Rs La Misic3b3n de Dios y La Prosperidad Econc3b3mica

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LA MISIÓN DE DIOS Y LA PROSPERIDAD ECONÓMICA

Richard L. Smith, PhD

La actividad económica está escrita en el ADN de la imago Dei. El homo economicus estaba vivo y
bien en el jardín. Los seres humanos fueron creados con la capacidad de producción y consumo.
Dios, el economista divino, proveyó siempre todo lo que la humanidad (y la naturaleza)
necesitaban para prosperar. El paraíso era el nexo con la presencia de Dios, la paz y la prosperidad,
en el ambiente divino. En un principio la misión de Dios fue extender esta economía del jardín por
toda la tierra a través de la humanidad.

Sin embargo, desde la caída la misión de la humanidad es la recreación y la globalización del


ambiente divino –en supuestos apóstatas–. Debido a Satanás, el pecado y la maldición, toda
nuestra política económica y práctica, la producción y el consumo, son sesgados y problemáticos.
Sentimos el vínculo entre la espiritualidad y la economía, pero nuestros sistemas económicos son
a menudo empañados por la idolatría y la corrupción. A medida que extendemos nuestro poderío
económico, el resultado es a menudo el imperio, la conquista y la explotación. Todo lo que
hacemos económicamente ocurre dentro del contexto de la antítesis y la gracia común –y la
escatología–. No podemos escapar de este marco limitador, más aun, hay oportunidades en que
debemos abrazar por el bien de la misión de Dios en la creación.

En este artículo se describen los aspectos económicos de la misión de Dios antes y después de la
caída. La primera parte explora la economía edénica y los resultados desastrosos del pecado y de
la maldición. A continuación, ofrezco cuatro casos de estudio surgidos de la historia bíblica: el
paradigmático entorno económico-social de Caín y Babel, Egipto, Israel y Roma. La tercera sección
plantea varios problemas hermenéutico/apologéticos que resultan de este relato bíblico. La parte
final sugiere que el consumismo es el nuevo y peligroso imperio creado por la caída del homo
economicus.

I. LA MISIÓN DE DIOS

Abraham Kuyper una vez declaró: «En la extensión total de la vida humana no hay un solo
centímetro cuadrado del cual Cristo, el único que es soberano, no declare: ”Esto es mío”»1. De
manera similar, la Biblia declara que Dios es el creador y mayordomo ontológico de todo lo que
existe. Todas las esferas de la vida, todos los aspectos de la existencia, toda meta, motivación,
estructura, ideología y sistema deben ser evaluados en relación con la misión escatológica de Dios.

Esa, es la misma misión que al principio. Debido a su gran amor, Dios creó un ambiente físico en el
cual habitar con la corona de la creación, la humanidad. La gran recompensa y la meta de la
humanidad era la presencia misma de Dios.2 Desde la entrada del pecado, toda la actividad de

1
Citado por R.E.L. Rodgers, The Incarnation of the Antithesis: An Introduction to the Educational Thought
and Practice of Abraham Kuyper (Edinburgh: Pentland Press, 1992), 61.
2
Quizás, Agustín lo dijo mejor que cualquier otro ser humano: «Dios mismo, que es el Autor de la virtud,
será nuestra recompensa. Como no hay nada más grande o mejor que el mismo Dios, Dios nos ha prometido
a sí mismo ¿Qué más pueden significar sus palabras al decir del profeta: "Yo seré vuestro Dios, y vosotros
Dios es redentora y re-creativa con este propósito: hacernos santos, para que podamos vivir con Él
en un ambiente sagrado –para siempre–. La encarnación, el ministerio y el sacrificio de Jesucristo
otorgan a este plan la capacidad de ser exitoso, ya que Cristo terminará la obra que Adán no hizo.
El director del proyecto, por así decirlo, es el Espíritu Santo, quien dará lugar a la "renovación de
todas las cosas", en los "cielos nuevos y tierra nueva, en que habite la justicia", usando las
palabras de 2 Pedro 3:13. Sintetizando, Dios está en el proceso de poblar su iglesia y un día Él
morará con nosotros para siempre en su reino: el tabernáculo eterno, el planeta en su totalidad, la
creación renovada. En este templo eterno, toda la creación florecerá para la gloria eterna de Dios.
En palabras del Shorter Catechism [Catecismo Abreviado de Westminster], la humanidad alcanzará
su fin último: "glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre".

II. ANTÍTESIS

Sin embargo, sabemos por experiencia personal y de la revelación bíblica, que el plan de Dios se
vio interrumpido por las estratagemas de Satanás y el advenimiento del pecado. Ahora vivimos en
este "presente siglo de maldad" (Gál. 1:4) como dijo Pablo o "debajo del sol" (Ecl. 1:3) como
Cohélet escribió. En paralelo a la misión re-creadora de Dios, Satanás intenta crear un fraudulento
reino con él mismo como cabeza, gobernando sobre la humanidad caída en un entorno físico lleno
de maldición. Por esta razón Génesis narra el desarrollo de dos "semillas": la trágica simiente de
Caín, con su maldad creciente que culmina en la Torre de Babel, y la semilla de Seth, que culmina
con el llamado de Abraham y la promesa de Dios de bendecir a "todos los pueblos" (Gn . 12:1-3).
Por lo tanto, la existencia de paralelos cósmicos, agendas espirituales activas en este mundo, se
evidencian en cada corazón y cada relación humana. Uno es santo; el otro impío. Una de ellas es
verdadera; la otra ilusoria. Uno de ellos es saludable y justo; el otro es destructivo y sucio. Uno
lleva a la vida; otro a la muerte. Uno tendrá éxito; el otro fallará. Un reino representa el verdadero
Dios; el otro un impostor, un ídolo. La expulsión del Edén y la maldición resultante, por lo tanto,
significa hostilidad y frustración, la ambivalencia y el enigma en todos los ámbitos de la existencia.
(Gn. 3:14-19, Mar. 7:21-22, Rom. 1:28-32).

La picadura de esta antinomia es claramente experimentada en la propia naturaleza humana y se


manifiesta preeminentemente en el ámbito económico. Los hombres y las mujeres fueron creados
para una relación especial con Dios. Somos por naturaleza seres adoradores, homo adorans
(hombre, el adorador). Tristemente, sin embargo, esta orientación espiritual es a menudo dirigida
a objetos inútiles (como reyes-dioses) y con propósitos destructivos (ideologías de adquisición e
imperio, por ejemplo). Dios hizo a los seres humanos a su divina imagen para gobernar.3 Dios, el
rey supremo y administrador del cosmos, espera que su vice-regente humano cuide, proteja y

seréis mi pueblo" que "yo seré su satisfacción, voy a ser todo lo que la gente honorable desee - vida, salud,
alimentación, satisfacción, gloria, honor, paz, y todas las cosas buenas? "Esto, también, es la interpretación
correcta de lo que dice el apóstol “Que Dios sea todo en todos." Dios será el fin de todos nuestros deseos,
que será visto eterno, amado sin reservas, y alabado sin cansancio. (The City of God 22, 30, 5)
3
En hebreo este versículo sugiere propósito o resultado y se puede leer "Hagamos al hombre (...) para que
pueda regir sobre la tierra". (Christopher. Wright, Old Testament Ethics for the People of God.[Downers
Grove, Il: InterVarsity Press, 2004], 119, Note 21; Lowery, Sabbath and Jubilee [St Lious: Chalice Press, 2000],
119; I. Hart, “Genesis 1:1-2:3 como un prólogo para el libro de Génesis , "Boletín Tyndale 46 (1995): 319-320.
desarrolle su propiedad, por así decirlo, por honor de su nombre y en beneficio de sus criaturas.
Por desgracia, los seres humanos a menudo descuidan y abusan del mundo natural y entre sí. Ser
la imagen de Dios significa que los seres humanos son seres creativos. Los hombres y las mujeres
utilizan la creación para re-hacer y re-organizar cosas nuevas con la materia prima que Dios
provee. Como resultado, podemos hacer objetos atractivos y útiles como cuadros, casas,
extremidades artificiales y software. En este sentido, los seres humanos son homo sapiens
(hombre, el pensador), así como homo faber (hombre, el fabricante). Sin embargo, trágicamente
los seres humanos no hacen extensivos de manera justa los beneficios de su creatividad y
productividad a todos los que tienen la necesidad o el derecho de disfrutarlos. Si bien los seres
humanos crean cultura, desafortunadamente, a menudo creamos "mundos compartidos" que son
crueles, injustos y opresivos.4 Rutinariamente, el homo economicas intenta recrear el paraíso o
utopía en la tierra.

III. GRACIA COMÚN

Sin embargo, el creador no abandonó la creación o su misión. En el período intermedio entre la


creación y la "renovación de todas las cosas", la gracia común de Dios hace la vida soportable,
incluso dulce. La gracia común en la cultura frena los posibles males. A menudo no somos tan
malos como podríamos ser, aunque sin duda hay excepciones; y, por otra parte, a veces lo
hacemos mucho mejor de lo esperado. A través de la gracia común Dios permite a los seres
humanos desarrollar tecnologías y sistemas para mejorar a toda la humanidad. A través de la
gracia común las instituciones civiles comunes y las políticas públicas restringen el mal. La
compasión y el cuidado son extendidos a la comunidad. A través de la gracia común la humanidad
produce manifestaciones artísticas de todo tipo: belleza en el arte, la música y la arquitectura. Lo
más importante, debido a la gracia común, el mundo no se autodestruye, permitiendo que el plan
redentor y restaurador de Dios se revele. Por lo tanto, afortunadamente Dios "no se dejó a sí
mismo sin testimonio: Él ha mostrado amabilidad dándonos lluvias del cielo y estaciones
fructíferas, proporcionándonos abundante alimento y llenando nuestros corazones de gozo"
(Hech. 14:17). Mientras la situación posterior a la caída se caracteriza por el trauma y la paradoja,
al mismo tiempo el mundo estalla con la misericordia de Dios y los seres humanos son habilitados
para alcanzar nobles aspiraciones.

Debido a la gracia común a veces somos testigos de hechos extraordinarios de beneficencia,


administración y justicia económica. A veces, la riqueza comparte sus ricos recursos con increíble
abundancia y creatividad. A veces, los ricos de este mundo se vuelven de su ídolo Mammon para
"servir al Dios vivo y verdadero" (1 Tes. 1:9). A veces, las fuerzas armadas se abstienen del pillaje y
el saqueo, y las naciones de la explotación colonial. A veces, los estados establecen políticas
sustentables para proteger y cuidar a los necesitados, así como también lo hacen con la Tierra.

