Varela Nuria Que Es El Feminismo
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que esos derechos incluían a todos los seres humanos -tam- Ha sido tan beligerante el ocultamiento del trabajo feminista
bién a las humanas-, terminaron en la guillotina mientras que a lo largo de la historia que sabemos que este libro, con el paso
ellos siguieron pensando que el nuevo orden establecido signi- del tiempo, se quedará viejo no sólo por las nuevas aportacio-
ficaba que las libertades y los derechos sólo correspondían a los nes, cambios, éxitos sociales o nuevas corrientes que irán apa-
varones. Todas las libertades y todos los derechos (políticos, reciendo, sino porque el trabajo de recuperación de nuestra
sociales, económicos ... ). Así, aunque existen precedentes femi- historia añadirá a la genealogía del feminismo nombres, accio-
nistas antes del siglo XVIII, podemos establecer que, como dice nes y textos desconocidos hasta ahora.
Amelia Valcárcel, «el feminismo es un hijo no querido de la Sobre la segunda afirmación, que «ya está muerto», mu-
Ilustración» .1 Es en ese momento cuando se comienzan a hacer cho nos tememos que corresponde más a un deseo de quienes
las preguntas impertinentes:¿ Por qué están excluidas las muje- lo dicen que a una realidad. Todo lo contrario. A estas alturas
res? ¿Por qué los derechos sólo corresponden a la mitad del de la historia lo que parece incorrecto es hablar de feminismo
mundo, a los varones? ¿Dónde está el origen de esta discrimi- y no de feminismos, en plural, haciendo así hincapié en las di-
nación?¿ Qué podemos hacer para combatirla? Preguntas que ferentes corrientes que surgen en todo el mundo. De hecho,
no hemos dejado de hacer. podemos hablar de sufragismo y feminismo de la igualdad
El feminismo es un discurso político que se basa en la jus- o de la diferencia, pero también de ecofeminismo, feminis-
ticia. El feminismo es una teoría y práctica política articulada mo institucional, ciberfeminismo ... , y podríamos detenernos
por mujeres que tras analizar la realidad en la que viven toman tanto en el feminismo latinoamericano como en el africano,
conciencia de las discriminaciones que sufren por la única en el asiático o en el afroamericano. Como se cantaba en las
razón de ser mujeres y deciden organizarse para acabar con revoluciones centroamericanas del siglo XX: «Porque esto ya
ellas, para cambiar la sociedad. Partiendo de esa realidad, el comenzó y nadie lo va a parar.>> Y es que uno de los perfiles
feminismo se articula como filosofía política y, al mismo tiem- que diferencian al feminismo de otras corrientes de pensa~
po, como movimiento social. Con tres siglos de historia a sus miento político es que está constituido por el hacer y pensar
espaldas, ha habido épocas en las que ha sido más teoría polí- de millones de mujeres que se agrupan o van por libre y están
tica y otras, como el sufragismo, donde el énfasis estuvo pues- diseminadas por todo el mundo. El feminismo es un movi-
to en el movimiento social. miento no dirigido y escasamente, por no decir nada, jerar-
Pero además de impertinente, o precisamente por serlo, el quizado.
feminismo es un desconocido. «Del feminismo siempre se dice Además de ser una teoría política y una práctica social, el
que es recién nacido y que ya está muerto», dice Amelia Val- feminismo es mucho más. 2 El discurso, la reflexión y la prácti-
cárcel. Ambas cuestiones son falsas. El trabajo feminista de los ca feminista conllevan también una ética y una forma de estar
últimos años ha proporcionado material suficiente como para en el mundo. La toma de conciencia feminista cambia, inevita-
rastrear la historia escondida y silenciada y recuperar los tex- blemente, la vida de cada una de las mujeres que se acercan a él.
tos y las aportaciones del feminismo durante todo este tiempo. Como dice Viviana Erazo: «Para millones de mujeres [el femi-
1. V ALCARCEL, Amelia, La memoria colectiva y los retos del feminis- 2. El feminismo, por supuesto, no tiene nada que ver con el machismo.
mo, Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2001, pág. 8. Ver capítulo 14, <<Prejuicios y tópicoS>>.
