Caso Clínico de Fiebre Recurrente

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Caso clínico de fiebre recurrente

Realizado por: Grupo 3W.

CASO
Paciente femenino de 12 años de edad, de medio socioeconómico medio-alto, originaria y
residente de Hermosillo, Sonora, México. No presentó antecedentes perinatales
heredofamiliares de importancia para su padecimiento actual. Contaba con el esquema de
inmunizaciones completo.
El cuadro clínico se manifestó a partir del 5 abril de 2011. Se caracterizó inicialmente por la
aparición súbita de fiebre de 38.5 a 39.0°C, de cinco días de duración, acompañada de
cefalea, exantema de predominio en el tronco y adenitis cervical. Durante tres meses
evolucionó con fiebre recurrente de tres a cinco días de duración a intervalos de 15 a 21
días, cefalea intensa, fotofobia, escalofríos con estremecimiento, exantema fugaz en el
tronco que se exte
ndía al abdomen superior, diaforesis, debilidad y epistaxis en dos ocasiones. Durante este
lapso se registró la pérdida de 3.5 kg de peso.

El día 27 de junio del mismo año, la paciente manifestó un nuevo episodio febril que se
acompañaba del cortejo sintomático ya referido. Al volver a interrogarla, reveló que estuvo
en un campamento durante un paseo escolar, del 28 de marzo al 3 de abril de 2011, y que se
hospedó en una cabaña. Aunque no manifestó haber sufrido ninguna lesión o escoriación
en piel, dos días después presentó el primer episodio febril.

Básicamente, la patogénesis de la fiebre recurrente se relaciona con la capacidad que tiene


borrelia recurrentis para cambiar su superficie celular y evadir la RI.
La borrelia recurrentis se transmite a los humanos a través de la picadura de una garrapata
infectada, una vez en el cuerpo humano se multiplica rápidamente y se disemina a través
del torrente sanguíneo, la borrelia recurrentis tiene la capacidad de cambiar su superficie
celular mediante un proceso denominado variación antigénica, que le permite evadir la
respuesta inmune del huésped y de esta manera permite evitar su eliminación.
Cuando esta se adhiere a los glóbulos rojos y a las plaquetas del huésped puede causar
obstrucción de los capilares y problemas circulatorios. Los síntomas que presenta la
paciente como la fiebre alta y los escalofríos pueden ser explicados por la respuesta inmune
del huésped ante la presencia de la bacteria en la sangre.
En cuanto a los episodios de fiebre recurrente, estos son el resultado de una respuesta
inmunológica repetida del huésped ante las nuevas variantes antigénicas de la bacteria que
surgen durante el tiempo de la infección, ya que borrelia al cambiar su superficie celular, el
SI debe tomarse un tiempo para reconocer la nueva variante y esto es lo que nuevamente
explica los episodios de fiebre recurrente.
La cefalea puede relacionarse con la respuesta inmunológica y la inflamación asociada. La
presencia de la bacteria en la sangre puede provocar liberación de sustancias químicas
inflamatorias como las citoquinas que también pueden desencadenar la cefalea.
La pérdida de peso puede ser explicada por la respuesta inflamatoria del cuerpo ya que
aumenta el metabolismo, ocasionando la pérdida de peso y aún más si la paciente no tiene
apetito a causa de la enfermedad.
La adenitis cervical es otra manifestación hace referencia a alteraciones del tamaño y/o la
consistencia de los ganglios linfáticos, se consideran inflamados cuando son superiores a 1
cm, el aumento de tamaño ganglionar puede deberse a proliferación de los linfocitos en
respuesta a un proceso infeccioso local o sistémico (lo más frecuente) o a un trastorno
linfoproliferativo. También puede ocurrir infiltración del ganglio por células inflamatorias o
malignas. Y esto puede acompañarse de un exantema que es una erupción cutánea de
color rosáceo que aparece generalmente como consecuencia de algunas enfermedades
infecciosas (como el sarampión, la rubeola, el eritema infeccioso, etc.), más frecuentes en la
infancia que en cualquier otra época de la vida. Los síntomas principales son la fiebre y la
erupción que suele aparecer en las zonas más sensibles del cuerpo

PRUEBAS:
Al examen físico presentó peso de 49.5 kg, talla 1.58 m, FC 100/min, FR 18/min, temperatura
38.7°C. Cráneo normocéfalo, ojos con reflejos pupilares normales, sin fotofobia en ese
momento, orofaringe normal, cuello sin adenomegalias, área tiroidea normal, tórax con
movilidad normal, ruidos cardiacos y respiratorios normales, abdomen sin
visceromegalias, piel con exantema macular en el tórax anterior y abdomen superior,
mismo que desapareció antes de 24 horas. Las extremidades con arcos de movilidad
normal, sensorial y neurológicamente sin alteraciones.

La revisión del frotis de sangre tomado durante el periodo febril reveló, además de los
elementos normales de la sangre, bacterias alargadas e irregulares de 6 a 10 μm de longitud
con la tinción de Wright.

