LA PRIMAVERA - Botticelli-A.yESTÉTICA

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SANDRO

BOTTICELLI

LA PRIMAVERA

REVELLO ALDANA
2023
SANDRO BOTTICELLI
Revello Aldana Arte y Estética

“LA PRIMAVERA”
Sandro Botticelli
“La Primavera de Botticelli es uno de los grandes iconos del Renacimiento italiano. Para
entenderla hay que adentrarse en el mundo de misterio, poesía, paganismo e
intelectualidad que presidía la época de los Medici.”

Titulo original: “Allegoria della primavera”


Técnica: Temple (mezcla de pigmentos con huevo) sobre
madera (207 x 319cm.); relativo gran formato que llama la
atención debido a su reserva para temas religiosos.
Localización: Museo de los Uffizi, Florencia
Género: Tema mitológico-alegórico

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Composición
Simétrica. El centro está marcado por la mano de Venus y el arco de Cupido, y se distribuyen
cuatro figuras a cada lado. Casi todas las figuras se podrían encuadrar en un gran triángulo
que tiene como vértice a Cupido, aunque se perciban otros como el de la propia Venus
resaltada por la claridad detrás de su cabeza. 
La diosa Venus, ubicada al centro de la figura, se presenta como la figura más grande:
representa la belleza y el amor; Céfiro es la personificación del viento del oeste, representa la
suavidad y el calor de la primavera; Flora, la diosa romana de las flores y el jardín, representa
la vida y la fertilidad; Mercurio, el dios mensajero lleva su caduceo (que se piensa que
simboliza la protección contra el mal), con
probabilidad, el artista se inspiró en Lorenzo La inmortalidad de Simonetta Vespucci: Se cree
di Pierfrancesco para este personaje, y las tres que una de las tres gracias sería Simonetta
Gracias, que representan la belleza, la alegría Vespucci, considerada la mujer más bella de la
y la creatividad, mientras que Hermes, en la época, quién falleció a los 22.
parte superior izquierda, representa la
fertilidad masculina. Cupido, o Eros, el Amor: hijo de Venus, diosa de la belleza, y el Marte,
dios de la guerra; está ubicado sobre Venus, con los ojos vendados apuntando a una de las
Tres Gracias (castidad, belleza y amor), en símbolo de deseo amoroso.
 Este esquema compositivo proporciona cierto estatismo. Solo en el lado derecho se
observan esquemas dinámicos con la curva de Céfiro y la diagonal de Cloris que se
compensa con el esquema sólido y estático de Flora. Es de las obras mas complejas de
Botticelli debido a la gran cantidad de figuras.
Por otro lado, la gran variedad de flora presente se encuentra en el césped que sirve de apoyo
a los personajes, dentro de la misma podemos identificar margaritas y violetas, y una gran
variedad de plantas, arboles y flores toscanas típicas de estación (en Italia, la primavera es
entre marzo y junio).
Botticelli nos transporta al mundo bucólico de los cuentos de hadas o del amor
cortés independientemente si su temática es religiosa o mitológica. 
Los colores son suaves, sin grandes gradaciones, con gamas cálidas y frías como en el
bosque. Destaca el juego de los complementarios, como el rojo y el verde en Venus, y con las
veladuras se detallan las carnaciones sensuales y las calidades de las telas. Con estos colores
y claridad las figuras resaltan sobre un fondo bastante oscuro. 
No se percibe mucho volumen o perspectiva, pero sí luz blanquecina y homogénea. Los
cuerpos y figuras están idealizadas de gran elegancia y delicadeza, caracterizada por una
belleza inigualable.
El estilo y la pintura de los cuadros mitológicos de Botticelli representan una vía de
idealización en medio de la experimentación renacentista (volumen, perspectiva, etc.). Es una
corriente de gusto meramente estética, y por ello delicada y lírica.   
El estilo combina el realismo con el misticismo de una manera única, representado suave,
dulce y curvilíneo, casi poético, es criticado posteriormente, y redescubierto y valorado a
partir de los prerrafaelistas. Impregnado con una sensación de misterio y espiritualidad.

