Informe Desalinizaci N 2022 1674553852
Informe Desalinizaci N 2022 1674553852
Informe Desalinizaci N 2022 1674553852
OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS
PARA ABORDAR LA INSEGURIDAD
HÍDRICA EN CHILE
COL ABORADORES
Claudia Andrade27, María Angela Barbieri28, Kay Bergamini2, 29, Carlos Berroeta30, Wernher Brevis2, Andrés Camaño31,
Leonardo Castro6,32, Patricio Catalán33, Cristián Chandía6, 34, Ociel Cofré25, 35, Julian Cortés Oggero4, Ezio Costa4,
José Garcés-Vargas8, Andreína García4, 36, Ricardo Giesecke8, 9, Alex Godoy37, 38, Álvaro González-Reyes39, 40, Pablo Guzmán2,29,
Dominique Hervé13, Valentina Hevia-Hormazábal41,42, Magdalena Jensen6, María José Kafmann43, Fabrice Lambert2, 23,
Thomas Lindsay44, Katherine Lizama4, Nicole Mansuy43, Carolina Martínez2, James McPhee4, 36, Gonzalo Melej45, 4,
María Molinos-Senante2, Roberto Moris2, Nelso Navarro27, 9, Carlos Olavarría22, Marcelo Olivares4, Antonio Pulgar4,
Francisco Squeo46, Mauricio Urbina6, 47, Hugo Valdés48, Freddy Vargas49, Giovanni Vecchio2, 29, Karla Yohannessen4.
INSTITUCIONES
Chicago
Vicuña, Sebastián, Linda Daniele, Laura Farías, Humberto Gonza-
lez, Pablo A. Marquet, Rodrigo Palma-Behnke, Alejandra Stehr, et
al. 2022. “Desalinización: Oportunidades y desafíos para abordar
la inseguridad hídrica en Chile”. Chile: Comité Asesor Ministerial
Científico sobre Cambio Climático; Ministerio de Ciencia, Tec-
nología, Conocimiento e Innovación.
DESALINIZACIÓN:
OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS
PARA ABORDAR LA INSEGURIDAD
HÍDRICA EN CHILE
CONTENIDOS
GLOSARIO DE ABREVIATURAS 8
RESUMEN PARA TOMADORES DE DECISIÓN 10
SECCIÓN A. INTRODUCCIÓN 19
REFERENCIAS 141
Referencias Capítulo 2 142
Referencias Capítulo 3 143
Referencias Capítulo 4 146
Referencias Capítulo 5 147
Referencias Capítulo 6 148
Referencias Capítulo 7 149
Referencias Capítulo 8 154
Referencias Capítulo 9 155
Referencias Capítulo 10 156
Referencias Capítulo 11 156
Referencias Capítulo 12 158
ANEXOS 159
GLOSARIO
DE ABREVIATURAS
Postratamiento, para cumplir con los requisitos de los usos finales del agua se
realizan diferentes procesos, e.g. corrección de pH con sales seleccionadas, remi-
neralización de calcio y magnesio, eliminación de boro, desgasificación de dióxido
de carbono y otros gases, y desinfección de microorganismos.
Dependiendo del uso final del agua desalinizada se debe considerar una etapa
de impulsión y conducción desde el lugar de tratamiento al destino final.
1 Pese a no existir una definición precisa se puede entender el campo cercano como una distancia del
orden de metros a decenas de metros en torno al punto de descarga.
Para poder desarrollar esta tecnología de manera sustentable se deben resolver una
serie de desafíos. Algunos de éstos son transversales al desarrollo de distintos tipos de
proyectos productivos, mientras que otros son desafíos específicos a esta tecnología
en particular:
4. Dentro de los desafíos transversales está el correcto uso del territorio en zo-
nas costeras2. Al respecto se requiere una regulación específica o una política
pública, con criterios de localización y de justicia ambiental, para el uso susten-
table de la zona costera3 o zona marítimo-terrestre, como ocurre en EEUU con
la Ley de Costas (California Coastal Act, 1976) no limitándose al “borde costero”.
Adicionalmente se deben implementar una serie de mejoras y actualizaciones
a los distintos Instrumentos de Planificación Territorial (IPTs) actualmente en
operación en Chile.
2 Pese a que la desalinización no necesariamente se tiene que desarrollar en la zona costera, el uso más
común actualmente es éste.
3 La nueva Ley Marco de Cambio Climático (2022) de Chile, se refiere en sus normas a la “zona costera” y
además la define, a diferencia de la normativa actual, que se limita a regular el uso del “borde costero”. Así,
en el art. 3º, se define zona costera como “espacio o interfase dinámica de anchura variable dependiendo
de las características geográficas donde interactúan los ecosistemas terrestres con los acuáticos, ya sean
marinos o continentales.
4 En orden alfabético: Linda Danielle, Laura Farías, Pablo Marquet, Rodrigo Palma, Alejandra Stehr, Anahí
Urquiza, Sebastian Vicuña y Elizabeth Wagemann.
Figura 1.1.
Proceso de elaboración
del informe.
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 1.1.
Fecha Invitado Adscripción Temática Expertas y expertos
13 de junio Diana Ewing Comité Técnico ACADES La desalinización como nueva invitados por el C4.
Fuente: Elaboración propia.
Rafael Palacios fuente de agua para Chile
Rubén Muñoz
4 de julio María Christina Fragkou Profesora, Depto. Consideraciones de la
Geografía, desalinización de agua de mar
Univ. de Chile para consumo humano
Patricio Winckler Profesor., Fac. Ingeniería, Infraestructura de desalinización
Univ. de Valparaíso y modelamiento de descarga
18 de julio Claudio Sáez Director, Hub Ambiental, Desalinización como
Univ. Playa Ancha complemento al consumo
humano y agricultura en el
Centro-Norte de Chile
Víctor Aguilera Investigador, Centro de Variables oceanográficas y
Estudios Avanzados en biológicas para planeación y
Zonas Áridas diseño de plantas desalinizadoras
en el Centro-Norte de Chile
Rodrigo Bórquez Profesor, Depto. de Desarrollo de tecnología local de
Ing. Química, Univ. de desalinización como alternativa
Concepción para abastecimiento hídrico
La desalinización surge como una de las alternativas para contribuir a reducir los
impactos de la creciente crisis hídrica que afecta a una parte importante del país.
En este sentido, en esta sección introductoria nos hemos propuesto caracterizar las
condiciones actuales y esperadas de la crisis hídrica en Chile, incluyendo la magnitud
de la brecha y las condiciones en que ésta se torna crítica.
Para efectos de este documento vamos a entender la crisis hídrica como la ausen-
cia de seguridad hídrica. La seguridad hídrica ha sido definida de distintas maneras,
pero usaremos en este informe la definición presentada en la Ley Marco de Cambio
Climático que indica en su art. 3 letra s) “seguridad hídrica: posibilidad de acceso al
agua en cantidad y calidad adecuadas, considerando las particularidades naturales de
cada cuenca, para su sustento y aprovechamiento en el tiempo para consumo humano,
la salud, subsistencia, desarrollo socioeconómico, conservación y preservación de los
ecosistemas, promoviendo la resiliencia5 frente a amenazas asociadas a sequías y
crecidas y la prevención de la contaminación”.
5 La Ley Marco de Cambio Climático define a la “resiliencia climática”, en el art. 3º, como “capaci-
dad de un sistema o sus componentes para anticipar, absorber, adaptarse o recuperarse de los efectos
adversos del cambio climático, manteniendo su función esencial, conservando al mismo tiempo la capaci-
dad de adaptación, aprendizaje y transformación.
La Figura 2.1 nos ayuda a interpretar de manera más clara el concepto de seguridad
hídrica, que reconoce que el agua es un recurso para satisfacer distintas necesidades
(sostener medios de vida humana, el desarrollo socioeconómico y la conservación de
los ecosistemas). Por otra parte, para poder satisfacer estas necesidades debe existir
una provisión de agua que surge como una conjunción de las condiciones climáticas
(precipitación y temperatura del aire, principalmente), biogeográficas (ecosistemas,
cobertura vegetal, suelos, geomorfología, relieve) y la presencia de obras de infraes-
tructura que permitan la regulación, extracción, distribución y tratamiento de los re-
cursos hídricos y el desarrollo de ecosistemas acuáticos (Vicuña et al., 2020). También
surge como factor relevante la existencia de instituciones y una gobernanza adecuada
que permitan una correcta asignación del agua y que sean capaces de resolver proble-
mas de competencia y conflictos entre usos, entre otros aspectos (Stehr et al., 2019).
Cuando la provisión de agua no es suficiente para satisfacer las necesidades
podemos decir que hay inseguridad, escasez o brecha hídrica. Es importante dejar cla-
ro que esta brecha hídrica puede ser una brecha actual en términos de necesidades
existentes. Pero también esta brecha puede ser la manifestación de una necesidad no
existente aún, ya que se manifiesta una vez que aumenta la posibilidad de acceder
a nuevas fuentes de agua. La expansión del uso del territorio (para actividades agrí-
colas o desarrollo urbano) puede generar esta brecha hídrica. Si esta expansión no se
desarrolla de manera planificada o no se hace teniendo en cuenta la disponibilidad
real de agua, la brecha hídrica puede que siempre se mantenga (ver Capítulo 4
y Capítulo 11).
Para cerrar esta presentación conceptual es importante reconocer que la escasez
hídrica es un concepto dinámico, que surge cuando no hay congruencia entre la
demanda de agua para algún uso (productivo, de subsistencia o ambiental) y la ca-
pacidad del sistema para satisfacer esa demanda. Es por esta razón que podemos
tener escasez hídrica en zonas del sur de Chile, donde la precipitación es relativamente
abundante pero aún así el agua disponible no es capaz satisfacer las necesidades, por
ejemplo por falta de infraestructura que permita el acceso a agua.
NECESIDAD DE AGUA
INSTITUCIONES / GOBERNANZA
PROVISIÓN DE AGUA
ECOSISTEMAS TERRESTRES
VARIABILIDAD Y CAMBIO
CLIMÁTICO (PRECIPITACIÓN
Y TEMPERATURA)
INFRAESTRUCTURA
Figura 2.2.
Diversidad en las condiciones meteorológicas e hidrológicas en Chile obtenidos a través
de estaciones de monitoreo. (a) Escorrentía superficial media anual (b) Precipitación me-
dia anual (c) Temperatura medía diaria (d) Evapotranspiración potencial media anual (e)
Equivalente de agua máximo promedio anual.
Fuente: Álvarez-Garretón et al. (2018).
Por otra parte, existen antecedentes que dan cuenta que estas condiciones están
cambiando. Por ejemplo en la zona centro y centro sur de Chile (30°- 41°S), durante
los últimos 10 años y dependiendo de la localidad se ha registrado una reducción im-
portante en la precipitación y consecuentemente en los caudales en ríos en esta zona
del país. Esta situación ha sido descrita por distintos autores (Garreaud, et. al., 2020;
DGA 2021; Álvarez-Garretón et al., 2021). La Figura 2.3, tomada de Álvarez-Garretón
et al. (2021) nos presenta una buena síntesis de la situación, en esta se muestra las
anomalías de precipitación, y flujo superficial de agua en cuencas ubicadas entre los
31° y 40°S, durante las últimas 3 décadas.
Figura 2.3.
Anomalías anuales
relativas de la pre-
cipitación (a) y del
caudal (b) a escala
de la cuenca.
Fuente: Álvarez-
Garretón et al.
(2021).
Figura 2.4.
Tendencia de olas
de calor por década
para los meses
comprendidos
entre noviembre
y marzo durante
el periodo 1980-
2020.
Fuente: González-
Reyes, et al. (en
revisión).
Estos cambios recientes han sido descritos como una manifestación temprana del
impacto del cambio climático cuyos efectos se esperan acentúan estas tendencias
especialmente en la zona central del país. La Figura 2.5 muestra los cambios en preci-
pitación, temperatura media del aire y evapotranspiración potencial total esperados
para un escenario a finales de siglo con alto nivel de emisiones. Producto de estos
cambios, se espera un desplazamiento de las zonas áridas y semiáridas en Chile
desde el norte al centro del país tal como se presenta en la Figura 2.6 (CCG, 2022).
Estos cambios implican una disminución en la disponibilidad de recursos hídricos tal
como se presenta en la Figura 2.7 (Stehr et al., 2019).
Figura 2.5.
Cambios esperados
en precipitación,
temperatura y
evapotranspiración
media anual com-
paración periodo
2080-2100-para
escenario SSP5-8.5.
Fuente: CCG (2022).
Figura 2.6.
Zonas áridas y
semiáridas en Chile
períodos
1986 - 2005 y
2081- 2100.
Fuente: CCG (2022).
Figura 2.7.
Cambios promedio
en precipitación,
evapotranspiración
y escorrentía entre
1985-2015
y 2030-2060.
Corregido por la
demanda de riego.
Fuente: Stehr et al.
(2019)
150
100
50
0
0 50 100 150 200 250 300 350 400
Escorrentía (mm/año)
Nota: La línea celeste representa los casos en los que la demanda es igual a la escorrentía y la
línea roja, los casos en que la demanda es el 40% de la escorrentía.
Tabla 2.1.
Macrozona Nombre cuenca Estado Situación de las
Norte Río San José Demanda supera escorrentía cuencas analizadas
en Marquet et
Pampa del Tamarugal Demanda supera el 40% de la escorrentía al. (2021).
Fuente: Marquet et
Río Loa Demanda supera el 40% de la escorrentía
al. (2021).
