RESUMEN
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[THE ORIGIN OF LIFE AND THE EVOLUTION OF THE SPECIES: SCIENCE AND INTERPRETATIONS]
1. EL ORIGEN DE LA VIDA
Para explicar el origen de estos primeros seres unicelulares, el primer problema con que se
enfrenta el científico consiste en reconstruir, aunque sea de modo aproximado, la situación
química del ambiente en esos momentos de inicio de la vida en la tierra. Se ha conseguido, por
medio de diversos estudios, deducir que la atmósfera terrestre en esa época carecía de
oxígeno y era fundamentalmente reductora, compuesta de metano, amoniaco, vapor de agua,
y anhídrido carbónico. Los primeros sin los segundos darían origen a formaciones que no se
pueden copiar y reproducir y los segundos sin los primeros no podrían expresar su información
para permitir la copia. Ambas dificultades tienen atisbos de solución o, al menos,
observaciones sugerentes de vías de salida: si existe suministro continuado de ciertos
componentes básicos, se ha observado la formación de microvesículas que se multiplican; y
también se ha observado que algunos ácidos nucleicos tienen capacidad enzimática, con lo que
podrían realizar a la vez el papel de portadores de información y de componentes funcionales
de la célula.
Aunque el panorama de teorías preconizadas para explicar el origen de los vivientes es más
complejo de lo que hemos referido, es interesante observar la deformación que se realiza al
respecto en la divulgación científica.
Si pasamos a examinar los últimos 500 millones de años, época en que aparecen y evolucionan
los seres pluricelulares, nos encontramos con un pasado más fácil de analizar: debido a su
proximidad temporal, disponemos de más restos y de comparaciones más válidas con el
presente estado de la naturaleza, que permiten elaborar hipótesis científicas más sólidas.
Las tesis originales de Darwin se encuentran hoy asociadas con las del paradigma genético,
desarrollado en la primera mitad del siglo XX, que sólo en las últimas décadas ha conocido un
estudio bioquímico más amplio. A la «presunción de inocencia» que le aporta ser una
explicación científica, se suma el hecho de que el paradigma genético sea un imaginario propio
de nuestra época; esta mentalidad reciente ha contribuido también al arraigo del darwinismo.
2.1. Problemas científicos
Como hemos mencionado, es opinión común, también entre los biólogos, que el darwinismo
explica los hechos observados. El problema surge cuando se trata de una evolución paralela de
muchos caracteres a la vez en sitios distintos, sin contacto geográfico siquiera. Y, aunque la
selección ambiental pudiera haber preferido seres con buena visión, el darwinismo es incapaz
de explicar una coincidencia tan increíble. Y también sucede, al contrario, que especies
cavernícolas de todo tipo tienen todas las mismas modificaciones: pérdida de pigmento,
atrofia de los ojos, afinamiento de sistemas táctiles, cuestión que tampoco el darwinismo
explica.
Por mencionar las más sobresalientes, veremos brevemente su visión de la lucha por la
supervivencia, la confusión que se crea alrededor de la idea de azar, la selección natural, y el
problema de las especies.
Como hemos mencionado, las tesis básicas del darwinismo son la variación al azar y la
selección natural. Está comprobado que esta segunda idea la toma Darwin de la obra de
Malthus Ensayo sobre el principio de la población, obra en boga en ambientes intelectuales de
la primera mitad del siglo XIX. Esto, y muchísimas otras cosas, no son observaciones científicas
rebatibles con otras observaciones científicas opuestas. Son simplemente observaciones, mirar
la realidad sin un prejuicio que el darwinismo, enseñado desde la infancia, ha acuñado en las
mentes de muchos occidentales. El prejuicio de la lucha por la supervivencia tiene una
explicación clara en el método científico que se aplica para estudiar las cuestiones evolutivas.
Cuando se emplea dicho método, hay que partir de una hipótesis explicativa de los hechos
observados.
2.4. Naturaleza y azar
Mientras que la cuestión de la selección natural parece sólo una transposición inadecuada de
una hipótesis científica a interpretación de la naturaleza, la cuestión del azar es algo más
compleja, pues, además de esta transposición, incluye mezclas de conceptos heterogéneos,
debido a que también hablamos de azar en el lenguaje ordinario.
Desde el punto de vista ordinario, se dice que son casuales o azarosos los sucesos que no
suceden así siempre o la mayor parte de las veces, o, dicho, en otros términos, los que no se
derivan necesariamente de la naturaleza de las cosas. Solamente significa que no estamos en
condiciones de predecir cuándo se dará una mutación determinada y empleamos la estadística
para estudiar este fenómeno.
Uno de los pilares del darwinismo es la selección natural. Esta expresión incluye problemas
conceptuales, interpretaciones de la naturaleza que no son meras cuestiones científicas. Pero
también tiene problemas científicos serios, que es necesario dilucidar para poder clarificar
adecuadamente la cuestión.
En primer lugar, hay que hacer notar que la idea de la influencia del ambiente en la morfología
de los vivientes está perfectamente comprobada en bastantes casos, pero siempre referidos a
pequeñas variaciones dentro de una especie. Según expresión que ellos emplean más
corrientemente, la selección natural no apunta a ninguna parte, ni puede aplicarse a su
resultado la expresión «más perfecto» u otras similares que impliquen un progreso; no se
podría decir que los seres nuevos sean, de algún modo, más que sus antecesores.
En este extremo, desde el punto de vista científico, los biólogos parecen tener razón: la
extinción de las especies parece suceder casualmente, sin relación a sus cualidades. Ya
mencionamos anteriormente que la sencillez de la explicación que proporciona es uno de
ellos. Pienso que otro, que no suele comentarse, es el hecho de que la expresión «selección
natural» incluye la idea de progreso o avance evolutivo, pues el término «selección» implica un
criterio;
esto casa muy bien con la apreciación ordinaria de lo que se lleva observado de la evolución:
de los primeros seres vivos unicelulares, se ha pasado a seres progresivamente más elevados
en la escala de la naturaleza. Dicho de otro modo: la evolución, en líneas generales, ha
procedido de seres inferiores hacia seres superiores, hasta culminar en el hombre, y la palabra
«selección» encaja intuitivamente como mecanismo explicativo de dicho progreso.
3.6. Especiación
Este problema puede ser esquivado con mayor o menor éxito, hasta que hay que estudiar un
cambio de especie que comporta un cambio cualitativo neto: el origen del hombre.
Si, como acabamos de mencionar, el darwinismo no es aceptable como tesis científica, ¿cómo
explicar la evolución? En estas últimas décadas, ya van siendo bastantes los autores que se han
replanteado la cuestión. El motivo del interés desde distintas disciplinas se debe a que dicho
estudio muestra la complejidad del ser viviente en las múltiples interacciones internas, de todo
tipo, que se dan en el interior del ser vivo, y que pueden ser vistas desde numerosos puntos de
vista.
Se produciría, por tanto, una emergencia de nuevas formas estables a partir del aumento de
complejidad progresivo de las células de los seres vivos.
Aquí hay todavía un enorme campo de estudio e investigación, por lo que aún no se puede
afirmar casi nada de modo definitivo. Pero, aunque ni siquiera la hipótesis esté todavía bien
construida, este enfoque, más realista que el darwinista, no cierra campos a la investigación.