4
Ver Theodore Turnau, “Equipping Students to Engage Popular Culture” [Equipando a Estudiantes para
Involucrarse en la Cultura Popular], en The Word of God for the Academy in Contemporary Culture(s) [La
Palabra de Dios y la Academia en la Cultura/s Contemporanea/s], (ed. J. B. Hulst; Budapest: Karoli Gaspar
Reformed University Press, 2003), 135-58.
Afortunadamente, el registro de la misericordia de Dios después de la caída de Adán y Eva, y las
promesas implícitas en la maldición (Gn. 3:14-15) indican que un día habrá un cambio cósmico de
los sucesos. Dios un día deshará la maldición, corregirá todos los males, hará renacer todas las
relaciones rotas y restaurará en su casa toda su gloria sabática. Mientras tanto, cada reactivación
del amor evangélico y toda manifestación de justicia económica y social en este tiempo de la vida
nos anticipan la restauración y la conversión aún por venir en la mayordomía cósmica de Dios.

VI. LA ECONOMÍA DIVINA

La palabra "economía" tiene un pedigree antiguo. El término griego oikonomia, significa


"administración hogareña" o "la ley o la gestión de un hogar". Oikonomia refiere a los mecanismos
y la logística, expectativas, valores, estructuras y prácticas que sustentan la vida humana y su
prosperidad, así como el ambiente natural en que se desarrollan. Oikonomia responde preguntas
tales como: ¿Todo el mundo asociado a esta familia tiene acceso justo y equitativo a las materias
primas y servicios?, ¿están la equidad y oportunidad, la justicia y la compasión al alcance de
todos?, ¿el orden y la armonía, la satisfacción y la realización caracterizan las relaciones sociales
del oikos (casa)?, ¿la humanidad prospera? , ¿todos poseen la "capacidad de crecer como seres
humanos dentro de los límites ecológicos de un planeta finito”?5 En otras palabras, ¿la casa está
bien administrada?, ¿el dueño de casa está haciendo bien su trabajo?, ¿son los miembros de la
casa confiables y productivos?

Génesis 1-2 presenta al divino arquitecto y omnipotente economista, al haber llamado a existencia
a los sistemas de soporte para la vida (aire, luz, tierra, vegetación) esenciales para el sustento de
su casa.6 Él le ordenó a la tierra producir "según sus diversas clases". Le dio frutos, granos y un
abundante suministro de agua. Él ordenó el espacio, separando la tierra del mar. Él ordenó el
tiempo y la regularidad, invocando el ciclo de veinticuatro horas, las estaciones y el Sabbat. Él
estableció todas las condiciones necesarias que los seres humanos presuponen en todo momento
y en cada actividad. Y, después de haber completado su trabajo, calificó su obra como "buena",
incluso "muy buena". Como resultado, el sustento encuentra origen en la bondad de Dios. Él "da"
(1:29-20) y la gracia es la modalidad de intercambio en la economía de Dios. El "bendice" (1:22,
28) y su poder infunde vida en todas las cosas creadas. En efecto, el Edén fue la fuente de vida y el
árbol de vida estaba en su centro7. Más importante aún, en la economía primitiva de Dios, había
un edénico nexo entre su presencia (divino santuario), la paz (Shalom) y la prosperidad. Esta
vinculación edénica se ve claramente con referencia a Canaán en Levítico 26:6, 9-12:

5
Tim Jackson, Prosperity Without Growth: Economics for a Finite Planet (London: Earthscan, 2010), 16.
6
Ver Bruce J. Waltke, Genesis (Grand Rapids: Zondervan Publishing, 2001), 61.
7
Curiosamente, el verbo "crear", bārā, que se utiliza de forma única respecto a Dios, para indicar su
creación ex nihilo y sabiduría soberana; también puede significar "engordar a uno mismo". En el mundo
antiguo, la corpulencia indicaba a menudo prosperidad y salud. Hay una sensación de que Dios creó un
mundo "gordo", lleno de abundancia, bondad, belleza y aún en exceso. Eden, de hecho, significa "felicidad"
o "deleite".
Daré también paz en la tierra, para que durmáis sin que nadie os atemorice…Me volveré
hacia vosotros y os haré fecundos y os multiplicaré y confirmaré mi pacto con vosotros. Y
comeréis de las provisiones almacenadas y tendréis que sacar lo almacenado para guardar
lo nuevo. Además, haré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os aborrecerá.
Andaré entre vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.

Así, en la casa de Dios y dentro de su oikonomia las condiciones para florecer y prosperar estaban
dadas para todas las cosas creadas. En el jardín de Dios,8 los seres humanos gozaban de todo lo
que Él proveía: la dignidad, la abundancia, el trabajo productivo y relaciones significativas dentro
de un entorno seguro y sagrado. Ellos fueron bendecidos en todas las formas posibles.

V. PROTOTIPO EDÉNICO

El carácter teocéntrico de la economía edénica –la prosperidad y la paz en el medio divino– se


manifiesta, también, en sus rasgos arquetípicos y escatológicos. El Edén ofrece un modelo y una
meta. Se ve hacia atrás y hacia adelante. (Así también, los seres humanos en sus motivaciones
apóstatas buscaban un "retorno al paraíso" o utopía en la tierra). Dos movimientos,
interconectados o trayectorias edénicos se pueden discernir: uno referido al culto, el otro al socio-
económico:

Edén  Templo  Tabernáculo  Cosmos

Edén  Tierra  Cosmos

El Jardín de Dios, oikonomia, era el tabernáculo arquetípico donde los primeros humanos
adoraban y servían a Dios. Génesis, describe el Edén como un jardín-santuario en el que los seres
humanos funcionan como sacerdotes y reyes, ofreciendo culto y servicio a Dios. Los comentaristas
marcan los muchos y significativos paralelos entre el Edén, el tabernáculo y el templo en Israel.
Ambos eran espacios sagrados donde los seres humanos se encontraban con Dios. En el Edén,
Adán gozaba de la presencia de Dios como lo hacían los sacerdotes en el tabernáculo/templo. En
el jardín, Adán estaba para "labrar y guardar" o "trabajar y cuidar" ese lugar (Gn. 2:15).9

El Antiguo Testamento describe la tierra prometida como un potencial nuevo Edén, un recinto
sagrado en medio de un vasto territorio profano. Como el Edén, que era una "buena tierra"
bendecida por Dios (Gn. 1:10,12), Israel fue llamado el "jardín del Edén" (Ezeq. 36:35; Joel 2:3), "el
jardín del Señor" (Gn. 13:10; Isa. 51:3), "jardín de su deleite" (Isa. 5:7), o un "jardín bien regado"
(Jer. 31:12). Era un lugar de paz y abundancia en el que todos "comerán y serán saciados" (Deut.
11:15; 14:29; 29:12; Sal. 22:26; Deut. 8:10,12; Sal. 104:28; 105:40; Isa. 66:11-13). Era una tierra de
prosperidad en el que todos disfrutarían de la generosidad de Dios y "viven en seguridad, cada uno

8
Véase la discusión en W. J. Dumbrell, "Genesis 2:1-17: A Foreshadowing of the New Creation", en Biblical
Theology: Retrospect and Prospect (ed. S. J. Hafeman; Downers Grove, IL.: InterVarsity Press), 61.
9
Es significativo que estos dos verbos, "trabajar y cuidar de", sólo aparecen juntos en otra parte haciendo
referencia a las responsabilidades de los sacerdotes en el templo (Núm. 3:7-8, 8:26, 18:5-6).
debajo de su vid y su higuera" (1 Rey. 4:25). Por lo tanto, el Edén es señalado hacia el futuro como
el prototipo de la tierra prometida y la tierra entera.

Imágenes y motivos edénicos tuvieron también una función escatológica. Debido a la


desobediencia del pacto y el exilio, los profetas hablaron de renovación cósmica, paz y
prosperidad, así como la reversión de la naturaleza a menudo presentados mediante las
expresiones "en aquel tiempo", "en aquel día" y "en los últimos días" (Jer. 31:1-6; Isa. 2:2, 11:6-9;
35:1-10; Os. 2:18-23). Estas promesas fueron hechas en términos de reversión de la maldición con
la expresión "como en el Edén":

Ciertamente el Señor consolará a Sion, consolará todos sus lugares desolados; convertirá
su desierto en Edén, y su yermo en huerto del Señor (Isa. 51:3 ab)

El día que os limpie de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas sus
ciudades, y reconstruiré sus ruinas. La tierra asolada será cultivada, en lugar de yacer
desolada a la vista de todos los que pasan por ella. Ellos dirán, "Esta tierra que yacía
desperdiciada se ha convertido en huerto del Edén; las ciudades que antes estaban en
ruinas, desoladas y destruidas, están ahora habitadas y fortificadas. (Ezeq. 36:33-36)

VI. INVERSIÓN

Los drásticos cambios introducidos en Génesis 3 como resultado del pecado y juicio equivalen a
una reversión de la creación.10 Por esta razón Génesis 1-3 está lleno de contraste e ironía. Aquel
que una vez fuera vice-regente, cuyo sagrado deber era servir y cuidar la casa de Dios, trajo
desorden y confusión sobre los bienes de Dios. En vez de dos árboles en el paraíso, además de
abundancia y productividad, afuera aparecieron dos malas hierbas, espinos y cardos. En lugar de
un trabajo fructífero y significativo, surgió el sudor y la frustración. En el lugar de contentamiento
y Shalom, llegó la insatisfacción y el descontento. La seguridad y bienestar, devino en angustia y
ansiedad. Como sustituto de paz y bendición, surgió maldición, hostilidad y conflicto. En lugar de
administración, se transformó en explotación y abuso. En lugar de cuidar y compartir, apareció la
codicia y la gula. Y, en lugar de un hogar con Dios, se produjo la expulsión y el exilio. Además, la
íntima “ayuda idónea” de Adán, se convirtió en su contendiente, mientras un conflicto perpetuo
empañaba las relaciones maritales. El papel de Eva en la reproducción se ha caracterizado por el
esfuerzo y la angustia.

La existencia humana "al este del Edén" y "bajo el sol", por lo tanto, es condicionada por la caída y
la maldición. El mandato cultural se lleva a cabo en el contexto del pecado de Adán y la maldición
de Dios (Gén. 1:28). La humanidad, siempre homo adorans, cambia la verdad de Dios por los
ídolos, imágenes, valores, sus propias identidades, mitos, visiones del mundo, los sistemas
económicos y religiosidades de su propia creación, que intentan imponer al cosmos para darle

10
Zdravko Stefanovic, “The Great Reversal: vínculos temáticos entre Génesis 2 y 3," Andrews University
Seminary Studies 32 (1994): 47-56 demuestra cómo el capítulo 3 funciona como la reversión de los capítulos
1 y 2.
sentido y estabilidad (Rom. 1:18-25). La civilización y el desarrollo cultural están sesgados por el
pecado y la idolatría. Los seres humanos tratan de replicar el Edén y restablecer un centro
religioso, pero a menudo establecidos con visiones de utopía, progreso ininterrumpido e imperio.
Tienen sed de Shalom, pero en cambio experimentan alienación, falta de armonía y
fragmentación.

