Taller Autoficción
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UMBRAL TEATRO
PUNTO-CADENETA-PUNTO
TALLER METROPOLITANO
TALLER
AUTOFICCIÓN
TEATRAL
(NOTAS)
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Ana Fernández Valbuena Taller Autoficción Teatral
1.
AUTOFICCIÓN
Definición y ejemplos
Aquí estoy, escrita, pero las cosas que se escriben,
de algún modo, dejan de ser reales.
Entonces yo, ¿he dejado de ser real?
¿Soy ahora un personaje de ficción?
¿Aquel que dijo “puedo vivir perfectamente sin ti”
es ahora un personaje de ficción?
Angélica Liddell
Monólogo para la extinción de Nubila Wahlheim
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1
Jean Pierre Sarrazac, Poétique du drame moderne. De Henrik Ibsen à Bernard- Marie Koltès
(París: Seuil, 2012), 69.
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Para aspectos biográficos véase la detallada cronología sobre la autora, de Tamara Gutiérrez
Acotaciones, núm. 38 (2017), pp. 157-174.
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1.2.1 Biodrama
El pasado vuelve como cuadro de costumbres donde se valoran los detalles, las
originalidades, la excepción a la norma, las curiosidades que ya no se
encuentran en el presente. Como se trata de vida cotidiana, las mujeres
(especialistas en esa dimensión de lo privado y lo público) ocupan una porción
relevante del cuadro. Estos sujetos marginales, que habrían sido relativamente
ignorados en otros modos de la narración del pasado, plantean nuevas
exigencias de método e inclinan a la escucha sistemática de los ''discursos de
memoria”…
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2.
BIOGRAFEMAS
No se trata de un momento excepcional
de la existencia, sino de la existencia misma.
Maurice Maeterlinck (1894)
2.1.1. Definición
Nuestra biografía, en principio, estaría vinculada a la MEMORIA: uno es
lo que recuerda. Pero hemos de desprendernos de la noción de verdad, para
acercarnos a la de relato, pues cada acto de memoria que llevamos a nuestra
biografía implica una multiplicidad de actos de olvido. Incluso deliberados. De
modo que es la construcción de un relato la que permite que llamemos a nuestro
taller (auto) ficción: si la biografía es la vida escrita, la vida escrita es ya una vida
“interpretada”, reconstruida. En nuestro caso, buscando la formas artísticas que
nos permitan construirla en dicho formato.
Decía Rimbaud que hace falta “cambiar la vida” –aunque no podamos
cambiar el mundo- pues no nos es posible mostrar la vida tal como es
verdaderamente. Como se indica en el catálogo de la exposición Formas
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4
http://www.museoreinasofia.es/sites/default/files/notas-de-
prensa/dossier_formas_biograficas_0.pdf
5
http://www.cicloliterario.com/ciclo106diciembrenerofebrero2012/roland.html
6
El átomo como forma indivisible de la materia fue propuesto por el filósofo griego Demócrito
(siglo V a. C.), al que sus coetáneos no tomaron en serio. Cien años después Epicúreo retomó
sus teorías y fundó la Escuela Atomista, en Atenas.
7
Si j'étais écrivain et mort, comme j'aimerais que ma vie se réduisît, par les soins d'un biographe
amical et désinvolte, à quelques détails, à quelques goûts, à quelques inflexions, disons des
« biographèmes » dont la distinction et la mobilité pourraient voyager hors de tout destin et venir
toucher, à la façon des atomes épicuriens, quelque corps futur, promis à la même dispersion ;
une vie « trouée », en somme. Roland Barthes, Sade, Fourier, Loyola, Œuvres complètes, tome
3, p. 706. (Trad. Ana F. Valbuena)
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Este concepto nos servirá para elegir, dentro de aquello que queremos
contar, los elementos que sirvan mejor, estéticamente a la construcción de
nuestro relato autoficcional, y para que dichos elementos se reduzcan a
unidades mínimas de sentido. Asimismo, nos legitima para dar una estructura
formal “dispersa, en forma de collage, descentrada”… a estas unidades.
8
http://bibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/descargas/31000000565.PDF
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2.2. EJEMPLOS
2.2.1. La artista transexual P. Debate con los compañeros de tu
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3.