Centro-Norte Río Copiapó Demanda supera el 40% de la escorrentía
Figura 2.9.
Situación de las
cuencas analizadas
en Escenarios
Hídricos 2030
(2018)
Fuente: Escenarios
Hídricos 2030
(2018).
Nota: Río La Ligua y Río los Choros poseen un consumo mayor a la oferta referencial de la
cuenca al superar el umbral del 100%
Para tener una idea más clara de cómo es la situación hídrica a nivel comunal, se
realizó un procedimiento similar al empleado en Marquet et al. (2021), para hacer
una comparación entre la disponibilidad de agua y la necesidad de este recurso para
todas las comunas de Chile continental. Para el caso de la demanda hídrica hay al-
gunas diferencias, la primera es que el dato de la demanda agrícola se extrajo de la
misma fuente de la que se extrajo la escorrentía y flujo base (oferta), la cual es mayor
que en Marquet et al. (2021), pero sigue estando en una escala equivalente. Para el
caso del agua potable urbana, los datos tienen el mismo origen, pero actualizados a
la fecha. Tanto para el caso de la demanda de agua potable rural y agua para minería
se aplicó el mismo procedimiento, el cual consiste en dividir los consumos de cada
subcuenca identificados en el estudio de demanda DGA (2017) en función del área que
ocupa cada consumo, para luego hacer una sumatoria de éstos a escala de comuna.
Los resultados se pueden observar en la Figura 2.10, donde en el cuadro A se pueden
ver la totalidad de las comunas analizadas, en el cuadro B las comunas desde la región
de Arica y Parinacota hasta la región de Atacama, y en el cuadro C las comunas desde
la región de Coquimbo hasta la región de O’Higgins. Como se puede observar en la
figura, las zonas con un alto nivel de escasez hídrica corresponden a la zona centro y
norte del país. En el caso de la zona norte, el consumo de agua por parte de la industria
minera hace que la demanda de este recurso sea especialmente alta. Por su parte, las
regiones de la zona centro del país, al concentrar una gran parte de la población, pre-
sentan un elevado consumo de agua potable urbana y agua destinada a la agricultura.
Producto de la alta disponibilidad hídrica de las comunas desde la región del Biobío
hasta la región de Magallanes, tanto en forma de escorrentía como flujo base, ellas no
presentan una demanda de agua por sobre el límite del 40% de la disponibilidad de
este recurso.
Cabe destacar que estos análisis son a nivel comunal, por lo cual no toman en cuen-
ta ni detectan problemas de acceso a agua que pudiesen tener localidades especí-
ficas (especialmente a nivel rural) dentro de una comuna. Una revisión detallada de
la situación del acceso a agua potable para comunidades rurales se puede encontrar
en Fundación Amulen (2019). A modo de ejemplo, una comunidad puede pertenecer
a una comuna que presente un superávit hídrico, pero no tener acceso a agua potable
urbana o rural por la ausencia de empresas sanitarias o arranques de APR en la zona
(Chacón, 2021).
Figura 2.10.
Escasez hídrica
a nivel comunal.
Fuente: Elaboración
propia.
mente, todo traslado de un derecho de aguas permitirá aplicar la exigencia del caudal
mínimo ecológico. La reforma mantiene el mercado de las aguas (con obligación de
informar a la autoridad en caso de cambios de uso) y mantiene a la Dirección General
de Aguas como la encargada de planificar el uso de las aguas en cada cuenca.
En segundo lugar, la ley Marco de Cambio Climático crea los Planes Estratégicos
de recursos hídricos en cada cuenca, aunque ellos ya estaban siendo elaborados por
la Dirección General de Aguas (DGA). La ley introduce muchísimas mejoras en las
exigencias de estos planes (Delgado, Stehr y Sánchez, 2022). Uno de los puntos
importantes de estos planes es que se deberá proponer alternativas, en cada cuenca,
sobre nuevas fuentes de agua, priorizando las soluciones basadas en la naturaleza.
Finalmente, esta ley obliga a considerar la variable cambio climático en dos instru-
mentos de gestión importantes: primero, se deberá considerar “la variable de cambio
climático” en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), lo que ocurrirá a
partir de 2023, cuando se apruebe el Reglamento que realice los cambios. Y segundo,
se deberán incluir “consideraciones ambientales del desarrollo sustentable relativas
a la mitigación y adaptación al cambio climático” en la evaluación ambiental estra-
tégica (EAE) a la que se sometan las actualizaciones de los instrumentos de planifica-
ción y los nuevos instrumentos de ordenamiento territorial (PROT).
Finalmente, el contexto actual y que se vislumbra a futuro, en consecuencia,
permite suponer que tanto sistemas rurales o semi-rurales, como aquellos ubica-
dos en cuencas costeras sin un respaldo hidrológico mayor (a diferencia de muchas
cuencas andinas), verán incrementada su escasez. La cercanía de estos sistemas con
una fuente aparentemente ilimitada de agua, como lo es el océano, motiva que la
tecnología de desalinización deba ser analizada rigurosamente como alternativa para
complementar la disponibilidad hídrica en estos sistemas. Aspectos tecnológicos,
financieros, y ambientales, sinergias con otras industrias, son dimensiones que deben
ser abordadas detalladamente. Estos son aspectos que son tratados en las siguientes
secciones de este informe.
3.1 INTRODUCCIÓN
La RAE define desalar como “quitar la sal a algo, como a la cecina, al pescado
salado”, mientras que desalinizar aparece como “quitar la sal del agua del mar o de las
aguas salobres, para hacerlas potables o útiles para otros fines”, por lo que se puede
decir que entre ambos conceptos existe una relación de género y especie. Sin embargo,
en el uso cotidiano, ambos conceptos se utilizan indistintamente. En este informe se
utilizará el concepto de desalinización de manera preferente.
De esta manera, se entiende la desalinización como el proceso por el cual el
agua de mar (o agua salobre) disminuye su concentración de sales o se separa de
éstas, hasta convertirse en agua dulce, apta para el consumo de agua potable y
otros usos domésticos.
El agua de mar contiene alrededor de 35 g/L de iones disueltos en total donde los
cloruros representan 18 g/L (cifras que pueden cambiar dependiendo del océano o
mar). Técnicamente, para que el agua dulce sea potable en Chile, debe tener menos
de 0,4 g/L de cloruros, según dispone la Norma Chilena NCh409/1.Of.2005, 19 que
establece los requisitos de calidad que debe cumplir el agua potable en todo el
territorio nacional6.
En este capítulo se presenta la tecnología de desalinización. Primero se presenta la
historia del desarrollo de esta tecnología. Posteriormente se presentan detalles del
proceso y finalmente el nivel de desarrollo que ha tenido la tecnología en Chile.
6 Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha establecido ciertos requisitos para la
potabilidad del agua en sus diversas guías (OMS, 2018). Estos temas son tratados en el Capítulo 8.
Desde tiempos inmemoriales los seres humanos han soñado y diseñado meca-
nismos para desalinizar el agua de mar7. Desde la Antigua Grecia, en Persia, Egipto,
el Imperio Islámico, durante la Edad Media y el Renacimiento en Europa numerosos
autores estudiaron la desalinización y la tecnología asociada a ésta (Birkett, 1984;
García, 2015; Fundación Aquae, 2021). Con la expansión colonial de las potencias
europeas, el incremento de la navegación a grandes distancias y el posterior per-
feccionamiento de la máquina de vapor, el estudio de los métodos de desalinización
por destilación cobró relevancia económica y política. (Birkett, 1984; García, 2015;
Fundación Aquae, 2021; Rognoni, 2021). Así, la primera tecnología de desalinización
industrial fue la destilación flash única, que dio origen a la actual destilación flash
multietapa (MSF, por sus siglas en inglés).
Chile fue pionero en la desalinización por destilación a gran escala: la primera
planta desalinizadora de escala industrial que comúnmente mencionan los histo-
riadores fue construida en Antofagasta, en 1872, obra del ingeniero sueco Charles
Wilson, con el objeto de abastecer a la empresa Salitrera Las Salinas (sobre la cual
se construiría la oficina Chacabuco) sin emplear carbón. Según el propio Wilson, el
uso de energía solar en esta planta permitió ahorrar unas 16 mil toneladas de carbón
en once años (Aguas Antofagasta, 2020). La planta funcionó hasta 1907, año en que
comenzaron a operar las primeras cañerías con agua proveniente de la Cordillera de
los Andes (Maino Prado & Recabarren Rojas, 2011). Arellano Escudero (2019) reporta
que al menos tres proyectos de desalinización industrial se llevaron a cabo en el
Desierto de Atacama en estos años.
Como consecuencia de los bajos precios de los combustibles fósiles en buena parte
del siglo pasado, la tecnología de desalinización se orientó hacia la evaporación y
condensación, sobre todo MSF y destilación multiefectos (MED). Las principales plan-
tas se ubicaron primero en Medio Oriente y su operación requería grandes cantidades
de energía. En las décadas posteriores a las crisis petroleras de la década de 1970, el
interés por el método de ósmosis inversa (RO, por sus siglas en inglés) cobra fuerza.
Nuevos materiales poliméricos, sistemas de bombeo con recuperación de energía,
sistemas inteligentes de control de proceso, contribuyen a extender la vida útil de la
membrana y a reducir los costos energéticos (Saavedra Fenoglio, 2015; Amio Water
Treatment Ltd, 2022). Según las estadísticas, en el último año (2021) la capacidad
instalada total se basó esencialmente en tres tecnologías: RO (68,7%), MSF (17,6%) y
MED (6,9%), mientras que las otras tecnologías tuvieron un papel secundario (6,8%).
Por otro lado, hay plantas desalinizadoras instaladas en todo el mundo, pero la mayor
parte se concentran en Oriente Medio y en el norte de África (47,5% de la capacidad
mundial). La principal fuente de agua cruda está representada por el agua de mar
(70,5% de la capacidad mundial) (Curto et al., 2021).
7 En el Anexo 2, se pueden consultar mayores detalles sobre la historia de los procesos de desalinización.
En la Figura 3.1 se muestra una línea de tiempo que muestra la evolución de la des-
alinización desde el siglo XVIII. La Figura 3.2 muestra el crecimiento exponencial de
la capacidad de desalinización que ha ocurrido en las últimas décadas. En el recuadro
superior se aprecia la importancia y dominancia de RO en el siglo XXI.
Figura 3.1.
SIGLO XVIII
SIGLO XX Línea de tiempo de
Desalinización evaporativa
Desalinización SIGLO XXI las tecnologías de
asociada a la máquina de
evaporativa en el Ósmosis inversa desalinización.
vapor en el sector militar.
sector civil Fuente: Curto et al.
(2021)
Figura 3.2.
Capacidad instalada
y plantas operativas
de desalinización
a nivel mundial,
con recuadro según
tecnología.
Fuente: Jones et al.
(2019)
Una planta desalinizadora incluye diferentes etapas para obtener agua dulce, desde
la impulsión de agua hasta la descarga de residuos, entre las que destaca la unidad
de desalinización que es el componente principal desde el punto de vista energético.
Una planta de desalinización normalmente incluye:
Figura 3.3.
Diagrama de las
principales etapas
del proceso de
desalinización.
Fuente: Elaboración
propia.
Una adecuada selección del sitio y diseño de la toma de entrada son cruciales
para asegurar una alimentación de agua constante y de calidad homogénea. Entre
las recomendaciones para la selección del emplazamiento es imperativo considerar
hábitats y ecosistemas, analizando especialmente la biodiversidad o productividad de
eventuales especies sensibles, así como una evaluación de la proximidad de las redes
de distribución de agua y de la fuente de agua usada para desalinizar (Ihsanullah et
al., 2021). Como el diseño de la toma de entrada depende en buena medida del sitio
seleccionado, esta parte del proceso puede llegar a representar hasta el 35% del costo
de un proyecto (Pankratz, 2015).
Las tomas de alimentación se pueden clasificar en tomas de superficie –las más
comunes, de mayor capacidad y menor costo, ubicadas sobre el fondo marino– y tomas
subsuperficiales –principalmente pozos costeros y galerías de infiltración que suelen
tener mayor costo de construcción y operación (Mackey et al., 2011; Pankratz, 2015;
Dehwah y Missimer, 2016; Pulido-Bosch et al., 2019; Elsaid et al., 2020).
Figura 3.4.
Comparación entre
toma de entrada
de superficie y
toma de entrada
subsuperficial.
Fuente: Pulido-
Bosch et al. (2019).
TOMAS DE SUPERFICIE
Figura 3.5.
Equipos de cribado:
tambor rotatorio
con malla y sistema
mecánico de
limpieza (izq.), y
malla barril pasiva
(der.).
Fuente: Hubbert
Water Treatment
Installations
y Underwater
Construction
Corporation.
La apertura de las mallas utilizadas va desde 0,5 hasta 9,5 mm. Las redes de 0,5 a 5
mm se conocen como malla fina (fine mesh) y son efectivas para mitigar el arrastre
de huevos, larvas y peces juveniles, aunque requieren un mantenimiento constante
debido a que retienen una gran cantidad de escombros y organismos marinos. Por
otro lado, las mallas Ristroph constituyen una sofisticación de dicho sistema. En ellas,
la banda móvil tiene aparejados una serie de recipientes en los cuales se recolectan
peces y otras especies, los cuales son rociados con agua a baja presión antes de re-
mover los demás materiales con agua a alta presión. Estos dispositivos son eficaces en
reducir la mortalidad de los organismos capturados por atrapamiento pero no tienen
mayor efecto sobre el arrastre de organismos más pequeños (Pankratz, 2015).