VII. LA TIERRA LLORA

Los seres humanos, siendo criaturas, están íntimamente conectados con su entorno. El mismo
Adán, fue tomado de la âdâmâ (tierra). Los seres humanos comparten el mismo entorno natural
que los reinos vegetal y animal, como también gran parte de la misma fisiología básica. El suelo, y
más ampliamente la naturaleza, fue el escenario donde el Shalom edénico fue disfrutado en toda
su abundancia. Pero, debido a la maldición, la relación de la humanidad con el ambiente físico fue
trágicamente alterada. La subsistencia humana fue afectada y amenazada. La tierra se volvió hostil
y fructífera a regañadientes. Es doloroso producir un medio de vida sin afectar la posteridad al
mismo tiempo. Lucha y supervivencia, de eso se trata la vida. Adán, el vice-regente exultante del
jardín de Dios, se convirtió en un campesino común, luchando por la subsistencia. En palabras de
Cohélet, la vida es "penosa" y los resultados de nuestro trabajo, marginales en el mejor de los
casos (Ec. 2:20; Cfr. 1:2).11

Desde la caída, el ser humano titánico, imperioso y autodefinido como la especie dominante del
planeta, ve al mundo por su propio bien. La naturaleza no tiene valor intrínseco y es meramente
funcional, un "telón de fondo estático" para el utópico proyecto humano. A causa de la codicia, los
seres humanos reinterpretan y abusan del mandato de Dios (Gn. 1:26-28). Como una aristocracia
corrupta y voraz, se inclinan a la extracción de todos los excedentes dentro de su imperio; los
humanos explotan el mundo natural, desperdician los recursos, contaminan el medio ambiente y
conducen a la extinción de otras criaturas y la vegetación. Los que tienen el poder van a la guerra
por los recursos naturales, limitan el acceso a las materias primas y acumular para su uso privado.
Por lo tanto, desde la caída la oikonomia de la humanidad es imperfecta, egoísta e idólatra. Los
seres humanos no mantienen equitativamente los valores, estructuras y prácticas que sustentan y
permiten que la vida humana prospere o el entorno natural que la soporta. Como Christopher
Wright dice: "El comercio, la distribución y el intercambio de mercancías, todo se ha distorsionado
por la codicia, la injusticia y la manipulación del poder".12

Por todas estas razones, "la tierra llora" (Jer. 4:28; 14:2; Os. 4:3).13 Tiene sentido el que la tierra
este de luto porque se marchite (Jl. 1:8-12). No puede cumplir con su edénico propósito bajo la
tiranía del vasallaje humano y la maldición. La naturaleza misma sufre un retroceso. Isaías 24:4

11
En otra parte del Antiguo Testamento, la frase "espinos y cardos" (o zarzas) sirve como metáfora para las
pruebas y vicisitudes de la maldición y el juicio. Del mismo modo, el término "desierto" y el concepto de
"sequedad" se utiliza para describir un país abrumado por la maldición y el juicio, la antítesis del Edén.
12
“God or Mammon: Biblical Perspectives on Economies in Conflict”, Mission Studies 12 (1995): 146.
13
El término hebreo, abal, se puede traducir como "llorar" o "marchitarse" ("secar", "sediento").
declara: "La tierra se seca y se marchita, languidece y se marchita el mundo, lo exaltado de la
tierra languidece". Isaías 33:9 explica: "La tierra está de luto y desperdiciada, el Líbano está
avergonzado y se marchita; Sharon es como el Arabá, y Basán y el Carmelo dejan caer sus hojas".
Con resonancias de Génesis 1-11, en Oseas 4:1-4 Dios demanda el cumplimiento de su pacto
contra el infiel Israel (v. 1). Los versículos 2 y 3 resaltan la íntima conexión entre el pecado (social)
y la maldición sobre la tierra (ecológica): “Hay sólo maldición, mentira y asesinato, robo y
adulterio, rompen todos los límites, y al derramamiento de sangre sigue derramamiento de
sangre.” Debido a esto la tierra está de luto, y todos los que viven en ella se consumen. Las bestias
del campo y las aves del cielo y los peces del mar están muriendo debido a la maldición y al
pecado, por lo tanto, la tierra está desolada, desnuda, en comparación con el Edén. Casi nada es
fácil. La tierra está contrariada y la supervivencia es una lucha constante. En realidad, nadie
prospera al este del Edén.

VIII. CUATRO CASOS DE ESTUDIO

1. Caín/Babel: "Vamos a edificarnos una ciudad".

En lugar de extender el dominio de Dios en toda la tierra, la caída introdujo una expansión e
intensificación del mal. Génesis describe a Caín, el primogénito de Adán, en paralelo junto a su
padre. Pero las diferencias son también significativas. Caín cometió el homicidio primal
(fratricidio). Él fue el primero en derramar sangre sobre la religión y el primero en levantar una
ciudad (indisolublemente unida a su linaje violento) con el fin de inmortalizar su apellido (Gn.
4:17). Trató de ocultar sus verdaderos sentimientos de Dios y estaba indignado por el rechazo de
su oferta (4:5). Él mintió a Dios por su hermano (v. 9b) y cínicamente remarcó: "¿Soy yo acaso el
guarda de mi hermano?". Él gimió y se quejó de su castigo (v. 13). Además, Génesis 4:11 conecta la
maldición de Caín con las maldiciones sobre Satanás y la tierra. El castigo de Caín fue el exilio del
Edén, mas vagando incesantemente.

El nombre, Caín, sugiere su verdadera naturaleza y la de sus descendientes espirituales. Aunque la


etimología del nombre es incierta, hay una asonancia en el hebreo entre Caín, qayin ("conseguir",
"poseer", "adquirir"), y qānîtî ("he ganado"). También hay una conexión interesante entre Caín
("he ganado") y términos similares hebreos asociados a la adquisición y la riqueza, lo que puede
indicar una codicia inherente asociado a la naturaleza de Caín –y su descendencia espiritual–.14
Significativamente, Caín fue visto como la personificación de la maldad, la antítesis de Abel el
justo, en la literatura judía posterior. Él era un "arquetipo de los que oprimen a los pobres y los
justos para beneficio propio" [y] "llegó a representar todo lo reprensible de la humanidad".15
Josefo lo veía como "alguien totalmente malo y quien sólo busca la ganancia".16 Philo enseñó que
"Caín es el narcisista final" y sus "secuaces son aquellos de la sociedad que son ricos, y viven una
14
Gordon Wenham, Genesis1-15, (Waco, TX: Word Books: 1987), 99. Véase también R. Antic,"Cain, Abel,
Seth, and the Meaning of Human Life as Portrayed in the Books of Genesis and Ecclesiastes", Andrews
University Seminary Studies 44 (2006): 204-205.
15
J. Byron, “Living In The Shadow Of Cain: Echoes Of A Developing Tradition In James 5:1-6,” Novum
Testamentum 48 (2006): 263, 265.
16
Ibid., 265-266.
vida de lujo... en compañía de esas personas o cosas que les dan placer".17 Otros escritores judíos
afirmaron que Caín deseaba "poseer toda la tierra" y que su ansia de ganancia "lo motivó a matar
a Abel".18 Judas 11 usa el nombre de Caín en un contexto con implicaciones económicas. 1 Juan
3:12 declara que "pertenece al maligno" y lo describe como un asesino, pero en un contexto más
amplio, concierne al amor expresado a través de la generosidad dirigida hacia aquellos con
necesidades financieras (vv. 11-18).

Más tarde, los constructores de la Torre de Babel en el verdadero espíritu de su padre, Caín,
declararon: "Vamos a edificarnos una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para que
podamos hacer un nombre para nosotros mismos… ” (11:4a). La Torre de Babel fue el punto
culminante de la soberbia humana y la autonomía. El intento de "hacer un nombre para nosotros
mismos" fue un acto de rebelión y redefinición. Dexter E. Callender observó: "La combinación de la
ciudad, la torre, la unidad de la humanidad, una única lengua como puntos favorables al asunto
del progreso humano... los secretos del universo podrían pertenecer a la humanidad y pueden "
ser como Dios".19 Por un lado, Babel era la homocéntrica antítesis del ambiente del jardín. Fue
quizás el primer intento de recrear el edénico nexo de la presencia, la paz y la prosperidad, pero
en supuestos postlcaída. Por otro lado, Babel era la apoteosis espiritual de la simiente rebelde de
Caín. Dada la lujuria del hombre para lograr la auto-deificación, junto con la tendencia a suprimir
la verdad de Dios y cambiarla por la idolatría (Ro. 1:18-25).20

La Torre fue un gran experimento en la oikonomia apóstata. Babel fue la autoproclamada "puerta
de la casa de los dioses" y la "parte superior de los cielos". La Torre era, por tanto, una
manifestación prototípica del mandato cultural dejado terriblemente atrás, una reversión del
Edén.

Por otra parte, Babel fue el presagio primordial de la trayectoria religiosa y cultural post-jardín de
la humanidad. Los avances humanos que el prólogo cataloga (ciudad de la capacidad y destreza
militar, la agricultura y el pastoreo, la música y el trabajo de los metales) eran todos
problemáticos, ya que ocurrieron dentro de la línea de Caín, lo que significó la violencia, la
corrupción, el sometimiento y la apostasía. En Babel, poderes de todo tipo (religiosos y políticos,
económicos y jurídicos) convergieron para construir una sociedad basada en el miedo,
comprometida con la rebelión en contra de Dios y decididos a resistir el mandato de Dios para
dispersar y someter la tierra. La armonía del lenguaje, culto, cultura y el imperio sirvió como
medio para mitigar la fuerza destructiva de la maldición. La unidad en la homogeneidad funcionó
como una fortaleza, manteniendo a raya a Dios y reproduciendo la seguridad de su jardín (Pr.
10:15; 18:11). "Dispersión" (Gn. 11:8), entonces, significaba al menos dos rasgos polémicos. En
primer lugar, para los ciudadanos de Babel representaba su mayor temor, ya que significaba que

17
Ibid.
18
Ibid., 267
19
Adam in Myth and History: Ancient Israelite Perspectives on the Primal Human (Winona Lake, IN:
Eisenbrauns, 2000), 75.
20
El Adán en mito e historia: Antiguas Perspectivas de Israel sobre el Medio Humano Primordial (Winona
Lake, IN: Eisenbrauns, 2000), 75.
su visión cultural era una locura y también arrogante. Ellos no eran autónomos, ni podían aislarse
de Dios. En segundo lugar, su objetivo de que "todo lo que planeen será realizable" (v. 6) fue
confirmado por Dios, pero el resultado fue la dispersión.

