Perperio Fisiologico

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LICENCIATURA EN ENFERMERÍA

GENERAL.

MÓDULO: GINECOLOGÍA Y
OBSTETRICIA

PUERPERIO FISIOLÓGICO

EMMA ALEJANDRA RUÍZ RAMÍREZ

GRUPO G
OBJETIVOS

Conocer los cuidados que deben dispensarse en el puerperio normal

Aprender la atención que se presta en el postparto inmediato y precoz y los métodos de


control en el puerperio tardío

PUERPERIO FISIOLOGICO

Introducción

A.-Concepto

Etimológicamente, puerperio procede de los vocablos latinos puer (que significa niño)
y peri (alrededor de). Esta expresión evoca precisamente el momento biológico que
sucede tras el nacimiento.

El puerperio puede definirse como el tiempo transcurrido desde la finalización del parto
hasta un límite variable, generalmente 6 semanas, en que ocurre la primera
menstruación y vuelve a la normalidad el organismo femenino. La regresión al estado
previo al embarazo nunca es completa, persistiendo pequeños cambios que nos
permiten diferenciar a la multigesta de la mujer que ya ha tenido algún embarazo o
parto.

La terminación del puerperio no es del todo precisa. Para algunos autores estaría
marcada por el retorno de la menstruación, y este hecho está en relación con la
lactancia materna.

Durante el puerperio se producen una serie de cambios involutivos del aparato genital
y de todo el organismo de la mujer. Al mismo tiempo, se instaura una nueva función, la
lactancia materna, y posteriormente, reaparece la ovulación y la menstruación.
Además, debe producirse la adaptación de la madre y el RN a las nuevas circunstancias
y al entorno familiar.

Por ello la valoración y el cuidado de la puérpera deben incluir un enfoque tanto


fisiológico como psicosocial.

B.- Etapas

El puerperio se divide clásicamente en 3 fases o etapas, que se diferencian entre sí tanto


por los acontecimientos fisiológicos y psicológicos que albergan como por los riesgos de
salud que en ella pueden aparecer. En consecuencia, los cuidados de salud que
precisarán serán también diferentes.

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- Puerperio Inmediato
Su duración es de 24h y en él podemos distinguir un periodo de tiempo de 2h tras la
terminación del parto durante el cual el útero consigue la hemostasia definitiva. Se
puede identificar este tiempo con el cuarto periodo del parto de Leff, en el que hay
mayor riesgo para la mujer por peligro de hemorragia; ello hace aconsejable que
permanezca este tiempo en una zona de vigilancia estricta.

- Puerperio precoz
Hasta el 7º día postparto. Durante esta fase se producen los fenómenos involutivos más
importantes.

- Puerperio tardío
Desde el 8º día hasta los 40-45 días

Cambios fisiológicos

Cambios Genitales

1.-Cuerpo uterino
a) Involución uterina

El término involución es usado para describir la reducción rápida en el tamaño uterino


y su regreso a una situación similar al estado previo al embarazo.

Inmediatamente después de la expulsión de la placenta, el útero es un órgano


abdominal que llega a la mitad de la distancia entre el ombligo y la sínfisis del pubis,
pero en las horas sucesivas y debido a la presencia de coágulos intracavitarios, así como
a los cambios en el sistema ligamentario de sostén, en fondo uterino asciende y alcanza
el nivel del ombligo, aproximadamente como una gestación de 20semanas; en esos
momentos el útero pesa 1Kg aprox., presenta al tacto una consistencia globulosa y
firme, como un puño cerrado, y es del tamaño aproximado de una cabeza fetal.

La firmeza se debe a la contracción tónica del útero, lo que permite la formación de


las ligaduras vivientes de Pinard, mecanismo por el cual se cierran las boquillas
vasculares de la zona de inserción placentaria y se forma el globo de seguridad de
Pinard. Mediante este hecho se consigue un mecanismo hemostático eficaz.

Un fondo superior al ombligo y blando (se siente suave y esponjoso, en lugar de firme y
bien contraído) se relaciona con hemorragia uterina excesiva. Conforme la sangre se
acumula y forma coágulos en el útero, el fondo se eleva, se interrumpen las
contracciones firmes del músculo uterino y esto provoca un útero atónico. Cuando el
fondo es más alto de lo que se espera, y se desvía de la línea media (casi siempre hacia
la derecha), debe sospecharse distensión vesical. Puesto que los ligamentos uterinos aún
están estirados, una vejiga llena puede mover el útero

El útero permanece a nivel del ombligo alrededor de un día y luego, cada día posterior
del puerperio, desciende a la pelvis una distancia aproximada de un través de dedo. Al
final de la primera semana del puerperio, el útero tiene el tamaño de una gestación de
12 semanas, su fondo se palpa por encima del pubis y su peso aproximado es de 500gr.

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Al final de la segunda semana es un órgano totalmente intrapélvico y su peso es de unos
350gr.

Si la mujer amamanta a su hijo, la liberación de oxitocina de la hipófisis posterior, la cual


es una respuesta a la succión, puede provocar que el útero descienda con mayor
rapidez hacia la pelvis.

Salvo que existan complicaciones como infección o retención de fragmentos


placentarios, el útero se aproxima al tamaño no gestante alrededor de las 6 semanas
postparto, siendo su peso de 80-100 gr

Involución Uterina puerperal (Fte: Prof.Dr. Donat Colomer)


Momento puerperal Peso Uterino Topografía
Tras expulsión placenta Mitad ombligo/pubis
24h Ombligo
Día 3 2-3 traveses bajo ombligo
Día 5 Mitad ombligo/pubis
Día 7 500 gr 3 traveses sobre pubis
Día 10 Sínfisis púbica
Día 15 350 gr Retropúbico
Semana 6 80-100 gr Solo tacto bimanual

A lo largo de este periodo, su volumen disminuye 100 veces y su peso 10 veces; pasa de
pesar 1000gr a 100gr. Los cambios en el tamaño uterino se deben principalmente a que
se reduce la longitud del útero, ya que el diámetro transversal permanece relativamente
constate durante el puerperio. El aumento de tejido conectivo y la elastina en el
miometrio, así como el aumento de la vascularización y de las células miometriales que
no vuelven a tener exactamente su tamaño previo, hacen que al final de la involución
puerperal el útero sea algo mayor que antes del embarazo.

Los factores que favorece la involución uterina incluyen un trabajo de parto y parto sin
complicaciones, la expulsión completa de los productos de la concepción (membranas
y placenta), la lactancia materna y la deambulación temprana.

Los factores que retrasan dicha involución se describen a continuación (según Olds,
London y Ludwig)
Factor Razonamiento
Trabajo de parto Relajación de los músculos por el tiempo prolongado de
prolongado contracción durante el trabajo de parto
Anestesia Provoca relajación muscular
Parto difícil Manipulación excesiva del útero
Gran multiparidad Distensión repetida del útero durante el embarazo y
trabajo de parto que provoca estiramiento muscular,
menor tono y relajación muscular
Vejiga llena Desplaza el útero hacia arriba y derecha, la presión
sobre el útero interfiere con la contracción efectiva
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Expulsión incompleta de La presencia de restos interfiere con la capacidad del
placenta o membranas útero para permanecer con contracción firme
Infección La inflamación interfiere con la capacidad del músculo
uterino para contraerse de forma efectiva

Las contracciones uterinas durante el puerperio son proporcionalmente más intensas


que durante el parto, por la disminución del tamaño uterino, pero son menos dolorosas
ya que no se dilata el cérvix uterino ni se modifica el suelo de la pelvis. Durante los
primeros días después del parto, se pueden percibir episodios intermitentes de dolor
localizado en hipogastrio, denominados entuertos. Normalmente aparece durante los
primeros 2-3 días del puerperio y son más comunes en multíparas que en primíparas,
debido a la perdida de tonicidad de la fibra muscular, que necesita contraerse con más
frecuencia para obtener el tono adecuado.

En las mujeres que lactan, estas contracciones aumentan en intensidad y frecuencia


por la secreción de oxitocina, lo que se produce como respuesta al reflejo neuro-
hormonal originado por la succión del neonato en el pezón de la madre.

b) Regeneración del endometrio


En los 2-3 días posteriores al parto, la porción de decidua que permanece dentro del
útero se separa en dos capas. La capa superficial se vuelve necrótica, mientras que la
adyacente al miometrio no sufre esta alteración. La primera se desprende con los
loquios, mientras que la segunda, que contiene los fondos de las glándulas
endometriales, constituye la base de regeneración para un nuevo endometrio. El
endometrio se desarrolla a partir de la proliferación de los restos glandulares, y el estroma
lo hace a partir del tejido conjuntivo intergranular. Este proceso de regeneración es
rápido, excepto en el lugar donde se asentaba la placenta. En el resto de la superficie
uterina, el epitelio la tapiza en una semana o 10 dias, y todo el epitelio queda restaurado
aproximadamente al final de la tercera semana después del parto.

Histológicamente este endometrio presenta una reacción leucocitaria, que no se debe


confundir con una endometritis franca, sino que es parte del proceso reparados
fisiológico.

La fase hormonal de la regeneración del endometrio comienza a partir del día 25 y se


extiende hasta aproximadamente el día 45 del puerperio. El endometrio tiene ya
entonces aspecto proliferativo, debido a la acción de los estrógenos. La reanudación
del ciclo menstrual cuando no hay lactancia se observa, más o menos, a partir del día
45 del puerperio.

c) Regeneración del lecho placentario


La reparación del lecho placentario es un proceso que tarda hasta 6 semanas en
completarse. Este proceso tiene gran importancia clínica, porque cuando es deficiente
puede haber una hemorragia puerperal de aparición tardía.

Inmediatamente después del alumbramiento, el lecho placentario tiene un tamaño


aproximadamente igual al de la palma de la mano, pero disminuye con rapidez, de
forma que al final de la segunda semana solo mide 3-4 cm de diámetro. Poco tiempo
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después del parto, la región donde se asentaba la placenta queda reducida a una serie
de vesículas trombosadas que adoptan una característica disposición de trombo. Si la
involución de la región placentaria consistiera solamente en el desarrollo de estos
fenómenos, cada embarazo dejaría una cicatriz fibrosa en el endometrio, limitando
posteriormente el número de embarazos futuros.

En lugar de formar una cicatriz fibrosa en la decidua, el sitio placentario cura por medio
de un proceso de exfoliación. El lecho placentario se reduce por el crecimiento del
tejido endometrial tanto en los márgenes de la zona como del fondo de las glándulas
endometriales que quedaron en la capa basal del sitio de implantación. El tejido
superficial infartado sufre necrosis y se desprende. Es así la exfoliación uno de los
aspectos más importantes de la involución.

d) Loquios
Desde la amplia superficie decidual y en particular desde la zona de la herida
placentaria, se forma un flujo serohemático que la puérpera va a eliminar por vía vaginal
durante varios días; son los loquios, que a lo largo de esos días van modificando su
composición y su aspecto, en función del predominio de uno y otro de sus componentes
(seroso, hemático, linfático y epitelial).

