Bioetica Clase 4

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BIOETICA CLASE 4:

LOS VALORES ÉTICOS DE LA PROFESIÓN SANITARIA:


Ser profesional tiene hoy un significado muy restringido.
Se relaciona con el éxito más vinculado a la fama y el dinero que a un sentido de
la excelencia que se identifica con la buena práctica.

Esta es la razón por la que la ética aplicada ha incidido en el campo de la


medicina con el fin de dignificar y humanizar una profesión tan vinculada al
sufrimiento humano.

La ética de las virtudes es la más apropiada para poner de manifiesto la


necesidad de proyectar una serie de valores éticos que orienten realmente la
manera de actuar del profesional de la salud.

El aprendizaje de las virtudes es un saber práctico, que se adquiere ejerciéndolo y


creando un ambiente adecuado que sirva para formar la personalidad del
profesional.
Valores en salud:
Llegar a ser un buen profesional debería ser uno de los propósitos no solo del
médico, sino de cualquier persona que entiende que su trabajo tiene una
dimensión ineludible de servicio a los demás. En el caso de la medicina o de la
enfermería, de cualquiera de las profesiones sanitarias, esa condición se da por
supuesta. No en vano suele decirse que quien escoge dedicarse a la medicina o a
la enfermería como un elemento de su forma de vida lo hace por vocación.
Competencias científicas y técnicas:
Un buen profesional es siempre un experto en su materia, en el caso de la
profesión sanitaria, la competencia científica y técnica va acompañada de un
compromiso ineludible de carácter moral.
1° código ético:
Primeros códigos éticos de la historia fuera el Juramento Hipocrático que, al
consagrar los principios de no maleficencia y beneficencia, puso los pilares de lo
que es entendiendo como buena práctica médica.
DEFINICIONES:
Vocación: Sentido etimológico, la vocación es un llamado. Durante mucho tiempo
ha designado el llamado a participar de la vida consagrada. Palabra se usa en un
sentido más amplio para designar la llamada que las personas pueden sentir por
una misión particular: humanitaria, profesional, espiritual, científica, etc. Desde
1908 por parte del ingeniero Frank Parsons, el uso del término ha evolucionado,
en el desarrollo individual de talentos y habilidades en la elección y disfrute de una
carrera.
Existen Teorías del desarrollo de la personalidad y teorías desarrollo profesional.
Competencias: Competencia educativa se define como el conjunto de
comportamientos socioafectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas,
sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño,
una función, una actividad o una tarea.

SENTIDO DE LA EXCELENCIA PROFESIONAL:


Max Weber: Sociólogo que fue, alertaba hace más de un siglo de la pérdida
experimentada por muchas profesiones al verse desprendidas del carácter
vocacional. Sugiere el valor de autolimitarse cuando las circunstancias le impiden
mantener en pie los principios éticos.
Ortega y Gasset: denunció como “especialísimo”, refiriéndose a la
unidimensionalidad del conocimiento científico y técnico.
La dimensión moral que debería ir unida a la excelencia profesional se acerca más
al saber del humanista que al del científico puro y duro.
Talcott Parsons: Aludiendo concretamente a la profesión médica, insiste en que
esta debe ser entendida como “una ideología de servicio” y no un mero negocio.
Hans George Gadamer: Caso de las profesiones sanitarias, objetivo trasciende el
simple “diagnosticar y tratar”, explica el filósofo.
El sanitario precisa de conocimientos científicos sólidos, sino ha de saber
“restaurar” armonía, “tratar” a un ser humano, “ayudarle” a vivir de otra manera y
“aconsejarle”.

CONTINUACION SENTIDO DE EXCELENCIA PROFESIONAL:


Zygmunt Bauman: Se lamenta de que vivimos en una sociedad de expertos,
inadecuada como tal para habérselas con un mundo complejo. En dicha sociedad,
pocas veces merece atención la “persona total”: son sus órganos, sus funciones,
los que son objeto de atención.
C.P Snow: Reclama hace más de cincuenta años, la fusión de las dos culturas: la
humanista y la científica. El nacimiento de la bioética responde precisamente a
esa necesidad de recuperar la unidad perdida entre la ciencia y las humanidades.
Aspecto moral: Si el aspecto moral no existe, será difícil que se mantengan los
dos objetivos marcados por los clásicos antiguos y modernos de la deontología
médica: el bien de los pacientes y el empeño en construir una buena imagen de la
propia profesión.
Ethos profesional: El ethos profesional reducido a un ethos mercantilista y
burocrático no atiende al cultivo de los valores o virtudes que debería exhibir la
práctica sanitaria.

LA ETICA APLICADA COMO ETICA DE LAS VIRTUDES:


Virtud: “Virtud” o “excelencia de una cosa”. Por ello, recuperar la idea de la
excelencia profesional, hay que analizar qué virtudes, qué cualidades determinan
dicha excelencia.
Análisis de casos: Mejor forma de aplicar la ética a la actividad sanitaria es a
partir del análisis de casos.
Ética de principios: Aplicar principios o principalísimo al debate de dilemas
éticos.
Ética de las virtudes: Introduce la novedad de añadir a los valores ancestrales de
la no maleficencia y beneficencia, los valores modernos de la autonomía y la
justicia.

