Huerta en Casa

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e Juni

o
5
Día mundial del medio ambiente

CUIDEMOS
EL PLANETA

Los buenos planetas

son difíciles de encontrar.

Muchos vivimos día a día enfocados en nuestras tareas, además

de niveles crecientes de estrés. Todo esto, nos ha desconectado

de la naturaleza, cuando su poder de devolvernos la vitalidad es

más importante que nunca.

Contemplar una puesta de sol, respirar los aromas de la tierra húmeda, sentir el

viento en nuestra piel, la sensación de caminar descalzo sobre el pasto, o sentir

el sabor de una fruta recién cosechada. Estos son sólo ejemplos de prácticas

donde por medio de nuestros 5 sentidos nos conectamos con la naturaleza

pudiendo obtener innumerables beneficios para nuestra salud física y mental.

Incluso, se ha evidenciado que el contacto con la naturaleza disminuye

los días de hospitalización, por lo que muchos hospitales y otros

centros médicos han integrado áreas verdes en sus dependencias.

Si bien los mayores beneficios se dan al caminar por el corazón de un bosque, o

también al recorrer un parque de la ciudad, basta con ver, ¡cuánto aporta una

planta en nuestro hogar o en nuestra oficina para mejorar nuestro estado de

ánimo!

PARA ANIMARTE A INTEGRAR UN


POCO MÁS DE NATURALEZA A TU
VIDA DIARIA, TE MOSTRAMOS CÓMO
EMPEZAR UN HUERTO EN CASA. NO
NECESITAS MUCHO ESPACIO, SÓLO
MOTIVACIÓN Y CONOCER ALGUNOS
TIPS CLAVES.
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Día mundial del medio ambiente

Sea lo que sea que quieras sembrar, no esperes contar con los materiales ideales, o con un gran

terreno, simplemente empieza con lo que tienes. No necesitas comprar semillas, puedes obtener

las semillas de casi cualquier fruta o verdura que comas. Si bien hay épocas de siembra ideales

para los cultivos en el exterior, dentro de la casa podemos germinar prácticamente de todo en

cualquier momento. Así, podemos cuidar de las plantas hasta que las condiciones de

temperatura permitan sacarlas al balcón o jardín.

Elige un recipiente, idealmente de buen tamaño (al menos 20cm de profundidad) en el que

puedas contener pequeñas plantas o una sola de gran tamaño. Esto es para mantener mejor la

humedad y no estar pendientes de si la tierra está seca. Lo importante es siempre hacer

agujeros en la base del recipiente para que drene el exceso de agua.

El sustrato donde sembrarás es uno de los aspectos claves para el éxito de tu huerto!

Idealmente este sería una mezcla en partes iguales entre compost (tierra nutritiva obtenida de la

degradación de compuestos orgánicos) y fibra de coco (sustrato que favorece el drenaje del

suelo, evitando que el agua se encharque y se pudran las raíces).

Una vez que tenemos las semillas, un truco para germinarlas y calmar la ansiedad de la espera o

la incertidumbre de si crecerán o no, es ubicar una cierta cantidad de semillas entre papel

absorbente húmedo y meterlo dentro de una bolsa plástica pequeña y disponerla en un lugar

cálido. A los 3 días o hasta 2 semanas después, dependiendo del cultivo, ya sabremos qué

semillas germinaron y podemos pasarlas a tierra.

Una vez que tenemos las semillas, un truco para germinarlas y calmar la ansiedad de la espera o

la incertidumbre de si crecerán o no, es ubicar una cierta cantidad de semillas entre papel

absorbente húmedo y meterlo dentro de una bolsa plástica pequeña y disponerla en un lugar

cálido. A los 3 días o hasta 2 semanas después, dependiendo del cultivo, ya sabremos qué

semillas germinaron y podemos pasarlas a tierra.

Cuando asomen las primeras hojitas, expón la planta a la luz solar a través de una ventana.

Evita el sol directo, especialmente de la tarde. Mantén dentro de la casa hasta que tenga al

menos 10cm y las condiciones de temperatura exterior permitan su traslado.

Cuando asomen las primeras hojitas, expón la planta a la luz solar a través de una ventana.

Evita el sol directo, especialmente de la tarde. Mantén dentro de la casa hasta que tenga al

menos 10 cm y las condiciones de temperatura exterior permitan su traslado.


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Día mundial del medio ambiente

¿CÓMO CREAR MI PROPIO


SUSTRATO?
Compost hecho en casa

Hoy mismo, consigue un balde o una botella plástica de

buen tamaño o incluso una caja de cartón cubierta con

una bolsa de basura, y perfórale agujeros en la base.

Cubre con una primera capa de hojas, ramitas, pasto seco o trocitos de

cartón (estos residuos se denominan “parte seca”). Luego, agrega restos de

frutas y verduras crudas, restos de hierbas de infusión o café, o un par

cáscaras de huevo de tu cocina picados en trozos pequeños para

favorecer una degradación más rápida (estos residuos se denominan

“parte húmeda”). Luego, agrega un poco de compost o tierra que ya

tengas. Y así, vuelve a incorporar una capa de material seco, otra de

residuos de tu cocina (sólo naturales, sin condimentos, aceite, etc.), y cubre

con más tierra. Incorpora todas las capas necesarias hasta llenar el

recipiente y termina con hojas secas y un poco de tierra. La tierra

proporcionará los microorganismos que degradarán los vegetales.

Mantén el recipiente a un lugar templado donde le llegue el sol, ya

que el calor favorece la degradación, pero cúbrelo con una tapa o

plástico si lo ubicarás al exterior y hay probabilidades de lluvia

porque el exceso de agua puede hacer que se pudra la mezcla.

En un par de días verás que la mezcla se va compactando y algo de

líquido ha drenado por los orificios de la base. Ese líquido puedes

volver a incorporarlo al compost cada semana. Al menos una vez a la

semana intenta revolver el contenido del recipiente para favorecer su

aireación y evitar malos olores. Es normal que lleguen mosquitos al

compost. Dentro de 3 meses ya podrás ver si tus desechos se

convirtieron en compost para devolverle los nutrientes a la tierra. Un

buen compost es oscuro, no se distinguen los componentes, huele a

bosque y está frío. Una vez listo, puedes dejarlo secar para que sea

más fácil aplicarlo como fertilizante en tu huerto.

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