Manual Del Raven Especial

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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

LA NUEVA ESCALA DE RAVEN

Raven construyó sus Progressive Matrices* para experimentación en 1936 y en 1938


estaban ya estandarizadas y publicadas como test. A partir de 1940, fecha en que lo
reimprimió con baremos más amplios, todos los años, hasta 1948, fue objeto de nuevas
reimpresiones. Según el autor, la experiencia recogida probó que el test no necesitaba ser
revisado. Pero hacia el 1947 consideró, en cambio, preciso acoplar a su Test de Matrices
una adaptación que satisficiese los siguientes: 1) que fuese aplicable inclusive a sujetos que
por su edad o por su déficit intelectual acusan una capacidad de inteligencia inferior a la
exigida para comprender la tarea misma del test; 2) cuya dispersión de puntaje permitiese
una mejor discriminación, y 3) que su puntaje fuese menos susceptible a la influencia del
azar. En suma, Raven consideró útil derivar su test una Escala Especial para medir las
funciones perceptuales y racionales de niveles de madurez inferior a los 12 años (5 a 11
años), de los débiles mentales y de sujetos con serias dificultades de lenguaje y de audición.

Con la mira de lograr aquellos objetivos Raven introdujo estas tres modificaciones a sus
test originales: 1) Reducción de matrices. Para adaptar su test a sujetos de menos
inteligencia, Raven acortó y simplificó la prueba. Suprimió las series C, D Y E, que
plantean los más difíciles problemas, los de educción de correlatos (razonamientos
analógicos) y conservó las series A y B interpoló una nueva, de dificultad intermedia entre
ambas, a la que por esta razón denominó “Ab”. Así, en lugar de las cinco series A, B, C, D,
y E de la escala intermedia la nueva quedó abreviada a tres: A, Ab, B. 2) Introducción de
colores. Con el propósito de facilitar la comprensión de la tarea a realizar (no para
simplificar los problemas), así como con el objeto de hacer más interesante y atractivo el
test para los sujetos de menos inteligencia, Raven decidió colorear los dibujos de las
matrices, en lugar de presentarlos en negro como en la escala anterior, 3) Empleo de la
forma de Tablero.

Finalmente con la mira de adecuarlos a mas sujetos con déficit de lenguaje y de audición, el
autor consideró útil presentar su nueva escala en dos formas: a) en Forma de Cuadernillo,
que como en la Escala General, presenta las matrices impresas encuadernadas y el sujeto
debe señalar o escribir la solución, y b) en Forma de Tablero, más fácil de entender, que
presenta las matrices montadas sobre planchas de cartón independientes con excavaciones,
y en la que el sujeto resuelve los problemas por encaje.

Esta adaptación demandó de Raven dos años de trabajo. La nueva Escala Especial “A, Ab y
B”, fue publicada en 1949, y en 1951 revisó y extendió sus normas con lo cual alcanzó su
estado actual.
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

PLAN Y EMPLEO DE LA ESCALA

Las “Matrices Progresivas”, Escala General, estaban destinadas a abarcar toda la gama del
desarrollo intelectual, desde la infancia hasta la madurez. Dada su amplia aplicabilidad, era
de esperar que los niños pequeños, los sujetos deficientes y los de mucha edad solo
pudieran resolver las series A y B y los problemas iniciales de las Series C y D de la Escala.

La información obtenida demostró que no correspondía proceder a una revisión general del
test. Solamente pareció necesario brindar para los niños pequeños y los sujetos deficientes
una mayor dispersión de puntajes, así como presentar la prueba de modo que se les
facilitase la comprensión de la tarea, resolvieran los problemas o no.

Las “Matrices Progresivas”, Escala Especial, se compusieron para niños de 5 a 11 años, con
la mira de suministrales una más amplia dispersión de puntajes y reducir la frecuencia de
aciertos por azar; con ella se buscó asimismo una mejor adaptación del test de las Matrices
a sujetos que, por cualquier causa, adolecen de mentalidades subnormales o débiles. Con tal
propósito, entre las series A y B de la Escala General se intercala en la Escala Especial una
nueva serie, integrada también por 12 problemas, destinada a servir de transición. Estos
nuevos problemas se construyeron de modo que se presentasen una dificultad intermedia
entre los problemas de 5 y 12 de la Serie A y los problemas 1 y 7 de la serie B. Están
ordenadas de suerte que, sobre las tres series combinadas, los niños entre 5 y 11 años
resuelven, aproximadamente, tres problemas adicionales para cada año cronológico.

A fin de atraer y mantener la atención de los niños pequeños estas nuevas matrices se han
impreso sobre fondos de colores brillantes; recurso que ayuda a hacer más evidente la
índole del problema a resolver, pero contribuir en absoluto a la solución. La graduación de
los problemas dentro de cada serio suministra al examinado el aprendizaje normalmente
suficiente del método de trabajo que exige el test, y el conjunto de las tres series está
construido de manera que abarca todo el proceso perceptual y de razonamiento que es
comúnmente capaz el niño menor de 12 años. Si se presenta el test adecuadamente,
bastará con que el examinador al sujeto qué debe hacer y luego lo deje actuar por sí solo a
lo largo de los problemas en el orden estandarizado, librándolo a que aprenda a resolverlos
por propia experiencia.

El test se presenta en forma de ilustraciones impresas en un cuadernillo. Los problemas


finales de la serie B pertenecen al mismo orden de dificultad que los problemas de las series
C, D y E de la Escala General. Para facilitar esto los problemas finales de las Series B están
impresos en negro, igual que en la Escala General. De esta manera un sujeto que acierta en
la solución de estos problemas, puede proseguir sin interrupción, su capacidad total para la
actividad intelectual. En tal caso, puede omitirse el puntaje obtenido por el examinado en la
Serie intermedia Ab, de la Escala Especial, y considerar sólo el puntaje total en las Series
A, B, C, D y E, a fin de evaluar su rango percentilar de acuerdo con las normas para la

Edición castellana: Test de Matrices Progresivas Buenos Aires. E. Paidos 1° Ed. 1950: 2° Ed.
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Escala General. Por lo común, el percentil así calculado coincide con el rango percentilar
basado en la Escala Especial pero en los casos de capacidad intelectual suficientemente
madura como para realizar comparaciones y razonamientos por analogía, el rango
percentilar estimado por la Escala General es probablemente más confiable y válido que el
estimado por la Escala Especial.

