Rol Bizarro
Rol Bizarro
Rol Bizarro
especial n a v i d a d
# 4
e n e r o
2 k 6
El Indice
RELATO Única función
Adela Torres
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MÁS los del resto de los llamados, así a la ligera, «seres humanos» que habi-
Pues miren ustedes... En estos tiempos en los que cualquiera crecido bajo el arrullo cariñoso de unos dados rodando sobre el mantel
(incluyendo alguno de los miembros de nuestro equipo) puede hacer un de la mesa de casa. O nos ha emocionado al planear las vacaciones
Rescepto Editorial
marcando sobre un plano La Ruta Turística de Conan. O, por qué no
¡ÚLTIMAS
admitirlo, hemos envidiado a Ron Jeremy, por hacérselo con todos esos
jos molones de sus pelis favoritas (cambien pelis por juego de rol,
NOTICIAS!
actriz, libro, tebeo...) y que van tirando cáscaras de pistacho por el Según nos han contado en un bar de Vigo, el pasado mes de
suelo de casa ajenas. No. Qué va... noviembre se vio una HispaCon en el Centro Cultural CaixaNova
Internet 2?
E ADELA TORRES
equipos de limpieza. Cuando quemaron los cadáveres no se
veía el cielo por el humo, y eso que fue sólo una muestra de
L C
uando por fin conseguí entradas para ver la extin-
todas las extinciones que ha visto en directo: que si las jira- lo que cuenta es el interés del animal. Por ejemplo, los osos
A fas, que si los caballos, que si los canguros, que si las golon-
era hora de darle una lección. empezaron las extinciones —dije triunfalmente, saboreando
se quedaron en el área cuando empezaron las extinciones — y saliendo del cuarto en señal de protesta.
empezaron hace cinco, no, seis años ya. Cómo pasa el tiempo.
fantes en libertad. Luz se deprime mucho cuando alguien comenta lo que está
Rescepto Relato: Única función
ADELA TORRES
pasando, y creo que ha dejado de ver la televisión y leer los periódicos ciones, la gente empezó a hacer apuestas sobre cuál sería el siguien-
por no enterarse. Se perdió la extinción de las golondrinas, que por te, pero nunca fue negocio: casi todos ganaban, y si alguien apostaba
mucho que Pao presuma vimos todos en directo porque, quieras que por un perdedor era porque la especie que tocaba extinguirse les gus-
no, eso no puede pasar desapercibido: todas las golondrinas del taba y no querían aceptar que iba a desaparecer. Lo hizo muchísima
mundo cayendo muertas a la vez, muchísimas de ellas en vuelo. Los gente, por ejemplo cuando se extinguieron los perros.
equipos de limpieza realmente se portaron aquella vez; en apenas diez A pesar de lo que la gente como Luz diga, no todo ha sido malo
días no quedó ni rastro de los cadáveres. desde que empezaron las extinciones. No recuerdo que nadie, ni
Lo de los elefantes se estaba viendo venir desde hacía tiempo, siquiera Luz, llorara cuando se extinguieron las ratas, o los mosqui-
por eso han podido preparar las cosas a conciencia. El caso es que tos, y a decir verdad todos estamos conteniendo la respiración de
nadie sabe cómo ni por qué, pero todos sabemos qué animal va a ser ganas de que se extingan las cucarachas. Y también es cierto que las
el siguiente en extinguirse. Al principio, cuando empezaron las extin- extinciones han aclarado algunas controversias científicas, como
guieron los perros, llamó mucho la atención que los chihuahas se sal-
varan; tampoco duraron tanto (les llegó el turno poco después) pero
zamos todos a tener cierta sensación de que a los gatos no les queda
nes. Los científicos nos han explicado que hay días en que se extin-
misión de una planta. Quiero decir, ¿pagaríais por ver un montón de hace saber el orden de las extinciones nos ha dejado muy claro que
robles secarse a la vez? Yo desde luego no. Además el efecto tarda un nos tocará los últimos. Pero por otro lado, es perfectamente posible
poco en verse, con lo que es aún más aburrido. Y en cuanto a bacte- que nuestro turno no llegue jamás.
rias o a insectos, pues la verdad es que la gente no se entera, y es difí- A veces intento imaginar ambas posibilidades. Quizá cuando
cil montar un buen espectáculo con ellos. Los elefantes, por supues- ya no quede ninguna otra especie en el planeta tendremos la convic-
to, son otra cosa. ción de ahora nos toca a nosotros, y un día, plof, caeremos todos
La sensación general es que los elefantes serán la última muertos. Ni siquiera nos pudriremos, porque tampoco quedarán bac-
extinción espectacular en meses. Tras ellos vienen especies menos terias, ni insectos, ni gusanos, ni nada. Sería un espectáculo curioso.
interesantes: medusas, sardinas, cosas así, así que lo están prepa- Lo que me da rabia es que no quedará nadie para verlo.
rando a lo grande. Mientras tanto, supongo que repondrán algunas de Otros días, me imagino que seguiremos vivos en un planeta
las mejores extinciones de los últimos meses, como la de los delfines totalmente esterilizado, sin rastro alguno de vida más que la nuestra:
(nadie sabe por qué muchísimos de ellos nadaron hacia las costas todos los animales muertos, todas las plantas extinguidas, todos los
antes de extinguirse), o la de las mariposas monarca. bosques secos, todos los mares vacíos. Es evidente que no podremos
Personalmente, no me molesta esperar. Después de todo, durar, pero la pregunta surge, ¿cuánto tiempo aguantaremos así,
incluso los cálculos más optimistas indican que dentro de un máximo solos? ¿Y cómo serán los últimos días?
de seis años se habrán extinguido todas las especies de seres vivos del Me pregunto si otros también imaginan estas posibilidades;
planeta, así que no me importa que el ritmo de las retransmisiones se no es un tema de conversación que surja a menudo. Por ejemplo, no
dosifique un poco. Así se mantiene mejor el interés. sé cuál de las dos preferiría Luz.
La gran pregunta que queda es, evidentemente, qué pasará No sé cuál de las dos preferiría yo.
con nosotros. Y el hecho es que nadie tiene ni idea. Si nos toca extin-
AL ÍNDICE
ROL BIZARRO
Antes de comen-
JORGE VALLEJO
de esos rechonchos y conocidos personajes, aunque todavía no queda puedo dejar de nombrar las
claro si los jugadores son los teletubbies o la voz del megáfono. Ya en este maravillosas ilustraciones):
primer ejemplo encontramos que las adaptaciones son un filón no sólo Piltrufos y Moffet Babies.
para juegos de rol normales, sino también para los bizarros. Lo único que En el primero los jugadores
hay que hacer es adaptar una ambientación suficientemente bizarra. interpretan unos pequeños
Aprovecho el tema de las adaptaciones para comentar en bloque los humanoides azules que
productos de una editorial española que es bizarra en sí misma, la viven dentro de setas en
Cocoguawa. Sus juegos son todos deliciosamente bizarros: El juego de el bosque, liderados
Rol Flynn es un juego minimalista que en cuatro páginas incluye ambien- por un sabio patriar-
tación, reglas, filmografía e ilustraciones. El argumento es sencillo e inno- ca. Da ideas para
vador; todos los PJs son Errol Flynn, aunque durante el rodaje de sus pelí- poder jugarlo en
culas se averiguará cuál es el auténtico y cuáles son actores invitados. tres modos: Pitufo,
De los mismos enfermos tenemos otros dos juegos, también adapta- Piltrufante y Piltrufos el lado oscuro. El
ciones, más complejos a nivel de reglas pero igualmente perturbados en primero consiste en jugar aventuras como las de la serie
mundos de su imaginación. Puede ser jugado de muchas maneras, pero mi favorita como la más
De concepto similar arran- bizarra es intentar trasladar el espíritu de la serie a las partidas, es una
ca el juego Niños, de Francisco delicia ver cómo los jugadores se meten en el papel de tiernas japonesitas
Franco Garea, que apareció de instituto con grandes poderes (y grandes cabezas, y ojos…).
publicado en la primera encar- Ya que he empezado a tratar el tema del manga y el anime es impres-
nación de la revista Líder. La cindible que nombre Heart Quest, de Seraphin Guard y BBSW, de un tal
apropiado. Juego recomendado para los que crecimos jugando a ser Darth en ambientaciones soho
Vader en el patio del colegio y leyendo las aventuras del pequeño Nicolás. manga (manga para
O en versión más moderna, a los que siempre han querido ser de la pan- niñas). ¿Debo añadir algo
Continuando con las adaptaciones, es inevitable que muchas lo sean te bien hecho.
de manga y anime. Sailor Moon, de Guardians of Order, es una de tantas. BBSW son las siglas
Usa el Tri Stats System para simular el mundo mágico de la serie de televi- de Big Breast, Small
sión (no del manga) y permitirnos la creación de PJs tanto de los buenos Waist. Éste también es
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JORGE VALLEJO
A toda acción sigue una reacción. Si Mundo de Tinieblas es la acción,
este juego nuestros alter egos son miembros de una élite sécreta, dividida
¡EL FAVORITO DE LOS NIÑOS! arquetipos, que son propios de esta parodia.
Existe una versión para jugar en vivo, Teatro Demente, por el grupo
multiambiental, pero de sistema propio y especiali- creativo Mono Morao. Introduce tres facciones más; Frikis, Colgaos y
riencia por practicar sexo Algunos juegos son bizarros por su sistema de juego más que por su
con el que está diseñado y Este juego de tinte fantástico con toques de ciencia ficción pasó sin pena
redactado pese a lo bizarro ni gloria a pesar de un innovador sistema que no necesitaba de director de
El nuevo experimento
UN HOMBRE
El Gran Marrón sociológico que hará
UN LIBRO tambalearse los
PRÓXIMAMENTE EN
cimientos de la
TRES MESES
civilización occidental.
Rescepto Ensayo: Rol Bizarro
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JORGE VALLEJO
ram
se repartía entre todos los jugadores, convirtiendo cada partida en un s pa
a
ést !
a de años
cadáver exquisito. También el sistema de magia era curioso, ya que en n e
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aquellos tiempos normalmente la magia se basaba en hechizos formulai- ¡Qu
cos más o menos rígidos, pero en este juego era algo mucho más improvi-
sado y subjetivo.
bajo de BTRC es uno de esos juegos pequeñitos pero bien hechos que
rezuman frikez bizarra por los cuatro costados. Dedicado a los admirado- El pequeño manual consta de una pequeña sección dedicada a la
res de Red Sonja, Xena o la teniente Ripley; en este juego los PJs son creación del personaje, una pequeña sección de reglas, una pequeñísi-
duras y hermosas mujeres que solucionan sus problemas mediante la ma sección de creación de situaciones y un pequeño y encantador bes-
aplicación de violencia máxima extrema. tiario con criaturas tan execrables como el Isaac Azathoth.
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Bunnies and Burrows, de Fantasy una sociedad utópica gestionada por un
más antiguo comentado en este artículo, ya preocupa por que sean felices. Todas las
aquella época, todavía hoy sigue siendo biza- drogas están cubiertas, y el trabajo es realiza-
rro. Los PJs son conejos. Del campo. Y tienen do por multitud de robots obedientes de las
su propia arte marcial (Bunny Fu). cinco leyes asimovianas de la robótica (excep-
las mentes enfermas de Ken Rolston monótonos o peligrosos para que los haga un
ble, pero es el santo patrón de los juegos de rol preparados para deshacer los planes de trai-
bizarros. Es el juego con el que los jugadores dores comunistas mutantes y miembros de
desaprenden esos vicios que adquieren jugando con otros juegos más con- sociedades secretas. ¿Qué ocurriría si tus compañeros esclarecedores ave-
vencionales como la colaboración entre compañeros, la confianza y el riguaran que tienes poderes mutantes y que perteneces a una sociedad
altruismo. secreta?
Paranoia está basado en grandes obras de la literatura y el cine - Un La tasa de mortalidad en este juego es muy alta, por suerte el
mundo feliz, 1984, THX-1138 -, pasadas por el filtro de la ideología mar- Ordenador es un convencido creyente en las bondades de las copias de
xista. Esto es, la de los hermanos Marx. Ambientado en el Complejo Alfa, seguridad y cada ciudadano cuenta con el respaldo de cinco hermanos
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clónicos prestos a sustituirlo si es necesario. Normalmente empieza a ser para comerse a los vivos. Survival horror, llaman a este estilo de juego pese
necesario durante el prólogo cada aventura. a que da un tipo de partidas en las que los PJs no suelen durar mucho.
divertirte AHORA.
Son tan monos...