Mitologías y formatos
No hablar nunca de sí mismo
es una refinada hipocresía.
Roberta Marrero
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9
Bretón, André. Diccionario del surrealismo . Buenos Aires: Losada, 2007, p. 29.
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Sánchez, José Antonio. Dramaturgias de la imagen. Cuenca: Universidad de Castilla-La
Mancha, 2002.
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moon): "Me interesa reconciliar las pequeñas historias con las grandes. Explorar
cómo las situaciones más cotidianas nos permiten hablar del mundo". En ella,
un personaje que ha estudiado astronáutica explica que la palabra astronauta
significa “explorador de estrellas”. Nosotros somos exploradores también, dice
con tristeza dicho personaje: en busca de la belleza.
Leamos algo sobre él y su espectáculo:
https://www.biobiochile.cl/noticias/2013/01/06/la-cara-oculta-de-la-luna-de-
robert-lepage.shtml
https://elpais.com/diario/2000/11/21/cultura/974761206_850215.html
https://www.youtube.com/watch?v=K_HI70pLYhc
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Otro dato interesante de ese montaje fue que la autora estaba presente
en escena haciendo de sí misma. De algún modo, esto convierte la ceremonia
del espectáculo en una especie de epifanía del conocimiento propio, ofrecida a
los demás. De hecho, una de las particularidades del teatro documental y
autobiográfico es que desafía la identificación actor = personaje, solapando no
sólo el cuerpo del intérprete y el del autor de su personaje, sino también
reuniendo su historia y sus nombres –la del sujeto enunciador, y la del sujeto de
la fábula– en una compleja síntesis de identidad.
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3.2.3. Ejemplos:
1. Ser, o no ser ficción. Wajdi Mouawad.
Este autor y director de origen libanés escribió un solo (un espectáculo
para un solo actor), que él mismo dirigió e interpretó; su título Seuls (Solos),
resulta interesante, de partida, por su polisemia.
El actor, no obstante, se veía
acompañado por otras voces
grabadas –en la ficción,
conversaciones telefónicas– y por
imágenes proyectadas, como esta
de un fotomatón. ¿Por qué el
fotomatón?, se pregunta en el libro
que recoge su proceso de creación,
en la forma de un cuaderno de notas
(p. 64). Para:
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o arquetipo que había inspirado la obra al autor fue el relato bíblico del hijo
pródigo (p. 119):
Durante mucho tiempo creí que mi pieza era una historia en la que la relación
padre / hijo era central, pero señalo que este parámetro, sin ser un detalle
menor, no constituye la base del espectáculo.
Era el árbol que no dejaba ver el bosque.
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3.3. PRÁCTICAS
1. Intentamos concebir una composición en collage con los elementos
biográficos que estamos trabajando. Como dice Alonso de Santos, puedes
utilizar el “mestizaje de géneros”.
2. Intentamos trabajar por asociación en la escenificación de los episodios
propios, mediante formas artísticas próximas a la performance, las acciones del
arte contemporáneo u otros campos artísticos (foto, video arte...).
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4
El cuerpo del creador
en las piezas autoficcionales:
riesgo y compromiso
El poeta desplaza la ira hacia la creación.
Somos tarados, heridos, incurables.
En vez de disparar a alguien, escribo
Angélica Liddell
El sacrificio como acto poético
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comenzaron a contar con un registro escrito que puede pasar por la palabra, o
por otros medios: dibujos, grabaciones sonoras, filmación, multimedia….
4.1.2 Ejemplos
Angélica Liddell, la provocación “constructiva”.
Liddell es una artista española de vanguardia, de gran proyección
internacional y compromiso político. Cultiva lo que ella llama “violencia poética”,
con la misión de atacar sin descanso: “El arte es el ansia de lo realizable, porque
quisiera crear una conciencia trágica del fracaso humano, pero nunca llega a
conseguirlo”12. Esta tensión de la creación por hacerse útil al hombre está
presente en cada una de sus propuestas: las verbales, enraizadas en la tradición
de los poetas malditos y en los usos rituales de la palabra con sentido sagrado;
las físicas, que abundan en lo sacrificial y en la exposición del efímero existir de
la vida, frente a la pervivencia del mal en la humanidad; y las que atañen a la
plástica escénica, conectadas con las corrientes artísticas de los últimos 50
años.