Un enfoque diferente a los anteriores es la utilización de mallas inmóviles o pasivas
–también llamadas mallas barril, mallas cilíndricas de alambre o mallas T– ubicadas en
la toma de entrada (ver Figura 3.5). Estas mallas son complementadas con un sistema
de limpieza que emplea una descarga de aire a presión para liberar la acumulación de
materiales en la malla. Estos equipos se pueden colocar tanto en tomas en mar abierto
como en canales en tierra. El requisito fundamental es que exista una corriente de
agua a baja velocidad (< 0.15 m/s) pasando transversalmente a través de la malla. Al
accionar el sistema de aire comprimido, la corriente desaloja los materiales liberados
sin intervención manual. Dada la velocidad de entrada y el diseño de las mallas, estos
equipos son efectivos para reducir atrapamientos y arrastre (Missimer et al., 2015).
Las tomas subsuperficiales se utilizan para extraer agua salada por debajo de la
zona de interfase agua dulce-agua marina o agua salobre desde las cotas hidráulicas
correspondientes a cada acuífero, ya sea a través de pozos verticales, horizontales o
en ángulo, galerías o sistemas de infiltración. Con frecuencia se emplean para extraer
agua salobre de acuíferos cercanos a la costa. Como existe un medio geológico entre
la toma de alimentación y el océano, estas tomas eliminan virtualmente la posibili-
dad de atrapamiento y arrastre. Además permiten obtener una alimentación de agua
constante y de calidad homogénea que permite reducir e incluso eliminar el extenso
pretratamiento que se requiere en algunas plantas. Estudios han mostrado que la uti-
lización de tomas subsuperficiales reduce el impacto ambiental (Elsaid et al., 2020a),
cuantificando reducciones de hasta un 31% en la carga ambiental del análisis del ciclo
de vida (LCA) (Shahabi et al., 2015). Las principales mejoras se deben al proceso natural
de filtración que incluye una reducción de hasta el 95 % de la turbidez por ejemplo
(Sola et al., 2013). También se reducen notablemente otros parámetros (el Carbono
Orgánico Total-TOC se reduce de media un 60 % y el Oxígeno Disuelto-OD un 80 %),
debido a la actividad bacteriana en el acuífero.
Aunque normalmente se utilizan en plantas pequeñas, recientemente se han
desarrollado tomas de este tipo para plantas medianas y grandes. Elsaid et al. (2020)
mencionan un estudio en el que se compara una toma superficial con un pozo para
alimentar una planta de 35.000 m3/d (~400 l/s), obteniendo ventajas en términos ener-
géticos y en el pretratamiento. Además, se han desarrollado galerías de infiltración
para plantas medianas y grandes. Como las galerías de infiltración son poco profundas
y abarcan una superficie extensa, su principal impacto ambiental está asociado con la
extensión de tierra necesaria para su construcción. Por ejemplo, una planta de 37.850
m3/d (440 l/s) con 50% de recuperación, requiere un área de 1,7 ha (Elsaid et al., 2020).
Finalmente, siempre es necesario considerar el efecto de estas tomas en acuíferos
cercanos (Mackey et al., 2011; Pankratz, 2015), y en su caso, planear cuidadosamente
un posible escalamiento o ampliación de la planta.
3.3.2 PRETRATAMIENTO
8 En los sistemas de agua potable se denomina el agua cruda o agua bruta como aquella que no
ha recibido ningún tratamiento y que no ha sido aún introducida en la red de distribución
Figura 3.6.
TECNOLOGÍAS DE
DESALINIZACIÓN Tecnologías de
desalinización
por principio de
funcionamiento.
EVAPORACIÓN Y
Las siglas
CONDENSACIÓN
FILTRACIÓN CRISTALIZACIÓN corresponden a los
nombres en inglés.
Fuente: Adaptada de
Proceso Proceso Congelación
mecánico térmico
Ósmosis Inversa Destilación por
de refrigerante
Curto et al. (2021)
(RO) membrana (MD)
secundario (SRF)
Compresión
Destilación Destilación solar Ósmosis forzada Electro-dialysis
mecánica de vapor Hidratación (HY)
multiefecto (MED) (SSD) (FO) (ED)
(MVC)
Humidificación
Destilación Nanofiltración Desionización
Dehumidificación
multietapa (MSF) (NF) capacitiva (CDI)
(HDH)
Compresión Resina de
Chimenea
térmica de vapor intercambio iónico
Solar (SC)
(TVC) (IXR)
9 Ver Capítulo 4 y 9 para mayor información respecto del consumo de energía en plantas de desalinización.
Tabla 3.1.
Tecnología Ventajas Desventajas Estatus Ventajas y desven-
MED Alta calidad del agua Incrustamiento en tuberías Comercial tajas de principales
Bajo consumo de energía tecnologías de
MSF Operaciones de mantenimiento Alta demanda de energía Comercial desalinización.
para remover escalamiento son Alta inversión
más simples que en MED Problemas de corrosión
Alta calidad del agua Inicio lento
Alta capacidad La planta entera se detiene
para mantenimiento
MVC Alta calidad del agua Baja capacidad de Comercial
Bajo consumo de energía producción
TECNOLOGÍAS DE
DESALINIZACIÓN
Destilación Congelación
Ósmosis Hidratación Desionización
multietapa de refrigerante
forzada (FO) (HY) capacitiva (CDI)
(MSF) secundario (SRF)
Con este objetivo, las fuentes de energía renovables se pueden clasificar en las
siguientes categorías, de acuerdo con la energía que se puede producir:
• Productores de electricidad, como la eólica, hidráulica, mareomotriz
y undimotriz.
• Productores de energía térmica y eléctrica, como solar, geotérmica y biomasa.
Combinando las tecnologías para la utilización de fuentes de energía renovables y
la desalinización, se obtiene la Figura 3.6.
Figura 3.9. Posibles acoplamientos entre tecnologías de desalinización y fuentes de energía renovable
Fuente: Curto et al. (2021).
ENERGÍAS
RENOVABLES
Resina de Humidificación
Electro- Ósmosis
intercambio iónico Dehumidificación
dialysis (ED) forzada (FO)
(IXR) (HDH)
Congelación
Desionización Destilación por Destilación solar
de refrigerante
capacitiva (CDI) membrana (MD) (SSD)
secundario (SRF)
De acuerdo con Panagopoulos et al. (2019) los métodos para descarga y tratamiento
de efluentes provenientes de plantas de desalinización se pueden clasificar en: des-
carga superficial directa, descarga a drenaje, inyección en pozo profundo, estanques
de evaporación, aplicación en tierra y sistemas de descarga líquida cero o zero liquid
discharge (ZLD). La concentración de sales y metales trazas en el sitio de descarga
dependerá de la eficiencia del proceso de desalinización (concentración de sales y
otros en la salmuera), del volumen descargado y del diseño bien ejecutado.
La elección del método más apropiado para un proyecto depende de factores como:
volumen, calidad y composición del efluente, la geografía del sitio de descarga, las
regulaciones ambientales vigentes, la aceptación pública, y proyectos de ampliaciones
futuras. Cuando los métodos elegidos no son apropiados, especies comercialmente
importantes, que no son bentónicas costeras, también pueden ser afectadas por la
Tabla 3.2.
Opciones Ventajas Desventajas Ventajas y
Estanque de − Posibilidad de recuperación de − Alto costo de capital desventajas
evaporación sales. y operación. de opciones de
− Adecuado para instalaciones − Necesita una gran área disposición de la
interiores y costeras. en terreno. salmuera
− No hay efectos marinos. − Requiere energía intensiva. Adaptado de Valdés
− Fácil de construir, − Baja productividad. et al. (2021).
implementar y requiere poca − Necesita control de erosión, filtración,
mantención. y gestión de vida silvestre.
− Escasos esfuerzos − Problemas al desbordarse.
tecnológicos y de gestión.
Descarga en − Bajo costo. − Requiere programas de monitoreo y
la superficie − Operación simple. planificación
del agua − Se pueden trabajar con de las aguas receptoras.
grandes volúmenes. − Capacidades limitadas de asimilación
− Alta razón de dilución en el natural que causan impactos adversos
cuerpo de agua, pero ella en el medio marino si se sobrepasan.
depende de las condiciones − La dilución depende de las condiciones
hidrodinámicas locales. hidrodinámicas locales.
Cristalización − Recuperación de sales y − Se requiere un sistema de
- descarga minerales. almacenamiento y distribución.
cero líquido − No hay disposición de desecho − Alto consumo de energía.
líquido. − Producción de desecho sólido
− Evita un proceso largo y precipitado.
tedioso de autorización. − Alto costo de capital y operación.
− No hay impacto marino. − Se requiere mayor desarrollo
− Tecnología disponible. tecnológico para reducir el uso
de energía.
La aplicación en tierra consiste en rociar salmuera en zonas con pastos y otras ha-
lófitas –plantas tolerantes a salinidades de 2000 mg/L– que pueden usarse en parques
y jardines. Este método se emplea para bajos volúmenes de salmuera –normalmente
proveniente de agua salobre– y depende de las condiciones de precipitación del lugar,
la disponibilidad de tierra y la existencia de acuíferos de agua dulce cercanos.
Finalmente, la preocupación pública por los efectos de la salmuera y la adopción
de estándares ambientales más altos han motivado el desarrollo de métodos que
puedan reducir la salmuera al mínimo, incrementar la recuperación de agua con el me-
nor impacto ambiental, y recuperar sales con valor comercial (Zarzo, 2018; Missimer
& Maliva, 2018; Jenkins et al., 2012). Por ejemplo, la salmuera de rechazo del proceso
RO es agua altamente concentrada en sales (68% más concentrada que el agua de
mar) como cloruro de sodio, sulfatos, bicarbonatos y carbonatos de calcio-magnesio-
potasio, y concentraciones no despreciables de elementos como estroncio y bario,
todo ellos con valor comercial o utilidad industrial (Zarzo, 2018; Jenkins et al., 2012;
Ahmad & Baddour, 2014; Lee et al., 2019). El uso de esta salmuera estaría promoviendo
el concepto de valorización de los residuos en un contexto de economía circular.
En respuesta a las tendencias antes descritas, uno de los enfoques más interesantes
es la llamada descarga cero líquido o “Zero Liquid Discharge” (ZLD), para lo cual existe
un compendio de técnicas de tratamiento que tienen como objetivo fundamental op-
timizar la recuperación del agua y de recursos sólidos desde líquidos concentrados
de desecho como las salmueras RO (Drioli et al., 2015; Lu et al., 2019; Muhammad
Yaqub & Lee, 2019; Onishi et al., 2018; Tong & Elimelech, 2016; Chung et al., 2017;
Balcik-Canbolat et al., 2018; Panagopoulos et al., 2019). Muchos de estos procesos
se han usado en el área de tratamiento de aguas concentradas y/o contaminadas de
diversas industrias como el petróleo, shale gas, aguas residuales y la desalinización
(Lu et al., 2019; Muhammad Yaqub & Lee, 2019; Onishi et al., 2018; Tong & Elimelech,
2016). Existen algunos procesos ZLD convencionales con alto grado de desarrollo
en la industria; mientras que otros poseen sólo desarrollos emergentes o incluso se
encuentran en etapa de investigación, con ventajas y desventajas asociadas (Drioli
et al., 2015; Lu et al., 2019; Muhammad Yaqub & Lee, 2019; Onishi et al., 2018; Tong &
Elimelech, 2016; Valdés et al., 2021).
Los sistemas ZLD para tratamiento de salmuera consisten en combinaciones de tec-
nologías de membrana y tecnologías térmicas que típicamente contemplan tres fases:
preconcentración mediante membranas de alta presión, evaporación mediante tecno-
logías térmicas e híbridas, y cristalización (ver Figura 3.7). Es importante señalar que el
manejo de los residuos sólidos de los sistemas ZLD debe ser adecuadamente planeado
y gestionado.
Nota: Abreviaturas de la figura: RO - ósmosis inversa; HPRO - ósmosis inversa de alta presión; FO - ósmosis forzada; OARO - ósmosis
inversa asistida osmóticamente; MD - destilación con membrana; ED - electrodiálisis; EDR - electrodiálisis reversible; EDM
- electrodiálisis con metátesis; BC - concentrador de salmuera; MSF - flash multietapa; MED - destilación multietapa; WAIV -
evaporación intensificada asistida por viento; MCr - cristalización por membrana; BCr - cristalizador de salmuera; EFC - cristalización
por congelación eutética; SD - secador por atomización; TDS - sólidos disueltos totales; SEC - consumo específico de energía.
La franja noroeste de América del Sur, entre Ecuador y Chile, recorre algunos de los
lugares más secos del planeta, y a la vez, ha sido una zona de relevancia económica
internacional desde el siglo XIX. No es extraño, por tanto, que esta zona haya tenido
importancia en la historia de la desalinización a nivel mundial. Según Gabrielli (2013),
mientras Inglaterra, Francia y Alemania fueron los pioneros en el desarrollo de la
tecnología de la desalinización moderna, Perú, Bolivia y Chile fueron los pioneros en
la aplicación de ésta.