Lástima que crezcan y se
Algunos juegos ven la luz como frikadas, pero cuando salen al mer-
coman tu cerebro.
cado enganchan y se venden. Zombie: All Flesh Must Be Eaten es uno
jugando a Resident Evil cuando decidió de una vez por todas dar rienda
libre a una idea tan sabrosa como bizarra: convertir en juego de rol esas
películas de zombis hambrientos de carne humana que tanto nos gustan. ¿Quién querría jugar a esto más
La idea básica del juego es interpretar a gente corriente intentando de una vez? Pues mucha gente.
sobrevivir en un mundo en el que los muertos han salido de sus tumbas Zombie: AFMBE tiene
de jugar con personajes más duros (supervivientes) o con poderes espe- men papal; roleros, otakus, fans de Chuck Norris, superhéroes perturba-
ciales (iluminados). ¿Correr delante de los “mataos”? No, es hora de meter dos… son el principal enemigo del sistema.
caña. El éxito del juego llegó de forma lenta pero siempre creciente, con
Fanhunter, de Farsa’s Wagon, es otro juego que nació friki y se vol- apoyo acérrimo de los fans, un puñado no pequeño de suplementos dig-
Está basado en las historietas homónimas de ha jugado con bastante cariño entre los
librero loco Alejo Cuervo, que se cree imbuído del Pitecanthropuz de Oriol Rin, editorial Quepuntoes. Se
espíritu de Philip K. Dick, ha conquistado Europa con autodenomina un juego del género “prehistórico fantástico”,
tintín macutes, clones de Tintín que usa como fuerzas lo que ya es bastante bizarro, pero lo más bizarro es el sis-
de choque, instaurando la teocracia como gobierno y tema de juego, que utiliza 2D12.
la religión de Dick como credo. La cultura friki ha sido La ambientación es el planeta Mundo, creado por un
prohibida y se ha creado una fuerza de represión dios competente y habilidoso, pero terminado y gestionado
específica para controlar su comercio ilegal, los por un dios – Dioz – prehistórico, gordete, peludo y perezoso
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que hizo a su semejanza las doce razas de pitecos (monos) que lo pueblan mundo de fantasía heroica algo más común, pero con detalles peculiares.
y de entre las cuales los jugadores elegirán la raza de sus personajes. Por un lado, la tecnología, que tiene su expresión más avanzada en la
Además de por los pitecos el planeta Mundo está habitado por otras forma de robots de cobre que funcionan gracias a intrincados mecanismos
criaturas igual de interesantes y probablemente más capaces y adaptadas, de relojería. Por otro lado, la magia. Ésta consiste en que el uso del len-
como el pulpopótamo, el barroedor o el apestruz. guaje con el que fue creado el mundo puede también alterarlo, pero los
Algunas editoriales que se dedican principalmente a juegos serios magos (Namekeepers) tienen un conocimiento tan incompleto de su fun-
han creado líneas en las que publicar cionamiento que por lo general pre-
los juegos que ellos llaman experimen- fieren evitar el uso de la magia todo
son bizarros. Un ejemplo temprano fue Cualquier rolero, cualquier situación cosmología acerca de la forma del
White Wolf. A nivel nacional tenemos la colección Dosdediez de La Factoría un último aspecto chocante del juego es que debido a que los dioses per-
de Ideas y la línea New Style de la editorial Edge Entertainment. dieron la guerra contra los demonios ahora toda la gente que muere va a
Barrio Xino es uno de los juegos más destacados de la Dosdediez y para directamente al infierno. Las buena noticia es que ahora el infierno
el que ha tenido más éxito. Creado por Sergi Latorre, es lo más parecido ocupa una parte concreta del mundo y es teóricamente posible escapar de
que conozco a lo que sería un juego de rol basado en las historietas de él (o entrar a él) si cruzas la frontera que tienen con los países de alrede-
Maki Navaja. Con este juego puedes interpretar a los “shorisos, guardiasi- dor.
vile, shuloputas y putas propiamente dishas” que protagonizan el día a día Barón de Munchausen, publicado originalmente por Hosgshead
de los barrios bajos de tu ciudad. Publishing, está en una difusa frontera entre los juegos de rol de los cuen-
que se han reunido en una taberna y se cuentan unos a otros aventuras rran a monstruos insanos y adorables en Dodecaedros Relucientes y los
que han vivido mientras comen y beben. entrenan para usar su poder para el bien, para el mal… o por deporte.
La forma más pura de jugar consiste en disfrazarse con trajes de La tercera edición de esta divertida e inevitable – las estrellas estaban
época, reunirse en una taberna del barrio y jugar mientras se piden ron- en posición – parodia de los Mitos de Cthulhu y Pokémon puede conse-
das de vino y se comen panecillos (o se lanzan, según las reglas del juego). guirse gratuitamente desde la página web de Cumberland Games.
seguramente el juego más extraño de la línea New Style. Presentado partir de pedazos, cosa que se refleja en la hoja de personaje construyen-
como un estuche de cartulina plastificada que contiene un puñado de do la imagen del mismo a partir de un recortable. Y de ahí la necesidad de
hojas sueltas que simulan ser cartas, las reglas y ambiente del juego los tornillos, que sirven para ajustar la cabeza del personaje al resto del
están explicadas totalmente en estilo epistolar, que es también como cuerpo (los tornillos que te dan con el juego sirven de marcadores para
se juega. señalar si la cabeza está más o menos apretada, lo que tiene un efecto en
te principalmente en escribir cartas a otros jugadores en las que se narran La misión última es sobrevivir, ya sea a los desmanes e intrigas de
extraños hechos que ocurren a tu alrededor. Ésta es la forma principal de Igor en la factoría o a la rabia y el miedo de los aldeanos fuera de ella.
juego que se contempla, y aunque parece que principalmente para la época Puppetland, de John Tynes (Unknown Armies). Punch ha matado al
actual también existe la posibilidad de ambientarla en los años veinte. Creador, y ha instaurado un reinado del terror sobre Titirilandia con la
Otra forma es el psicodrama, en la que los jugadores se reúnen en ayuda de los cascanueces y los seis sirvientes títeres que construyó con la
una habitación a oscuras y se narran unos a otros una historia de terror piel del Creador.
que están imaginando. Los jugadores interpretan a títeres – de dedo, de mano, de sombras o
La forma final es la Fantasmagoría, una forma particularmente soli- marionetas - que viven en la Tierra del Creador, donde Punch los tiene
taria en la que el jugador trata de ver cuál es la verdad que se esconde tras esclavizados en Villa Títere. Sólo encontrarán paz y refugio en Reposo, la
la realidad cotidiana, autoconvenciéndose de que todo lo que ve está rela- aldea fundada por Judy más allá del lago de leche y galletas de chocolate.
cionado de alguna forma con una realidad escondida, más antinatural e ¿Lograrán derrotar a Punch y resucitar al Creador?
incomprensible de lo que pensamos. Aparte del oscuro mundo de cuento que propone este juego, tiene
Frankenstein Faktory, de Joe Abrakadabra, es el primer juego de rol con también algunas reglas peculiares como que las partidas – llamadas cuen-
tornillos. Te dan una bolsita de tornillos y tuercas cuando compras el juego. tos - sólo pueden durar una hora de tiempo real (entonces el cuento acaba
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y al comenzar el siguiente cuento los títeres despiertan en sus camas), los
juego con el que cierro el artículo. Este juego simboliza el regreso a los
geon cualquiera, sino que está ambientado en la actualidad, así que pue-
des usar tu ciudad como escenario y a tus vecinos y compañeros del tra-
bajo como víctimas. Y las reglas están tan bien pensadas que podrás usar
¿Queréis bibliografía? ¿Eh? ¿La queréis? sólo en...
¡Pues pasad la página, muchachos!
Rescepto Ensayo: Rol Bizarro
JORGE VALLEJO
Paranoia Pokéthulhu
De Profundis
Teletubbies jdr BBSW Al Bruno III y otros Michal Oracz
Joni Karanka (2001) Zaratustra (2001) Edge (2001) Edge (2002)
n
MIGUEL NAVARRO
Si vamos a hablar de
por ejemplo, mantiene un programa de sponsors que permite a sus lecto- En este mundo vive Kevin Kindle, un conejo de dos metros que es
res, a cambio de cifras bastante módicas, poner un mensaje en la página un paria entre su propia gente porque carece de un elemento básico de
de inicio de la tira. Aunque destaca más el hecho de que, por 360 dólares todo conejo: el miedo. Kevin prefiere plantar cara a los depredadores en
(pagaderos en cómodos plazos mensuales), tienes derecho a diversos ele- vez de cumplir con su deber de presa y escapar de ellos. Tiene una hija
mentos de merchandising incluyendo una caricatura ¡y una aparición en adoptiva adolescente, Lindesfarne, que es un erizo (¿o quizá un puercoes-
la tira! pín?); un trabajo sin futuro como programador freelance; y una ex mujer
Pero, detalles al margen, ¿qué ofrece “K&K” al simple lector que psicótica, Angelique. Todo esto cambia cuando conoce online al amor de
“K&K” transcurre en la ciudad de Domain, en un mundo en el que Kell es una mujer de éxito, ejecutiva en una importante compa-
los humanos no existen y los animales han desarrollado inteligencia. No ñía, viuda y con un insoportable hijo adolescente llamado Rudy. Entre
obstante, esta inteligencia no ha eliminado sus instintos, y la sociedad se Kevin y Kell todo va de maravilla, pero cuando se conocen en persona se
existiendo un A pesar de
precio de sus propias familias y el total ostracismo social. Y éste es el Por supuesto, como todas las grandes obras, “K&K” no pretende
punto en el que empieza la tira. hacer ideología. Si no quieres encontrarle dobles lecturas, puedes limitar-
“K&K” es, como dice el propio Holbrook, un cómic sobre lo que te a disfrutar con sus gags (aunque es obligatorio advertir que necesitarás
significa ser diferente. Como expresa uno de los personajes, “toda socie- un buen nivel de inglés y unos conocimientos mínimos de zoología). Pero
dad necesita algún tipo de división arbitraria”. Y por ello toda sociedad si quieres buscar algo de profundidad, no te costará demasiado encon-
necesita que alguien se salte esa división y nos recuerde algunas verdades trarla en algunas líneas argumentales: el intento de prohibir los matrimo-
básicas sobre la vida. nios entre diversas especies, por ejemplo. O el grupo terrorista “Rabbit’s
Ni Kevin ni Kell son héroes. Se limitan a seguir con sus vidas y a Revenge”.
conseguir, poco a poco, la aceptación de quienes les rodean. Es por ello Añade a todo esto el toque justo de friquismo necesario para intro-
por lo que son admirables. ducir homenajes a Star Trek sin caer en la parodia o el exceso de referen-
Otro aspecto muy destacable del cómic es el crecimiento de sus cias, y tendrás una de las tiras cómicas más recomendables del panora-
AL ÍNDICE
EL CANTO DEL
Dios de los huesos sé propicio al adivinador
p LANZADOR
De cabra, de perro, de cordero lechal,
Muestra los hados de forma inequívoca.
tancia 3 de Kevin Bacon. Por ejemplo, Ron Jeremy trabajó (y no taladró) diría que cuando Arnold se encontró a Luis durante el rodaje le dijo “Fukk,
en Detroit Rock City (una película que aquí se mal llamó Cero en conduc- arrn’t u the one who worrked with Huannitoo?”.
ta) con Paul Brogren, el cual aparece en Cavedweller con Kevin Bacon, así Pero, ¿por qué están todos los actores tan cerca?, ¿es Kevin Bacon
Ron tiene un número Bacon de 2, o bien Bacon tiene un Jeremy de 2 la clave?, ¿lo es Ron Jeremy? No, la explicación es más sencilla y a la vez
(tanto monta monta tanto, sobre todo Ronnie). ¿Y que hay de nuestro más compleja. Se trata de una propiedad matemática de las redes de inter-
entrañable Juanito Navarro?, pues Juanito tiene un Bacon de 3 (aunque conexión, llamada la propiedad de mundo pequeño (“small world”). En las
en este caso no creo que las autoridades competentes me permitan decir siguientes líneas trataré de hacer comprensible la explicación matemática
que Bacon tiene un número Juanito de 3). En la siguiente dirección, de la divinidad de Ron Todopoderoso y de su mano derecha, Huannitoo.
minutos (y no horas, porque de verdad, es adictivo) en conocer los más El prolífico matemático suizo Leonhard Euler (famoso por definir el
escabrosos detalles de la red de actores. número e) resolvió un viejo problema conocido como “los puentes de
Lo cierto es que podríamos proponer a casi cualquier actor como Königsberg”, inaugurando una nueva rama de las matemáticas, la teoría de
centro del universo ya que todos están ultraconectados entre sí. Tom grafos. Pero fueron realmente Paul Erdös y Alfréd Rényi los que desarrolla-
Cruise, Nicole Kidman, Javier Bardem, todos son buenos candidatos, o ron formalmente las características matemáticas de los grafos.
como no, Juanito Navarro o Arnold Schwarzenegger. Por cierto, ¿a qué dis- A modo de definición, un grafo (o red) es un conjunto de nodos (o
tancia está Juanito de Arnold? Pues bien, Juanito trabajó con Luis Barboo puntos) conectados a través de arcos (o enlaces). Por ejemplo, un mapa de
en ese gran western de todos los tiempos, Al Este del Oeste (por cierto, carreteras es un grafo, donde los nodos son las localidades y los arcos las
Juanito hacía de indio y Ozores se come una mierda... ahhh, que recuer- carreteras y caminos. Los trabajos de Erdös y Rényi se basan en los lla-
dos), Luis Barboo era uno de esos cientos de secundarios que aparecían mados grafos aleatorios (figura A). En este tipo de grafos, se asume que
Rescepto Divulgación:
¿Es Ron Jeremy el centro del universo?
ANTONIO MARCO
los arcos entre los nodos se distribuyen aleatoriamente, esto es, existe un Sin embargo, los grafos reales parecen no ser aleatorios ya que las dis-
número N de arcos promedio por nodo, el cual es el número de arcos de tancias promedio son mucho menores a las esperadas. El trabajo más influ-
la mayor parte de los nodos. Aunque al seguir una distribución al azar, yente en este campo se debe, quizás, a Stanley Milgram, un psicólogo norte-
existen nodos con un número diferente de arcos. La distribución concreta americano que en los años sesenta llevó a cabo un curioso experimento sobre
es una distribución de Poisson que se muestra en la figura B. Una de las las redes de interacción social. Milgram envió cartas a diferentes personas en
nodos, es decir, debía enviar directamente la carta al objetivo sólo si había tenido algún
Número de nodos
cuántos arcos contacto con él, si no, debía enviarla a la persona que creyera más próxi-
recorremos para ma al objetivo (algún amigo que viviera en la misma ciudad, por ejemplo).
pasar de un nodo El siguiente que recibía la carta debía seguir los mismos pasos. Cada vez
Número de arcos cualquiera a otro que alguien mandaba una carta, también debía expedir una postal a
(recordad el Milgram, de forma que éste pudo registrar todos los recorridos. El resul-
“número Jeremy”). Erdös y Rényi estimaron que la distancia promedio es tado fue impactante, la distancia promedio de dos norteamericanos cua-
proporcional al logaritmo decimal del número de nodos; lesquiera era de 6 (realmente el primer resultado fue de 5.5), lo que dio
Esto quiere decir que si en una red con 1.000 nodos la distancia prome- conectada con cualquier otra mediante 6 personas, o lo que es lo mismo,
dio es de 3, si aumentamos a un millón de nodos, esta distancia sería de el mundo es un pañuelo. Pero, ¿Qué ocurre con el resto de redes?, ¿ocu-
tan solo 6. Las redes aleatorias cumplen así la propiedad conocida como rre lo mismo con las redes de actores?, ¿podría llegar fácilmente a Jeremy?
de mundo pequeño (aunque este término se suele reservar a las redes Este tipo de redes, diferentes a las redes aleatorias descritas por
libres de escala que veremos más adelante). Ërdos y Rényi, se empezaron a conocer como las redes de mundo pequeño.