Entre los 3 y 6 años de edad, el interés y la atención del niño son, por lo regular, demasiado
lábiles y la manifestación de su actividad intelectual excesivamente caprichosa para que un
test mental brinde un pronóstico suficientemente confiable del desarrollo intelectual
ulterior.

Además de la deficiencia mental en su sentido más amplio la medición de la deficiencia


metal general entraña el problema de la valoración de la estabilidad mental y de la
consiguiente capacidad para adquirir hábitos con las capacidades intelectuales disponibles.
No existe test alguno de razonamiento perceptual que por sí solo brinde esta información.
En consecuencia es necesario valerse de un test complementario, destinado a establecer el
nivel general de conocimientos adquiridos por un sujeto. Toda vez que se trate de
establecer el deterioro intelectual, por lo general se convendrá utilizar una prueba de
vocabulario. Para usos de rutina, cuando se trata de niños muy pequeños, y en especial para
establecer la capacidad adquirida en caso de lenguaje u oído defectuoso, un test de
vocabulario no será por sí solo suficiente.

EL RAVEN ESPECIAL EN LOS DEBILES MENTALES

Consideramos de interés ilustrar acerca de este punto con los resultados obtenidos en dos
investigaciones realizadas recientemente en España en institutos para débiles mentales.

El Raven como test de selección de ingreso

Esta investigación fue llevada a cabo por Alfonso Álvarez Villar* sobre una población de
365 niños, en su mayoría de 12 y 14 años, en el Instituto San José de Carabanchel Alto (Las
Piqueñas). El objetivo era establecer su eficacia como instrumento de clasificación y
pronóstico en oligofrénicos. Resumimos, a continuación, sus conclusiones:

El puntaje critico en el Ravel especial, para una recuperación pedagógica parcial, es de 14


puntos, para los niños entre los doce y catorce años: por lo tanto, “un puntaje directo
inferior a catorce nos hace sospechar que el niño es totalmente irrecuperable”.

A. A. Villar: “La aplicación del Raven infantil en el oligofrénico” Revista de Psicología General y Aplicada.
Madrid, 1962, Vol, XVII, N°64
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

El autor brinda, además, los siguientes indicadores, extraídos de su experiencia con esos
examinados:

1. Estereotipia: Los niños con in nivel mental demasiado bajo tienden a mostrar
estereotipia en las respuestas, eligiendo el mismo número a lo largo de toda la
prueba. Esta estereotipia es signo de irrecuperabilidad.

2. Respuestas al azar: Los niños con nivel de mental bajo, pero algo superior al grupo
anterior, brindan las respuestas al azar. También esta ejecución demasiada rápida, es
signo pronostico desfavorable.

3. Fallo en el cierre: los niños cuya inteligencia es algo más alta, intentan resolver los
problemas, pero fallan típicamente en ciertos problemas de “cierre” guestáltico. (Por
ejemplo, en vez, de elegir e trozo que integra la figura, eligen la figura completa).

Estudio comparativo del Raven con los test de Terman/Merril y Goodenough

Esta investigación realizada por María Soriano y Dolores Plaza, estaba destinada a
establecer el grado de correlación entre las informaciones respectivas obtenidas con los test
de Raven, Terman/Merrill y Goodenough. La investigación se realizó sobre dos grupos: a)
42 niños inadaptados, de ambos sexos, integrados por débiles y niños con trastornos de
lenguaje y caracteropatías, del Instituto Nacional de Pedagogía Terapéutica, y b) por 61
niñas normales de las clases de primaria e ingreso de bachillerato de clase media y cuidada
escolaridad de un colegio privado. El objetivo de este estudio era establecer si el empleo de
una sola de estas pruebas ofrece suficiente validez para evaluar la inteligencia del niño o,
por el contrario, si dan informes dispares que exigen el examen en batería.

La elaboración matemática arrojó los siguientes coeficientes de correlación:

Para los niños inadaptados:

Terman/Mirrell comparado con el Goodenough: Coeficiente =0,80

Terman/Mirrell comparado con el Raven: Coeficiente = 0,96

Goodenough comparado con el Raven: Coeficiente = 0,759

Para los niños normales, los valores de estos coeficientes son:

Terman/Mirrell = 0,776

Goodenough = 0,589

Raven = 0,66
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

Como se ve, los valores obtenidos caen entre 0,6 y 0,96, es decir, indicaron, en todos los
casos, una correlación alta. Los autores dan esta formulación final: “De aquí sigue la
posibilidad de emplear indistintamente cualquiera de las tres series de test ensayados, con
resultados prácticamente equivalentes resolviendo con esta conclusión afirmativa el
problema que ha dado origen a este trabajo de investigación”. Y agregan: “Necesariamente,
queda confirmado también que las tres series, tanto la de Terman/Mirrell como la de
Goodenough y la de Raven, son aptas para medir la inteligencia general, es decir el factor
G. Pues si alguna de ellas tuviera el factor S (aptitudes específicas), hubiera dado un
coeficiente de correlación muy bajo al compararla con las otras”.

MATERIALES DEL TEST

La presente edición para nuestros técnicos está hecha sobre esa última edición inglesa de
1951. Sólo difiere de la original en que, tal como hicimos antes con la Escala General,
también en este caso brindamos un equipo completo, listo para la aplicación. La edición
original está constituida por dos elementos: a) Manual, y b) Cuaderno de Matrices; en la
presente, con el objeto de facilitar el manejo y agilizar el trabajo del técnico, hemos creído
útil confeccionar y agregar dos elementos, c) Protocolo de prueba; d) parrilla de
calificación.

a) Manual
En el Manual que se da a continuación se encontrarán todas las instrucciones
necesarias dadas por Raven para la aplicación de la prueba. Nos adelantaremos a
decir, brevemente, que esta Escala Especial responde a los mismos fundamentos,
técnica de administración, puntuación y valoración que la Escala General. Por
consiguiente, quien ya conozca la Escala General podrá pasar a manejar este nuevo
instrumento de inmediato, como algo, ya familiar. No obstante, quien, en cambio,
entre en contacto con esta técnica por primera vez, no encontrará dificultad alguna,
y con mínimo esfuerzo podrá adiestrarse en su correcto manejo. En cuanto a los
fundamentos que respaldan el test, remitimos al lector a nuestro trabajo “El test de
Raven”, publicado como introducción del Test de Matrices Progresivas. Allí
también se encontrará información acerca de los puntos siguientes: caracterización
del test, material de prueba, evaluación de la prueba y fundamentos, que valen
también para esta Escala Especial.

b) Cuaderno de Matrices
La Escala Especial está constituida por 36 láminas de dibujos coloreados
incompletos. Al pie de cada una de ellas se hallan seis dibujos pequeños, de los
cuales solo sirve para terminar correctamente el dibujo incompleto. Las 36 láminas
están distribuidas en tres series de 12 dibujos cada una, designadas series A, Ab y
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

B, respectivamente. Según se ha dicho ya, los colores no forman parte del problema
ni están destinados a orientar en la solución, sirven meramente para facilitar la
comprensión de la tarea y para hacerla más atractiva a sujetos que por su edad o por
su baja inteligencia son incapaces de sentirse acicateados por esos problemas con la
intensidad del individuo normal y del de más edad, como ocurre en la Escala
General, impresa exclusivamente en negro.

