El Ser Humano Como Problema

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 19

EL SER HUMANO COMO PROBLEMA

-LA CULTURA
La cultura —se ha dicho siempre— es un patrimonio exclusivo del hombre que lo
diferencia de todos los animales. Tradicionalmente, las relaciones entre la naturaleza y
la cultura se han caracterizado por la diferencia, o aun, la oposición, entre estos dos
conceptos. Sin embargo, hay autores que defienden que la diferencia entre naturaleza y
cultura es, más bien, de grado, entendiendo por "cultura" algo así como una especie de
perfeccionamiento de la naturaleza, autores que no entienden las diferencias entre
ambas como esencialmente radicales.
En un primer nivel, lo que caracteriza tradicionalmente a la cultura y la distingue de la
naturaleza es el artificio, la costumbre, la convención. La cultura es una institución
humana, y como tal corresponde al ejercicio de una voluntad, o, al menos, a un conjunto
de intenciones de sentido: la cultura es un mundo donde se despliegan reglas y valores.
Éstos, sin embargo, son relativos al accionar humano, y son, por así decirlo, víctimas de
su inconstancia: la cultura es también el mundo de la diversidad de creencias, de la
inconstancia de las pasiones, o incluso de la contradicción de las decisiones humanas.
Por el contrario, la naturaleza se presenta como una realidad caracterizada por la
permanencia, la estabilidad, la regularidad. El retorno de las estaciones y de las
floraciones, la constancia de las formas de lo viviente, pero también del mundo material,
hacen de la naturaleza, por así decirlo, el testimonio de la sustancialidad del ser: que las
cosas tengan una naturaleza significa que poseen una suerte de solidez en la cual el ser
humano puede hacer capital de sus acciones y sus empresas. La naturaleza encubre una
suerte de verdad que habría que descubrir.
Mientras que en la unidad anterior hemos estudiado al hombre desde un punto de vista
exclusivamente biológico, como una especie animal producto de la evolución natural de
las especies, en esta unidad estudiaremos la cultura, como aquello que normalmente se
ha considerado como una de las principales y básicas distinciones entre el ser humano y
el resto de especies animales.
¿Qué distingue a la especie humana de otras especies animales?
 El mayor y mejor uso de herramientas: más allá de crear y usar herramientas
aisladamente, los hombres crean tecnologías: familias de herramientas
interrelacionadas, empleadas conjuntamente en un campo de actividad.
 Un mayor grado de cooperación entre sus miembros: muchas otras especies
forman grupos, incluso complejas sociedades de miles de individuos, pero las
sociedades humanas son mucho más complejas que cualquier otra sociedad
animal: cada individuo tiene múltiples funciones o papeles en la sociedad, que
cambian en el tiempo y lo relacionan con un gran número de otros individuos.
 La mayor capacidad de aprendizaje: si bien otras especies animales son capaces
de modificar su conducta con la experiencia e incluso aprender por imitación de
otros, la acumulación de conocimientos y la capacidad de enseñar y aprender de
la especie humana sobrepasa con mucho a cualquier otra.
Estas tres capacidades están interconectadas: el aumento de una de ellas conlleva el
aumento de las otras dos.
Además, hay una cuarta capacidad sin la cual no podrían aumentar esas otras tres:
 La mayor capacidad de comunicación: el lenguaje humano es la capacidad
central que hace posible la creación de complejas tecnologías, relaciones
sociales y la transmisión y acumulación de conocimientos.
Mediante el uso de herramientas, la cooperación, el aprendizaje y la comunicación, el
hombre es capaz de superar muchos de los obstáculos y limitaciones de su constitución
natural. Mientras que el resto de especies animales permanecen dentro de ciertos límites
estables de generación en generación y dependen de las capacidades con las que nacen,
el hombre supera sus obstáculos mediante capacidades que adquiere y desarrolla a lo
largo de su vida.
Podemos decir que el hombre, gracias a la cultura, ha escapado casi completamente a la
selección natural: aunque la naturaleza aún puede jugar un papel decisivo en la
supervivencia de la especie, son los cambios que se han producido y se siguen
produciendo en su cultura los que mayormente han determinado y determinarán la
supervivencia o la extinción de la especie humana. Como ejemplo más palpable
tenemos el incremento de la población humana global y el aumento de la esperanza de
vida. Ambos cambios son fruto de avances culturales.
FACTOR CLAVE: EL LENGUAJE
La mayoría de especies animales tiene algún sistema de comunicación entre sus
individuos. Pueden emplearse gestos y posturas corporales, sonidos u olores.
Se trata de sistemas de señales y no de un auténtico lenguaje. Las diferencias entre
ambos pueden resumirse así:
Sistemas de señales:
1. Fijos: el número de señales y su significado permanecen constantes a lo largo de
la vida de los individuos.
2. Inarticulados: cada señal tiene un propósito y no se combinan entre sí.
3. Expresividad limitada: sólo un número finito de mensajes pueden transmitirse.
4. Anclados al momento: las señales se emiten sólo cuando sucede algo que las
desencadena.
5. Altamente innatos: apenas requieren ningún aprendizaje y algunos no requieren
ninguno.
Lenguajes humanos:
1. Cambiantes: las lenguas cambian y evolucionan a lo largo de la historia.
2. Articulados: un reducido número de fonemas se combinan en palabras, éstas en
oraciones.
3. Productividad: un número infinito de mensajes pueden crearse con un
vocabulario finito.
4. Desligados del momento: podemos hablar del pasado, del futuro o de sucesos
imaginarios.
5. Altamente culturales: cada grupo humano tiene su propia lengua, transmitida
de generación en generación.
Bases innatas del lenguaje
Son varias las observaciones y razones que apoyan la tesis de que de hablar una lengua
es una capacidad innata en todos los hombres:
 Existen genes relacionados directamente con el desarrollo de la capacidad de
hablar.
 Existen áreas cerebrales directamente relacionadas con la capacidad de hablar.
 Existen regularidades gramaticales muy generales que unen lenguas muy
diferentes.
 Con un escaso aprendizaje, los niños aprenden un complejo sistema de
gramática.
Aprendizaje del lenguaje
Por otra parte, son también varias las observaciones y razones que apoyan la necesidad
de aprendizaje para llegar a hablar un lenguaje:
 Dependiendo de cuál sea la lengua que oigan, los niños hablan una u otra lengua.
El aprendizaje, en forma de repetición y memorización interviene en
prácticamente todos los aspectos del lenguaje:
 De todos los posibles sonidos que podemos emitir, cuáles se empleen
para formar palabras.
 De todas las posibles combinaciones de fonemas, cuáles dan lugar a
palabras.
 Cómo adquieren significado las palabras.
 Cómo se selecciona el orden sujeto-verbo-objeto en las oraciones.
 Existe un periodo crítico (hasta los cuatro años de edad) en el que se adquiere la
lengua materna. Si no se adquiere en este tiempo, no puede adquirirse después.
EJEMPLOS DE LOS LLAMADOS "NIÑOS SALVAJES"
ETNOCENTRISMO Y ANTROPOCENTRISMO
Antropocentrismo: Etimológicamente la palabra antropocentrismo es clara: está
compuesta de dos términos, uno griego, el otro castellano, pero que proviene del latín.
“Anthropos” es griego y quiere decir “hombre” en el sentido genérico de “ser humano”
(el específico “varón” se dice “andros”). La segunda parte es aún más obvia y deriva del
término latino “centrum”. Es decir antropocentrismo se refiere al ser humano
considerado como centro. La Real Academia Española (RAE) define así el término:
 “Filos. Doctrina o teoría que supone que el hombre es el centro de todas las
cosas, el fin absoluto de la naturaleza y punto de referencia de todas las cosas:
el antropocentrismo se opone al teocentrismo.”
Etnocentrismo: Término creado por W.G. Summer, en 1906, que designa la tendencia
a considerar las características de la propia etnia, grupo social, cultura o civilización,
como superior y modelo universal para todos los otros grupos humanos o civilizaciones,
y que está en la base de los racismos, intolerancias, chauvinismos y xenofobias. Es una
posible consecuencia de no realizar la distinción entre naturaleza y cultura, ya que, si
creemos que algún rasgo o aspecto de nuestra cultura es algo natural tenderemos a ver
los de otras distintas como equivocadas o antinaturales.
La mayor parte de los primeros estudios de la antropología cultural estuvieron
fuertemente marcados por el etnocentrismo ya que, en general, concebían las sociedades
primitivas como escalones previos a la formación de la sociedad civilizada (es decir,
europea, según este punto de vista), que se tomaba como punto de referencia. Desde
esta perspectiva, una buena parte de las tesis de la antropología cultural decimonónica y
de principios del siglo XX aparecen, de hecho, como producto del colonialismo.
-EL PUNTO DE VISTA DE LA FILOSOFÍA (ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA)
RENACIMIENTO Y HUMANISMO