Rescepto Divulgación:
¿Es Ron Jeremy el centro del universo?
ANTONIO MARCO
El influyente trabajo de Duncan Watts y Steven Strogatz asentó las bases redes, la distancia promedio es proporcional al logaritmo del logaritmo del
para el estudio matemático de este tipo de grafos, pero fueron Albert número de nodos, por lo que se dice a menudo que estos grafos conforman
Barabási y su, en ese momento, estudiante de doctorado Réka Albert los mundos superpequeños;
Número de nodos
C), que es aplicable a casi cualquier grafo real. En concreto, Barabási y
Albert tomaron como modelo la red de páginas web, siendo los nodos los Gracias a la existencia de estos
documentos HTML y los arcos los hipervín- hubs, se reducen dramáticamente las dis-
Número de arcos
culos, contando para ello con Hawoong tancias entre dos nodos cualesquiera ya
Jeong que programó un robot que rastreaba que el paso por estos puntos permite “atajar” distancias (figura E). Por
la world wide web. Los resultados recuerdan ejemplo, tratemos de volar desde Valencia a cualquier parte del
a los de Milgram. En concreto rastrearon 800 mundo. Bastarían tan sólo un par de enlaces. Si no pudiéramos llegar
ron una distancia promedio de 19. Estas redes libres de escala se carac- podríamos ir a Londres-
terizan por la presencia de hubs, que son nodos altamente conectados. Heathrow, un gran hub que
Así, existe una pequeña cantidad de nodos con un gran número de links conecta casi cualquier capital
E.
(por ejemplo, Yahoo o Google), y un gran número de nodos con muy pocos del mundo, y desde allí volar a
enlaces (como casi cualquier página personal que encontremos). De hecho, otra ciudad del país. Si tuviéramos que ir a cualquier sitio de EEUU
el número de enlaces disminuye mientras el de nodos aumenta ambos de bastaría con enlazar Madrid-Barajas con Nueva York- JFK, y desde
una forma exponencial (figura D), la red sigue lo que se llama una ley de este gran hub volaremos hasta casi cualquier sitio. El mundo es así
potencia. De esta propiedad se deriva el nombre de “libre de escala”, un más pequeño. La red de aeropuertos es una red libre de escala y sigue
concepto originario de la física (y que no discutiremos aquí). En este tipo de una ley de potencia.
Rescepto Divulgación:
¿Es Ron Jeremy el centro del universo?
ANTONIO MARCO
E STUDIOS DE REDES REALES está de moda. Podemos describir casi cualquier sistema como una suce-
Barabási recorre diferentes tipos de redes, buscando una explicación a L ECTURAS RECOMENDADAS
que casi cualquier red real que analicemos sea de mundo pequeño. El R. Albert, H. Jeong y A. Barabási. Diameter of the World Wide Web. 1999
autor repasa los avances en redes biológicas y sociales, y después se atre- Nature 401:130-131.
ve con las modas pasajeras, el éxito de un negocio, la red de relaciones A. Barabási. Linked. 2003. Penguin Books Ltd, Nueva York.
sexuales humanas e incluso la organización de las redes terroristas. D.J. Watts y S.H. Strogatz. Collective dynamics of ‘small-world’ networks.
Más de dos siglos después del trabajo de Euler, la teoría de grafos 1998. Nature 393:440-442.
AL ÍNDICE
LA
R minados a trechos regulares por luces fluorescentes empotradas
L UNO
rías oxidadas, cubiertas de polvo, goteaban y transmitían gruñi-
A os individuos flanqueaban a Jorge, eran enormes, malolientes en el suelo desgastado, dándole al aire un penetran-
su cargo.
que emitían lamentos herrumbrosos y parecían a punto de des-
Unos minutos antes le habían obligado a cambiar sus húmeda; como en un panteón centenario.
extraña, fue conducido bruscamente por pasillos solitarios, ilu- precedentes. A Jorge le temblaban las piernas, estaba al borde de
Rescepto Relato: La mazmorra
JOSÉ VICENTE ORTUÑO
la taquicardia. El corredor estaba flanqueado a intervalos regulares por hacia la boca del pozo, precipitándose violentamente sobre el negro abis-
puertas de acero numeradas. Eran las temidas mazmorras de las que mo. Jorge gritó histéricamente, pero uno de los enmascarados carceleros
había oído hablar. Cuando llegaron frente a la número trece, se detuvie- sujetó el cable con un bichero, que previamente había cogido de un rin-
ron. Como todas las demás estaba pintada de cón, amortiguando el balanceo y evitando que la
gris, con desconchones y arañazos oxidados. cesta golpease contra las paredes del pozo. La
Uno de los encapuchados descorrió el pesado cesta metálica fue arriada lentamente y Jorge,
cerrojo y la abrió, las bisagras emitieron un presa del pánico pero en silencio, se hundió en
abrió sus fauces ante el desamparado Jorge, El prisionero forzó los ojos, asustado,
El calabozo era un recinto cuadrado de espesa que se abría bajo él, pero fue inútil.
unos seis metros de lado, iluminado por un Mirando hacia arriba sólo pudo ver, al contra-
tubo fluorescente que parpadeaba a interva- luz, las cabezas enmascaradas de los carcele-
los. En el suelo, junto a la pared más alejada ros, que observaban su descenso. Antes de que
de la puerta, se abría un pozo de aproximada- la cesta metálica llegase al fondo del pozo, oyó
mente tres metros de diámetro. De una grúa cerrarse la puerta de la mazmorra con un gru-
oxidada, encorvada sobre el oscuro agujero, ñido tétrico y un golpe seco, que retumbó como
colgaba un cable hasta una gran cesta de hie- la caída de una lápida sobre su tumba. Alguien
rro, que reposaba en el suelo junto al pozo. Empujaron a Jorge y le obli- apagó la triste iluminación de la estancia superior, quedando Jorge sumi-
garon a sentarse en el interior de la cesta. Obedeciendo a una orden invi- do en la más absoluta oscuridad. Sólo la sensación de balanceo, el gañido
sible, el motor de la grúa se puso en marcha y la cesta fue arrastrada de la polea oxidada y el tacto frío del metal lo unían a la realidad.
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Llegó al fondo con un golpe estrepitoso que provocó ecos en la maz- respirar, y prestó oído a los pequeños pasos: ¡había más de una rata! De
morra. Una voz metálica, surgida de la oscuridad sobre él, le habló: pronto se le ocurrió que podrían olerlo. Sintió miedo. Notó moverse el aire
—¡Prisionero número trece, salga de la jaula y retírese hasta la cerca de sus tobillos. Gritó. Un grito estentóreo, desgarrado e histérico,
Jorge obedeció atemorizado, retrocedió en la oscuridad y tropezó para agredirle los oídos en la oscuridad.
con la pared a sólo dos pasos. La cesta comenzó a ser izada inmediata- Súbitamente se encendió una batería de potentes focos situados en
mente. La siguió con la imaginación, como si la estuviese viendo. Cuando la parte superior del pozo, cegándolo momentáneamente, aunque aún
llegó a lo alto del pozo, el gemido del motor y los chirridos de la polea cesa- pudo ver a una rata deslizarse por un agujero en el suelo, justo en el cen-
ron. El prisionero número trece: Jorge Jiménez, se quedó en el más abso- tro de la celda. Cuando se le acomodó la vista examinó la mazmorra. Era
luto silencio, sólo roto por los latidos de su propio corazón, y en una oscu- un pozo de hormigón de forma circular y aproximadamente tres metros de
ridad impenetrable. diámetro. Desde el suelo hasta las luces probablemente mediría seis
Palpó la pared húmeda y fría. No encontró salientes, sólo rugosidad. metros de profundidad. Jorge supuso que al menos una cámara de vigi-
Permaneció a oscuras, muy quieto, con la espalda apoyada contra la lancia debía ocultarse tras el círculo de focos que le cegaba.
pared, el único lazo que tenía con la realidad. No tenía ninguna forma de Se oían gritos apagados de otros prisioneros como él, pero la dis-
calcular el paso del tiempo, pero su reloj fisiológico le indicaba que debí- tancia y la nefasta acústica de aquel lugar, impedían que se entendiesen
an de haber transcurrido varias horas. El hambre empezaba a atormen- unos a otros. Jorge no se molestó en gritar. ¿Para qué? Estaba solo, aban-
tarlo. El frío y los nervios le daban unas imperiosas ganas de orinar. donado a un destino desconocido.
Exploró a tientas la mazmorra, pero no encontró dónde hacerlo. Al fin el Cruzó la celda en cuatro pasos, dio la vuelta y probó a darlos algo
silencio quedó roto por un sonido débil, como de diminutas uñas rascan- más cortos, esta vez fueron seis. Repitió varias veces el recorrido, pero lo
do en el cemento. “Ratas”, pensó Jorge. Un escalofrío le recorrió la espina único que conseguía era marearse. Caminar circundando la celda daría el
dorsal. Se apretó más contra la pared, quedándose muy quieto, casi sin mismo resultado o peor. Observó la mazmorra: la pared era curva, pensa-
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da para desorientar a su ocupante, por la que no se podía trepar en modo —Todo irá bien, mi amor —dijo él abrazándola—, no te preocupes.
pequeña tronera a ras de suelo, con una portezuela de hierro de aproxi- —Nada saldrá mal, mi vida.
madamente cincuenta centímetros de largo por diez de alto. Supuso que De esa conversación hacía sólo unas semanas, hoy el destino lo
por ella introducirían la comida, si es que le daban de comer. En el centro había llevado a aquella mazmorra de la que no sabía si saldría con vida.
el que había visto huir a la rata, del que emanaba un desagradable tufo a DOS
cloaca; era evidente para lo que servía. Orinó en el agujero.
Se sentó en el suelo —no había otro sitio para hacerlo, ni para acos- Los primeros días en la mazmorra fueron aburridos y monótonos. En prin-
tarse a dormir tampoco—. Apenas había espacio para que Jorge se acos- cipio, lo único que marcaba el paso del tiempo eran las comidas, pero su
tase estirado en toda su longitud, si no quería hacerlo sobre el apestoso ritmo, al igual que los periodos de luz y oscuridad, era irregular. Jorge
sumidero. Le dio un escalofrío pensar que, estando acostado, las ratas lo contaba las veces que le daban de comer. Había pensado en hacer una
tendrían a su alcance. Se trasladó al lado de la tronera con la puerta metá- marca en la pared por cada una de las comidas recibidas, pero no tenía
lica, le pareció el lugar más apropiado —le inspiraba más confianza—, si con qué hacerlas en el hormigón, donde había manchas de aspecto
le proporcionaban comida la tendría más cerca. Se sumió en sus pensa- negruzco, como producidas por los dedos ensangrentados de algún prisio-
mientos, recordando una conversación con Manuela: nero enloquecido, que tal vez lo arañó intentando escapar, destrozándose
—Jorge, no lo hagas —le dijo su pareja mirándolo con lágrimas en los dedos.
los ojos—, te lo suplico. Le suministraban las comidas durante los periodos de luz. No
—Tengo que hacerlo, cariño —había respondido él—, es mi deber. quería ni pensar lo que pasaría si se la daban estando a oscuras, cuan-
—¿Y si algo sale mal? —replicó ella—. ¿Qué será de nosotros, lo has do las ratas entraban en la mazmorra; posiblemente tendría que pelear-
pero la bandeja quedaba fija en la tronera, viéndose obligado a comer con El esperado cambio en la rutina se produjo cuando habían pasado diez
las manos y a beber como un animal en un abrevadero. Los alimentos que ciclos de comida —entre cinco y diez días según los cálculos de Jorge—,
le servían eran escasos y malos: algunas verduras cocidas, patatas, zana- aunque en realidad estaba muy lejos de acertar. Dormía acurrucado, ateri-
horias, algún pedazo de carne magra de origen desconocido. Todo ello do de frío —la temperatura también oscilaba de forma aleatoria— y soñaba:
cocido sin condimentar, realmente repugnante. Jorge iba sentado en el pescante de un carruaje de color negro, tira-
Nadie le había vuelto a hablar. Nadie había venido a por él. Se pre- do por cuatro caballos del mismo color. Se deslizaba en silencio por una
guntaba qué iba a pasar, cuánto tiempo permanecería así. Al principio se calle empedrada de adoquines brillantes; como de azabache. El silencio era
oían gritos de los prisioneros nuevos queriendo comunicarse. A veces los absoluto. El paisaje que le rodeaba era en blanco y negro. Como salido de
gritos eran de terror o dolor, pero las voces fueron decayendo y al cabo de una antigua película muda. Árboles robustos de hojas lanceoladas, inmó-
unos ciclos de alimentación, sólo se escuchaban alaridos desesperados. viles, ajenas al movimiento del aire, flanqueaban la calzada como soldados
Jorge no quería perder la cordura, era necesario para sobrevivir y salir de montando guardia. Tras ellos asomaban casonas de estilo victoriano. De
allí, si es que eso era posible. Se propuso ejercer un control férreo sobre la vez en cuando llegaba a un cruce, pero el vehículo continuaba sin detener-
rutina diaria haciendo ejercicio de forma regular, tal como había visto se. Las aceras brillaban grises, increíblemente limpias, de vez en cuando
hacer en una película, tanto como le permitieran las reducidas dimensio- interrumpidas por la presencia de algunos peatones. Caballeros vestidos de
nes de su celda. Hacía flexiones de brazos, de piernas, abdominales… pero levita, sombrero de copa y botines acharolados, paseaban acompañados de
cada vez estaba más débil, la alimentación era muy deficiente en calorías. damas con largos vestidos de seda o terciopelo con encajes. Lucían som-
Luego pasaba mucho tiempo sentado al lado de la trampilla, sumido en breros adornados con plumas y velos finos cubriéndoles la cara.
sus pensamientos, a veces llorando cuando pensaba en Manuela. Detuvo el carruaje y se apeó. Pasando la barrera que formaban los
beto desconocido, anunciaba la presencia del establecimiento. Se acercó cuidadosamente sobre la brillante superficie. De forma reverente, Jorge
al escaparate. Tras el cristal se veían estantes con objetos extraños de cogió una de aquellas figuras. El tacto era suave y cálido, aterciopelado.