El estudio microscópico de los loquios muestra que están formados por hematíes, restos
de decidua, epiteliales y bacterias. Se estima que el volumen total de loquios que se
eliminan es de 250-300 gr. La cantidad disminuye gradualmente, eliminándose las ¾
partes en el curso de la primera semana.

*Cronológicamente los loquios son:

Loquios rojos (lochia rubra), que duran 2-3 dias. Contienen sangre casi
exclusivamente, con pequeños fragmentos de membranas y restos
fetales (lanugo, vérmix y meconio)
Loquios rosados (lochia serosa), que aparecen durante el resto de
primera semana, y la segunda. Contienen menos sangre y más exudado,
leucocitos y decidua en estado de degeneración grasa
Loquios blancos (lochia alba), son loquios más cremosos que aparecen a
medida que aumenta el número de leucocitos, junto con el moco
cervical, cristales de colesterol y microorganismos

Características de los loquios (según Dickason, Silverman y Kaplan)

ROJOS SEROSOS BLANCOS


COLOR Rojo brillante, Pardo-rosados Blancocremosos
sanguinolento
COÁGULOS Pequeños coágulos Sin coágulos Sin coágulos

OLOR Ligeramente “cárnico” Inodoros Inodoros o


rancio
DURACIÓN 1-3 dias 5-7 dias 1-3 semanas

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Basándonos en la guía de control básico del embarazo en la Comunidad Valenciana
para profesionales sanitarios (ed. 2002), define la cantidad y aspecto de los loquios:

- Los tres primeros días son sanguinolentos, similares a una regla

- Desde el 4º al 6º día son serohemáticos, rosados

- A partir del 6º día, blanquecinos

Alrededor de la 5ª semana después del parto cesa la expulsión de loquios. Puede ocurrir
que algunas mujeres eliminen loquios rojos durante 14-15 días sin que ello pueda
considerarse patológico, así como que al levantarse al 4º-5º día se produzca una
recrudescencia de los loquios rojos (lo que se conoce como el “partillo” de los tocólogos
franceses).

Los loquios tienen un olor peculiar, cuya intensidad varía en cada mujer dependiendo
del tipo de flora bacteriana. Un olor fétido puede indicar endometritis.

Los loquios, como se ha indicado, contienen gérmenes que en principio son captados
a su paso por la vagina, pues hasta las 48h del parto la cavidad uterina suele estar libre
de gérmenes. Pero a partir del tercer día hay una colonización bacteriana de la cavidad
uterina, aunque estos gérmenes no atraviesan las paredes del útero. Los gérmenes
encontrados son fundamentalmente estreptococos y E. coli. Nunca se encuentran
estreptococos betas hemolíticos, su presencia será pues signo de infección puerperal.
Como medio defensivo, la amplia vascularización uterina y las propiedades bactericidas
del tejido de granulación uterino aseguran una cavidad uterina virtualmente estéril,
siempre que exista un buen drenaje.

Los profesionales sanitarios que trabajen con mujeres puérperas deben tomar en
consideración el hecho de que los loquios a partir de 48h del parto son portadores de
colonias de gérmenes y por tanto, potencialmente infecciosos. En consecuencia, deben
ser manejados con las precauciones higiénicas y profilácticas adecuadas.

Aunque en muchos casos se mantiene el color rojizo de los loquios hasta 2 semanas, su
persistencia más allá de este tiempo indica retención de pequeñas porciones de
placenta, involución imperfecta de la región placentaria o ambas cosas.

2.-Cuello uterino
Tras el alumbramiento, el cuello y el segmento uterino inferior están colapsados y flojos.
El borde externo del cuello, que corresponde al orificio cervical externo (OCE), suele
desgarrarse, sobre todo hacia los lados. El orificio cervical se contrae lentamente
durante algunos días. Inmediatamente después del parto, el cuello uterino aparece
blando y edematoso, y admite con facilidad a su través dos dedos, pero al final de la
primera semana se ha estrechado tanto que es difícil la introducción de un dedo. A
medida que el orificio cervical se estrecha, el cuello se engruesa y se vuelve a formar el
canal endocervical.

Al final de la primera semana el examen colposcópico reflejará un cérvix con equimosis,


ectopia y laceraciones que cicatrizarán completamente entre el primer y tercer mes
postparto.

Al terminar la involución, el OCE no recupera por completo su aspecto pregrávido, sino


que permanece algo más ancho, y en el lugar de las laceraciones quedan depresiones

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laterales permanentes que son características de la multiparidad. Además, el OCE
queda alargado en sentido transversal, no puntiforme como lo era antes del primer
parto, diferenciándose entonces un labio anterior y otro posterior, de tal modo que
hacia la 6ª semana postparto asume en característico aspecto de “hocico de tenca”.

3.-Vagina y Vulva
Inmediatamente después del parto, la vagina esta blanda, flexible, y es fácilmente
distensible. La mucosa se ve edematosa y suele estar equimótica. El introito está laxo,
abierto y tiene poco tono muscular.

La vagina y la vulva, durante la primera parte del puerperio, forman un espacioso


conducto de paredes lisas que naturalmente disminuye de tamaño, aunque nunca
vuelven a la condición de nulípara.

El himen rasgado cicatrizará, formando nódulos fibrosos de mucosa llamados


carúnculas mirtiformes, características de mujeres que han parido.

A las 3 semanas disminuye la hiperemia, con lo que se reduce el edema y reaparecen


las arrugas y pliegues característicos de la vagina. El epitelio permanece atrófico
durante las primeras 6 semanas y a partir de ese momento se restablece la totalidad de
sus capas, recuperándose así la ecología vaginal normal, el pH ácido y, en
consecuencia, la función antiinfecciosa propia de este órgano. Así pues, la
recuperación total de la vagina se produce en las adecuadas condiciones, de forma
espontánea, durante 6 semanas.

El grado de trofismo de la mucosa vaginal en las mujeres que lactan no alcanza la


normalidad hasta la 6ª semana o más tarde. Esto se debe a la falta de estímulo
estrogénico, lo que contribuye a un déficit de lubricación vaginal, que ocasiona a veces
molestias en las relaciones sexuales.

La vulva y el periné se muestran flácidos e hipotónicos, a causa de la distensión forzada


y de la compresión producida por el transcurso fetal.

La involución de la región vulvoperineal estará condicionada por la ausencia o


presencia de heridas perineales (episiorrafia o sutura de cortes perineales (episiotomía)
desgarros), hematomas…

Las lesiones del canal blando (cuello uterino, vulva, himen o periné) suelen
cicatrizar de modo rápido, siendo el término medio dos semanas.

4.-Musculatura pélvica
Es frecuente un cierto grado de descenso de la musculatura tras el parto,
especialmente de la pared vaginal anterior. El periné, que durante el parto ha sufrido
una gran distensión, y los músculos, han de estratificarse de nuevo hasta lograr su estado
primitivo, lo que se consigue aproximadamente a las 3 semanas, si bien una firmeza
definitiva no se alcanza antes de los 2 meses.

La recuperación del tono muscular y de la competencia funcional del diafragma


pélvico ha de iniciarse precozmente. Se ha comprobado que en este proceso involutivo
es muy conveniente la práctica de ejercicios musculares perineales (ejercicios de Kegel)
dirigidos a la recuperación del tono muscular.

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Ejercicios de Kegel (Manual de procedimientos CV 2ª Ed. 2007)

Son ejercicios musculares que fortalecen la musculatura pélvica y mejoran el control de


los esfínteres urinario y anal.

• Objetivos:

- Disminuir la incontinencia fecal y urinaria.


- Educar al paciente y familia sobre los ejercicios de Kegel.

• Material:

Registros de enfermería.

• Procedimiento:

- Informar al paciente y explicarle los ejercicios.


- Solicitar la colaboración del paciente y familia.
- Posición del paciente: sentado o de pie con las piernas separadas.
- Explicar al paciente que músculos son los que debe contraer durante el
ejercicio (indicarle que imagine que se le van a escapar gases y que aprieta el

esfínter del ano para evitarlo)

- Contraer recto, uretra y vagina hacia arriba y mantener contraídos durante 3-


5 segundos.

- Realizar 5-6 contracciones al principio y a medida que se van fortaleciendo


los músculos aumentar el número. El objetivo es llegar a realizar 30-45

contracciones al día.

- Aconsejar al paciente 10 segundos de relajación tras cada contracción.

- Intentar interrumpir y volver a iniciar flujo de orina al miccionar.

- Enseñar al paciente a controlar la incontinencia por esfuerzo realizando los


ejercicios de Kegel cuando tenga que realizar algún esfuerzo (toser, reír,

estornudar o levantar peso).

- Proporcionar información escrita.

- Registrar en la documentación de enfermería: procedimiento realizado, fecha


y hora.

• Observaciones:

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Estos ejercicios deben enseñarse durante el embarazo y el postparto inmediato
(evidencia I).

B.- Cambios Generales

1.-Peritoneo y pared abdominal


A medida que el miometrio se contrae y experimenta retracción, igualmente tras el
parto como días después del mismo, el peritoneo que recubría la mayor parte del útero
va plegándose y arrugándose. Los ligamentos anchos y redondos están mucho más
laxos que antes del embarazo y requieren bastante tiempo para recuperarse de la
distensión sufrida durante la gravidez.

Las paredes abdominales quedan durante algún tiempo blandas y flácidas, como
resultado de la rotura de las fibras elásticas de la piel y de la prolongada distensión
causada por el aumento del tamaño del útero grávido. La recuperación de su tonicidad
se logra de forma lenta en las primeras 6 semanas después del parto, o antes si se ponen
en práctica ejercicios físicos adecuados para ello. Pero los ejercicios abdominales
deben iniciarse siempre tras comprobar que la musculatura del suelo pélvico está ya
recuperara y tiene buen tono. En caso contrario, el aumento de presión en la región
abdominal distiende más aún un suelo pélvico ya deteriorado por el embarazo y el
parto.

Así, la pared abdominal recupera su aspecto pregestacional, pero cuando los


músculos están atónicos, es posible que se mantenga la flaccidez. Las estrías gravídicas
abdominales pasan de ser rosadas a brillantes y nacaradas

Si la distensión abdominal ha sido muy importante, en la línea media del abdomen se


puede apreciar a la palpación una separación marcada de los músculos rectos, o
diástasis de los músculos rectos. En este caso, la pared abdominal vecina a la línea
media estaría formada solo por peritoneo, fascia adelgazada, grasa subcutánea y piel

2.-Pérdida de peso y balance hídrico


Existe una pérdida de peso inicial de aproximadamente 5 Kg por el nacimiento del
lactante, expulsión de la placenta y líquido amniótico. Se constata también una pérdida
de peso corporal de 4 Kg durante el puerperio; esta disminución se debe al líquido
perdido por el aumento de diuresis y sudoración (diaforesis puerperal).

Durante la primera semana postparto se eliminan unos 2 litros de agua, y en las 5


semanas siguientes la pérdida es de 1’5 litros, procedentes en su mayoría del espacio
extracelular, lo que da lugar a un balance hídrico negativo.

