Boletín Parroquial /julio 2023

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Parroquia San Juan Bautista

PAZ Y BIEN
BOLETÍN PARROQUIAL
AÑO XXIX JULIO 2023 - NRO. 319

Oración a la Sangre de Jesús de San Gaspar del Búfalo:


S. GASPAR DEL
BUFALO, SACERDOTE, Oh, preciosa sangre de mi Señor,
FUNDADOR DE LOS que yo te ame y te alabe para siempre.
MISIONEROS DE LA ¡Oh, amor de mi Señor convertido en una llaga!
PRECIOSÍSIMA Cuán lejos estamos de la conformidad con tu vida.
SANGRE Oh Sangre de Jesucristo, bálsamo de nuestras almas,
(pág. 2) fuente de misericordia, deja que mi lengua,
impregnada por tu sangre en la celebración diaria de la misa,
AGENDA te bendiga ahora y siempre.
(pág. 8) Oh, Señor, ¿quién no te amará?
¿Quién no arderá de agradecido afecto por ti?
LAS QUEJAS DE JESÚS
Tus heridas, tu sangre, tus espinas, la cruz,
(pág. 9)
la sangre divina en particular, derramada hasta la última gota,
¿PUEDO COMULGAR ¡con qué elocuente voz grita a mi pobre corazón!
SI NO VOY A MISA Ya que agonizaste y moriste por mí para salvarme,
HABITUALMENTE? yo daré también mi vida, si será necesario,
(pág. 10) para poder llegar a la bendita posesión del cielo.
Oh Jesús, que te has hecho redención para nosotros,
de tu costado abierto, arca de la salvación, horno de la caridad,
salió sangre y agua, signo de los sacramentos
y de la ternura de tu amor,
¡Seas adorado y bendecido por siempre, oh Cristo,
que nos has amado y lavado en tu preciosísima sangre! Amén.

Pte. Juan D. Perón 2998. Valentín Alsina. 4208-8234


https://parroquiasjuanbautista.blogspot.com.ar/ psanjuanbautista1
Secretaría Parroquial: Martes y Viernes de 17 a 18:30 hs.
S. GASPAR DEL BUFALO, SACERDOTE, FUNDADOR DE LOS
MISIONEROS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE

La noble y decaída familia romana del Búfalo,


el 6 de enero de 1786 se alegró por el nacimiento
de un hijo que, habiendo llegado a este mundo en la
solemnidad de la Epifanía, fue bautizado con los
nombres de Gaspar, Baltasar y Melchor. Desde una
temprana edad se sintió atraído por la oración y la
penitencia. Gaspar estudió en el Colegio Romano,
entonces confiado al clero secular, tras la supresión
de la Compañía de Jesús. Dado que su padre era co-
cinero en el Palacio Altieri, frente a la Iglesia de
Jesús, Gaspar aprendió a conocer y venerar a san
Francisco de Sales, a quien atribuyó una curación
milagrosa obtenida en su juventud.

Entre los carreteros y campesinos: los " barozzari"

En 1798 Gaspar entró al seminario, vistió la sotana y comenzó a proporcionar


asistencia espiritual y material a los menesterosos y abandonados de Roma. Se distin-
guió, en particular, por su gran dedicación al apostolado del catecismo que organizó
en el oratorio de la iglesia de Santa María del Llanto, donde explicaba con lenguaje
sencillo los principios de la fe cristiana, especialmente a los "barozzari": los campesi-
nos y carreteros que llevaban la paja al campo llamado "Campo Vacuno", como se lla-
maba entonces el abandonado Foro Romano. También se preocupó de preparar un gru-
po de jóvenes capaces para la enseñanza de la catequesis y los envió a servir a los po-
bres, reviviendo de hecho la Ópera de Santa Gala. En 1808, finalmente, fue ordenado
sacerdote e intensificó el apostolado entre las empobrecidas clases trabajadoras,
transformando, entre otras cosas, la pequeña iglesia de Santa María en Pincis, cerca
de la Rupe Tarpea, en un floreciente centro de piedad.

