Boletín Parroquial /julio 2023
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Boletín Parroquial /julio 2023
PAZ Y BIEN
BOLETÍN PARROQUIAL
AÑO XXIX JULIO 2023 - NRO. 319
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"No debo, no puedo, no quiero"
En la época de Gaspar, Roma y los Estados Pontificios estaban ocupados por las
tropas de Napoleón. La noche del 5 al 6 de julio de 1809 la crítica situación llegó a su
clímax y el Papa Pío VII fue encarcelado y deportado. Contemporáneamente, Napo-
león obligó a los obispos y párrocos de la ciudad a firmar un juramento de lealtad al
nuevo régimen. El 13 de junio de 1810 el juramento se impuso también a Gaspar, quien
sin embargo hizo su objeción de conciencia pronunciando las famosas palabras: "No
debo, no puedo, no quiero". En ese momento fue encarcelado y llevado al exilio. Cum-
plió su condena en las cárceles de Piacenza, luego en Bolonia, Imola y finalmente en
Lugo, cerca de Ravena, por un total de cuatro años. No volverá a Roma hasta 1814.
Un "terremoto espiritual"
Había en aquel entonces principalmente dos plagas que afligían a Roma y que
Gaspar y sus misioneros debían enfrentar: la masonería y el bandolerismo. Contra las
sociedades secretas, consideradas como las fraguas de un peligroso secularismo
ateo, sus habilidades como predicador tocaron las cimas y alcanzaron resultados
inesperados: logró volver a poner en el camino de la fe y de la vida cristiana a logias
enteras y sacar a la luz un problema oculto, tanto que se ganó el apodo del "martillo
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de los sectarios". No menos eficaz fue su trabajo con los bandoleros: yendo en una
misión por el camino entre Roma y Nápoles, armado sólo con un crucifijo y la miseri-
cordia evangélica, Gaspar se acercó a ellos, les explicó el amor de Jesús que lo llevó a
ofrecer su vida y su sangre en sacrificio para la salvación de toda la humanidad. Y así,
poco a poco, logró lo que hasta entonces nadie había obtenido: una ciudad menos vio-
lenta y más segura.
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Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos. Cristo óyenos.
Cristo escúchanos. Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Sangre de Cristo, hijo único del Padre Eterno, sálvanos.
Sangre de Cristo, Verbo encarnado, sálvanos.
Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo Testamento, sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra durante su agonía, sálvanos.
Sangre de Cristo, vertida en la flagelación, sálvanos.
Sangre de Cristo, que emanó de la corona de espinas, sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz, sálvanos.
Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación, sálvanos.
Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber remisión, sálvanos.
Sangre de Cristo, alimento eucarístico y purificación de las almas, sálvanos.
Sangre de Cristo, manantial de misericordia, sálvanos.
Sangre de Cristo, victoria sobre los demonios, sálvanos.
Sangre de Cristo, fuerza de los mártires, sálvanos.
Sangre de Cristo, virtud de los confesores, sálvanos.
Sangre de Cristo, fuente de virginidad, sálvanos.
Sangre de Cristo sostén de los que están en peligro sálvanos.
Sangre de Cristo, alivio de los que sufren, sálvanos.
Sangre de Cristo, consolación en las penas, sálvanos.
Sangre de Cristo, espíritu de los penitentes, sálvanos.
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Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos, sálvanos.
Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones, sálvanos.
Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna, sálvanos.
Sangre de Cristo que libera a las almas del Purgatorio, sálvanos.
Sangre de Cristo, digna de todo honor y de toda gloria, sálvanos.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
Oremos:
¡Amén!
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Jesús es mi amigo
Eres Jesús, mi buen amigo sincero,
compañero fiel, en los momentos tristes,
tú sólo paz, a mi alma trajiste ,
estar contigo, para siempre, quiero.
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JULIO 2023
01.07 1º Sábado de mes, dedicado al Inmaculado Corazón de María
02.07 Recordamos a la Virgen del Rocío
03.07 Santo Tomás, apóstol
06.07 Santa María Goretti
07.07 San Fermín - 1º Viernes de mes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús
8,30 hs a 19 hs. Exposición Santísimo Sacramento
09.07 Ntra. Sra. de Itatí
11.07 San Benito Abad
14.07 San Camilo de Lelis
16.07 Ntra. Sra. del Carmen
22.07 Santa María Magdalena
24.07 San Francisco Solano
25.07 Santiago Apóstol
26.07 Santa Ana y San Joaquín (padres de la Virgen María)
27.07 San Pantaleón
29.07 Santa Marta
Todos los meses...
Los días 7: Recordamos a San Cayetano. Rezamos por el pan y el trabajo.
Los días 8: Recordamos a Ntra. Sra. que Desata los Nudos.
De 8.30 a 18.30 hs. Rosario c/hora. 19.00 hs. Misa.
Los días 11: Recordamos a Nuestra Señora de Lourdes.
18.30 hs. Rosario en la Gruta. Procesión hacia el Templo.
19.00 hs. Misa.
Los días 19: Recordamos a San Expedito.
Los días 24: Recordamos a San Juan Bautista.
Los días 26: Recordamos a Jesús Misericordioso.
Horarios de Misa: lunes a sábado 19hs; domingo: 11 y 19hs; Rezo del Santo Rosario: todos los días 18:30hs
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LAS QUEJAS DE JESÚS
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¿Puedo comulgar si no voy a misa habitualmente?
Devolvámosle a la misa su verdadero sentido para que podamos
comprender el inmenso bien que nos hace recibir la Comunión
Pues depende a qué misa no vas… Claro que puedes comulgar si no vas a
misa todos los días o si estás en gracia para hacerlo, pero lo importante es no
faltar a la misa dominical. Si faltas a la misa dominical, antes de poder comul-
gar de nuevo debes confesarte.
La participación en la celebración
común de la Eucaristía dominical es
un testimonio de pertenencia y de fi-
delidad a Cristo y a su Iglesia.
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Los fieles proclaman así su comunión en la fe y la caridad. Testi-
monian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la salvación. Se re-
confortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo». Catecismo 2181,
2182
Si para nosotros es importante nuestra relación con Dios, debe im-
portarnos ir a misa, recibir su cuerpo, entrar en comunión con Él y con
los demás, testimoniar que lo amamos y que hace parte fundamental de
nuestra vida.
Comulgar con Dios de forma plena recibiendo la Eucaristía,
nos alimenta como creyentes y nos permite no apartarnos del camino.
Los cristianos no prescindimos de la Eucaristía dominical, y tratamos
de comulgar, porque de este modo nos unimos íntimamente a Cristo, nos
hacemos uno con Él.
Recibir la comunión
También es cierto que hay otras faltas que te privan de la comu-
nión, no ir a misa no es la única de ellas.
Podemos perder la gracia de Dios si nos alejamos de Él desde nues-
tra libertad y conciencia. Si no vivimos plenamente el amor con los demás,
con nosotros mismos, con la creación y con nuestro creador.
Se trata de devolverle a la misa su verdadero sentido, un tanto os-
curecido con el paso de los tiempos.
Que la misa no sea solo un acto de devoción personal en el que las
personas se encuentren individualmente con Jesús, sino que en ella, la
comunidad se reúne para alimentarse del cuerpo de Cristo y para sacar
de ahí fuerzas para comprometerse en la transformación del mundo.
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Nos dice el papa Benedicto XVI:
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