Principios de Bangalore

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PROGRAMA DE FORMACIÓN DE ASPIRANTES – 26° PROFA

TAREA ACADÉMICA

TITULO : PRINCIPIOS DE BANGALORE – DISCURSO DE

HANNAD ARENDT

CURSO : ÉTICA E INTEGRIDAD EN LA MAGISTRATURA

DISCENTE :

DOCENTES :

1
¿CREES QUE LA INTEGRIDAD DE NUESTRA ACTUAR, TOMANDO EN

CUENTA LOS PRINCIPIOS DE BANGALORE, ¿TIENEN ALGO QUE VER

CON LO DICHO POR HANNAD ARENDT EN SU DISCURSO SOBRE LA

BANALIDAD DEL MAL? ES DECIR, ¿EL CRITERIO DE ARENDT ES

FUNDAMENTAL PARA PODER EJERCER BIEN LOS PRINCIPIOS DE

BANGALORE?

Sobre la presente, para situarnos en contexto, es preciso mencionar el discurso

que brinda Hannad Arendt referente a la banalidad del mal, en dicho discurso la

filósofa alemana de origen judío, nos menciona el juicio de Adolf Eichmann, un

oficial en el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial señalado como

uno de los principales responsables del Holocausto, en dicho discurso la

filósofa muy acertadamente comenta: “el mayor mal del mundo es el mal

cometido por los don nadie, el mal cometido por los hombres que no tienen

motivo, ni convicciones que no tienen un corazón malvado ni demoniaco, sino

por seres humanos que se rehúsan a ser personas”, llamando a dicho

fenómeno como la Banalidad del Mal.

En dicho discurso Hannad Arendt, trata de encontrar una explicación al

comportamiento de los oficiales del régimen nazi, no para perdonar ni escribir

una defensa de Adolf Eichmann, sino para entender el porqué de la comisión

de dichos crímenes, concluyendo que Adolf Eichmann renunció a su capacidad

de pensar, y ¿qué es pensar?, la filósofa nos refiere que es el dialogo que se

realiza entre yo y yo misma, y al renunciar a ser una persona, Eichmann

renunció a la cualidad más determinante, la de tener la capacidad de pensar,

por ello él ya no era capaz de hacer juicios morales.

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Esta pérdida de la capacidad de pensar, creó la posibilidad de muchos

hombres comunes de cometer crímenes a una escala gigantesca, como lo fue

el holocausto.

La banalidad del mal, es un concepto que afirma que personas capaces

de cometer grandes males o atrocidades (como lo fue el Holocausto),

pueden ser gente aparente y perfectamente «normal», efectivamente como

lo hemos aprendido de nuestras clases en ética, para guiar nuestro actuar sea

en nuestro ámbito de la vida privada o profesional, las personas debemos tener

un catálogo de valores y principios que rijan nuestro actuar y nuestra vida, los

cuales deben ser coincidentes con las acciones que realicemos, así nuestras

acciones no serán dejadas al azar, sino que serán consecuencia de nuestros

principios y valores. Es por ello que Hannad Arendt, nos señala que para ser

posible la comisión de actos criminales como lo fue el holocausto judío, las

personas pierden su capacidad de pensar, de razonar, de diferenciar lo bueno

de lo malo, renunciando a la cualidad de ser persona, por ello expresa

acertadamente que los peores crímenes son cometidos por los don nadie,

refiriéndose a las personas sin convicción, sin valores, sin moral, sin ética,

personas que solo actúan sin pensar.

En contraposición a la actuación bajo el fenómeno de la banalidad de mal, se

nos expone una línea sobre los principios que deben seguir los magistrados,

sean jueces u otros operadores de justicia, se nos señala en los principios de

Bangalore, seis valores éticos fundamentales que debe observar todo

magistrado, como son la: independencia, imparcialidad, integridad,

corrección, igualdad y competencia/diligencia.

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Como bien señala en su preámbulo, los Principios de Bangalore buscan

establecer estándares para la conducta ética de los jueces y magistrados, así

también dichos principios están formulados para servir de guía a los jueces y

para proporcionar a los magistrados un marco que regule la conducta judicial.

