Revocacion Martinez

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Título: Revocación de la donación por incumplimiento de cargos y prescripción liberatoria


Autor: Martínez, Gerónimo José
Publicado en: DJ09/11/2011, 11
Cita Online: AR/DOC/2729/2011
Sumario: I. Introducción. II. Los hechos. III. Las cuestiones jurídicas tratadas. IV. Conclusiones.
I. Introducción
La Corte Suprema de Justicia de la Nación se pronunció recientemente, por mayoría, hizo lugar a la
excepción de prescripción liberatoria que opuso el Estado Nacional, y rechazó la pretensión de la actora que
procuró la revocación de la donación hecha por el Sr. Juan Girondo —abuelo del accionante— al Museo
Nacional de Bellas Artes de la ciudad de Buenos Aires, para obtener la restitución de 25 obras pictóricas.
Mediante dicho decisorio se confirmó la Sentencia dictada por la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo
Civil y Comercial Federal que, a su vez, oportunamente había ratificado la decisión del juez de grado.
Resulta, sin duda, un fallo interesante, por diversas razones:
Trata de establecer cuáles son los alcances de la donación con cargos realizada, y cómo debe interpretarse la
inejecución de los mismos a los fines de meritar su revocación.
Analiza el tiempo procesal oportuno para el planteo del incumplimiento de los cargos que pesaban sobre la
donación, y determina la impertinencia de su tratamiento cuando se introduce dicha cuestión al tiempo de
alegar, en forma distinta al que fuera enunciado en la demanda.
Examina la prescripción de la acción de revocación de la donación con cargo, y desde qué momento
comienza a correr el plazo para el cómputo de la misma.
El Doctor Fayt, en disidencia, considera que corresponde revocar la sentencia que rechazó la acción de
revocación, en razón del incumplimiento de los cargos que se encuentran contenidos en la donación, resultando
una cláusula expresa a la cual el donante subordinó el mantenimiento de la liberalidad.
II. Los hechos
El Sr. Alberto Eduardo Girondo, en su carácter de heredero del Sr. Juan Girondo, inicia demanda contra el
Estado Nacional, con la pretensión de revocar la donación realizada por este último al Museo Nacional de
Bellas Artes de la ciudad de Buenos Aires, de 25 obras pictóricas. Funda dicha acción en el incumplimiento por
parte del donatario, de dos cargos diferentes: 1) la celebración de la pertinente escritura; 2) la obligación de abrir
una sala con el nombre de Juan Girondo, para exhibir allí su colección.
Es el caso que, al momento de alegar en primera instancia, el demandante transforma el planteo original, y
afirma la existencia de dos cargos "distintos y autónomos", que en dicha oportunidad enumera como: 1) La no
apertura de la Sala "Girondo", y 2) La prohibición de que los cuadros salgan del museo.
El juez de primera instancia rechaza la acción revocatoria de la donación por incumplimiento de los cargos
planteado por la actora, y la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal confirma el
fallo del juez de grado, y admite la excepción de prescripción liberatoria planteada por el Estado Nacional.
Finalmente la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dicta resolución confirmando los fallos
precedentemente dictados.
III. Las cuestiones jurídicas tratadas
III.1) En cuanto a la revocación de la donación por inejecución de las cargas impuestas al donatario:
El cargo es una obligación accesoria que es impuesta al que recibe una liberalidad. El cargo impuesto a una
donación altera su régimen y provoca que la misma deje de ser un acto sustancialmente gratuito, salvo el
supuesto de que el beneficiario del cargo sea el propio donatario.
Nuestro Código Civil regula en los artículos 1826 al 1829 las donaciones hechas con cargo. Se establece que
la donación es considerada onerosa en la medida en que el valor del cargo absorba a la misma, y en lo que lo
excediera será reputada gratuita. Como acto oneroso, no podrá ser reducido por afectación de la legítima
hereditaria, ni podrá ser objeto de acción de colación, pero en todo aquello que el valor de la donación fuere
mayor que el del cargo, como acto gratuito será pasible de ser reducido y/o colacionado.
