TEXTOS
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Fuente: Versión de Andrés Manrique de Mitos y leyendas de los aztecas, incas, mayas
y muiscas; compilado por Walter Krickeberg; ed. Fondo de Cultura Económica.
El mito:
Se dice que San Finnen, un abad irlandés del siglo Vl, fue a buscar la hospitalidad de un jefe
llamado Tuan Mac Carell, que no vivía lejos del monasterio de Finne, en Moville, Donegal. Tuan
rechazó su admisión y el santo se sentó en el umbral del jefe y ayunó durante todo un domingo,
durante el transcurso del cual el malhumorado guerrero pagano le abrió la puerta. Se
establecieron buenas relaciones entre ellos y el santo regresó con sus monjes. “Tuan es un
hombre excelente”, les dijo, “vendrá a consolaros y a contar viejas historias de Irlanda”. Este
interés humano por las viejas leyendas y mitos del país es un hecho tan constante como
agradable en la literatura de la primitiva cristiandad irlandesa. Tuan fue, al poco tiempo, a
devolver la visita del santo y le invitó junto a sus discípulos, a su fortaleza. Cuando le
preguntaron su nombre y linaje su respuesta fue sorprendente: “Yo soy un hombre de Ulster”,
dijo. “Mi nombre es Tuan hijo de Carell, pero una vez me llamé Tuan hijo de Starn, hijo de Sera,
y mi padre, Starn, fue el hermano de Partholan”. “Cuéntanos la historia de Irlanda”, dijo
entonces Finnen, y así lo hizo. “Partholan, empezó, fue el primero de los hombres que colonizó
Irlanda. Tras la gran peste sólo sorevivió él, pues no hay nunca un exterminio del cual no
sobreviva alguien para contar la historia”.
Tuan estaba solo en la tierra y fue de fortaleza en fortaleza, de roca en roca, buscando refugio de
los lobos. Vivió de esta forma durante veintidós años, habitando en sitios deteriorados hasta
llegar a un gran estado de decrepitud y vejez. “Entonces Nemed, hijo de Agnoman, tomó
posesión de Irlanda-siguió diciendo Tuan-. El era el hermano de mi padre y le vi desde el
acantilado y me mantuve alejado de él. Yo llevaba el pelo largo, estaba lleno de arañazos, estaba
decrépito, horrible y miserable. Entonces, una noche dormí y al despertarme me vi convertido
en un hombre. Volvía a ser joven y alegre de corazón. Fue en ese instante cuando canté la
llegada de Nemed y de su raza, así como mi propia transformación... ‘Tengo un nuevo aspecto,
una piel áspera y cabellos largos. La victoria y la felicidad son fáciles para mí; no hace mucho
tiempo yo estaba débil e indefenso’.
Tuan es el rey de todos en Irlanda y así se mantuvo todos los días en Nemed y su raza. El cuenta
como los hombres de Nemed navegaron a Irlanda en una flota de treinta y dos embarcaciones de
treinta personas cada una. Ellos se extraviaron durante una año y medio y la mayoría de ellos
perecieron de hambre y sed o por culpa de los naufragios. Sólo escaparon nueve -el mismo
Nemed con cuatro hombre y cuatro mujeres-. Ellos llegaron a Irlanda y crecieron en número con
el paso del tiempo hasta ser ocho mil setenta hombres y mujeres. Luego, misteriosamente,
murieron todos. De nuevo la vejez y la decrepitud se apoderaron de Tuan, pero le aguardaba
otra transformación:
"Una vez estaba de pie en la entrada de mi cueva -aún lo recuerdo- y supe que mi cuerpo había
cambiado de forma. Era un jabalí y sobre ello canté esta canción: ‘Hoy soy un jabalí..Hace
tiempo que me sentaba en la asamblea que juzgó a Partholan. Fue cantado y todo ensalzaba la
melodía. ¡Cuán agradable fue la tensión de mi brillante juicio! ¡Qué agradable para las mujeres
jóvenes y atractivas! Mi carro rebosaba majestad y belleza. Mi voz era grave y dulce. Mi paso era
rápido y firme en la batalla. Mi faz estaba llena de encanto. Y ¡hoy! Me he transformado en un
jabalí negro’. “Esto es lo que dije en el convencimiento de que era un jabalí. Luego me volví
El mito:
El verdadero Padre Ñamandú, el Primero, de una pequeña porción de su propia divinidad, de la
sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora, hizo que se
engendrasen llamas y tenue neblina.
Habiéndose erguido (asumido la forma humana), de la sabiduría contenida en su propia
divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora, concibió el origen del lenguaje humano.
Creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano e hizo que formara parte de su propia
divinidad. Antes de existir la tierra, en medio de las tinieblas primigenias, antes de tenerse
conocimiento de las cosas, creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano (o: es el
fundamento del futuro lenguaje humano) e hizo el verdadero Primer Padre Ñamandú que
formara parte de su propia divinidad.