color negro, formas abstractas, redondeadas, sin aristas ni superficies pla- Pasó los dedos acariciándola levemente: curvas, oquedades, protuberan-
nas. Algunos tenían agujeros, otros eran largos y retorcidos, pero todos cias. Una grata sensación le embargó mientras acunaba el objeto entre
parecían suaves. Algo le atraía de aquellos objetos, sentía necesidad de sus manos. El dependiente le sonrió y las retorcidas puntas de su bigoti-
ellos. Se dirigió a la puerta de madera oscura y cristal. Una barra de metal to apenas se elevaron. Pero el gesto cambió y los ojos comenzaron a bri-
brillante la cruzaba en diagonal. En el cristal un rótulo, escrito con los llarle de forma siniestra. Luego, la beatífica sonrisa se convirtió en una
mismos signos plateados, destacaba contra la oscuridad interior. Empujó pavorosa boca de dientes afilados...
la puerta, accionada por el movimiento de la misma, una campanilla repi- Jorge despertó sobresaltado, gritando presa del pánico. Seguía
queteó en silencio. Entró despacio y observó la tienda. Las paredes esta- encerrado en la mazmorra. Intentó tranquilizarse respirando con inspira-
ban cubiertas de estanterías de madera oscura, sobre las que reposaban ciones profundas y pausadas. De pronto comenzó a oírse un gorgoteo leja-
multitud de objetos, brillantes y abstractos. En el fondo había un mostra- no que se acercaba rápidamente. Por el sumidero de la mazmorra empezó
dor lacado y tras él un hombre delgado, vestido con un guardapolvo gris a salir agua. Levantándose se apoyó contra la pared y pese a que sabía que
oscuro. Le observaba atentamente tras unas gafas pequeñas de montura era inútil, buscó desesperado algún lugar al que subirse. La mazmorra se
metálica, que cabalgaban sobre una nariz aguileña. Un bigotito de puntas fue inundando muy lentamente y el prisionero se vio sumergido en aque-
retorcidas, que apenas llegaba a tocar el labio superior, adornaba una lla helada, sucia y repugnante agua de cloaca. El nivel se fue elevando y
boca fina y de labios pálidos. elevando, hasta algo más de los dos metros. Jorge no hacía pie y se man-
El hombre del guardapolvo siguió a Jorge con la mirada, mientras tuvo a flote como pudo. Pensó que la mejor manera de aguantar era flotar
éste curioseaba los objetos de las estanterías. Se acercó al mostrador, que boca arriba y así lo hizo. El tiempo que permaneció flotando en el agua,
no tenía el menor signo de desgaste en su superficie. El dependiente se pestilente y fría le pareció eterno. Moviéndose lo justo para no hundirse,
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sumido en sus pensamientos, recordó su última conversación con débil, secaría el mono y calentaría su cuerpo. Agotado y aterido se acu-
Manuela. Ella le había rogado que cambiasen de vida, que se marchasen rrucó contra la pared, al lado del ventanuco por donde lo alimentaban, que
lejos y volviesen a empezar, pero él no había querido escucharla. Tal vez encontró al tacto. Víctima del cansancio y la hipotermia se quedó dormi-
hubiera debido hacerlo. Ahora no se encontraría en esta situación, de la do. Despertó cuando encendieron las luces. Ni el mono ni las zapatillas
que no sabía si conseguiría salir con vida. estaban en la celda. Gritó pidiendo que le devolviesen la ropa, aulló hasta
Se apagaron las luces. A Jorge comenzó a entrarle el pánico. Temía quedarse ronco y entonces se dio cuenta de que se oían, en la distancia,
a la oscuridad. Sabía que cuando se apagaban las luces, además de bajar las voces desgarradas de otros prisioneros, las otras víctimas torturadas
la temperatura de la mazmorra, las ratas salían del agujero a pasearse por en pozos como el suyo. El griterío enronquecido fue remitiendo hasta
la celda. “¿Podían nadar las ratas?”, se preguntó. Supuso que sí ya que extinguirse.
vivían en las cloacas y éstas estaban llenas de agua. Poco a poco el frío fue El ventanuco se abrió y la bandeja con comida se deslizó dentro de
haciéndole desfallecer, sentía todos los músculos agarrotados y la mente la celda. Apenas había un puñado de verduras frías y agua turbia, pero
confusa. Cuando estaba exhausto, a punto de quedarse sin fuerzas, pen- Jorge lo devoró todo con desesperación, como si fuese un rico manjar.
sando en darse por vencido, rendirse y ahogarse en el asqueroso líquido, Tras ingerir la frugal comida volvió a caer dormido, pero soñó que estaba
pared, aguantó hasta que la mazmorra quedó de nuevo vacía. Por el agujero del suelo brotaba arena, inundando el pozo. Reculó
Presa del agotamiento, permaneció tumbado en el suelo de la maz- hasta la pared, preguntándose si podría mantenerse sobre la arena o si se
morra durante mucho tiempo, no supo cuánto. Al fin hizo un esfuerzo hundiría. Hacía calor, mucho calor. La arena llegó a sus pies y gritó asus-
para levantarse, moviéndose dolorosamente para recuperar la actividad de tado, estaba muy caliente. Pidió ayuda, rogó que le dejasen salir, que se
los músculos helados. Cuando se hubo recuperado un poco, se quitó la daba por vencido, que haría lo que quisiesen; pero como única respuesta,
ropa empapada y extendió el mono en el suelo para que se secase. Sabía una siniestra risa metálica resonó en la mazmorra. Intentó trepar por la
que tarde o temprano encenderían las luces de nuevo y su calor, aunque pared usando las uñas, que se rompieron dejando rastros sangrientos en
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el hormigón. Se asfixiaba, la arena le quemaba los pies, pero éstos se hun- Una corriente de aire fresco, que limpiaba la atmósfera de la maz-
dían. No podía mantenerse en pie sobre la masa ardiente que invadía la morra, lo espabiló. La bandeja estaba fuera. El recipiente sólo contenía
mazmorra lentamente, amenazando con sepultarlo vivo. La arena siguió agua. Bebió hasta saciarse, lamiendo hasta las últimas gotas del preciado
llenando el pozo y sepultando a Jorge. Ya casi le llegaba a la boca, Jorge líquido. Parecía que de momento no querían dejarlo morir, querían seguir
se debatía sofocado… torturándolo. Poco después se retiró la bandeja vacía y volvió a entrar con
Despertó angustiado. Estaba sudando y sentía una sed atroz. Las comida y más agua. Jorge comió esperanzado. Según sus cálculos llevaba
luces de la mazmorra habían aumentado su brillo, produciendo tal calor allí encerrado entre quince y veinte días, tal vez más. De vez en cuando oía
que le quemaba la piel. Ya no quedaban restos de la inundación de agua los gritos de otro prisionero, presa de tormentos como aquellos a los que
fétida. Se acurrucó tapándose la cabeza con los brazos, intentando tener él había sido sometido o tal vez peores. Pese a todo seguía dándose áni-
la menor superficie de piel expuesta a los focos ardientes. Incapaz de pen- mos para resistir. Jorge no se daba por vencido fácilmente, tal vez porque
sar con lucidez, entró en un estado de vacío mental que lo sumergió en su vida había estado siempre sembrada de obstáculos, aunque nunca
espantosas alucinaciones sin sentido: había sido torturado hasta la muerte, claro. Estaba llegando al límite y no
Corría en la oscuridad por una cueva de pasillos estrechos y sinuo- sabía qué le esperaba.
la sofocante oscuridad arrastraba sus manos por las paredes buscando un CUATRO
desvío o una salida. Oía chillidos casi ultrasónicos y aleteos pasando a su
alrededor. No temía a los murciélagos, sabía que no iban a devorarlo y que Durante tres ciclos de comida no lo torturaron más, hasta que...
tampoco podían tropezar con él, pero su presencia le ponía muy nervioso. Un tremendo estampido de ruido infernal lo sacudió al tiempo que
De vez en cuando encontraba un desvío y se metía por él, pero el nuevo las luces comenzaron a brillar con gran intensidad. Jorge sintió de nuevo
túnel siempre se estrechaba al avanzar y al final quedaba atorado. Volvía su calor abrasador quemándole la piel. El ruido cubría toda la gama de
sobre sus pasos y corría de nuevo… sonidos imaginable, desde los ultrasonidos más altos, casi inaudibles,
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hasta los infrasonidos más bajos que hacían vibrar dolorosamente todas te musculosos, brillaban sudorosos a la luz de las antorchas. Comenzó a azo-
sus células. Era horriblemente doloroso, sentía la cabeza a punto de esta- tarla con saña, utilizando un látigo de varias colas. Ella gritaba desgarradora-
llar con las neuronas vibrando en infinidad de frecuencias, las vísceras mente llamando a Jorge y pidiendo clemencia, pero él no podía hacer nada, ni
que se le retorcían y le provocaban náuseas. Se desplomó vomitando, siquiera podía moverse. El verdugo dejó el látigo y cogió unas tenazas al rojo
revolcándose por el suelo mugriento de la celda, gritando a pleno pulmón, vivo que sacó de una especie de brasero. Con el terrorífico instrumento atacó
mientras se cubría la cabeza con los brazos y se encogía sobre sí mismo. sin piedad las menguadas carnes de la mujer, arrancándole trozos que hume-
Una agónica eternidad después, con la misma brusquedad con que aban al contacto con el candente instrumento, para luego arrojárselos a las
comenzara, el ruido atronador cesó. Pero la agonía no terminó con el ratas que correteaban por el suelo. Arrancó un trozo de uno de los pechos de
silencio. Jorge tenía la sensación de que lo habían vuelto del revés, espar- Manuela y se volvió hacia Jorge, se quitó la capucha descubriendo un rostro
ciendo sus vísceras por toda la celda, volviéndolo a rellenar de nuevo de deforme lleno de horrendas cicatrices, le sonrió enseñándole los dientes, afi-
forma apresurada. Aturdido, yació prácticamente sordo, incluso para su lados como los de un tiburón, y, alargándole el humeante trozo de carne suje-
propia voz que gemía enronquecida. Las luces se apagaron de nuevo. to por las tenazas, le dijo: “¿Quieres un filete poco hecho?”
Perdió el sentido. La pesadilla recurrente, que le atormentaba los últimos Despertó bruscamente. Una copiosa lluvia de agua helada caía de
días, volvió de nuevo: forma despiadada. La impresión casi le provoca un colapso. Tiritando
Veía una mazmorra de tortura medieval solamente iluminada por algu- bebió hasta saciarse, no importándole la procedencia del agua, ni sus con-
nas antorchas. En el centro estaba Manuela, desnuda y atada de pies y manos diciones de salubridad; solamente le preocupaba que el nivel volviese a
a los extremos de un aspa de madera. Había perdido las deliciosas curvas que subir y acabara ahogándose. La lluvia paró tras lo que al desdichado Jorge
tanto le excitaban y sus pechos colgaban fláccidos sobre su tórax consumido, le parecieron horas. Encogido y tiritando sin parar, se acurrucó junto a la
en el que se marcaban las costillas a través de la piel lacerada. También había tronera tras buscarla en la oscuridad, gateando y palpando el encharcado
un individuo enmascarado, vestido únicamente con pantalones de cuero des- perímetro del pozo. Esta vez no perdió el sentido, tal vez porque su cuer-
gastados y botas reforzadas con hierro. Su torso y sus brazos, tremendamen- po estaba todavía vibrando y retorciéndose.
Rescepto Relato: La mazmorra
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CINCO donde el recubrimiento no había caído todavía, mostraban un mosaico de
pequeños trozos de azulejo que alguna vez fueron blancos. Múltiples fil-
Durante lo que le parecieron infinidad de horas se mantuvo en vela, sumi- traciones de agua rezumaban y goteaban por doquier.
do en sus pensamientos agónicos, acobardado por su cautiverio, tentado Estaba en el andén central de la estación, flanqueado por los fosos
de levantarse y gritar que quería salir de allí, que haría o diría lo que le por los que se deslizaban los trenes, pero los raíles estaban oxidados y
dijeran, que no importaba lo que le pasase después, que lo matasen de semienterrados por cascotes y hierbajos, entre los que asomaban charcos
una vez si querían, pero que dejasen de torturarlo. Los dientes le casta- de agua estancada.
ñeteaban, las articulaciones le dolían, el hambre le atormentaba. Hasta Los túneles, oscuros como la boca de un lobo, le hicieron sentir un
que no pudo más y se rindió al cansancio. escalofrío. No sabía cómo había ido a parar allí, pero tenía clara una cosa:
Jorge viajaba en el metro, en la misma línea que tomaba todos los quería salir cuanto antes. Casi al final del andén había un par de escale-
días cuando trabajaba. El tren se detuvo y las puertas se abrieron en ras mecánicas que, víctimas del óxido, se encontraban en un estado
silencio. Salió despedido, como empujado por alguien y se encontró en lamentable. Tras ellas encontró otra escalera, esta vez convencional, que
medio del andén. ¿Pero qué andén? Se volvió rápidamente, pero el tren ya a pesar de los cascotes, le permitió subir sin peligro.
no estaba. El aspecto del nivel superior era tan desolador como el del andén:
La estación debía ser la más próxima a su casa, pero no parecía la Cascotes, vidrios, restos de los paneles indicadores y el tubo de metal y
misma. El suelo estaba cubierto de cascotes, cristales y grietas en las que cristal de un ascensor muerto. Los tornos de acceso estaban tan herrum-
habían crecido matojos. Miró hacia arriba, la bóveda de la estación era brosos como el resto de la estación, Jorge los saltó. Frente a él estaba la
una estructura de nervaduras de hormigón desconchado. Por las clarabo- taquilla de venta de billetes, cuyos cristales acorazados habían sobrevivi-
yas se colaba una luz verdosa y triste, filtrada por la vegetación que col- do a la ruina, pero tras ellos el techo se había desprendido y se amonto-
gaba a su través. naba en un caos de cascotes y cables. A ambos lados ascendían dos esca-
¿Qué le había pasado a la estación? Las paredes agrietadas, allí leras ruinosas, pero las salidas parecían cegadas.
