Tumores Oseos, Trabajo

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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Superior Universitaria.

Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos.

UNERG.

Tumores óseos.

Un tumor óseo es una proliferación anormal de células dentro de un hueso. Este tipo de

tumor puede ser canceroso (maligno) o no (benigno).

El cáncer de hueso puede originarse en cualquier hueso del cuerpo, pero en la mayoría de

los casos, afecta la pelvis o los huesos grandes de los brazos y las piernas.

El término “cáncer de hueso” no incluye los tipos de cáncer que se originan en otra parte del

cuerpo y se propagan (hacen metástasis) a los huesos. En cambio, a esos tipos de cáncer

se los denomina según dónde se originaron, por ejemplo, cáncer de mama que hizo

metástasis en los huesos

Algunos tipos de cáncer de hueso se manifiestan sobre todo en los niños, mientras que

otros afectan principalmente a los adultos. La extirpación quirúrgica es el tratamiento más

frecuente, pero también pueden usarse quimioterapia y radioterapia. La decisión de usar

cirugía, quimioterapia o radioterapia se basa en el tipo de cáncer de hueso que se desee

tratar.
(Hueso normal - Hueso con sarcoma de EWING)

Signos y síntomas:

Dolor: Al principio, el dolor no es constante. Puede llegar a ser peor por la noche o cuando se

usa el hueso (por ejemplo, dolor en la pierna al caminar). A medida que crece el cáncer, el

dolor será constante, y puede empeorar con la actividad.

Hinchazón: Es posible que la hinchazón en el área de dolor no se produzca hasta varias

semanas después. A veces, se puede sentir un bulto o una masa, según el lugar donde se

encuentre el tumor.

Los cánceres en los huesos del cuello pueden causar una protuberancia o masa en la parte

trasera de la garganta que puede ocasionar problemas al tragar o dificultar la respiración.

Fracturas: El cáncer de hueso puede debilitar el hueso en el que se forma, pero la mayoría de

las veces los huesos no se fracturan (rompen). La persona que sufre una fractura junto al sitio
del tumor óseo o a través de este, describe, por lo general, un dolor repentino intenso en un

hueso que había sentido dolorido durante unos meses.

Otros: El cáncer puede ocasionar pérdida de peso y agotamiento. Si el cáncer se propaga a los

órganos internos, también puede causar otros síntomas. Por ejemplo, si el cáncer se propaga a

los pulmones, puede causar problemas para respirar.

Diagnóstico

Tras evaluar los síntomas y realizar el examen físico si se sospecha un tumor óseo el

siguiente paso es valorar la zona afectada con una radiografía.

Los tumores óseos malignos pueden tener diferentes apariencias en la radiografía. Cuando

hay un cáncer en el hueso, este puede verse como apolillado o carcomido.

Puede verse también como un agujero, defecto o “caries”. Según el tumor este puede “salir”

del hueso e invadir los tejidos alrededor como los músculos, la grasa o los tendones. Algunos

pueden producir hueso con calcificaciones con “nubes” de hueso abigarrado alrededor de la

lesión.

La radiografía puede ser compatible con un tumor maligno o cáncer de hueso, pero solamente

se puede determinar con seguridad con una biopsia.


Otras pruebas de imagen que se pueden realizar durante el estudio son la tomografía

computarizada (TAC o TC), una resonancia magnética, una gammagrafía, y/o una

tomografía por emisión de positrones (PET)

TAC: La tomografía computarizada se utiliza para definir con precisión el daño local que

está haciendo el tumor al hueso, en especial a la permeación, apolillamiento de las corticales.

Las corticales son la capa dura externa del hueso, las que dan el soporte mecánico al mismo.

Puede ayudar a definir cuando un tumor ya ha salido del hueso, llamado

extracompartimental, y ha invadido los tejidos cercanos. El TAC también nos puede objetivar

el riesgo de una fractura patológica, es decir, cuando el tumor ha debilitado tanto el hueso que

este se puede romper muy fácilmente. Durante el estadiaje de un tumor maligno se evalúa

mediante TAC de tórax y abdomen una posible diseminación sistémica del tumor o sea la

presencia o no de metástasis.

Resonancia Magnética: Es la prueba más útil para definir localmente la extensión del tumor.

Nos especifica las dimensiones exactas del tumor, si es extracompartimental, su relación con

estructuras vecinas importantes como venas, arterias y nervios y en caso de recibir

tratamientos con quimioterapia también puede orientar la respuesta del tumor. La respuesta
del tumor al tratamiento es una manera de ver la efectividad de la quimioterapia que se está

dando antes de operar al paciente.

Gammagrafía ósea: Es una prueba de medicina nuclear mediante la cual se evalúa si el

tumor se ha diseminado a otros huesos. Puede evaluar con mayor antelación que otras

pruebas si existen metástasis en los huesos.


PET: También es una prueba de medicina nuclear y nos sirve también como rastreo para

detectar posibles metástasis en todo el cuerpo. El PET, como la resonancia magnética, en

ocasiones se utiliza en pacientes en tratamiento con quimioterapia, para evaluar la respuesta

del tumor al tratamiento.

Biopsia:
Tras los estudios de imagen, si existe la sospecha que la lesión en el hueso es un tumor

maligno se debe realizar una biopsia. Una biopsia es un procedimiento mediante el cual con

una aguja especial se toman varias muestras de tejido del tumor para analizarlo.