Los primeros reportes sobre instalación de equipo de desalinización en esta zona,
alrededor de 1858, se dan en el contexto de la explotación del guano en islas sin fuentes
de agua dulce. Dada la escasez de agua en el continente, la desalinización de agua de
mar en las islas de guano fue la opción más viable. Por otro lado, el desarrollo de puer-
tos como Cobija, Mejillones, Tocopilla y Antofagasta –donde se concentraban guano,
minerales y productos de comercio local– requirió el uso de máquinas de destilación
–también conocidas como resacadoras– como complemento a fuentes de agua loca-
les y barcos cisterna para abastecer la creciente población y su actividad económica.
Los habitantes de estos poblados hacían largas filas en las plantas de desalinización
cerca de la playa y existía un servicio de entrega de agua basado en tracción animal
(Maino Prado y Recabarren Rojas, 2011; Gabrielli, 2013). También existen registros so-
bre actividades de desalinización de agua salobre en áreas cercanas a las instalaciones
de ferrocarril, además de la notable planta de desalinización de la Salitrera Las Salinas,
mencionada en la sección 3.2. Tras el Gran Tsunami y la Guerra del Pacífico, en 1892,
entró en operación la primera cañería para traer agua de los Andes hasta la costa (Mai-
no Prado y Recabarren Rojas, 2011; Gabrielli, 2013).
10 Mina Algorta, Planta J.A. Moreno, Pampa Camarones, Tente en el Aire y Pampa Blanca.
11 SCM Bullmine (150 l/s), APR Carolina de Michilla (0.8 l/s) y APR de Quintay (5,5 l/s).
12 Planta Prillex América (8,5 l/s) y Planta de Procesamiento de Molibdeno en Mejillones (1.7 l/s).
13 No se incluye proyecto Desala en la región de O’Higgins de 3.000 l/s por estar aún en etapa muy temprana.
14 Sin embargo, es importante mencionar que no fue posible recopilar antecedentes sobre todas las
termoeléctricas en el país.
Tabla 3.3.
Región Capacidad actual Capacidad futura Capacidad de
desalinización
l/s % N l/s % N actual y futura.
Fuente: Elaboración
Operativas 8.558 100 38 38.766 100 76
propia a partir de la
base de datos del
Tarapacá 13 0,1 1 2.067 5,3 4
presente informe.
Arica 208 2,4 1 408 1,1 2
Nota: capacidad
futura incluye actual
Antofagasta 6.603 77,1 25 19.591 50,5 32 más ampliaciones y
proyectos.
Atacama 1.620 19,0 4 9.177 23,7 14
Sin información 2 2
Proyecto suspendido 11
o fusionado
Total 48 97
15 https://cramsa.cl/proyecto/
En la Figura 3.11, se presenta el mapa con las instalaciones en operación y los pro-
yectos en curso a lo largo del país. La dominancia de las regiones de Antofagasta y
Atacama se explica en buena medida por la actividad minera que se realiza en la zona.
El detalle de la distribución espacial de proyectos en operación y planificados se pre-
senta en la Tabla 3.4.
Figura 3.11.
Plantas y proyectos
de desalinización
en Chile.
Fuente: Elaboración
propia con base
en información de
diversas fuentes
(ver Anexo 4);
ubicación geográfica
referencial según
coordenadas del
SEIA.
Nota: La ubicación
geográfica corres-
ponde a los proyec-
tos evaluados por el
Servicio de Evaluación
Ambiental. Estos
proyectos pueden
tratarse de faenas mi-
neras, subestaciones
eléctricas, emisarios
submarinos, amplia-
ción o modificación de
infraestructura, entre
otros. Las coordenadas
no necesariamente
representan la ubica-
ción de la unidad de
desalinización, de la
toma de entrada, ni de
la tubería de descarga
de efluentes.
existen tres proyectos de más de 1.400 l/s cada uno. Con estos proyectos, el sector
pasaría de contar con una planta de 70 l/s actualmente, a tener una capacidad de más
de 5.200 l/s, es decir unas 75 veces su capacidad operativa actual. En consecuencia, a
pesar de que la minería en Antofagasta ha sido la actividad dominante en el contexto
de desalinización, dicho escenario puede cambiar en los próximos años.
Tabla 3.4.
Uso por región Capacidad actual Capacidad futura Capacidad de
desalinización
l/s % N l/s % N actual y futura por
uso final y región.
Minería 6.137 71,9 11 13.347 34,4 22
Fuente: Elaboración
Tarapacá 1 2.067 5,3 4 propia a partir de la
base de datos del
Antofagasta 5.037 59,0 8 8.233 21,3 11 presente informe.
4.2.1 AUSTRALIA
La “sequía del milenio” (2000-2011) provocó en Australia una intensa inyección de
fondos fiscales para producir agua de diferentes formas, entre las cuales se encuentran
las plantas desalinizadoras. Se construyeron varias plantas grandes cerca de las princi-
pales ciudades del país (Melbourne, Sydney, Perth, Adelaide, Gold Coast/Brisbane), con
capacidades entre 45 y 100 Mm3/año, equivalente a 16% - 50% de la demanda en cada
localidad, utilizando predominantemente osmosis inversa (Radcliffe & Page, 2020).
Con el fin de la “sequía del milenio” vino un cambio en la mentalidad con respecto
al agua, pasando de agua a cualquier costo a agua eficiente en términos económicos.
Y con esto, algunas plantas dejaron de usarse temporalmente, al menos hasta que las
sequías consiguientes las volvieron a hacer atractivas.
• Gold Coast/Brisbane se mantiene en ‘hot standby’, lista para entrar en operación
33% capacidad en 24 horas y máxima producción en 72 horas. Se usa como res-
paldo cuando otras instalaciones están en mantenimiento periódico, en casos de
sequía (entre septiembre de 2020 y noviembre del 2021) y en casos de emergen-
cia (Ciclón Ostwald 2013).
• Sydney, se estableció que operaría cuando la reserva de agua sea menor al 60%
y deja de operar cuando dicha reserva sea mayor al 70%. En enero de 2019 entró
a operar nuevamente y en enero 2020 el gobierno anunció que planea duplicar la
capacidad productiva de la planta (Smith, 2022; Sydney Water, 2022).
• Perth, reconociendo la sequía como el comienzo del nuevo normal, ha continuado
operando sus plantas desalinizadoras. Entre 35% y 40% del agua usada proviene
de la desalinización. La primera planta fue construida en 2006, segunda 2011,
tercera planta en evaluación ambiental (Water Corporation, 2022).
• Melbourne, la planta permanece operativa y ha entregado cerca del 25% del agua
de la ciudad entre 2016 y 2022. Producción variable de acuerdo con las precipita-
ciones y capacidad de reserva de las represas (Victoria State Government, 2022).
Australia es un país grande y con diversas condiciones climáticas. La evidencia indica
que las ciudades localizadas en lugares que han sido más marcados por disminución/
cambio en las precipitaciones han continuado utilizando, y ampliando, su capacidad
de desalinización.
4.2.2 ISRAEL
Israel está localizado en una zona desértica y tiene una población que crece cons-
tantemente. Las precipitaciones además están variando y las proyecciones indican
que a futuro podrían disminuir aún más.
Los planes para potenciar el acceso al agua del país mediante la desalinización co-
menzaron en el año 2000. Hoy el país cuenta con 5 grandes plantas cuya capacidad
de producción es de 585 millones m3 anuales (18.550 l/s aproximadamente). Hoy se
encuentran en proyecto 2 plantas más con una capacidad extra de 300 millones m3.
Cuando las 7 plantas estén en operación, se espera que suplan entre 85%-90% del
consumo municipal e industrial del país (Israel Ministry of Finance, 2020). La agricul-
tura utiliza principalmente agua reciclada.
Algunos críticos señalan que en Israel se ha puesto demasiado énfasis en la oferta de
agua, mientras que poco se ha avanzado en cuanto a su demanda (Wieczorek, 2020).
Como la desalinización requiere importantes cantidades de energía para operar y ac-
tualmente la mayor parte de la electricidad israelí proviene de combustibles fósiles, la
producción de agua dulce está ligada a altas emisiones de GEI (Tal, 2018).
Seis años de seguimiento de los vertidos de salmuera han demostrado algunos im-
pactos en la calidad del agua del mar. El exceso máximo de salinidad en la capa salina
osciló entre el 4,3 y el 9,1% sobre la referencia en un área entre 2 km2 -13 km2. La
temperatura del agua de mar aumentó hasta 0,7 °C cerca de los emisores. El aumento
de la concentración de fósforo orgánico fue correlacionado con el exceso de salinidad
(Kress et al., 2020).
4.2.3 ESPAÑA
Hace aproximadamente medio siglo la desalinización tuvo el objetivo de resolver de
manera puntual la escasez en las Islas Canarias para abastecimiento de la población.
Con los avances tecnológicos, de la reducción de costos y del control de su impacto,
hace 15 años ha aumentado la incorporación de la desalinización de manera rápida,
“adoptadas sin el amplio consenso que requieren este tipo de infraestructuras” (Cabrera
et al., 2019).
La madurez tecnológica y el tiempo han propiciado que cada desalinizadora encuen-
tre su lugar y su fin, justificando la inversión efectuada. Sin embargo, hay problemas aún
pendientes de solución en la incorporación de esta nueva fuente de agua en un sistema
que integre todos los recursos, tanto los tradicionales como los nuevos. Ello exige que
los usuarios acepten su sobrecosto como un nuevo “seguro hídrico” que permita garan-
tizar el suministro de agua en todo momento.
La desalinización para la producción de alimentos se limita a cultivos que pueden
permitirse el costo de la desalinización, por ejemplo, los cultivos de invernadero,
frutales y hortalizas. La desalinización es utilizada para un incremento de la oferta hí-
drica que actúa como un “seguro” o rol estabilizador ante situaciones de sequía en el
sureste español. Sus caudales proporcionan un suministro continuo en un contexto de
disminución de la oferta de otras fuentes y se erige como una solución viable frente a
los cuestionados trasvases. Al mismo tiempo, la seguridad hídrica de la desalinización
ha servido de apoyo al turismo.
4.2.4 CALIFORNIA
En California, los proyectos de desalinización están regulados por el State Water
Resources Control Board. California cuenta con 12 plantas desalinizadoras de agua de
mar, todas construidas con anterioridad al 2016. De estas plantas, destaca Carlsbad,
que opera desde el año 2015 con una capacidad de 180.000 m3/día y provee aproxi-
madamente el 8% del agua del Condado de San Diego. El costo de suministro es apro-
ximadamente 2 USD/m3. Su construcción involucró un costo de capital de 1.000 millones
de USD. Existen además 2 proyectos que se encuentran en etapa de autorización.
Adicionalmente existen plantas desalinizadoras de agua salobre. Actualmente se
encuentra en construcción la planta desalinizadora de Antioch, con una capacidad de
6 mgd, que abastecerá aproximadamente un tercio de la demanda de esa ciudad, con
la consiguiente reducción en la compra de agua al Contra Costa County Water District,
su principal fuente en la actualidad.
Es interesante destacar que recientementemente la California Coastal Commission
ha tenido que decidir (con resultados disímiles) sobre el otorgamiento de permiso de
dos proyectos de desalinización de tamaño relevante:
16 https://www.coastal.ca.gov/meetings/agenda/#/2022/5
talación usaría pozos para extraer agua de mar de debajo del fondo del océano.
Este tipo de toma subterránea evita por completo los impactos en la vida marina
durante las operaciones de la instalación. La instalación también “coubicaría” su
descarga con la de una instalación de tratamiento de aguas residuales existente,
lo que reduce sustancialmente los efectos generales que ocurrirían con dos des-
cargas separadas17.
17 https://www.coastal.ca.gov/meetings/agenda/#/2022/10
Así también se puede obtener de manera diferenciada los costos de los diferentes
componentes involucrados en el proceso de desalinización de agua.
Es importante señalar que el análisis de la inclusión de la desalinización como medi-
da de adaptación para tender hacia la seguridad hídrica debería ser evaluada en con-
junto con otras alternativas similares que permitan disponer de un mayor volumen de
agua. En esa dirección el reúso de aguas residuales domiciliarias aparece como una
opción similar. De acuerdo al National Research Council (2012) en un estudio compa-
rado de los costos energéticos entre el reúso de aguas residuales domiciliarias (aguas
residuales municipales), y el uso de agua desalinizada marina, muestra que los costos
energéticos de tratar las aguas residuales varía entre 0,067 y 0,23 US/m3 mientras que
el costo energético de la desalinización sería de 0,82 US/m3, valores que posicionan al
reúso como una opción competitiva a la desalinización, al menos en el ámbito de los
costos energéticos de su producción.
4.4 CONCLUSIONES
La desalinización debería ser considerada como una alternativa más dentro de las
medidas del Plan de Adaptación de Recursos Hídricos (que debe estar aprobado el año
2024), denominadas como nuevas fuentes (reúso de aguas grises o servidas, trasvases
de agua, recolección de aguas lluvia o soluciones basadas en infraestructura verde).
solar fotovoltaica y la eólica a mediana y/o a pequeña escala, para garantizar que se
pueda satisfacer la demanda futura de energía y agua (Faeth y Sovacool, 2014).
En esta sección se presentan las conexiones identificadas entre la industria de la
desalinización y las estrategias de mitigación existentes y futuras en nuestro país. Si
bien la desalinización no corresponde a una opción directa de mitigación, ésta puede
ser analizada desde el punto de vista de una tecnología habilitante a distintas opcio-
nes de mitigación en el marco de nuestra estrategia climática de largo plazo (ECLP)
(Ministerio del Medio Ambiente, Gobierno de Chile, 2021). Esta condición debe ser
considerada en la medida que los desafíos asociados a potenciales impactos de la
desalinización sean abordados (ver Sección B de este informe).