El Renacimiento y la Edad Media


La primera dificultad que se plantea al hablar del Renacimiento es la de señalar con
precisión sus límites con respecto a la edad media. Al igual que ocurre con otras
clasificaciones históricas resulta difícil deslindar el final de una época y el comienzo de
otra, de tal modo que, dependiendo de los historiadores y de los lugares y factores que
toman en consideración, podemos considerar que el Renacimiento se desarrolla en los
siglos XV y XVI, haciendo avanzar a retroceder sus orígenes a lo largo del siglo XV en
función de las consideraciones que hayamos tomado en cuenta, y alargando su final
hasta bien entrado el siglo XVII, lo que supone un margen de imprecisión importante.
Sin embargo, los europeos del siglo XVI tenían una clara conciencia de ruptura con
respecto a la edad media, conciencia mantenida por la sucesión de una serie de
transformaciones sociales, políticas, religiosas, económicas, culturales, que nacían con
una clara voluntad de oposición a lo "medieval". Entre ellas podemos destacar la
desintegración de la iglesia y el desarrollo de la reforma luterana, y el de la iglesia
anglicana con Enrique VIII, que se producen en el marco de la consolidación de los
Estados nacionales y de las monarquías absolutas que van a configurar un nuevo mapa
político en Europa, al que hay que asociar el desarrollo de la burguesía y su papel
predominante, con la expansión del comercio, lo que supondrá el principio del fin del
feudalismo. El desarrollo de la cartografía, el descubrimiento de la brújula, la utilización
de la pólvora, son elementos que va a conducir al descubrimiento y colonización de
América, lo que provocará un aumento de la desconfianza respecto al saber medieval.
El descubrimiento de la imprenta facilitará la circulación de las nuevas ideas.
A.- Caracteres generales del Humanismo y del Renacimiento
Las relaciones entre humanismo y Renacimiento se presentan bajo el aspecto de una
polémica: mientras que el humanismo se caracterizará por el retorno a la sabiduría
clásica, en el marco de una preocupación fundamentalmente de signo filológico y
teológico, el Renacimiento lo hará como impulsor del desarrollo de la ciencia. Así, el
Renacimiento, sin renunciar a los temas básicos del humanismo, le superará, al desligar
tales temas de la perspectiva teológica y enlazarlos con el pensamiento científico
a) Caracteres del humanismo
1. Uno de los rasgos distintivos más conocidos y destacados del humanismo es su
interés por lo "antiguo", por lo clásico, interés en el que predomina el punto de vista de
la investigación filológica. Este interés provoca el desarrollo de la perspectiva histórica
en el acercamiento a otra cultura, por que se puede afirmar que con el humanismo se
consolida la historicidad como clave del pensamiento europeo.
2. A diferencia de lo que ocurría en la edad media, donde el hombre era considerado
fundamentalmente desde una perspectiva teológica, los humanistas valorarán el hombre
desde una perspectiva mundana, no-divina, es decir, el hombre será visto como un ser
natural e histórico. La religión, aparte de su función redentora, es considerada ante todo
en su función civil. Así, tanto la religión como la tolerancia religiosa son instrumentos
válidos para asegurar el ideal de la paz civil. La creencia en la unidad última de todas
las religiones es afirmada, consecuentemente, desde esta caracterización.
b) Caracteres del Renacimiento
1. El ideal común de este período viene definido por la esperanza de un renacer del ser
humano a una vida verdaderamente "humana", mediante el recurso a las artes, las
ciencias, la investigación... poniendo de manifiesto la consideración del ser humano
como ser natural, en oposición a la consideración medieval del ser humano como ser-
para-Dios.
2. El retorno a los antiguos significa no sólo la recuperación de su obra, sino
fundamentalmente el retorno al principio, a los orígenes de la vida humana, cultural, del
ser humano. Volver al principio no significa volver a Dios, sino precisamente al terreno
del hombre y del mundo humano. De ahí la valoración del pensamiento filosófico pre-
cristiano. El retorno significa, además, una conquista. La vuelta a los orígenes, al
principio, conlleva la conquista de la personalidad humana. El que este retorno se
efectúa mediante las artes y las ciencias, y no mediante experiencias místicas interiores,
por ejemplo, significa una búsqueda de la objetividad. En efecto, sólo la objetividad
puede poner en evidencia el status original del hombre frente a la naturaleza, es decir,
manifestar su origen y su condición humana.
3. Por lo mismo, el hombre es libre de decidir su conducta, de elegir su destino, lo que
supone una exaltación de la libertad individual tanto en el orden teológico como el
orden cultural y social.

