Revocacion Martinez
Revocacion Martinez
Revocacion Martinez
El cargo puede insertarse en el contrato de donación de manera tal que, no sea un elemento constitutivo de la
misma, sino como una obligación accesoria que lo acompaña, sin que afecte ni condicione su existencia ni
resolución.
La condición suspensiva no permite el nacimiento del contrato hasta que la misma se cumpla, mientras que
el cargo —de acuerdo a lo establecido en el artículo 558 de nuestro Código Civil— no impide la adquisición del
derecho, ni su ejercicio, a menos que fueren impuestos como condición suspensiva, y en caso de duda se juzga
que no importan una condición.
Según Busso, el cargo suspensivo no es cargo sino condición: "El modo (cargo) se distingue de la condición
suspensiva porque no limita la eficacia del acto, sino solamente el monto del enriquecimiento de la persona que
debe cumplir el cargo. La donación con cargo y la disposición testamentaria con cargo, aun sufriendo una
disminución, son inmediatamente eficaces"(4).
Cuando se trata de distinguir entre condición resolutoria y revocación por incumplimiento del cargo, Busso
expresa: "el cargo carece en principio de efecto resolutorio del derecho (art. 560) y aun cuando su
incumplimiento autoriza la revocación de las donaciones (arts. 1849 y ss.) y de los legados (arts. 3841 y 3842),
ésta, a diferencia de la resolución, no se produce ipso iure y surte efectos ex nunc respecto de terceros de buena
fe"(5).
Coherente con su pensamiento, Busso afirma que, si el cargo es acompañado con una cláusula resolutoria,
dicho cargo se convierte lisa y llanamente en condición.
Mas allá de las discusiones doctrinarias en cuanto al punto tratado, en el caso analizado estaba previsto que
la falta de cumplimiento del cargo traería aparejada la revocación de la donación, lo cual no deja margen de
duda en relación a las consecuencias que acarreaba la no ejecución del mismo, resta por saber si dicha acción no
estaba prescripta, y si su planteo fue procesalmente oportuno.
III.3) En cuanto a la prescripción liberatoria:
El artículo 3949 de nuestro Código Civil señala: "La prescripción liberatoria es una excepción para repeler
una acción por el solo hecho que el que la entabla, ha dejado durante un lapso de tiempo de intentarla, o de
ejercer el derecho al cual ella se refiere".
Respecto a la prescripción de la acción de revocación de la donación, por incumplimiento del cargo, el plazo
que debe aplicarse a los fines de computar la misma, tratándose de una acción personal, es el ordinario de diez
años, tal como lo expresa el artículo 4023 de nuestro Código Civil, atento a la ausencia de una norma específica
que regule uno distinto.
El plazo de prescripción debe contarse a partir del incumplimiento del cargo, el cual en el caso concreto,
comienza en el año 1971 con la apertura de la "Sala Santamarina" y la omisión de crear —desde esa época- una
"Sala Girondo", hecho que se había impuesto como uno de los cargos, a los fines de exhibir los cuadros donados
por el Sr. Juan Girondo.
El actor inicia la acción de revocación de la donación por incumplimiento del cargo en el mes diciembre del
año 1996, es decir, 25 años después de que se iniciara el curso de la prescripción, es decir que, al momento en
que se incoa la demanda, la acción ya se encontraba prescripta desde hace 15 años.
La prescripción es una institución de orden público, y encuentra su fundamento en la necesidad social de no
mantener pendientes las relaciones jurídicas indefinidamente, poner fin a la indecisión de los derechos y
consolidar las situaciones creadas por el trascurso del tiempo disipando las incertidumbres (6).
Asimismo el accionante, con el objeto de enervar los efectos de la prescripción, pretende que se aplique al
caso el artículo 3980 del Código Civil, el que establece: "Cuando por razón de dificultades o imposibilidad de
hecho, se hubiere impedido temporalmente el ejercicio de una acción, los jueces están autorizados a liberar al
acreedor, o al propietario, de las consecuencias de la prescripción cumplida durante el impedimento, si después
de su cesación el acreedor o propietario hubiese hecho valer sus derechos en el término de tres meses. Si el
acreedor no hubiere deducido la demanda interruptiva de la prescripción por maniobras dolosas del deudor,
tendientes a postergar aquélla, los jueces podrán aplicar lo dispuesto en este artículo".
No corresponde la aplicación de la norma mencionada en el párrafo precedente al caso analizado, dado que
la misma establece la dispensa de la prescripción, la que es excepcional y de interpretación restrictiva.
Se ha resuelto muchas veces que la dispensa de la prescripción cumplida sólo procede cuando el
impedimento para obrar deriva de obstáculos materiales de carácter general, asimilable al caso fortuito o de
fuerza mayor y, por tanto no imputables a quien la invoca. Sin embargo, se han admitido también casos de
imposibilidad jurídica, de carácter individual, como resulta de los diversos casos en que se ha aplicado esta
norma (7).
Ejemplos concretos de estos casos son, a) en general: una inundación, una guerra, una invasión, una clausura
de los tribunales, una peste, en general, eventos de fuerza mayor (8); b) en particular: persona que ha sido
víctima de secuestro o que se halla internada en un instituto de salud mental, víctima de alienación (9); supuestos
en que el acreedor no puede interrumpir la prescripción por estar viciada su voluntad (10).
La razón jurídica por la que esa prescripción no puede ser opuesta frente al acreedor es porque la dispensa es
una excepcional causa de excusabilidad del transcurso del tiempo, por la existencia de algún impedimento legal
o fáctico, por considerarse que la inactividad incurrida al tiempo de operarse la prescripción es inimputable (11).
