Resumen Popper

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Introducción

Karl Popper fue un precursor del modelo nomológico deductivo de la explicación y hay quienes sostienen,
como el profesor Verdugo (1996)2, que no solo fue un precursor sino el creador del modelo, lo cierto es
que sus apuntes acerca de la creación de un modelo de explicación para la ciencia datan mucho antes de
los textos de Carl Hempel sobre el problema de la explicación.

Popper compartió y defendió toda su vida una de las tesis más fuertes de los positivistas lógicos, la del
monismo metodológico, también conocido con el nombre de enfoque unificacionista de las ciencias, todas
las disciplinas debían explicar al estilo como lo hace la física, esta era el modelo de ciencia por excelencia.

En este sentido, Popper comparte con Hempel (1979) la idea de que el modelo nomológico deductivo de la
explicación es aplicable a todas las disciplinas, y que una disciplina que quiera tener el Status de ciencia
debe utilizar esta forma de explicación, que el método usado en la física se puede extender a todas las
disciplinas, incluso a una disciplina tan sui géneris como la historia Hempel (1979). Pero a pesar de esta
defensa popperiana del monismo metodológico, Popper (1984) plantea distinciones entre la historia y las
demás ciencias, estableciendo una clasificación de ciencias teóricas y ciencias históricas.

La tesis que se defiende en este artículo es que Karl Popper, en su intento de dejar sin bases
epistemológicas la concepción historicista, termina negando una de las tesis que él mismo defendió a lo
largo de toda su vida, la del monismo metodológico o unificacionismo de la ciencia.

Ciencia teórica-ciencia histórica

Analicemos algunos de los planteamientos hechos por Popper (1984) en La miseria del historicismo, a
propósito del monismo metodológico. Hace una distinción entre ciencias teóricas y ciencias históricas, en
dicha distinción está la primera dificultad al hablar de la aplicabilidad del modelo nomológico deductivo de
la explicación para el caso de la historia, ya que la historia sería una ciencia muy distinta al resto de las
ciencias. Popper (1984). observa que el modelo de explicación utilizado por las llamadas ciencias teóricas
se puede extender con restricciones al campo de la historia. Para Popper (1984). la diferencia fundamental
entre las que él llama ciencias teóricas y la historia, radica en el interés de las primeras por las leyes
universales y de la historia por lo particular.

Las ciencias teóricas tienen como objetivo principal la búsqueda de leyes universales y la experimentación
con esas leyes. Esta sería una característica propia de este tipo de ciencias, en cambio la historia no está
interesada en la búsqueda de leyes universales, su interés no está centrado en la generalidad, sino en la
particularidad, en lo singular, por lo tanto la historia se interesaría por la experimentación de proposiciones
singulares.

Popper (1984) plantea que en historia se explica de la siguiente manera: si se le da al historiador un cierto
acontecimiento singular, este intentará hallar las condiciones iniciales singulares y al mismo tiempo el
historiador usará toda clase de leyes generales, tomadas seguramente de otras ciencias, que serán tan
obvias, tan de sentido común, que el historiador no se verá obligado a hacerlas explícitas, y de esta
manera podrá explicar dicho acontecimiento. Veamos un ejemplo, expuesto por el propio Popper:

Si decimos que la causa de la muerte de Giordano Bruno fue ser quemado vivo-(…)- no
necesitamos mencionar la ley universal de que todos los seres vivos mueren cuando son
expuestos a un calor intenso. Pero nuestra explicación causal implica tácitamente esta ley. (Popper
1984. p.159).

Es claro que para Popper (1984) la historia sí utiliza leyes universales, porque para él, un acontecimiento
singular es la causa de otro acontecimiento singular el cual es su efecto, solo en relación con alguna ley
universal, pero para Popper (1984) estas leyes son de sentido común, son triviales, el historiador no
necesita hacerlas explícitas, no las menciona. Como lo muestra en el ejemplo anterior.

