Sesión 08 - Contrato A Favor de Terceros y Arras
Sesión 08 - Contrato A Favor de Terceros y Arras
Sesión 08 - Contrato A Favor de Terceros y Arras
Sesión 08:
Contrato a favor de tercero. Arras.
De conformidad con el artículo 1351 del Código civil, el contrato es el acuerdo de dos
o más partes para crear (regular, modificar o extinguir) una relación jurídica
patrimonial. Se ha visto que una vez celebrado el contrato, él desaparece por haber
cumplido plenamente su finalidad, que es precisamente crear la citada relación, la cual
permanece viva y es, a su vez, la fuente generadora de las respectivas prestaciones.
Pues bien, ésta es la relación que se crea entre el estipulante y el promitente por
razón de la celebración del contrato en favor de tercero, cada parte conserva su status
contractual durante la vigencia de la relación jurídica creada por el contrato.
Relaciones que surgen
b) Relación entre el promitente y el tercero
El derecho del tercero nace directa e inmediatamente del contrato, pero esto no es
suficiente para que el tercero pueda exigirlo; para ello se requiere su aceptación.
Ocurre, pues, que el derecho ha nacido para éste, pero no ha ingresado a su
patrimonio. El promitente es deudor de la prestación en favor del tercero desde la
celebración del contrato, pero el tercero sólo se convierte en acreedor de esa
prestación a partir de su declaración de aceptación.
Relaciones que surgen
c) Relación entre estipulante y el tercero (valuta)
1. La causa solvendi, o sea que el estipulante es previamente deudor del tercero y busca
obtener a través del contrato en favor de éste la cancelación de su deuda.
2. La causa donandi, según la cual el estipulante utiliza el contrato para efectuar un acto
de liberalidad en beneñcio del tercero.
3. La causa credendi, que está orientada a que mediante la prestación a cargo del
promitente el estipulante hace un préstamo al tercero.
Naturaleza Jurídica: Teorías
1. Teoría de la oferta
Según esta teoría seguida por autores franceses e italianos, la estipulación en favor de
tercero se descompone en dos convenciones.
El crédito pasa así del patrimonio del estipulante al patrimonio del tercero, pero
únicamente después de que éste acepta.
Crítica:
Esta teoría presenta errores por cuanto el patrimonio o crédito permanece en el
estipulante, no interviene el promitente propiamente. Asimismo, exige como requisito
que el tercero acepte la formación del contrato, cuando lo correcto es que sólo acepte
la prestación a favor de éste. El contrato es único, no hay más convenciones.
Naturaleza Jurídica: Teorías
2. Teoría de la Gestión de Negocios
El estipulante al contratar con el promitente estaría gestionando los negocios del tercero,
sin contar con mandato para ello; el estipulante sería un gestor del beneficiario.
La declaración del tercero de hacer uso del beneficio establecido en su favor constituye
un acto de ratificación de los actos del gestor. Con la ratificación, el tercero pasa a
ocupar, con efectos retroactivos, la posición jurídica del estipulante, lo que explica la
adquisición del derecho por el tercero desde el momento mismo de la celebración del
contrato entre estipulante y promitente, sin que previamente forme parte del patrimonio
del estipulante.
Crítica:
La gestión de negocio ajeno y el contrato a favor de tercero son dos instituciones
distintas que no pueden confundirse. El estipulante actúa en nombre propio, con interés
propio, y no como gestor de los negocios o la administración de los bienes de otro
Naturaleza Jurídica: Teorías
La aceptación no crea el derecho, sino que éste emana directamente del contrato.
El tercero no adquiere ningún derecho del contrato, sino que viene únicamente
autorizado a recibir la prestación, por lo cual, el tercero no es acreedor, sino
destinatario de la prestación.
4) La renta vitalicia, si es que se estipula que la renta deba ser percibida gratuitamente
por un tercero.
El pacto arral y el contrato principal, si bien íntimamente unidos por cuanto aquél es accesorio
de éste, son dos actos jurídicos distintos.
El contrato principal, que puede ser de la más variada naturaleza, crea (regula, modifica o
extingue) su propia relación jurídica obligacional. El pacto arral se limita a calificar las arras que
se acuerde entregar al celebrarse dicho contrato.
En cuanto a las arras en sí, ellas pueden estar constituidas por cualquier clase de cosas
Clases de arras
Arras confirmatorias
Tienen el carácter de prueba de que el contrato se ha celebrado. Por ello, las arras
confirmatorias, si bien pueden pactarse antes del contrato principal, deben
entregarse en el momento de la celebración de dicho contrato.
Arras penales
Su función es simplemente perderse (por quien las dio) o devolverse dobladas (por
quien las recibió) en caso de incumplimiento del contrato principal, a manera de
pena por tal incumplimiento.
Arras de retractación
Conceden a ambas partes el derecho de retractarse del contrato principal,
mediante la pérdida de las arras por quien las dio o la devolución doblada por
quien las recibió.
Arras confirmatorias
El artículo 1477 establece, si se cumple el contrato principal, dos posibilidades para quien
ha recibido las arras confirmatorias: una es devolver dichas arras; la otra es imputarlas
sobre su crédito, si la naturaleza de la prestación lo permite.
Arras Penales
Artículo 1478.- Arras Penales
Si la parte que hubiese entregado las arras no cumple la obligación por causa imputable a
ella, la otra parte puede dejar sin efecto el contrato conservando las arras. Si quien no
cumplió es la parte que las ha recibido, la otra puede dejar sin efecto el contrato y exigir el
doble de las arras.
Las arras penales sólo funcionan en caso de incumplimiento del contrato principal por causa
imputable a uno de los contratantes. Se trata, pues, de un incumplimiento falto de justificación, que
normalmente caería dentro del ámbito del artículo 1321 del Código civil.
Arras de Retractación
Artículo 1480.- Arras de retractación
La entrega de las arras de retractación sólo es válida en los contratos preparatorios y
concede a las partes el derecho de retractarse de ellos.
Por ejemplo, se entrega como arras de retractación una joya cuyo valor es 100. Si se
retracta la parte que entregó las arras perderá éstas, o sea la joya, cuyo valor es de
100; si se retracta la parte que recibió las arras, deberá devolver la joya, que vale
100, y además 100 para doblar el valor de las arras. En ambos casos, lo que le
cuesta a cada parte el ejercitar el legítimo derecho de retractarse equivale a 100.