En rigor de verdad, en el caso concreto, no hay motivo alguno para dispensar la prescripción cumplida,
máxime que el hecho del incumplimiento del cargo no estaba oculto, y era susceptible de ser conocido sin
necesidad de realizar investigación o trámite engorroso alguno.
La circunstancia de que el actor viviera en el extranjero, no le impedía —como heredero del donante—
tomar conocimiento del incumplimiento del cargo impuesto en la donación, pues tal circunstancia pudo haberla
hecho verificar por terceras personas, sin necesidad de trasladarse al país, pues la falta de creación de una sala
"Girondo" como la no exhibición de los cuadros, eran hechos públicos y notorios que fácilmente podrían
haberse comprobado, y ante tal situación, ejercer oportunamente la acción revocatoria de la donación realizada
por su abuelo.
III.4) La cuestión procesal:
Los jueces deben resolver las cuestiones que se sometan a su conocimiento, de acuerdo a lo que las partes
expresen, bien sea al momento de entablar la demanda, o bien al momento de contestar la misma, fijándose allí,
en la pretensión y en la oposición, la traba de la litis.
De la contestación de la demanda derivan los siguientes efectos: 1) se fija la cuestión litigiosa; 2) se
determinan los hechos respecto de los cuales recaerá la actividad probatoria, al contestarse la demanda se
establecen los hechos controvertidos, salvo la introducción de un hecho nuevo; 3) se determina lo que resultará
materia de la sentencia (el alcance del thema decidendum) que no podrá ir más allá de las pretensiones y
defensas de las partes en salvaguarda del principio de congruencia; 4) una vez contestada la demanda, el actor
no podrá modificar la misma, entrando a jugar el principio de preclusión respecto de dicha facultad (12).
En el presente caso, el actor al incoar la demanda, la funda en el incumplimiento por parte del donatario, de
dos cargos diferentes: 1) la celebración de la pertinente escritura; 2) la obligación de abrir una sala con el
nombre de Juan Girondo, para exhibir allí su colección.
Pero dicho planteo realizado originariamente lo transforma al tiempo de alegar en primera instancia, y en
dicha oportunidad expresa el incumplimiento de dos cargos "distintos y autónomos", que enumera como: 1) La
no apertura de la Sala "Girondo", y 2) La prohibición de que los cuadros salgan del museo.
Ante esta situación, no corresponde resolver sobre el extemporáneo planteo del actor con relación al
incumplimiento de los cargos que introdujera al tiempo de alegar en primera instancia; y en esa misma línea de
pensamiento tampoco debe expedirse sobre dicha cuestión la Cámara de Apelaciones, ni la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.
IV. Conclusiones
De acuerdo a lo desarrollado precedentemente, y con relación al caso analizado, arribo a las siguientes
conclusiones:
1) El incumplimiento del cargo impuesto a una donación trae aparejado la posibilidad de accionar bien sea
para exigir su cumplimiento o bien para revocar la donación, tiene legitimación activa para demandar el
cumplimiento del cargo o bien la revocación de la donación, tanto el donante como sus herederos, por lo cual el
actor, dado que es heredero del donante, está legitimado para accionar.
2) El legitimado pasivo de la acción de revocación de la donación por incumplimiento de los cargos que la
graban es, el donatario y sus herederos, el Estado Nacional, al revestir el carácter de donatario se encuentra
legítimamente demandado.
3) Tratándose de una acción personal, el plazo de prescripción es de diez años, tal como lo expresa el
artículo 4023 de nuestro Código Civil, atento a la ausencia de una norma específica que regule uno distinto.
Dicho plazo comenzó a correr en el año 1971 con la apertura de la "Sala Santamarina" y la omisión de crear
—desde esa época— una "Sala Girondo"; por lo que al momento de entablar la demanda, la acción estaba
prescripta desde hacía mas de 15 años.
4) No corresponde la dispensa de la prescripción prevista en el artículo 3980 de nuestro Código Civil, la que
es de aplicación excepcional y de interpretación restrictiva. El incumplimiento de los cargos no estaban ocultos,
pues la falta de creación de una sala "Girondo" como la no exhibición de los cuadros, eran hechos públicos y
notorios que fácilmente podrían haberse comprobado.
5) Con la contestación de la demanda se fija la cuestión litigiosa, se determina lo que resultará materia de la
sentencia, es decir el alcance del thema decidendum, que no podrá ir más allá de las pretensiones y defensas de
las partes, por lo que no procede resolver sobre el extemporáneo planteo del actor con relación al
incumplimiento de los cargos que recién introdujera al tiempo de alegar en primera instancia, y que repitiera al
tiempo de recurrir ante la Cámara Federal de Apelaciones y ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
(1) Salvat-Acuña Anzorena, Tratado. Fuentes de las obligaciones, tomo III, pág. 86 y 87.
(2) Spota, Instituciones de derecho civil, vol. VII, pág. 338.
(3) Salvat- Acuña Anzorena, Op. Cit, tomo III, pág. 65.
(4) Busso, Código Civil. Obligaciones, tomo III, pág. 539.
(5) Busso, Op. Cit. tomo III, pág. 558.
(6) CSN, 29/8/55, J.A. 1955-IV-367, LA LEY, 46-380.
(7) Salas-Trigo Represas. Código Civil y leyes complementarias anotados. Vol. III, pág. 309.
(8) CNCiv., Sala D, 6/5/57, LA LEY, 88-331.
(9) Galli, Tratado de derecho civil argentino. Obligaciones en General, tomo III, pág. 474.
(10) SCBA, 18/12/90, ED, 143-411.
(11) Edgardo López Herrera, Tratado de la prescripción liberatoria", tomo I, pág. 385.
(12) Romano, Alberto, Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe. Director: Jorge W.
Peyrano, tomo 1, pág. 407.