B.- Características filosóficas


1. Una de las características más notables del Renacimiento es el antropocentrismo, lo
que supone una valoración no sólo de la personalidad del ser humano, sino también de
su individualidad.
2. También el naturalismo irá asociado al desarrollo del Renacimiento. Se destacan los
aspectos naturales del hombre versus los aspectos sobrenaturales. Es algo de lo que
encuentran los renacentistas que "vuelven" a Aristóteles: la separación del universo y de
Dios y la exaltación de la naturaleza; al igual que los que se "vuelven" hacia Platón,
buscando una religiosidad natural y la exaltación del hombre y de su libertad (el hombre
no es malo, es ignorante, no necesita, pues, la gracia divina para su redención).
3. Bacon, Copérnico, Galileo, Kepler, son figuras centrales en el desarrollo de la
ciencia, que supondrá la destrucción de la imagen ptolomeica del mundo, inspirada en el
universo cerrado y geocéntrico de las dos esferas; la creciente y progresiva
matematización de la naturaleza y el desarrollo del método experimental serán dos de
las bazas más significativas de su triunfo.
4. El Renacimiento supone pues el renacer del espíritu de libertad de un ser humano que
se quiere inserto en la naturaleza y en la historia.
MONTAIGNE
Montaigne constituye uno de los pensadores de mayor influencia de la historia, sin
embargo, se le ha considerado históricamente más como literato que como pensador
propiamente dicho, quizás principalmente, por atribuírsele a él la invención del género
ensayístico. Y es precisamente ese género, su método al fin y al cabo, el que nos da las
pistas para rastrear su pensamiento.
Ensayo… es decir: prototipo, intento, experimento… no hay mejor palabra para
acercarse a la figura de Montaigne. Él no escribe un “Tratado” o unos “Principios”,
Michel “no sienta cátedra”, no es detentor de la verdad, no persigue certezas, pone en
entredicho las verdades de su tiempo y el conocimiento como algo absoluto: es
escéptico. Pero escéptico no es negar, es dudar. La duda de Montaigne no persigue
refutar ninguna tesis anterior a él, sino criticar el fácil dogmatismo que afecta a todos
los aspectos de la cultura (ciencia, filosofía, política y religión) y las consecuencias a las
que nos conduce – y de las que él es testigo en la Europa de su tiempo – como el
fanatismo y la guerra.
Tras la primera fase del Renacimiento – en la que hallamos la huella de autores como
Erasmo de Rótterdam y Pico della Mirandola – en la que el antropocentrismo es
explícito, en la etapa tardía (en la que vive Montaigne) se confía menos en la grandeza
del hombre y su lugar en el universo. Frente a ese afán protágorico (el hombre como
medida de todas las cosas) de la primera etapa, el Manierismo del Renacimiento Tardío
se refugia en la figura del artista o del literato.
Montaigne descubre que el hombre ha olvidado su situación en el cosmos, al estimarse
por encima de todas las demás cosas. La pretensión de Montaigne es la supresión de esa
actitud presuntuosa, la prudencia y la tranquilidad en todos los aspectos de la vida.
Consideración de la vida como un continuo devenir y del hombre como un ser de
naturaleza mutable y cambiante, no fija y monolítica.
Un hombre que valora siempre que se lleven con moderación y mesura los placeres
mundanos y corporales. Con mesura, pero no con anulación de ellos. Para Montaigne, el
cuerpo y sus placeres no deben ser algo a evitar y de lo que avergonzarse o ser purgado,
puesto que Dios no nos ha dado un cuerpo para sentir vergüenza de él o para
mortificarlo y reprimirlo. Esta conciencia del hombre nos da lo que para Montaigne es
sabiduría. Aboga por la templanza y la prudencia. Apuesta por la moderación en los
placeres y en la supresión de los vicios, pero no supresión por ignorancia o miedo, sino
por conocimiento y por las consecuencias dañinas que nos puede suponer cualquier cosa
en exceso.
Tomando como grandes referentes a clásicos como Sócrates, Séneca, Plutarco y
Virgilio, ahonda en el saber, la cultura, la ciencia y la religión en sus “Ensayos”; critica
el apego, la inconstancia, la violencia, el fanatismo, y se muestra afín al llamado
relativismo cultural, a reconocer la valía de leyes y credos distintos. Para él nada puede
tomarse como absoluto. Fue un crítico agudo de la cultura, la ciencia y la religión de su
época, hasta el punto en que llegó a considerar la propia idea de certeza como algo
innecesario.
Para Montaigne es preciso evitar la reducción de la complejidad en la oposición binaria
y en la obligación de escoger bando, privilegiar el retraimiento escéptico como
respuesta al fanatismo. Mientras que algunos humanistas creían haber encontrado el
Jardín del Edén, Montaigne lamentaba la conquista del Nuevo Mundo en razón de los
sufrimientos que aportaba a los que por ella eran subyugados mediante la esclavitud.
Hablaba así de «viles victorias». Se encontraba más horrorizado por la tortura que sus
semejantes infligían a unos seres vivos que por el canibalismo de esos mismos
amerindios a los que se llamaba salvajes.
Tan moderno como muchos de los hombres de su tiempo (Erasmo, Juan Luis
Vives, Tomás Moro, Guillaume Budé...), Montaigne profesaba el relativismo cultural,
reconociendo que las leyes, las morales y las religiones de diferentes culturas, —aunque
a menudo diversas y alejadas en sus principios— tenían todas algún fundamento. «No
cambiar caprichosamente una ley recibida» constituye uno de los capítulos más
incisivos de los Ensayos.
Sus escritos se caracterizan por un pesimismo raro en la época renacentista. Piensa que
la humanidad no puede esperar certidumbres y rechaza las proposiciones absolutas y
generales. En el largo ensayo Apología de Raymond Sebond (Raimundo Sabunde),
capítulo 12, libro segundo, expone que no podemos creer nuestros razonamientos
porque los pensamientos nos aparecen sin acto volitivo; no los controlamos, no tenemos
razón para sentirnos superiores a los animales. Nuestros ojos no perciben más que a
través de nuestros conocimientos.
En definitiva, propone en materia educativa la entrada al saber por medio de ejemplos
concretos y de experiencias antes que por conocimientos abstractos aceptados sin crítica
alguna. Rehúsa, sin embargo, convertirse él mismo en un guía espiritual, en un maestro
de pensamiento: no tiene una filosofía que defender por encima de las demás,
considerando que la suya es únicamente una compañía en la búsqueda de identidad. La
libertad de pensamiento no se plantea como modelo, pues simplemente ofrece a los
hombres la posibilidad de hacer emerger en ellos el poder de pensar y de asumir esta
libertad: «La que enseña a los hombres a morir como se aprende a vivir».
NIETZSCHE
Pero el valor es el mejor matador, el valor que ataca: éste mata la muerte misma, pues
dice: «¿Era esto la vida? ¡Bien! ¡Otra vez! »
Nietzsche. Así hablo Zaratustra.