Una de sus piezas performance, Te haré invencible con mi derrota (2009),
es una especie de diálogo entre ella y la malograda violonchelista Jaqueline du
Prè http://artesescenicas.uclm.es/index.php?sec=texto&id=252
http://tempofestival.com.br/instantaneo/angelica-liddell-conjunto-da-obra/
Tadeusz Kantor
Otro ejemplo muy distinto fue este artista plástico y director polaco, que
otorgaba a sus imágenes hipertrofiadas un altísimo nivel simbólico. Así lo hizo
12
Angélica Lidell, “El mono que aprieta los testículos de Pasolini”, 2003, Primer acto; hoy en
Archivo virtual de Artes escénicas, 2010, p. 1.
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Algunos dicen que el autor –a menos que sea él mismo quien se presenta en
el escenario, como es el caso de buena parte de los “autoficcionistas”
contemporáneos– establece una especie de pacto faustiano, pues en caso de
traspasar su auto-figuración a un actor estaría “vendiendo su alma al diablo”.
Por eso cada vez más los dramaturgos del “yo” se implican, corporalmente
hablando, en la representación escénica como un elemento imprescindible,
tanto formal como de contenido.
De hecho, el arte de la performance sería definible como una “intimidad
exteriorizada”, que aúna lo íntimo con lo público. A veces lo mostrado puede
resultar ridículo o grotesco, incluso provocar temor en situaciones de riesgo
próximas al masoquismo.
Ejemplo: Regresamos al ejemplo de la performer americana Hannah
Wilke14, que vimos al comienzo del taller, de la que vamos a estudiar otra pieza,
fotográfica esta vez, el díptico: Retrato de la artista con su madre, Selma Butter
13
Carlson, Marvin, 1999.
14
https://en.wikipedia.org/wiki/Hannah_Wilke (en inglés)
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Esta conjunción temporal nos recuerda a las vanitas barrocas, en las que
se retraba a jóvenes hermosos en actitudes de auto contemplación, junto a unas
calaveras, o unos relojes de arena, que hablaban de la fugacidad de la vida.
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Vídeo instalación de Intra Venus https://vimeo.com/channels/383149/40269358
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4.2. PRÁCTICAS
Cierre de las micro propuestas autoficcionales.
Muestra del work in progress.
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ENSAYOS
Alonso de Santos, José Luis. “El personaje”. Manual de teoría y práctica teatral
(Barcelona: Castalia. 2007.
Borja-Villel, Manuel J.; Jean François Chevrier; y Élia Pijollet. Formas biográficas.
Construcción y mitología individual. Madrid: Museo Nacional Centro de Arte
Reina Sofía y Siruela, 2013.
Liddell, Angélica. “El mono que aprieta los testículos de Pasolini”, 2003, Primer
acto; hoy en Archivo virtual de Artes escénicas, 2010.
TEXTOS TEATRALES
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Mouawad, Wajdi, Seuls. Chemin, texte et peintures, Actes Sud, Arles. 2008.
Velasco, María.
Los dolores redondos, 2018. Anexo a
https://academiadelasartesescenicas.es/archivos/files/publicaciones/prosopop
eyas/Prosopopeyas.html
AUTOFICCIÓN NARRATIVA
AUDIOVISUALES
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Tellas, Vivi:
Mi mamá y mi tía https://www.youtube.com/watch?v=vvJBtnd2-PI
Tres filósofos con bigotes https://www.youtube.com/watch?v=jiTgKvGEId0
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ANEXOS
HOMBRE: Se alza el telón con una hora de retraso. Olor a “faso”, a marihuana,
en el backstage. El público empieza a inquietarse. Es un día de diario, pero no
hay por qué ni para qué madrugar en un país como Argentina. Es mejor no
acostarse. La gente palmea, chifla, mientras detrás de la lona se escucha una
calada. Vino con una pinche colombiana, que parece de buena familia y que,
pese a haber sido adicta a la “merca”, la cocaína, tiene una bonita naricilla, y
aspecto de heroína de videojuego. Sus ojos están achinados por la falta de
sueño y un matrimonio fracasado. Toda una burguesa de tercera generación…
MUJER: Si todos los vascos son terroristas, todos los colombianos son narcos.