Analizando la tabla de asignaciones de medidas de mitigación de la ECLP (sección
5.3) se identifican las siguientes medidas de mitigación relacionadas:
• Limpieza en sistemas solares (paneles y helióstatos)
• Sector silvoagropecuario
• Uso de hidrógeno en electromovilidad e industria
A continuación, se explican cada una de estas opciones.
18 SUBPESCA, 2021. Desaladoras, internet y reparación de embarcaciones: Gobierno dispone fondo por
más de $1.100 millones para apoyar a pescadores. Disponible en: https://www.subpesca.cl/portal/617/
w3-article-110582.html (acceso 18 noviembre 2022).
19 Este uso se da en países como España y Kuwait, donde utilizan el 22% y 13 % del agua desaliniza-
da para la fertirrigación respectivamente, considerando una capacidad total de desalinización de 1,4
millones de m3/día para España y 1 millón de m3/día para Kuwait. Asimismo, Italia y Bahrein tienen una
capacidad de desalinización de 64.700 m3/día y 620.000 m3/día, pero sólo utilizan una pequeña propor-
ción de agua desalinizada, el 1,5% y el 0,4%, para la agricultura (Suwaileh et al., 2020).
nación por exceso de sales ya sea en la tierra o en océanos. Así como también, está en
concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 1, 2, 7, 10 y 11 (Figura 5.3).
Figura 5.2.
Economía Circular
del uso de agua
producto y residuos
(salmueras) en
un Sistema de
SISTEMA INTEGRADO Recirculación
RECIRCULACIÓN ACUÍPONICO Acuapónico,
considerando los
SISTEMA SOLAR principios de la
FOTOVOLTAICO economía circular.
Fuente: Cornejo-
Ponce et al. (2022)
DESALINIZACIÓN
SALMUERA
Y AGUAS
RESIDUALES
ECONOMÍA
CIRCULAR
FORRAJERA
HALÓFITA
Tabla 5.2. Estimación del uso de agua desalinizada y energía para la industria del hidrógeno.
Fuente: Elaboración propia.
Producción de hidrógeno
Horas Factor Producción Producción Producción Producción
Potencia Consumo Volumen
de sol planta Energética hidrógeno de agua de agua
MW ERNC kWh/kg H2 L H2O/kg H2
horas/día [%] MWh/día tonH2/día m3 H20/día l/s
Desalinización
Consumo de energía Consumo de energía Capacidad ERNC
[kWh/m3H2O] [MWh/día] [MW]
Tabla 5.3.
Ítem Cantidad Unidad
Supuestos para
Flota de extracción 1.500 camiones el cálculo del
consumo de
Consumo diario de diésel por camión 3.600 l/día agua para H2
en CAEX.
Energía por litro de diésel 10,96 kWh/l Fuente: Elaboración
propia con base
Eficiencia motores combustión interna 30 %
en información de
Energía por kg de H2 33,3 kWh/kg COCHILCO y Banco
Mundial.
Eficiencia celdas de combustible 60 %
5.4 CONCLUSIONES
El agua y la energía son vitales para el desarrollo sostenible de las personas, para el
crecimiento y fortalecimiento del sector agrícola, industrial, transporte, entre otros,
siendo su valor cada día mayor, debido a su escasez, baja disponibilidad y la falta de
acceso a estos recursos. Por tanto, el uso de este tipo de tecnologías expuestas en
este capítulo, principalmente la desalinización para la obtención de agua para regadío
e industria, pueden ser una buena alternativa para la mitigación de los GE mediante el
nexo de tecnologías de desalinización con sistemas fotovoltaicos, sobre todo en zonas
costeras, zonas aisladas, zonas áridas y semiáridas, donde la falta de agua y energía
6.1 INTRODUCCIÓN
20 Pese a no existir una definición precisa se puede entender el campo cercano como una distancia del
orden de metros a decenas de metros en torno al punto de descarga.
a)
21 https://vimeo.com/228743252
22 https://www.opesltda.cl/emisarios
23 www.cnbc.com/video/2019/10/20/the-impact-of-desalination-plants.html
b)
c)
d)
Figura 6.2.
Modelo físico
que muestra una
pluma de boyantes
negativa (salmuera)
mezclándose en el
fondo. Se observan
altas concentracio-
nes de la descarga
el avance del frente
salino hacia las
zonas más bajas.
El relieve está
caracterizado por
curvas.
Fuente: Laboceano
(s.f.)24.
24 https://ingenie-
riaoceanica.uv.cl/lab-
oceano
de la salinidad base del medio marino receptor25. El D.S. 90, por otra parte, no establece
límites máximos de salinidad para descarga de residuos líquidos a cuerpos de agua ma-
rinos en o fuera de la Zona de Protección Litoral.
La salmuera también puede contener compuestos utilizados en la limpieza de filtros
y membranas, anti-incrustantes, anticorrosivos, antifouling, y metales pesados. En la
realidad nacional, no obstante, la modelación se remite a evaluar el incremento de sa-
linidad, sin considerar modelos de calidad de aguas , el impacto sobre organismos y los
efectos sinérgicos con otras descargas. En otras palabras, se utiliza la salinidad como un
proxy de los eventuales impactos al medio. Jenkins et al. (2012) presentan un resumen
de referencias bibliográficas sobre los efectos biológicos de la salmuera sobre diversos
peces y comunidades bentónicas, efectuados mediante técnicas de laboratorio o estu-
dio de campo, en diferentes lugares y bajo diferentes condiciones de exposición. Este
tipo de información podría servir para migrar desde los actuales modelos de cálculo de
excesos de salinidad a modelos de impacto ecológico.
En el análisis del AI, se debieran modelar las condiciones medias y extremas a la que
la pluma de descarga será sometida durante la vida útil del emisario. Mediante un aná-
lisis de sensibilidad, asimismo, se pueden identificar las forzantes que condicionan el
proceso de mezcla, optimizar el difusor de descarga y cuantificar la incertidumbre en
el cálculo del AI. La modelación puede contemplar desde casos simplificados para cada
forzante en forma individual a casos con todas las forzantes actuando simultáneamente,
lo que rescata de mejor manera la naturaleza estocástica del proceso de mezcla.
La definición de casos debiera considerar: a) una condición de baja circulación asociada
a alta concentración cerca de la descarga y extensión reducida de la pluma, b) condi-
ciones medias que se asocian a la operación normal de la descarga y c) condiciones
extremas asociadas a baja concentración cerca de la descarga, pero alta extensión de
la pluma. En la actualidad, es recomendable evaluar combinaciones de forzantes
durante un mes continuo de simulación para condiciones de verano e invierno, pues son
consistentes con los requerimientos de la Pub. 3201. Idealmente, deberían contem-
plarse campañas de mayor duración para proyectos grandes. El Anexo 5 presenta un
resumen de elementos de modelación adicionales, basado en Winckler (2021).
& Amy, 2013). Asimismo, debe contemplar el análisis de parámetros físicos, químicos
y biológicos en la descarga, medio receptor, sedimentos, flora y fauna marina en su
AI. Con el fin de homogeneizar el procedimiento de medición en el marco de la modela-
ción, se sugiere efectuar las mediciones de variables olas, vientos, mareas y corrientes,
de acuerdo con los requerimientos establecidos en la Publicación 3201 (SHOA, 2019)
en lo relativo a instalación, estrategia de muestreo, fuentes de datos, validación
métodos, duración de la medición, análisis y presentación informe.
El programa de monitoreo debe considerar una zona lo suficientemente amplia
como para incluir el AI y las zonas de usos especiales del cuerpo de agua. El muestreo
busca recolectar muestras representativas del medio para determinar las propiedades
del flujo y el grado en el que las descargas podrían entrar en el ambiente circundan-
te. El número y/o frecuencia del muestreo deben basarse en el tipo de información
estadística deseada y en la naturaleza del material a recolectar. Winckler (2021)
propone esquemas mínimos para el programa de monitoreo de vientos, corrientes,
mareas, oleaje, salinidad y temperatura en la descarga para cuerpos de parcial prote-
gidos como bahías y zonas expuestas (Figura 6.3). Estos esquemas incluyen estaciones
de temperatura y/o salinidad en zonas de usos especiales, ejemplificadas mediante
una AMERB en los diagramas.
En el monitoreo de vigilancia ambiental de desalinizadoras, además de aquellos
puntos indicados en la Figura 6.3, se debiera medir a lo largo de los valles sumergidos
a través de los cuales fluye la salmuera (Figura 6.2). La medición debiera efectuarse lo
más cercano al fondo, en la medida que la medición o toma de muestras lo permita.
Alternativamente, se podrían efectuar ensayos con un trazador inocuo durante el ini-
cio de las operaciones, que en combinación con filmaciones submarinas y señalizacio-
nes (e.g. estacas), permitan identificar la extensión de la pluma de salmuera.
Para caracterizar la estructura vertical del medio receptor, es necesario también
medir perfiles verticales de velocidad de corrientes y salinidad en diferentes estacio-
nes del año o condiciones oceanográficas e hidrográficas reconocidas (ejemplos pe-
ríodos favorables y no favorables a surgencias costeras, periodo seco o húmedo) . Esto
es necesario pues usualmente habrá cambios en estratificación halina y térmica que
varía según la ubicación geográfica, ya que depende de la descarga de ríos (máximo en
invierno) o calentamiento superficial (máxima en verano) y de otros factores como la
mezcla vertical y corrientes dominantes. La estratificación es relevante en las plumas
térmicas que tienden a quedar atrapadas en la picnoclina (capa que exhibe un cambio
súbito en su densidad), pero menos importante para plumas de boyante negativa. El
posicionamiento del instrumental debe ser conforme a las especificaciones de la Pu-
blicación 3109 (SHOA, 2005) y la Publicación 3201 (SHOA, 2019). A objeto de comparar
las condiciones ambientales sin o con proyecto, se debe garantizar que la posición de
los instrumentos de medición que se usan para calibrar y validar el modelo numérico
sea replicada en el Programa de Vigilancia Ambiental.
a) b) Figura 6.3.
Propuestas de
posicionamiento
de estaciones
para el monitoreo
para el pre-diseño
en a) bahías y b)
costas abiertas.
c-f) Diferentes
esquemas para
un programa
de vigilancia
ambiental.
Fuente: Winckler
(2021).
c) d)
e) f)
6.4 CONCLUSIONES
26 En este sentido, se podrían seguir ejemplos como los del diseño de estructuras antisísmicas (NCh.433),
donde las metodologías de cálculo dependen del tamaño de la edificación, siendo más complejas para
edificios altos.
27https://www.directemar.cl/directemar/intereses-maritimos/medio-ambiente-acuatico/guias-para-
proyectos-de-desalacion
28 https://www.arcgis.com/home/item.html?id=3b10e791a3b248cfb7400692b9654a33
29 Planta de La Chimba, en Antofagasta http://aquatox.cl/team/
7.1 INTRODUCCIÓN
Es por lo tanto que sin duda, la disposición de la salmuera en la zona costera genera
serias preocupaciones por los potenciales impactos ambientales y socio-ecológicos
asociados al aumento de la salinidad del agua de mar alrededor de los puntos de
los vertidos de salmuera, así como de los productos químicos utilizados en el pre-
tratamiento del agua como son los anticalcáreos y antiincrustantes o concentrados
en el agua de mar (ver capítulo 3) (Winters et al., 1979; Einav et al., 2002; Lattemann
y Höpner, 2008; Roberts et al., 2010; Petersen et al., 2018; Valdés et al., 2021; Elsaid
et al., 2020; Ghernaout, 2020; Giwa et al., 2017; Pramanik et al., 2017). Al día de hoy,
existe evidencia científica que muestra importantes efectos ecológicos en el área de
influencia de emisarios de salmuera, sobre todo en aquellas áreas donde los vertidos
ocurren de forma continua sobre aguas superficiales que presentan reducida capa-
cidad de dilución y circulación costeras (Gacia et al., 2007; Palomar y Losada, 2011;
Kress, 2019).
En términos generales, los impactos potenciales de la desalinización en el medio
marino se podrían separar en dos grandes grupos; los impactos asociados a la captura
directa de agua de mar que son principalmente atribuidos a la succión de organismos
marinos y su atrapamiento (plancton) cuando la toma de agua es subsuperficial; y por
otro lado, los impactos asociados al vertimiento de efluentes como sales concentradas,
que generan, entre otros efectos, estrés osmótico en organismos tanto pelágicos
como bentónicos, así como impactos negativos en el funcionamiento y estructura
de las comunidades y ecosistemas marino costeros (Ihsanullah et al., 2021). Tal como
enfatizamos a lo largo de este informe, los impactos asociados a la desalinización del
agua de mar podrían dar origen a impactos sinérgicos con otras amenazas climáticas
y motores de cambio global como es la sobre-explotación de especies y la crisis de
biodiversidad que ya afecta a diversos y múltiples ecosistemas en Chile (Marquet et
al., 2019, 2022).
Sin embargo, es importante notar que la extensión y magnitud de los impactos re-
portados muchas veces dependen de las tecnologías usadas, el volumen de la descar-
ga, lugar de emplazamiento y otros aspectos logísticos, así como también de las con-
diciones ambientales del destino del vertido, y las características geomorfológicas,
geográficas y oceanográficas de la zona costera afectada por la descarga (e.g. salini-
dad, velocidad de dilución) así como de la importancia ecológica, social y económica
de las áreas adyacentes a la planta (ver Capítulos 2 y 6).