LAS "MOMIFICACIONES DEL CAOS": SER, REALIDAD, ESENCIA, LENGUAJE,


VERDAD, CONCEPTOS, GRAMÁTICA Y YO:

Ser / Realidad / Esencia: (y términos similares). El término ser para Nietzsche no es


más que una ficción creada por la vanidad de la razón y por la gramática.
Tradicionalmente, el ser de las cosas es lo quieto, lo permanente y, por tanto, lo
cognoscible. Para Nietzsche todas las categorías metafísicas (sustancia, ser, esencia,
unidad, coseidad,…) son puras invenciones para encontrar en ellas el reposo y la
regularidad que no encuentra en el único mundo existente, el que ofrecen los sentidos.
El ser, un “concepto supremo” en principio vacío, se carga de valor ontológico y se
convierte en la realidad en “lo que es” (Idea); y así, se va creando la oposición con el no
ser, lo que cambia (lo aparente, falso, sensible). La creación y valoración de esos
conceptos no es más que un síntoma de decadencia y resentimiento ante la vida.
Verdad: Conocimiento objetivo de la realidad. Por tanto, se presupone la existencia de
una realidad absoluta. Es una convicción característica de la filosofía tradicional.
Nietzsche opone a esta voluntad de verdad su voluntad de poder. La realidad no es
racional, por tanto, la razón no puede ser un instrumento para conocerla y la "verdad
monoteísta" (la misma para todos) carece de sentido. Si aún queremos hablar de
conocimiento o de verdad, habrá de ser de una manera relativa. Es imposible
desprendemos de nuestra subjetividad y de los aspectos (psicológicos, sociales, físicos,
históricos, etc.) que la condicionan. Todo conocer humano es mera interpretación del
mundo y depende de la perspectiva vital en que se encuentra cada individuo. Sin
embargo, históricamente en las sociedades se impone un grupo de metáforas como algo
normativo y de obligado cumplimiento. El resto de metáforas son declaradas entonces
como subversivas y son desprestigiadas socialmente (mentira) o se relegan a la mera
validez subjetiva (el arte). Para Nietzsche la verdad es una ficción que se ha olvidado
que lo es. Por eso habla del politeísmo de la verdad: el derecho de cada uno a inventar
sus verdades, a pregonar sus diferentes experiencias vitales, frente a la interpretación
impuesta como verdadera en una sociedad. 9 Eso no quiere decir que todas las
perspectivas tengan el mismo valor: las que nos arraigan a la vida, las que nos
reconcilian con nuestros instintos vitales, con nuestro cuerpo, con nuestra capacidad de
gozar, son preferibles. Esa es la "verdad" que pregona Nietzsche en cada línea que
escribió.
Lenguaje: Su origen no se debe a la búsqueda de conocimiento sino a la necesidad de
expresar una experiencia vital propia. Por eso tiene originariamente un carácter
metafórico: las palabras provienen de gritos que son expresiones individualizadas de
experiencias singulares. Es absurdo pensar entonces que el lenguaje está hecho para
reproducir objetivamente la realidad; se trata simplemente de una herramienta de
comunicación y supervivencia: un puente entre individuos para compartir experiencias y
manejar mejor la realidad. Ahora bien, muchos humanos no son capaces de soportar el
continuo vértigo de una vida que pasa azarosamente del placer al dolor y viceversa, se
muestran aterrorizados ante la perspectiva de entregarse al abismo de una existencia sin
fundamento y en perpetuo cambio. Y entonces fijan la metáfora, delimitan unas
fronteras de significado y la convierten en un concepto de obligado cumplimiento,
acatado por todos. Ahí están los ejemplos de Sócrates y Platón, pertinazmente
empecinados en definir de una vez por todas los conceptos universales. Aparece
también el concepto de verdad, como adecuación entre la realidad y el pensamiento. A
la ilusión originaria se le otorga entonces, a través del uso y la costumbre, su valor "más
alto", que supone en realidad el valor "más bajo" desde el único punto de vista
relevante, el de la vida. Como monedas que, con el paso del tiempo y el uso, han
perdido su imagen y son ahora sólo chatarra, los conceptos únicamente sirve entonces
para intentar expresar las experiencias singulares a través de un patrón uniformador y
negador de las diferencias. La influencia del lenguaje es enorme porque el pensamiento
humano es lingüístico. Por eso, al tener la mayoría de las frases una estructura sujeto-
predicado, se fomenta una interpretación sustancialista de la realidad (hay una cosa
llamada sujeto, que conoce y hay una cosa llamada predicado, que es conocido. Si