Los problemas están ordenados en complejidad creciente: el A1 es el más fácil y el


B12 el más difícil. Los tres últimos dibujos (B10, B11 y B12) están impresos en
negro solamente, a fin de que si en el examen se verifica la posibilidad y
conveniencia de someter al sujeto a una más rigurosa medición, enfrentándole con
problemas más complejos, se pueda continuar con el examen, con toda naturalidad y
con un mínimo de transición, con las series C, D y E de la Escala General, que están
impresas en color.

Los problemas de las series A, Ab y B constituyen, en rigor, una prueba de


percepción estructurada y en segundo término, una prueba de educción de
relaciones. He aquí las funciones que principalmente se examinan: percepción de
tamaño (4 años), percepción de la orientación en el espacio en una dirección y en
dos direcciones simultáneamente (5 años), aprehensión de figuras discretas
espacialmente relacionadas con un todo (Series A y Ab; de 5 a 7 años), análisis de
un todo en sus componentes, capacidad de concebir figuras correlativas, educción
de correlaciones (problemas finales de la serie B; 8 años).

c) Protocolo de prueba
El protocolo de prueba que hemos confeccionado para esta edición tiene tres partes.
La parte superior está destinada al registro de los datos de identificación de sujeto
(nombre, edad, escolaridad, etc.) y referencias de la prueba (fecha, forma de
aplicación, motivos, duración, lugar, expediente, etc.).

La parte media sirve para la anotación y clasificación de las respuestas propuestas


por el sujeto. Está constituida por tres columnas (A, Ab, B) divididas en 12 hileras,
esto es, en total, 36 casilleros, uno para el registro de cada una de las respuestas.
Cada columna está dividida en dos subcolumnas: en la primera, más ancha, se anota
la solución propuestas a un problema, y la otra columna sirve para la corrección de
la prueba. Cada solución se clasifica como positiva o como negativa con los
símbolos convencionales (i – y -). La última hilera sirve para la puntuación; esto es,
para completar los puntajes parciales de serie obtenidos por el sujeto. Para ello
bastará sumar un punto por cada solución correcta. Los puntajes parciales
resultantes serán útiles para apreciar la consistencia de la prueba (el grado de azar
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

que puede haber intervenido). La suma de los puntajes parciales no da el puntaje


total.

La parte inferior tiene dos sectores: 1) El sector derecho está destinado al registro de
los datos básicos necesarios para el diagnóstico. La traducción del Puntaje en
percentil y del Percentil en Rango de capacidad intelectual, es una operación de
simple conversión de datos que se realiza consultando las tablas respectivas. 2) El
sector izquierdo está destinado al registro sumario de la conducta general observada
por el sujeto durante el examen. Si bien el comportamiento general no cuenta para
la valoración del rendimiento, los 30 minutos de observación que aproximadamente
puede realizarse en el transcurso de la prueba es susceptible de brindar un
interesante material informativo complementario, que justifica la tarea de su
registro, sobre todo cuando el procedimiento de asociación es sobremanera sencillo
y ejecutable durante el transcurso mismo del examen como simples tildes. Para la
descripción de la “actitud del sujeto” durante la prueba se han considerado tres
criterios principales: forma de trabajo (reflexiva/intuitiva; rápida/lenta, etc.),
perseverancia (uniforme e irregular). Con vistas a posibilitar un registro más
ajustado a la realidad, se ha trazado un segmento entre los rasgos polares de cada
pareja (rapidez/lentitud; inteligencia/torpeza; etc.) y el registro se hace marcando
una tilde (preferentemente de color) en el punto cuya distancia de uno u otro
extremo se considere más expresivo para el caso particular. De esta manera no se
está forzando a caer ineludiblemente en calificaciones extremas y puedes describirse
la conducta observada como más flexibilidad, adecuándose a la mayor o menor
aproximación del sujeto a uno u otro de los extremos. Además, uniendo las tildes
con un trazado auxiliar se obtendrá un perfil, asistemático, pero que mostrará
gráficamente (conductograma) si los rasgos del individuo tienden a acumularse
sobre el flanco izquierdo (positivo), sobre el derecho (negativo) o sobre el centro
(irrelevante y neutro).

d) Parrilla de Calificación (Clave Matriz)


Cuando la calificación se hace de memoria (según suelen hacer los técnicos con
larga práctica) tiende a caer en un procedimiento inseguro. De allí que se consideró
e empleo de una “Parrilla de calificación”, que es una cartulina que superpuesta al
protocolo, deja ver a través de sus ventanillas, las columnas con las respuestas
anotadas, y en cuyas jambas izquierdas, a la altura de las hileras correspondientes,
figuran los números de las soluciones acertadas de cada problema. De esta suerte, la
confrontación de la solución propuesta con la correcta se hace con un máximo de
simultaneidad y con un mínimo de esfuerzo.
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

ADMINISTRACIÓN

Acomodación

El sujeto se ubica frente al examinador esencialmente y con adecuada supervisión se puede


dejar al sujeto que trabaje sólo, e inclusive, en ciertos casos, que haga su propio registro en
el protocolo.

Instrucciones

La prueba consiste, pues, en presentar a la inspección del sujeto, en el orden estandarizado,


uno a uno, 36 problemas de completamiento ordenados por dificultad en aumento, cada uno
con la respuesta correcta mezclada entre otras cinco erróneas, y en pedir al sujeto según una
formula verbal establecida (vea consigna en este manual) que para cada problema señale la
que en su opinión corresponde entre las soluciones brindadas a su elección. La explicación
de la tarea puede ser muy minuciosa y reiterarse en la medida que sea necesario sobre los
cinco primeros problemas de cada serie con la restricción de que dicha explicación debe
circunscribirse a la tarea, sin extenderse en ningún caso. Al método de observación o de
pensamiento.