La donación no puede revocarse por la sola voluntad del donante, salvo los supuestos expresamente
establecidos por la ley, y ellos son: A) por incumplimiento de los cargos o condiciones impuestas a la donación;
B) por causa de ingratitud del donatario en los tres casos siguientes: 1° Cuando el donatario ha atentado contra
la vida del donante, 2° Cuando le ha inferido injurias graves, en su persona o en su honor, 3° Cuando le ha

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rehusado alimentos; C) La supernacencia de hijos al donante después de la donación, si expresamente así se


hubiese estipulado esta condición.
¿Quién tiene legitimación activa para revocar una donación con cargo?
En respuesta a ello el artículo 1852 del Código Civil establece: "El derecho de demandar la revocación de
una donación por inejecución de las cargas impuestas al donatario, corresponde sólo al donante y a sus
herederos, sea que las cargas estén impuestas en el interés del donante o en el interés de terceros, y que
consistan ellas o no en prestaciones apreciables en dinero".
Surge del artículo trascripto que, la acción de revocación puede ser ejercida solamente por el donante y sus
herederos, a lo cual Salvat agrega: "La acción podría igualmente ser ejercida por un cesionario del donante o sus
herederos o por los acreedores de estos últimos, por no tratarse de derechos inherentes a la persona (arts. 1444 y
3417) (1).
Spota difiere con esta posición, y expresa que debe seguirse en este punto a la doctrina clásica francesa: "En
nuestro derecho procede esa doctrina, ya que no obstante transmitirse la pretensión accionable a los herederos,
lo cierto es que el cargo, para que origine la resolución del contrato de donación, impone considerar el tema
desde el punto de vista de que debe ser el donante o sus herederos quienes decidan si ha llegado la oportunidad
de ejercer ese derecho resolutorio, porque él es quien debe pesar los intereses patrimoniales y extrapatrimoniales
que decidieron la atribución gratuita patrimonial. Ello se revela como inherente a la persona del donante (art.
1196, parte 2ª). La tesis adversa, así como la que admite la cesión del derecho de revocación... no aprehende el
"espíritu" del contrato de donación, que huye del crudo provento económico"(2).
Belluscio no admite la acción subrogatoria de los acreedores del donante, y funda la misma en lo
expresamente establecido en el artículo 1852 del Código Civil, cuando se refiere que dicha acción "solo" puede
ser ejercida por el donante y sus herederos, lo cual excluye a todo otro interesado.
En el supuesto analizado, encontramos que el actor —heredero del donante— está legitimado para accionar.
¿Contra quién se ejerce la acción de revocación de la donación con cargo?
La resolución a dicho cuestionamiento está prevista en el artículo 1851 del Código Civil "La revocación por
inejecución de las condiciones o cargas, es únicamente relativa al donatario, y no perjudica a los terceros a cuyo
beneficio las condiciones o las cargas hubiesen sido estipuladas por el donante".
Surge de dicho artículo que la acción podrá ser dirigida contra el donatario y sus herederos, pero de ningún
modo contra los beneficiarios del cargo incumplido.
Puede advertirse que existe aquí una relación que involucra a tres partes: 1) el donante, 2) el donatario, 3)
los terceros beneficiarios de cargo.
En cuanto al donante, su relación es de absoluta gratuidad, es decir, el da sin recibir nada a cambio. Si el
donante fuera el beneficiario del cargo, el mismo tomaría la calidad de condición y su incumplimiento
acarrearía la posibilidad de exigir: o bien el cumplimiento, o bien la revocación.
Desde la óptica del donatario, éste carga con una obligación que puede o no tener contenido patrimonial.
En relación a los terceros beneficiarios de cargo, ellos pueden exigir al donatario, mediante una acción de
cumplimiento, la obligación mencionada en el párrafo anterior, pero no tendrán acción para exigir la revocación,
pues tal como lo expresara ut supra, esta acción corresponde al donante y a sus herederos.
Es necesario que los terceros beneficiarios de cargo lo hayan aceptado, porque son los interesados en él. El
donante puede revocar la donación mientras ello no ocurra. La aceptación del beneficiario del cargo debe ser
notificada al donante (3).
