía un enorme campo de estudio e investigación, por lo que aún no se puede
afirmar casi nada de modo definitivo. Pero, aunque ni siquiera la hipótesis esté todavía bien
construida, este enfoque, más realista que el darwinista, no cierra campos a la investigación.

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