2. Egipto: "¿Quién es el Señor?"

Cuando el Faraón le preguntó: "¿Quién es el SEÑOR, a quien yo debería obedecer y dejar ir a


Israel?", éste hizo una pregunta muy importante, incluso paradigmática, sólo plausible al este del
Edén. En efecto, él preguntó: ¿Quién es el Dios verdadero y qué tipo de sociedad es el más
adecuado para la humanidad? ¿Qué casa y qué mayordomo es el mejor proveedor? ¿El Faraón
proporciona todo lo necesario para vivir? ¿Todo el mundo asociado con su mayordomía tiene un
acceso justo a las materias primas y servicios? ¿Hay equidad y oportunidad, justicia y compasión
para todos? ¿El orden y la armonía, la productividad y la satisfacción caracterizan las relaciones
sociales en la teocracia de Egipto? ¿En qué sociedad –Egipto o Israel– podrían prosperar los seres
humanos? O, ¿mediante quién la tierra será bendita, a través de la progenie de Caín (todos los
reyes-dioses, como Faraón y aspirantes a imperios del Sol) o mediante la simiente de Abraham
(Gn. 12:3; 18:8; 22:18; 26:4; 28:14)? ¿A través de qué Dios y de qué pueblo va a prosperar la tierra
Yahvé e Israel, o Faraón (en representación de sus dioses) y los egipcios? ¿Quién es el verdadero
Dios y el verdadero pueblo de Dios? ¿Qué forma de vida y qué sistema social con sus muchas
interconexiones regentes, religión y economía crean shalom? ¿Cuál es la verdadera tierra de
promisión, Egipto (o cualquier otra alternativa de paraíso) o Canaán?

En Egipto era aceptado que ese faraón era la imagen de los dioses y que su estructura social fue
tomada de un modelo celestial. Los faraones funcionaban como mediadores de la bendición divina
y sirvieron como manifestaciones de la realidad celestial. En el mundo antiguo, Egipto era una
tierra de bendición. Siendo una civilización rivereña con acceso al Nilo, era considerado el
"granero" del antiguo Cercano Oriente. Egipto era una nación iluminada con el poder, el prestigio
y una cultura altamente desarrollada.21 Sin embargo, fue una cultura que existía sólo para una
élite, sostenida por el trabajo esclavo y justificada por una ideología religiosa. Al igual que otras
teocracias del período, el sistema religioso, económico y social fue organizado para mantener el
status quo y en beneficio de los intereses de los poderosos, que conformaban sólo un 5% de la
población. La vida económica era centralmente controlada mediante la redistribución de los
recursos de la nación. Con la cooperación entre gobernantes y sacerdotes, su teocracia fue
sostenida por el aporte sistemático de los ingresos provenientes de la explotación de esclavos y
por la adquisición forzosa de sus bienes.22

21
Terance E. Fretheim, The Pentateuch (Nashville: Abingdon Press, 1996), 104.
22
Irónicamente, fue un hijo de la descendencia de Set, hijo de Abraham, José, quien sirviendo a Egipto
muchos años antes de Moisés como mayordomo real, organizó la fecundidad de la tierra para bendecir a
"toda la tierra" (Gn 41: 57, NVI). Por medio de José, la bendición llegó a una tierra pagana. Incluso en ese
contexto social injusto Dios demostró su poder como mayordomo cósmico por el bien de su pueblo
escogido.
Iain Provan señaló: "En Egipto, Israel soportó la dura opresión a manos de un ser humano a quien
se consideraba un dios dentro de su contexto cultural y religioso, el Faraón, hijo del dios sol Ra y
destinado a convertirse después de la muerte en el dios Osiris. Este dios-rey ha adquirido la
servidumbre de Israel".23 Los hebreos, por su parte, expresaron su angustia bajo dura servidumbre
del Faraón: "Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz
y vio nuestra miseria, el trabajo y la opresión "(Dt. 26:7). Sin embargo, Jehová no se limitó a
escuchar y compadecerse, Él intervino. Mostró a los israelitas el "camino de salida" (Éx., cfr. Dt
26:8). Y al hacerlo hizo "una distinción" (Ex. 8:23; 9:4; 33:16) entre Él y el panteón egipcio, entre su
pueblo y los egipcios. Egipto, el cual en algún momento fue un lugar de abundancia y provisión, se
había convertido en "la enloquecida creación"24 –un imperio de corrupción, idolatría y opresión–.
Las plagas y la destrucción del ejército de Faraón funcionaron como un repudio sistemático y
decadente de la religión egipcia, así como de la infraestructura social y económica. Nadie más que
la alta élite floreció en la apóstata oikonomia de Egipto.

Así, el éxodo fue una reversión de la existencia de Israel. Objetivamente, aquella realidad había
sido dura: "opresión" (Éx. 3:9), "miseria" (v. 3:17), "gimiendo" y "esclavitud" (v. 6:5), "desaliento" y
"dura servidumbre" (v. 6:9), en una "tierra de la esclavitud" (v. 13:3) y "horno de fundición de
hierro" (Dt. 4:20). Sin embargo, la intervención de Dios creó una nueva realidad en su totalidad. De
servir al Faraón y sus dioses dentro de un ambiente hostil, ellos fueron llevados a la presencia de
Yahweh para servirle dentro de una comunidad regida por un nuevo pacto. Desde la formación de
los ladrillos de su pobreza se construyó un tabernáculo de la abundancia de su prosperidad. Se les
dio una nueva relación con Dios y una comprensión más amplia de su nombre, un nuevo entorno
geográfico y natural, un cambio en la situación económica, nuevas instituciones y nuevas leyes que
defienden su justicia social. De esta manera, su salvación fue tan amplia como su esclavitud. La
redención de Israel fue multifacética –en sus aspectos social, psicológico, político, económico y
religioso–. Sólo así, en su nuevo ambiente de servicio a Dios, delimitaron cada ámbito de su vida,
tanto personal como corporativa.25 Yahweh se propuso hacer su morada con ellos y restablecer su
propia oikonomia como testigo por toda la tierra.

3. Israel: "Al igual que todas las demás naciones"

El establecimiento de la monarquía en 1 Samuel 8, representa un importante punto de inflexión


religiosa y socio-económicoa en la historia de Israel. Sin duda, con la mirada puesta en los grandes
imperios mesopotámicos y egipcios, así como en las antiguas ciudades-estado canaanitas, los
ancianos hebreos (quienes efectuaron la solicitud y tenía más que ganar como futuros sirvientes
reales) expresaron su deseo de "ser como todas las otras naciones "(v. 20; cfr. v.5). En particular,

23
“To Highlight All Our Idols: Worshipping God in Nietzsche’s World”, Ex Auditu 15 (2000): 21.
24
Frentheim, The Pentateuch, p. 103.
25
El Shemá: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas" (Dt.
6:5), muestra que la lealtad y la obediencia a Dios comienza dentro (el corazón y la mente) pero también se
extiende hasta la mano (acciones y comportamiento). Con "todas tus fuerzas" significaba habilidades y
recursos (riqueza).
querían un rey que "saldría delante de nosotros, y peleara nuestras batallas" (v.20). Desde la
perspectiva divina, sin embargo, el motivo subyacente era apóstata y no inesperado: "Me han
rechazado como rey. Como lo han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy,
abandonándome y sirviendo a otros dioses..." (vv.7b, 8). El supuesto de la monarquía era una
violación del pacto, por lo tanto, un rechazo del gobierno de Dios y una puerta abierta a la
idolatría. También significó la adopción de nuevas estructuras sociales, una nueva oikonomia, una
reestructuración de la casa de Dios con un criterio no-israelita. Los "caminos del rey" (vv. 9, 11) fue
la toxina socio-religiosa que envenenaría todo el cuerpo político. Con el rechazo del gobierno
divino llegaron una multitud de males espirituales y culturales en concordancia con las
maldiciones de Deuteronomio 28, que finalizaría con la conquista y el exilio.

Durante un milenio antes de David, los reyes del antiguo Cercano Oriente sirvieron como
emisarios de los dioses. Como la imagen de la deidad, los reyes mantuvieron el orden social
divinamente conseguido y la jerarquía que lo mantenía. "Los reyes mantuvieron su mundo unido",
escribió Robert Gnuse. "Ellos ayudaron a mediar entre la voluntad de los dioses y la gente, así
como también a dirigir la economía, administrar la ley y la defensa del país o la ciudad de los
enemigos externos".26 A través del culto y una ideología legitimada, la realeza tuvo la tarea de
mantener el caos bajo control dentro de la sociedad y extender esa civilización mediante la
conquista. Con este derecho divino emanaron las trampas del estado y la necesaria centralización
del poder en todos los reinos. Una clase especial de cortesanos, consejeros, administradores,
artesanos, clérigos, y liderazgo militar funcionó como retenedores proporcionando bienes y
servicios a la elite. Un preparado ejército profesional fue requerido, así como un cuerpo
diplomático. En la esfera económica, la redistribución de los excedentes de los campesinos y la
producción comercial de granos fue centralmente controlada. La tenencia de la tierra estaba
monopolizada por la élite y las rutas comerciales controladas por la corona. Sin embargo, para la
inmensa mayoría campesina, la vida era cara. El servicio a los dioses era el servicio para el rey. Los
trabajadores estaban sujetos a trabajo gratuito, pesada tributación y gravamen, el latifundio y la
esclavitud en pago de deudas. El trabajo desagradable y un rígido sistema jerárquico produjeron
como resultado la creación de clases de empobrecimiento –la viuda, el huérfano y el pobre–
quienes recibieron en el mejor de los casos, el contradictorio patronato de la corona y de la corte.