Cuando se aplica este test, a niños, que incapaces de apreciar el resultado obtenido con la
pieza elegida, tienden a ser descuidados se requiere una cierta conducción adicional
destinada a asegurarse que ha estudiado cuidadosamente el dibujo y que está convencido de
que la pieza seleccionada por él es la sola y única que, según su parecer, lo completa
correctamente.

Durante una conversación preliminar se llena el protocolo de prueba con los datos del niño,
a continuación el examinador abre el cuadernillo en la primera ilustración A1, y dirá <<
Mira esto, (indica la figura superior). Como ves, es un dibujo al que se la ha sacado una
parte. Cada uno de estos dibujos (los señala con el dedo) tiene la misma forma que ese
espacio vacío (lo señala), pero sólo uno completa el dibujo. El N°1 tiene una buena forma,
pero el dibujo no queda bien. El N°2, tampoco. El N°3 tampoco va bien. El N° 6 es casi
bueno, pero falla aquí (señala la parte blanca). Sólo uno es bueno. Señala tú cuál es el
dibujo que viene bien>>. Si el niño no señala la solución, el examinador continúa su
explicación hasta que el examinado haya comprendido con claridad la naturaleza del
problema a resolver. Entonces el examinador muestra el problema A2, y dirá << Ahora
indica la pieza que completa este dibujo>>. Si el niño falla, el examinador puede
redemostrar el problema A1, y de nuevo pedirle que lo haga con A2.

Si resuelve bien el problema se pasa a A3, y se prosigue como antes. En la prueba A4, antes
de que el niño haya tenido tiempo para señalar una de las piezas, el examinador dirá; <<
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

Mira cuidadosamente el dibujo (desplaza su dedo sobre su superficie). Solo uno de estos
números viene realmente bien. Ten cuidado, primero mira cada uno de estos dibujos>>
(señala el espacio). Cuando el niño ha indicado una de las piezas, correcta o no, el
examinador dirá: << ¿Es ésta la que viene bien para ponerla aquí?>> (Indica en el dibujo
superior el espacio a llenar). Si el niño contesta: “si”, el examinador aceptará su elección
con aprobación, sea correcta o incorrecta. Si el niño cambia de idea el examinador dirá: <<
Bueno, señala la que de veras venga bien>>. Una vez hecho el cambio, y sea este correcto e
incorrecto, el examinador vuelve a preguntar: << ¿Es esa?>>. Si el niño queda satisfecho,
se acepta su elección. Si todavía se muestra dubitativo, el examinador dirá: <<Bueno, ¿cuál
viene bien entonces?>>, y se acepta ya como decisión final la que el niño señale. El
problema A5 se demuestra del mismo modo que A4. A cualquier altura entre A1, y A5, el
examinador puede recurrir al problema A1, para ilustrar la explicación de lo que el niño
debe hacer y pedirle que intente nuevamente. Si el niño se muestra incapaz de resolver
correctamente los primeros cinco problemas (de A1 a A5), debe cambiarse la forma
Cuadernillo para la forma de Tablero. Sin son resueltos con bastante facilidad, el
examinador pasa A6, pero solo dirá: << Mira bien el dibujo. Ahora dime ¿Cuál de estos
dibujos (señala cada uno por orden) va ahí (señala el espacio en blanco). Ten cuidado, solo
va bien uno, ¡Cuál es? Fíjate bien que realmente eliges el que viene bien, antes de
señalarlo>>. Conforme se va presentando cada nuevo problema, se reitera la misma
instrucción tantas veces como le crea útil. El examinador va anotando en el protocolo el
número de la pieza escogida por el sujeto para cada prueba.

Al demostrar el primer problema de la Serie A1, el examinador señala por orden cada una
de las tres figuras del dibujo superior, y el espacio libre a completar, y dice: << Ya ves
cómo sigue, ésa, ésa, ésa, ¿Cuál será esta vez? Señala la que venga bien para ahí. Ten
cuidado. Míralas en orden; sólo una es correcta. ¿Cuál es?>> En los cinco primeros
problemas de la serie Ab, después que el niño ha señalado una pieza, correcta o no, el
examinador pregunta: << ¿Es ésta la que viene bien para completar este dibujo?>> (Señala
el dibujo y el espacio a completar). Y al igual que antes, si el niño responde
afirmativamente, el examinador acepta su elección con aprobación; si el niño desea cambiar
de idea, el examinador procede como en la serie A, y acepta la que finalmente señale como
correcta. Dirá simplemente: <<Fíjate bien en el dibujo (señala en orden cada una de las
figuras y el espacio a completar). Ten cuidado, sólo una de estas piezas viene realmente
bien para el dibujo (la señala en orden) ¿Cuál es?>> Mientras se considere útil se reitera a
esta guía al abordar cada problema nuevo.

La serie B se demuestra exactamente de la misma manera que la Serie Ab. Se conduce la


atención del niño hacia la figura a completar. Se le recuerda que sólo una de las piezas que
se exhiben abajo es correcta y se le pide que observe cada una de ellas con cuidado y que
antes de señalarla se asegure de que es la única correcta.
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

Dado que el ordenamiento de los problemas en la escala suministra el adiestramiento


normal en el método de trabajo, las matrices deben presentarse siempre en el orden
estándar, pudiendo avanzarse desde el comienzo de la Serie A hasta el final de la Serie B,
sin interrupción. Las instrucciones estandarizadas constituyen la guía máxima que debe
darse al niño. No se permite ayuda adicional alguna sobre el método para resolver los
problemas. Si las instrucciones se repiten demasiado a menudo, predisponen al descuido.
Llegado el momento en que el niño ha comprendido su tarea y se muestra cuidadoso, esas
instrucciones pueden abreviarse.

Si se trata de un niño más inteligente, puede pedírsele que anote por sí mismo sus
elecciones en el Protocolo y dejar que trabaje solo. En este caso, debe observarse que no
vuelve dos páginas del Cuadernillo por vez y que va registrando correctamente sus
elecciones en el Protocolo.