BIOETICA:
Autonomía: Obliga a tomar en consideración el punto de vista del paciente, a
darle toda la información que necesita para recabar su consentimiento.
Justicia: La consideración de la justicia uno de los requerimientos de la
investigación biomédica. Y, por extensión, del sistema público de salud, que
garantiza el derecho de las personas a la protección de la salud.
Phronesis o prudencia: Phrónesis es una virtud intelectual (la regla de la razón)
la persona que la ha adquirido es capaz de actuar bien porque sabe escoger el
término medio entre el exceso y el defecto, que es la regla que define en general a
todas las virtudes.
Aristóteles: Considera el hombre prudente es aquel que ha adquirido el “saber
práctico” que dicta cómo se debe actuar en cada momento. Un saber que no
puede ser reducido a fórmulas, códigos o recetas de ningún tipo, dado que cada
situación es singular y requerirá una decisión única.
Acusado y perseguido por razones similares, huye de la ciudad con la excusa de
que no quiere ofrecer a sus oponentes la oportunidad de perpetrar otro crimen
contra la filosofía.
Define virtud como una “disposición adquirida voluntaria”, esto es, una cualidad,
una tendencia a actuar, una actitud, que el individuo debe adquirir porque la virtud
no es innata. Disposición a actuar bien.
Sócrates: Cuando es acusado de pervertir a la juventud y condenado a muerte,
acepta la condena porque considera que su obligación como ciudadano es cumplir
la ley.
Desiderátum: Se desea que el mundo fuera más justo, que las libertades fueran
más sólidas, que hubiera más respeto, solidaridad y tolerancia. Esos son los
grandes valores que deberían guiar la conducta.
Concepto de Valor de Sartre: El valor nombra un principio abstracto que, como
notó Sartre, da cuenta de algo que no es real.
Formación de la persona: La ética de las virtudes aparece como aquello que
hace falta para dos propósitos:
 Ampliar el contenido y extender el ámbito de los principios y valores
fundamentales.
 Aplicar esos valores y principios adecuadamente. Al vincular la ética no
tanto a normas, valores o principios abstractos, sino a la formación de la
persona.
Las virtudes: Se adquieren con la práctica, a partir de hábitos. Hay que
adquirirlas y cultivarlas explícitamente, están vinculadas a la educación, pero no a
la educación teórica, sino a la práctica. El ejemplo, la imitación de los modelos
éticos, son los instrumentos más idóneos para adquirir virtudes.
Buen profesional: Es el que se preocupa de que esas grandes palabras
reconocidas como las guías últimas de la acción humana funcionen de verdad y
bien, se reflejen en el comportamiento cotidiano y especialmente cuando hay que
tomar decisiones difíciles.

LAS VIRTUDES DE LA PROFESION SANITARIA:


James f. Drane: Propone como virtudes fundamentales del médico las siguientes:
la benevolencia, el respeto, el cuidado, la sinceridad, la amabilidad y la justicia.
Marc Siegler: El respeto a las personas, que incluye la compasión, la sinceridad
y la confianza.
Pelegrino y Thomasma: Se refieren a la sinceridad, el respeto, la compasión, la
justicia y el olvido de sí mismo. + Phronesis: síntesis del conjunto de las virtudes o
el criterio que rige en todas ellas.
Phronesis: La persona que puede poseer un elenco de virtudes muestra al actuar
su compromiso con los principios de la bioética. El respeto, la sinceridad, la
amabilidad o el olvido de sí mismo exigen del profesional un talante modesto que
predispone a escuchar al paciente, tener en cuenta sus valores y puntos de vista,
no verlo como un órgano que está enfermo y requiere un tratamiento. Son
maneras de reconocer que el paciente ha de participar en las decisiones sobre sus
dolencias y ser tratado de forma que pueda hacer valer sus deseos y opiniones.

Drane y Siegler: “Una virtud destacada, por lo que está significando en el devenir
de la bioética, es la del cuidado.”
Carol Gilligan escribió, donde defendía la tesis de que el cuidado era tan
importante como la justicia, la ética del cuidado se convirtió en uno de los
capítulos imprescindibles de la ética sanitaria.
El cuidado es otro de los principios de la bioética, una extensión del principio de
justicia, las personas enfermas no demandan solo políticas equitativas, sino
cuidados concretos —afecto, amor, compañía—, no reducibles a las medidas
políticas, ni siquiera a lo que puede ofrecer el cuidado profesionalizado.
Virtudes del profesional sanitario son las siguientes: respeto, sinceridad,
compasión, olvido de sí.
La adquisición de dichas virtudes hará que los principios de beneficencia,
autonomía, justicia y cuidado no sean solo bellas palabras escritas en algún
documento y recogidas en los códigos y guías de buenas prácticas, sino prácticas
reales incorporadas a la actividad profesional.

EL CUIDADO, PRINCIPIO DE LA BIOETICA:


Quien cultive las virtudes mencionadas será un buen profesional en el sentido más
pleno del término, que ha adquirido no solo las competencias científicas y técnicas
de su disciplina, sino las actitudes éticas.
Será un profesional íntegro, sin dobleces morales, otra forma de aludir, al
profesional prudente.
La filósofa Hanna Arendt refiere que, la integridad moral radica en el pensamiento
y el juicio, en la capacidad de pensar antes de actuar con el fin de emitir un juicio
correcto sobre lo que se debe hacer.
Pensar implica distanciarse de uno mismo, de los propios intereses y deseos,
tener en cuenta al otro, imprescindible para que la decisión tomada pueda ser
calificada de correcta.
Ser íntegro o ser prudente significa adquirir el nivel “posconvencional” de la
moralidad, el de aquellos deberes que no están escritos como tales en ninguna
parte, pero que guían al pensamiento crítico y exigente con los ideales que
compartimos.
La sabiduría práctica con la que se nombra a la ética se va edificando a partir de la
reflexión y el diálogo, cuando nos encontramos ante situaciones que nos inquietan
e invitan a reflexionar sobre qué debemos hacer.
Como dijo Kant, ¿qué debo hacer? es la pregunta fundamental de la ética.
El peligro de nuestro tiempo no es tanto dar respuestas erróneas a esa pregunta,
sino dejar de planteársela.

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