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HOMBRE: Son más de las nueve –comienza la carrera por la última barra de
pan– y, en el transporte público, los rostros cansados le recuerdan que tiene
que acuchillar el parquet. Preguntan a un policía por El Abasto, que les dice que
será mejor andar siete cuadras por otro barrio más seguro, pero toman un atajo.
ÉL: Todo esto está muy bien, ¿pero quién es ese tal Jacinto?
MUJER: Los bandeonistas están en primera línea. Abren fuego. Siete o más.
Detrás los violinistas, y al lado, un contrabajo. Toda la plantilla es masculina. La
orquesta típica Fernández Fierro, o el patriarcado del tango; el fuelle (setenta y
un tonos abriendo y setenta y un cerrando), o la testosterona. Cuando veo a los
músicos esponjarse como sus bandoneones y resbalar el hueso de violinista por
el astil como por el cuello de un ser humano…
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ÉL: ¿Y qué?
HOMBRE: ¡Permiso!
MUJER: Y se sentó. A los contrabajistas siempre les hace mucha ilusión que
digas contrabajo y que no digas “viola”, que no digas “cello”, que no digas
“harpa”. Así da comienzo una seducción involuntaria. Él le rellena la copa
(beberán hasta una botella “por barba”) y habla de su ex mujer.
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ELLA: Nunca pensé que alguien que se acerca con intención de no dormir solo,
pudiera hacer tantos silencios. “Y bien… Y bien…”. Su barba me recuerda a
esos árboles en los que se convertían los gnomos al morir. Tiene cara de
escocés o de whisky. Ni siquiera me gusta, pero no tengo dinero para un taxi.
MUJER: Ella se muere por ver un “telo”. En España la gente comparte el aliento
mañanero después del sexo rápido.
HOMBRE: Aquí enfrente, muy cerca, hay un lugar donde lo podemos pasar bien.
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Ella está en el suelo. Se siente como un túnel de lavado o una misionera. Sueña
mimetizarse con el parquet, ser ocre, desaparecer. Entonces él, que aún no ha
eyaculado, se saca el profiláctico y orina sobre su cuerpo.
/…/
He tenido tanto miedo a perder, a perder-te, que cuando te perdí, pues… sentí
que no había miedo. Y yo que fui la niña más espantadiza, de un día para otro,
dejé de temer: a las agujas, a la oscuridad, a las ratas, a los violadores, al paso
del tiempo, a las alturas, a la muerte. ¿Y sabes qué sucede cuando ya no tienes
miedo a la muerte, cuando te da igual mezclar cocaína, con Lorazepam,
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Vandalismo emocional
Postes Orgullo
Fachada Ego
Lunetas Cordura
Papelera Templanza
Contenedores Luz
Cajas Inocencia
Setos Esperanza
Aro Expectativas
Retrovisores Emoción
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04. PADRE
Habitación de hospital.
Entra Harwan.
Silencio.
Hace años, sin embargo, nos hablábamos. No mucho, poco, pero nos
hablábamos. Esencialmente durante las pausas para la publicidad, cuando
pasaban en la tele un partido de hockey. ¿Te acuerdas de los partidos de
hockey, papá? Con cada descanso en el juego había una pausa publicitaria
de dos minutos. Tú te enderezabas, encendías un cigarrillo, te volvías hacia
mí y me largabas unos cuantos asuntos ligeros: “Yo nunca habría debido
tener hijos; no habría tenido que casarme nunca. Antes tenía mi oficina en
Beirut, recibía a mis clientes /…/ Viajaba a Italia, tenía amigos en Bagdad,
en El Cairo, por todos lados ¡Y lo he perdido todo por le bienestar de mis
hijos!” /…/ Se terminaba la publicidad y el juego seguía hasta la pausa
siguiente. En fin, papá, se diría que has puesto en la tele un canal sin pausas
de publicidad.
Silencio.
Papá, soy Harwan. ¿Me oyes? Estás en coma. Y nos han dicho también que
te lo digamos. Papa, escúchame: estás en coma y decírtelo me parte el
corazón.