Debemos tener en cuenta que un buen juez no solo es aquel que tiene

conocimiento de las normas o de la ley aplicable, sino aquel que tiene una

conducta ética, cuya vida, tanto laboral como privada, se va ceñir a los

principios éticos a las cuales como magistrados están y estamos obligados de

cumplir.

Lamentablemente para algunas personas hoy en día, la ética no es

considerada como algo esencial en sus vidas, pues minimizan actos que son

éticamente reprochables, aduciendo que no han cometido delito alguno y

efectivamente, es distinto cometer un delito a una conducta reprochable. Es

sumamente importante para un juez tener una íntegra formación ética, teniendo

en cuenta que dichos magistrados impartirán justicia, y la justicia es un valor

que nos guía a actuar teniendo como estandarte la verdad y dando a cada cual

lo que le pertenece.

 
Coincido con lo expresado por Hannad Arendt, al señalar que la conducta de

Adolf Eichmann no respondía a los rasgos de un loco, de un ser monstruoso o

enfermo, sino que su conducta fue la de un ser que no tenía sentimientos ni del

“bien” ni del “mal” en sus actos, y efectivamente dicho pensamiento es objetivo,

debido a que podemos pensar que el mal actuar de una persona muchas veces

se debe a un corazón malvado, o a causas sobrenaturales e inclusive de no

profesar una religión o de no tener temor a Dios, dichas causas serian

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meramente subjetivas, siendo lo correcto afirmar que una persona actúa o

pude llegar a actuar y a cometer crímenes, al dejar de lado sus principios

éticos, al despojarse de sus cualidades intrínsecas de ser humano y actuar

como actuaría una maquina programada, sin capacidad de raciocinio y ello era

lo que ocurría en la época de la Segunda Guerra Mundial, donde la excusa nazi

era la de actuar siguiendo órdenes y dentro de un sistema basado en el

exterminio.

Se nos señala si la integridad tiene algo que ver con lo expresado por Hannad

Arendt, señalare que efectivamente, tiene mucho que ver, comenzare

señalando que la integridad deriva del latín integer que significa “entero”, la

integridad es el estado de un individuo que tiene total entereza mental y

espiritual, cuando lo que piensa, lo que dice y lo que hace tienen un mismo

sentido y son coherentes entre sí. Se considera íntegro a un individuo

cuando es honesto, tiene firmeza en sus acciones y actúa de manera

correcta, dicho en términos sencillos, una persona es íntegra cuando actúa de

acuerdo a las ideas que siempre ha manifestado, por ende la integridad en

nuestro actuar, será determinante para actuar en concordancia con los demás

principios de Bangalore y efectivamente es a lo que se refería Hannad Arendt,

al señalar que Adolf Eichmann se despojó de sus cualidades innatas de

persona, dejando de ser íntegro y actuando sin capacidad de raciocinio.

Considero que el principio básico que debe guiar nuestro actuar en la vida

diaria, es ser una persona integra, una persona consecuente con sus valores,

principios y metas de vida, ya que como bien lo señala la filósofa Hannad

Arendt, lo preocupante de la existencia del mal entre nosotros es que cualquier

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hombre, en determinadas circunstancias, puede reaccionar como Eichmann y

cometer actos tremendamente malvados e inhumanos porque cree que es «su

obligación» o «su trabajo», personas a las que ella denomina don nadie, o en

otras palabras una persona carente de integridad.

Por ende, para poder seguir los principios señalados en el protocolo de

Bangalore, es primordial ser integro en nuestra vida diaria y en la realización de

acciones, no bastando pregonar el ser imparcial, ser justo o ser correcto, sino

que nuestro actuar tiene que ser acorde con lo que pregonamos, y que mi

actuar refleje lo que soy y lo que quise ser, siendo fundamental el discurso que

expone Hannad Arendt, sobre la capacidad de raciocinio, para poder seguir los

principios contemplados en Bangalore, al actuar con convicción, al actuar

porque somos capaces de distinguir lo bueno de lo malo, no solo actuar por el

qué dirán o por seguir a la letra las enseñanzas o lemas moras, sino actuar

convencidos de que lo que hago es lo correcto, quizás es más o menos

complicado, acorde a la época, o al contexto como le paso a Eichmann, pero

es lo correcto y siempre actuare de modo correcto, así el camino sea arduo,

valdrá la pena.

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