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nismo] ha sido una conmoción intransferible desde la propia demasiado en definirlo.» 5 Y por otro lado, sabido es que quien
biografía y circunstancias, y para la humanidad, la más grande tiene el poder es quien da nombre a las cosas. Por ello, el femi-
contribución colectiva de las mujeres. Removió conciencias, nismo desde sus orígenes ha ido acuñando nuevos términos que
replanteó individualidades y revolucionó, sobre todo en ellas, histórica y sistemáticamente han sido rechazados por la «auto-
una manera de estar en el mundo.» 3 ridad>>, por el «poder>>, en este caso, por la Real Academia Es-
pañola (RAE), cuya «autoridad>> hace décadas que está cuestio-
nada por el feminismo. Así, dice el Diccionario de la RAE ¡en
Ángeles Mastretta explica esta aventura personal con tras- su vigésima segunda edición del año 2001 !: «Feminismo: doc-
fondo poético en su libro El cielo de los leones: «Las puertas trina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y
que bajan del cielo se abren sólo por dentro. Para cruzarlas, es derechos reservados antes a los hombres. Movimiento que exi-
necesario haber ido antes al otro lado con la imaginación y los ge para las mujeres iguales derechos que para los hombres.>>
deseos.[ ...] Una buena dosis de la esencia de este valor impres- Tres siglos y los académicos aún no se han enterado de que
cindible tiene que ver, aunque no lo sepa o no quiera aceptar- exactamente eso es lo que no es el feminismo. La base sobre la
lo un grupo grande de mujeres, con las teorías y la práctica de que se ha construido toda la doctrina feminista en sus diferentes
una corriente del pensamiento y de la. acción política que se modalidades es precisamente la de establecer que las mujeres·
llama feminismo. Saber estar a solas con la parte de nosotros son acto ras de su propia vida y el hombre ni es el modelo al que
que nos conoce voces que nunca imaginamos, sueños que nun- equipararse ni es el neutro por el que se puede utilizar sin rubor
ca aceptamos, paz que nunca llega, es un privilegio de la estir- varón como sinónimo de persona. ¿Pensará la Academia que
pe de los milagros. Yo creo que ese privilegio, a mí y a otras las mujeres no tenemos derecho al aborto, por ejemplo, puesto
mujeres, nos los dio el feminismo que corría por el aire en los que los hombres no pueden abortar? Siguiendo a Victoria Sau,
primeros años setenta. Al igual que nos dio la posibilidad y las «el feminismo es un movimiento social y político que se inicia
fuerzas para saber estar con otros sin perder la índole de nues- formalmente a finales del siglo XVIII y que supone la toma
tras convicciones. Entonces, como ahora, yo quería ir al paraí- de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo huma-
so del amor y sus desfalcos, pero también quería volver de ahí no, de la opresión, dominación y explotación de que han sido
dueña de mí, de mis pies y mis brazos, mi desafuero y mi ca- y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del
beza. Y pocos de esos deseos hubieran sido posibles sin la voz, patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de
terca y generosa, del feminismo. No sólo de su existencia, sino producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su
de su complicidad y de su apoyo.» 4 sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla re-
La disputa sobre el feminismo comienza con su propia de- quiera>>.6
finición. Por un lado, como dice Victoria Sau: «Atareadas en En la definición se hace hincapié en el primer paso para
hacer feminismo, las mujeres feministas no se han preocupado entrar en el feminismo: «la toma de conciencia». Imposible
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solucionar un problema si antes éste no se reconoce. De he- tiras, grandes y pequeñas, en las que está cimentada nuestra
cho, para Ana de Miguel, «Como ponen de relieve las recie~tes historia, nuestra cultura, nuestra sociedad, nuestra economía,
historias de las mujeres, éstas han tenido casi siempre un Im- los grandes proyectos y los detalles cotidianos. Supone ver los
portante protagonismo en las revueltas y movimientos socia- micro machismos -como llama el psicoterapeuta Luis Bonino
les. Sin embargo, si la participación de las mujeres no es cons- a las pequeñas maniobras que realizan los varones cotidiana-
ciente de la discriminación sexual, no puede considerarse mente para mantener su poder sobre las mujeres-, y la estafa
feminista». 7 Por eso nos gusta utilizar la metáfora de las gafas que supone cobrar menos que los hombres. Ser consciente de
violetas que ya dejó por escrito Gemma Lienas en su libro El que estamos infrarrepresentadas en la política, que no tenemos
diario violeta de Carlota, 8 un estupendo manual para jóvenes. poder real, y ver cómo la mujer es cosificada día a día en la
El violeta es el color del feminismo. Nadie sabe muy bien por publicidad. Supone conocer que la medicina -tanto la inves-
qué. La leyenda cuenta que se adoptó en honor a las 129 mu- tigación como el desarrollo de la industria farmacéutica-, es
jeres que murieron en una fábrica textil de Estados Unidos en una disciplina hecha a la medida de los varones y que las mu-
1908 cuando el empresario, ante la huelga de las trabajadoras, jeres seguimos pariendo acostadas en los hospitales para co-
prendió fuego a la empresa con todas las mujeres dentro. Ésta modidad de los ginecólogos, una profesión en España copada
es la versión más aceptada sobre los orígenes de la celebración por varones. Supone saber que, según Naciones Unidas, una
del S de marzo como Día Internacional de las Mujeres. En esa de cada tres mujeres en el mundo ha padecido malos tratos o
misma leyenda se relata que las telas sobre las que estaban abusos y que en España son más de un centenar las mujeres
trabajando las obreras eran de color violeta. Las más poéticas asesinadas cada año por sus compañeros, maridos, novios o
aseguran que era el humo que salía de la fábrica, y se podía ver <tmantes. Supone, en definitiva, ser conscientes de que nos han
a kilómetros de distancia, el que tenía ese color. El incendio de robado nuestros derechos y debemos afanarnos en recuperar-.