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Significación
“La Primavera” está llena de significados alegóricos de difícil e incierta interpretación.
Entre las hipótesis más acreditadas esta aquella de la interpretación del reino de Venus,
cantado por los poetas antiguos y de Poliziano (famoso letrado en la corte de los Medici). A la
derecha Céfiro, dios del viento, persigue a Flora y la fecunda con su aliento. Flora se
transforma en primavera, la mujer elegante que esparce flores por el mundo. Venus, al centro,
representa la “Humanitas” es decir la unidad y armonía, entre naturaleza y civilización. A la
izquierda las tres danzan y Mercurio disipa las nubes.
Esta concepción de origen antiguo fue respaldada por los Humanistas del Renacimiento y del
círculo Neoplatónico que giraba en torno a la corte de los Medici. El Neoplatonismo fue una
corriente filosófica y estética que trataba de fusionar el pensamiento del filósofo griego
Platón con los conceptos más nobles del cristianismo. La concepción de la belleza y del
amor absoluto típico del Neoplatonismo influyó mucho en la cultura renacentista y en el
mismo Botticelli. Por lo tanto, se puede imaginar que detrás de la interpretación filosófica de
la pintura, Botticelli y su cliente pensaban en una apología hacia los Medici, a su sofisticada
visión del futuro y al profundo amor por la cultura y el arte.
Con respecto al neoplatonismo influyente: el proyecto de crear una Academia neoplatónica en
Florencia surgió durante el gobierno de Cosme de Médici; el mismo, tentado con la idea de
crear un estado utópico platónico trae y constituye la sede de la Academia neoplatónica;
Ficino fue el principal protagonista del grupo de estudiosos, admiradores y artistas que
constituían la Academia.
En el diálogo de Platón de El Banquete, se discute sobre el amor y la belleza, dos temas
principales de debate para los neoplatónicos florentinos. La actividad intelectual de Ficino
estaba encaminada a hacer accesibles los textos griegos del platonismo traduciéndolos al latín
e interpretarlos bajo nuevos parámetros que le permitieran dar un nuevo significado platónico
a otras fuentes de su interés. Materias como la mitología quedaron afectadas por esta
interpretación

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La Naturaleza es, desde el punto de


vista neoplatónico, imperfecta al estar Las parábolas ficianianas del bosque y el jardín en
contaminada por la materia responsable “La Stanze per la Giostra” de Ángelo Poliziano,
de producir las formas puras del mundo “La parábola del jardín”
celeste en cosas concretas visibles.
Ficino afirma que el amor no es otra El pasaje del bosque al jardín de Venus señala el
cosa que la propia esencia divina paso definitivo de la experiencia ordinaria a la
reflejada en el universo. A través del interior. La realidad concreta y tangible del bosque
ha cedido el sitio a otra región de objetos. Árboles
amor, toda aparente multiplicidad del
y flores, que del bosque eran mero complemento
universo cobra unidad y coherencia, ya
arquitectónico, pierden en el jardín su naturaleza
que todos sus elementos, incluso los
de objetos empíricos para convertirse en
opuestos, se armonizan movidos por el
arquetipos: son ideas (pensamientos de Dios). En
amor y se expresan en la belleza, que
el renacimiento el jardín es el lugar del espíritu. Su
elevan el alma del hombre hacia esferas
naturaleza ordenada y armónica es la expresión del
superiores. El filósofo observa que la
equilibrio y de la serena racionalidad de su creador.
belleza esparcida por el universo
adquiere dos formas, que están Se propone como el horizonte estético y filosófico
detalladas simbólicamente en las trazado por Poliziano se puede ensanchar
imágenes de dos tipos de Venus: la constantemente en más direcciones, partiendo de
Venus Celeste, que queda plasmada en sugerencias y sugestiones que afloran
“El Nacimiento de Venus”, mostrando copiosamente en las páginas de la Stanze.1
su belleza desnuda y sobrenatural, y la
Venus Vulgar, el amor humano, queda
reflejada en “La Primavera”. La teoría neoplatónica de ambas Venus no consideraba dos
amores opuestos, sino que ambos son válidos.
Venus pertenece a los dioses romanos y es una de las más importantes, conocida como diosa
del amor, la belleza y la fertilidad, también conocida en la mitología griega como Afrodita.
Esta deidad, jugaba un papel muy significativo en las fiestas y mitos religiosos de Roma, a su
vez también era conocida como la diosa de los jardines y campos, debido a que por dónde
ella caminaba emergía la vida, las plantas crecían y las flores salían.
Uno de los principales problemas a la hora de establecer un significado es la identificación
del texto literario en el que se basa Botticelli; tradicionalmente se ha visto el cuadro como
ilustración de un fragmento del famoso poema de “Poliziano Giostra” sobre el amor
cortesano de Giuliano de Médici y Simonetta.