Es importante que el médico o cirujano que realicen la biopsia tenga experiencia en

diagnosticar y tratar tumores de los huesos. Si es el cirujano quien realiza la biopsia, él

elegirá el mejor sitio para obtener la muestra sin contaminar tejidos sanos innecesariamente.

También intentará que el sitio de la biopsia luego pueda extraerlo sin dificultad en el

momento de la cirugía.

Hoy en día muchas de las biopsias las realiza un radiólogo especializado en estos

procedimientos, llamado radiólogo intervencionista. El radiólogo, ayudado por ecografía o

por TAC, hace la biopsia con más precisión y de las zonas del tumor que puedan dar más

información para el diagnóstico.


En ocasiones las biopsias mediante agujas, también llamadas biopsias cerradas, no son

diagnósticas. Si ese es caso se procede a una biopsia abierta que es una pequeña cirugía bajo

anestesia donde tras una pequeña incisión sobre el tumor se extrae una pequeña muestra de

tejido, aproximadamente como un dado, para su análisis. El análisis de todas las biopsias

tienen su proceso y pueden tardar aproximadamente entre 5 y 15 días. En ocasiones se

someten las muestras a pruebas más complejas, como las genéticas, las cuales pueden retrasar

el diagnóstico definitivo. Estos retrasos no alteran el pronóstico final del tratamiento, siendo

siempre peor operar o extraer un tumor sin tener claro su diagnóstico.

Tipos

Intervenciones terapéuticas en los tumores óseos.

Cuando un tratamiento oncológico termina, las personas empiezan un nuevo capítulo en sus

vidas lleno de esperanza y felicidad. Sin embargo, muchos de estos tratamientos causan

efectos adversos que pueden ser controlados con la fisioterapia en oncología.


Resulta conveniente introducir la fisioterapia como parte de un tratamiento integral del

paciente oncológico, ya que da opción a una recuperación más rápida y puede mejorar la

calidad de vida de aquellos pacientes que se encuentran en fases terminales de la enfermedad.

Una de las ventajas de la fisioterapia en oncología es que puede aplicarse antes, durante y/o

después de una cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia, terapia hormonal,

trasplantes medulares, terapia genética o cualquier otro método para combatir el cáncer.

● La fisioterapia tiene como objetivo: preservar, mantener, desarrollar y restaurar el

sistema cinético funcional como también prevenir, mejorar y tratar las secuelas que se

producen a causa de cualquier tratamiento oncológico. De este modo, todos aquellos

que desarrollen síntomas relacionados con los efectos secundarios a causa de un

tratamiento oncológico, sea cirugía, quimioterapia, radioterapia o cualquiera antes

mencionado pueden acudir a la fisioterapia en oncología. Niños o adultos con

cualquier tipo de cáncer pueden beneficiarse de este modo.

Para tratar los efectos secundarios, los especialistas suelen implementar algunos ejercicios

terapéuticos, técnicas de fisioterapia respiratoria, drenaje linfático manual, técnicas de

fisioterapia neurológica, Masoterapia específica para enfermos oncológicos, digitopresión,

neurodinámica y técnicas miofasciales.

Tratamientos fisioterapéuticos según los efectos secundarios:

● Tratamiento de la fatiga: es un programa individualizado en el que el paciente debe

realizar ejercicios terapéuticos, para luego pasar a aeróbicos durante unos 60 minutos

(una hora). La recomendación es que se realicen entre tres o cuatro sesiones

semanales. Esto dependerá del paciente y del tipo de cáncer.


● Tratamiento para el déficit motor y del equilibrio: el objetivo es que los ejercicios

terapéuticos estén enfocados en la mejora de la movilidad por lo que se realizan

movimientos no resistidos que se implementarán posteriormente con ejercicios de

fuerza.

Tratamiento del dolor: para el dolor, al inicio del tratamiento se realizan fisioterapia de

manera individual pero a medida que se avanza se recomiendan clases grupales en el que se

trabaje:

- Ejercicios de estiramiento y movilización articular por 30 minutos.

- Ejercicios de estiramiento y ejercicios de fortalecimiento por 30 minutos.

- Ejercicios funcionales y/o actividades de la vida diaria por 40 minutos.

- Ejercicios de auto-cuidado de 30 minutos.

- Ejercicios y necesidades especiales de 30 minutos.

- Tratamiento de las disfunciones vésico-esfinterianas: haciendo uso de las técnicas de

fisioterapia del suelo pélvico para restablecer el estado óptimo de la musculatura de

esta zona del cuerpo.

- Tratamiento del linfedema: además de las técnicas propias de la fisioterapia, como la

terapia descongestiva compleja, consiste en drenaje linfático manual y medidas de

compresión, se realizan ejercicios aeróbicos, que incluye resistencia y tonificación

con peso progresivo.

Como toda fisioterapia la oncológica debe mantenerse para lograr una recuperación óptima y

para ello se debe realizar un programa de mantenimiento tres veces por semana en la que se

hagan ejercicios aeróbicos y ejercicios asistidos por 40 minutos. Los ejercicios aeróbicos

deben procurar hacerse al 50% de la frecuencia cardiaca.

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