la fábrica textil Cotton de Nueva York y el color de las telas los si queremos vivir con dignidad y libertad al tiempo que
forman parte de la mitología del feminismo más que de su construimos una sociedad justa y realmente democrática. Es
historia, pero tanto el color como la fecha son compartidos tener conciencia de género, eso que a veces parece una conde-
por las feministas de todo el mundo. na porque te obliga a estar en una batalla continua pero consi-
Dice la Real Academia en su tercera acepción de imperti- KliC que entiendas por qué ocurren las cosas y te da fuerza para
nente: «Anteojos con manija, usados por las señoras.» Así que, vivir cada día. Porque el feminismo hace sentir el aliento de
trayéndonos los impertinentes a la moda del siglo XXI, la idea nuestras abuelas, que son todas las mujeres que desde el origen
es comparar el feminismo con una gafas violetas porque tomar de la historia han pensado, dicho y escrito libremente, en con-
conciencia de la discriminación de las mujeres supone una ma- tra del poder establecido y a costa, muchas veces, de jugarse la
nera distinta de ver el mundo. Supone darse cuenta de las men- vida y, casi siempre, de perder la «reputación». De todas las
mujeres que con su hacer han abierto los caminos por los que
7. DE MIGUEL, Ana, «Feminismos», en AMORÓS, Celia (dir.), 10 pa- hoy transitamos y a las que estamos profundamente agrade-
labras clave sobre mujer, Editorial Verbo divino, Navarra, 4.• ed., 2002, ridas.
pág.217. . . En eso consiste la capacidad emancipadora del feminismo.
8. LlENAS, Gemma, El diario violeta de Carlota, Alba Ed1tonal, Bar-
1:.1 feminismo es como un motor que va transformando las
celona, 2001.
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relaciones entre los hombres y las mujeres y su impacto se deja mujeres como seres humanos libres, dueñas de su destino, ap-
sentir en todas las áreas del conocimiento. El feminismo es tas para ganarse la vida y para gozarla sin que su condición
capaz de percibir las «trampas>> de los discursos que adrede sexual se lo impida.>> 10
confunden lo masculino con lo universal, como explica Mary El feminismo es la linterna que muestra las sombras de
Nash. Ésa es la revolución feminista. No es una teoría más. El todas las grandes ideas gestadas y desarrolladas sin las mujeres
feminismo es una conciencia crítica que resalta las tensiones y y en ocasiones a costa de ellas: democracia, desarrollo econó-
contradicciones que encierran esos discursos. mico, bienestar, justicia, familia, religión...
Asegura Amelia Valcárcel que el feminismo «compromete Las feministas empuñamos esa linterna con orgullo por ser
demasiadas expectativas y demasiadas voluntades operantes. la herencia de millones de mujeres que partiendo de la sumi-
Incide en todas las instancias y temas relevantes, desde los pro- sión forzada y mientras eran atacadas, ridiculizadas y vilipen-
cesos productivos a los retos medioambientales. Es una trans- diadas, supieron construir una cultura, una ética y una ideolo-
valoración de tal calibre que no podemos conocer todas sus gía nuevas y revolucionarias para enriquecer y democratizar
consecuencias, cada uno de sus efectos puntuales, ya sea la baja el mundo.
tasa de natalidad, la despenalización social de la homofilia, la La llevamos con orgullo porque su luz es la justicia que
transformación industrial, la organización del trabajo ... >>. Y ilumina las habitaciones oscurecidas por la intolerancia, los
añade: «Nada nos han regalado y nada les debemos.[ ...] Ya que prejuicios y los abusos. La llevamos con orgullo porque su
hemos llegado a divisar primero, y a pisar después, la piel de luz nos da la libertad y la dignidad que hace ya demasiado
la libertad, no nos vamos.>> 9 tiempo nos robaron en detrimento de un mundo que sin no-
Ése es el espíritu del feminismo: una teoría de la justicia sotras no puede considerarse humano.
que ha ido cambiando el mundo y trabaja día a día para con-
seguir que los seres humanos sean lo que quieran ser y vivan
como quieran vivir, sin un destino marcado por el sexo con el
que hayan nacido. «Educar seres humanos valientes, dueños
de su destino, tendría que ser la búsqueda y el propósito pri-
mero de nuestra sociedad. Pero no siempre lo es. Empeñarse
en la formación de mujeres cuyo privilegio, al parejo del de los
hombres, sea no temerle a la vida y por lo mismo, estar siempre
dispuestas a comprenderla y aceptarla con entereza es unan-
helo esencial. Creo que este anhelo estuvo y sigue estando en
el corazón del feminismo. No sólo como una teoría que busca
mujeres audaces, sino como una práctica que pretende de los
hombres el fundamental acto de valor que hay en aceptar a las
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