Zago afirma que se trata de la estipulación a favor del tercero del artículo 504 de nuestro Código Civil: "si
en la obligación se hubiere estipulado alguna ventaja en favor de un tercero, éste podrá exigir el cumplimiento
de la obligación, si la hubiese aceptado y hécholo saber al obligado antes de ser revocada".
De acuerdo a lo dicho, una vez que se haya realizado la donación, y el tercero beneficiario del cargo lo haya
aceptado, adquiere un derecho, y su cumplimiento podrá exigírselo: 1) al tercero beneficiario del cargo, o 2)
para el supuesto de que se revoque la donación, al donante o a sus herederos, quienes quedarán obligados al
cumplimiento del cargo por la inejecución del tercero.
En el caso concreto que se analiza, el Estado Nacional es el donatario y el obligado al cumplimiento del
cargo impuesto a la donación, y por tanto, legítimamente le corresponde el rol de sujeto pasivo de la acción
incoada.
III.2) El cargo inserto en la donación:
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El cargo puede insertarse en el contrato de donación de manera tal que, no sea un elemento constitutivo de la
misma, sino como una obligación accesoria que lo acompaña, sin que afecte ni condicione su existencia ni
resolución.
La condición suspensiva no permite el nacimiento del contrato hasta que la misma se cumpla, mientras que
el cargo —de acuerdo a lo establecido en el artículo 558 de nuestro Código Civil— no impide la adquisición del
derecho, ni su ejercicio, a menos que fueren impuestos como condición suspensiva, y en caso de duda se juzga
que no importan una condición.
Según Busso, el cargo suspensivo no es cargo sino condición: "El modo (cargo) se distingue de la condición
suspensiva porque no limita la eficacia del acto, sino solamente el monto del enriquecimiento de la persona que
debe cumplir el cargo. La donación con cargo y la disposición testamentaria con cargo, aun sufriendo una
disminución, son inmediatamente eficaces"(4).
Cuando se trata de distinguir entre condición resolutoria y revocación por incumplimiento del cargo, Busso
expresa: "el cargo carece en principio de efecto resolutorio del derecho (art. 560) y aun cuando su
incumplimiento autoriza la revocación de las donaciones (arts. 1849 y ss.) y de los legados (arts. 3841 y 3842),
ésta, a diferencia de la resolución, no se produce ipso iure y surte efectos ex nunc respecto de terceros de buena
fe"(5).
Coherente con su pensamiento, Busso afirma que, si el cargo es acompañado con una cláusula resolutoria,
dicho cargo se convierte lisa y llanamente en condición.
Mas allá de las discusiones doctrinarias en cuanto al punto tratado, en el caso analizado estaba previsto que
la falta de cumplimiento del cargo traería aparejada la revocación de la donación, lo cual no deja margen de
duda en relación a las consecuencias que acarreaba la no ejecución del mismo, resta por saber si dicha acción no
estaba prescripta, y si su planteo fue procesalmente oportuno.
III.3) En cuanto a la prescripción liberatoria:
El artículo 3949 de nuestro Código Civil señala: "La prescripción liberatoria es una excepción para repeler
una acción por el solo hecho que el que la entabla, ha dejado durante un lapso de tiempo de intentarla, o de
ejercer el derecho al cual ella se refiere".
Respecto a la prescripción de la acción de revocación de la donación, por incumplimiento del cargo, el plazo
que debe aplicarse a los fines de computar la misma, tratándose de una acción personal, es el ordinario de diez
años, tal como lo expresa el artículo 4023 de nuestro Código Civil, atento a la ausencia de una norma específica
que regule uno distinto.
El plazo de prescripción debe contarse a partir del incumplimiento del cargo, el cual en el caso concreto,
comienza en el año 1971 con la apertura de la "Sala Santamarina" y la omisión de crear —desde esa época- una
"Sala Girondo", hecho que se había impuesto como uno de los cargos, a los fines de exhibir los cuadros donados
por el Sr. Juan Girondo.
El actor inicia la acción de revocación de la donación por incumplimiento del cargo en el mes diciembre del
año 1996, es decir, 25 años después de que se iniciara el curso de la prescripción, es decir que, al momento en
que se incoa la demanda, la acción ya se encontraba prescripta desde hace 15 años.