Según Schauberger y col (1992), la mayoría de las mujeres se aproximan a su peso previo
al embarazo 6 meses después del parto, pero conservan un sobrepeso promedio de 1’4
Kg. Las mujeres que aumentan su peso más de 9-10 Kg durante el embarazo son las que
van a presentar mayor diferencia entre el peso antes y después del embarazo

La bajada de la progesterona produce una liberación de la inhibición impuesta a la


aldosterona, que causará un aumento en la concentración de sodio y otros cationes,

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con el consiguiente aumento de aniones. Esto deriva en un aumento de la osmolaridad
de la puérpera de aproximadamente 7mOms/L al final de la primera semana posparto.

3.-Sistema Urinario
Una serie de factores como el aumento de la capacidad vesical, el edema y la
contusión de la mucosa vesical periuretral a consecuencia del traumatismo del parto,
la menor sensibilidad al llenado vesical y la dificultad para orinar en posición horizontal
hacen que la puérpera presente un alto riesgo de sobre distensión de la vejiga con
incontinencia por rebosamiento, vaciamiento incompleto y acúmulo de orina residual

El tono de la vejiga está especialmente disminuido en caso de un parto prolongado,


parto instrumental o por los efectos de la anestesia y analgesia. Así, las mujeres que
tuvieron anestesia conductiva durante el trabajo de parto presentan inhibición del
control neurológico de la vejiga, siendo más susceptibles a las complicaciones urinarias.

La tasa de filtración glomerular se mantiene alta durante la primera semana postparto,


y esto junto con el mayor volumen de sangre circulante, explica el incremento de la
diuresis, de aproximadamente 3 litros al día durante los primeros 4-5 días tras el parto.
Después la función glomerular vuelve a la normalidad con rapidez, descendiendo
también el flujo sanguíneo renal, la filtración glomerular y el aclaramiento de creatinina.

En caso de preeclampsia, hipertensión crónica y diabetes, puede aumentar de forma


notable la retención de líquidos previa al parto y la diuresis puerperal aumentará
también en proporción

La orina residual y la bacteriuria en una vejiga traumatizada, junto a los uréteres y pelvis
renales dilatados e hipotónicos, crean las condiciones óptimas para el desarrollo de
infecciones urinarias. Se precisa pues una cuidadosa atención de las mujeres en el
postparto, aconsejándose la colocación estéril de una sonda vesical en el caso de que
no puedan vacía la vejiga por sí mismas, previniendo así una gran parte de los
problemas urinarios

Los uréteres y pelvis renales dilatados vuelven a su estado previo al embarazo entre 3-6
semanas después del parto.

Casi el 50% de las mujeres tendrán una proteinuria residual durante 1-2 semanas tras el
parto.

La glucosuria fisiológica del embarazo se presenta en el 20% de los casos en la primera


semana postparto, desapareciendo después.

4.-Sistema Gastrointestinal
El estómago, el intestino delgado y el grueso vuelven a ocupar su ubicación normal y
disminuye la secreción de pepsina

La motilidad y el tono gastrointestinal vuelven a la normalidad en 2 semanas. Durante


los primeros 2-3 días la mujer suele estar sedienta, por la redistribución circulatoria y el
incremento de la diuresis. La aparición del estreñimiento es un hecho frecuente y está
causado por los procesos fisiológicos, pero también contribuyen otros factores:

- La relajación muscular del recto, con un doble origen: traumático y hormonal

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- Los fármacos administrados durante el parto y el alumbramiento

- El dolor causado por las hemorroides, laceraciones y la episiotomía, que pueden


frenar la defecación

La ingesta de líquidos y sólidos se retrasa cuando la mujer ha tenido un parto por


cesárea hasta que se reanudan los ruidos intestinales. En estos casos puede requerirse
varios días para que el intestino recupere su tono. La tolerancia se iniciará con líquidos,
para más tarde incluir los alimentos sólidos. Se recomienda la deambulación temprana
tras la intervención para prevenir las molestias por meteorismo intestinal.

Tanto si la mujer ha tenido una cesárea, como en partos difíciles e incluso en eutócicos,
puede asegurarse la normalización de la función intestinal por medio de laxantes suaves
sin absorción intestinal. En algunos casos puede incluso ser necesaria la administración
de un enema o supositorio para favorecer la evacuación.

5.-Sistema Respiratorio
Los cambios en la función pulmonar durante el puerperio son muy rápidos, al
modificarse el contenido abdominal y la capacidad del tórax. Al disminuir la presión en
la cavidad abdominal y desaparecer la acción progesteronita, el diafragma puede
realizar de nuevo sus movimientos habituales y se restablece una respiración
abdominocostal.

Desaparece la alcalosis respiratoria, con un descenso de 5 a 10 mmHg en la presión de


CO2. EL volumen residual aumenta, pero la capacidad vital y las capacidades
inspiratorias descienden. La capacidad respiratoria máxima (CRM) también disminuye
después del parto. Durante las primeras semanas postparto persiste un aumento de la
ventilación en reposo y del consumo de oxígeno, así como una respuesta menos eficaz
a la actividad física.

6.-Equilibrio ácido-base
Los cambios en el equilibrio acido-base evolucionarán simultáneamente con los
cambios respiratorios. Durante el parto existe una hipocapnia, un aumento de lactato y
un descenso del pH en sangre materna, que se prolonga durante el puerperio
inmediato. En los días siguientes se producirá un aumento hacia la normalidad de la
PCO2, del exceso de bases y del pH, siendo alrededor de la tercera semana postparto
cuando se consiguen los valores normales.

7.-Cambios metabólicos
El metabolismo basal, que se encuentra aumentado en el embarazo, vuelve
lentamente a la normalidad en las primeras semanas postparto, de modo que en la
semana 6 la situación se asemeja a la previa al embarazo.

La actividad metabólica es de predominio catabólico, al contrario que en el


embarazo

Los niveles séricos de colesterol y triglicéridos descienden significativamente en las


primeras 24h postparto; igualmente ocurre con todas las fracciones de lipoproteínas
alcanzándose concentraciones similares a las que existían antes del embarazo a la 7ª u
8ª semana del parto. Si aparecen hiperlipemias postparto se pueden controlar con la
dieta, hecho que no ocurre durante el embarazo.
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El balance proteico vuelve a la normalidad durante el puerperio. La excreción de
creatinina, que se encontraba elevada al final del embarazo, se mantiene así al
comienzo del puerperio. La uremia desciende en el periodo puerperal. El nitrógeno
residual es normal.

El metabolismo de los hidratos se normaliza pronto. La glucemia basal y postprandial


disminuyen en el postparto, principalmente durante los 3 primeros días, lo cual disminuye
los requerimientos de insulina en mujeres diabéticas.

Los niveles séricos de fosfatasa alcalina hepática disminuyen hasta alcanzar los previos
al embarazo alrededor de la 3ª semana postparto.

8.-Cambios cardiovasculares y hematológicos


a) Serie Blanca

Durante el trabajo de parto y después de él, hay una leucocitosis bastante marcada,
llegando a veces el recuento de leucocitos hasta 30.000/ml. Esta cifra disminuye
rápidamente durante la primera semana postparto. Coexiste una linfopenia relativa y
una eosinopenia absoluta.

b) Serie Roja

En el parto normal la pérdida sanguínea es aproximadamente entre 400-500 ml de


sangre para los partos vaginales y casi el doble en cesáreas, lo cual provoca una
disminución del recuento de hematíes y hemoglobina. El hematocrito experimenta
también un descenso, debido no tan sólo a la pérdida hemática sino también al
aumento transitorio del volumen circulante, presentando valores normales a las 2
semanas

Se incrementa la capacidad de agregación intravascular de los hematíes,


determinándose así un aumento de la velocidad de sedimentación globular (VSG)

c) Coagulación sanguínea

Los factores de coagulación que se han elevado durante la gravidez tienden a


mantenerse altos durante el principio del puerperio, lo que predispone a la madre al
desarrollo de tromboembolismos; para disminuir este riesgo es esencial la movilidad
temprana y frecuente.

Tras el alumbramiento se produce un descenso brusco del número de plaquetas en


sangre, que aumentarán días después, junto con la adherencia plaquetaria (este
fenómeno junto con el anteriormente mencionado aumenta el riesgo de trombosis
venosa).

El fibrinógeno, el factor VIII y el plasminógeno descienden de forma rápida en el


postparto inmediato, para luego aumentar hasta alcanzar niveles normales entre el 4º y
6º día del puerperio, protegiendo a la puérpera frente a la hemorragia

El sistema fibrinolítico se activa inmediatamente después del parto, aumentando la


actividad del activador del plasminógeno y los productos de degradación de la fibrina.
El sistema fibrinolítico está en equilibrio dinámico con los factores que promueven la
coagulación. Como consecuencia de ello, después del parto, el aumento de la
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actividad fibrinolítica junto con el consumo de numerosos factores de coagulación,
sugieren un gran depósito de fibrina en el lecho placentario.

d) Volumen sanguíneo

Durante la gestación se produce una hipervolemia en la que el volumen total de sangre


pasa de 4 a 5-6 litros. Éste aumento desaparece de forma gradual hacia la 2ª-3ª semana
postparto, siendo mucho más acusada en los primeros días. No obstante, hay un
aumento transitorio del volumen circulante al cesar la circulación placentaria, y este
proceso es el responsable de la importante diuresis que existe en los primeros días del
puerperio, y la diaforesis o aumento de la transpiración.

Alrededor del 3º-7º día después del parto se observa un descenso del volumen
plasmático con un aumento del hematocrito. Se produce una hemoconcentración si la
pérdida de hematíes es menor a la reducción de la capacidad vascular, y una
hemodilución en las mujeres en las que la cuantía de la hemorragia es de un 20% o más
del volumen de sangre circulante.

e) Gasto Cardiaco

Durante el trabajo de parto aumenta el gasto cardiaco, que se mantiene elevado


varias semanas hasta volver a la normalidad sobre la 3ª semana postparto. Esto hace
que el periodo postparto sea la época de mayor riesgo de insuficiencia cardiaca en
mujeres con enfermedad cardiaca y con reserva cardiaca limitada.

9.-Cambios endocrinos
Uno de los cambios hormonales más importantes tras el parto es la reanudación de la
menstruación y ovulación. El momento en el que aparece la menstruación es variable,
en líneas generales se puede afirmar que en las mujeres que no lactan, el tiempo medio
de aparición de la menstruación es de 7 a 9 semanas; en cambio para las que lactan
este periodo se puede alargar hasta las 35 semanas postparto (en función del tiempo
de lactancia). Hay que destacar el hecho de que la menstruación se restablece antes
que la ovulación, es decir que la mayoría de los primeros ciclos postparto son
anovulatorios, pero en aquellas mujeres que dan lactancia más de 6 meses existe
tendencia a ovular antes que tener la primera menstruación. Cuando se inicia el destete
aumentan los niveles de LH y estradiol, a la vez que disminuye la concentración de
prolactina, la función ovárica se restablece y la ovulación ocurre de 15 a 30 días tras el
destete.

