Varicela, Sarampion y Eritemas Infecciosos

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 Varicela

La varicela es una infección viral muy contagiosa provocada por el virus varicela zoster (VVZ). Se caracteriza por
una erupción vesicular en forma de manchas y ampollas que producen picazón. Esta enfermedad es común entre
la población infantil, aunque tiene una variante propia de los adultos, el herpes zoster, que resulta más seria y
consiste en la reactivación posterior del virus.

 Causas

Se transmite a través de pequeñas gotas de líquido vesicular o secreciones del tracto respiratorio que son
transportadas por el aire, especialmente cuando el enfermo tose o estornuda. También se contagia al estar
en contacto con objetos que han sido contaminados. Por este motivo es importante que el paciente sea aislado:
la probabilidad de transmisión entre los niños que asisten al mismo centro escolar o entre los miembros de la
familia supera el 90 por ciento.

 Síntomas

Generalmente los enfermos no presentan síntomas evidentes antes de que se produzca el brote de la


enfermedad, que viene acompañado por fiebre, cansancio, dolor de cabeza y falta de apetito. Los síntomas
comienzan entre los 10 y los 21 días después de la infección. El más característico es la aparición de manchas
rojizas y planas, que van tomando relieve poco a poco hasta convertirse en ampollas o vesículas. Estas provocan
un gran picor, se rompen con facilidad y forman unas costras que se desprenden y desaparecen en,
aproximadamente, dos semanas. El proceso se extiende hasta el sexto día de la enfermedad.
Las manchas aparecen en todo el cuerpo, especialmente en el tronco y el cuero cabelludo en brotes sucesivos.
Los niños sanos pueden desarrollar hasta 500 lesiones dérmicas que, en ocasiones, dejan una marca
permanente. En casos graves las manchas se extienden por las extremidades y el rostro. Además, pueden
aparecer llagas en la boca, los párpados, el recto, la vagina y las vías respiratorias.

 Prevención

El objetivo de la vacuna es evitar la propagación de la enfermedad, sus complicaciones y la reinfección


posterior en forma de herpes zoster. Puede administrarse en una única dosis, es muy bien tolerada y,
generalmente, no presenta reacciones importantes en niños y adolescentes sanos. Los efectos secundarios son
leves y se manifiestan en forma de enrojecimiento, dolor e inflamación en el área donde se ha aplicado.
Asimismo, puede ocasionar mareo, cansancio, fiebre o náusea.
La vacuna previene la enfermedad hasta en un 80 por ciento de los casos y se administra a niños sanos entre 12
y 18 meses de edad. A partir de los 13 años pueden ser inmunizados con dos dosis. Puede aplicarse junto a otras
vacunas, como las del sarampión, rubéola, paperas, polio, hepatitis B o meningitis. Sin embargo, no debe
administrarse a personas con un sistema inmune débil o a las mujeres embarazadas. Las personas que no han
sido vacunadas en su momento y corren un riesgo importante de sufrir complicaciones reciben anticuerpos una
vez contraída la enfermedad.

 Diagnóstico

El médico suele reconocer fácilmente la varicela porque la erupción y los demás síntomas son muy
característicos. Sólo muy excepcionalmente es necesario realizar una medición de los valores de anticuerpos en
la sangre e identificar el virus en el laboratorio.

 Tratamientos

La varicela requiere una terapia antiviral y sintomática. La terapia sintomática se realiza con analgésicos,


antihistamínicos y cremas o lociones que calman el picor. Su efecto es paliativo y transitorio. También son
recomendables las compresas húmedas o los baños tibios para limpiar las heridas que se producen al rascar las
ampollas y evitar posibles infecciones. En caso de infección bacteriana se administran antibióticos y si surgen
complicaciones serias se emplean medicamentos antivirales, como aciclovir o interferón alfa.