Para Popper (1984) toda explicación causal de un acontecimiento singular puede considerarse histórica,
en cuanto que la causa está siempre descrita por condiciones iniciales similares. Para Popper (1984) esto
cuadra perfectamente con una idea muy popular de que explicar algo causalmente es explicar cómo y
porqué ocurrió, es decir, contar su historia. Para Popper (1984) en la historia es en la única disciplina
donde nos interesamos por la explicación causal de un acontecimiento singular. En las ciencias teóricas,
las explicaciones causales de este tipo son principalmente medios para un fin distinto: la experimentación
de leyes universales.

Para Popper leyes universales y acontecimientos específicos son necesarios para cualquier explicación
causal, pero, fuera de las ciencias teóricas, las leyes universales son de poco interés. Esto nos conduce a
la unicidad de los acontecimientos históricos en cuanto que nos ocupamos de la explicación histórica de
acontecimientos típicos, para Popper (1984) tienen que ser necesariamente tratados como típicos, como
pertenecientes a clases o categorías de acontecimientos, porque solo así es aplicable el método deductivo
de explicación causal. Sin embargo, la historia no solamente se interesa por la explicación de un
acontecimiento especifico, sino también por la descripción de un acontecimiento específico como tal; para
Popper (1984) una de las tareas más importantes de la historia es la de describir los acontecimientos
interesantes en su peculiaridad o unicidad; es decir, describir aspectos que no se intenta explicar
causalmente, como la ocurrencia accidental de acontecimientos no relacionados causalmente entre sí.

Para Popper (1984) la historia tiene dos tareas importantes: desenredar los hilos de la causalidad y
describir la manera accidental como se tejen esos hilos. Considera Popper (1984) que ambas tareas son
necesarias y se complementan la una a la otra; un vez que el historiador haya advertido que un
acontecimiento puede ser considerado como típico lo puede abordar, desde el punto de vista de su
explicación causal y también desde su carácter único.

No existen leyes históricas

En La miseria del historicismo, el objetivo primordial que se plantea Popper (1984) es el de demostrar que
no existen leyes históricas como tal, como lo mencioné anteriormente, Popper (1984) considera que el
historiador sí utiliza leyes en sus explicaciones, pero que estas son triviales, tan de sentido común, que no
las hace explícitas, y que las toma de otras disciplinas, como la economía, la psicología o cualquier otra
ciencia, pero que no existe algo a lo que se pueda llamar leyes históricas.

Popper (1984) crítica el historicismo, en un intento por destruir sus bases metodológicas, para demostrar
que es imposible encontrar leyes históricas. Para Popper (1984) el método usado por el historicista esta
basado en el método que utilizan las ciencias naturales. Las teorías historicistas surgen de un intento de
aplicar el método de las ciencias naturales en la historia. Según Popper (1984) si bien hay ciertas
semejanzas, la historia no puede utilizar el mismo método que las ciencias naturales a las que denomina
ciencias teóricas, para diferenciarlas de la historia. Estas ciencias según Popper (1984) son ciencias
generalizadoras que buscan explicar y predecir los hechos del mundo físico. Para explicar y predecir se
usan ciertas leyes universales y condiciones iniciales, entonces, la cuestión es descubrir leyes universales.

Según Popper (1984) la historia no puede utilizar los mismos métodos que las ciencias naturales porque
tiene ciertas características que la hacen diferente.

La imposibilidad de formular leyes universales está para Popper (1984) en el hecho de que la historia no
se ocupa de generalidades, sino al contrario de casos singulares, de hechos particulares. Esto nos lleva al
argumento del carácter único, irrepetible, del hecho histórico.