¿Quién fue Sandro Boticelli?


Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi nació en Florencia (1445-1510), donde desarrolló la
mayor parte de su trabajo. Entre sus obras más conocidas se cuentan “El nacimiento de
Venus” y “La primavera”, que presentan una temática alegórica basada en la filosofía
neoplatónica promovida por la corte de los Medici. Durante su vida se cree que realizó cerca
de 150 pinturas, con una gran presencia de obras con contenido religioso.

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El detalle delicado, el uso de líneas divisorias y el tono romántico


son características de una serie de obras que reflejan la
originalidad de su arte. Su estilo no busca el naturalismo, si no que
se inclinó más bien por la delicadeza y la gracia; quizás por ello se
le daban tan bien los retratos femeninos (principalmente diosas
mitológicas).
El neoplatonismo popular en esa época influyó en sus temáticas.
Protegido de los Medici, Botticelli fue estimulado para que pintara
los mitos de la antigüedad, alegorías paganas y demás novedosas
temáticas. En esa época, pintar obras de gran formato que no
fueran de religión eran toda una novedad, por lo que Botticelli fue
uno de los primeros artistas en hacerlo, gozando de gran prestigio
que quizás no tendría la veneración posterior de otros maestros del quattrocento.
En relación con otras obras del artista, “La Primavera” es una de las más famosas, y una de
las mejores expresiones de su estilo distintivo; se dice que la obra es parte de un díptico que
incluye otra obra maestra del autor: “El Nacimiento de Venus”: en ambas se refleja la belleza
y la armonía de la naturaleza.
Esta estética humanista, antropocéntrica y neoplatónica, que busca la belleza, encuentra las
críticas de la Iglesia: En Florencia, predicadores como Savonarola calificaron de pagana a la
corte de los Médici. Sus predicaciones influyeron en el propio Sandro Botticelli que cambia
radicalmente su estilo al final de su vida, como se observa en la obra "Lamento por Cristo
muerto".
Finalmente moriría a los 78 años

Contexto histórico y artístico de la obra

"La Primavera", pintada alrededor de 1482, se realiza durante el Renacimiento tardío de


Italia. Esta pintura es un emblemático ejemplo del estilo artístico florentino con su gran
atención al detalle y uso del color. La obra representa un cambio significativo para Botticelli
ya que refleja el surgimiento de la filosofía neoplatónica en la cultura florentina, al tiempo
que celebra la belleza y la armonía de la naturaleza. Logró condensar y representar las
características principales del humanismo renacentista en una sola obra.

La obra fue creada durante un periodo de importante renovación cultural y artística, donde la
competencia artística era muy alta y la manifestación de habilidades y talentos debía
sobresalir. Los Medici, la familia que comisionó la obra, fueron una de las familias más
influyentes y ricas de la época renacentista y patrocinaron a muchos de los grandes artistas de
la época.

El renacimiento fue un amplio movimiento cultural producido en Europa en los siglos SV y


SVII; sirvió de transición entre el Medioevo y la Edad Moderna, trayendo consigo una
profunda renovación del pensamiento, las artes y las ciencias. No fue un movimiento
homogéneo, ni unitario, desde el punto de vista cronológico o geográfico, de hecho, surgió de
manera desordenada. Algunas características de dicho movimiento fueron el “retorno” a la

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antigüedad, recuperando la tradición filosófica, artística y política de la Grecia y Roma


clásica; el remplazo de la visión teocéntrica debido al debilitamiento del poder eclesiástico y
por la adoración del hombre por el hombre, y el patrocinio de las artes por las altas clases
sociales.
El arte renacentista se puede organizar en períodos históricos y estéticos distintos:
- El Quattrocento o Renacimiento temprano. 
- El Cinquecento o Renacimiento pleno. 
- El manierismo o bajo Renacimiento.
- El Seicento o barroco italiano. 