Samuel "advierte solemnemente" (v. 9) a Israel y predice una situación bastante similar que caerá
sobre la nación. El capítulo 8 describe las prerrogativas de la monarquía que resultarán, con el
tiempo, opresivas para la nación: el reclutamiento de los hijos de su pueblo para servir en sus
carros de guerra y caballería (v.11b); nombrará para sí oficiales militares profesionales (v.12a);
impondrá de forma compulsiva el trabajo agrícola en la propiedad del rey (v.12b); la fabricación de
armas (v.12c); el reclutamiento de mujeres como perfumistas, cocineras y panaderas en el servicio
real (v. 13); la confiscación de tierras privadas para los "siervos del rey" (v. 14); la tributación del
diez por ciento sobre toda la producción como compensación para “los funcionarios reales y sus
siervos” (v.15b); la incautación de los mejores servidores y animales y la décima parte del ganado

26
“An Overlooked Message: The Critique of Kings and Affirmations of Equality in the Primeval History,”
Biblical Theology Bulletin 36 (2006): 147.
para "uso propio" (v. 16); y lo más importante, "ustedes mismos se convertirán en sus esclavos"
(v.17). Lo que este escenario representa es la concentración del poder y la riqueza, y el cambio del
sistema socio-económico. La tenencia de la tierra ya no se basa en la herencia divina y de
parentesco, sino que está sujeto a los caprichos y las estratagemas de la corte. La economía ya no
opera en la reciprocidad, sino en la redistribución forzada de los ingresos tomados de los
campesinos. Los cultivos para el consumo y la agricultura comercial para la exportación dominarán
el intercambio económico. Una clase permanentemente desposeída de tierras y sobreviviendo de
su trabajo diario, emergerá dependiente de la discrecionalidad patronal y los caprichos del
mercado. Surgirá una clase privilegiada de la élite real junto con una preferencia por la vida urbana
y el exceso. En resumen, Israel adoptó la oikonomia del mundo y por lo tanto rechazó la "singular
elección" con la que Dios los había distinguido para ser testimonio en toda la tierra.27

Con el advenimiento de la monarquía surgió una embrionaria economía de mercado, una


oikonomia completamente nueva basada nuevas estructuras y en diferentes principios religiosos,
sociales y económicos. En efecto, el período comprendido entre los siglos X y VIII A.C. fueron
tiempos de prosperidad. La colonización israelita les permitió conseguir el control de las rutas
comerciales internacionales a través de Palestina y de la recaudación de riqueza mediante peajes y
tributos (2 Cr. 26:6-8). El intercambio de bienes y el comercio fueron monopolizados por la corona
y ésta cosechó muchos beneficios. Se construyeron instalaciones para el almacenamiento (2 R.
20:13; 1 Cr. 27:25), que aseguraron la provisión durante todo el año de productos para la élite y el
control de sus precios. Se facilitaron los viajes por tierra y por mar, especialmente bajo el dominio
de los asirios, babilonios, griegos y más tarde, de los romanos. Lo más importante desde la
centralización del estado y la economía focalizada en la corte, fue la introducción de la agricultura
a gran escala productora de excedentes con destino comercial. (Israel produce vino, aceite de oliva
y trigo en grandes cantidades para la exportación, el consumo de la corona y sus partidarios). En
este ambiente la tierra y el trabajo eran commodities; grandes propiedades producían mucho más
que las pequeñas granjas familiares, especialmente con la introducción de la moneda de cambio.
Cada vez más, los campesinos se convirtieron en dependientes de la generosidad de sus ricos
patrones –terratenientes y comerciantes– quienes vivían en los nuevos centros urbanos. Una

27
Como Samuel predijo, el trabajo gratuito se convirtió en una realidad onerosa. El trabajo forzado fue
instituido por David y él designó a Adoniram como supervisor de servicio militar obligatorio (2 S. 20:24; cf. 1
Reyes 4:6). Salomón reclutó a 30.000 "trabajadores de todo Israel" (1 Reyes 5:13) para la construcción del
templo y otros reyes impusieron al pueblo trabajo forzado (1 Reyes 15:22). Con la centralización monárquica
surgió un cambio en la tenencia de la tierra, específicamente latifundios. Cada vez más, la tierra era vista
como un producto transable o un activo comercial, en lugar de una posesión individual o de la herencia de
Dios, basada en el parentesco (Lev. 25:23-24; Números 27:1-22;. 36:1-12).El latifundio se practicaba a
menudo a través de la apropiación de los lotes familiares por la monarquía como recompensa por el servicio
fiel (1 Sam. 8:14). Los campesinos a menudo se endeudaban con el fin de obtener semillas para la siembra o
para las necesidades vitales. Para cumplir con sus obligaciones en muchas ocasiones los pobres prometieron
un objeto de valor, su tierra, o aún ellos mismos o sus familiares como garantía. La tributación se convirtió
en una carga cada vez más difícil. Además del impuesto del templo y el diezmo (Ex. 30:13-15;. Lev 27:30-33),
Salomón puso a la nación un "duro yugo" de los impuestos (1 Reyes12:4,10-14) y impuso una provisión
mensual de suministros regionales "para el rey y su familia real" (1 Reyes 4:7).
nueva clase mayoritaria, los pobres, se desarrolló estando obligados a comprar en el mercado los
productos básicos que habían anteriormente cultivado. Muchos se convirtieron en permanentes
trashumantes, sin tierras y viviendo día a día como jornaleros, comerciantes y esclavos en pago de
deudas. El pueblo de Dios ya no floreció en la tierra de Dios.

4. Imperio romano: "Puso fin a la guerra y re estableció el orden de todas las cosas"

Son tres elementos que permitieron al Imperio romano surgir y que produjeron la Pax Romana. El
primero fue la conquista. La principal táctica romana no era arrasar pueblos enteros o lugares,
sino aterrorizar a la población imponiendo un vasallaje económico. Algunos fueron esclavizados. A
otros los eliminaron crucificando a los rebeldes como "efecto de demostración", Neil Elliot
comentó:

La paz que Roma aseguraba mediante el terror era mantenida a través del terror, a través
de la esclavitud, conseguida por la conquista y escrupulosamente mantenida mediante
una constante intimidación, el abuso y la violencia a través del terror ritualizado en los
juegos de gladiadores, donde los opositores del imperio, cautivos de guerra, criminales
condenados, esclavos comprados para a la arena, fueron asesinados en estilizadas
escenificaciones de conquista, su destino decidido por el capricho de los representantes
del imperio (...) y en el plano ideológico a través del culto imperial y la ceremonia, la
retórica de los tribunales (donde la tortura de los esclavos era una manera rutinaria de
obtener pruebas) y en un sistema educativo que ensayaba la "calidad constitutiva" de la
hegemonía mundial de Roma.28

El segundo elemento fue el sistema de clientelismo, una red de relaciones económicas y políticas
que aseguraban la lealtad de la aristocracia local. La base del sistema de clientelismo era el poder
y la autoridad, de modo que un patrón obtenía prestigio y aprobación por beneficiar a sus clientes
en el marco de una jerarquía vertical. Los clientes quedaban vinculados al patrón sin un sentido de
obligación y el patrón mantenía la relación a través de continuar dando. La propaganda romana
retrataba al Cesar como el patrón supremo y un modelo para toda la actividad de clientelismo. El
emperador era concebido como un protector paternal y benefactor, otorgando a las comunidades
o individuos estatus, privilegios, recursos y acceso. Por lo tanto, la riqueza del César, que fluía a
Roma proveniente de tributos exigidos en las provincias, le permitió convertirse en el mayor
benefactor del imperio. Los beneficiarios estaban obligados a manifestar sumisión y lealtad a
Roma por su "amistad". De esta manera la élite romana utilizó el clientelismo como un
instrumento de control social. Todo el mundo encontró su lugar dentro de la escala jerárquica del
clientelismo.29

28
“Anti-Imperial Message if the Cross,” in Paul and Empire (ed. Richard A. Horsley; Harrisburg, PA: Trinity
Press International, 1997), 170.
29
Herodes el Grande (37 A.C. a 4 D.C.) se convirtió en el rey-cliente favorito del emperador Augusto y de las
familias de los sumos sacerdotes, que habían sido trasladadas desde Roma, se beneficiaron de este
clientelismo "en cascada". El historiador judío Flavio Josefo, describe la relación de patrocinio de Herodes
con su pueblo: "Herodes amaba los honores y, al estar fuertemente dominado por esta pasión, le llevó a
El tercer elemento era el culto imperial, que proporcionó el elemento ideológico aglutinante que
sostenía juntas las piezas sociales, económicas, culturales y religiosas por medio de la persuasión
de las imágenes y rituales. De acuerdo a la ideología romana, con la ayuda de los dioses César trajo
paz, orden y salvación a la tierra. Una nueva era escatológica fue creada por los dioses, todo
fluyendo del seno de Roma. La salvación (soteria) fue dada a la tierra por la imposición de la Pax
Romana. Augusto era el representante de una nueva clase de ser humano y trajo "buenas nuevas"
(euggelion) a los pueblos conquistados. Considere esta alabanza al divino César del siglo IX D.C.:30

El más divino [Señor] (...) que debe ser igualado al principio de todas las cosas. Porque
cuando todo caía en desorden, restauró el orden y dio al mundo entero una aura nueva
(…). Todas las ciudades por unanimidad, adoptan el nacimiento del divino César como el
comienzo del nuevo año (...) considerando que la Providencia (...) ha traído a nuestra vida
el máximo de la perfección al darnos al [emperador] Augusto, a quien la Providencia llenó
de virtud [poder] para el bienestar de la humanidad y que, siendo enviado a nosotros y a
nuestros descendientes como nuestro Salvador, ha puesto fin a la guerra y ha puesto
todas las cosas en orden, y considerando que, habiéndose convertido en dios
manifestado, César ha cumplido todas las esperanzas de los primeros tiempos (...) y
considerando que el cumpleaños del dios [Augusto], ha sido para el mundo entero el
principio del evangelio acerca de él, [por lo tanto permitir que una nueva era comience a
partir de su nacimiento].31

Israel siente profundamente el impacto social, religioso y económico de la Pax Romana. Desde la
época de Julio César, los campesinos de Judea pagaban hasta 12,5% de sus cosechas al año,
mientras continuaban con sus diezmos y ofrendas tradicionales para el templo. La falta de pago a
los romanos era equivalente a la rebelión. En los tiempos del nacimiento de Jesús muchas familias
campesinas de Judea y Galilea estaban siendo expulsadas de la tierra por los romanos.
Prácticamente toda una generación fue diezmada en ciertas áreas por la devastación, matanzas y
esclavitud durante las repetidas conquistas romanas y herodianas. Aldeas enteras quedaron
empobrecidas y muchos se vieron obligados a pedir prestado a interés de los acreedores ricos de
la elite sacerdotal.32

mostrar generosidad en cada oportunidad que le permitiera un aumento de su reputación actual o un


histórico reconocimiento futuro. Pero como él ya estaba involucrado en los gastos superiores a sus medios,
se vio obligado a ser duro con sus súbditos. Por la gran cantidad de cosas en las que él gastaba el dinero en
concepto de regalos para algunos, irónicamente le llevó a ser la fuente de perjuicio para aquellos de
quienes tomó este dinero” (Antigüedades 16:153-56).
30
Epítetos comunes de César: "El dominio de César Hijo de Dios", "El emperador César, Dios de Dios,"
"Salvador y Benefactor", "Emperador César, Dios y Señor", " Dios Hereditario y Salvador de la Raza Común
de la Humanidad "" El Mas Divino César "," Imperial César, el Hijo de Dios, el dios Augusto. "
31
Citado en: “Religion and Other Products of Empire,” Richard A. Horsley, in American Academy of Religion
71 (2003): 30.
32
Es interesante que uno de los principales actos de los rebeldes que tomaron el control de Jerusalén en el
estallido de la rebelión en el 66 D.C. fue quemar los archivos públicos donde se guardaba el registro de las
deudas.
Durante el primer siglo una creciente población campesina descontenta y desventajada se oponía
a la clase dirigente judía y la percibía como ilegítima, comprometida y explotadora debido a su
relación con el patrocinio de Roma. Las familias de los sumos sacerdotes, quienes debían la
permanencia en sus cargos a Herodes y a sus herederos, no fueron originalmente nativos
palestinos judíos, sino familias poderosas importadas de la diáspora y miraban hacia Roma.
Infames por la explotación de los pobres, fueron tenidos en muy baja estima por la clase baja
sacerdotal. Como terratenientes ricos y emprendedores en el comercio y la agricultura, ellos
optaron por el statu quo y prefirieron la dominación romana, el clientelismo y la pacificación
social. Como resultado, los bandidos sociales surgieron buscando compensar las quejas de los
campesinos interpretando el papel de Robin Hood judío. Asaltaban a los terratenientes ricos y a
los representantes de la dominación extranjera.