A la mayoría de los niños mayores de 8 años puede confiárseles el registro de sus


elecciones en el Protocolo. A partir de esta edad puede emplearse bastante
satisfactoriamente la Forma del Cuadernillo, en la forma colectiva o de autoadministración
siempre que medie una supervisión que asegure desde el comienzo que el sujeto ha
comprendido y cumple con propiedad el registro de Protocolo. El mayor inconveniente
escriba en que el niño puede volver dos hojas a la vez.

Cuando se emplea la Forma del Cuadernillo como prueba individual, resulta muy simple
empalmar directamente la Series C, D y E de la Escala General, si se considera
conveniente. No resulta práctico, y en la mayoría de los casos tampoco necesario, emplear
la Escala Especial como test colectivo. Para la administración colectiva de las Matrices en
niños de aproximadamente diez años, por lo general resulta más apropiada la Escala
General.

Asimismo, las formas del Tablero y de Cuadernillo aplicadas a niños menores de 7 años
revelan, hasta donde es posible, una baja confiabilidad (muy próxima a 0,65) como retest, y
una correlación de unos 0,5 con las Escalas de Vocabulario Crichton y el Terman/Merrill,
Forma L. Se ha comprobado que hacia los 9 años la confiabilidad de retest de las Formas de
Tablero y de Cuadernillo aumenta hasta, por lo menos 0,80 y que se correlaciona
aproximadamente en 0,65 con las Escalas de Vocabulario y con el Terman/Merrill. Sin
embargo, sobrepasando el nivel total de desarrollo para el cual se ideó el test, la Escala
Especial acusa una confiabilidad de retest cercana a 0,9.

Hasta el presente solo ha sido posible retestar pequeños grupos de niños. Dado a que cada
niño se le aplicó la Escala tres veces y en forma individual, con un intervalo de dos meses
entre la aplicación y aplicación, sólo se ha podido trabajar con grupos de 35 a 100 niños.
Las bajas confiabilidades de retest halladas, que sobrevienen cuando se aplica la Escala a
niños menos de 7 años han dado origen a una cuestión de mayor generalidad e importancia,
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

de cuya investigación más completa se informará conforme se vayan reuniendo datos


confiables.

EVALUACIÓN

Para evaluar el test deben seguirse los siguientes pasos:

1. Corregir la prueba: evaluar el acierto o error en la solución propuesta por el sujeto


para cada problema. (Se utiliza la Parrilla de Calificación). En primer término debe
calificarse el acierto o el error de cada una de las soluciones propuestas por el
sujeto. La operación es muy sencilla: según queda señalado sobre el Protocolo de
prueba se superpone la clave matriz de corrección y se marcan (a través de las
ventanas de esa parrilla) en las casillas correspondientes del protocolo, los signos +
ó según sea la solución positiva o negativa. En caso de varias respuestas, a los fines
de la puntuación sea considera la última.

2. Obtener los puntajes: computar el número de soluciones acertadas para cada serie
(puntaje parcial) y en el de las series (puntaje total). Cada respuesta positiva se
computa como un punto a favor: la suma de puntos acreditados nos da el puntaje
obtenido por el sujeto (puntaje natural o bruto), en la serie (puntaje parcial) y en
total (puntaje total). La escala de puntajes totales es posible oscila entre 0 y 36.

3. Verificar la consistencia del puntaje: comprobar si la composición del puntaje del


sujeto se ajusta a la esperada. La consistencia se establece fácil y rápidamente
comparando la composición (los puntajes parciales) normalmente esperable para ese
puntaje total, y que figura es manual. Entre el puntaje parcial real y el esperado sólo
debe haber una diferencia (discrepancia) que oscila entre +2 y -2. Será consistente
todo puntaje cuya composición discrepe del normal en -2, -1, ó +1, +2. En todos los
casos el puntaje será inconsistente.

Ejemplos: si el sujeto ha obtenido 23 puntos, este puntaje debe estar compuesto por
los puntajes parciales siguientes: 9 en la A, 8 en la Ab y 6 en la B. será consistente
si por ejemplo, su puntaje está parcialmente compuesto así en: A 11, en Ab 7 y en B
5. (Discrepancia +2, +1, -1); o así: 7, 10, 6 discrepancia -2, +2, 0). Será, en cambio,
inconsistente, un caso como éste: 9, 11, 3 (discrepancia 0, +3, -3).

4. Convertir el puntaje obtenido por el sujeto (puntaje bruto) en el puntaje medio lo


típico (norma).

5. Convertir el puntaje medio en percentil: estimar el puntaje del sujeto en relación con
un grupo de cien sujetos de su misma edad.
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

El puntaje total obtenido en la prueba de Raven se estima según una escala en


percentiles (P), procedimiento que tiene la ventaja de formular resultados de clara
significación: el rango que por su capacidad intelectual un sujeto ocupa dentro de un
grupo de cien sujetos de igual edad. Para transformar el puntaje del sujeto en el
percentil que corresponda se consultan las Tablas de Normas Percentilares en las
que figuran los puntajes medios o típicos (“normas”) para las diversas edades. La
tarea consiste en convertir el puntaje bruto del sujeto en la norma equivalente para
los sujetos de su edad.

6. Convertir el percentil en rango: calificar con un índice ordinal la capacidad


intelectual del sujeto. Una vez calculado el percentil del examinado, se establece su
significación en el cuadro de diagnóstico.

En la práctica son tres pasos, pues el 1 y el 2 son en rigor uno, y las conversiones 4,
5 y 6 se cumplen en un simple trámite, consultando las normas correspondientes.

CLAVE DE RESPUESTAS

Problemas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
A 4 5 1 2 6 3 6 2 2 3 5 4
Series Ab 4 5 1 6 2 1 3 4 6 3 5 2
B 2 6 1 2 1 3 5 6 4 3 4 5

EVALUACIONDE LAS RESPUESTAS POR EDAD

Menor de 3 años: Cuando se aplica la Forma de Tablero a niños pequeños, a


menudo se observa como primera respuesta que el niño junta las piezas movibles en
sus manos y se pone a jugar con ellas.

3 años: Hacia esta época, por lo general el niño ubicará una de las piezas en el
excavado del dibujo. Al principio se satisface con cualquier pieza por el mero hecho
de que llena el espacio disponible, y con frecuencia el niño ensaya con distintas
piezas, una tras otra, como si se sorprendiese de descubrir que todos van bien en el
excavado del dibujo superior o en cualquiera de los excavados de las piezas
movibles. Algunos niños completarán bien los dos o tres primeros problemas de la
Serie A.