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"No debo, no puedo, no quiero"
En la época de Gaspar, Roma y los Estados Pontificios estaban ocupados por las
tropas de Napoleón. La noche del 5 al 6 de julio de 1809 la crítica situación llegó a su
clímax y el Papa Pío VII fue encarcelado y deportado. Contemporáneamente, Napo-
león obligó a los obispos y párrocos de la ciudad a firmar un juramento de lealtad al
nuevo régimen. El 13 de junio de 1810 el juramento se impuso también a Gaspar, quien
sin embargo hizo su objeción de conciencia pronunciando las famosas palabras: "No
debo, no puedo, no quiero". En ese momento fue encarcelado y llevado al exilio. Cum-
plió su condena en las cárceles de Piacenza, luego en Bolonia, Imola y finalmente en
Lugo, cerca de Ravena, por un total de cuatro años. No volverá a Roma hasta 1814.

Un "terremoto espiritual"

En 1815 Gaspar fundó una nueva Congregación llamada Misioneros de la Preciosí-


sima Sangre. Esta era la devoción que sentía más cercana, estrechamente ligada a la
del Sagrado Corazón de Jesús, y se convirtió en su más ardiente apóstol. En realidad,
él mismo había experimentado que sólo el amor de Cristo, que había derramado su
sangre para la redención de los hombres, era el recurso y el medio más eficaz para
obtener la conversión de nuestra humanidad herida por el pecado. Pío VII se dio
cuenta de su celo apostólico y confió a su Congregación la tarea de reevangelizar los
territorios de los Estados Pontificios y para promover la renovación de la fe y de la
vida cristiana. En la práctica le pidió que fuera allí donde nadie quería ir y que se en-
frentara a gente con la que nadie habría querido establecer algún tipo di amistad.

El "martillo de los sectarios"

Había en aquel entonces principalmente dos plagas que afligían a Roma y que
Gaspar y sus misioneros debían enfrentar: la masonería y el bandolerismo. Contra las
sociedades secretas, consideradas como las fraguas de un peligroso secularismo
ateo, sus habilidades como predicador tocaron las cimas y alcanzaron resultados
inesperados: logró volver a poner en el camino de la fe y de la vida cristiana a logias
enteras y sacar a la luz un problema oculto, tanto que se ganó el apodo del "martillo

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de los sectarios". No menos eficaz fue su trabajo con los bandoleros: yendo en una
misión por el camino entre Roma y Nápoles, armado sólo con un crucifijo y la miseri-
cordia evangélica, Gaspar se acercó a ellos, les explicó el amor de Jesús que lo llevó a
ofrecer su vida y su sangre en sacrificio para la salvación de toda la humanidad. Y así,
poco a poco, logró lo que hasta entonces nadie había obtenido: una ciudad menos vio-
lenta y más segura.

La muerte y la canonización del "ángel de la paz"

En 1834, gracias a la colaboración de María De Mattias, a quien había conocido


a los 17 años, Gaspar fundó la rama femenina de la congregación: las Hermanas Ado-
ratrices de la Preciosísima Sangre de Cristo, que hoy en día tienen misiones en todo
el mundo, especialmente en India y Tanzania. Tres años después murió. Fue canoniza-
do por Pío XII en 1954. Hablando de él a los miembros del Capítulo General de la
Congregación el 14 de septiembre de 2001, Juan Pablo II les dijo: "Confiado en que
la petición del Papa era una orden de Cristo, vuestro Fundador no dudó en obedecer,
aunque el resultado fue que muchos le acusaron de ser demasiado innovador. Arrojan-
do sus redes en las profundas y peligrosas aguas, hizo una sorprendente pesca."

Letanías de la Preciosa Sangre de Cristo

El 1 de julio es el día de la fiesta


de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor,
por lo que, tradicionalmente, este mes se
consagra a esa Sangre Preciosa que fue
derramada por Nuestro Redentor como
precio de nuestra salvación.
Es recomendable rezar estas letanías
todos los días del mes de julio.

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Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos. Cristo óyenos.
Cristo escúchanos. Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Sangre de Cristo, hijo único del Padre Eterno, sálvanos.
Sangre de Cristo, Verbo encarnado, sálvanos.
Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo Testamento, sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra durante su agonía, sálvanos.
Sangre de Cristo, vertida en la flagelación, sálvanos.
Sangre de Cristo, que emanó de la corona de espinas, sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz, sálvanos.
Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación, sálvanos.
Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber remisión, sálvanos.
Sangre de Cristo, alimento eucarístico y purificación de las almas, sálvanos.
Sangre de Cristo, manantial de misericordia, sálvanos.
Sangre de Cristo, victoria sobre los demonios, sálvanos.
Sangre de Cristo, fuerza de los mártires, sálvanos.
Sangre de Cristo, virtud de los confesores, sálvanos.
Sangre de Cristo, fuente de virginidad, sálvanos.
Sangre de Cristo sostén de los que están en peligro sálvanos.
Sangre de Cristo, alivio de los que sufren, sálvanos.
Sangre de Cristo, consolación en las penas, sálvanos.
Sangre de Cristo, espíritu de los penitentes, sálvanos.