La prescripción es una institución de orden público, y encuentra su fundamento en la necesidad social de no
mantener pendientes las relaciones jurídicas indefinidamente, poner fin a la indecisión de los derechos y
consolidar las situaciones creadas por el trascurso del tiempo disipando las incertidumbres (6).
Asimismo el accionante, con el objeto de enervar los efectos de la prescripción, pretende que se aplique al
caso el artículo 3980 del Código Civil, el que establece: "Cuando por razón de dificultades o imposibilidad de
hecho, se hubiere impedido temporalmente el ejercicio de una acción, los jueces están autorizados a liberar al
acreedor, o al propietario, de las consecuencias de la prescripción cumplida durante el impedimento, si después
de su cesación el acreedor o propietario hubiese hecho valer sus derechos en el término de tres meses. Si el
acreedor no hubiere deducido la demanda interruptiva de la prescripción por maniobras dolosas del deudor,
tendientes a postergar aquélla, los jueces podrán aplicar lo dispuesto en este artículo".
No corresponde la aplicación de la norma mencionada en el párrafo precedente al caso analizado, dado que
la misma establece la dispensa de la prescripción, la que es excepcional y de interpretación restrictiva.
Se ha resuelto muchas veces que la dispensa de la prescripción cumplida sólo procede cuando el
impedimento para obrar deriva de obstáculos materiales de carácter general, asimilable al caso fortuito o de
fuerza mayor y, por tanto no imputables a quien la invoca. Sin embargo, se han admitido también casos de
imposibilidad jurídica, de carácter individual, como resulta de los diversos casos en que se ha aplicado esta

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norma (7).
Ejemplos concretos de estos casos son, a) en general: una inundación, una guerra, una invasión, una clausura
de los tribunales, una peste, en general, eventos de fuerza mayor (8); b) en particular: persona que ha sido
víctima de secuestro o que se halla internada en un instituto de salud mental, víctima de alienación (9); supuestos
en que el acreedor no puede interrumpir la prescripción por estar viciada su voluntad (10).
La razón jurídica por la que esa prescripción no puede ser opuesta frente al acreedor es porque la dispensa es
una excepcional causa de excusabilidad del transcurso del tiempo, por la existencia de algún impedimento legal
o fáctico, por considerarse que la inactividad incurrida al tiempo de operarse la prescripción es inimputable (11).
En rigor de verdad, en el caso concreto, no hay motivo alguno para dispensar la prescripción cumplida,
máxime que el hecho del incumplimiento del cargo no estaba oculto, y era susceptible de ser conocido sin
necesidad de realizar investigación o trámite engorroso alguno.
La circunstancia de que el actor viviera en el extranjero, no le impedía —como heredero del donante—
tomar conocimiento del incumplimiento del cargo impuesto en la donación, pues tal circunstancia pudo haberla
hecho verificar por terceras personas, sin necesidad de trasladarse al país, pues la falta de creación de una sala
"Girondo" como la no exhibición de los cuadros, eran hechos públicos y notorios que fácilmente podrían
haberse comprobado, y ante tal situación, ejercer oportunamente la acción revocatoria de la donación realizada
por su abuelo.
III.4) La cuestión procesal:
Los jueces deben resolver las cuestiones que se sometan a su conocimiento, de acuerdo a lo que las partes
expresen, bien sea al momento de entablar la demanda, o bien al momento de contestar la misma, fijándose allí,
en la pretensión y en la oposición, la traba de la litis.
De la contestación de la demanda derivan los siguientes efectos: 1) se fija la cuestión litigiosa; 2) se
determinan los hechos respecto de los cuales recaerá la actividad probatoria, al contestarse la demanda se
establecen los hechos controvertidos, salvo la introducción de un hecho nuevo; 3) se determina lo que resultará
materia de la sentencia (el alcance del thema decidendum) que no podrá ir más allá de las pretensiones y
defensas de las partes en salvaguarda del principio de congruencia; 4) una vez contestada la demanda, el actor
no podrá modificar la misma, entrando a jugar el principio de preclusión respecto de dicha facultad (12).