Podemos deducir que se le realiza este tipo de tinción debido a que es más fácil el
reconocimiento por la tinción de Giemsa y Wright, por otro lado, con la tinción de gram no
tiñen muy bien.) Estas bacterias por medio de la tincion de Giemsa pueden verse de color
purpura oscuro con un fondo rosado claro. Morfológicamente en la tinción de Wright se
observan como estructuras en espiral alargadas y delgadas y por eso se le conocen como
espiroquetas y son de color rojo oscuro.

En cuanto al diagnóstico, se tomó una muestra de sangre y se examinó bajo un microscopio


utilizando la tinción mencionada anteriormente. Es importante destacar que este tipo de
bacteria no se recomienda el uso de medios de cultivos, principalmente porque es
extremadamente difícil de cultivar en laboratorio. Adicional a esto, tiene un ciclo de vida
complejo y no crece en medios convencionales. Por último, estos cultivos pueden tardar
semanas o incluso meses para obtener un resultado y esto nos puede retrasar tanto el
diagnóstico como el tratamiento.
Durante el periodo de la enfermedad, la paciente fue valorada por el médico facultativo,
quien consideró los episodios como consecuencia de cuadros virales. Se le trató con las
medidas generales y antipiréticos. Cuando se revaloró la historia clínica, se realizó la toma
de muestra para frotis. Se obtuvieron los resultados con el reporte de espiroquetemia. El
día 30 de junio de 2011 se decidió iniciar con el tratamiento a base de eritromicina a dosis
de 40 mg/ kg/día, el cual se suspendió el día 12 de julio. Se inició con penicilina procaína
por 5 días, vía intramuscular, seguida de 5 días de penicilina potásica por vía oral,
observándose mejoría en la paciente. Sin embargo, el día 30 de julio reinició la
sintomatología previa: cefalea y fiebre de 39 a 40°C, sudoración profusa, mialgias, artralgias
y debilidad. Se quejaba también de obstrucción nasal, por lo que ese día se ingresa para
tratamiento. En el momento de su admisión se solicitó una radiografía de senos
paranasales en la que se observó opacidad moderada de ambos antros maxilares.

TRATAMIENTO:

Se inició el tratamiento con penicilina G sódica cristalina intravenosa, cada 6 horas, y


ceftriaxona 1 g/24 h. Dos horas después de aplicar la penicilina, la paciente presentó un
pico febril de 39.5°C, cefalea, exantema fugaz en tórax que desapareció media hora después.
Este episodio se acompañó también de taquicardia, sudoración profusa, e hipotensión
arterial (65/40 mm/Hg). Se trató con acetaminofén (500 mg IV) y una solución de glucosa-
fisiológica en dilución. La temperatura descendió a 34.5°C; sin embargo, las siguientes tres
horas evolucionó a la mejoría.
El mismo día que ingresó al hospital, la niña recibió una dosis de doxiciclina de 100 mg, vía
oral, calculada a razón de 200 mg/día en dosis fraccionada de 100 mg cada 12 horas. Se
decidió continuar con este fármaco. Al cuarto día de evolución la fiebre cedió, y la
penicilina y ceftriaxona se suspendieron al completar los cinco días de tratamiento. Se
continuó el tratamiento únicamente con doxiciclina, observándose una notable mejoría.
El tratamiento con antibióticos en el caso de la fiebre recurrente es fundamental para
disminuir la probabilidad de presentación de complicaciones y la gravedad de estas a nivel
tardío. (Uso de Tetraciclinas y penicilinas intramusculares.)

La prevención de las enfermedades por Borrelic transmitidas


por garrapatas engloba la elusión de las garrapatas y
su hábitat natural, el uso de ropa protectora como pantalones
largos metidos dentro de los calcetines y la aplicación de repelentes
para insectos. El control de los roedores también es
importante en la prevención de la f
La enfermedad epidémica transmitida por los piojos se controla
por medio de aerosoles de despiojamiento y la mejora
de las condiciones higiénicas.
No se dispone de vacunas frente a la febre recurrente.
Una vacuna recombinante dirigida contra el antígeno OspA
de B. burgdorferi en EE.UU. se retiró del mercado en 2002.

Es importante destacar que la niña estuvo en un campamento durante la primavera y se


hospedó en una cabaña. Es posible que las ninfas hayan sido alimentadas en este lugar y
como resultado, ocurrió la transmisión a la niña. Por otro lado, podríamos inferir que la
cabaña estaba ubicada en una región boscosa lo que aumentó la probabilidad de contraer
la bacteria.

EPIDEMIOLOGÍA:

La fiebre recurrente transmitida por garrapatas (TBRFs) es transmitida por la


garrapata Ornithodorus. Se presenta en África, España, Arabia Saudita, Asia y
ciertas áreas del occidente de Estados Unidos y Canadá. Las especies de bacterias
asociadas con TBRF son Borrelia duttoni, Borrelia hermsii y Borrelia parkerii.

La fiebre epidémica recurrente transmitida por piojos (LBRF,) es transmitida por los
piojos del cuerpo. Es más común en Asia, África y los países de Centro y
Sudamérica. La especie de bacteria asociada con LBRF es la Borrelia recurrentis.

Prevencion:

Básicamente por la eliminación de roedores y de garrapatas, el uso de ropa


propia de la exposición sobre todo en personas que tienen zonas endémicas o
que visitan zonas endémicas y van a ir a zonas boscosas, el uso de repelentes
para insectos también ha demostrado cierta eficacia.

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