El resto de los grandes cambios hormonales que se producen tras el parto se pueden
resumir en:

a) Estrógenos

Los niveles de estrógenos varían en función de la lactancia materna. Para aquellas


mujeres que no amamantan a sus hijos los estrógenos no alcanzan niveles foliculares
hasta 3 semanas postparto; para las que dan lactancia materna y se encuentran en
amenorrea, este periodo se alarga, puesto que dicha amenorrea es principalmente
hipoestrogénica

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b) FSH y LH

Los niveles están bajos durante los 10-12 primeros días postparto en todas las mujeres
den o no lactancia materna. Después, la tasa de estas hormonas varía en función de la
lactancia. Así, en las mujeres que no lactan los niveles se normalizan hasta los propios de
la fase folicular en la 3ª semana postparto; y en las que lactan siguen disminuidos debido
a la inhibición producida por la secreción de GnRH

c) Lactógeno placentario

No se detecta después del primer día postparto

d) Hormona coriogonadotropa (HCG)

Se negativiza entre el 11º y 16º día postparto, siendo su bajada muy acusada las
primeras 72h

10.-Sistema musculo-esquelético
Tras finalizar el parto es frecuente que la mujer experimente cansancio intenso e incluso
fatiga muscular por el importante esfuerzo realizado. Inicialmente, la mujer puede referir
dolores musculares en las regiones lumbar, abdominal y perineal, por las posturas a
veces forzadas durante la dilatación y el expulsivo, pero éstos irán cediendo con la
recuperación.

La sobre distensión e hipotonía de los músculos estriados afectos en el parto y del tejido
conjuntivo de ligamentos y articulaciones irá disminuyendo en los primeros días posparto.

También se suelen presentar con relativa frecuencia calambres en miembros inferiores,


que es importante no confundir con los síntomas dolorosos de una tromboflebitis.

11.-Piel
Hay un primer grupo de alteraciones cutáneas a destacar que son las que pueden
aparecer durante el expulsivo como consecuencia de una mala técnica de pujo o de
un expulsivo muy prolongado, como son: petequias, hematomas conjuntivales,
hemorragias capilares… que van a desaparecer con prontitud los primeros días.

Y luego tenemos las hiperpigmentaciones melánicas de origen hormonal acaecidas


durante la gestación, como la línea alba, el cloasma, la areola mamaria… que
involucionarán en el periodo puerperal, pero de forma más lenta.

Con respecto a las estrías gravídicas abdominales, de coloración rojo-azulada,


cambian de color y se tornan brillantes y nacaradas, para acabar palideciendo, pero
generalmente persisten a lo largo del tiempo.

C.- Cambios en la glándula mamaria

La secreción láctea no comienza hasta que desaparece la placenta (alumbramiento)


y se produce el consiguiente y drástico descenso de las concentraciones de estrógenos
y progesterona en sangre materna. Esto posibilita el desbloqueo fisiológico de los
receptores prolactínicos mamarios y permite esta hormona hipofisaria ejercer su acción.

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La lactación se inicia a medida que aumentan los niveles de prolactina, y conforme
esta avanza, se elevan aún más. En las mujeres que no lactan, el nivel de prolactina
declina y alcanza su nivel anterior a la gestación a los 14 días aproximadamente.

La intensa reducción de las hormonas en el puerperio permite que ocurran dos hechos
importantes: la lactanción o secreción de leche que se inicia con la succión del RN, y la
reanudación del ciclo menstrual.

La lactación o secreción de leche es el resultado final de muchos factores que


interactúan. Después del nacimiento, los agentes inhibidores de la prolactina, que son
los estrógenos, progesterona y lactógenos placentario humano (hPL), disminuyen
rápidamente y provocan un incremento brusco de la secreción de prolactina.

Una vez establecida la lactación, el estímulo más importante para mantener la


producción y secreción de leche es la succión. La prolactina liberada por la
adenohipófisis favorece la producción de leche al estimular las células alveolares de las
mamas; la oxitocina segregada por la neurohipofisis desencadena la secreción de
leche conforme el RN succiona, y además también estimula las contracciones uterinas
o entuertos.

Hacia el tercer día postparto, los efectos de la prolactina en el tejido mamario son
evidentes y la hormona se encuentra en cantidad suficiente como para producir la
ingurgitación mamaria. Los senos se distienden, se hacen duros, sensibles y cálidos. La
ingurgitación provoca en ocasiones un aumento fisiológico de la temperatura, de
carácter transitorio, que no dura más de 24h. En esta etapa, la leche reemplaza al
calostro.

Si la madre no desea amamantar a su bebe, debe evitar cualquier estímulo, incluido la


succión del neonato o la extracción de leche. El reflejo neuroendocrino de la secreción
de oxitocina puede ser provocado incluso por el llanto del niño e inhibido por el miedo,
la ansiedad y el estrés. En este reflejo influyen favorablemente algunos factores como el
descanso, la comodidad y el buen estado de ánimo, y desfavorablemente otros como
el dolor y la fatiga.

La primera secreción de la glándula mamaria en el puerperio es el calostro, que es


secretado por las mamas durante el último mes antes del parto, y durante los primeros
días del posparto, momento en el que aparece la leche materna de transición (3-5 días).
El calostro contiene más minerales y proteínas (la mayoría inmunoglobulinas), pero
menos grasa e hidratos de carbono que la leche. La abundancia en el calostro de
inmunoglobulinas, especialmente de la IgA, protege al RN de las infecciones. Actúa
también como laxante natural y ayudando a la eliminación del meconio.

La leche materna de transición, contiene básicamente proteínas, lactosa, ácidos grasos


y agua. La leche es isotónica respecto al plasma. La mayoría de sus proteínas son
exclusivas; los aminoácidos esenciales se extraen de la sangre o bien se producen en la
glándula mamaria.

La leche de transición es la leche que se produce entre el 4º y el 10º día postparto.


Entre el 4º y el 6º día se produce un aumento brusco en la producción de leche (subida
de la leche), la que sigue aumentando hasta alcanzar un volumen notable,
aproximadamente 600 a 800 ml/día, entre los 8 a 15 días postparto. Se ha constatado
que hay una importante variación individual en el tiempo en que las madres alcanzan
el volumen estable de su producción de leche (Neville, 1989). Los cambios de
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composición y volumen son muy significativos entre mujeres y dentro de una misma
mujer, durante los primeros 8 días, para luego estabilizarse. La leche de transición va
variando día a día hasta alcanzar las características de la leche madura. La leche
materna madura tiene una gran variedad de elementos, de los cuales sólo algunos son
conocidos. La variación de sus componentes se observa no sólo entre mujeres, sino
también en la misma madre, entre ambas mamas, entre lactadas, durante una misma
mamada y en las distintas etapas de la lactancia. Estas variaciones no son aleatorias,
sino funcionales, y cada vez está más claro que están directamente relacionadas con
las necesidades del niño. Durante la etapa del destete, la leche involuciona y pasa por
una etapa semejante al calostro al reducirse el vaciamiento.

Las madres que tienen un parto antes del término de la gestación (pretérmino)
producen una leche de composición diferente durante un tiempo prolongado. La leche
de pretérmino contiene mayor cantidad de proteína y menor cantidad de lactosa que
la leche madura, siendo esta combinación más apropiada, ya que el niño inmaduro
tiene requerimientos más elevados de proteínas. La lactoferrina y la IgA también son más
abundantes en ella. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en un recién nacido de
muy bajo peso (MBPN), menos de 1.500 g, la leche de pretérmino no alcanza a cubrir
los requerimientos de calcio y fósforo y ocasionalmente de proteínas, por lo que debe
ser suplementada con estos elementos. El ideal es hacerlo con preparados que vienen
listos y que se denominan "fortificadores de leche materna" (Schandler, 1989). El volumen
promedio de leche madura producida por una mujer es de 700 a 900 ml/día durante los
6 primeros meses postparto (Lawrence, 1989) y aproximadamente 500 ml/día en el
segundo semestre. Aporta 75 Kcal/100 ml. Si la madre tiene que alimentar a más de un
niño, producirá un volumen suficiente (de 700 a 900 ml) para cada uno de ellos.

Los cambios más importantes en la composición de la leche se producen en las


primeras 48h después del parto, cuando se produce un aumento brusco de la
concentración de lactosa en la leche, que es sintetizada por las células alveolares; parte
de esa lactosa puede pasar a la sangre materna y al filtrarse por la orina podría
interpretarse como glucosuria. Los ácidos grasos se sintetizan a partir de la glucosa en
las células alveolares. El hierro también está presente en la leche materna y, aunque se
encuentra en menos cantidad que en la leche de vaca, su absorción es mayor. En la
leche también aparecen todas las vitaminas, excepto la vitamina K, así como muchos
oligoelementos que la glándula mamaria concentra y secreta, tales como el yodo.

La composición de la leche se modifica cuando la mujer inicia los ciclos


ovulatorios.

La leche humana es el alimento ideal para los RN. Además del correcto balance de
nutrientes, factores inmunológicos y propiedades antibacterianas, la leche humana
contiene factores que actúan como señales biológicas que promueven el crecimiento
y la diferenciación celular.

La leche madura es secretada por las glándulas mamarias del decimoquinto (varía entre
el 10º y 15º) día tras parto en adelante. Es la leche materna propiamente dicha. Ella sola
le aporta al niño todas las sustancias nutritivas y las calorías que éste requiere para su
normal desarrollo y crecimiento durante los primeros seis meses de vida, y se recomienda
hasta los dos años de edad o más junto a la alimentación complementaria (OMS).

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Los principales componentes de la leche son: agua (un 88%), proteínas, hidratos de
carbono, grasas, minerales y vitaminas. También contiene elementos traza u
oligoelementos, hormonas y enzimas.

La lactancia materna proporciona una experiencia intensa de vinculación afectiva


para la madre y el hijo. Estimula la mayoría de los sentidos y el íntimo contacto corporal
permite al RN reconocer el olor de su madre y oír el sonido de su corazón.

La leche humana es una sustancia bioquímicamente especial y perfectamente


adaptada a las necesidades del lactante. Contiene anticuerpos que le confieren
protección frente a multitud de organismos. El RN tiene una respuesta de anticuerpos
inmadura hasta las 6 semanas de edad, siendo vulnerable sin la protección de la
lactancia materna.

Numerosas investigaciones han demostrado que la leche humana disminuye la


incidencia de diarrea, infección respiratoria baja, otitis media, bacteriemia, meningitis
bacteriana, botulismo, infección urinaria y enterocolitis necrotizante y la severidad de
estos trastornos en caso de que se desarrollen. Existe una gran cantidad de estudios que
revelan un posible efecto protector de la leche humana contra el síndrome de muerte
súbita del lactante, la diabetes mellitus, la enfermedad de Crohn, el linfoma, las alergias
y otras enfermedades digestivas crónicas. El amamantamiento también mejoraría el
desarrollo cognitivo. (American Ac. Pediatrics 1997)

La leche humana aporta también todos los nutrientes para los primeros 4-6 meses de
vida y sigue teniendo un gran valor hasta los 2 años, siendo única para cubrir las
necesidades del niño.