Rescepto Relato: La mazmorra
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—¡Hola! ¿Quién ser tú? —Jorge, sorprendido por la voz a su espal- altura de los ojos—. ¿Tú hambre? —dijo con cara de satisfacción.
da, dio un salto. Una arcada intentó salir del estómago de Jorge pero…
—¿Ser comida tú? —insistió el desconocido. Despertó angustiado, febril. La luz brillaba débil y angustiosamen-
—¿Comida? —Jorge se volvió hacia la voz que le hablaba, intentan- te rojiza. La bandeja de comida se deslizó al interior de la celda, Jorge se
do descubrir de dónde procedía—. ¿Qué quieres decir? ¿Quién eres tú? abalanzó sobre ella... e instantáneamente fue repelido por una descarga
¿Dónde estás? eléctrica que lo envió rodando al otro lado de la mazmorra. Durante una
—Yo hombre, no comida. ¿Tú hombre? —Un hombrecillo harapien- agonía que le pareció eterna, se retorció y sacudió incontroladamente,
to salió de una puerta, que en otros tiempos debía dar acceso a las áreas presa de convulsiones. Las manos, agarrotadas por la descarga, le ardían.
de servicio de la estación. Llevaba una mano a la espalda y en la otra un Se acurrucó en la parte opuesta de la celda, frente a la bandeja de comi-
cuchillo ensangrentado. Jorge dio un paso atrás para alejarse del extraño. da, que ante la angustia de Jorge, no fue retirada. Pero no se atrevió a vol-
—¡Soy amigo! —exclamó intentando disimular su miedo—. No voy a ver a tocarla a pesar del hambre desesperada que sentía.
hacerte daño. Agonizante vio como una rata salía del sumidero, atraída por el olor
—¡Amigo! Sí… tú hombre… tú amigo, no comida —continuó, señalan- de la comida que, por primera vez durante su cautiverio, olía deliciosa. Los
do a su alrededor—: ¡Mi casa, sí! —El hombrecillo sonrió, mostrando una carceleros debían de estar prestando atención a otros cautivos, pues con-
dentadura tan ruinosa como el sitio donde se encontraba—. Yo mi casa. tra todo pronóstico, la rata recibió una descarga eléctrica cuando tocó la
—¿Tú amigo? —preguntó Jorge cauteloso. bandeja. Con un salto y un chillido el roedor salió despedido. Jorge se aba-
—¡Yo... amigo, sí! —respondió con una sonrisa amplia y podrida. lanzó sobre el animal y agarrándolo le retorció el cuello hasta arrancarle
—Amigo, no comida ¿De acuerdo? —continuó Jorge. la cabeza. Sorbió con deleite la sangre caliente que brotaba del cuello del
—No, yo amigo, yo no comida. ¿Querer comida? —dijo sacando roedor, que todavía se sacudía espasmódicamente. Poco a poco fue desga-
súbitamente la mano oculta, que sostenía por la cola el cuerpo destripado rrando la piel del repugnante roedor de cloaca, devorándolo totalmente
de una rata de considerable tamaño. Balanceó los despojos del roedor a la crudo entre risitas de orate.
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SEIS deformada. Si no hubiese sido por el rítmico golpeteo de la porra, se hubie-
se podido pensar que era una estatua. Jorge oyó los gritos de algunos de
Un día —¿Mañana? ¿Tarde? ¿Noche?—. No sabía decir cuándo. Se des- los otros prisioneros y sus temores se confirmaron cuando el hombre, sin
pertó pero no abrió los ojos. Temía el despertar, pues siempre era el ini- previo aviso, clavó la porra en su vientre. Cayó retorciéndose de dolor, pero
cio de alguna nueva tortura. No notó frío ni el desconocido no le dio tiempo a disfrutarlo,
calor. Ni caía agua, ni salía por el sumide- siguió golpeándole. Sin piedad, sin descan-
ro. Había el mismo silencio de siempre, so, sin dejar una zona de su cuerpo libre de
negro. Un mono grueso acolchado le cubría bandeja con alimentos le incitaba a comer,
desde el cuello hasta unas botas pesadas debía hacerlo, tenía que recuperar las fuer-
con puntera metálica. Llevaba la cabeza zas. Se arrastró hasta la bandeja y con
cubierta por un casco de color negro, con miedo la tocó con un dedo: no recibió ningu-
una visera que impedía que se viese el ros- na descarga. Se puso a comer ávidamente,
tro. El individuo sujetaba en una de sus pero guardó un poco de comida en su mano,
manos enguantadas una porra, corta pero ocultándola a la vigilancia de las cámaras.
rítmicamente la palma de la otra mano. su rutina, se acostó al lado del apestoso agu-
Jorge se puso en pie instintivamente, apretándose contra la pared, jero. Colocó las manos, con el poco de comida que había reservado, muy
intentando inútilmente alejarse del extraño, que le observaba impasible cerca del orificio. Se mantuvo alerta. Cuando la primera rata olisqueó sus
tras la oscura visera, en la cual Jorge pudo observar su propia imagen manos la atrapó y le retorció el cuello despiadadamente. Las demás ratas
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huyeron, pero no le importó, ya tenía suplemento alimenticio, proteínas borroso, el pelo se le caía a mechones y los dientes se le movían en las
frescas. Riéndose silenciosamente de sus captores, creyendo que éstos no encías —milagrosamente el individuo que le golpeaba no le había roto nin-
podían verlo en la oscuridad, devoró el roedor satisfecho. guno aún—. “¿Quedarán más prisioneros?”, se preguntó en un momento
Su pensamiento, una vez más voló hacia su amada Manuela, que de lucidez. Intentó gritar con todas sus fuerzas, pero sólo emitió un graz-
estaba seguro que lo estaría esperando. Esto y la comida extra que había nido triste y desgarrado. Se rió tristemente de sí mismo, de la estúpida
conseguido, le dieron nuevos ánimos para soportar su encierro. resistencia que de todas formas iba a llevarlo a la muerte. ¿Cuántos pri-
sioneros habrían sobrevivido tanto como él? Hacía tiempo que ya no oía
guardó en su mano junto a los otros dos que se le habían caído unos días
palizas y comidas repugnantes. Las torturas se sucedían día tras día con OCHO
algunas variantes. ¿Cuánto tiempo había pasado? No tenía ni idea. Hacía
tiempo que había perdido la cuenta. Sus recuerdos ya sólo abarcaban Por primera vez desde que lo encerraron, una voz atronó en el pozo, sacan-
imágenes de palizas, hambre y sueños agónicos, luz intensa y oscuridad do a Jorge de su amodorramiento:
absoluta, frío extremo y calor asfixiante. Todo se repetía de manera alea- —¡Prisionero número trece, levántese!
toria, para que no hubiese una pauta que pudiese seguir, para confundir- Jorge se levantó despacio, disfrutando hasta el último de sus dolo-
lo cada vez más y embrutecerlo. Sólo la determinación de sobrevivir le res que, muy a su pesar, confirmaban que todavía estaba vivo. En su
impulsaba a cazar roedores y devorarlos todavía palpitantes. Cuando fue mano, como un tesoro, guardaba sus tres dientes, apretándolos en su
encerrado pesaba más de noventa kilos y ahora apenas le quedaba carne puño con las pocas fuerzas que le quedaban. Oyó un gruñido, alzó la vista
sobre los huesos. Las costillas sobresalían bajo su piel magullada, veía y vio bajar la cesta metálica, cuando tocó el suelo la voz volvió a sonar:
Rescepto Relato: La mazmorra
JOSÉ VICENTE ORTUÑO
—¡Prisionero número trece! Métase en la cesta y agárrese bien, Salieron del ascensor algunos pisos más arriba. Un pasillo con
vamos a subirlo. aspecto limpio, cuidado, recién pintado incluso, se extendía frente al pri-
Temblando, se acurrucó en el fondo de la cesta metálica que fue sionero. Tras recorrer un trecho, lo introdujeron en una estancia de aspec-
izada lentamente, acompañada por el penoso gruñido de la polea oxidada. to aséptico, casi hospitalario. Jorge temió que fuesen a viviseccionarlo.
Las luces permanecían encendidas y tuvo que cerrar los ojos para que no Cuando quisieron hacerlo entrar en otro cuarto anexo, intentó resistirse,
lo deslumbraran al pasar junto a ellas, además de para evitar el vértigo que pero solamente era un cuarto de baño. Lo introdujeron bajo una ducha.
le provocaba la altura. Cuando unos hombres uniformados lo sacaron de El agua estaba deliciosamente caliente. Jorge lloraba y reía a la vez, casi
la cesta Jorge lloraba. Y seguía llorando y gimiendo sin fuerzas cuando lo sin fuerzas, incapaz de nada más. Los recuerdos de los últimos meses
hicieron salir de la mazmorra casi a rastras. Apenas se tenía en pie. Seguía eran confusos. Le ayudaron a secarse y vestirse de nuevo con un mono y
desnudo y comenzó a tiritar en el aire frío y húmedo de la celda. Lo saca- unas alpargatas, iguales a las que llevaba cuando lo encerraron.
ron y lo condujeron por el pasillo flanqueado de puertas metálicas, com- Otros dos hombretones uniformados y a cara descubierta, pero con
pletamente en silencio. Arrastraba los pies por el suelo áspero y de vez en gesto serio, lo esperaban a la salida. Agarrándolo cada uno de un brazo, lo lle-
cuando le fallaban las piernas, pero los hombretones lo sujetaban y no lle- varon por otro pasillo. En las paredes había carteles colgados, pero Jorge no
gaba a caer. No sabía qué le iban a hacer ahora. ¿Qué nuevo tormento le veía qué había en ellos, a duras penas podía enfocar la vista. Se detuvieron
esperaba? ¿Acaso no le habían hecho ya bastante? Tal vez iban a matarlo ante una puerta doble tras la que se oían voces amortiguadas. Los dos hom-
de una vez. En realidad ya no le importaba. Recorrieron en sentido inverso bres uniformados la abrieron y lo empujaron dentro, cerrando a sus espaldas.
los mismos pasillos húmedos que cuando lo encerraron, pero en lugar de El interior estaba iluminado tenuemente por un piloto rojo, pero se
ascender por las escaleras, lo llevaron hasta un ascensor. Uno de los guar- adivinaba que era un espacio muy grande, de atmósfera muy cargada y
dias pulsó el botón de llamada y al instante se abrieron las puertas. Jorge con olor a circuitos recalentados. No conseguía ver nada en aquella mor-
sólo tenía fuerzas para contemplar el linóleo del suelo, desgastado y con tecina luz roja. Sintió como le soltaban y le volvían a sujetar otras manos
quemaduras de cigarrillo. Un hilillo de saliva le cayó entre sus pies. distintas, que lo hicieron avanzar en la oscuridad.
Rescepto Relato: La mazmorra
JOSÉ VICENTE ORTUÑO
Súbitamente se encendieron docenas, cientos de focos, deslum- al estridente presentador. Impúdicos silbidos acompañaron a las contone-
brándolo, haciéndole sentir vértigo. Cuando se acostumbró a la luz vio que antes azafatas en su retirada. Jorge miró alrededor confuso: Cientos de
los dos hombretones uniformados habían sido sustituidos por dos chicas personas llenaban el estudio y aplaudían gritando su nombre y frases
jóvenes exuberantes vestidas con exiguos bikinis. Jorge quiso huir, pero como: “¡Guapo!”, “¡Tío bueno!”, “¡Hazme un hijo!”.
las jóvenes lo retuvieron con firmeza. Sonó una fanfarria pachanguera. Una docena de cámaras de televisión, que evolucionaban a su alre-
Gritos y aplausos atronaron a su alrededor y una voz estridente comenzó dedor, le enfocaban desde distintos ángulos. En una gigantesca pantalla
a gritar alargando las sílabas exageradamente: de plasma se mostraba un colosal mosaico de imágenes. Jorge se vio a sí
—¡Señoras y señores, al fin tenemos al ganador de nuestro concurso! mismo en distintos momentos en la mazmorra: desnudo, golpeado,
—hizo una pausa para añadir dramatismo al momento—. ¡Jorge Jiménez, comiéndose una rata en la oscuridad observado por cámaras de infrarro-
natural de Albacete y parado de profesión! ¡Que como buen manchego, jos, ahogándose en aguas fecales. Sintió ganas de vomitar. El presentador
imbuido por el espíritu de don Quijote, ha podido soportar las duras prue- gritaba a su lado:
bas a las que ha sido sometido! —¡Y ahora, señoras y señores, como vencedor del concurso “La
Las muchachas arrastraron al confuso Jorge que, deslumbrado, a Mazmorra”, Jorge Jiménez será coronado con los laureles de la victoria!
duras penas podía mantener los ojos abiertos. Trastabillando lo subieron ¡Maripuri, por favor, la corona del ganador! —una joven escultural, con la
a una tarima en la que un individuo, vestido con un esmoquin de color ropa mínima para justificar que no iba desnuda, salió contoneándose de
fucsia y una horrenda corbata azul celeste con lentejuelas. El individuo detrás del decorado. Llevaba una corona de laurel dorado sobre un cojín
gesticulaba dirigiéndose a los integrantes del público que, sentados en de raso rojo. El presentador atacó de nuevo:
gradas, abarrotaban el estudio. —Jorge, dinos qué sientes en estos momentos —y le acercó un
—Acércate Jorge, permíteme que te tutee, después de estar con micrófono inalámbrico a la boca.
nosotros durante tres meses ya eres como de la familia. Jorge miró al público. La primera fila estaba formada por los con-
Jorge fue abandonado por las azafatas en medio de la tarima, junto cursantes que se habían rendido y no habían resistido hasta el final.