4 años: Hacia esta época el niño por lo regular advierte que una de las piezas
movibles se asemeja al patrón superior. Al principio le basta con que sea semejante
13
TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

al modelo: el tamaño o la orientación del patrón no parecen importar. Así a mendo


se hallará que un niño completará un dibujo de líneas horizontales con una pieza de
líneas verticales, y aparecerá muy satisfecho con el resultado, aun cuando observe la
pieza ya ubicada en el excavado. En una etapa ulterior de su desarrollo, el niño
atiende también al tamaño y a la orientación del patrón.

Cuando ello ocurre, con frecuencia se asegura en ese sentido ya al hacer su primera
elección para un completamiento. El adiestramiento que surge de ajustar una pieza
en el excavado del patrón ocurre, al parecer algo más tarde. Una vez producido, los
resultados del ensayo y del error adiestran al niño con el método de trabajo. Desde
esta etapa en adelante el niño solo necesita estar seguro de haber elegido la pieza
correcta para completar un dibujo de primera intención, si puede.

5 años: Hacia esta edad el niño a menudo se satisface si la pieza que él inserta
completamente el patrón correctamente en una sola dirección. Más tarde el niño
comienza a elegir una pieza que complete el patrón en dos direcciones
simultáneamente. Al aproximarse a esta edad, el niño “más brillante” a menudo
comenzará a manipular el material de prueba en forma espontánea, como diversión.
Aun cuando ya haya insertado la pieza correcta, a veces la extraerá deliberadamente
para probar con otras. Sin embargo, es bastante característico que el niño brillante
tienda a insertar primero la pieza que corresponde. Todo cambio que el niño
introduzca después, se registra; pero a los fines de comparar los resultados
obtenidos con la Forma de Tablero y con la Formula de Cuadernillo, el examinador,
calificará como positiva o negativa la primera pieza encajada, tanto si el niño la dejó
en posición como si la extrajo para probar con otras.

Algunos niños ya después que han encajado la pieza correcta quedan preocupados
por pequeñas imperfecciones en el calce de la pieza y desean cambiarla. Por esta
razón, así como por el hecho de que los niños brillantes gustan jugar con el material,
si el niño luego de haber resuelto un problema intenta retirar la pieza, convendrá
interrogarlo por qué lo hace, y si ese ha sido el caso, explicarle más cuidadosamente
las normas generales a que debe ajustarse en el test. Una solución correcta se
puntuará como negativa porque el niño no haya podido explicarse. En razón de la
incapacidad del niño para verbalizar sus juicios, no debe excluirse la posibilidad de
que mentalmente haya resuelto un problema. A su vez, los errores que se hayan
corregido como resultado de ensayos previos, suministran una información de valor
psicológico considerable, pero no se computan a los fines del puntaje total del test.
14
TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

6 años: Hacia esta edad, el niño a menudo puede elegir una figura que completa
correctamente el patrón, aun cuando, como en la prueba A8, la figura que debe
elegir (N°2) sea distinta de todas las otras partes del dibujo a llenar.
Los niños torpes en esta etapa comienzan a funcionar notablemente mal, por lo
general intentan reiterar el patrón dado y, muy a menudo, adoptan este
procedimiento como rutina para su trabajo. Aun cuando ya encajada la pieza en el
patrón quede en evidencia su inadecuación, es habitual que parezcan muy
satisfechos con el resultado y rara vez deseen cambiarla.
Los niños “brillantes” mayores de 6 años, y la mayoría de los niños antes de los 7
años, comprenden muy bien los problemas cuyos dibujos están impresos en fondo
de color vivo. Si se logra inducirlos a observar todas las piezas inferiores antes de
que decidan su elección entre las piezas movibles, los resultados obtenidos con la
forma de Cuadernillo se acercaran estrechamente a los que se acusan en la Forma de
Tablero. Prácticamente, para todos los propósitos clínicos de rutina, desde los seis
años en adelante, la Forma de Cuadernillo impreso en colores puede usarse con
buenos resultados.

7 años: A esta edad habitualmente el niño puede concebir figuras discretas (del tipo
de la Serie Ab) como espacialmente relacionadas a un “todo”, pero, a lo que parece,
halla dificultad para analizarlas en sus componentes. Cuando falla en la solución de
un problema de la Serie Ab, elige una pieza que repite una de las tres partes del
patrón o, como ocurre a menudo, elige una que contiene el patrón entero, esto es, el
dibujo incompleto, y la pieza requerida para completarlo. Así, por ejemplo en Ab4,
elegirá la solución 2. La capacidad para elegir una parte bien orientada para
completar un patrón, que aparentemente fue concebido como un todo, para
desarrollarse algo más tarde. Es curioso que si al administrar la Forma de Tablero el
niño elige una cuarta parte de un cuadrado o de un círculo, por lo común se muestra
muy satisfecho de su elección. Si ha insertado, la pieza en el patrón, rara vez la
cambia. A lo que parece, la forma de presentar el test, influye poco o nada en su
juicio; el hecho de que se haya empleado la Forma de Cuadernillo no incide sobre el
error. Una vez que el niño es capaz de analizar un todo preconcebido en sus
componentes y de seleccionar la pieza adecuada para completarlo, puede resolver
con éxito la mayoría de los problemas de la Serie Ab.

8 años: El niño de esta edad puede por lo regular resolver sin dificultad la mayoría
de los problemas de la Serie Ab, y los resultados obtenido son por lo común
consistentes y confiables. La dificultad comienza cuando deben abordarse los
problemas finales de la Serie B. a lo que parece, ninguna ejemplificación
introductoria destinada a adiestrar al niño en el método de razonamiento le ayuda a
resolver estos problemas.
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

En lugar de elegir la figura correlativa requerida, el niño de 8 años por lo general


repite una u otra de las figuras ya dadas en el patrón incompleto, y hasta adoptará
este método como el apropiado para todo el trabajo. Si, por ejemplo en la prueba
B8, elige la solución 4 ó 5, en las pruebas ulteriores de ordinario continuará
eligiendo una pieza que repite la figura lateral o que se halla inmediatamente
encima de la laguna a completar.

Algunos niños pasan naturalmente y sin dificultad de los problemas introductorios a


los finales de la Serie B. los sujetos que se hallan en este caso, por lo común pueden
resolver muchos problemas de las Series C, D y E de la Escala General, casi del
mismo modo que un adulto.