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Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos, sálvanos.
Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones, sálvanos.
Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna, sálvanos.
Sangre de Cristo que libera a las almas del Purgatorio, sálvanos.
Sangre de Cristo, digna de todo honor y de toda gloria, sálvanos.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

V.- Nos rescataste, Señor, por tu Sangre.


R.- E hiciste nuestro el reino de los cielos.

Oremos:

Dios Eterno y Todopoderoso que


constituiste a tu hijo único Redentor
del mundo, y que quisiste ser apaciguado
por su sangre, haz que venerando el precio
de nuestra salvación y estando protegidos
por él sobre la tierra contra los males
de esta vida, recojamos la recompensa
eterna en el Cielo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

¡Amén!

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Jesús es mi amigo
Eres Jesús, mi buen amigo sincero,
compañero fiel, en los momentos tristes,
tú sólo paz, a mi alma trajiste ,
estar contigo, para siempre, quiero.

Mi más acérrimo compañero,


en las horas tristes y en las aciagas
eres luz incandescente, que sana mis llagas,
eres mi guía, apóstol austero.

Tú, el árbol de la vida, de ramas siempre erguidas,


me regalas tus brazos de ternura
tus ojos dulces de infinita dulzura
que siempre levantan almas afligidas.

Mi maestro de la vida, mi luz en el sendero,


que me enseñas los caminos del amor,
todos los valores en su esplendor,
en estos versos quiero, ser halaguero.

Tú eres el camino, la verdad y la vida


eres divinidad y hombre perfecto,
creador de las bellezas del mundo, gran arquitecto,
yo te canto emocionada, al darte la loa debida.

A ti quiero seguirte, a ti quiero adorarte,


no hay barrera en el mundo ,
que pretenda de mi separarte,
por ti guardo, sentimiento profundo.

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JULIO 2023
01.07 1º Sábado de mes, dedicado al Inmaculado Corazón de María
02.07 Recordamos a la Virgen del Rocío
03.07 Santo Tomás, apóstol
06.07 Santa María Goretti
07.07 San Fermín - 1º Viernes de mes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús
8,30 hs a 19 hs. Exposición Santísimo Sacramento
09.07 Ntra. Sra. de Itatí
11.07 San Benito Abad
14.07 San Camilo de Lelis
16.07 Ntra. Sra. del Carmen
22.07 Santa María Magdalena
24.07 San Francisco Solano
25.07 Santiago Apóstol
26.07 Santa Ana y San Joaquín (padres de la Virgen María)
27.07 San Pantaleón
29.07 Santa Marta
Todos los meses...
Los días 7: Recordamos a San Cayetano. Rezamos por el pan y el trabajo.
Los días 8: Recordamos a Ntra. Sra. que Desata los Nudos.
De 8.30 a 18.30 hs. Rosario c/hora. 19.00 hs. Misa.
Los días 11: Recordamos a Nuestra Señora de Lourdes.
18.30 hs. Rosario en la Gruta. Procesión hacia el Templo.
19.00 hs. Misa.
Los días 19: Recordamos a San Expedito.
Los días 24: Recordamos a San Juan Bautista.
Los días 26: Recordamos a Jesús Misericordioso.
Horarios de Misa: lunes a sábado 19hs; domingo: 11 y 19hs; Rezo del Santo Rosario: todos los días 18:30hs
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LAS QUEJAS DE JESÚS

Yo soy el Camino y no me buscas.