Recomendaciones de la OMS para la lactancia materna: La Organización Mundial de


la Salud (OMS) recomienda abiertamente la lactancia como método de alimentación
exclusiva durante los seis primeros meses de vida. De ahí y hasta los dos años de vida
recomiendan complementarlos con otros alimentos.

1.3.- Cambios psicosociales

Pocos acontecimientos hay en la vida tan llenos de emociones intensas como el


nacimiento de un hijo. Es importante resaltar que además de la gran cantidad de
cambios fisiológicos que se producen en el periodo postparto, es frecuente que la
madre, su pareja y la familia, se vean desbordados por una serie de cambios
psicosociales tras la llegada de su hijo. Estos cambios son normales y esperados. Algunos
de ellos son: el volver a vivir la experiencia del nacimiento, las respuestas de los padres,
que incluyen la reacción materna y paterna, el vínculo entre padres y recién nacido, y
la respuesta de los hermanos y la actitud de los abuelos.

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A.- Volver a vivir la experiencia

Es un acontecimiento frecuente del que todos los padres hablarán en muchas


ocasiones. El relato a los demás de la experiencia vivida durante el trabajo de parto y
nacimiento ayuda a los padres y a la persona de apoyo a integrar la experiencia en sus
vidas diarias, comparando su rendimiento real en el parto con las expectativas y
fantasías previas

B.- Respuesta de los padres

Las reacciones maternas y paternas a los procesos de trabajo de parto y nacimiento


varían. El padre suele estar preparado para la experiencia del nacimiento pero no
siempre comprende y aprecia por completo los cambios físico y psicosociales que
experimenta su pareja.

Reva Rubin (1961) observó a las mujeres durante el periodo del postparto inicial, e
identificó ciertas conductas que se repetían a medida que las mujeres asumían su nuevo
rol maternal. Rubin describió 3 etapas o fases de adaptación después del nacimiento,
que incluyen la aceptación, el apoyo y la adopción de nuevas responsabilidades.

a) Etapa de aceptación
La aceptación es la primera etapa materna. Durante el primer o segundo día
postparto la mujer tiende a permanecer pasiva, muestra una actitud dependiente, sigue
sugerencias, duda sobre la toma de decisiones y se preocupa por sus necesidades.
Relata repetidamente su versión de la experiencia del nacimiento, lo cual le ayudará a
atravesar el proceso, establecer la diferencia entre la realidad y su experiencia ideal, y
aclarar las dudas que tenga

b) Etapa del apoyo


El apoyo es la segunda etapa materna. También se denomina etapa de transición. La
mujer comienza a recuperar energía y experimenta un mayor bienestar físico. Al
segundo o tercer día postparto es posible que todavía se sienta insegura como madre
reciente, pero desea participar de forma activa y ya toma decisiones independientes.
Requiere que se le confirme que realiza bien el papel de madre.

c) Etapa de adopción de nuevas responsabilidades.

La tercera etapa se produce cuando la mujer adopta conductas más independientes


al asumir su nuevo rol maternal. Suele tener lugar después del alta, cuando la mujer
recupera su sitio en el entorno del hogar y comienza a ver al recién nacido como un ser
independiente.

Se producen cambios en su relación con la pareja y la familia

El trastorno de rol, provocado por las nuevas responsabilidades y las exigencias


añadidas, puede llevar a sentimientos de leve depresión o de perdida.

Habitualmente la madre se encuentra muy feliz e ilusionada después del nacimiento de


su hijo. Sin embargo, a veces experimenta un sentimiento casi de decepción y puede

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llegar a estar llorosa o irritable, a medida que disminuye la excitación y aumenta la
fatiga.

Tristeza postparto o “maternity blues” son términos muy usados para describir los
sentimientos de tristeza de la mujer, que pueden incluir llanto, cambios de humor
imprevisibles y sensibilidad exagerada. Se cree que estos sentimientos van asociados a:
cambios hormonales bruscos, aumento de la fatiga, malestar general, preocupación
por peso e imagen corporal, o al temor o ansiedad por sus nuevas responsabilidades
maternas y por el restablecimiento de su relación de pareja.

Es un síndrome leve transitorio que se presenta hasta en un 80% de las madres y se ha


considerado como un proceso mental fisiológico de adaptación a la nueva situación.

Estos síntomas suelen aparecer alrededor del tercer día postparto y se resuelven de
modo espontaneo en una semana o 10 días. El apoyo, la orientación anticipada sobre
su probable aparición y las charlas tranquilizadoras acerca de la normalidad de estos
sentimientos ayudan a la mujer a afrontarlo.

Si los síntomas persisten o se intensifican puede ser necesaria una valoración por la
posibilidad de que deriven en una depresión postparto.

C.- Vínculos entre padres e hijos

Inmediatamente después del nacimiento, los padres y el recién nacido comienzan a


“unirse”

René Spitz considera que el vínculo materno filial se desencadena con el nacimiento.
Una de las técnicas que fomenta el vínculo materno es la del contacto piel con piel
(CPP o PCP). Se debe realizar inmediatamente después del nacimiento mediante la
colocación del RN sobre el vientre de la madre (ventro-ventral) sin ninguna tela de por
medio, contacto directo con la piel. Debe permanecer así al menos durante las 2
primeras horas (120 min) ininterrumpidamente debiendo posponerse las prácticas no
necesarias ni urgentes (profilaxis ocular, antihemorrágica, peso, tallaje.) El CPP también
favorece el estímulo precoz de la LM.

La unión se consigue a través del contacto visual, del tacto, del reconocimiento de la
voz y del olfato. Para facilitar el contacto visual, se ayuda a los padres a adoptar
posiciones que favorezcan el contacto visual directo con el recién nacido. Los padres
suelen hablar en un tono suave y musical para llamar la atención del recién nacido
durante los momentos en que se encuentra despierto y alerta.

Para sentirse unidos a sus padres, los RN necesitan ser cogidos en brazos y acariciados
por ellos. El contacto con la cara, manos, dedos y pies son formas que tienen los padres
de familiarizarse con las características físicas de su hijo.

Sin embargo, varias situaciones frecuentes pueden interferir en el establecimiento del


vínculo por parte de la madre: fatiga, dolor, frio, escalofríos y temblores, hambre, sed…
también ciertas condiciones pueden reducir el potencial del recién nacido para la
interacción social: niveles de agentes analgésicos y anestésicos que ha recibido la
madre para el alivio del dolor durante el parto, extremos de temperatura, succión,
molestia corporal…

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Las primeras horas tras el parto son importantes en el desarrollo del vínculo entre madre,
padre y recién nacido. Los pediatras Kenell K y Klaus MH estudiaron la importancia del
contacto precoz madre/hijo después del nacimiento, y su repercusión favorable en la
lactancia materna y en el establecimiento de un vínculo emocional que durará toda la
vida. Hablaban de un periodo sensible en los primeros minutos y horas después del parto,
en el que los padres deben tener contacto estrecho con sus hijos para que “el desarrollo
posterior de éstos sea óptimo”

Las teorías sobre la vinculación nos hablan de que es innata. Se trata de un


impulso instintivo que consiste en comportamientos específicos de la especie, que se
forma a través de impulsos secundarios.

Cuando los neonatos ya no necesitan concentrar la mayoría de su energía en la


respuesta física y fisiológica ante la crisis inmediata del parto, suelen acostarse tranquilos
con los ojos abiertos, miran alrededor, se mueven y realizan movimientos de succión. Si
se coloca próximo a la madre enfoca su cara y atiende su voz de forma repetida en los
primeros momentos. Unos cuantos días después del parto los lactantes muestran signos
de reconocer situaciones recurrentes y responden a los cambios en la rutina.

La importancia de la vinculación está reconocida ampliamente, al igual que los efectos


adversos que pueden originarse cuando ésta no ocurre. La formación del vínculo
depende de numerosos factores y puede reforzarse por el abordaje sensible de los
profesionales de la salud en un ambiente humano, en el cual se da consideración
primordial a las preferencias de los padres

Pero pueden aparecer una serie de complicaciones en la vinculación paternofilial por


enfermedad materna o por necesidades médicas del lactante, entre otras.

Durante el puerperio debe fomentarse la interacción familiar continua a través de


personal que brinde apoyo, políticas de visita libre y ofrecimientos educativos, tanto
para el padre como para la madre.

2.- ATENCIÓN POSTPARTO INMEDIATO Y PRECOZ. CONTROL DEL


PUERPERIO TARDIO
2.1.- Introducción

El puerperio inmediato incluye las primeras 24h tras el nacimiento. Dentro de este lapso
de tiempo, las 2h iniciales son las de mayor riesgo de complicaciones, sobre todo
hemorrágicas, ya que durante este periodo se instauran los mecanismos de hemostasia
correctos. Así, la puérpera estará esas 2 primeras horas en una sala especialmente
dedicada a la atención postparto, que dispondrá de lo necesario para el control y
tratamiento de las posibles complicaciones que se puedan presentar. Permanecerá en
ayunas y mantendrá la venoclisis establecida en el parto.

En los partos vaginales, el RN acompañará a la madre en la sala de puerperio inmediato


(CPP) y se le animará a que inicie la lactancia materna lo más pronto posible si la mujer
está conforme.

Al igual que durante el parto, en este periodo está recomendado el


acompañamiento de la puérpera por parte de la pareja o algún familiar de su
elección, por razones físicas y emocionales.
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Una vez la puérpera mantenga las constantes estables y los controles realizados estén
dentro de la normalidad, pasará a la unidad de hospitalización.

Los cuidados de la mujer en el puerperio inmediato deben cubrir todas las necesidades
de salud de la puérpera, y abarcan:

- Las medidas que previenen la hemorragia, la infección, la enfermedad


trombo hemolítica y la hipertensión.

- Las medidas que aseguran el bienestar de la madre, como son las que
proporcionan alivio en las molestias producidas por la episiotomía y/o desgarros,
hemorroides, entuertos, ingurgitación mamaria (poco habitual en este momento) y
cansancio muscular.

- La información sobre la evolución del puerperio, sobre la lactancia y sobre


los cuidados del recién nacido; en caso de ser posible introducir esta información en la
fase de pródromos si la situación lo permite.

- Un asesoramiento que conduzca a su autocuidado y que favorezca la


interacción padres-RN.

2.2.- Exploración general

La atención al postparto inmediato precisa una valoración integral del estado físico y
psicosocial de la mujer.

A.- Cuidados físicos

En este periodo se debe controlar exhaustivamente el útero, su involución y valorar la


perdida hemática. Observaremos el estado general, valoraremos los signos vitales y el
estado de la vejiga.