¿Cómo se cumplen las condiciones de la belleza? ¿cumple el fin de la obra artística?


Para comprender la gradualidad de belleza de una obra, es indispensable remitir al fin de la
misma, o bien a su forma, que se refiere a la potencia cognoscitiva, decimos así: se llama
bello aquello que visto agrada, a la debida proporción. La proporción debida es, en su
realidad consumada, el fin de la apetencia que es a modo de movimiento hacia lo apetecido.
Esa misma proporción, en cuanto conocida, causa en el sujeto una cierta perfección interior:
es el ser completo de algo en cuanto presente intencionalmente en el sujeto.
“Lo que visto agrada” hace referencia al acto del conocimiento, la visión, en cuanto tiene que
ser una perfecta participación del ser de la cosa, y por la otra al deleite que acompaña en el
sujeto a tal acto de conocimiento, en cuanto en éste se da algo formalmente completo o
perfecto en su orden.
¿Se pueden cumplir condiciones para la belleza? ¿es relativa al sujeto que ve?
La belleza es una trascendental, un modo que se da en el ente junto con la verdad, la bondad,
y de más: todo lo que conocemos esta incluido en la concepción de ente, y por él avanzamos
en el conocimiento a medida que lo delimitamos; luego, los trascendentales se identifican con
el ente, y al atribuirlos a Dios, se predicarán análogamente en las criaturas.
Entre los trascendentales encontraremos: uno, verdadero, bueno y bello. Admitimos así, que
la belleza se encuentra en Dios de manera plena e infinitamente realizada, y en las creaturas
por medio de una belleza divina participada: graduada.
Si bien identificamos lo bello como “lo que visto agrada”, más allá de la admisión del deleite
por medio de la potencia cognoscitiva contemplativa, hacemos una triple consideración de
alguna naturaleza:
- Según el ser que tienen los singulares.
- Según su ser inteligible.
- Según la consideración absoluta de la naturaleza abstraída de ambos modos de ser.
Entendemos así que la belleza, al trascender y aplicarse al ente, hace referencia al carácter
integro de la forma en el orden del conocimiento, lo inacabado produce un efecto contrario al
deleite (inquietud). No obstante, ese carácter integro de la forma en el orden del conocimiento

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de los sentidos es relativo, pues el objeto de ellos no es el ser de las cosas en cuanto
determinado por la forma sustancial, sino solo sus cualidades sensibles, y estas, al formar un
conjunto debidamente proporcionado, lo forman en cuando conjunto de dichas cualidades, no
en cuanto correspondan en su unidad al ser substancial de una cosa. El deleite de la
contemplación sensible o estética no depende de que las formas presentadas correspondan a
ciertos modelos tomados de la naturaleza, sino simplemente de su armonía o proporción en
cuanto formas sensibles. Por ejemplo: los colores de una puesta de sol, producen el deleite de
la contemplación en cuanto son tales colores, no en cuanto representan algo.2
¿Cómo se cumplen las condiciones de belleza?
Existen elementos constitutivos, rasgos o caracteres que manifiestan la perfección esencial de
una cosa en donde reside la belleza, y nos ayuda, por medio de su establecimiento, el realizar
juicios objetivos de los objetos y fines.
Es en la obra “La perfección” de Sandro Botticelli que vamos a buscar el cumplimiento de los
requerimientos para poder considerar la belleza de la labor artística.
En cuanto a su integridad podemos referirnos a tres aspectos principales: en cuando a su
existencia como tal, el sentido general de “La primavera” se mantiene como un misterio, los
personajes y la iconografía fueron identificados y se puede hacer un análisis mitológico de los
personajes. Si bien podemos referirnos a los personajes como ficticios, es en la finalidad de la
obra que cobra sentido: basado en la idea del amor y en la identificación de un amorío entre
dos personajes, la composición manifiesta una idea íntegra e intencionada. Las figuras
presentadas remiten a cuerpos reales, incluso Mercurio, el dios mensajero, se piensa que
simboliza, con probabilidad, a Lorenzo di Pierfrancesco; y se cree que las tres gracias seria
Simonetta Vespucci, considerada la mujer más bella de la época.
En cuanto a la totalidad de sus partes, muy relacionada con la participación del ser de cada
naturaleza, la obra carece de personajes “imperfecto” o faltos de alguna propiedad especifica.
Y, por último, sus elementos esenciales se articulan en un mismo principio, y se manifiesta en
la armonía y espiritualidad predominante en la obra, por medio de la identificación del texto
literario en el que se basa Botticelli, podemos hacer alusión al amor cortesano de Giuliano de
Médici y Simonetta, expresado en un fragmento del famoso poema de “Poliziano Giostra”.
La connotación natural y todas las teorías acerca de cada personaje solo embellecen los trazos
pintados por el autor.
En segundo lugar, la proporción o concordancia de las partes constituye otro requerimiento
que podemos ver “cumplido” o manifestad, y se basa en la ordenación intrínseca de las partes
entre si y con el todo. La composición consta de nueve figuras que se encuentran distribuidos
rítmicamente equilibrados en en un espacio frondoso y natural, plagado de flores, árboles y
frutos característicos de la zona, como las margaritas, naranjos y rosas. Armado de forma
simétrica, Venus marca el eje central de la composición en el centro del jardín paradisiaco, a
la derecha está Céfiro, dios del viento del oeste, que persigue a la ninfa de la tierra Cloris (al
momento de ser tocada se transforma en Flora). Sobre Venus, revolotea Cupido, que con los
ojos vendados dirige sus flechas hacia las tres Gracias (retratos de mujeres florentinas que
representan la castidad, la belleza y el amor). Castitas que se encuentra de espaldas dirige su
mirada hacia Mercurio (constituye el nexo de unión ente el cielo y la tierra). En el fonde
podemos encontrar un bosque de laureles y naranjos, símbolo de la familia Medicis, y el