El carácter único, irrepetible del hecho histórico

Desde sus primeros planteamientos metodológicos, la existencia o no existencia de leyes, tanto en la


naturaleza como en el ámbito social y humano, es un asunto importante en Popper (1984). Niega que
existan leyes del desarrollo histórico humano, por ser este un hecho único y por lo tanto irrepetible, e
impredecible. La imposibilidad de realizar predicciones a gran escala en las ciencias sociales está
centrada en el carácter único de la sociedad como sistema. El argumento señala que:

La búsqueda de una ley que determine el 'orden invariable' de la evolución no puede de ninguna
forma caer dentro del campo del método científico, ya sea en biología, ya en sociología. Mis
razones para ello son muy simples. La evolución de la vida sobre la tierra, o la de la sociedad
humana, es un proceso histórico único esto nos conduce a la cuestión de la unicida de los
acontecimientos históricos. En cuanto que nos ocupamos de la explicación histórica de
acontecimientos típicos tienen estos necesariamente que ser tratados como típicos, como
pertenecientes a clases o categorías de acontecimientos. La historia, sin embargo, no se interesa
solo por la explicación de acontecimientos específicos como tal, una de sus tareas importantes es,
sin duda alguna, la de describir los acontecimientos interesantes en sus peculiaridades o unicidad
(Popper, 1984. p. 12).

Las proposiciones que describen este proceso, precisamente a raíz de esta unicidad, no son leyes sino
"proposiciones históricas singulares" y no pueden, por consiguiente, sustentar predicciones.

Popper (1984) afirma la inexistencia de leyes del desarrollo histórico y niega los intentos de alcanzar un
conocimiento totalizador de la sociedad. Analicemos los argumentos usados por Popper (1984) en sus
discusiones acerca de las versiones radicalmente indeterministas de la física cuántica:

A veces uno oye decir que los movimientos de los planetas obedecen a leyes rigurosas, mientras
que la tirada de un dado es fortuita o sujeta al azar. En mi opinión, la diferencia reside en el hecho
de que hasta ahora hemos sido capaces de predecir con éxito aquellos movimientos, pero no los
resultados individuales de las tiradas de un dado. Para deducir predicciones se necesitan leyes y
condiciones iniciales: si no se dispone de leyes apropiadas o si no cabe averiguar cuáles son las
condiciones iniciales, el modo científico de predecir se desmorona. (Popper 1984. p.13).

La cita anterior nos muestra claramente la posición de Popper frente al tema de la predicción, deja muy
claro que en física se pueden realizar predicciones con precisión, porque se cuenta con leyes generales
que lo permiten, pero la dificultad de establecer leyes generales para el caso de las ciencias sociales,
haría imposible realizar predicciones para el caso de las ciencias sociales, lo que a su vez implica la
imposibilidad de explicar a la manera del modelo nomológico deductivo. Observemos otra cita en la que
afirma:

En ningún caso podemos decir definitivamente que no hay leyes en un campo determinado (y esto
es una consecuencia de la imposibilidad de verificación): lo cual quiere decir que mi tesis convierte
en subjetivo el concepto de azar. Hablo de 'azar' cuando lo que sabemos no es suficiente para
predecir, como ocurre al tirar el dado, situación en que hablamos de 'azar' debido a que no
sabemos cuáles son las condiciones iniciales. (Popper, 1984, p. 191-192).

El argumento de Popper es claro: para formular predicciones, necesitamos leyes y condiciones iniciales; si
no podemos formular predicciones es porque carecemos de alguno de estos elementos, pero según
Popper (1984) no hay razones para suponer que no podemos encontrarlos.

El argumento de la novedad social

Para Popper (1984) es claro que en el campo de las ciencias naturales y, específicamente en el de la
física, nada puede ocurrir como algo exactamente nuevo y coloca como ejemplo un nuevo aparato al que
siempre podremos analizar como la combinación distinta de nuevos elementos, pero que en realidad no es
nuevo, porque para Popper (1984) en la sociedad, allí donde nada puede repetirse con precisión, siempre
tiene que estar surgiendo la verdadera novedad y el ejemplo de la novedad de lo social lo presenta para el
caso de la historia, esto se sostiene concerniente al estudio de nuevos estadios de la historia, cada uno de
los cuales difiere intrínsecamente de los demás. Pareciera que nada tiene mayor importancia que el
surgimiento de nuevos periodos en la historia, aspecto que reviste mucha importancia en la vida social.
Observemos lo que dice Popper (1984) al respecto:

…la novedad es meramente una novedad de arreglos o combinaciones, en contraste con las
ciencias naturales en el mundo de las ciencias sociales existe lo que podríamos llamar la novedad
social, lo que no ocurre en el campo de la física, por ejemplo en biología no podemos hablar de la
novedad biológica, pero en el campo de las ciencias sociales esta novedad sí es auténtica y no la
podemos reducir a una mera novedad de combinaciones o arreglos la que se presenta en la vida
social, los factores ya conocidos arreglados en forma nueva, no son nunca los mismos factores. En
la física y en general en las ciencias naturales nada puede ocurrir que sea verdadera e
intrínsecamente nuevo (Popper 1984. p. 23).

Para Popper (1984 lo nuevo en lo social, a su vez lo irrepetible, lo único, no puede ser investigado
siguiendo las líneas acostumbradas para explicar las cuestiones que se presentan en la física, es decir, los
arreglos de elementos familiares. Incluso diría Popper (1984) que si los métodos tradicionales de la física
fueran utilizados para explicar en la sociedad nunca serían aplicables a sus rasgos más importantes como
por ejemplo la división de la historia en periodos y el surgimiento de una novedad; cuando comprendemos
la relevancia que tiene la novedad social quedamos obligados prácticamente a abandonar la idea de que
la aplicación de métodos utilizados en la física a los problemas de la sociedad puede ayudarnos fácilmente
a entender problemas del desarrollo social

La vida social no puede ser investigada siguiendo las líneas acostumbradas para explicar las
novedades del reino de la física, es decir viéndolas como arreglos de elementos familiares. Incluso
si los métodos normales de la física fuesen aplicados a la sociedad, nunca serian aplicables a sus
rasgos más importantes: su división en periodos y el surgimiento de la novedad. Una vez que
comprendemos la relevancia de la novedad social, quedamos forzados a abandonar la idea de que
la aplicación de métodos físicos ordinarios a los problemas de la sociología puede ayudarnos a
entender los problemas del desarrollo social (Popper, 1984, p. 24).

Y a continuación agrega:

Cada uno de los hechos de la vida socia, se puede decir que, en cierto sentido, es nuevo. Puede
ser clasificado con otros hechos; puede incluso parecerse a estos hechos en ciertos aspectos, pero
siempre será único en un determinado aspecto. Esto nos lleva, en cuanto concernientes a la
explicación sociológica, a una situación que es marcadamente diferente a la física. Es concebible
que por medio del análisis de la vida social, seamos capaces de descubrir y entender
intuitivamente cómo y porqué ocurrió un determinado suceso, que entendamos claramente sus
causas y efectos, las fuerzas que lo ocasionaron y su influencia sobre otros sucesos. Sin embargo,
puede que a pesar de esto encontremos que somos incapaces de formular leyes generales que
sirvan para describir en términos generales estos lazos causales. Porque quizás solo sea esta
situación sociológica particular, y ninguna otra, la que quede correctamente explicada por las
particulares fuerzas que hemos descubierto. Y estas fuerzas pueden muy bien ser únicas e
irrepetibles; quizás surjan solo una vez, en esta situación social particular, y nunca más. (Popper
1984. p. 25).

Popper (1984 en muchos apartes del texto La miseria del historicismo, como en la cita anterior, nos insiste
en la imposibilidad de las ciencias sociales para establecer leyes generales que logren establecer la
adecuación de una explicación al estilo del modelo nomológico deductivo, esto ligado a argumentos como
el de la unicidad del hecho social, que a su vez está ligado al argumento de la novedad social, hacen
irrepetibles los hechos sociales y por lo tanto determinan la no existencia de regularidades en el mundo
social, lo que implica a su vez la imposibilidad de establecer leyes generales, lo que haría imposible
explicar y predecir en ciencias sociales.