Durante la primera hora en los partos eutócicos y en las 2 primeras horas en los
distócicos, cada 15 minutos, debe valorarse lo siguiente:

- Nivel de conciencia

- Color de piel y mucosas

- Pulso y TA

- Altura y consistencia del útero

- Pérdida hemática

- Vejiga urinaria

- Estado del periné (hematomas, sangrado…)

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Durante las horas siguientes, los controles postparto se realizarán cada 2h hasta las
primeras 8 horas. Después de llevar a cabo una correcta evaluación del estado de la
salud de la madre, los controles pueden pasar a c/8h durante el resto del primer día.

Control del puerperio inmediato, basado en Seguranyes Guillot


Controles 0-2h 2-8h 8-24h
Coloración piel y mucosas c/15’ c/2h c/8h
Nivel de consciencia c/15’
Pulso y TA c/15’ c/2h c/8h
Altura y consistencia útero c/15’ c/2h c/8h
Pérdida hemática c/15’ c/2h c/8h
Vejiga urinaria c/15’ c/2h c/8h
Inspección del periné c/15’ c/2h c/8h
Temperatura c/1h c/3h c/8h

Los procedimientos de observación deben efectuarse de manera cuidadosa y se


intentará realizarlos simultáneamente con otras actividades, con el fin de minimizar lo
que se pueda el número de interrupciones a la mujer para favorecer así su descanso.

Tras el parto, la mujer generalmente se encuentra cansada por el esfuerzo físico


realizado, aunque su aspecto sea de bienestar y relajación. Una vez que la madre haya
estado con la familia, se debe favorecer el descanso (y sueño reparador).

Con frecuencia la mujer presenta escalofríos con temblores justo después del parto, lo
cual se relaciona con una respuesta neurológica o con cambios vasomotores, más que
con la frialdad de la sala de partos o habitación de recuperación. No suele estar
relacionado con hipotermia transitoria, aunque conviene control de temperatura.
Algunos autores lo atribuyen a una deficiente irrigación periférica, por la brusca
descompresión abdominal que provoca un flujo sanguíneo masivo hacia los órganos
abdominales. En este sentido, el escalofrío tendería a provocar calor como defensa. En
otras bibliografías se argumenta la penetración de fragmentos microscópicos de restos
de membranas, vérnix y toxinas bacterianas que actuarían como micro embolias y que
producen el escalofrío y en ascenso térmico.

Generalmente no requiere tratamiento; sin embargo, en los casos de larga duración es


preciso recurrir a bolsas de agua caliente, bebidas calientes (si ha iniciado la ingesta)
aunque la mayoría de casos es suficiente con abrigar bien a la puérpera. La presencia
de escalofríos y fiebre después de las primeras 24h sugiere infección y requieren una
valoración posterior.

En el puerperio inmediato y durante los primeros días, el pulso de la mujer presenta


tendencia a la bradicardia (50-70 lpm). Se relaciona con el menor esfuerzo cardiaco, el
descenso del volumen sanguíneo tras la separación placentaria, la contracción uterina
y el aumento del volumen por contracción. Es poco frecuente que exista taquicardia y
esta se relaciona con un aumento de pérdida sanguínea, o un trabajo de parto y parto
difícil y prolongado.

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No existen modificaciones específicas de la TA en mujeres que no presentan patologías,
por lo que las lecturas deben permanecer estables y dentro de la normalidad. Un
descenso puede relacionarse con hemorragia uterina y una elevación considerable,
sobre todo si se acompaña de cefalea, sugiere hipertensión inducida por el embarazo
y requiere una valoración más estricta.

La temperatura de la madre en las 24h posteriores al alumbramiento podría aumentar


hasta 38º debido a la fatiga muscular y a la reabsorción de sustancias, pero después de
dicho periodo no debe haber fiebre, y cualquier elevación de la temperatura por
encima de 38º sugiere infección

Vigilar la perdida sanguínea, sobre todo en las primeras 2h. A lo largo de las primeras
24h no debe perder más de 400 cc; si la cantidad es mayor, hay que investigar la causa
(atonía, retención de cotiledones, desgarros…)

Al valorar el útero, éste debe mostrar una constricción correcta. Si el útero se halla
atónico o blando, se debe realizar masaje suave hasta que alcance un grado suficiente
de firmeza y lo mantenga. El masaje del útero se realiza: con una mano se sujeta el útero
por encima de la sínfisis púbica y con la otra mano, en forma de copa, se da un masaje
rotatorio en el fondo del útero, pero deben evitase movimientos o maniobras bruscas,
ya que puede causar una hiperestimulación del fondo que puede empeorar la atonía
uterina y originar una hemorragia.

El globo de seguridad se manifiesta en la región del hipogástrico, a dos traveses de


dedo por debajo del ombligo, lo cual indica un correcto desarrollo de la involución
uterina. En determinadas circunstancias, la formación del globo de seguridad debe ser
vigilada más estrechamente (partos prolongados, polihidramnios, gemelar, atonía tras
alumbramiento…) ya que en estos casos la formación de dicho globo puede ser
deficiente, originando hemorragia. En los casos que esto ocurra, se procede a limpiar el
útero de coágulos mediante presión del mismo y a continuación se da masaje uterino.
Si el útero continuo flácido o se relaja demasiado durante el masaje, se recurre a la
administración de uterotónicos o incluso oxitócicos en perfusión iv continua. (Oxitocina
20-30 UI en 500cc Glucosa lino, bajo prescripción médica). En algunos centros se
prescribe sistemáticamente un oxitócico para acelerar la involución, promoviendo la
contractilidad; se presume de descenso de complicaciones hemorrágicas, pero no se
ha demostrado la eficacia de la administración de uterotónicos de forma rutinaria para
la prevención de procesos hemorrágicos. Por ello los usaremos solo en indicaciones
específicas y bajo prescripción médica.

La cantidad de loquios varía según las mujeres, pero suele ser más abundantes en las
multíparas y es previsible que haya un aumento importante de la cantidad de secreción
cuando la puérpera se levanta por primera vez.

Se estimulará la micción espontánea lo más pronto posible tras el parto. Es importante


que una mujer evacue la vejiga en las 6-8h posteriores para prevenir una sobre distensión
vesical que impida la contracción del útero, que ocasiona una elevación de la altura
uterina e incrementa el riesgo de hemorragia. Hay que usar todos los recursos disponibles
para estimular la micción: grifo abierto cercano, agua caliente sobre el periné… con el
objetivo de evitar el sondaje ya que estos favorecen las infecciones. Pero si hay
distensión vesical originando un globo vesical y la mujer no puede miccionar
espontáneamente, es necesario realizar un sondaje (con Foley o con fémina,
preferentemente).

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Hay que animar a la mujer a levantarse de la cama, con la ayuda del personal sanitario
y/o presencia de algún familiar si la situación lo requiere, siendo recomendable hacerlo
lo más pronto posible transcurridas las 2h posteriores al parto (aunque nos encontremos
protocolos con 4 o 6h) Esta primera deambulación, que puede aprovecharse para la
primera micción, debería realizarse con los pies descalzos, vigilando los obstáculos con
los que pueda tener problemas.

La deambulación temprana y frecuente disminuye la incidencia de tromboflebitis y de


embolismo pulmonar. Por otra parte, reduce la posibilidad de que aparezcan problemas
respiratorios y circulatorios, así como estreñimiento y complicaciones urinarias.

En los primeros días del puerperio deben explorarse los miembros inferiores para
descartar la existencia de signos clínicos de trombosis venosa profunda: enrojecimiento,
tumefacción o calor en las piernas. También es importante la exploración del “signo de
Homans”; este es positivo cuando la madre experimenta molestias detrás de la rodilla al
hacer una dorsiflexión aguda el pie; y además se valorarán factores que puedan
predisponer a los procesos tromboembólicos, como la presencia de síndrome varicoso
y los posibles antecedentes al respecto.

Hay que advertir a la madre que avise al personal de enfermería cuando se levante por
primera vez, con el objetivo de protegerla si sufre un mareo o desvanecimiento, que
puede ocurrir sobre todo si ha habido una importante disminución del volumen
sanguíneo.

La ingestión de alimentos y líquidos se puede iniciar a las 2h postparto siempre y cuando


éste haya sido normal y no exista contraindicación médica o de anestesia.

En la valoración del periné, se revisará la episiotomía valorando la posible aparición de


signos inflamatorios o problemas de sutura (edemas, seromas, hematomas), así como la
presencia de hemorroides. Con frecuencia se aplica hielo en las primeras horas
posteriores al alumbramiento para reducir el edema y adormecer los tejidos y aumentar
la comodidad. Explicarle el objetivo de las compresas de hielo, y aconsejar que si las
prepara ella debe envolver el hielo en una compresa de gasa estéril para evitar
quemaduras, y que las use de forma intermitente.

En cuando a la higiene de la vulva y cuidados del periné, lavados con agua y jabón en
dirección vulvo-anal, y la realización de curas diarias con antiséptico: Clorhexidina en
lugar de povidona iodada; al tiempo valorar signos inflamatorios y/o dehiscencias.
(Control básico del embarazo CV. Ed 2002).

Existen estudios y evidencias posteriores que limitan el uso del antiséptico en caso de
episiotomías traumáticas o complicaciones.

Es preciso que la zona se mantenga lo más seca posible, e insistir en la importancia del
lavado de manos antes y después de los cuidados del periné.

Las mujeres pueden ducharse en cuanto lo deseen tras el parto. La ducha les
proporciona un efecto estimulante muy favorable. Deben hacerlo acompañadas de un
familiar o del personal a su cargo, para prevenir accidentes.

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La presencia de dolor en el postparto influye mucho en la sensación de bienestar de la
puérpera y en su estado general, y puede ser reflejo de la evolución fisiológica de todo
el proceso o la consecuencia de la aparición de nuevas patologías. Son normales las
siguientes molestias: dolor en periné, entuertos y hemorroides, pero otras localizaciones
del dolor o una intensidad anómala de los mencionados debe hacernos sospechar en
algo patológico. Para el dolor se usan habitualmente analgésicos como paracetamol y
AINES, que se pueden compatibilizar con la lactancia materna sin problemas.

En las primeras horas del puerperio inmediato de debe preguntar a la mujer sobre el tipo
de lactancia elegida para su hijo, ya que se recomienda el inicio de la lactancia lo más
pronto posible tras el nacimiento. Si es posible, conseguir esta información durante la
fase de dilatación o el ingreso hospitalario previo al parto. Si es posible y la mujer lo
desea, es recomendable poner al RN al pecho en la misma sala de partos (CPP) o
inmediatamente después de pasar a la habitación de recuperación. Los estudios
demuestran un alto índice de éxito de la lactancia materna cuando ésta se inicia en las
2 primeras horas de vida del RN, en el llamado periodo de alerta del recién nacido. En
el caso de tener que inhibir la lactancia materna, los mejores resultados se consiguen
cuando el tratamiento se comienza en el postparto inmediato.