La mayoría de la población eran campesinos que subsistían con una pequeña parcela de tierra.
Muchos otros, campesinos sin tierra, se convirtieron en trabajadores a sueldo o arrendatarios a
menudo en tierras que alguna vez les pertenecieran. Para todos estaba la pesada carga de los
impuestos, el mal gobierno y la corrupción. Un subconjunto de la clase campesina eran los
sacerdotes ordinarios y levitas, quienes simpatizaban con la causa de los pobres con los que
identificaban. También, ellos a menudo trabajaban como jornaleros y eran proclives a dar apoyo a
los movimientos nacionalistas, como los zelotes. Desde el 59 D.C. se intensificaron las luchas
intestinas entre los diferentes estratos económicos e ideológicos del clero del templo. La élite del
templo tomó represalias reteniendo los diezmos a los sacerdotes comunes y trató de intensificar
su sumisión hasta matarlos de hambre. En vista de esta corrupción y la opresión extranjera, mucha
gente retuvo el tributo debido a Roma y las clases bajas sacerdotales interrumpieron el sacrificio
diario por el bienestar del Emperador. Esto fue interpretado por Roma como una rebelión abierta
(66 D.C.). Una insurrección a gran escala se produjo unas semanas más tarde y fue dirigida tanto
contra la aristocracia sacerdotal como contra los romanos.

IX. IMPLICACIONES

1. Los imperios actuales

Lo que se desprende claramente de la historia bíblica es que nunca vamos a volver al Edén como
tal. Ni tampoco a permitir que cualquier intento babilónico de "hacer un nombre para nosotros
mismos" tenga éxito. Una visión social que "llega hasta el cielo", basada en supuestos teocráticos
apóstatas (Babel, Egipto, Roma) no creará un ambiente del tipo sabático para que los humanos
prosperen o que honren a Dios. Más aún, ni cualquier imitación cristiana, transformándose en
"como las otras naciones", complacerá Dios, fortalecerá a la iglesia o servirá a la humanidad.

Sin embargo, porque los seres humanos somos la imago Dei, estamos diseñados para la extensión,
el desarrollo, el crecimiento, incluso la globalización. Pero, como hemos caído, el resultado usual
es la conquista, el imperio, el mono-culturalismo (como el consumismo, por ejemplo), el
sometimiento, la explotación, el despojo y la extinción.33 Cultural y económicamente los imperios
funcionan como el cáncer, consumiendo lo que sea productivo (es decir, el excedente económico)
y característico en los pueblos receptores del avance imperial. Estamos diseñados para la relación
y la comunidad, pero como un asunto natural creamos "mundos de significados compartidos" que
son nada menos que inhumanos, abusivos e injustos.34 Por necesidad y designio debemos
consumir. Pero, en la economía de hoy, el consumo se ha convertido en una especie de saqueo,
así como una religión implícita y catarsis formadora de identidad.35

Es claro, al este del Edén y "bajo el sol", el proyecto humano es ontológicamente defectuoso. La
existencia está condicionada por la finitud, la caída y la maldición de Dios (Gn. 3:14-19; Sal. 90).
Este es el "presente siglo malo". Como resultado, nunca se producirá en esta época escatológica
una utopía a través del comunismo o el socialismo, el capitalismo o el consumismo, el Islam o
cualquier otra de las múltiples espiritualidades alternativas. Nunca habrá un verdadero “santo
complete el espacio imperio”. La realidad es que la historia está llena de experimentos fallidos y
trágicos en aspectos tales como creación de cultura y formación de identidad.

Considere los muchos líderes corruptos e imperios violentos de destrucción, comenzando con
Babel: antiguos imperios como el reino del Faraón del Dios Sol o la Pax Romana del Cesar, El Sacro
Imperio romano medieval, el mito del progreso de la modernidad y las ideologías como el
nazismo, el comunismo y el totalitarismo. Lamentablemente, la historia es una letanía de
búsquedas trágicas en pos del paraíso perdido o de la utopía en la tierra. Todas ellas dan
testimonio de que los seres humanos fueron creados a imagen de Dios, pero en cambio adoran y
sirven a ídolos. Como Juan Calvino escribió: "nuestros corazones son fábricas de ídolos".36 Como
resultado, creamos un sinfín de religiosidades sustitutas y “evangelios alterativos", así como las
identidades de grupo y las políticas económicas que a veces sólo pueden definirse como una
especie de "infierno en la tierra", un anticipo de las terribles cosas por venir.

¿Cuántos millones han muerto a causa de imperio y su primo, el colonialismo, a lo largo de la


historia humana? Sólo Dios conoce el sufrimiento y la injusticia infligida por el derecho divino de
los reyes, destinos manifiestos y mitos del progreso ¿Cuántas veces han sido adquiridas las tierras,

33
Los imperios son inherentemente totalitarios, procurando a través de símbolos, ritos y un sistema,
homogeneizar los pueblos mediante la configuración de la lógica social y su estructura. Brian Walsh y Silvia
Keesmaat observaron: "Los imperios proyectan una normalidad amplia. No sólo los imperios quieren que
pensemos que la realidad está compuesta totalmente de estructuras, símbolos y sistemas que han sido
imperialmente construidos, sino que también quieren que creamos que el futuro no es más que una
comprensión ampliada de las esperanzas y los sueños imperiales" (Colosenses Remezclado: Subvirtiendo el
Imperio [Downers Grove: IVP, 2006]:.. 161).
34
Thomas Hobbes lo expresó claramente en la conocida frase, "solitaria, pobre, desagradable, brutal y
corta" (Leviatán, Oxford: Oxford University Press, [1998] 83-84).
35
Véase, por ejemplo, Philip Cushman, “Advertizing and the Empty Self : Post-WW2 Era” en Constructing the
Self, Constructing America: A Cultural History of Psychotherapy (Cambridge, MA: Da Capo Press, 1995) y Tim
Jackson, “Consumerism as theodicy: an explanation of secular and religious meaning functions in consumer
society” en L. Thomas, Consumerism: Religious and Secular Perspectives (London: Palgrave, 2009).
36
Institutes of Christian Religion, 1, 11, 8 (Philadelphia: The Westminster Press, 1960).
los pueblos dispersos o el acceso a las rutas marítimas comerciales expropiadas sólo para fines de
seguridad, ganancia o gloria? ¿Con qué frecuencia la humanidad ha violado a la tierra de sus
recursos naturales, fracasando en su mayordomía sobre la provisión de Dios? ¿Cuántas personas
han sido esclavizadas y explotadas por gran demanda de oportunidades de trabajo o la codicia?
¿Con qué frecuencia el cristianismo se ha aliado con el poderoso y próspero, pero daba la espalda
a las víctimas del imperio: los pobres, explotados, abusados, esclavizados y condenados? Sin duda,
por todo esto, la creación “gime”.

Los cristianos deben, por tanto, estar continuamente cautelosos de encarnaciones del mandato
cultural desviado. Cada vez que oigamos un grito de guerra neo-babilónico: "Vamos a edificarnos
una ciudad (...) donde podamos hacernos un nombre"; cada vez que el Faraón exclame: "¿Quién
es el Señor?" (O, ¿quién es el verdadero Dios y el verdadero pueblo de Dios?); cada vez que el
pueblo de Dios reclame: "danos un rey que nos gobierne"; o cada vez que una ideología proponga
"poner fin a la guerra y establecer todas las cosas en orden", la iglesia debe tomarlo muy en
cuenta. El impulso puede ser religioso o filosófico, pero las manifestaciones sociales y económicas
suelen ser de carácter totalitario y teocrático. Las formas pueden ser explícitamente religiosas (el
Islam o el catolicismo medieval), ideológicamente seculares (comunismo, socialismo nacional, el
Japón imperial, Corea del Norte Juche), o implícitamente religiosa (consumismo).

Desgraciadamente, las semillas de nuestra destrucción y la decadencia son intrínsecos a nuestros


corazones y a nuestro medio ambiente. "Lo que ha sido volverá a ser, lo que se ha hecho se hará
de nuevo, no hay nada nuevo bajo el sol" (Ec. 1:9). Como resultado, por desgracia, "los pobres
siempre los tendréis con vosotros" (Mt. 26:11) y "los reyes de los Gentiles se enseñorean sobre
ellos" (Lc. 22:25). Con demasiada frecuencia, las noticias de "insultos, mentiras y asesinato, el robo
y el adulterio, rompen todos los límites, y al derramamiento de sangre sigue un nuevo
derramamiento de sangre" llenan los titulares (Os. 4:2-3; Ro. 1:28-32). Es evidente que la tierra
todavía "gime de luto" (Jer. 4:28) y muchos mueren aparentemente de forma aleatoria y arbitraria
debido a la negligencia o maldad, porque "la torre de Siloé les cayó encima" (Lc. 13:4). Sin duda,
entre las edades –del Eden y el siglo venidero– Cohélet tenía razón: "Dios hizo al hombre recto,
pero los hombres se han ido en busca de muchas perversiones" (Ec. 7:29).