El significado de la historia

En el capítulo 25 del texto: "La sociedad abierta y sus enemigos" Popper, (1992) se pregunta: ¿Tiene la
historia algún significado? Frente a la pregunta por el posible significado de la historia Popper (1992) diría
que en la historia, al igual que en las ciencias, no es posible evitar adoptar un punto de vista, y la creencia
de que esto es posible debe inducirnos forzosamente a engañarnos a nosotros mismos y a prescindir del
necesario cuidado crítico.

Para Popper (1992) aunque en ambos ámbitos: tanto en la ciencia como en la historia es inevitable asumir
un punto de vista, en ambos es diferente la manera como se asume. En la física, por ejemplo, el punto de
vista se halla expresado generalmente por una teoría de la física, susceptible de ser verificada mediante la
búsqueda de nuevos hecho. Pero en la historia es algo muy diferente, la mayor parte de las explicaciones
dadas por los historiadores hacen un uso tácito de leyes triviales, pero esas leyes de que se sirve la
explicación histórica no nos proporcionan ningún principio selectivo ni unificador, ningún punto de vista
para la historia, porque para Popper (1992) los hechos de que dispone el historiador están con frecuencia
seriamente limitados y no pueden ser repetidos o empleados a voluntad. Además, han sido reunidos de
acuerdo con un punto de vista preconcebido; para Popper (1992) las llamadas fuentes de la historia solo
registran aquellos hechos que parecían lo bastante interesantes para ser asentados, de modo que las
fuentes solo habrán de contener, por regla general, aquellos hechos que encajan dentro de una teoría
preconcebida. Y puesto que no se dispone de ningún otro hecho, no será posible verificar ninguna otra
teoría ulterior. De este modo, puede acusarse, con razón, a estas teorías históricas inverificables de
moverse en un círculo vicioso, en el mismo sentido injusto contra las teorías científicas. Llamaremos a
estas teorías históricas, en contraposición con las teorías científicas de interpretaciones generales.

Para Popper (1992) no puede haber historia del pasado tal como ocurrió en la realidad, solo puede haber
interpretaciones históricas y ninguna de ellas definitiva, cada generación tiene derecho a la suya propia.

En este sentido para Popper (1992) la historia no tiene significado. Porque el reino de los hechos es
infinitamente rico y debe existir forzosamente cierta selección; de acuerdo con los intereses personales de
cada historiador se puede escribir una historia del arte, de la moda, de los hábitos alimenticios. Para
Popper(1992) ninguna de estas sería la historia de la humanidad, ni mucho menos todas hechas juntas.
Para Popper (1992) lo que la gente comúnmente concibe como historia de la humanidad es la historia de
los pueblos egipcios, babilonios, persas, macedonios, griegos. Hablan de historia de la humanidad pero a
lo que se refieren es a la historia del poder político, la cual ha sido elevada a la categoría de historia
universal. Para Popper (1992) la historia de la humanidad no existe, solo existe un número indefinido de
historias de toda suerte de aspectos de la vida humana, y una de ellas es la historia del poder político, la
cual ha sido elevada a la categoría de historia universal. Una historia de la humanidad, si la hubiera,
tendría que ser una historia de todos los hombres, tendría que ser la historia de todas las esperanzas, de
todas las luchas, y padecimientos humanos; en efecto, no existe un hombre más importante que otro y
efectivamente esta historia concreta no puede escribirse.