Habiendo concebido el origen del futuro lenguaje humano, de la sabiduría contenida en su
propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora concibió el fundamento del amor (al
prójimo).
Antes de existir la tierra, en medio de las tinieblas primigenias, antes de tenerse conocimiento
de las cosas, y en virtud de su sabiduría creadora el origen del amor (al prójimo)lo concibió.
Habiendo creado el fundamento del lenguaje humano, habiendo creado una pequeña porción
del amor, de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora
el origen de un solo himno sagrado la creó en su soledad.
Antes de existir la tierra en medio de las tinieblas originarias, antes de conocerse las cosas el
origen de un himno sagrado lo creó en su soledad (para sí mismo).
Habiendo creado, en su soledad, el fundamento del lenguaje humano; habiendo creado, en su
soledad, una pequeña porción de amor; habiendo creado, en su soledad, un corto himno
sagrado, reflexionó profundamente sobre a quién hacer partícipe del fundamento del lenguaje
humano; sobre a quién hacer partícipe del pequeño amor(al prójimo) sobre a quién hacer
partícipe de las series de palabras que componían el himno sagrado.
Habiendo reflexionado profundamente, de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora creó a quienes serían compañeras de su divinidad.
Habiendo reflexionado profundamente, de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora creó al (a los) Ñamandú de corazón grande (valeroso). Lo
creó simultáneamente con el reflejo de su sabiduría (el sol). Antes de existir la tierra, en medio
de las tinieblas originarias, creó al Ñamadú de corazón grande.
Para padre de sus futuros numerosos hijos, para verdadero padre de las almas de sus futuros
numerosos hijos creó al Ñamandu de corazón grande. (*)
Fuente: Orígenes. Argentina; compilación de mitos de guaraníes, tehuelches,
matacos y tobas, onas, pampas, araucanos y collas, de Miguel Biazzi y Guillermo
Magrasi, ed. Corregidor.
Fuente: El árbol de los soles. Mitos y leyendas del mundo entero, de Henri Gougaud,
Editorial Crítica, Barcelona.
El mito:
Cuenta la leyenda que alguna vez existió una muchacha muy joven y hermosa llamada Sedna.
Nadie buscaba casarse con ella cuando tuvo la edad para hacerlo. Pero un día, vio desde su
cabaña, un magnífico barco que era capitaneado por un apuesto y rico cazador extranjero, el
cual se enamoró inmediatamente de la doncella y ella, después de haber sido seducida con
palabras llenas de promesas y tesoros, se marchó con el desconocido.
La muchacha cayó en una terrible desesperación al conocer la verdadera identidad del cazador,
que no era más que un pájaro mágico que tenía la facultad de cambiar de forma y fue así como la
sedujo.
Mientras tanto su padre, al saber de la repentina desaparición de su hija, se aventuró a través
del océano hasta que dió con ella.
Cuando la encontró, Sedna estaba sola y aprovecharon para huir de ahí. Pero cuando el
eminente pájaro regresó y se percató de la partida de su amada, enfurecido, partió tras ella.
El pájaro, con sus poderes mágicos, desencadenó una rabiosa tempestad al ver que el padre se
negaba a regresarle a Sedna. Así, el anciano, comprendió de qué se trataba todo aquello.
Había sido la voluntad sobrenatural del mar, la que reclamaba a su hija y aterrorizado hizo lo
que debía hacer.
Así, lanzó a Sedna fuera del barco, para consumar el sacrificio. Ella, en medio de aquella
desesperación, salió a la superficie y trató de aferrarse a las orillas del barco, pero el padre le
cortó los dedos con un hacha.
Sedna hizo otro intento para salvarse, pero su padre siguió cortándole los dedos, uno por uno.
Los primeros se transformaron en focas; los segundos en “okuj” o focas de las profundidades;
los terceros en morsas y el resto en ballenas.
Así, el océano calmó la furiosa tormenta después del sacrificio y todo quedó en gran
tranquilidad.
Desde entonces, Sedna, La Reina de las Focas, vivió en el fondo del océano “en una región
llamada Adliden donde afluyen las almas de los muertos para someterse al juicio y a la sentencia
que a todos nos espera en ultratumba”. (*)
Fuente: Contell Gascó, Emilio. Mitología Universal. M. Vazquez, Editor. p.p. 24-26.
El mito:
Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil,
callado, y vacía la extensión del cielo.
Ésta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal,
pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo
existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su
extensión.
No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera
ruido en el cielo.
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No
había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el
Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban
ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz. De grandes sabios, de
grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del
Cielo, que éste es el nombre de Dios. Así contaban.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche,
y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se
pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía
aparecer el hombre. Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos
y el nacimiento de la vida y la en ación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche
por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero es Raxa-
Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la
claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el
sustento.
- ¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe el espacio, que surja la
tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá
gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el
hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra:
- ¡Tierra!, dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua
las montañas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los
valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo:
- ¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chípi-Caculhá, Raxa-Caculhá!
El mito:
Hubo un tiempo en que la tierra estaba arriba y el cielo abajo. Tanto era la suciedad que caía que
el cielo se quejó y pidió la inversión de los planos. Desde entonces el cielo está arriba y la tierra
abajo. Entre ambos está el territorio de los vientos y las nubes. Bajo la superficie (ríos, lagunas,
bañados, campos, bosques) están el bajo tierra y el bajo agua. Cada estrato tiene sus seres. Todo
está rodeado por líquido y aire y a lo lejos está el fuego.
Hubo otro tiempo en que un gran árbol unía los diversos mundos. El de la copa, el de arriba, era
el de la abundancia. Los hombres de la faz de la tierra iban allí a proveerse, subiendo y bajando
por este árbol/vínculo de la vida. Mas un día no cumplieron con sus tradiciones solidarias, no
entregaron lo mejor y más tierno a quienes no podían andar arriba-abajo, no dieron nada. Los
ancianos se quejaron. Llegó el Gran Fuego y ardió todo. El joven Luna fue eclipsado por el
jaguar celeste y sus trozos cayeron en tierra incendiándola. Algunos quedaron en el mundo de
arriba cuando se quemó el Gran Arbol. Son los abuelos, Dapitchí, los antepasados (estrellas,
constelaciones) que cazan por el sendero de los ñanduces (la Vía Láctea). Sólo unos pocos,
honestos y respetuosos se salvaron metiéndose bajo la tierra, pero desde entonces todo hubo
que conseguirlo aquí.
Los seres humanos varones pertenecen a la tierra, surgieron de ella por el agujero del
escarabajo. Procreaban eyaculando juntos en un cántaro de calabaza. En una ocasión notaron
que parte de lo que cazaban o pescaban les era robado. Dada la reiteración dejaron como
observadores al ratón de campo y al loro, el primero no percibió nada y al segundo le
ennegrecieron la lengua. Por fin, el Gavilán, Halcón o Carancho, avisó: extranos seres escapaban
como rañas al cielo mientras iban tejiendo sus cuerdas de fibra vegetal. Con la ayuda de los
picotazos de Carancho y una lluvia de flechas algunos seres celestes cayeron incrustándosc en la
tierra. Tatú o el Armadillo los sacó con sus uñas. Tenían dos bocas dentadas, una en medio dc la
cara, la otra en medio del cuerpo, por ambas devoraban la comida robada. El Zorro pretendió
efectuar una cópula, perdió su pene y le tuvo que ser reemplazado por un huesito. El frío hizo
que se acercaran al fuego encendido por los hombres. Cuando abrieron las piernas al sentarse,
Aguilucho les arrojó una piedra que hizo caer todos los dientes de la boca inferior menos una
que resultó ser el clítoris pues se trataba de mujeres y desde entonces es que nacen niños y
niñas, de hombres y mujeres. Lástima que algunas o son hermosas porque la mayoría de éstas
escaparon al cielo. Como mujeres son de origen celeste, tienen parte de ese poder, los hombres
detentan el poder terrenal.
Igual que en los mundos procedentes, todo comenzó a corromperse, se quebró el equilibrio y
cuando el Arco iris se ofendió por el accionar no tradicional de las mujeres menstruantes,
comenzó la inundación. La Gran Agua, ahogó todo y hubo de comenzarse un mundo nuevo. Fue
Paloma quien picoteando una semilla hizo brotar un Algarrobo y a su parir recomenzó la
naturaleza, los seres de la tierra. Sin embargo, la periódica corrupción de la humanidad les
encadenó un nuevo cataclismo.
Sol, sobrino de Luna, que es mujer y vieja y gorda en verano y joven y delgada en invierno.
Hombres y mujeres habían comenzado a eliminar o devorar sus hijos. Sol, sobrina de Luna, que
es mujer vieja y gorda en verano, joven y delgada en invierno, se quedó quieta, se negó a seguir
su camino. Durante la Gran Noche todo sc congeló y cubrió de hielo. Cuando ya había muerto
todo lo contaminado, un muchacho, dotado de poder por su calidad humana soñó con el Día. Su
canto acompañado con sonajas hizo que Sol volviera a salir y recomenzara la vida. Esta quinta
humanidad es la de los “Toba”, “Pilagá”, “Mocobí”, pero también de los Europeos y otros
pueblos. (*)
Fuente: Orígenes, Argentina, de Miguel Biazzi y Guillermo Magrassi, ed. Corregidor, pp-
43-44.