 Otros datos

Las personas que corren el riesgo de sufrir varicela o complicaciones asociadas a la enfermedad son las que
tienen unas defensas reducidas, los niños prematuros o menores de un año y los recién nacidos cuyas madres
han sufrido varicela antes o durante el parto. Las mujeres embarazadas que no han tenido varicela deben
extremar sus precauciones. Si la enfermedad se contrae durante los primeros meses de gestación o in útero poco
antes del nacimiento el feto puede sufrir diversos trastornos o incluso malformaciones.
 Eritema infeccioso
El eritema infeccioso (también denominado “quinta enfermedad” o en términos populares “la
enfermedad de la bofetada”) está provocado por el parvovirus B19. El parvovirus B19 es un virus
exclusivamente humano, que no es el mismo que preocupa a los veterinarios y que pueden contraer
los animales domésticos, sobre todo los perros. Por lo tanto, no se puede contagiar de los humanos a
los animales o viceversa.

 Causas

El parvovirus se propaga a través de las secreciones respiratorias (estornudos, esputo, secreciones


nasales), por lo que es frecuente que se que produzcan brotes en los colegios, por la convivencia próxima
de varios escolares de la misma edad. El periodo de mayor contagiosidad del eritema ocurre mientras se
está incubando la infección y todavía los síntomas no son aparentes, por lo que a diferencia de otras
enfermedades como la varicela o el sarampión, cuando aparece el exantema o sarpullido el niño apenas
es contagioso.

 Síntomas

Los primeros signos y síntomas de la infección por parvovirus en niños incluyen: Fiebre, malestar
estomacal, dolor de cabeza, resfrío. Especialmente frecuente en niños de entre cinco y 15 años, el
eritema infeccioso cursa inicialmente con una erupción cutánea roja característica en la cara que hace
que parezca que al niño le han dado una bofetada en la cara. Luego la erupción se extiende por el
tronco, los brazos y las piernas. Por mucho que pueda imponer su nombre, el eritema infeccioso solo
es una afección de origen vírico de la que la mayoría de los niños se recuperan rápidamente y sin
complicaciones.

 Tratamiento
El eritema infeccioso está provocado por un virus, y no se puede tratar con antibióticos, que se utilizan
para tratar infecciones de origen bacteriano. A pesar de que existen medicamentos antivirales, en la
actualidad no hay ninguno que sirva para tratar el eritema infeccioso. En la mayoría de los casos, se
trata de una afección tan leve que no requiere tratamiento farmacológico.

Por lo general, los niños con eritema infeccioso se encuentran bastante bien y necesitan escaso
tratamiento en casa aparte del reposo. Una vez desparecen la fiebre y los síntomas catarrales leves,
puede haber poco que tratar aparte de las molestias asociadas a la erupción. Si su hijo se queja de
picor, pregunte al pediatra cómo puede aliviarle las molestias. Es posible que el pediatra también
recomiende paracetamol para tratar la fiebre y el dolor articular.

 Prevención

No hay ninguna vacuna contra el eritema infeccioso y ninguna forma de prevenir la propagación del
virus. Aislar a una persona que presenta la erupción característica del eritema infeccioso no permite
evitar el contagio porque generalmente, cuando aparece la erupción, la persona ya ha dejado de ser
contagiosa.

Tener unos buenos hábitos higiénicos, sobre todo lavarse frecuentemente las manos, siempre es una
buena idea, puesto que puede ayudar a impedir el contagio de muchas infecciones.

 Diagnóstico

El diagnóstico del eritema infeccioso se realiza mediante la observación clínica del exantema, excluyendo
otros procesos. En laboratorio, no existen datos fidedignos de diagnóstico de este virus, aunque, como
referencia se miden los niveles de anticuerpos en la sangre. Otro método eficaz para el diagnóstico es el
uso de métodos para detectar las partículas virales o el DNA del parvovirus B19.
 Sarampión

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa causada por la infección del virus del sarampión,
que en ausencia de vacunación afecta principalmente a niños, aunque personas de cualquier edad no
inmunizadas pueden ser infectadas.

