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En 1785 murió su padre, Juan Ciriaco Murillo, el cual dejó casi toda su fortuna a los hijos de
Pedro Murillo y Manuela de la Concha. Sin embargo, una tía de Pedro llamada Catalina Felipa
le entabló un juicio, disputándole los bienes dejados por Juan Ciriaco. Murillo ganó fácilmente
en la primera instancia, pero como para ello había falsificado su título de abogado, cuando más
tarde se encontraba ejerciendo su profesión en La Paz, fue denunciado y no sólo perdió el
juicio contra su tía, sino que fue declarado rebelde y tuvo que escapar de las autoridades. Sin
embargo, a inicios de 1789 fue indultado y luego de esto, Pedro Domingo Murillo se dedicó a la
actividad minera.
En 1805 formó parte de un grupo que conspiraba contra el gobierno español, pero fue
descubierto y llevado a juicio. Fue absuelto en este juicio, y, entonces, junto a otros patriotas,
comenzó a preparar la revolución con más entusiasmo, pero en secreto, en favor de la
Independencia.
En 1809, lidera un grupo de rebeldes que conspiró y se sublevó el 16 de julio de 1809. Pocos
días después, se reunieron en un cabildo para hacer conocer un documento llamado Proclama
de la Junta Tuitiva, el mismo que expresaba la liberación de las tierras del Alto Perú del Imperio
español.
Tras la Revolución del 16 de julio de 1809, los realistas enviaron tropas para reprimir la
revolución de La Paz, algunas desde el Virreinato del Perú y otras desde Buenos Aires, aunque
ya en ese momento las tropas de los regimientos integrados por criollos no querían intervenir
en una represión de un movimiento patriótico.
José Manuel de Goyeneche1 venía de Puno con el fin de sofocar la revolución, con un ejército
de 5000 hombres. Murillo, con 1000 revolucionarios, tuvo valor de presentarle batalla en
Chacaltaya (25 de octubre de 1809). Vencido, se retiró a Zongo, lugar montañoso cerca de La
Paz, pero allí fue hecho prisionero por las fuerzas del coronel Domingo Tristán, quien lo llevó a
La Paz, entregándolo a Goyeneche.
Murillo decidió escapar del ejército realista, pero fue capturado y llevado a la horca junto a
otros guerreros el 29 de enero de 1810. Antes de su ejecución pronunció las siguientes
palabras:
Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar, ¡viva la
libertad!
Cada 16 de julio, el pueblo de La Paz recuerda la lucha del año 1809. El festejo departamental
se da inicio cuando las diversas autoridades nacionales y locales encienden la llamada Tea de la
Libertad que se encuentra en la casa del susodicho, y posteriormente se realiza un desfile por
el centro de la ciudad de La Paz; en este los ciudadanos llevan en la mano teas que simbolizan
la tea de Pedro Domingo Murillo, desfile conocido como "Desfile de Teas".
Nació en el año 17652 en Tarata, valle alto , Departamento de Cochabamba, en el seno de
una familia rural acomodada y afincada en el lugar desde comienzos de ese siglo. 3 Era hijo
del arequipeño Esteban Arze Ruiz y Castro y la tarateña Mauricia Alba y Uriona. 1
Casó en primeras nupcias con Petrona Nogales y en 1795 en segundas con Manuela
Rodríguez y Terceros, del mismo pueblo. Vivió en el Valle alto, en una finca de su
propiedad cercana a Tarata, en las proximidades de La Angostura, sobre la ruta a Tarata,
en el fundo agrícola La Phajcha. Se incorporó en 1803 a las milicias de caballería de su
ciudad natal, los Patricios de la Caballería de Punata donde obtuvo el grado de alférez y
finalmente el de capitán, máximo grado que alcanzó en el ejército real.