De hecho, los impactos ecológicos más relevantes en magnitud y extensión espacial
coinciden con zonas oceanográficamente protegidas, con corrientes de baja magnitud,
y someras (Roberts et al., 2010), y donde la implementación de medidas de mitigación
como reducción de volúmenes de descarga o implementación de adecuados medios
de dilución (e.g. uso de difusores) podrían ayudar a mitigar algunos (no todos) de estos
efectos (Del Pilar-Ruso et al., 2015; Fernández-Torquemada et al., 2009).
Pese a este no ser un impacto que necesariamente ocurra en zonas costeras, se in-
cluye también en este capítulo el impacto que podría tener el uso de agua desalada
como estrategia de recarga o recuperación de acuíferos degradados.
30 Los organismos eurihalinos son aquellos organismos acuáticos que son capaces de vivir en aguas que
poseen un amplio rango de concentración de sales
31 Los organismos estenohalino son aquellos organismos acuáticos (generalmente peces) que solo son
capaces de vivir en un estrecho rango de concentración de sales.
32 https://www.unep.org/resources/toolkits-manuals-and-guides/global-programme-action-protec-
tion-marine-environment-land
7.5. CONCLUSIONES
Como las plantas de desalinización de agua de mar pueden tener un impacto adverso
en el medio ambiente marino, existe la posibilidad de que el avance de la desaliniza-
ción a nivel mundial pueda comprometer el cumplimiento de algunos de los compro-
misos de desarrollo sostenible. Sin embargo, un mayor acceso al agua es importante
para permitir muchas otras de las dimensiones sociales y económicas del desarrollo
sostenible (ver Capítulos 4 y 5). Es por esta razón, que al día de hoy existe un desafío
mayor en buscar estrategias de adaptación al cambio climático que reduzcan las vul-
nerabilidades y exposición de los sistemas humanos y naturales, evitando el diseño y
la implementación de medidas de mal-adaptación (IPCC, 2022).
En el caso de la desalinización en Chile, existen diversos desafíos a abordar a corto
y mediano plazo, principalmente relacionados con la gestión y la mitigación de los
impactos ambientales, que lamentablemente, al día de hoy, requieren de mayor es-
tudio. Esta situación hace urgente avanzar en la generación de información, nuevos y
mejorados instrumentos de gestión, nuevos modelos de gobernanza, así como en el
desarrollo y la implementación de tecnologías, el manejo de los residuos, incluyen-
do su re-utilización, el monitoreo y la modelación de ambiente marino costero, entre
otros (ver Capítulo 3).
En particular y basado en los potenciales impactos, se requiere:
a. Definir y clasificar los impactos y su magnitud de acuerdo con el volumen des-
cargado por las plantas desalinizadoras, así como las características hidrológicas,
oceanográficas, y de exposición y sensibilidad de ecosistemas y socio ecosiste-
mas marinos de las zonas aledañas a estas plantas.
b. Realizar un análisis de la situación existente y una línea base que levante escalas
de variabilidad espacio temporal adecuadas y de la sensibilidad del ecosistema,
en el campo cercano y lejano de la descarga de emisarios para proyectos de me-
dia y gran escala, es clave en el marco del estudio de evaluación de los impactos
ambientales que esta actividad pueda generar. Se debiera efectuar un mapeo
de especies claves (e.g. autótrofos, corales de agua fría). Autótrofos pueden ser
indicadores del bentos (algas pastos marinos).
33 https://www.directemar.cl/directemar/intereses-maritimos/p-o-a-l-programa-de-observa-
cion-del-ambiente-litoral/programa-de-observacion-del-ambiente-litoral-p-o-a-l
la Res. 3612 que implica que las capas de sedimento se mezclan dando origen a
dilución de señales de posible contaminación. Además, la Res. 361234 menciona
que en algunos casos se debe realizar la medición de sulfuros, pero al no estar
establecida la metodología, por lo general no se realiza dicha medición. Este
elemento podría indicar la presencia de quistes, pero dada la volatilidad y la di-
ficultad que requiere su análisis, sería mejor cambiarlo por presencia o ausencia
de quistes. La presencia de quistes según su concentración podría ser indicador
de que en ciertas condiciones ambientales el sector de toma de agua tendría
mayores probabilidades de enfrentarse a floraciones algales nocivas (FAN).
e. En relación con el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), este
instrumento de gestión ambiental se ha convertido en la herramienta legal de
gestión más importante para prevenir y/o adoptar las medidas de mitigación
adecuadas para minimizar el impacto medioambiental del desarrollo de un pro-
yecto de desalinización (Elsaid et al., 2020; Sola et al., 2019). Durante su desa-
rrollo, se incluyen una serie de herramientas administrativas y estudios de eva-
luación ambiental para identificar los posibles impactos ambientales asociados
a las plantas de desalinización, con el fin de adoptar las medidas preventivas,
medidas de mitigación y programas de vigilancia ambiental adecuados para el
seguimiento de los efectos de los vertidos de salmuera sobre los ecosistemas
costeros (Sadhwani Alonso and Melián-Martel, 2018). En particular, es impor-
tante que los impactos se evalúan utilizando protocolos estadísticos robustos
como los son las comparaciones Antes-Después, Control-Impacto o modelo
BACI (por sus siglas en inglés, véase Chevalier et al., 2019).
f. Otros instrumentos de gestión ambiental importante, pero que apenas se apli-
can, sería contar con normas secundarias de calidad en las bahías en que se
instalen plantas desalinizadoras.
g. Se recomienda que las descargas debiesen al menos realizarse fuera de zona de
protección litoral, y luego de estudios oceanográficos y ecológicos que aseguren
impactos restringidos a metros desde la descarga.
h. Gobernanza participativa. Como muchas pesquerías en Chile (pelágicas, de-
mersales bentónicas) son gestionadas a partir de una política pública que crea
los Comités de Manejo, espacios intersectoriales que promueven la participa-
ción de los pescadores (artesanales/industriales) en la administración de los
recursos pesqueros (Ahmad y Baddour, 2014), en conjunto con representan-
tes de las agencias gubernamentales, y representantes de las plantas proce-
sadoras, pareciera ser adecuado que los impactos y decisiones de localización
de las plantas desalinización debieran ser consultados a priori y analizados
en el contexto de estos comités. Idealmente la toma de decisiones debe incluir
dimensiones de equidad distributiva, de representación y de procedimientos.
34 R. EX. N° 3612-2009 Aprueba Resolución que Fija las Metodologías para Elaborar la Caracterización
Preliminar de Sitio (CPS) y la Información Ambiental (INFA). (F.D.O. 06-11-2009).(Última Modificación. Res.
Ex. Nº 1933-2021).
8.1 INTRODUCCIÓN
por día (m3/d) en 1980 a 90 millones m3/d en nuestros días (Williams, 2022). A nivel
global, un 62% del agua desalinizada – de un total de 15.906 plantas de desalinización
operacionales - se produce para consumo humano (Jones et al., 2019). En el caso de
Israel, el 70% del agua doméstica se provee mediante agua desalinizada (Govern-
ment Israel, 2018). Estos datos demuestran que la desalinización ha aportado en la
problemática de la escasez hídrica y la consecuente amenaza para el derecho humano
al agua, al menos en relación con la disponibilidad de agua para consumo humano.
Este fenómeno tiene su correlato en Chile, donde existe un creciente interés por
la instalación de plantas de desalinización de aguas de mar, particularmente en la
región de Antofagasta y Valparaíso (Fragkou y Budds, 2020). Chile es el país latinoa-
mericano con mayor desarrollo en plantas desalinizadoras para consumo humano.
Hay aproximadamente más de 700.000 personas que consumen agua desaliniza-
da (exclusivamente, o mezclada con agua continental potabilizada) abastecidas por
las 4 plantas más importantes para consumo humano, ubicadas en el norte del país
(Tabla 8.1). Estas se complementan con plantas más pequeñas que abastecen de APR
(Agua Potable Rural) en el norte (región de Antofagasta) y centro del país (región
de Valparaíso), pero cuya producción y población abastecida son insignificantes en
términos de volumen.
Tabla 8.1.
Principales plantas desalinizadoras para consumo humano en Chile (de mayor escala).
Fuente: Elaboración propia según base de datos de este informe (ver detalles en Capítulo 3 y
Anexo 4) e información pública de Aguas Antofagasta, ECONSSA y Aguas del Altiplano.
Planta 1998 Aguas del 413 l/s en EIA; 208 Aproximadamente 30% Primera planta de desali-
Desalinizadora Altiplano l/s según Planes de de Arica (más de 70.000 nización industrial moder-
de Arica Desarrollo 2017- habitantes) na en el país y la única que
2032 opera con agua salobre.
Planta 2022 ECONSSA 450 l/s Caldera, Chañaral, Primera planta estatal
Desaliniza- Copiapó y Tierra Am- desalinizadora de agua
dora de Agua arilla (unos 340.000 de mar, diseñada para
de Mar para habitantes) alcanzar 900 l/s en una
la región de segunda etapa y 1.200
Atacama l/s en la etapa final.
Estudios internacionales sobre percepciones y actitudes han concluido que las per-
sonas no conocen la definición y el patrón de suministro local de AMD (Agua Marina
Desalinizada), algunas tienen preocupación por sus impactos organolépticos, tienen
creencias positivas y negativas (preocupación sobre el costo, seguridad, salud y me-
dio ambiente), percepción de falta conocimiento y afirman que la información de los
científicos influiría en su decisión de beber AMD (Dolnicar & Schäfer, 2009; Shomar
& Hawari, 2017; Chen, 2015), todos estos aspectos tienen implicaciones importantes
para la política del agua y plantea la necesidad de abordar la consulta pública al intro-
ducir agua de fuentes alternativas.
Por una parte, la aceptabilidad del agua potable está definida por las características
organolépticas que se perciben a través de los sentidos, tales como el olor, color y sa-
bor. Bajo este contexto, el agua potable debe ser incolora, inodora e insípida y cumplir
con un marco regulatorio apropiado para su producción, que identifique y monitoree
las particularidades de la fuente (el mar) para poder ser consumida por las personas,
tal como lo recomienda la OMS (2011). Independientemente de la fuente de agua po-
table, si no es aceptada por su calidad puede significar que no sea considerada fiable
para su uso potable, de manera que la población buscará otras medidas, menos fiables,
para poder utilizar y consumir agua potable de “buena calidad” (OMS, 2018). Además,
el rechazo del agua potable puede ser reflejo de cambios en la calidad del agua debi-
do al sistema de abastecimiento, por lo cual, tanto la calidad como el sistema deben
ser monitoreados y no presentar deficiencias en las operaciones de su tratamiento
(OMS, 2018).
por la mala calidad del agua potable existente anteriormente, la preocupación de que
no sea suficientemente higiénica, la percepción de riesgo sobre la salud (que genere
enfermedades), y la desconfianza en el servicio o las instituciones (Fragkou & McEvoy,
2016). En relación con esto, la comunicación tiene un efecto fundamental en la per-
cepción y disposición a usar fuentes de agua alternativa.
Esto ha tenido efectos concretos sobre el uso efectivo que se le da al agua potable
desalinizada. Así, en un estudio realizado a 100 hogares en Antofagasta, dos tercios de
los hogares (66%) indican que el agua de la llave no es utilizada para consumo directo,
lo que dice relación con la percepción de las personas, con la confianza en las insti-
tuciones de gobernanza de las aguas y también con la calidad de las aguas (Fragkou y
McEvoy, 2016; Fragkou et al., 2021). Los estudios que han buscado relacionar el agua
desalinizada con la percepción de la población respecto de su calidad, han demostra-
do que un 80% de la población entrevistada tiene una mala percepción de la calidad
y compra agua embotellada para su consumo, a pesar de que el agua desalinizada
sí cumple con los estándares requeridos por la normativa chilena (Villar-Navascués
y Fragkou, 2021). Por lo demás, el agua desalinizada presenta las tarifas más altas
de suministro de agua potable del país (Fragkou y McEvoy, 2016).
Los estudios que investigaron los efectos en salud comparando lugares con y sin
AMD, o antes y después de la introducción de AMD, se enfocan en resultados en la
salud debido a una disminución del contenido de elementos esenciales y anomalías
electrolíticas del AMD. Los resultados apuntan hacia una asociación positiva con car-
diopatía isquémica (Shlezinger et al., 2018), trastorno por deficiencia de Yodo no au-
toinmune (Ovadia et al., 2016) y plausibilidad para el desarrollo de cáncer (Nriagu,
et al., 2016) con un mayor riesgo de cáncer debido a un nivel superior al aceptable
de bromato en AMD (Alomirah et al., 2020). Otros estudios sobre efectos en la salud
no mostraron diferencias en el desarrollo de Diabetes Mellitus, cáncer colorrectal y
demencia (Shlezinger et al., 2018; Ben Zaken 2020), no obstante, los períodos de se-
guimiento no fueron suficientemente extensos para el desarrollo de estas condiciones
relacionadas con exposiciones de largo plazo.
Finalmente, el agua producida por la desalinización contiene concentraciones más
bajas de calcio y magnesio que agua de otras fuentes, y aunque la dieta sigue siendo
la principal fuente de elementos esenciales, el consumo de agua entrega cantidades
complementarias que pueden ser relevantes para algunas personas (OMS, 2011; 2018).