Rescepto Relato: La mazmorra
JOSÉ VICENTE ORTUÑO
Delgados, demacrados, ojerosos. Algunos, sentados en sillas de ruedas, llevaba las manos al pecho. El público dejó de gritar y el estudio quedó en
tenían a su lado un gotero con el tubo clavado en un brazo. La mayoría, silencio. Los dientes, que todavía conservaba en la mano, rodaron por el
temblorosos, tenían la mirada perdida y babeaban. La parte más alejada suelo del estudio, resonando con un tétrico repiquetear de huesos. Un
de la fila de concursantes la ocupaban los perdedores absolutos, en cua- murmullo recorrió las filas de espectadores. Todas las miradas, que
tro ataúdes de nogal lacado estaban los que habían muerto en el intento. seguían las evoluciones de la esbelta azafata, confluyeron sobre Jorge, que
En la segunda fila se sentaban los familiares y amigos de los concursan- boqueaba congestionándose por momentos. Las piernas le fallaron y cayó
tes, la mayoría con los rostros llorosos. Entre ellos vio una cara que le al suelo retorciéndose. Tras unos instantes de agonía, durante los cuales
pareció reconocer: una mujer morena, de pelo rizado y ojos dulces, con todo el público rumoreaba excitado, quedó inmóvil. Un individuo vestido
grandes ojeras y un torrente de lágrimas corriéndole por las mejillas. de sanitario se acercó a Jorge. Tras tomarle el pulso miró al presentador
Desde el fondo de su confusa memoria se abrió paso el recuerdo: y negó con la cabeza, éste se giró hacia una de las cámaras y, dándole la
“Manuela”. Jorge apenas tenía fuerzas para llorar, pero levantó una mano espalda al caído Jorge, se dirigió de nuevo al público con su soniquete
para saludar a su pareja e inició una leve sonrisa. Una lágrima brotó de habitual, alargando las sílabas hasta la exasperación:
uno de sus ojos y rodó por su piel apergaminada. Ella sollozó de nuevo, —¡Señoras y señores, qué lástima, nuestro concursante nos ha dejado!
llevándose a la cara un pañuelo arrugado, visiblemente empapado en El público coreó un decepcionado y largo: ¡Oooooooohhhhhh!
—Nuestro ganador está emocionado —continuó el presentador y el un millón de euros pasa a engrosar el bote para la próxima edición de: ¡La
público aplaudió entusiasmado—. Dinos, Jorge —insistió—, ¿qué se sien- Mazmorra! Patrocinado por condones La Gaviota, que no derraman ni una
te al ser el ganador? gota. —Y dirigiéndose a las cámaras añadió—: ¡Ya lo saben, señoras y
Jorge, con voz ronca, balbuceó algo que nadie comprendió. La por- señores, no se pierdan la próxima edición de “La Mazmorra”, donde vein-
tadora de la corona de laurel se contoneaba acercándose al estrado, pero te concursantes son introducidos en veinte celdas durante noventa días!
se paró en seco cuando vio que el rostro del concursante se encogía y se ¡Gana quien resiste todas las pruebas! ¿Qué nuevos tormentos será capaz
Rescepto Relato: La mazmorra
JOSÉ VICENTE ORTUÑO
de inventar nuestro equipo de torturadores? ¡En unas semanas lo sabre-
POR SI QUIERES COLABORAR CON
mos! ¡En Tele Siete, su cadena amiga! ¡La televisión para toda la familia!
una selección de las mejores imágenes del concurso, incluso las nunca NAQ (NEVER ASKED QUESTIONS):
vistas. P: Soy un autor ya consagrado, ¿quiere eso decir que ya no puedo disfrutar
del privilegio de publicar en Rescepto?
La sintonía del programa comenzó a sonar estruendosamente. El R: ¡Claro que no! En Rescepto no practicamos la discriminación positi-
va. Nuestra intención es ofrecer con cada número un producto lo más
presentador fue rodeado por un grupo de fans y se puso a firmar autó- atractivo posible (queremos que llegue al público) y para ello selecciona-
remos lo mejor de cuanto nos llegue. Estaremos encantados de poder
grafos. La escultural portadora de la corona hizo un gesto de fastidio, contar con tu ayuda para cumplir este objetivo. (Ahora bien, no te pro-
metemos nada, que hay gente nueva muy buena empujando).
había perdido su momento de gloria ante las cámaras. Los gigantones uni-
formados entraron de nuevo en el estudio y, agarrando el cuerpo inerte de P: Hola, yo soy todo lo contrario que el anterior, un absoluto novato. He
escrito algo, pero no estoy seguro de que cumpla con el nivel de Rescepto.
Jorge de las manos y los pies, lo arrastraron fuera del plató. Los especta- ¿Qué hago?
R: No te preocupes por eso. Si te has esforzado por ofrecer lo mejor de que
dores, decepcionados, fueron desalojando tranquilamente el estudio. A los eres capaz nos interesa. Nadie nace experto, y si desde Rescepto somos
capaces de ayudarte a dejar atrás esa etiqueta de “novato”, pensaremos
concursantes perdedores se los llevaron sus familiares. Los técnicos que hemos cumplido nuestro objetivo. Pueden pasar tres cosas: que acep-
temos tu escrito, que te propongamos algunas mejoras o que lo rechace-
comenzaron a retirar las cámaras y los micrófonos, mientras, las luces se mos, pero aún en este último supuesto trataremos de explicarte nuestras
razones. En cualquier caso será una experiencia positiva.
apagaban.
En las gradas, a oscuras, una mujer de mirada triste todavía per- P: Bueno, el caso es que me gustaría colaborar con Rescepto, pero me
temo que mi propuesta pueda resultar demasiado freak. ¿Creéis que vale
manecía sentada, llorando desconsoladamente. la pena que lo intente?
R: ¡No existe demasiado freak para Rescepto! Si no podemos regodear-
nos en nuestro friquismo, ¿para qué molestarnos en editar nuestro pro-
pio ezine? Somos los más serios del mundo a nivel organizativo, pero
nadie nos gana en dar rienda suelta a nuestro espíritu freak. Si cumple
con los requisitos de calidad generales, entra.
AL ÍNDICE
e l e s t e m o l a m a s @ g m a i l . c o m
5 Enero – Alejandro Magno
Inauguramos el 2006 con un repaso a todas (o casi Macedonia) y que lo menos impor-
todas) las pelis que hemos visto durante el año pasado. tante es el personaje histórico (dieci-
Si lo piensan bien, nuestra sección de crítica de cine se siete horas o poco menos y se deja
convierte en una sección de recomendación de dvd... en fuera más episodios de los que
fin, que conservamos de cualquier manera el espíritu de narra: la toma de Tiro, el nudo gor-
servicio social con el que iniciamos esta sección hace diano, la visita al templo de Amón en
pseudopsicoanalítico revisionista? (NOTA para los lec- buen thriller o una buena historia de terror, pero deci-
tores: nosotros también sabemos llenar nuestras críti- de tomar el camino de la reflexión filosófica ñoña.
cas de palabros sin sentido como los críticos de verdad) Esperamos el remake de Fincher dentro de diez años
(NOTA para los gringos: la Historia no existe para ser- (con títulos de crédito de The Mill... lo único bueno de
Buffy ha crecido y no le ha sentado nada bien (en Keanu Reeves no es Hellblazer, pero la peli mola.
ocasiones ve muertos). Recomendable para citarse con “Constantine” es el primer largometraje basado
chicas poco duchas en las pelis de terror (si entras den- en un cómic del sello Vertigo de DC (seguirán “V de
tro de esta categorización y vives marginalmente cerca Vendetta”, “Watchmen” y esperamos que pronto alguien
elestemolamas@gmail.com
al original es circunstancial (toma de aquí y de allá). de después de los títulos de crédito, sino la anterior).
cuando empieza a experimentar situaciones de mal Sale Jessica Biel (NOTA: nos han dicho que
rollo. Destacaríamos una magnífica puesta en escena Wesley Snipes no está tan mal, aunque, la verdad, no
(especialmente un infierno como Dios manda), una estamos seguros de que salga en la película porque
banda sonora efectiva, un respeto por la historia que nuestra percepción está un poco sesgada... como a
narra (sin tener a menos su origen tebeístico ni su buen seguro, ya habréis podido comprobar).
temática fantástica) y cierta mala leche. De Neo no Para empezar, David Goyer no es Guillermo del
podemos esperar gran cosa, pero Tilda Swinton como el Toro (ni siquiera Stephen Norrington). El que haya sido el
arcángel Gabriel y, especialmente, Morty (Peter guionista de las tres no significa gran cosa, ya que el
que los resultados una mezcla entre Maciste y David Beckham (con dudas
Estás en serios problemas cuando decides hacer gusta el humor fino no te agradará en absoluto.
el remake de una película primeriza de John Carpenter Recurren (en plan Torrente) a todas las burradas posi-
(con Ethan Hawke y Morfeo como protagonistas). Si le bles (sexo explícito entre marionetas, violencia indiscri-
quitas la banda sonora electrónico-chunga (pa-para- minada, caricaturas de personajes públicos...) sin nin-
para) y la violencia sin sentido y sin complejos, no queda gún tipo de autocensura ni límite (¿quién carajo le
nada... exactamente lo que ofrece esta película. La his- habrá dado a estos tipos la pasta?).
toria precisa más tiros, menos explicaciones y tomarse ¡Ah! ¡Las canciones! Absolutamente impagables,
mucho menos en serio a sí misma. Siendo totalmente con esas melodías típicas de Disney y esas letras típi-
sinceros, podría ser lejanamente aceptable, pero en un cas de Trey Parker y compañía
“Transporter” la pregunta que surge es: ¿Para qué? 8 Abril – Un canguro superduro
Park”. Partiendo de unas marionetas a lo “Thunderbirds”, La última película del hermano de Tony Scott.
se dedican a hacer lo que han hecho toda su vida: poner Aquí estamos divididos entre bueeeeeeeno... y ¡puaj!
a caldo a todo el mundo (a todo, eso va por ti Moore). No Orlando Bloom no da el pego como guerrero invencible
dejan literalmente títere con cabeza. Destruyen de princi- (después de un cursillo intensivo de fin de semana) y
pio a fin a toda la sociedad yanki: desde los sectores más Liam Neeson nos da la impresión de que este papel ya lo
progres (y pastosos) que desde sus mansiones se ponían había hecho. La mejor interpretación es la de Edward
delante de las cámaras a protestar por cualquier cosa, Norton (detrás de una máscara de plata). Constituye una
NOTA 2 de “Alejandro Magno”). Ningún personaje ni ins- su granito de arena al corpus estarguasero y ese legado no
titución es históricamente fidedigno (salvo quizás puede, simplemente, obviarse. Otro gran error ha sido
Saladino). No es honesto explicar las acciones de los pro- convertir un entretenimiento juvenil en un espectáculo
tagonistas en base a motivaciones que sólo tienen senti- poco menos que infantil. La opción
do desde nuestra perspectiva moderna. ¿Por qué los más gratificante hubiera sido, en
cineastas se sienten obligados a ofrecernos el Mensaje De consonancia con los temas a des-
Visualmente sí que resulta gratificante y puede seguidores), hacer una trilogía más
que, eso sí, no esperes grandes batallas). Su banda nes, como película independiente
sonora, obra de Harry Gregson-Williams, es posible- tampoco resulta acertada más que
19 Mayo – La venganza de los Sith uso masivo del ordenador para crear
nal empresario, pero su cine quedó estancado hace veinte limitación es la imaginación de sus creadores, se ve empa-
años, cuando las posibilidades técnicas conseguían refre- ñado por una narración torpe y unos protagonistas caren-
nar sus excesos. Se ha empeñado en imponer SU visión de tes de todo atractivo. Le pesa mucho el lastre de los erro-
un universo que él creó (hace mucho tiempo). En los años res de las anteriores películas y la obligación de servir de
transcurridos desde la trilogía original (que, todo hay que puente entre dos conceptos narrativos muy alejados.
decirlo, renovó por completo el concepto del cine como arte Señor Lucas, el mundo y nosotros hemos crecido.
10 Junio – Primer favor, sin olvidar que también hay que saber contar una
(tranquilos, después de ésta ya llegan las buenas). Para 17 Junio – Batman begins
quienes no la haya visto (seguramente la inmensa y Por fin, un proyecto que ha estado a la altura de
afortunada mayoría de vosotros), resaltar que trata las expectativas generadas; a todos se nos hizo la boca
sobre la tan manida posibilidad de viajar unas horas agua cuando supimos que Christopher Nolan iba a diri-
adelante y atrás en el tiempo, con los consiguientes gir a Christian Bale en el relanzamiento de la franquicia
inconvenientes que ello acarrea. El problema es que se de Batman (Schumacher lo había puesto realmente difí-
pasa de lista. Quiere ser tan enrevesada que al final no impresionante (Gotham es realista y, al mismo tiempo,
es más que un confuso puzzle que, sinceramente, nos idónea para servir de escenario a la cruzada vengativa de
confesamos incapaces de armar (tampoco invita a con- Bruce Wayne). Por su parte, los actores están mayorita-
siderar que valga la pena el esfuerzo). Somos los prime- riamente a la altura de las circunstancias (coges buenos
ros que pedimos ciencia ficción con sustancia, pero por actores, obtienes un buen resultado, fácil).