nuestra gramática fuese de otro modo, nuestra manera de comprender la realidad sería
diferente. Por eso es fundamental que el hombre deje de tener fe en la gramática, es
decir, de creer que sus categorías muestran fielmente lo real.
Concepto: Idea que concibe o forma el entendimiento. Se construye de la siguiente
manera: el ser humano posee la necesidad de transmitir a otros sus experiencias
personales. Para ello nos valemos de un sonido articulado (la palabra), que tiene un
carácter metafórico. A continuación se produce un pacto por el que se generaliza el uso
de ciertas palabras y aparece así el concepto: por ejemplo, aplicamos el concepto
"enamoramiento" a todos aquellos comportamientos en los que hay un profundo deseo 4
de estar junto a otra persona, a pesar de que cada experiencia singular es esencialmente
desigual de cualquier otra. El concepto se forma cuando se abandonan de manera
arbitraria las diferencias individuales. Por eso es siempre un prejuicio, una máscara. Es
inevitable la formación de conceptos, pues de esa forma hacemos frente al devenir. Los
conceptos nos sirven de balizas para vivir y comunicamos. Pero si no queremos
desmentir la vida que somos. si no queremos convertirnos en uno más del rebaño,
hemos de tener siempre presente que no son más que metáforas pactadas. Con el tiempo
se olvida el origen metafórico del concepto universal y éste pasa a gobernar nuestras
vidas. Los conceptos vigentes son producto de un pacto por el que el grupo más fuerte
impone su voluntad de poder, sus valores de vida, su manera de valorar la existencia.
No se trata, pues, de un proceso de definición neutral de esencias eternas, como
pretendía Sócrates, sino de una lucha entre poderes
A los filósofos les toca guardar la estabilidad del pacto, presentando como intemporal lo
que tiene un origen histórico en la comunidad. Para la filosofía occidental entender una
realidad es poder aplicarle un concepto. ¿Cómo es posible que realidades tan distintas,
como un ciprés y un manzano, queden agrupadas en el mismo concepto de árbol? La
respuesta es que comparten una esencia común. Para Nietzsche, sin embargo, no hay
esencias, no existe ningún rasgo que se encuentre en todos los individuos; es más, ni
siquiera existen los objetos, ya que la identidad que le atribuimos (ser los mismos con el
paso del tiempo) no es más que una ficción que proviene de nuestra forma sustancialista
de interpretar la realidad. Para Nietzsche la vida es inconceptualizable ("no se tiene más
representación del ser que el 'vivir'"). Por ello no se trata ya de encontrar una esencia
verdadera sino de experimentar la plenitud de la individualidad, expresarla en su
multiplicidad.
Gramática: Nietzsche se refiere con esta expresión al conjunto de reglas y principios
que regulan el uso del lenguaje. El punto de partida de todas las gramáticas es la
atribución de una acción a un agente. Eso implica la existencia de un 'yo' -uno, estable y
agente- que decide voluntariamente ejecutar determinadas acciones. Este modelo se
aplica a todas las demás realidades, y así se crean los conceptos de 'sustancia', 'cosa',
'ser'... La gramática nos impulsa a creer que toda acción ha de tener detrás un sujeto, un
agente. Esto nos dificulta percibir la realidad como proceso, como cambio, con el uso
reiterado del verbo "ser", que nos invita a creer que existen entidades dotadas de rasgos
permanentes (substancias). Asimismo, al designar con la misma palabra cosas
diferentes, se sugiere la existencia de esencias universales. El lenguaje nos induce
continuamente a una interpretación substancialista de lo real. Hay una línea directa que
va desde los presupuestos de la gramática hasta la creencia en Dios. Por eso una
verdadera filosofía que quiera hablar del devenir ha de luchar contra todas las
"evidencias" sustentadas por el lenguaje.
Yo: Unidad sustancial que subyace a cualquier estado de un sujeto. Se trata de otra
ficción provocada por el lenguaje. Para Nietzsche lo que llamamos 'yo' es el escenario
de un campo de fuerzas en tensión, que tiene como resultado que un instinto u otro
resulten dominantes y a ese instinto dominante lo llamamos 'voluntad'. Las fuerzas en
juego son muy heterogéneas: las hay activas (fuerzas que actúan) y reactivas (fuerzas
que se limitan a reaccionar ante la acción afirmativa). El predominio de las primeras
origina una voluntad de poder afirmativa, creadora, artística, mientras que el de las
segundas provoca una voluntad de poder negativa, conservadora, resentida.