En el presente caso, el actor al incoar la demanda, la funda en el incumplimiento por parte del donatario, de
dos cargos diferentes: 1) la celebración de la pertinente escritura; 2) la obligación de abrir una sala con el
nombre de Juan Girondo, para exhibir allí su colección.
Pero dicho planteo realizado originariamente lo transforma al tiempo de alegar en primera instancia, y en
dicha oportunidad expresa el incumplimiento de dos cargos "distintos y autónomos", que enumera como: 1) La
no apertura de la Sala "Girondo", y 2) La prohibición de que los cuadros salgan del museo.
Ante esta situación, no corresponde resolver sobre el extemporáneo planteo del actor con relación al
incumplimiento de los cargos que introdujera al tiempo de alegar en primera instancia; y en esa misma línea de
pensamiento tampoco debe expedirse sobre dicha cuestión la Cámara de Apelaciones, ni la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.
IV. Conclusiones
De acuerdo a lo desarrollado precedentemente, y con relación al caso analizado, arribo a las siguientes
conclusiones:
1) El incumplimiento del cargo impuesto a una donación trae aparejado la posibilidad de accionar bien sea
para exigir su cumplimiento o bien para revocar la donación, tiene legitimación activa para demandar el
cumplimiento del cargo o bien la revocación de la donación, tanto el donante como sus herederos, por lo cual el
actor, dado que es heredero del donante, está legitimado para accionar.
2) El legitimado pasivo de la acción de revocación de la donación por incumplimiento de los cargos que la
graban es, el donatario y sus herederos, el Estado Nacional, al revestir el carácter de donatario se encuentra
legítimamente demandado.
3) Tratándose de una acción personal, el plazo de prescripción es de diez años, tal como lo expresa el
artículo 4023 de nuestro Código Civil, atento a la ausencia de una norma específica que regule uno distinto.
Dicho plazo comenzó a correr en el año 1971 con la apertura de la "Sala Santamarina" y la omisión de crear
—desde esa época— una "Sala Girondo"; por lo que al momento de entablar la demanda, la acción estaba
prescripta desde hacía mas de 15 años.

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4) No corresponde la dispensa de la prescripción prevista en el artículo 3980 de nuestro Código Civil, la que
es de aplicación excepcional y de interpretación restrictiva. El incumplimiento de los cargos no estaban ocultos,
pues la falta de creación de una sala "Girondo" como la no exhibición de los cuadros, eran hechos públicos y
notorios que fácilmente podrían haberse comprobado.
5) Con la contestación de la demanda se fija la cuestión litigiosa, se determina lo que resultará materia de la
sentencia, es decir el alcance del thema decidendum, que no podrá ir más allá de las pretensiones y defensas de
las partes, por lo que no procede resolver sobre el extemporáneo planteo del actor con relación al
incumplimiento de los cargos que recién introdujera al tiempo de alegar en primera instancia, y que repitiera al
tiempo de recurrir ante la Cámara Federal de Apelaciones y ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
(1) Salvat-Acuña Anzorena, Tratado. Fuentes de las obligaciones, tomo III, pág. 86 y 87.
(2) Spota, Instituciones de derecho civil, vol. VII, pág. 338.
(3) Salvat- Acuña Anzorena, Op. Cit, tomo III, pág. 65.
(4) Busso, Código Civil. Obligaciones, tomo III, pág. 539.
(5) Busso, Op. Cit. tomo III, pág. 558.
(6) CSN, 29/8/55, J.A. 1955-IV-367, LA LEY, 46-380.
(7) Salas-Trigo Represas. Código Civil y leyes complementarias anotados. Vol. III, pág. 309.
(8) CNCiv., Sala D, 6/5/57, LA LEY, 88-331.
(9) Galli, Tratado de derecho civil argentino. Obligaciones en General, tomo III, pág. 474.
(10) SCBA, 18/12/90, ED, 143-411.
(11) Edgardo López Herrera, Tratado de la prescripción liberatoria", tomo I, pág. 385.
(12) Romano, Alberto, Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe. Director: Jorge W.
Peyrano, tomo 1, pág. 407.

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