29 Junio – La guerra de los mundos defensores del castigo físico (moderado y a tiempo)
Dos errores: la historia sólo tiene sentido como corrector de conductas aberrantes. Esperamos
ambientada a finales del siglo XIX y la subtrama cho- ansiosos la edición especial en DVD para ver con qué
rrafamiliar sobra. Por lo demás, Spielberg demuestra magníficos extras nos regala Spielberg (desgraciada-
que la acción y el suspense le son tan naturales mente, como es norma en él, no habrá comentario del
quilación sistemática de los rollito ingenuo (tipo años sesenta), con neoyorkinos que
sus obras (destacamos parti- can a mirar (y al final aplauden). En ese sentido, lamen-
La mejor interpretación la cia de protección contra los rayos cósmicos del cohete
aporta Dakota Fanning (suce- ya nos valía), pero toda la aventura está revestida de
sora oficial del trono infantil una candidez refrescante. ¡Por fin un superhéroe que
del mal rollo ahora que Haley disfruta con sus “diferencias”! Buena parte de las adap-
Joel Osment está demasiado taciones de cómics caen en el error de tomarse dema-
Ender), el resto de la familia favor! No hay que esperar que nos descubran el secreto
pero tampoco vamos (porque nos falta un coeditor) a No somos dignos, no somos dignos.
ponernos muy quisquillosos con eso (se nota que nos- El primer y único cómic en imágenes. El story
otros nunca leímos a los 4F, ¿verdad?). board ha sido sacado directamente de las páginas de la
Sale Scarlett Johansson (este inicio ya es un clá- Robert Rodríguez ha explorado territorio virgen con su
Hay dos cosas que Michael Bay hace mental como visual, de
nes. No has visto un choque hasta que no has les de Basin City.
res, pero dos de cada tres críticos friquis también sale Mickey
perras con ellas). mente como tres historias casi independientes, del más
puro género negro, que se entrecruzan por las calles de vaba un tiempo débil con sus partituras).
una ciudad corrupta. Visualmente, es el experimento Es una peli que se disfruta más leyendo entre líne-
más innovador, osado y exitoso en décadas. Su filosofía as, siguiendo la mirada de loco pederasta del señor
puede resumirse en: violencia, tipos duros, policías Wonka ante los niños y sus padres. Si no tienes otra cosa
decadentes, tías duras (y macizas), más violencia, idea- mejor que hacer, también puedes fijarte en la
lismo retorcido, psicópatas y una stripper rubia e inge- historia, pero vamos, para eso te podías
dilección, busca tu inocente pasatiempo en otra parte. Lo mejor: los números musicales y
Hace años, muchos de nosotros (vamos, de los latero (¿Os imagináis entrar a la con-
que estamos escribiendo esto; o sea, de los dos que sulta del dentista y encontraros con
Bueno, tal vez fuéramos demasiado jóvenes. O no. (Pero en esta ocasión la película
en la que podemos aceptar mejor ciertas cosas. Pero, El trailer nos engañó. Creíamos
reconozcámoslo, ese libro infantil tienen muy mala que los protagonistas iban a descubrir
leche escondida, y así lo recoge Burton, posiblemente en seguida que los dos eran asesinos a
en una de sus mejores películas (y de Elfman, que lle- sueldo de compañías rivales, pero
en realidad la cosa es un poco más elaborada y, para pésima como proclamamos. Allá vosotros. Son dos
qué negarlo, divertida. La coña está en cómo esta cir- horas que jamás recuperaréis (por otra parte, si lo que
cunstancia les permite redescubrirse y reforzar los pasa es que tenéis unos euros de sobra y no sabéis en
lazos entre ellos (después de ciertas “desavenencias”). A qué invertirlos, Rescepto acepta donaciones; aún tene-
los dos actores les viene como un guante la combina- mos que recuperar la pasta de la entrada).
el lenguaje de la acción (como ya demostró con “El caso 2 Septiembre – Guardianes de la noche
Bourne”). Termina un poco bruscamente, pero qué más Estos rusos están locos.
da. ¡Y lo que nos hemos divertido! Es una película... curiosa. Aún no hemos decidi-
Una de las peores películas que hemos tenido la del primer libro de una trilogía de Sergei Lukyanenko,
desgracia de ver en una sala de cine. Infame desde el escritor ruso de fantasía y ciencia ficción. En su país ha
peluquín de Ben Kingsley hasta el “fantástico” croma de sido todo un bombazo y ya cuenta con una secuela
que hace gala. No salvamos ni a Catherine McCormack. (rodada con más medios). Incluso fue designada para
La excusa argumental es ridícula, el desarrollo representar a Rusia en los Oscars (no fue seleccionada).
estúpido y la dirección de una torpeza que no esperá- Trata de la típica lucha entre la luz y la oscuri-
bamos de un veterano como Peter Hyams. Suponemos dad, con la típica profecía apocalíptica y el típico prota-
que podría servir como ejemplo para futuros realizado- gonista cuñado. Sin embargo, está rodada con valentía
res de todo lo que jamás hay que hacer con ochenta y un estilo propio, y los ocasionales destellos de origi-
millones de dólares. Es tan mala que ni siquiera se nalidad bastan para convertirla en una experiencia
salva por ser mala. Quizás os sintáis tentados de echar- atrayente. Desde luego, estaríamos muy interesados en
le un vistazo para comprobar si, efectivamente, es tan acceder al original literario, que con toda probabilidad
debe ahondar mejor en la particular mitología que esbo- Manolete, y lleva una hombrera torera, y eso es lo mejor
za la película. de la película.
2 Septiembre – Guía del autoestopista galáctico aires para el cine de zombies (entendemos que le quita-
¡Una vergüenza lo que hicieron con la distribu- ran de las manos el proyecto de “Resident Evil”).
ción de esta película! Poco faltó para que se nos esca- Después de disfrutar con el magnífico remake de “El
para (apenas se estrenó en un puñado de salas en toda amanecer de los muertos”, “La tierra de los muertos”
No engaña. Si te gusta el libro de Adams, enton- se le pueda pillar la gracia (conocemos de algún caso
ces te gustará la película. Por si no lo conoces, se trata extremo que hasta lo ha logrado en el cine), pero la
de ciencia ficción humorística de la mejor especie (muy cinta no funciona ni como peli de acción, ni como peli
inglesa). Efectiva para haberse rodado con unos medios de terror, ni mucho menos como la crítica social que
relativamente modestos. Douglas Adams hubiera que- han intentado vendernos (ridícula a más no poder). Ni
16 Septiembre – Stealth
poder retirarse a su granja; eso sí, a su granja en Como su título indica, es más “Transporter”. Luc
Vietnam). Busca entretener y lo consigue con creces. Besson es un gran productor de cine de acción de rango
Tal vez hubieran debido promocionar más las medio (ahí está “El beso del dragón” para probarlo) y
escenas de combate aéreo y centrarse menos en la Jason Statham es un más que solvente héroe (o anti-
excusa del ordenador loco (en realidad, este aspecto héroe). Básicamente, se trata de una sucesión desen-
está mejor tratado de lo que pudiera esperarse). Si te frenada de persecuciones, peleas y acrobacias imposi-
gustó “A todo gas” o “xXx”, ésta es tu película. bles, con un guión mínimo y todo lo que cualquier per-
El amiguete sabe qué nos hace gracia (sobre todo Una descripción que tal vez pueda ser de utili-
a los hombres, hay que ser sinceros) y nos lo ofrece en dad: “Transporter 2” es como una partida al GTA en
negocio de un industrial italiano con una nueva legisla- El capricho de Josh Wheddon tras la cancelación
Desde el inicio a lo James Bond (impresionante Precisamente éste es el aspecto que más lastra a
Rosa de Españña a lo Shirley Bassey) la peli es un des- la peli, el hecho de que tiene que dirigirse a dos públi-
fase tras otro, incluyendo un avión comercial estrellán- cos muy diferentes: los que conocen la serie y los que
dose contra las Torres Kio (lo cual, honestamente, es no han oído siquiera hablar de ella. Pero los personajes
28 Octubre – La novia cadáver
como para hacer que pronto la sensación de “eso ya lo Elfman aporta una banda sonora extraordinaria-
sé” o “¿de qué estará hablando?” pase a un segundo mente efectiva, destacando particularmente la canción
plano. Porque básicamente Serenity es una space opera “Remains of the day”, un jazz desbocado.
divertir e intentar cerrar la historia que quedó incon- 25 Noviembre – Harry Potter y el cáliz de fuego
resumen: batallas espaciales, buenos que son malos teniendo en cuenta que para muchos el cuarto libro de
contra malos que son buenos, mujeres fuertemente Harry Potter es el mejor hasta la fecha, se esperaba
armadas dando caña a mutantes del espacio exterior y mucho de la nueva entrega de esta multimillonaria saga.
réplicas siempre ingeniosas. Lo cierto es que, sin caer en los abismos narrativos de las
películas de Chris Columbus, la versión cinematográfica es excesivamente infantil, tanto en su planteamiento
de las desventuras del aprendiz de mago vuelve a adole- como en su desarrollo. Tilda Swinton está desaprove-
cer de dificultades derivadas del cambio de medio. chada como la bruja blanca y ninguno de los niños
Se trata de un texto muy extenso y no han pasa del aprobado pelado. En realidad, los personajes
encontrado mejor forma de trasladarlo a la gran panta- más atractivos son una pareja de castores parlanchi-
directamente relacionada con el Torneo de los Tres Los efectos especiales dejan bastante que desear,
Magos) en bloques más o menos cerrados, obviando habida cuenta que se trata de una de las producciones
todo el resto. El resultado es un tanto inconexo y qui- más caras de las historia del cine (aunque Weta
zás poco mágico. Podría haberse empleado parte del Workshop realiza un gran trabajo en la elaboración del
tiempo desperdiciado al alargar más de la cuenta deter- armamento y demás complementos de vestuario).
minadas escenas para dar profundidad y coherencia al ¿Será que hemos perdido la inocencia?
actores (evidentemente, a estas alturas ya están más Empezábamos el año con una película de tres
que amoldados a sus respectivos papeles... desgracia- horas insufrible, pero lo acabamos con otra igualmente
damente no se puede alabar de igual modo su doblaje). larga que no se hace pesada en ningún momento. La
7 Diciembre – Las crónicas de Narnia hecho a la nueva cinta de Peter Jackson (el increíble
Esperábamos grandes cosas de esta película. Al neozelandés menguante). La primera parte de la pelícu-
final, sólo la banda sonora y la fotografía han estado en la es un homenaje al cine de la época dorada de
todo momento a la altura. Desconocemos hasta qué Hollywood, cuando rodar una película tenía tanto de
punto es debido al material de partida, pero la historia aventura como de negocio. Desde el arranque, sigue
jamás creado (superando incluso
de edición). No se ha limitado a
con bastante fidelidad los pasos de su ilustre modelo, inclusión a las necesidades de la historia. En los tiem-
trabajando bastante más en los personajes, principal- pos que corren, en que parece tácitamente aceptado
mente en Ann Darrow (Naomi Watts) sobre la que recae que el público sólo busca un espectáculo ligero o una
mucho mayor peso en cuanto a sustentar la narración historia elaborada, es de agradecer que un director se
miento, hasta una batalla épica entre King Kong y tres 30 Diciembre - Doom
tiranosaurios (cada vez que piensas que no puede llegar Sí, la hemos visto. Y sí, es taaaaaaaaan mala como
E ALFREDO ÁLAMO
ILUSTRACIONES: BANS
orgulloso su puesto, lleno a rebosar de fresas tan grandes como
ban unas con otras dando lugar a una ensordecedora algara- izquierdo, el azul, mientras el derecho, negro como la noche,
des mágicos traídos del lejano norte... Todo eso y mucho más, Pronto pasaron las horas y las fresas de
todos los niños, se arremolinaron alrededor del puesto. dose que ninguno de los niños trataba todavía de escamotearle alguna pieza.
—¡Vaya! —dijo uno—. ¡Nunca había visto fresas tan grandes! —No es exactamente un cuento bonito —dijo finalmente—, es
—Son gigantescas —susurró asombrado otro de los niños, tratando emocionante, es inspirador... En definitiva, es una historia de amor,
de alcanzar uno de los frutos. magia, brujas y jardineros. ¿Acaso queréis que os la cuente? No os veo
Kanzaro desvió su ojo azul e inquietante del sacerdote hacia los niños, muy convencidos...
en un vano intento de ahuyentarlos. La magia de los duendes tenía poco que —¡No, no! —chillaron los niños, sentándose a su alrededor—.
hacer contra los niños de las ciudades. Para cuando el ojo retomó su trabajo, ¡Cuéntanos el cuento de la Dama!
el sacerdote había desaparecido, llevándose consigo un par de fresas. Kanzaro sonrió, dejando ver una ristra de dientes afilados. Agarró
—¡Quietos ahí! —exclamó Kanzaro, interponiéndose entre su una de las fresas y le lanzó un buen bocado. Luego, entre mordiscos,
mercancía y los niños—. Éstas son las Fresas de la Dama, no podéis comenzó a contar el cuento que les había prometido.
coméroslas así como así. “Hace mucho tiempo, pues la historia que os cuento le sucedió a mi
—¿Las fresas de la Dama? —preguntaron varios de los niños, entre tatarabuelo, y los hombres de mi familia vivimos largos años, vivía un noble
intentos frustrados de esquivar la vigilancia del mercader. terrateniente llamado Tracio, cuyo territorio ocupaba los bosques que lindan
—¿Cómo? —dijo Kanzaro, haciéndose el sorprendido—. ¿No cono- con Luceburgo en el camino hacia el norte. Era un hombre huraño y triste,
céis la historia de la Dama de las Fresas y su Triste Destino? ¿Es que los pues nunca, en toda su vida, había conocido el amor. Perdía el tiempo pase-
juglares no llegan a estas tierras? ando por los jardines de su fortaleza, escuchando el canto de los pájaros y el
—No la conocemos, señor —dijo una niña, limpiándose los mocos rumor del viento en los árboles. Nada parecía que pudiera sacarle de aquella
Kanzaro meditó unos instantes antes de contestar. Oteó el horizonte Sus consejeros y amigos, preocupados por la situación, mandaron
de tiendas, comprobando que se acercaba la hora del descanso y que los buscar doncellas casaderas por todos los rincones de los cuatro reinos.