2. Un nuevo imperio

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial y coincidiendo con la maduración del capitalismo
durante la segunda mitad del siglo XX, un nuevo tipo de imperio ha surgido: la globalización del
consumismo. El consumismo en masa es una realidad que todo lo abarca, con ambiciones
imperiales que buscan homogeneizar a los pueblos y a las culturas en una civilización global de las
expectativas fabricadas y motorizadas por el advenimiento de las comunicaciones modernas. En
cierto sentido, es el mito de la exaltación del progreso en la forma de lujo para todos. O, como
Simon Pattan declaró, el capitalismo y el consumismo ofrecen una "nueva base de civilización",
propiciado por un "placer o la economía superavitaria".37 Desde la perspectiva de Jacques Ellul, de
la noción de "técnica", el consumismo es la "macdonalización" de las culturas del mundo.38

Benjamin R. Barber ofrece otra perspectiva de globalización, que es en especial apta. En un


estudio anterior que calificó el consumismo y su extensión "McMundo" [McWorld]: un imperio de
sabores, imágenes, marcas y estilo de vida inspirado en el espíritu de la comida rápida de
McDonalds y la asistencia terrena de Disney World. El consumismo es una compra de fantasía o la
realidad virtual hecha realidad, 24/7. Barber explicó McMundo de esta manera:

McMundo es una experiencia de compras y entretenimiento que reúne a centros


comerciales, cines/teatros multiplex, parques temáticos, estadios deportivos, cadenas de
comida rápida (con su interminable película de enganches comerciales) y la televisión
(redes comerciales) en una única vasta empresa que en la búsqueda de maximizar los
beneficios, transforma a los seres humanos (...) McMundo es, en sí mismo un parque
temático, un parque llamado Mercadolandia [Marketland] donde todo está a la venta y
donde alguien más es siempre el responsable y no existen bienes comunes o interés
público y donde todo el mundo es igual, siempre y cuando puedan pagar el precio
de admisión y se contenten con solo ver y consumir.39

En un libro reciente Barber describe el consumismo como el proceso de "infantilización" global: un


"inducido" e "infantilismo persistente" envasado y exportado como un narcisismo totalizante.40 La
infantilización es una idolatrización de la insatisfacción y la codicia, expresado a través de símbolos
occidentales tipificadas por las costumbres de Hollywood. A través de la atracción de la cultura de
la celebridad y sus aspirantes a iconos, la infantilización se ha infiltrado en todas las esferas de
nuestra existencia: la identidad personal, la aspiración espiritual, la vida eclesiástica, la educación,
el deporte, la organización espacial y sistemáticamente en la política social, económica y la política
exterior.

Obviamente, estos avances no han escapado a la crítica, aunque por desgracia no suelen estar
entre los políticamente evangélicos conservadores. Los críticos y comentaristas sociales reconocen
la naturaleza moralmente corrupta del consumismo y admiten la relación intrínseca entre la

37
Citado por Christopher Lasch en The True and Only Heaven: Progress and Its Critics (New York: W. W.
Norton, 1991): 69. Esta visión optimista está en contradicción con muchos, por ejemplo, el economista Tim
Jackson: "Solo los que esperan que el crecimiento dará lugar a una utopía materialista están destinados a la
decepción. Nosotros simplemente no tenemos la capacidad ecológica de cumplir este sueño. A finales de
siglo, nuestros hijos y nietos se enfrentarán a un clima hostil, los recursos agotados, la destrucción de los
hábitats, la destrucción de especies, la escasez de alimentos, las migraciones masivas y una casi inevitable
guerra" (Prosperidad sin crecimiento, 203).
38
George Ritzer describió la McDonaldización como "el proceso por el cual los principios del restaurante de
comida rápida están llegando a dominar cada vez más sectores de la sociedad estadounidense, así como en
el (The McDonaldization of Society 6 [Los Angeles.: Pine Forge Press, 2011]): 1.
39
Jihad vs McWorld: How Globalism and Tribalism Are Reshaping the World. (New York: Ballantine Books,
1996), 97, 137. . (La cursiva es mía)
40
Consumed: How Markets Corrupt Children, Infantilize Adults, and Swallow Citizens Whole (New York: W.
W. Norton, 2007).
economía y la espiritualidad. Sin embargo, a menudo asocian el cristianismo con el capitalismo y
observan con disgusto el apoyo evangélico al consumismo en masa.41 Como resultado, los
escritores con frecuencia exigen una renovación de la sociedad, pero sobre una base
decididamente no cristiana. Consideremos, por ejemplo, las observaciones de Richard Eckersley.
En un artículo titulado "El desafío del post-materialismo", cita con aprobación al filósofo moral,
Denis Kenny, quien postula cuatro cosmovisiones dominantes a lo largo de la historia humana. La
temprana o primitiva cosmología fue el "universo encantado", animada por el animismo y el
politeísmo. La segunda fue el "universo sagrado", se manifiesta por la tradición judeo-cristiana
haciendo hincapié en la valoración creador-criatura. La tercera fue el "universo mecánico" de la
Iluminación con el avance de la ciencia y la tecnología. Más recientemente, ha surgido el "universo
orgánico" de Einstein y los nuevos descubrimientos de la física.42 Kenny argumenta, además, que
estamos al borde de una quinta y más participativa cosmología: el "universo creativo", mediante el
cual la humanidad maneja su destino. Eckersley describe la quinta cosmología en términos muy
posmodernos:

Más que buscar un significado, vamos a crearlo asumiendo la responsabilidad del diseño
de nuestro futuro personal, social y planetario. En este diseño, no hay objetivo fijo
para satisfacer nuestro anhelo de nuevas bases, él [Kenney] dice: Aparte de las obsoletas
tradiciones religiosas y filosóficas, el obstáculo más formidable al que nos enfrentamos en
el ejercicio de la responsabilidad moral y política es "la ambición imperial del mercado
global ", cuyos fundamentos y justificación "se apoyan en la obsoleta cosmología del
universo mecánico".43

Claramente, la Biblia exige un compromiso apologético con esta visión del mundo y sus prácticas a
través de la iglesia en palabra y obra.44 La antítesis revela el inherente titanismo del "universo
creativo". Es tan imperioso y autorreferencial como Babel.45 En un intento por confrontar la
trayectoria destructiva de la globalización y el consumismo el "universo creativo" busca construir

41
Ver Bethany Moreton, To Serve God and Wal-mart: The Making of Christian Free Enterprise (Cambridge:
Harvard University Press, 2009).
42
Australian Financial Review 24-28 (marzo de 2005) :1-8.
43
Ibid., 7 (el énfasis es mío).
44
Recuerdo este desafío por Jacques Ellul en The New Demons: "Significa pararse frente a ellos, mientras
son tenidos por príncipes encantados: dioses del estadio, de la velocidad, de los bienes de consumo, de la
utilidad, del dinero, de la eficiencia, del conocimiento, del delirio, del sexo, de la locura, de la revolución, de
la educación agnóstica, de la política, de las ideologías, del psicoanálisis, de clase, de raza, dioses del mundo
pidiendo inauditos holocaustos (...) lo velado, escondido y secreto, dioses que asedian y seducen tanto más
eficazmente, ya que no se declaran abiertamente como dioses" ([1975] New York: Seabury Press, pp 225,
227).
45
Pero, como Walsh y Keesmaat apuntan, la modernidad, la posmodernidad, el consumismo comparten la
misma antropología: "En esencia la posmodernidad y la globalización comparten la misma antropología:
ambas ven a los humanos como fundamentalmente unidades de consumo para las cuales la elección es la
característica definitoria. La diferencia entre la modernidad y la posmodernidad no es tan grande mirada de
esta manera: el culto del ego autónomo, un conquistador adquisitivo infinito y pionero degeneró en un
individualismo cómodo caracterizado por un disfrute sin trabas de bienes de consumo y materias primas"
(Colossians Remixed, 32).
una utopía hiper-moderna (el mito del progreso adaptado a través de un darwinismo
espiritualizado) sobre una supuesta posmoderna espiritualidad (un pluralismo con una
orientación Este).

3. El consumismo y los evangélicos

La íntima relación entre el protestantismo en América del Norte (particularmente el evangelismo)


y el capitalismo se remonta por lo menos hasta principios del siglo IX, cuando la teoría y la
infraestructura de la economía de mercado moderna comenzaban a emerger. Los académicos
cristianos abrazaron con fuerza las formas modernas de pensamiento económico representadas
en los escritos de Adam Smith y el realismo del sentido común. Impulsaron una forma de
pensamiento Iluminado, haciendo hincapié en las "leyes naturales" de la "economía política" como
la provisión de Dios para el bien de la humanidad. Lo hicieron en parte para mantener la
relevancia social del Cristianismo y en parte para evitar los avances de la filosofía natural europea
enraizada en el escepticismo de David Hume y otros filósofos continentales.46

Durante este período de formación, había, de hecho voces cristianas de oposición y crítica, pero
fueron desoídas en su mayoría.47 A medida que la economía de mercado crecía, muchos cristianos
acogieron con entusiasmo la nueva economía como la provisión de Dios para la sociedad
estadounidense. También promovieron y adaptaron la teoría y la práctica comercial para
promocionar sus propias empresas religiosas y comerciales. Los evangélicos parecían estar tan
enamorados de los principios de la gestión empresarial y la búsqueda de la eficiencia como lo
estaban sus más liberales y seculares contrapartes. Ambos trataron de usar los principios
empresariales para mejorar el funcionamiento y el alcance de las iglesias y organizaciones
eclesiales.48

Después de la Segunda Guerra Mundial la relación entre el evangelismo y el consumismo (la nueva
derecha por excelencia) ha crecido de manera exponencial y sinérgica. De acuerdo con Bethany
Moreton, la aparición del consumismo masivo contó, especialmente, con el apoyo inmediato de
los conservadores seculares y evangélicos.49 Moreton narra la relación íntima entre muchos

46
Ver Stewart Davenport, Friends of Unrighteous Mammon: Northern Christians and Market Capitalism,
1815-1860 (Chicago: University of Chicago Press, 2008).
47
Ibid.
48
En 1908, el influyente texto, Principles of Successful Church Advertising, argumentaba que las iglesias
deben utilizar los mismos principios científicos de publicidad, que las empresas emplean para alcanzar el
mismo éxito. En 1917, el texto, Church Advertising: Its How and Why, describe a Jesús como el primer
"anunciante de iglesia exitoso"; en 1925 Advertising the Church: Suggestions by Church Advertisers declaró
confidencialmente que "Jesús mandó a sus discípulos a anunciar (...) Traducido a términos modernos, diría
pon tu luz sobre la lámpara de la prensa y en el candelero del Billboard (...) coloca tu ciudad de salvación
sobre una colina de publicidad... ", en 1928 Moody Monthly afirmaba: "El Espíritu Santo fue el “Gerente de
Ventas”, el pastor su Primer Asistente y cada miembro de la iglesia era un "vendedor de mayor o menor
eficiencia" (Ver "Evangelicals Confront Corporate Capitalism: Advertizing, Consumerism, Stewardship, and
Spirituality 1880-1930," Gary Scott Smith in More Money, More Ministry: Money and Evangelicals in Recent
North American History [ed. L. Eskridge, L. and M. A. Noll; Grand Rapids: Eerdmans Publishing Company,
2000] 39-80)
49
Ver, To Serve God and Wal-Mart.
colegios cristianos, la industria de servicios, el consumo masivo (Walmart en particular) y la
aparición de SIFE (Estudiantes en Libre Empresa, por sus siglas en ingles). En 1985 un graduado en
SIFE declaró: "Me siento como que ahora estoy listo para salir a evangelizar el país de la libre
empresa".50 Los participantes de SIFE fueron alentados a considerarse como los orgullosos
discípulos de Adam Smith. Paul Harvey, comentarista cristiano y personalidad de radio, declaró
triunfalmente en una reunión de Walmart que hemos creado algo "mejor que el comunismo, el
socialismo y el capitalismo. Hemos creado el consumismo ilustrado".51