Debemos favorecer la lactancia materna y asegurarnos que la mujer dispone de toda


la información necesaria para una libre elección del tipo de lactancia, instruyendo de
los beneficios de la lactancia materna tanto para el recién nacido como para el vínculo
materno-filial, especialmente en prematuros. Una vez facilitada toda la información y
aconsejar a la madre se debe respetar completamente la decisión adoptada,
favoreciendo todos los mecanismos a nuestro alcance para conseguir una lactancia
materna exitosa y/o facilitar la adaptación materno-filial en caso de una alimentación
con formula.

Se aconseja una primera exploración de las mamas durante el primer día, y anotar su
estado inicial, ya que estos datos no servirán para después comparar el estado de las
mamas en los días siguientes.

Se debe comprobar el grupo sanguíneo y factor Rh materno, y averiguar el grupo y Rh


del recién nacido en casos con madre Rh negativo, por si fuera necesario realizar en las
primeras 72h la profilaxis de isoinmunización Rh mediante la administración de
gammaglobulina anti-D, que debemos administrar lo antes posible.

B.- Cuidados psicosociales


Son importantes los cuidados físicos en el embarazo, parto y puerperio, pero no
debemos olvidar los cuidados emocionales.

El objetivo de las matronas y de los profesionales que atienden la maternidad debería


ser: proporcionar los mejores cuidados físicos y emocionales a los padres y al RN; de esta
forma, el niño entrará en el mundo con “seguridad y emoción”.

Dependiendo del centro donde ha tenido lugar el parto y del estado del recién nacido,
éste permanecerá desde el nacimiento junto a la madre en CPP o por el contrario
pasará el periodo postparto inmediato o parte de él en una unidad de Nidos (no
recomendado por la Estrategia de Atención al Parto normal (EAPN), o unidad neonatal
solo si su estado de salud lo requiere. En la actualidad las recomendaciones son la
permanencia del RN junto a su madre desde el nacimiento hasta el momento del alta,
lo que se conoce como “rooming-in”, que permite a la familia compartir la experiencia
del parto de forma que pueden establecer vínculos inmediatos con el recién nacido.
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Durante el primer contacto con el RN, la madre suele estudiar al niño, acercándoselo a
ella poco a poco y acariciándolo con mucha cautela primero con un dedo, y luego
con la palma de la mano. A continuación, establece contacto visual con él. La mujer
dará la vuelta al RN hacia ella, para poder mirarlo directamente, colocándolo en la
posición de frente.

El vínculo es un proceso que da lugar a un compromiso afectivo y emocional entre dos


individuos. Este proceso se intensifica durante el periodo inicial posterior al nacimiento.
Cuando está alerta, el recién nacido puede provocar una intensa respuesta positiva de
la madre al mirarla a los ojos. El tacto es una forma de contacto importante que también
provoca una respuesta positiva de la madre y estimula al niño.

Es importante que el personal que atiende a la mujer de parto y su pareja


fomente y facilite el vínculo del recién nacido con sus padres y vigile que éste se
desarrolla de forma adecuada.

➢ Signos positivos del vínculo entre padres/hijos (Burroughs)

• Abraza estrechamente al niño al levantarlo


• Mira al niño a los ojos
• Le habla y canta
• Distingue rasgos físicos del niño dignos de admiración
• Da significado a los actos del niño como cuando lo toma por reflejo (“me
está presionando el dedo”)
• Llama al RN por su nombre
• No le molestan las heces del niño
• Acaricia y frota al bebé cuando está tranquilo y relajado

➢ Estrategias para favorecer el vínculo padres-hijo (de Burroughs A.)

• Promover el contacto visual. Aconsejar a los padres a colocar el niño de


manera que se vean unos a otros. La distancia óptima para este fin es
2025 cm
• Promueva el contacto físico. Las caricias facilitan el apego, van desde
tocar con las yemas de los dedos hasta caricias con la palma completa;
la madre suele coger al niño y abrazarlo; después lo toca, lo
levanta y lo abraza. El niño se tranquilizará y se relajará.
• Aconseje a los padres que observen a su hijo. La observación favorece la
identificación y lleva a la madre a sustituir el niño de sus fantasías con el
real.
• Aconseje a los padres que hablen a su hijo porque esto conduce a
identificarse con él.
• Recomiende estrechar al RN. Abrazarlo, sentir su calidez, es una
experiencia positiva para la madre. Es relajante y tranquilizador para el
niño.
• Fomente las actividades relacionadas con el cuidado del niño. La
participación de los padres aumenta su satisfacción (baño, higiene…)

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El periodo de postparto inmediato es el periodo durante el que la mujer presenta la
respuesta de aceptación a su experiencia. En este periodo está centrada en sus propias
necesidades físicas y emocionales. Los cuidados que se le presten en esta fase de
adaptación serán de apoyo, e incluyen:

• Ofrecer oportunidades para descansar


• Usar medidas de alivio y administración de analgésicos para el dolor si
precisa
• Aceptar como cuenta su experiencia sin adoptar una actitud critica

• Respetar las decisiones que tome, por ejemplo, respecto de la lactancia


después de recibir la información necesaria.

El primer día o dos después del parto se caracterizan por comportamientos


maternos más dependientes y que se orientan hacia la comodidad. Más adelante, la
mujer adquiere más independencia y está preparada para asumir la responsabilidad;
tiene más energía y es capaz de atender a sus propias necesidades y las del recién
nacido.

2.3.- Identificación de problemas y prevención de los mismos.

Cuando finaliza el puerperio, el organismo de la mujer debe haber recuperado,


prácticamente en su totalidad, las condiciones fisiológicas propias de la mujer no
gestante.

La actuación general del equipo multidisciplinar que atiende a la puérpera (matronas,


médicos, enfermeras y auxiliares) durante el periodo de postparto hospitalario tiene
como objetivo el identificar y prevenir complicaciones maternas, prestar una asistencia
profesional en la recuperación psicofísica materna y realizar una labor educadora de
los nuevos padres en relación al puerperio. También debe tener en consideración que
existen durante el puerperio diferentes prácticas y comportamientos de la mujer, su
pareja y familia, según cuál sea su cultura, y hay que mostrar sensibilidad y respeto hacia
esta diversidad cada día más frecuente (Modelo transcultural de Leininger).

Para comprobar que la recuperación puerperal evoluciona favorablemente es precisa


una valoración durante dicho periodo con el fin de detectar posibles alteraciones en el
estado físico y psicosocial de la puérpera. Debe prestarse especial atención a la
adaptación psicológica de la mujer tanto a la maternidad como a la experiencia vivida
en el momento del parto y puerperio inmediato, ya que, si persisten traumas
psicológicos, pueden repercutir posteriormente de forma negativa en sus relaciones
psicoafectivas y sexuales de pareja.

En el postparto inmediato las complicaciones que más frecuentemente aparecen son


las de tipo hemorrágico y las urinarias. Una vez superados los riesgos iniciales de
hemorragia y shock, el principal peligro, ya en el puerperio precoz, es el de infección.

Las complicaciones puerperales se presentan con una determinada cronología en


función de las 3 fases evolutivas del puerperio.

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Distribución de morbilidad en el puerperio (Donat Colomer, Maestre Porta)
Complicaciones Inmediato Precoz Tardío
Hemorragias + + -
Alteraciones de + + -
eliminación
Alteraciones mamarias - + +
Alteraciones psicológicas - + +
Infección puerperal - + -
Infección de las heridas - + +
Tromboflebitis - + +
Alteraciones sexuales - - +

Para evitar complicaciones urinarias es preciso la valoración continuada, cada 15


minutos en las primeras 2h, del estado de la vejiga en busca de una posible retención
de orina, que predispone, como ya dijimos, a un mayor riesgo de hemorragia.

La prevención de los problemas de tipo hemorrágico obliga a comprobar la altura y


consistencia del útero, la cuantía de pérdida sanguínea a través de los genitales, y las
constantes vitales cada 15’ en las dos primeras horas postparto.

En algunos centros se prescribe sistemáticamente un agente oxitócico para acelerar la


involución uterina, promoviendo la contractilidad del útero. Se presume que esto
disminuye las complicaciones hemorrágicas; sin embargo, Newton y Bradford (1961)
llegaron a la conclusión de que después del periodo inmediatamente posterior al parto
la administración sistemática de oxitocina intramuscular a mujeres normal no era útil
para reducir la pérdida de sangre o apresurar la involución uterina.

Se debe llevar un control más exhaustivo de la puérpera que presente alguno de los
factores asociados a la hemorragia del puerperio inmediato, como son: inducción de
parto, parto prolongado, hemorragia en partos previos, primiparidad, fórceps, retención
de placenta…

Es importante conocer las causas de la hemorragia postparto para poderlas identificar


rápidamente si sucede, y tratarlas con la mayor brevedad posible.

Tras la revisión minuciosa de los informes relativos al curso seguido por la gestación, parto
y puerperio, debe hacerse hincapié, mediante un correcto interrogatorio, sobre las
alteraciones de la normalidad que pueden aparecer durante el puerperio tardío: signos
inflamatorios locales en las mamas, episiotomía y extremidades inferiores, sintomatología
urinaria, presencia de morbilidad febril, dificultad o problemas respiratorios, loquios
malolientes o hemorragia profusa vía vaginal. El interrogatorio también incluirá
preguntas relacionadas con la posible reaparición de la menstruación y sus
características.

A continuación, se llevará a cabo una valoración del estado general de la mujer: color
de la piel y mucosas (buscando anemia), constantes vitales, estado de las mamas,
estado del periné, estado de la musculatura abdominal…
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Finalmente se realizará educación sanitaria a la madre respecto a:

- Cuando aparecen la menstruación y ovulación según el tipo de lactancia La


conveniencia de usar métodos anticonceptivos al reiniciar relaciones

sexuales (coitales)

- La práctica de una tabla de ejercicios de gimnasia puerperal (ejercicios estimulantes


de la circulación venosa de las piernas, respiratorios, de refuerzo del suelo pélvico,
de la musculatura abdominal, lumbar y pectoral)

- Aspectos prácticos sobre la crianza del niño

- Y conceptos básicos sobre: hábitos generales, alimentación, higiene, vestimenta,


sexualidad y entorno

. Durante el puerperio se debe vigilar y cuidar las cicatrices perineales, detectar la


presencia de síntomas de alarma (incontinencia anal o urinaria, dolor anal…) así como
recomendar la realización de forma constante de ejercicios que ayuden a la mujer en
la recuperación del tono muscular, sobre todo, del periné y la región abdominal.

La recuperación del tono muscular y de la competencia funcional del diafragma


pélvico ha de iniciarse precozmente, incluso al segundo día postparto. Se ha
comprobado que en este proceso involutivo es muy conveniente la práctica de
ejercicios musculares perineales (ejercicios de Kegel) que disminuyen la incontinencia
por estrés, aumentan la fuerza muscular, aceleran la recuperación y favorecen la
respuesta sexual.