La deficiencia en calcio y magnesio puede resultar más grave en mujeres y adultos
mayores, en particular, aquellos con riesgo de mortalidad por cardiopatía isquémica
(OMS, 2011). Aunque es apropiado considerar la remineralización con sales de calcio y
magnesio, la decisión debe tomarse en conjunto con las autoridades de salud y nutri-
ción en relación con la ingesta dietética total de minerales nutrientes.
Las fuentes de agua para desalinizar pueden ser de mar o aguas salobres, ya sea su-
perficial o subterránea. Estas tienen un alto contenido natural de iones, siendo el obje-
tivo del tratamiento removerlos. El agua desalinizada, por lo tanto, es baja en minera-
les, corrosiva y con baja capacidad de buffer. Para abordar esto, prácticas comunes son
la mezcla con otras aguas y la remineralización (OMS, 2011) (ver detalles en Capítulo
3). La norma chilena de calidad de agua potable NCh409/1Of.2005, incluye parámetros
de calidad y muestreo para aguas continentales superficiales o subterráneas, sin con-
siderar las aguas desalinizadas. No se considera, por lo tanto, el proceso de reminera-
lización de agua desalinizada (necesario para su consumo humano), y tampoco existe
una obligación normativa por parte del proveedor del servicio para remineralizar el
agua desalinizada.
La Norma NCh409/1.Of2005 no incluye el calcio o la dureza total, no establece con-
centraciones mínimas para estos parámetros, y tampoco para el magnesio. Por otro
lado, estas aguas pueden tener virus patógenos, bacterias y parásitos (los cuales de-
ben ser tratados de acuerdo a la NCh409/1.Of2005); además de una variedad de con-
taminantes químicos como boro, yoduro, bromuro, potasio y sodio, lo cuales podrían
requerir un tratamiento adicional (OMS, 2011). Si bien el proceso de desalinización es
una barrera importante para contaminantes químicos y patógenos, esta barrera no es
8.4 CONCLUSIONES
Siendo el agua un bien común natural, calificado como bien nacional de uso público,
y siendo priorizado su abastecimiento de acuerdo con la modificación reciente del
Código de Aguas, parece recomendable que el uso preferente de las fuentes naturales
(donde estén disponibles) sea el consumo humano y que, por lo tanto, la desalinización
tienda a sustituir o complementar otros usos. Por lo mismo, parece importante que
cuando se autorice el uso del agua de mar para desalinizar, se considere la posible
liberación de los derechos de aguas para el consumo humano (a modo de compensa-
ción) o, en casos calificados, que un porcentaje del volumen de agua desalinizada se
destine a asegurar el consumo humano. Lo anterior permitiría mejorar las condiciones
de disponibilidad.
La calidad del agua potable desalinizada debe evaluarse con múltiples parámetros
de calidad a nivel nacional, según lo observado por la OMS y estudios internacionales,
además de los relacionados con su pH y conductividad eléctrica: es decir, se deben
incluir concentraciones mínimas de elementos vitales, la dureza total y el calcio, tanto
para el agua desalinizada como para toda provisión de agua potable36. Es de especial
importancia, en este sentido, que se asegure que las aguas desalinizadas, destinadas a
consumo humano, contengan todos los elementos propios del agua potable. Es decir,
existe la necesidad de dictar una normativa adecuada que reconozca el agua desali-
nizada como fuente de agua potable, y defina los parámetros que deben cambiar en
sus límites.
La vigilancia de la calidad del agua debe ser constante y relacionada a los proble-
mas asociados al agua desalinizada, incluyendo la vigilancia de los problemas de salud
asociados a la exposición al agua desalinizada tanto de corto como de largo plazo.
Además, se debe considerar un mayor monitoreo ambiental a nivel doméstico y comu-
nitario, que permita mejorar la calidad del servicio entregado.
Se requiere el fortalecimiento de los estándares de calidad de agua potable y del
control de dicha calidad, mejorando la resolución de la instrumentación de análisis
para alcanzar los Límites de Detección del Método (LDM) establecidos por los están-
dares para aplicar normas de calidad.
Finalmente, dado el carácter de derecho humano del acceso al agua y el saneamien-
to, es recomendable que las tarifas consideren ese carácter, asegurando la accesibili-
dad y evitando que las poblaciones vulnerables tengan cobros superiores que puedan
ser producidos por el aumento de costos que signifique la desalinización, como tam-
bién, por las estrategias domésticas que se pueden desarrollar por el rechazo de los
consumidores a su calidad (como la compra de agua embotellada o filtros domésticos).
36 Además, se debe tener especial cuidado con los siguientes elementos que pueden requerir acciones
adicionales para su eliminación: boro (borato), bromuro, yoduro, sodio y potasio (OMS, 2011)
9.1 INTRODUCCIÓN
Tabla 9.1.
Consumo de energía en los principales procesos de desalinización.
Fuente: Al-Karaghouli y Kazmerski (2013).
Tecnología Capacidad típica Consumo de Consumo de Equivalente de Volumen Calidad del agua
de la unidad [m3/ energía eléctrica energía térmica energía eléctrica L H2O/kg H2 producto [ppm]
día] [kWh/m3] [MJ/m3] a térmica
[kWh/m3]
Notas: Abreviaturas de la tabla: MSF - flash multietapa; MED - destilación multietapa; MVC -
compresión mecánica de vapor; TVC - compresión térmica de vapor; SWRO: ósmosis inversa
con agua de mar; BWRO: ósmosis inversa con agua salobre; ED - electrodiálisis.
* consumo con sistema de recuperación de energía; ** rango con valores bajos de TDS.
9.3 CONCLUSIONES
generación (en un factor cerca de quinientas a mil veces menor considerando el agua
necesaria para la fabricación equivalente de hidrógeno).
A modo de ejemplo, utilizando nuestro parque solar actual (6.000 MW), se requeriría
entre un 3,6% y un 10,7% de su producción de energía para abastecer el total de la
capacidad existente de desalinización (8.535 l/s). Asimismo, es importante mencionar
que esta estimación no toma en cuenta la impulsión de agua, la cual puede repre-
sentar una parte importante del consumo energético de las desalinizadoras chilenas,
especialmente en aquellas que se impulsa agua hacia la cordillera. Por otra parte, las
reducciones de inyecciones de energía renovable (vertimiento) debido a congestiones
en los sistemas de transmisión y problemas operaciones pueden aumentar este valor.
A lo anterior se suma que el cambio climático puede afectar algunas de las variables
más relevantes para los proyectos de ER en Chile, impactando su producción (ejemplo
reducción del recurso hídrico en la zona central). En este sentido, entender la comple-
mentariedad de nuestras fuentes renovables y el desarrollo del sistema interconecta-
do nacional cobran especial relevancia.
10.1 INTRODUCCIÓN
Hasta ahora, sólo existen normas para obtener concesiones (de uso de porciones o
“parcelas” de mar y/o de costa, pero no para extraer el agua) o autorizaciones (cons-
trucción de obras, servidumbres sobre terreno fiscal o particular) y, en su caso, suje-
ción a las certificaciones y/o verificación de calidad dependiendo del tipo de uso del
agua que se produce (para consumo humano se aplican las NCh 409/1 Of.2005 y 409/2
Of.2005, o para el uso industrial, riego u otros usos la NCh 1333).
Dado que el agua de mar costera e incluso el fondo marino (dentro de las 200 millas
marinas) forman parte del dominio público, resulta fácil concluir que el agua de mar
es un bien público.
Como el uso privativo de alguna porción de costas, agua de mar y fondo marino,
puede ser incompatible con otros usos, se requiere obtener un título administrati-
vo para usar y aprovechar privativamente esos componentes (concesión que ya se
solicita). Sin embargo, debería exigirse otra concesión para extraer el agua del mar y
además, considerar qué exigir según el destino final del uso de dichas aguas. Así, si su
finalidad es abastecer de agua potable a la población, a esa primera concesión de pro-
ducción deberá sumarse una segunda concesión, pero de otro tipo: de servicio público.
Las indicaciones al proyecto de ley consideran una concesión otorgada por la DGA
(cambio importante), para extraer agua que daría derecho además al uso del borde
costero, por un plazo máximo de 30 años, renovable, onerosa y caducable. Ella puede
transferirse, arrendarse etc., lo que implica un mercado de estas concesiones, con la
sóla exigencia de informar a la DGA como comunicación administrativa ante lo cual la
Administración puede ejercer poder de veto o de subsanación (Rodríguez Font, 2003).
En cambio, se requiere una autorización, si una planta destinada al consumo humano
y/o saneamiento pasa a ser utilizada principalmente para actividades productivas. En
síntesis, según el proyecto de ley, los cambios entre usos productivos no requieren
autorización de la DGA sólo que se le informe con la limitación antes indicada.
Existe consenso en incluir las plantas desalinizadoras con todos sus componentes en
una letra específica del art. 10 de la Ley ambiental. Actualmente ingresan por las obras
que comprende: acueductos (letra a) o los sistemas de agua potable (letra o).
La duda es si todas deben ingresar al SEIA o excluir las de menor capacidad.
Por ejemplo, la Guía 2021 de DIRECTEMAR, considera evaluar ambientalmente plantas
industriales con capacidad de producción mayor a los mil m3/día. En España es de 3 mil.
Las indicaciones al proyecto de ley consideran el ingreso obligatorio de los
“proyectos para la extracción de agua de mar y/o desalinización”, delegando a un
Reglamento del MMA determinar umbrales de ingreso y requisitos (art. 17), lo que
parece adecuado.
10.4.5 REGULACIÓN DE ASPECTOS PARTICULARES,
POR EJEMPLO, RESIDUOS, SEGUIMIENTO ETC.
10.5 CONCLUSIONES
Considerando la regulación existente y las indicaciones realizadas al proyecto de ley,
identificamos las siguientes recomendaciones. Definir magnitud para ingreso de pro-
yectos al SEIA y cómo se evaluarán proyectos que no estén obligados a ingresar. Sugerir
una norma exigente en el SEIA, mientras no tengamos normas de calidad en las bahías,
debería ser aplicable a las declaraciones y Estudios de impacto ambiental. Se requiere
una norma que exija a todos los proyectos que ingresen al SEIA, realizar línea de base,
modelaciones y monitoreos; pues en la actualidad el seguimiento sólo se exige en los
estudios de impacto ambiental. Sugerir qué otras Guías podrían actualizarse o crearse
(en el Ministerio del Medio Ambiente) para la evaluación y seguimiento de proyectos.
Sugerir qué cambios son necesarios en el D.S. 90.
11.1 INTRODUCCIÓN
38 https://humedaleschile.mma.gob.cl/humedales-urbanos/
39 https://www.sag.gob.cl/ambitos-de-accion/informe-de-factibilidad-para-construcciones-aje-
nas-la-agricultura-en-area-rural-ifc
11.3 CONCLUSIONES
BRECHAS DE GESTIÓN
Se requiere una actualización más rápida de los IPT en las comunas costeras y que
sus condiciones sean consideradas en los procesos de aprobación de las concesiones
marítimas. Además, se debe realizar el traspaso de competencias de los PROT a las
regiones para que los PROT ya elaborados puedan ser implementados o se empiecen
a confeccionar. Otro aspecto importante a considerar es la actualización de los mapas
de riesgos o de amenazas en las zonas donde se instalarán las futuras plantas desali-
nizadoras ya que, en caso de ser la fuente principal de agua potable para los asenta-
mientos, éstos se considerarán infraestructura crítica.
Por otro lado, se deben re-evaluar la escala, las competencias y compatibilidades de
las Zonificaciones de Usos del Borde Costero, para incorporar lineamientos respecto a
la instalación de plantas desalinizadoras. Finalmente, las evaluaciones deben conside-
40 https://www.defensa.cl/tramites/asuntos-maritimos/nuevo-reglamento-de-concesiones-maritimas/
rar impactos directos e indirectos de los proyectos, como también la evaluación com-
parativa o complementaria con acciones de conservación y/o reutilización de agua.
BRECHAS NORMATIVAS
Tabla 11.1.
Plantas
desalinizadoras
en la Región de
Atacama.
Fuente: Instituto
Milenio en Socio-
Ecología Costera
SECOS, 2022
(gentileza Dra.
Laura Farías).
Se requiere una regulación específica o una política pública para el “uso sustentable”
de la zona costera, definida en la ley Marco de Cambio Climático como el espacio o
interfase dinámica de anchura variable dependiendo de las características geográfi-
cas donde interactúan los ecosistemas terrestres con los acuáticos, ya sean marinos
o continentales (art. 3) o zona marítimo-terrestre, y no limitarse al borde costero. Hay
ejemplos a seguir, como ocurre en EEUU con la “California Coastal Act” -ley aprobada
en 1976- que regula la zona costera con un permiso especial, denominado “coastal
development permit” (California Coastal Commission, 2022).
Esta ley indica que las actividades proyectadas en la zona costera deben ser some-
tidas a la comisión, la cual evalúa los posibles impactos a través de procesos partici-
pativos que incluyen la visión de la ciencia y las comunidades costeras. Regulaciones
similares se encuentran también en Australia e Israel (Alterman y Pellach, 2021). Por
tanto, esto es una oportunidad en la discusión del proyecto ley sobre el uso de agua
de mar para la desalinización (Boletín 11.608-09) que actualmente no incluye crite-
rios de localización específicos ni la forma en que se evaluarán los impactos de estos
proyectos, sino que deja este importante tema a las normas vigentes que regulan los
bienes públicos y la respectiva zonificación dispuesta en los IPT y la zonificación del
borde costero. El proyecto de ley indica que debe elaborar una Estrategia Nacional de
Desalinización que considere los siguientes instrumentos: IPT; Política Nacional de Or-
denamiento Territorial; Zonificaciones de Borde Costero; Políticas, planes, programas
e instrumentos de gestión ambiental y de cambio climático; Instrumentos de gestión
del riesgo de desastres aplicables al borde costeros, y otros instrumentos normativos
o regulatorios pertinentes.