Parece ser que la capacidad para concebir la figura correlativa exigida para
completar una matriz de relaciones habitualmente comienza a madurar a esta edad.
Hasta tanto se alcance ese nivel de madurez, los problemas que se presentan al final
de la Serie B carecen de significado para el niño. En cambio, una vez alcanzado
dicho nivel parecen ser evidentes por sí mismos. Resulta sobremanera difícil idear
un problema intermedio entre aquellas cuya solución depende de la selección de una
pieza relevante para completar un grupo, de figuras discretas concebidas como un
todo espacialmente relacionado, y aquellos otros cuya solución depende de la
comparación entre los caracteres de dos figuras, infiriendo por analogía, a partir de
una tercera, la naturaleza de una cuarta. Para la mente madura, estas dos clases de
problemas parecen similares y aparentemente solucionados por una línea de
razonamiento más o menos igual. En razonamiento para el niño constituyen
problemas muy distintos y parecen provocar procesos mentales diferentes.

Aquí acaso reside la explicación de por qué, en ciertas investigaciones, en especial


cuando se trabaja con niños, la Escala General acusa un factor <<K>>, hecho que
por lo común no ocurre cuando se trata de adultos.

9 años: Hacia esta edad el niño ordinario es capaz de trabajar solo


satisfactoriamente y, cuando se permite hacerlo con tranquilidad, a su propio ritmo
y sin interrupción, de ordinario brinda una muestra de su trabajo mental más
consistente y confiable que cuando lo hace bajo supervisión individual. El niño de
más de nueve años de edad es, por lo general, capaz de resolver la mayoría de los
problemas en la Serie B y, por lo menos, algunos en las Series C, D y E de la Escala
General. Para un niño de buen nivel de madurez esta última es, casi siempre, la
Escala más conveniente para su medición. No obstante, algunos niños de esta edad
16
TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

no han desarrollado aun la capacidad para razonar por analogía lo suficiente como
para adoptarla como un método consistente de trabajo.

En tales casos la más conveniente es la Escala Especial en su Forma de Cuadernillo.


La edad en que se presenta en el niño por vez primera la capacidad para el
razonamiento analógico, tiene menor importancia que su subsecuente capacidad
para adoptar esta forma más abstracta de pensamiento cuando ella comienza a
madurar. El progreso educacional del niño, cualquiera sea la naturaleza del trabajo
que debe enfrentar, parece depender en buena medida del último grado que alcance
en el empleo consistente de este método de pensamiento.

10 años a más: Desde la edad comienzan a diferenciarse paulatinamente las


respuestas de niños intelectualmente brillantes, normales y torpes. La Escala
Especial muestra con claridad si la capacidad, las series A, Ab y B, ya no
discriminan entre un nivel y otro; por tanto, la Escala General ofrece mayor valor
discriminativo. Si la capacidad para razonar por analogía no se ha desarrollado
todavía, la Escala Especial, aplicada en forma individual o colectiva, puede
utilizarse a fin de reconocer hasta qué punto un sujeto está en condiciones de
aprehender figuras discretas, relacionadas espacialmente en un todo, de
descomponerlo en sus elementos; en qué grado se ha desarrollado en este respecto
su capacidad para el pensamiento abstracto y hasta donde cabe esperar que llegue.
Cuanto mayor tiempo una persona sea incapaz de resolver los problemas de la
Escala Especial, aunque se le presente en la forma de Tablero, tanto más probable
será que toda su vida permanezca intelectualmente defectuosa, y cuanto más
consistente sea su desempeño en el test, más segura será la naturaleza y grado del
defecto que acuse.

Sujeto con deficiencia intelectual de alto grado: Estos sujetos se mantienen todas sus
vidas típicamente incapaces de solucionar los problemas más difíciles de la Serie B, pero,
de ordinario, pueden resolver muchos de los problemas de la Serie Ab. Si se le administra
la Forma de Tablero, con la práctica acaso pueden elegir con éxito la pieza bien orientada
que se requiere para completar la mayoría de los problemas de la Serie Ab, e inclusive
realizar pequeños progresos en la resolución de los problemas más difíciles de la Serie B.
los sujetos de esta clase a menudo aprenden a leer y a escribir, adquieren un vocabulario
moderado y se adaptan no sin éxito a un ambiente estable, pero tienden a ser estereotipados,
faltos de originalidad y encuentran una gran dificultad en adaptarse a situaciones nuevas.

Sujeto con deficiencia intelectual severa: Estos sujetos fallan en la solución de los
problemas de la Serie Ab (inclusive con practica). Si aciertan en ver figuras discretas como
integrantes de un todo, parecen incapaces de analizarla en sus elementos convenientemente
orientados. Para completar un patrón dado, casi siempre eligen una figura similar a unas de
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

las figuras del modelo a completar, y no advierten su error aun cuando la inserten en el
patrón. Adoptan este procedimiento como método consistente de trabajo. Es característico
que los sujetos que proceden así a menudo adquieren adiestramientos de rutina, de tipo
estereotipado, pero parecen incapaces de aprender mucho, ni siquiera de sus propios
errores.

Sujeto con deficiencia intelectual de bajo grado: Estos sujetos fracasan totalmente en
cuanto enfrentan el problema de que figura a agregar no se da, por lo menos una vez, en el
modelo, e inclusive encuentran dificultad, para completar los problemas continuos de la
Serie A, si es que para ello deben considerar líneas que corren simultáneamente en dos
direcciones. Los defectuosos de este nivel suelen aprender de sus propios ensayos
destinados a resolver los problemas de este tipo: Por ejemplo, en la prueba A7, un idiota
puede completar correctamente la línea horizontal (solución 2), y notar luego que la pieza
enseriada no completa la línea vertical (solución 1). A veces se completará primero una
línea y después la otra, varias veces, antes de acertar, si por fin logra reconocer que una
cruz (solución 6) completa ambas líneas simultáneamente. Si realiza este descubrimiento a
menudo hace demostraciones de gran alegría.