Popper (1992) defiende la historia como crónica, relato de lo particular, de lo singular. La historia no debe
interesarse por el estudio de las generalidades, propio de las ciencias teóricas. Luego de proponer una
doctrina de unidad del método; es decir, de la opinión de que todas las ciencias teóricas o generalizadoras
usan el mismo método, ya sean ciencias naturales o sociales, distingue a éstas de las ciencias históricas:

Las ciencias generalizadoras puras y aplicadas se interesan respectivamente, en la verificación de


hipótesis universales y en la predicción de sucesos específicos. Pero existe aún otro interés: el de
explicar un suceso científico o particular. (Popper 1992, p. 475)

La tesis de la unidad del método científico, cuya aplicación a las ciencias teóricas puede extenderse, con
ciertas limitaciones, incluso al campo de las ciencias históricas. Y esto puede hacerse sin abandonar la
distinción fundamental entre las ciencias y las ciencias históricas por ejemplo, entre la sociología o teoría
económica o teoría política, de una parte, y la historia política, social y económica, de otra, una distinción
que ha sido reafirmada por los mejores historiadores. Es la distinción entre el interés por las leyes
universales y el interés por los hechos particulares.

La generalización pertenece, simplemente, a un tipo diferente de intereses que han de distinguirse


netamente del interés por los hechos específicos y su explicación causal, que constituye la tarea de
la historia. Quienes se interesan por las leyes deben volverse hacia las ciencias generalizadoras
(por ejemplo, la sociología). Nuestro enfoque también aclara por qué la historia se ha descrito con
tanta frecuencia como los hechos del pasado tal como ocurrieron en realidad. Esta descripción
expone perfectamente bien cuál es el interés específico del historiador, a diferencia del investigador
de una ciencia generalizadora. (Popper 1992. p. 476)

Popper (1992) nos dice que los mejores historiadores han dejado claro que la historia se interesa por lo
particular, y le niega pretensiones generalizadoras.

Hasta aquí, Popper ha demostrado la necesidad de seleccionar, y que de ella se llega a "multiplicidad de
historias". Pero en lugar de concluir que entonces habrá distintas líneas de investigación orientadas por
distintos problemas, concluye que toda historia debe ser necesariamente, historia política. Reconoce que
podría haber otras historias, "de la religión o de la poesía"; pero la historia política ejerce una atracción
irresistible. Como los hombres reverencian el poder; y quienes lo detentan pueden ordenar que se les
reverencie, la historia de la humanidad se identifica con la del poder político. La historia debe ser
necesariamente una historia del poder, porque así lo desean los poderosos. Por razones que no explicita,
Popper le niega a la historia la capacidad de construirse, a pesar del poder que le reconoce al resto de las
ciencias. ¿Acaso la física o la biología no interesan al poder?

El complemento natural de la identificación de toda historia con la historia del poder, es la imposibilidad de
una historia distinta:
La historia del individuo olvidado, desconocido; sus pesares y alegrías, su padecimiento y su
muerte: he aquí el verdadero contenido de la experiencia humana a través de las épocas. Si la
historia pudiera contarnos eso, entonces no diría yo, por cierto, que es una blasfemia ver en ella la
mano de Dios. Pero no existe ni puede existir una historia semejante. (Popper 1992, p. 483)

¿Por qué no puede existir una historia semejante? En este punto Popper entra en una contradicción
fundamental consigo mismo. Como vimos, una de sus tesis en la crítica al historicismo consistía en la
imposibilidad de predecir lo que sabremos mañana. Sin embargo, nuevamente y sin argumentar razones,
el conocimiento histórico parece ser la excepción.

Conclusiones

 Después de haber realizado una lectura sistemática de los argumentos expuestos por Karl Popper
(1984) en su libro: La miseria del historicismo, en el cual formula una crítica a la concepción
historicista heredada del pensamiento de autores como Platón, Hegel y Marx se hace evidente que
para Popper la historia no es una disciplina que explique a la manera como lo hace la física.
 Popper (1984), al igual que un autor como Willian Dray (1970) termina exponiendo una serie de
argumentos que muestran el debilitamiento del modelo nomológico deductivo de la explicación
aplicado al campo de la historia, y en este sentido para Popper es imposible hablar de un monismo
metodológico, un único método aplicable a todas las ciencias, monismo que él mismo defendió a lo
largo de toda su vida, pero que en su afán de destruir las bases metodológicas del historicismo
termina negándolo.

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