Sin embargo, el activista social y líder de movimientos progresistas evangélicos, Shane Claiborne,
comentó sarcásticamente: "Con demasiada frecuencia la iglesia ha consentido la economía
corporativa global, cuidando a las víctimas de los sistemas. Mientras acríticamente nos hacemos
cargo de los daños colaterales de la economía de mercado, el mundo puede seguir produciendo
víctimas”.52

Ahora bien, parece ser que los evangélicos, en su mayor parte, "acríticamente se hacen cargo del
daño colateral" creado por el consumismo.53 No hemos percibido los aspectos de insalubridad,
visión geopolítica mundial, la antropología y los valores que promueven un estilo de vida basado
en la adquisición.54 El popular escritor, Alan Hirsh, comenta: "He llegado a creer que la mayor
amenaza para la viabilidad de nuestra fe es la del consumismo. Este es un desafío mucho más
atroz e insidioso al evangelio, porque en muchos aspectos afecta a todos y cada uno de
nosotros".55 Basado en mi propia experiencia como misionero en Europa Central, parece que, en
efecto: "A veces, los cristianos americanos con tanta fuerza han fusionado la Biblia con la bandera
de los EE.UU. o el dólar que es difícil de distinguir entre la democracia y el capitalismo desde el
Evangelio".56

No hemos discernido la idolatría del culto sistémico a Mamón en nuestra cultura. No nos hemos
enfrentado al descontento, la codicia, el derecho, la sensualidad y la sexualidad en la iglesia. No
hemos discernido la compatibilidad del consumismo masivo y la postmodernidad. No hemos
entendido y tratado con las aspiraciones imperialistas de consumismo como un evangelio

50
Ibid., 197.
51
Ibid., 248.
52
Irresistible Revolution: Living Like an Ordinary Radical (Grand Rapids: Zondervan, 2006), 151 (Énfasis mío)
53
Ver: Friends of Unrighteous Mammon por tres paradigmaticas respuestas éticas al capitalismo por los
protestantes del siglo 19.
54
Walsh y Keesmaat, y otros, han llamado provocativamente la globalización del consumismo Pax América.
(Ver Colossians Remixed.)
55
The Forgotten Ways: Reactivating the Missional Church (Grand Rapids: Brazos Press, 2006), 106-107.
56
Richard L. Smith, “A Testimony for Missions: Respect of Rejection?”, Evangelical Missions Quarterly Vol. 38
(October, 2002): 481. Pregunté en el mismo párrafo:"¿La conversión implica necesariamente prosperidad
económica? ¿Deberían las misiones clonar occidentales? ¿Deberían los conversos, comportarse, pensar y
gastar como los americanos o los europeos occidentales?"
alternativo y un mandato cultural sesgado: una utopía apóstata en la tierra. Me temo que vamos a
cosechar "toda clase de males" fomentados por el "amor al dinero" (1 Ti. 6:10).57

X. CONCLUSIÓN

El ambiente posmoderno clama por una nueva valoración de los axiomas, los sistemas y las
prácticas de la modernidad. El mito de la Ilustración del progreso, en particular, y de la visión del
crecimiento económico representado por el PBI como medida de bienestar están bajo revisión.
Muchas voces piden un cambio radical en la manera de entender el concepto de prosperidad. Tim
Jackson, por ejemplo, escribió: "La prosperidad consiste en nuestra capacidad para crecer como
seres humanos, dentro de los límites ecológicos de un planeta finito. El reto para nuestra sociedad
es crear las condiciones en las que esto sea posible”.58 Otros, citado por Jackson, proponen una
nueva relación entre la economía, la sociedad y la espiritualidad: “Una nueva política del bien
común (...) requiere de una idea más exigente de lo que significa ser un ciudadano y que requiere
un debate público más robusto: una que se involucre más directamente con las cuestiones
morales y hasta espirituales".59 Debemos devolver a la sociedad un sentido más profundo del
propósito de la vida. La infelicidad manifestada en tantas vidas debería decirnos que el mero éxito
no es suficiente. El éxito material nos ha llevado a una extraña bancarrota espiritual y moral.60

Estas son las discusiones y advocaciones en las que los cristianos deben participar, a pesar de
poseer visiones del mundo diferentes. La Biblia ofrece una plétora de ideas acerca del dinero que
podrían ser de utilidad ¿Qué significa realmente la prosperidad? ¿Cuáles son las condiciones
necesarias para que la humanidad prospere al este del Edén? ¿Qué son los seres humanos, en
definitiva? Estos y otros muchos temas presumiblemente emergen de las críticas preguntas que se
plantean acerca de la economía, el consumismo, la sustentabilidad y el bienestar humano en la
posmodernidad.

A causa de la gracia común, no debemos desaprovechar las oportunidades inherentes a la


beneficencia de Dios a este mundo. Los cristianos pueden y deberían enfocarse en lo que es
posible e incumbida a la causa del Evangelio. Podemos y debemos perseguir el bien común. Con
mucho gusto podemos apoyar y aplaudir iniciativas dignas (el empresariado social y el proyecto
"Héroes" de la CNN, por ejemplo) de los que no están de acuerdo con nosotros. Debemos
reconocer todo lo que es admirable y hermoso en la cultura que existe "bajo el sol". Podemos
alabar a Dios por su continuo "testimonio" en nuestra oikonomia caída.

Los cristianos deben participar en estas discusiones y actividades, máxime, debido al interés
propio y la justicia económica. Como administradores del planeta, la sustentabilidad es un asunto

57
La avaricia es especialmente insidiosa, como Tim Keller señala: "La codicia se esconde de la víctima. El
modus operandi del dinero de Dios incluye la ceguera de nuestro propio corazón” (Counterfeit Gods: The
Empty Promises of Money, Sex, and Power and the Only Hope that Matters [New York: Dutton, 2009], 52)
58
Prosperity Without Growth, 16.
59
Ibid., Michael Sandal, 187.
60
Ibid., Ben Okri, 143.
muy relevante tanto en el aspecto logístico como moral. Debemos compartir este planeta hasta
que el Señor regrese. Si prospera, también nosotros lo hacemos. Si sufre, nosotros también
sufrimos. Por otra parte, como Scott Sabin escribe: "La mayordomía del medio ambiente es
también una cuestión de justicia –y añade– (…) Vemos el medio ambiente como un lujo. Aún las
personas más pobres del mundo no están tan aislados. Cuando la lluvia no llega, la gente muere
de hambre. Cuando el suelo se erosiona, las familias experimentan hambre. Cuando el agua se
contamina, los niños tienen enfermedades intestinales. Cuando se talan todos los árboles, las
mujeres caminan horas por leña. Cuando la tierra es deforestada, las cuencas acuíferas dejan de
funcionar, haciendo que los ríos y arroyos se sequen. Cuando la lluvia llega, sobrevienen
deslizamientos mortales de tierra (...) La preservación y el uso sustentable de dichos bienes
naturales, evitando degradar aún más los ecosistemas –sirviendo a la creación como
mayordomos– se transforma en un asunto central para servir a esas personas”.61

Y, aún más, nunca debemos olvidar que nuestras aspiraciones culturales y las expectativas están
condicionadas por la misión escatológica de Dios. Esa misión se mantiene impertérrita.

Dios proveerá un renovado ambiente físico en el cual habitar nuevamente con su pueblo santo. Él
unirá a Humpty Dumpty en toda su gloria como fuera antes de la caída –y mucho más–. Un día,
Dios revelará su imperio cósmico, una patria libre del pecado y de Satanás donde los seres
humanos puedan florecer verdaderamente. En los "cielos nuevos y la tierra nueva" donde el homo
economicus estará vivo y activo (Is. 60:4-11; 17-21; Ap. 21:24). La ciencia lúgubre (la economía)
será transformada para proveer dignidad, abundancia, trabajo productivo y relaciones
significativas dentro de un entorno seguro y sagrado.

Hasta ese momento, nunca debemos olvidar que cualquier cosa que los pecadores hagan es
problemático. Todo y todos en esta era están sujetos a la ley de Murphy y hay un "Catch 22"(Un
objetivo imposible de alcanzar debido a las propias reglas establecidas para su funcionamiento) en
todos nuestros esfuerzos. Esto es evidentemente cierto en el ámbito económico. En lo que
respecta al comercio y el dinero, John Wesley lo dijo muy bien:

Dondequiera que las riquezas hayan aumentado, la esencia de la religión habrá disminuido
en la misma proporción. Por lo tanto, no veo cómo es posible, en la naturaleza de las
cosas, esperar que algún reavivamiento de la religión continúe por largo tiempo. Ya que la
religión debe necesariamente producir tanto industria como frugalidad, y éstas no pueden
sino producir riquezas. Pero a medida que aumentan las riquezas, también lo harán el
orgullo, la ira y el amor al mundo en todas sus ramas.62

Por todas estas razones, el consejo de Jeremías a los exiliados de Babilonia es apropiado también
para nosotros, en este tiempo:

61
Whole Earth Evangelism,” Christianity Today Vol 54 (2010): 28.
62
Citado por Max Weber en Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism (New York: Scribers, 2003), 175.
Una idea similar se expresa en el proverbio anónimo: "El Evangelio tenía una hija: la prosperidad. La hija se
comió a la madre".
Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos. Cásate y ten hijos
e hijas; dad mujeres a vuestros hijos y den a vuestras hijas en matrimonio, para que ellos
también tengan hijos e hijas; y multiplicaos allí, y no disminuyáis. También, procurad la
paz y la prosperidad en la ciudad a la que los he llevado a exilio. Rueguen al Señor por ella,
porque si la ciudad prospera, ustedes también prosperarán. (Jer. 29:5-7)

Temáticamente, el paralelismo entre su época y la nuestra es sorprendente. Ellos estaban en el


exilio y en un sentido muy real, también nosotros lo estamos. Ellos anhelaban la restauración y
volver a la tierra prometida, y nosotros también. Soñaban con una patria edénica, y nosotros
también. Ellos vivían en una "situación mixta" de gracia común y antítesis y así ocurre con
nosotros. Ellos entendieron que la verdadera prosperidad en todas sus dimensiones sólo se
experimenta en las proximidades de la morada de Dios. Y así, se les dijo esperar en la misión
escatológica de Dios, y así debemos hacerlo nosotros. Mientras tanto se les mandó a florecer y
traer prosperidad a su lugar de exilio para su propio beneficio y como un anticipo de mejores
cosas por venir, y así deberíamos hacer también nosotros.

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