CONTRA LAS "MOMIFICACIONES DEL CAOS": DEVENIR, VOLUNTAD DE


PODER, NIHILISMO ACTIVO, CUERPO, ARTISTA Y SUPERHOMBRE.
Devenir: La realidad entendida como proceso o cambio. La metafísica tradicional lo
trata como mera apariencia, como humo irreal, frente al ser que se caracteriza por su
permanencia, unidad, inmutabilidad... El hombre para poder comunicarse necesita fijar,
petrificar (y por tanto falsear) la multiplicidad cambiante de lo real. De otro modo, sería
imposible reconocer y compartir experiencias con otros seres humanos. Ni tampoco
manejarse con éxito en la realidad. Al aplicar un concepto como el de 'causa' cuando un
fenómeno precede a otro, estamos colocando un orden en las cosas que nos es muy útil
de cara a la supervivencia. He aquí el origen metafórico de las palabras, de los
conceptos. El problema es cuando se olvida este origen práctico y se empieza a creer
que expresan realidades objetivas. Lo siguiente es dividir el mundo en 'aparente' y 'real',
lo que supone negar la vida.
Cuerpo: Para los filósofos tradicionales, el ser humano tiene un cuerpo, pero no es un
cuerpo. En Platón o Descartes el concepto 'alma' subsume toda la realidad humana. Es
una consecuencia de su modo de valorar: los sentidos nos engañan (al mostrarnos el
devenir como real) y, en consecuencia, todo lo sensible -como el cuerpo- adquiere una
connotación negativa. Por otro lado, lo corporal se emparenta con las pasiones, con lo
irracional, con los placeres, es decir, con todos aquellos valores vitales a los que la
tradición occidental ha declarado hostilidad. Nietzsche se opone radicalmente a esta
manera decadente de valorar e interpreta que la estructura ontológica del hombre no es
otra que la de ser un cuerpo viviente. El cuerpo es el ser del hombre, su sí mismo
íntegro: ".. cuerpo soy yo íntegramente, y ninguna otra cosa; y alma es sólo una palabra
para designar algo en el cuerpo". Y también: "Detrás de tus pensamientos y
sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido -
llámase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo". Por último, "hay más razón en tu
cuerpo que en tu mejor sabiduría".
Artista: Para Nietzsche la actitud más auténtica ante lo que existe es la artística. Lo
individual y único sólo es expresable a través de la creación artística frente al carácter
uniformador y simplificador del concepto. Quien quiera alcanzar una vida plena y no
sometida a lo gregario, tendrá que convertirse en artista, no en el sentido de producir
obras de arte, sino en el de regirse por la belleza, de convertir toda su existencia en arte,
viviendo creativamente al margen de toda convención. Esto implica juego, libertad,
singularidad, sorpresa, novedad, excepción. O sea, la liberación de los corsés
conceptuales, la vuelta a la experiencia originaria de crear metáforas.
El nihilismo: La muerte de Dios deja al hombre sin un fundamento en leyes eternas y le
enfrenta al hecho de que nada es incuestionable, nada queda a salvo de ser modificado.
A esta "doctrina de la nada" la denomina Nietzsche nihilismo, y al igual que la "muerte
de Dios", es una consecuencia de los valores anti-vitales que ha adoptado nuestra
civilización.
La doctrina del nihilismo tiene dos aspectos:
 Un aspecto negativo, pesimista. Si nada es eterno ni indudable, la vida carece de
sentido.
 Un aspecto positivo, optimista. El hombre queda libre de ataduras y es dueño de
su futuro. Él invitaba a tomar el nihilismo desde un aspecto positivo, mediante la
voluntad de poder.
La voluntad de poder: Para Nietzsche la voluntad no es una facultad de la persona sino
la fuerza que modela a las personas. Es una fuerza en la que Nietzsche aglutina el
instinto, el impulso hacia la superación, el dominio y la expansión de la vida.
Para otros autores la voluntad es deseo, mientras que para Nietzsche es poder. El deseo
es negativo en cuanto que es pasivo. En cambio, el poder es positivo, ya que se extiende
de modo universal y es siempre creciente. Poder es querer más, y también quererlo todo.
El superhombre: En la interpretación nietzscheana de la Historia, la fuerza de la vida,
la voluntad de poder, se ha visto derrotada por el resentimiento de los débiles, que han
logrado imponer su voluntad de esclavos sobre la anterior voluntad de señores. Han
vencido mediante la fuerza del resentimiento, que se ha vuelto creativo y ha creado una
nueva moral con la que despreciar, desprestigiar y derrotar desde el terreno de los
valores a quienes han vencido siguiendo los impulsos de la vida. Sin embargo, esa
moral de esclavos lleva a su propia derrota, al nihilismo y a la muerte de Dios.
El superhombre de Nietzsche es el hombre que puede querer más de lo que hasta ahora
ha querido el hombre ordinario, que vivirá en la Tierra sin necesitar los valores
metafísicos o religiosos. Las distintas doctrinas nietzscheanas tienen para el
superhombre un aspecto positivo, optimista:
 La muerte de Dios es una liberación de ataduras morales que permitirá el
resurgimiento de los valores de la vida.
 El nihilismo es algo positivo, es una oportunidad de crear nuevos valores sobre
las ruinas de los anteriores.
La idea del superhombre es expuesta en la obra Así habló Zaratustra, con la imagen de
las tres transformaciones del espíritu:

 El espíritu se transforma en camello, simbolizando el sometimiento de la


voluntad, el comportamiento dócil y la negación de los valores vitales, su
inversión en valores contrarios a la vida.
 El camello se convierte en león, que simboliza el coraje de la voluntad que
destruye los valores vigentes, incluyendo su última defensa en la conciencia
moral.
 Por último, el león se transforma en niño, inocencia, olvido y actitud de juego
que lleva a la creación de nuevos valores acordes con la voluntad de poder.
FREUD
El Psicoanalista Sigmund Freud creía que el comportamiento y la personalidad
derivan de la interacción constante y única de fuerzas psicológicas conflictivas que
operan en tres diferentes niveles de conciencia: el preconsciente, el consciente y el
inconsciente. La teoría psicoanalítica de la mente consciente e inconsciente a menudo
se explica utilizando una metáfora del iceberg: El conocimiento consciente es la punta
del iceberg, mientras que el inconsciente está representado por el hielo oculto debajo de
la superficie del agua.

¿Qué significan estas expresiones? ¿Qué ocurre exactamente en cada nivel de la


conciencia?

La Mente según Freud


Muchos de nosotros hemos experimentado lo que comúnmente se conoce como un acto
fallido. Estos errores se cree que revelan pensamientos o sentimientos inconscientes.
Por ejemplo:
Antonio acaba de comenzar una nueva relación con una mujer que conoció en el
instituto. Mientras hablaba con ella una tarde, accidentalmente la llama por el nombre
de su ex-novia.
Si te encontraras en esta situación, ¿cómo explicarías este error? Muchos de nosotros
podríamos decir que fue una distracción o describirlo como un simple accidente. Sin
embargo, un teórico psicoanalítico puede decir que esto es mucho más que un accidente
casual.
La visión psicoanalítica sostiene que hay fuerzas internas, inconscientes o fuera de
nuestra conciencia que dirigen de alguna forma nuestro comportamiento. Por ejemplo,
un psicoanalista podría decir que Antonio se expresó mal debido a los sentimientos no
resueltos de su ex, o quizás a causa de las dudas sobre su nueva relación.
El inconsciente incluye pensamientos, emociones, recuerdos, deseos y motivaciones
que se encuentran fuera de nuestro conocimiento, sin embargo, continúan ejerciendo
una influencia en nuestro comportamiento.
Como todos sabemos, Sigmund Freud fue el fundador de la teoría psicoanalítica.
Mientras que sus ideas se consideraron algo impactantes en su tiempo, hoy en día
continúan creando debate y controversia, incluso ahora, su obra tuvo una profunda
influencia en una serie de disciplinas, incluyendo la psicología, la sociología, la
antropología, la literatura y el arte.