Cuando una persona "pasa" el sarampión queda inmunizada para toda la vida; sin embargo, es
importante prevenir esta infección puesto que puede tener afectaciones y secuelas graves.

 Causas y transmisión

El sarampión es una enfermedad que se reproduce en la nariz y en la garganta de un niño o adulto


infectado. Luego, cuando una persona con sarampión tose, estornuda o habla, las gotas infectadas se
expulsan al aire, donde otras personas pueden inhalarlas.
El virus presente en el aire o sobre superficies infectadas sigue siendo activo y contagioso durante
periodos de hasta 2 horas, y puede ser transmitido por un individuo infectado desde 4 días antes hasta 4
días después de la aparición del exantema. Alrededor del 90 % de las personas propensas que se
exponen a una persona que tiene el virus, puede infectarse.

 Diagnostico

Por lo general, El diagnóstico del sarampión se basa en los síntomas típicos, las manchas de Koplik
que son pequeñas manchas blanco azuladas con fondo rojo brillante, que se encuentran en la pared
interior de la mejilla. y la erupción característica. Los análisis de sangre para identificar el virus se
realizan principalmente para documentar los casos con fines de salud pública, con el objetivo de que
los funcionarios de salud puedan tratar de contener los brotes y limitar la propagación. Sin embargo,
muchos médicos no han observado nunca el sarampión y el sarpullido se suele confundir con otras
enfermedades. Si es necesario, se debe realizar un análisis de sangre para poder confirmar si el
sarpullido es en realidad sarampión.

 Síntomas

Los signos y síntomas del sarampión aparecen entre 10 y 14 días después de la exposición al virus. Los
signos y los síntomas del sarampión generalmente incluyen:

 Fiebre
 Tos seca
 Resfrío
 Dolor de garganta
 Ojos inflamados (conjuntivitis)
 Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en el
revestimiento interno de las mejillas, también denominados manchas de Koplik
 Sarpullido constituido por manchas grandes y planas que generalmente se funden entre sí

 Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la infección por sarampión establecida. No obstante, se pueden
tomar algunas medidas para proteger a las personas vulnerables que se han expuesto al virus. Tales
como:

 Vacunación tras la exposición: Se puede administrar la vacuna contra el sarampión a las


personas inmunizadas, incluidos bebes, dentro de las 72 horas de ocurrida la exposición al virus
del sarampión para que los proteja contra la enfermedad. Si aun así la enfermedad se
manifiesta, suele tener síntomas más leves y dura menos tiempo.

 Inmunoglobulina sérica: Las mujeres embarazadas, los bebes y las personas con sistemas
inmunitarios debilitadores que están expuestos al virus pueden recibir una inyección de proteínas
(anticuerpos) llamada “inmunoglobulina sérica”. Cuando se administran dentro de los seis días
tras la exposición del virus, estos anticuerpos pueden prevenir el sarampión o ayudar a que los
síntomas sean menos graves.
 Prevención

La vacuna del sarampión, se administra entre los 12 y los 15 meses de edad, pero se puede
administrar a niños a partir de 6 meses si se declara una epidemia de sarampión. Entre los 4 y los 6
años de edad se administra una segunda dosis. Los niños que tenían menos de 1 año de edad cuando
fueron inmunizados todavía necesitan 2 dosis más después de su primer cumpleaños. La vacuna que
se utiliza es una vacuna combinada. La combinación contiene la vacuna para el sarampión, las paperas
y la rubéola y a veces también la vacuna para la varicela.

A los niños (y los adultos) expuestos al sarampión que no están inmunizados se les puede administrar
la vacuna dentro de los 3 días siguientes a la exposición. A las personas que no deben recibir la
vacuna, como las mujeres embarazadas, las personas con ciertos tipos de cáncer o tuberculosis no
tratada y las personas con enfermedades graves o sistemas inmunitarios debilitados, ya que existe el
riesgo de que presenten reacciones graves a la vacuna, y como protección se les administran
inmunoglobulinas.

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