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Silencio.
/…/
Mientras venía caminando al hospital me he puesto a pensar en ti. Me he
acordado de cuánto te gustaba el sol, con la de nieve que hay hoy. /…/
Cuando pienso en ti te veo en el Líbano. Veo la orilla del mar, las calles
animadas, los cafés, un cielo azul deslumbrante, y te veo a ti, elegante /…/
Nunca veo la guerra /…/ Para mí el Líbano se resume en el jardincito que
teníamos detrás de nuestra casa en la montaña.
/…/
Las imágenes que guardo en mi cabeza son: un jardincito detrás de una
casa. Un perro al que quería y que me quería, con el que me iba a jugar al
fondo del valle. ¿Dónde habrá terminado mi perro? Mientras bajaba por la
Calle Saint-Denis me he acordado de la dicha que me producía quedarme
horas y horas acostado en el jardín, con la cabeza apoyada en su vientre
perruno, contando las estrellas.
/…/
Un día me puse a pintar los cielos nocturnos. ¿Te acuerdas? /…/ Pero nunca
lograba pintar el cielo entero y de una noche a la siguiente me daba la
impresión que el cielo había cambiado, como si hubieran nacido unas
estrellas nuevas, otras hubieran muerto y otras aun ¡se hubieran movido!
¿Te acuerdas de todos los cuadros que pinté, papá? ¿Por qué no los
trajimos con nosotros cuando huimos del país? ¿Y mis tarros de pintura, los
tubos de colores, los pinceles? ¡No habrían estorbado tanto! Habríamos
podido guardarlo todo en una maletita, y yo me habría encargado de llevarla.
Quiero decir ¿por qué nos llevamos de allí solamente lo “esencial”? ¿Te
acuerdas de ese cuadro que pinté y que tanto te gustó porque esa noche
decidí pintar el cielo rosa y las estrellas verdes? ¡Lo colgaste encima de tu
cama! Ya te imaginas lo orgulloso que me puse. ¿Por qué no nos llevamos
al menos ese cuadro? … Yo te lo habría colgado hoy aquí, en tu habitación
del hospital…
/…/
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Papá, soy Harwan, soy yo, tu hijo, y te hablo de lo más hermoso que me
regalaste, aunque te hayas pasado la vida diciendo que tuviste que
sacrificarlo todo por el bienestar de tus hijos, ya ves: no había que hacer
ningún sacrificio, porque la felicidad estaba ahí. La felicidad estaba ya ahí.
/…/ Habría sido bueno contarte antes estas cosas. Me da un poco de miedo
que sea demasiado tarde. En eso consiste el exilio tal vez: en la
imposibilidad de recuperar el retraso. Pero no está todo perdido. Quiero
decir, papá, ¿qué habría pasado si no hubiéramos abandonado el Líbano?
¿En qué me habría convertido? Ahora estaría hablando en árabe. Igual no
habría redactado nunca mi tesis doctoral ¡pero hablaría árabe! ¿En qué me
habría convertido si no hubiéramos abandonado el Líbano? Probablemente
habría seguido pintando los cielos estrellados. /…/ Tal vez me habría dado
por pintar otras cosas también: rostros, paisajes… /…/ Papa, espero que
allá donde andes, en tu coma, hayas hallado lo que más amabas en el
mundo; espero, sinceramente, que, mientras te estoy hablando, estés con
tus veinte clientes, tomándote tus veinte cafés al día…
/…/
¿Te acuerdas de ese verano que te pasaste intentando enseñarme francés,
cuando nos fuimos del país? “Venga, Harwan, conjuga el verbo ir”, “”Yo i,
tú is, él i…” Hoy soy capaz de decir concomitante y puedo meter en
cualquier conversación sin problema alguno la palabra aporía, ¡Aunque no
tenga las más remota idea de cómo se dice ventana en árabe!
Pero todo esto no son sino palabras. En francés o en árabe ¡no son sino
palabras! ¡Mejor callar! /…/
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Papá, tengo que marcharme, pero te he traído una cosa que, creo, te va a
gustar. He hecho un montaje para que puedas escuchar tu parte favorita: lo
he puesto en bucle, y ya lo apagará la enfermera.
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