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ALFREDO ÁLAMO
Mensajeros y juglares difundieron la noticia con la esperanza de que, si paso. Luego, entusiasmados, guiaron a la dama hasta las habitaciones del
encontraba esposa, el noble Tracio recuperaría la sonrisa y volvería a ocu- noble Tracio que, nada más verla, quedó aturdido por su belleza. “¿Cuál
parse de los asuntos de estado que casi había abandonado por completo. es vuestro nombre, mi dama, para que pueda gritarlo a los cuatro vientos
No fueron pocas las mujeres que acudieron a la fortaleza de Tracio, y alabar en ellos vuestra luz?” —preguntó Tracio. “Soy la Dama de
pero todas ellas fueron rechazadas. “Muy alta —decía—, muy bajita. Tiene Heliconia, Hija de la Primavera” —sonrió ella, clavando aún más si cabía,
los ojos bizcos, parece que lleva bigote”. A los ojos del noble no había más la daga del amor en el corazón del noble. “¿Os casaréis conmigo, Dama de
que defectos. Pasaron decenas de jóvenes en busca de su amor, pero nin- Heliconia?” —preguntó Tracio acercándose a ella. Pero la joven y hermosa
guna logró liberarle de su tristeza. dama se alejó unos pasos antes de contestar, no sin cierto aire juguetón:
Cuando todo el mundo ya se daba por vencido, dejando a Tracio por “No me casaré sino con el hombre que me traiga las fresas más grandes,
imposible, apareció a las puertas de la fortaleza una última doncella a rojas y jugosas del mundo entero”.
lomos de una yegua gris. “Abrid las puertas —dijo la doncella con una voz Dicho esto, y con una gracia sobrenatural, la dama se retiró, dejan-
de timbre a campanilla—, vengo desde muy lejos para ver al noble Tracio, do que los consejeros le enseñaran la fortaleza y prepararan sus aposen-
del que se dice imposible de conocer el amor”. Todos acudieron presuro- tos. El noble Tracio, todavía impresionado por la dama Heliconia, hizo la
sos a ventanas y almenas para contemplar a esta última doncella. “Tarde solemne promesa de conseguir las mejores fresas de los cuatro reinos.
llegáis —contestaron algunos—, hemos perdido ya toda esperanza”. Hizo llamar a los jardineros de sus tierras y a los de más allá de sus fron-
Como toda respuesta hizo avanzar su montura hasta que la luz del teras. Allí donde se decía que las fresas eran hermosas, allí mandaba a por
sol iluminó su rostro agraciado y su esbelta figura e hizo brillar los cabe- semillas y consejos. Hizo transformar sus jardines de flores para plantar
llos dorados que la adornaban como una cascada de oro. Pues en verdad las matas que necesitaba. Pronto toda la fortaleza se dedicó por completo
era hermosa, tan hermosa que muchos de los sirvientes del noble Tracio al cultivo de la fresa.
corrieron asustados de tan bella que era. Los consejeros, hombres de más Pasó un año y con él llegó la temporada de la cosecha. Nunca, en
mundo, hicieron abrir las puertas e hincaron las rodillas en el suelo a su toda la historia, tantos tipos de fresa habían visto la luz juntos. Tracio,
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junto con sus inseparables consejeros, acudió a seleccionar los frutos. Y fragancias embriagadoras. Tracio seleccionó las mejores y pagó por ellas a
allí los había pequeños y grandes, de cien tonos de rojo; los había ácidos precio de oro, pero al mostrárselas a su dama, ésta frunció el ceño y corrió
como limones y dulces como la uva, hermosos, frescos y relucientes. De a encerrarse en sus aposentos. Los mercaderes abandonaron la fortaleza
entre los mejores eligieron aquellos más grandes, y en verdad eran fresas en silencio y con su marcha pareció abandonar el color aquellos tristes
grandes como nunca habían visto. Corrió tracio con las fresas hasta llegar parajes.
a su amada, que vivía apartada en lo alto de la torre más alta. Dispusieron Desesperado de amor, pues niños, sabedlo, nada hay más desespe-
cinco bandejas de plata y en cada una de ellas, las fresas. Pero la Dama rado que el amor, Tracio acudió a los viejos sabios de las ciudades y a las
Heliconia, tan fría como bella, las señaló con desdén y dijo: “No son las fre- brujas de los bosques. Ninguno parecía seguro del remedio para aquel pro-
sas más grandes, ni las más jugosas. El Sultán de Birnei me las ofreció el blema ni conocía hechizo que le ayudara. Hasta que, en lo profundo de lo
doble de grandes y, ni aun así, me casé con él. Traedlas mejores la próxi- más oscuro del bosque, uno de los consejeros encontró a la vieja Nemés.
ma vez, si es que me amáis de verdad”. Aquella era la bruja más temida del reino y pocos eran los que lograban
Ni que decir tiene que aquella noticia encogió el corazón de Tracio. sacarle palabra alguna. Cuando el consejero volvió a la fortaleza, todos
Asomado al balcón de la torre contempló todas aquellas hermosas matas advirtieron que su pelo se había tornado completamente blanco.
repletas de fresas, que ahora se le antojaban inútiles. Pero Tracio era un “Decidme, amigo mío —le instó Tracio—, el consejo de Nemés”. Con la sola
hombre decidido, si no podía cultivar las mejores fresas, las compraría. Y mención de aquel nombre, el consejero cerró los ojos, como envuelto en
así mandó de nuevo a sus mensajeros y juglares, para que corrieran la voz una oscura pesadilla. “Mi señor, debo advertiros que el consejo de la bruja
de su historia y consiguieran aquellos frutos que tanto deseaba. es oscuro y cruel. Según ella, tendríais que regar el campo con la sangre
Pasó otro año y esta vez la época de la cosecha trajo decenas de mer- de un infante cada día, desde el momento de plantar las primeras semi-
caderes provenientes de lejanos parajes, todos ataviados con extraños ropajes llas, hasta el tiempo de la cosecha”.
y montados en animales exóticos. En sus alforjas llevaban las más exquisitas Aquellas palabras hicieron enmudecer desde el primer consejero
fresas de sus tierras, de todas las formas y tamaños, con sabores inéditos y hasta el último de los barrenderos. Y, a continuación, la voz del noble Tracio
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recorrió los pasillos de la fortaleza como un mal sueño. “Así se hará”—dijo. extrañar entonces que, asustados y confusos, las gentes del pueblo acu-
Y así se hizo. dieran a él en busca de ayuda. Sin embargo, cuando mi tatarabuelo trató
Los soldados salían de la fortaleza, envueltos en un manto de oscu- de auxiliarles, ya los soldados retenían a un buen número de niños como
ridad, con la orden de asaltar cada noche los pueblos cercanos en busca prisioneros. Como era hombre valiente, se encaró con el que parecía man-
de niños para su señor. De nada sirvieron las quejas y las súplicas; tam- dar aquella manada de lobos. “Escúcheme bien —le dijo, utilizando la voz
poco la resistencia de algunos padres, enfrentando inútilmente horcas y que gastan los duendes para embromar a los borrachos—, no es de reci-
guadañas a espadas y armaduras. bo que se lleven a los hijos de esta buena gente, no, al menos, sin que
Llegó el día de plantar la fruta. alguien de la aldea vaya con ellos y los cuide bien. Lléveme a mí, pues los
El primer niño fue degollado. conozco desde que nacieron y no tengo fama de pendenciero”. Los solda-
Uno tras otro pasaron los días sin que nada cambiara, muchas dos rieron de buena gana, ya que sabían el oscuro futuro que les espera-
familias huyeron de las tierras de Tracio para proteger a sus hijos, pero él, ba a los niños. Por fortuna, la voz de los duendes hizo mella en el jefe de
obsesionado con la dama que atormentaba su corazón, mandaba cada vez los soldados que, para sorpresa de todos, accedió a la petición. Antes de
más lejos a sus hombres en busca de niños para completar el malvado marchar, mi antepasado, que se llamaba Kanzaro, como yo y como todos
Fue en una de esas noches sin luna ni estrellas cuando un puñado metiendo que volvería con todos los niños sanos y salvos.
de soldados, mercenarios sin escrúpulos y no muy largos de entendederas, Al llegar a la fortaleza, ahora en medio de un bosque que se había
llegaron al pueblo de mi tatarabuelo con las órdenes bien claras de secues- vuelto oscuro y desalmado, Kanzaro pidió hablar con el señor del lugar.
trar a todos los niños y llevarlos a la fortaleza. En aquellos tiempos mi Los consejeros intentaron impedirlo, pero a base de trucos, engaños y arti-
antepasado, que, como yo, tenía sangre de duende y gigante, cuidaba de mañas que sólo los duendes conocen, mi tatarabuelo logró llegar hasta
una pequeña huerta y era considerado como hombre bueno y sabio, capaz Tracio. El hombre que antaño paseaba por los jardines, suspirando por
de hablar con plantas y animales, amigo de la gente pequeña. No es de amores desconocidos, ahora retenía docenas de niños encerrados en las
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mazmorras. Su rostro se había hundido, pues cuando el árboles y las grutas, descubriendo que, debido a las
alma se estrecha en el cuerpo, los huesos tratan de salir- malas artes cercanas, sólo las hadas de la Corte
se fuera. Kanzaro apreciando todo aquello en Tracio, sin- Oscura se habían quedado a vivir allí. Visitó el ria-
tió incluso lástima por él. Pero la vida de muchos niños chuelo que nace junto a las colinas, ése que luego se
inocentes estaba en juego, así que le preguntó las razones transforma en el vigoroso río Cletos y baña esta ciu-
que le empujaban a tamaña locura. dad, donde han nadado las náyades desde el princi-
Tracio, sin apartar la vista de sus futuras víctimas, pio de los tiempos. Pocos son los elegidos que pueden
le contó a mi tatarabuelo toda su historia, el triste des- hablar con ellas sin ser devorados, y Kanzaro lo
amor, la llegada de la dama Heliconia, las fresas de todos sabía. Acudió con respeto y habló con ellas, expo-
los tamaños y el consejo de la malvada bruja Nemés. niendo la situación y solicitando su ayuda. Entonces,
“Fresas gigantes, decís necesitar” —dijo Kanzaro—. “Muy y como siempre que se trata con duendes, más si son
bien, yo os prometo las más grandes que jamás hayáis de la Corte Oscura, hizo un trato. Antes de que el
soñado vos o vuestra dama. Hablaré con la Tierra, con el gallo cantara apareció el Señor del Bosque transfor-
Agua y el Aire, hablaré con las ninfas y dríades del bosque. mado en una ardilla blanca. Y de esa guisa condujo a
Os traeré las fresas que no son para los hombres”. mi antepasado hasta un claro cubierto de helechos
El noble giró el rostro y escupió en el suelo. “Mejor en la parte más vieja del bosque. Allí crecían las fre-
para vos que sea cierto, porque si no, acompañaréis al sas salvajes más grandes, de forma más perfecta, olor
próximo de los muchachos a regar la tierra con vuestra imprescindible y sabor multicolor que había en este
Kanzaro abandonó la fortaleza y corrió hacia el bos- Volvió con tales fresas a la fortaleza de Tracio,
que. Allí buscó a los duendes que solían habitar entre los con la esperanza de llegar antes de que otro niño
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perdiera la vida. Pero, cuando atravesaba los campos, divisó al noble jeros. Aprovechando la confusión Kanzaro subió las escaleras hasta la
señor de las tierras empuñando una daga sobre el cuello de un pequeño. torre más alta y llamó a la puerta. “Adelante” —dijo la voz de campani-
“¡No!” —le gritó, corriendo hacia él—. “¡Os traigo las fresas que necesi- llas—, “la puerta está abierta”. Mi tatarabuelo sonrió al ver a la dama de
táis!”. Tracio, sin detenerse, rebanó el cuello del niño y sacudió su cuer- Heliconia, bella y lánguida en su cama. “¿Qué queréis? Aún es pronto para
pecillo sobre una incipiente mata de fresas. “Por si acaso”—añadió, con la cosecha de las fresas”. “No para éstas” —contestó, mostrando el tesoro
Mi antepasado Kanzaro era hombre de pocas palabras. Al llegar La dama de Heliconia abrió los ojos, asombrada al ver el tamaño
junto a Tracio, le arrebató la daga de las manos, degolló de un solo tajo de aquellas fresas, pero al acercarse y olerlas retrocedió como si un rayo
al mercenario que le acompañaba y luego, sin mostrar piedad, se la clavó le hubiera alcanzado. “Son mágicas” —chilló, mostrando de repente un
una y otra vez en el costado hasta que se le cansó el brazo. Luego maldi- rostro feo y espantoso. “En efecto” —dijo Kanzaro—, “del jardín del Señor
jo su temperamento de duende, pues su plan consistía en engañar al del Bosque. No son las fresas de sangre que esperabas conseguir, ¿ver-
noble para que le acompañara al bosque más tarde. Visto el estado del dad, Nemés?” En efecto, pues mi antepasado había visto la verdad a tra-
cadáver, tuvo que arrastrarlo hasta el nacimiento del río, donde espera- vés del hechizo de la bruja. La muy malvada había logrado engañarlos a
ban náyades, dríadas y otros espíritus. Las náyades sonrieron alboroza- todos y había cautivado a Tracio hasta corromperle el alma, a cambio de
das al ver aquel espectáculo sangriento. “Aquí tenéis vuestro pago”—dijo un amor falso y mentiroso. “Ahora tendrás tu merecido” —dijo Kanzaro,
mi tatarabuelo. “Los Kanzaro siempre pagan bien” —contestaron ellas, avanzando hacia ella—. “ Comerás estas fresas hasta que no puedas
abalanzándose sobre el pobre Tracio, devorándolo, sajándolo y tiñendo más”. Y así lo hizo, una detrás de la otra. Pero aquellas fresas eran mági-
las limpias aguas del río de un rojo mortecino. cas y nunca, nunca se terminaban. Volvían a crecer aunque sólo que-
Cansado, volvió a la fortaleza, donde los mercenarios habían empe- dara una pequeña miguita. Y una y otra vez la bruja comió las fresas
zado una pequeña revuelta. Sin Tracio para aplacar sus ánimos, habían hasta que, con un ruido sordo, le reventaron las tripas y cayó muerta en
saqueado la bodega, asaltado el tesoro y asesinado a unos cuantos conse- la alta torre.
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Los niños fueron liberados y volvieron con sus familias, pero la for- —¿Cómo es que sus fresas son tan grandes? —preguntó uno de los niños.
taleza de Tracio cayó en desgracia a partir de entonces y todavía hoy es Kanzaro sonrió con malevolencia.
considerado como un lugar maldito que las gentes de bien esquivan en su —Porque hice un trato con los duendes —contestó, acercándose a
camino al norte. Mi antepasado volvió a su aldea con los niños robados, a los niños—, ellos cuidan de mi huerto... ¡Y yo les llevo un niño cada año
los que dejó con sus familias. En cuanto a él, se dedicó a su pequeña huer- para que se lo coman!
ta donde, como recuerdo de aquella aventura, plantó fresas a las que El mercader saltó entre los niños, entre risas y aspavientos, provo-
llamó, como último homenaje, Fresas de la Dama” cando una pequeña estampida de rapaces en múltiples direcciones. Todos
—Y así es como yo sigo su tradición —dijo finalmente el mercader— reían y le hacían gestos, corriendo y saltando. Kanzaro continuó riendo un
Los niños volvieron de repente al mundo del mercado vociferante, Pero su ojo azul de duende no perdió de vista ni un momento a un
roto el hechizo de la historia. niño gordito que corría más lento que los demás.
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