Los Tres niveles de la mente según Freud


Antes de que podamos entender la teoría de la personalidad de Freud, debemos
primero entender su punto de vista de cómo está organizada la mente.
Según Freud, la mente se puede dividir en tres niveles diferentes:
La mente consciente
Incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso
mental que nos permite pensar y hablar de forma racional.
La mente preconsciente
Es la parte de la mente que representa la memoria ordinaria. Si bien no somos
conscientes de esta información en cualquier momento dado, podemos recuperarla y
tirar de ella en la conciencia cuando sea necesario.
La mente inconsciente
Es donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos
que se encuentran fuera de nuestro conocimiento consciente. La mayor parte de los
contenidos del inconsciente, según Freud, son inaceptables o desagradables, como los
sentimientos de dolor, ansiedad o conflicto. Para él, el inconsciente puede influir en
nuestra conducta y experiencia, a pesar de que no somos conscientes de estas
influencias subyacentes.
De este modo, Freud comparó estos tres niveles de la mente con un iceberg:
 La punta del iceberg que se puede ver por encima del agua representa la mente
consciente.
 La parte del iceberg que se sumerge debajo del agua, pero es aún visible es el
preconsciente.
 El grueso del iceberg está oculto debajo de la línea de flotación y representa el
inconsciente.
¿EN QUÉ CONSISTEN EL ELLO, EL YO Y EL SUPERYÓ?
Cada persona posee también una cierta cantidad de energía psicológica que forma las
tres estructuras básicas de la personalidad: el ello, el yo y el superyó. Estas tres
estructuras tienen funciones diferentes y actúan en distintos niveles de la mente.
Según Sigmund Freud, cada componente añade su propia contribución única a la
personalidad y los tres elementos trabajan juntos para formar comportamientos
humanos complejos.
De acuerdo con esta la teoría, ciertos aspectos de nuestra personalidad son más
primitivos y que nos pueden presionar para actuar sobre nuestros impulsos más básicos.
Otras partes de la personalidad pueden lograr contrarrestar estos impulsos y se esfuerzan
por hacer que se ajusten a las exigencias de la realidad.
Vamos a ver cada una de estas partes clave de la personalidad, cómo funcionan de
forma individual y cómo interactúan.
El Ello
 El Ello es el único componente de la personalidad que está presente desde el
nacimiento.
 Este aspecto de la personalidad es completamente inconsciente e incluye los
comportamientos instintivos y primitivos.
 Según Freud, el Ello es la fuente de toda la energía psíquica, por lo que es el
componente principal de la personalidad.
El ello es impulsado por el principio del placer, que se esfuerza por lograr la
satisfacción inmediata de todos los deseos, deseos y necesidades. Si estas necesidades
no se satisfacen inmediatamente, el resultado es un estado de ansiedad o tensión.
Por ejemplo, un aumento de la sed o el hambre debe producir un intento inmediato de
comer o beber.
El Ello es muy importante desde los momentos más tempranos de la vida, ya que
asegura que se satisfagan las necesidades de un bebé. Si el bebé tiene hambre o se siente
incómodo, él o ella van a llorar hasta que las demandas del Ello sean satisfechos.
Sin embargo, el inmediato cumplimiento de estas necesidades no siempre es realista ni
posible. Si estuvimos gobernados enteramente por el principio del placer, conforme
nos hacemos mayores podríamos coger sin más las cosas que queremos sin importarnos
las otras personas, para satisfacer nuestros propios deseos.
Este tipo de comportamiento sería tanto perjudicial como socialmente inaceptable.
Según Freud, el Ello intenta resolver la tensión creada por el principio del placer a
través del proceso primario, que consiste en la formación de una imagen mental del
objeto deseado como una manera de satisfacer la necesidad.
El Yo
 El Yo es el componente de la personalidad que se encarga de tratar con la
realidad.
 El Yo se desarrolla a partir del Ello y asegura que los impulsos del Ello puedan
expresarse de una manera aceptable en el mundo real.
 Las funciones del Yo son utilizadas en el consciente, el preconsciente y el
inconsciente de la mente.
El Yo funciona basándose en el principio de la realidad, que se esfuerza por satisfacer
los deseos del Ello de forma realista y socialmente adecuada. El principio de realidad
sopesa los costos y beneficios de una acción antes de decidirse a actuar sobre los
impulsos o abandonar. En muchos casos, los impulsos del Ello pueden ser satisfechos a
través de un proceso de retraso de la gratificación. El Yo finalmente permitirá el
comportamiento que busca el Ello, pero sólo en el lugar y momento adecuado.
El Yo también descarga la tensión creada por los impulsos no satisfechos a través de
un proceso secundario, en el que el Yo trata de encontrar un objeto en el mundo real que
coincida con la imagen mental creada por el proceso primario del Ello.
El Superyó
El último componente de la personalidad descrito por Freud es el Superyó.
 El Superyó es el aspecto de la personalidad que contiene todos nuestros
estándares morales interiorizados e ideales que adquirimos de ambos padres y de
la sociedad; nuestro sentido del bien y el mal.
 El Superyó nos proporciona directrices para hacer juicios.
 El Superyó comienza a surgir en torno a los cinco años.
Existen dos partes fundamentales del Superyó:
 El ideal del Yo, que incluye las reglas y normas para el buen comportamiento.
Incluyen aquellos que son aprobados por las figuras de autoridad de los padres y
otros. Aquí se encontrarían los sentimientos de orgullo, valor y logro.
 La conciencia, que incluye información acerca de las cosas que son
consideradas por los padres y la sociedad. Se trata de comportamientos que a
menudo están prohibidos y dan lugar a malas consecuencias, castigos o
sentimientos de culpa y remordimientos.
El Superyó actúa para perfeccionar y civilizar nuestro comportamiento. Trabaja para
suprimir todos los impulsos inaceptables del Ello y se esfuerza por hacer que los actos
de Yo se encuadren en las normas sociales, más que en principios realistas. El Superyó
está presente en el consciente, preconsciente e inconsciente.
La interacción entre el Ello, el Yo y el Superyó
Con tantas fuerzas en competencia, es fácil ver cómo podría surgir un conflicto entre el
Ello, el Yo y el Superyó.
Según Freud, la clave de una personalidad sana es un equilibrio entre el Ello, el Yo y el
Superyó.
SARTRE
Existencialismo
El existencialismo es una corriente nacida en Alemania y que se extiende
posteriormente a Francia. Es fruto de la gran crisis provocada tras las dos guerras
mundiales, que habían convertido el mundo en un lugar nada apacible para la vida, y
donde la justicia y el bienestar habían fracasado. El hombre se había convertido en un
instrumento de destrucción para el resto de los seres. Podemos encontrar al menos dos
tendencias existencialistas contrapuestas: personalismo cristiano (Sóren Kierkegaard,
Max Scheler) y existencialismo ateo, donde encontramos a Jean Paul Sartre.
La obra de Sartre que hemos visto es "El existencialismo es un humanismo" y fue una
conferencia. La tesis de la conferencia en una sola frase: la filosofía existencialista es
una filosofía humanista que pone la libertad humana por encima de todo. O, como dijo
Sartre en términos filosóficos: “la existencia precede a la esencia”.