Sujeto intelectualmente disminuido: Estos sujetos, en general, a temporalmente, son


incapaces de resolver los problemas más difíciles de la Serie B. Sin embargo, a menudo
pueden resolver sin dificultad, si se les presentan en Forma de Tablero, la mayoría de los
problemas de la Serie Ab, y todos los de la Serie A, con excepción de los dos o tres
últimos. Es curioso que el sujeto intelectualmente disminuido encuentre gran dificultad para
comprender la prueba en la Forma de Cuadernillo. Parece como si necesitase realmente ver
los problemas en forma de tableros con piezas recortadas, antes de que pueda darse clara
cuenta de que debe hacer y pueda adquirir el adiestramiento necesario para el método de
trabajo. Parece que con la pérdida de la capacidad intelectual para razonar por analogía
también tiende a desaparecer la capacidad para comprender las situaciones nuevas si éstas
se presentan en forma pictórica. Da la impresión de ser muy capaz de aprehender formas de
expresión simbólicas familiares y de hallarse, si no verdaderamente alerta, bien defendido
intelectualmente. Sólo en ocasiones de interpretar formas de expresión simbólicas nuevas
parece hallar dificultad y denuncia sus limitaciones.

En la senectud, cuando el viejo es sospechable de disminución intelectual resulta


conveniente la Forma de Tablero de la Escala Especial que, es de un vocabulario simple,
que la gente de edad entiende, gusta hacer y puede realizar lo suficientemente bien como
para que las respuestas sean psicológicamente válidas y los resultados clínicamente
diagnósticos.
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

PUNTUACION

Cuando se emplea la Forma de Tablero, se cuenta como positiva o negativa la primera


pieza que se inserta en el patrón. Cuando se usa la forma de Cuadernillo, se valora como
positiva o negativa la solución que el sujeto da como su elección final. Cuando en la Forma
de Cuadernillo aplicada en autoadministración o colectivamente, el sujeto ha dado más de
un número como solución de cualquier matriz de la Escala, se le debe pedir que tache todos
menos a uno. Si ese hecho no se advierte hasta después de concluido el test, a los fines de la
puntuación se considerará el número que figura en el extremo derecho, sean los restantes
acertados o desacertados.

Las discrepancias en la composición del puntaje de un sujeto pueden establecerse restando


de su puntaje parcial en cada serie el puntaje que normalmente se espera para ese mismo
puntaje total en esta Escala. La composición esperada del puntaje se da para las pruebas
tomadas con la Forma de Cuadernillo, en la Tabla I.

El método más satisfactorio para interpretar el significado de un puntaje es considerarlo en


función de la frecuencia porcentual con que un puntaje similar ocurre entre personas de su
misma edad. Este método tiene sobre los otros la ventaja de que no implica ningún
supuesto a priori acerca de que el desarrollo de la capacidad intelectual en la infancia sea
necesariamente uniforme o que se distribuya simétricamente. A los fines prácticos, es
conveniente considerar ciertos porcentajes de la población y de acuerdo con ello agrupar
los puntajes de la muestra.

TABLA DE DIAGNOSTICO DE CAPACIDAD INTELECTUAL

Puntaje Normal Perc. Rango Diagnóstico de Capacidad

P95………… 95………… I Superior

Igual o Superior a... P90………… 90………… II+ Superior al término medio

P75………… 75………… II

Superior a………… P50………… 50………… III+

Igual a……………. P50………… 50………… III Término medio

Inferior a………… P50………… 50………… III-

P25………… 25………… IV Inferior al término medio

Igual o menor a…… P10………… 10………… IV-

P5………… 5………… V Deficiente


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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

Para los niños mayores de 5 años y menores de 10 años, los percentiles correspondientes
para la Forma de Cuadernillo están en la Tabla II.
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

BAREMOS

TABLA I

Composición del puntaje normal


Puntaje 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35

Puntaje A 5 5 5 6 7 7 7 7 8 8 8 8 8 9 9 9 10 10 10 10 10 11 11 11 11 11 12 12
esperado
para 2 2 3 3 3 3 4 4 4 5 6 6 7 7 8 8 8 9 9 10 10 10 10 10 11 11 11 12
Ab
cada
Serie
B 1 2 2 2 2 3 3 4 4 4 4 5 5 5 5 6 6 6 7 7 8 8 9 10 10 11 11 11

TABLA II

Baremo Inglés/Niños – Administración individual

Obtenido por J.C. Raven sobre 608 alumnos de la “Dumfries School”

Edad cronológica en años

Percentiles 51/2 6 61/2 7 1/2


8 1/2
9 1/2
10 101/2 11

95 19 21 23 24 25 26 28 30 32 32 33 35

90 17 20 21 22 23 24 26 28 31 31 31 34

75 15 17 18 19 20 21 23 26 28 28 29 31

50 14 15 15 16 17 18 20 22 24 24 26 28

25 12 13 14 14 15 16 17 19 21 22 22 24

10 - 12 12 13 14 14 15 16 18 20 20 21

5 - - - 12 12 13 14 15 16 17 17 17
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TEST DE MATRICES PROGRESIVAS

Baremo argentino/Capital Federal/ Niños 8-11 años


Administración colectiva

Obtenido en el Gabinete Psicológico de la Escuela Scholem Aleijem por la prof. Ida


Germán de Butelman, con el asesoramiento del prof. Jaime Bernstein, sobre 591
escolares de 71/2 a 11 1/2
Edad Cronológica en años
Percentiles 8 9 10 11
29 31 34 34
95
28 30 33 33
90
24 26 30 30
75
19 22 26 27
50
15 17 22 23
25
13 14 18 20
10
12 12 16 16
5

Con la colaboración de las señoritas Ruth Corfas y Silvia Naisberg

Advertencia: la muestra sobre la que se construyó este baremo es de hecho


seleccionada, pues está integrada por escolares con capacidad para doble
escolaridad simultánea. Concurren a escuelas públicas del estado y (en otro turno)
a escuelas particulares judías: Schlem Aleijem, Hertzl, Peretz, Bailik de Villa
Devoto.

AMPLIACION DEL EXAMEN

Si el resultado de la prueba indica la posibilidad de proseguir la exploración de la capacidad


intelectual del sujeto en más altos niveles y se cree conveniente, puede continuarse el
examen con las series C, D y E de la Escala General. En tal caso, a los fines de la
puntuación se omite el puntaje parcial obtenido por el sujeto de la Serie Ab, y el puntaje
total se valora, claro está, según el baremo de la Escala General: También puede
completarse esta exploración de nivel de capacidad con otra de nivel cultural, mediante un
test de vocabulario, verbigracia, con la Escala de vocabulario de Crichton, construida por
Raven.

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