Como resultado de la rotura de las fibras elásticas de la piel y de la prolongada


distensión causada por el aumento del tamaño del útero grávido, las paredes
abdominales de la puérpera quedan durante algún tiempo blandas y flácidas. La
recuperación de su tonicidad se logra de forma lenta en las primeras 6 semanas después
del parto, o antes si se ponen en práctica ejercicios físicos adecuados para ello. Pero los
ejercicios abdominales deben iniciarse siempre tras comprobar que la musculatura del
suelo pélvico está ya recuperada y tiene buen tono. En caso contrario, en aumento de
la presión en la región abdominal distiende más aún un suelo pélvico ya deteriorado por
el embarazo y el parto.

2.4.- Complicaciones patológicas del Puerperio

En este apartado incluimos un compendio resumido de las más habituales


complicaciones del puerperio inmediato y puerperio clínico que nos podemos encontrar
en caso de que la evolución no sea favorable o la esperada como se ha desarrollado
en los apartados anteriores.

a) Hemorragias postparto
Se considera que existe hemorragia postparto cuando ocurre desde la salida
completa del feto y mientras que dura el puerperio con un carácter brusco, repentino y
alarmante. Además, la pérdida sanguínea supera los 500ml. Se clasifican en:

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• Hemorragia postparto precoz, que son las ocurridas en las primeras 24h

• Hemorragias postparto tardío, que son las ocurridas después de las 24h hasta la 6ª
semana

1) Hemorragia por atonía uterina

Es la causa más frecuente de hemorragia del alumbramiento (50%). Se caracteriza por


un defecto de la contracción uterina, que impide la hemostasia por compresión
mecánica de los vasos musculares uterinos. Las causas de atonía uterina son: sobre
distensión uterina (embarazo múltiple, polihidramnios, macrosomía…), parto prolongado
o parto precipitado, restos placentarios, administración excesiva de uterotónicos,
anestesia general, corioamnionitis, fármacos relajantes uterinos…

El tratamiento inicial será: la administración de oxitócicos y ergóticos junto con medidas


físicas, como masaje uterino y compresión. En última medida está la cirugía. Se irán
poniendo en marcha de modo escalonado con el objetivo final de cohibir la
hemorragia y evitar sus complicaciones, como el síndrome de Sheehan, resultado de la
isquemia e infarto de la glándula pituitaria causado por una hemorragia grave en el
parto, resultando un pan hipopituitarismo. Estas pacientes presentan problemas de
lactancia y desarrollan amenorrea, además de síntomas resultantes de la deficiencia de
cortisol y hormonas tiroideas. El tratamiento se basa en el aporte de dichas hormonas

2) Hemorragias por desgarro del tracto genital

Abarca las lesiones producidas desde la vulva hasta el útero. La hemorragia


habitualmente se origina inmediatamente después de la expulsión del feto, y persiste
después del alumbramiento, en presencia de un útero bien contraído. Suele ser continua
no muy intensa y la sangre es de color vivo.

3) Retención placentaria

La retención puede ser de toda la placenta o de parte de la misma. El útero ocupado


por la placenta no puede contraerse correctamente, impidiendo la acción hemostática
de las bridas fisiológicas de Pinard a nivel del lecho placentario.

Si la placenta está retenida completamente, realizaremos la maniobra de Credé


(masaje suave y ligera compresión sobre el fondo uterino para estimular la contracción
uterina), y si no se logra su extracción, procederemos a la extracción manual bajo
anestesia. Si la retención es parcial (cotiledón) se intentará un legrado digital y si esto no
tuviera éxito, se practicará un legrado. En cualquier caso, después de realizar la
extracción completa, se debe instaurar el tratamiento con oxitotócicos

b) Inversión uterina
La inversión uterina es una complicación que consiste en un prolapso de fondo uterino,
a través del cérvix. El órgano se da la vuelta (“como un calcetín”), donde la superficie
interior se hace exterior. Su inmediata identificación y corrección uterina disminuye la
morbimortalidad.

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c) Infección puerperal
La infección puerperal es un término genérico que se usa para describir cualquier
infección bacteriana del aparato genital después del parto. Se sospechará de infección
puerperal si existen dos determinaciones de 38ºC separadas por un intervalo de 6h
después de las primeras 24h.

La presencia de fiebre durante las primeras 24h tras el parto se considera fisiológica,
motivado por la deshidratación y el esfuerzo del trabajo de parto.

Según el nivel de la afectación nos dará una: endometritis, salpingitis, pelviperitonitis,


celulitis pélvica, tromboflebitis pélvica o peritonitis generalizada.

Los principales signos que aparecen son: fiebre, malestar general, anorexia, secreción
vaginal fétida, hipersensibilidad y su involución uterina y dolor abdominal. El tratamiento
consiste en ingreso hospitalario con aislamiento adecuado, y tratamiento antibiótico.

2.5.- Puerperio tardío

Desde el 8º día postparto hasta los 40-45 días

Durante el puerperio se producen una serie de cambios involutivos del aparato genital
y de todo el organismo de la mujer, que determinan modificaciones adaptativas en las
necesidades de salud de ésta. Al mismo tiempo, se instaura una nueva función, la
lactancia materna, y posteriormente reaparecen la ovulación y la menstruación.
Además, debe producirse la adaptación de la madre y del recién nacido a las nuevas
circunstancias y al entorno familiar. Así, la valoración y el cuidado de la puérpera deben
incluir un enfoque tanto fisiológico como psicosocial.

Según la guía de Control básico del embarazo en la Comunidad Valenciana, editada


desde 2002, amplia y detalla los cuidados a realizar en el puerperio tardío

El objetivo en esta etapa radica tanto en favorecer la completa recuperación física de


la mujer, como en servir de elemento de apoyo a la madre en la nueva situación,
favoreciendo el establecimiento del vínculo madre-hijo/a. Para ello es importante que
el Programa contemple la oferta de sesiones de recuperación física en el puerperio.
Recogiendo experiencias ya iniciadas en nuestra comunidad, estas sesiones en
ocasiones se ofertan de manera aislada a las mujeres y en otras, la oferta es conjunta a
madres y RN, mediante la organización de talleres de lactancia o de talleres de
estimulación y masaje infantil. La organización de este apartado se adaptará a la
situación particular de cada zona.

1.-Gimnasia de recuperación en el puerperio


Durante el puerperio inmediato (y hasta los 10-12 días) se deben iniciar las contracturas
y distensiones de la musculatura abdominal, y si no hay episiotomía también las
contracturas vaginales y del meato urinario (en caso de episiotomía esto se realizará a
partir de una semana tras el parto). Durante este periodo la mujer no debe saltar, llevar
pesos, hacer deporte ni ejercicios abdominales, no antes de haber realizado la
recuperación del periné.

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A partir de los 12 días, el estado de cicatrización permitirá que pueda empezar a
tonificar el periné. Debe empezar lentamente, e ir complicando los ejercicios
progresivamente. Al principio conviene realizarlos muchas veces, pero con poca
intensidad. A partir de las 6 semanas postparto se pueden introducir ejercicios
abdominales.

2.-Talleres de lactancia
El taller es fruto de la participación y actividad de las madres lactantes, que se reúnen
de forma periódica en el centro de salud, tuteladas por la matrona, para disfrutar y vivir
con gozo la experiencia de amamantar. Obtienen al nuclearse un espacio para
compartir dudas, problemas, soluciones, aprender técnicas, recursos… Buscan y logran
juntas, mantener la lactancia de forma satisfactoria todo el tiempo que deseen.

Se aprende a prevenir o abordar los problemas más frecuentes del inicio de la


lactancia: grietas del pezón, ingurgitación mamaria, mastitis… Búsqueda conjunta de
soluciones a los problemas de: pezón plano, baches de hipogalactia, cólico del
lactante, curvas de peso detenidas… “no tengo suficiente leche”, “no se coge bien”,
“mi leche no es buena” …

3.-Talleres de estimulación y masaje infantil


El ser humano cuando nace está lejos de tener la mínima autonomía; sin embargo, se
halla en una fase evolutiva de máxima permeabilidad para el aprendizaje y desarrollo
de habilidades necesarias para conseguir su independencia. Es en esta etapa cuando
una estimulación sensoro-motriz adecuada permitirá que el niño adquiera consciencia
de su esquema corporal y desarrolle sus capacidades sensitivas, motoras y de
adaptación de una forma óptima. Para ello es necesario que los padres desarrollen
vínculos afectivos y que valores y conozcan la importancia de la estimulación.

El masaje, como técnica de comunicación no verbal intensifica el vínculo con los


padres, desarrolla en el niño/a la capacidad para percibir afecto y seguridad, le ayuda
a la adquisición de su esquema corporal, disminuye el umbral de estrés ante situaciones
desconocidas y eleva el umbral de estimulación favoreciendo la maduración
neurológica.

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CONCLUSIONES

La mujer postparto debiera permanecer hospitalizada en la maternidad 3 a 4 días si el


parto fue por vía vaginal y 4 a 5 días si lo fue por operación cesárea. Sin embargo, en
los países en vía de desarrollo, los centros hospitalarios se ven apremiados por la gran
demanda asistencial y muchas veces están forzados a dar altas precoces con todos los
riesgos que ello implica

La alimentación debe ser completa, idealmente hiperproteica. Después de una


operación cesárea la realimentación debe ser gradual hasta la evacuación intestinal.
En lo posible, debe evitarse la ingesta de alimentos meteorizantes por su efecto al niño
a través de la leche materna.

La higiene general no debe descuidarse. La puérpera puede ducharse en forma


habitual desde la primera levantada. El aseo genital debe realizarse al menos 4 veces
al día o cada vez que acuda a vaciar su vejiga o intestino dejando escurrir agua sobre
los genitales externos con un secado posterior. En los primeros días postparto, el aseo de
la episiotomía debe realizarse con agua más un antiséptico no irritante para luego cubrir
la zona perineal con un apósito limpio. No deben efectuarse duchas vaginales en este
período.

En general, después del alta de la maternidad, la mujer puérpera no requiere


tratamientos medicamentosos. Los retractores uterinos no tienen indicación e incluso
pueden tener efectos adversos sobre la evolución de la lactancia. 7 La suplementación
de hierro podría estar indicada, en especial si el sangrado durante el parto fue excesivo
con depleción de los depósitos de hierro. En estos casos se recomienda una dosis de 100
mg de hierro elemental al día. Reinicio de actividad sexual: Si la involución uterina ha
sido normal y la cicatrización del periné es adecuada, se pueden reanudar las
relaciones sexuales a partir de los 25 a 30 días después del parto

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REFERENCIAS

NORMA Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-2016, Para la atención de la mujer


durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida

ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD https://www.who.int/es/news/item/30-


03-2022-who-urges-quality-care-for-women-and-newborns-in-critical-first-weeks-
after-childbirth.

http://confe.org/index.php/servicios-
inicio/?utm_medium=adwords_c_search_network&utm_campaign=&utm_sourc
e=DisIntelectual&utm_content=ayudaloIntegrarse&utm_term=b_intervenci%C3
%B3n%20temprana&gad=1&gclid=EAIaIQobChMImNicwe3U_wIVeB2tBh1vYQjG
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