Críticas
Para los críticos el existencialismo es una filosofía pasiva, de la inactividad. Una
filosofía burguesa y contemplativa. Pero también una filosofía del individualismo. Sin
embargo, para Sartre, su filosofía se basa en la acción libre y no puede ser reducido a la
filosofía propia contemplación teórica. El sujeto sartreano es él mismo, por lo que es
totalmente la acción. A juicio de Sartre no hay quietismo en hacerse responsable de la
propia vida.
Para los filósofos católicos, la ausencia de Dios para el hombre elimina toda esperanza y
condena a vivir en el absurdo y el sin sentido.
Sin embargo, Sartre asume el ateísmo de su pensamiento, para él, el hombre es el
creador de sus propios valores y de su propia vida, él es quien debe decidir, tomar sus
decisiones y hacerse cargo de ellas, hacerse responsable, sin poner la responsabilidad
fuera de él.
Para Sartre, la idea de un existencialismo cristiano es inconsistente: el ateísmo de Sartre
es un requisito que pasar por la soledad del hombre y su responsabilidad total.
Sartre y la existencia
Sartre invierte la perspectiva clásica de Platón, que defiende un enfoque esencialista: la
esencia precede a la existencia.
El hombre primero existe, no es nada definido, se convierte en lo que va decidiendo. El
hombre crea su vida eligiendo. La misma noción de “naturaleza humana” es absurda, ya
que esto le da al hombre una esencia que el hombre no puede romper.
Sartre y la libertad
“El hombre está condenado a ser libre”
El hombre vive todavía resentido por la libertad total. Inventó subterfugios, huidas,
como la mala fe. La mala fe es pretender que uno no es libre, no hacerse responsable, no
hacerse cargo de uno mismo.
Ademas, cuando elijo no sólo me elijo a mi, sino a toda la humanidad, porque al tomar
una decisión también estoy haciendo un juicio de valor sobre ella, es decir, cuando tomo
una decisión estoy diciendo que, todo ser humano, en mi situación debería tomar la
misma decisión, que el ser humano debería ser tal y como el hombre que yo demuestro
ser en cada acto.
¿Por qué suelen actuar las personas con mala fe? (mala fe= huir de la responsabilidad)
Porque tienen miedo de ser libres, de hacerse cargo de la responsabilidad que ello
implica.
La angustia es el sentimiento que manifiesta el carácter ilimitado de la libertad. Sartre
ve la angustia como el sentimiento del hombre al darse cuenta que su existencia no tiene
sentido y de que, por lo tanto, el sentido lo tiene que crear él mismo al tomar decisiones.

Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado
a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro
lado, libre, porque una vez arrojado al mundo, es responsable de todo lo que hace. El
existencialista no cree en el poder de la pasión. No pensará nunca que una bella pasión
es un torrente devastador que conduce fatalmente al hombre a ciertos actos y que por
consecuencia es una excusa; piensa que el hombre es responsable de su pasión. El
existencialista tampoco pensará que el hombre puede encontrar socorro en un signo
dado sobre la tierra que le orienta; porque piensa que el hombre descifra por sí mismo
el signo como prefiere. Piensa, pues, que el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está
condenado a cada instante a inventar el hombre.
Jean Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo,
Trad. V. Prati. Barcelona, editorial Orbis, 1984, pp. 68-69.
Análisis del texto
1. Frase inicial que condensa el tema de la soledad, del miedo (angustia) a la soledad y
del impulso a buscar excusas, falsas salidas a esa soledad:
 Estamos solos, sin excusas.
Eco de la frase de Nietzsche: "Dios ha muerto". Los hombres no pueden excusarse en
un ser superior para dirigir sus vidas, estamos solos.
2. Explicación de esta breve frase:
 Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre.
Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado,
libre, porque una vez arrojado al mundo, es responsable de todo lo que hace.
La angustia surge cuando el hombre toma conciencia de su libertad, una libertad que no
ha elegido pero a la que no puede renunciar. Y por tanto no se libra de ser responsable
de todo lo que haga.
3. La situación de angustia, miedo indeterminado a las consecuencias de nuestras
acciones libres, miedo a las responsabilidades que se nos exigirán, los hombres ensayan
varias falsas salidas, varias excusas para descargarse de esas responsabilidades y aliviar
así su angustia:
 El existencialista no cree en el poder de la pasión. No pensará nunca que una
bella pasión es un torrente devastador que conduce fatalmente al hombre a
ciertos actos y que por consecuencia es una excusa; piensa que el hombre es
responsable de su pasión..
Una segunda excusa para no asumir las responsabilidades consiste en afirmar que el
hombre actúa siguiendo leyes naturales (terrestres), que los hechos orientan su acción.
Pero de los hechos (lo que es) nunca pueden derivarse decisiones (lo que debe ser).
Conclusión que repite y extiende la frase inicial:
 Piensa, pues, que el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a
cada instante a inventar el hombre.
Los hombres son seres sin una esencia fija, dada a ellos al comienzo de la Humanidad
(idea de la Filosofía Antigua y de la Filosofía Cristiana). Los hombres se hacen a sí
mismos. Relación con Nietzsche: los hombres inventan sus valores, su moral.

IDENTIDAD

También podría gustarte