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mirto la planta de Venus. Cada uno de los personajes encuentra en su lugar una causa del
porqué de su ubicación, y en sí, responden a una idea general presente en el artista que otorga
el orden. El principio inteligente autor de “la Primavera”, es causante de la unidad de la obra
y responde a la elección del color, la forma, el contenido, incluso el uso de la luz y la sombra
empleados en la superficie. La verdad de la obra se va a lograr en la medida de la adecuación
de la obra con la forma presente en la mente de su autor, la idea ejemplar que guía el proceso
creativo.
Además de la proporción general de la obra, está presente la proporción de cada personaje o
figura, que responde a un equilibrio y a una realidad; las medidas son proporcionales y
realistas, los mismo el uso de los colores y los complementos a los que recurrió Botticelli.
Por último, la claridad representa otro de los requerimientos o condicionamientos de lo bello;
hace referencia a la comunicabilidad de la forma o esencia, de la manifestación del orden en
el sujeto por medio de su percepción de la cosa a través de sus facultades perceptivas e
intelectuales. En cuanto a la claridad sensible, la obra de Botticelli está caracterizada por sus
colores armoniosos y su correcto uso de la luz, la disposición de los sujetos permite apreciar
claridad del fondo, pero principalmente de los personajes presentados con transparencias y
rubias melenas. Los colores cálidos permiten al rojo presente en Venus resaltar debidamente.
Por otro lado, en cuanto a la claridad intelectual, en la obra podemos encontrar y reinterpretar
diversas soluciones que responden a una idea general: Venus y las demás figuras ubicadas en
un espacio característicamente natural y frondoso, no es confuso atribuir la idea neoplatónica
del amor una vez concebida y comprendida, ya que cumple con lo descrito por el autor. Los
elementos registrados en la obra manifiestan su correcta naturaleza, sin presentar
deficiencias.

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Biografía:
https://temasycomentariosartepaeg.blogspot.com/p/botticelli-la-primavera.html
https://www.visituffizi.org/es/obras-de-arte/la-primavera-de-botticelli/
https://historia-arte.com/obras/la-primavera
http://institucional.us.es/revistas/vico/vol.7-8/22.pdf
1
LOSADA, T. “Botticelli y Poliziano en el círculo de Lorenzo”. In: Cuadernos de filología
italiana
2
WIDOW, Juan A. “Curso de Metafísica” pag.97

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