Yo soy la Verdad y no me crees.
Yo soy la Vida y pareces muerto.
Yo soy tu Redentor y se te olvida.
Soy tu Salvador y me rechazas.
Soy misericordioso y siempre abusas.
Soy tú Guía y no me sigues.
Soy justo y desconfías.
Soy Amor y me persigues.
Soy Luz y no me miras.
Me dices Maestro y nunca aprendes.
Me dices Pastor y no me oyes.
Me dices Señor y no me obedeces.
Me dices Rey y de mi te burlas.
Me llamas Eterno y no me esperas.
Me llamas bueno y no me estimas.
Me llamas Santo y no me imitas.
Te pido y no me das.
Me llamas amigo y me traicionas.
Te doy y exiges más.
Me llamas dueño y no me sirves.
Te hago fuerte y te doblegas.
Me llamas rico y no me pides.
Te hago poderoso y esclavizas.
Te di inteligencia y no me entiendes.
Te hago rico y te corrompes.
Te di voluntad y me resistes.
Te hago pobre y me maldices.
Te perdono y más me ofendes.
Te hago sabio y me desprecias.
Te espero y nunca llegas.
Te hago importante y me denigras.
Te ayudo y me criticas.
Te hago sano y te envileces.
Te cuido y no agradeces.

En fin, Soy tu Dios y no me temes.


Dime hijo mío que más quieres que haga por ti,
tuya es mi Gloria si la quieres, si eres desdichado no me culpes
por que he venido a darte todo esto y en abundancia…!!_

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¿Puedo comulgar si no voy a misa habitualmente?
Devolvámosle a la misa su verdadero sentido para que podamos
comprender el inmenso bien que nos hace recibir la Comunión
Pues depende a qué misa no vas… Claro que puedes comulgar si no vas a
misa todos los días o si estás en gracia para hacerlo, pero lo importante es no
faltar a la misa dominical. Si faltas a la misa dominical, antes de poder comul-
gar de nuevo debes confesarte.

¿Por qué es tan importante la misa dominical?


La misa del domingo es muy importante para los que tenemos fe. Nos lo expli-
ca el Catecismo:

«La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica


cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía
los días de precepto, a no ser que estén
excusados por una razón seria (por
ejemplo, enfermedad, el cuidado de ni-
ños pequeños) o dispensados por su pas-
tor propio (cf CIC can. 1245). Los que
deliberadamente faltan a esta obligación
cometen un pecado grave».

La participación en la celebración
común de la Eucaristía dominical es
un testimonio de pertenencia y de fi-
delidad a Cristo y a su Iglesia.

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Los fieles proclaman así su comunión en la fe y la caridad. Testi-
monian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la salvación. Se re-
confortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo». Catecismo 2181,
2182
Si para nosotros es importante nuestra relación con Dios, debe im-
portarnos ir a misa, recibir su cuerpo, entrar en comunión con Él y con
los demás, testimoniar que lo amamos y que hace parte fundamental de
nuestra vida.
Comulgar con Dios de forma plena recibiendo la Eucaristía,
nos alimenta como creyentes y nos permite no apartarnos del camino.
Los cristianos no prescindimos de la Eucaristía dominical, y tratamos
de comulgar, porque de este modo nos unimos íntimamente a Cristo, nos
hacemos uno con Él.

Recibir la comunión
También es cierto que hay otras faltas que te privan de la comu-
nión, no ir a misa no es la única de ellas.
Podemos perder la gracia de Dios si nos alejamos de Él desde nues-
tra libertad y conciencia. Si no vivimos plenamente el amor con los demás,
con nosotros mismos, con la creación y con nuestro creador.
Se trata de devolverle a la misa su verdadero sentido, un tanto os-
curecido con el paso de los tiempos.
Que la misa no sea solo un acto de devoción personal en el que las
personas se encuentren individualmente con Jesús, sino que en ella, la
comunidad se reúne para alimentarse del cuerpo de Cristo y para sacar
de ahí fuerzas para comprometerse en la transformación del mundo.

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Nos dice el papa Benedicto XVI:

La «comunión» es realmente la buena nueva, el remedio que


nos ha dado el Señor contra la soledad, que hoy amenaza a todos;
es el don precioso que nos hace sen-
tirnos acogidos y amados en Dios, en
la unidad de su pueblo congregado en
nombre de la Trinidad; es la luz que
hace brillar a la Iglesia como estan-
darte enarbolado entre los pueblos:
«Si decimos que estamos en comu-
nión con él, y caminamos en tinieblas,
mentimos y no obramos la verdad.
Pero si caminamos en la luz, como él
mismo está en la luz, estamos en co-
munión unos con otros (1 Jn 1, 6-7).

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