Entonces, se necesitan criterios de localización, para así mejorar su integración con
los IPT, o modificaciones a la Ley de Urbanismo y Construcción o avanzar en una ley de
costas que delimita la zona costera más allá de los 80 metros41. Por supuesto es muy
relevante la discusión si esta zona solo corresponde a los límites del dominio público.
En específico respecto de la ley sobre el uso de agua de mar para la desalinización
(Boletín 11.608-09) se observa que el reglamento será expedido por el Ministerio de
Obras Públicas, Ministerio del Medio Ambiente y también el Ministerio de Vivienda y
Urbanismo. En este reglamento se determinarán los criterios, requisitos, condiciones,
antecedentes y exigencias en el sistema de evaluación de los proyectos.
Se requiere que la futura ley sobre Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas con-
sidere reglas especiales para velar por los potenciales impactos de este tipo de pro-
yectos o similares, en la biodiversidad de ecosistemas protegidos, especialmente en
áreas marinas costeras.
Por último, hay que mejorar la regulación de los PROT en cuanto a en qué aspectos
serán vinculantes. Hasta ahora lo son para establecer las condiciones que se deberán
exigir a los proyectos de actividades productivas e infraestructura que se ubiquen en
zonas no declaradas para ese tipo de uso como preferente.
41 Ver https://www.observatoriodelacosta.cl/
Se necesitan estudios que analicen las zonas planificadas por los IPT vigentes en
las áreas donde operan las actuales plantas desalinizadoras, así como verificar si son
zonas de equipamiento, zonas de equipamiento especial u otras. Además, los impactos
ambientales de las plantas desalinizadoras operativas en comunidades y territorios
deben poner especial énfasis en: 1) impactos socio ambientales de la fase de cons-
trucción e implementación 2) impactos socio ambientales derivados de la operación y
disposición final de los residuos de salmuera y metales pesados en ecosistemas mari-
nos, paisajes costeros-marinos y humedales costeros. Por otro lado, se debe estudiar
la potencial pérdida de competitividad de los asentamientos costeros por efecto de
cambios en la actividad turística y pesquera, que puede verse afectada por la salmue-
ra y otros metales pesados en las emisiones, por la temperatura de la descarga y por
las especies que son succionadas (ver Capítulo 7). Atención se debe prestar a los
posibles impactos que puede generar el acceso al agua desalinizada en zonas que
anteriormente no tenían el recurso. Esta disponibilidad debe ir acompañada de una
planificación en el territorio ya que puede impulsar el desarrollo de asentamientos
humanos y por ende, generar otros impactos en el uso de suelo.
Se deben estudiar también los posibles impactos sobre áreas de alto valor para la
Conservación (Sitios Prioritarios actualizados), los impactos en cambios de alimenta-
ción en hogares y de cultivos y productos agrícolas por efecto del consumo de agua
desalinizada (ver Capítulo 8), y la demanda de energía versus abastecimiento de agua
(ver Capítulo 9). También, será relevante contar con estudios de amenazas naturales
recurrentes y eventos extremos derivados del cambio climático, sobre el emplaza-
miento y funcionamiento de plantas desalinizadoras42.
Finalmente, existen posibles sinergias y oportunidades, como el desarrollo de agua
potable rural a partir de pequeñas plantas en asentamientos rurales con escasez hídri-
ca, la posibilidad de planificar el uso público de agua desalinizada en infraestructura
verde-azul para las ciudades, y crear una mejor gobernanza para las zonas maríti-
mas-terrestres y/o zona costera.
42 Este es un punto que de acuerdo a lo establecido en la Ley Marco de Cambio Climático, todo proyecto
de inversión va a necesitar considerar como parte de su proceso de evaluación de impactos ambientales.
por ser una medida estructural (ver sección 4.2 de este informe), la desalinización im-
plica una mayor rigidez financiera y un mayor riesgo de no recuperar la inversión.
Actualmente en Chile son dos los marcos regulatorios más relevantes para el
financiamiento de proyectos de interés público. Por una parte, están las concesiones a
cargo del Ministerio de Obras Públicas que financia todo tipo de obras desde puertos,
puentes, embalses y que en este caso trabaja en forma coordinada con la Dirección de
Obras Hidráulicas. El sistema de concesiones se basa en la idea de que parte del finan-
ciamiento de las obras se recupera con las ventas de servicios que estas generarán.
Por otra parte, en el contexto regulatorio de las empresas sanitarias estas deben
realizar obras como parte de su plan de desarrollo para asegurar la provisión de agua
potable a sus clientes. Este plan y sus obras debe ser visado por la Superintendencia
de Servicios Sanitarios (SISS), y pueden ser incorporados a las tarifas.
Esto abre la discusión respecto de hasta qué punto debe ser el cliente quien cubra
los costos de inversión y operación de las plantas. En el caso de los clientes urbanos
existe un subsidio para hogares de bajos recursos, por lo que la pregunta es si otros
hogares, de mayores ingresos, debieran cubrir estos costos o debieran ser subsidiados.
En el caso de los hogares rurales atendidos por Sistemas Sanitarios Rurales (SSR), se
debe resolver quién debiera cubrir el mayor costo de operación, el estado o los hoga-
res por sobre un nivel de ingresos.
El agua de mar se caracteriza por ser extremadamente abundante (no rivalidad) y de
acceso abierto. Estas dos condiciones sugieren que su extracción no debiera limitarse.
Sin embargo, el proceso de extracción, desalinización y posterior conducción puede
tener efectos no deseados en el medio ambiente costero afectando sus ecosistemas y
asentamientos humanos, si no se realiza de forma adecuada. Es decir, estas variables
debieran ser la base para planificar y regular su desarrollo (ver Capítulos anteriores).
Otra consideración importante es que una vez previstas las limitantes socio-
ambientales se debe tener en cuenta la verdadera demanda existente por este recurso
(agua desalinizada) por parte de los distintos usos. Esta demanda tiene requisitos
diversos en cuanto a calidad, oportunidad y ubicación, que además son distintos en las
diferentes zonas del país (ver Capítulo 4).
Respecto del proyecto de ley sobre desalinización (Boletín N° 11.608-09) se debe
mencionar que deja fuera la regulación de extracción de agua de mar para otros fines
y se concentra en la provisión de agua desalada a partir de concesiones entregadas
por la DGA y el desarrollo de una estrategia nacional y regionales. Como se discutió
antes no parece razonable limitar el uso del agua de mar dada su característica de bien
público. No obstante, la propuesta de concesiones podría tener un rol de coordina-
ción y ordenamiento de las iniciativas. Por una parte, podría dar un marco más claro y
expedito para el desarrollo de proyectos al reducir la incertidumbre del proceso, pero
por otro estaría agregando pasos administrativos que podrían retrasar su desarrollo.
Otra debilidad del proyecto de ley, es la falta de claridad respecto de la propiedad
del agua desalinizada. Si esta no queda bien definida (ver sección 10.3.3) la inversión
privada podría verse reducida.
12.4 CONCLUSIONES
SECCIÓN D
SÍNTESIS Y
RECOMENDACIONES
En los capítulos anteriores se han entregado antecedentes que dan cuenta de las
oportunidades, desafíos y brechas respecto del desarrollo de la desalinización en
Chile. A continuación, se entregan una serie de recomendaciones al respecto.
Lograr la seguridad hídrica, en relación con los impactos del cambio climático es uno
de los desafíos que se ha impuesto en todos los compromisos de Chile en esta materia
desde la Ley Marco de Cambio Climático, la ECLP y la NDC. La desalinización debe
ser considerada dentro de las opciones que se estudien para lograr el desafío de
la seguridad hídrica. En base a la experiencia comparada con países donde la desali-
nización tiene un mayor desarrollo, se puede señalar que incorporar la desalinización
puede tener distintos objetivos ya sea para un uso permanente entregando una frac-
ción del agua requerida por el sistema o como respaldo para enfrentar los periodos de
mayor escasez. Su objetivo de uso debería ser evaluado caso a caso.
La desalinización debe ser considerada como parte del sistema de gestión del
agua a nivel de cuenca y no como un sistema independiente, con el fin de apuntar
hacia una gestión integrada del agua en su globalidad. En este sentido la desaliniza-
ción como medida de adaptación debería ir acompañada de otras medidas de gestión
orientadas a la reducción de la demanda. Esta opción debe ser considerada dentro de
las múltiples opciones existentes (en este caso dentro de las opciones que apuntan
a aumentar la disponibilidad de agua) para lograr la seguridad hídrica tomando una
perspectiva integral a escala de cuenca. En este sentido su estudio debe ser consi-
derado en el Plan de Adaptación de Recursos Hídricos y los Planes Estratégicos de
Recursos Hídricos de las cuencas del país. Complementario a lo anterior se reco-
mienda su estudio a través de una Política Nacional de Desalinización. La desali-
nización también puede aportar a la estrategia de reducción de emisiones de gases
de efecto invernadero ayudando el desarrollo de distintas estrategias de mitigación,
entre otros de la estrategia de desarrollo de Hidrógeno Verde.
Para incentivar el desarrollo de esta estrategia se debe dar certeza jurídica a la pro-
piedad del agua desalinizada, lo que para algunos se lograría dando la propiedad del
agua desalinizada y que para otros, en cambio, sería complejo, por los conflictos si-
milares que existen respecto a la propiedad de las aguas servidas tratadas (lo que es
materia del proyecto de Ley discutido en este informe) (materia del proyecto de Ley
que se discute en la siguiente sección). Se debe también ajustar el marco regulatorio
actual para el desarrollo de inversiones con financiamiento del estado que permita
múltiples propósitos.
Para poder desarrollar esta tecnología de manera sustentable se deben, sin embar-
go, resolver una serie de desafíos. Algunos de estos son transversales al desarrollo de
distintos tipos de proyectos productivos, mientras que otros son desafíos específicos
a esta tecnología en particular.
Dentro de los desafíos transversales está el correcto uso del territorio en zonas
costeras43. Al respecto se requiere una regulación específica o una política pública,
con criterios de localización y de justicia ambiental, para el uso sustentable de la zona
costera (unidad no definida por nuestra normativa) o zona marítimo-terrestre, como
ocurre en EEUU con la Ley de Costas (1976), la California Coastal Act, que regula la
zona costera con un permiso especial, denominado “coastal -development permit”,
donde este tipo de actividades debe ser sometida a la comisión costera, la cual evalúa
los impactos derivados a través de procesos participativos que incluyen la visión de
la ciencia y las comunidades costeras. Regulaciones similares se encuentran también
en Australia e Israel. Adicionalmente considerando los instrumentos actualmente en
operación en Chile se recomienda:
• Actualizar los Instrumentos de Planificación Territorial (IPTs) más rápidamen-
te en las comunas costeras y considerar sus condiciones en los procesos de
aprobación de las concesiones marítimas.
• Realizar el traspaso de competencias de los Planes Regionales de Ordenamiento
Territorial (PROT) a las regiones para que los PROT ya elaborados puedan ser im-
plementados o se empiecen a confeccionar
• Mejorar la regulación de los PROT en cuanto a en qué aspectos serán vinculantes.
Hasta ahora lo son para establecer las condiciones que se deberán exigir a los
proyectos de actividades productivas e infraestructura que se ubiquen en zonas
no declaradas para ese tipo de uso como preferente.
• Actualizar los mapas de riesgos o de amenazas en las zonas donde se instalarán
las futuras plantas desalinizadoras.
• Re-evaluar la escala, las competencias y compatibilidades de las Zonificaciones
de Usos del Borde Costero, para incorporar lineamientos respecto a la instala-
ción de plantas desalinizadoras.
Aparte de este desafío transversal se pueden destacar un conjunto de otros desafíos
específicos para los cuales se proponen una serie de recomendaciones.
43 Pese a que la desalinización no necesariamente se tiene que desarrollar en la zona costera, el uso más
común actualmente es éste.
Por otra parte, siendo el agua un bien común natural, calificado como bien nacional
de uso público, parece recomendable que el uso preferente de las fuentes naturales,
cuando estén disponibles, sea el consumo humano y que, por lo tanto, la desalinización
tienda a sustituir o complementar otros usos. Por lo mismo, parece importante que
cuando se autorice el uso del agua de mar para desalinizar, se considere la posible
liberación de los derechos de aguas para el consumo humano (a modo de compen-
sación) o en casos calificados que un porcentaje del volumen de agua desalinizada se
destine a asegurar el consumo humano.
Otro de los posibles usos del agua desalinizada es la recarga de acuíferos o para
la restauración de cuerpos de agua degradados. Al respecto cabe señalar la necesi-
dad de analizar cuidadosamente el medio y los ecosistemas para que el contraste de
composición fisicoquímica con la masa de agua receptora no genere interacciones no
deseadas en el medio. Las zonas donde ocurre la mezcla de aguas con características
muy diferentes son químicamente activas y generan cambios importantes (pH, sali-
nidad, composición iónica) tanto en la composición del agua como en el medio físico
y ecológico.
La evidencia internacional y nacional destaca una serie de impactos posibles aso-
ciados al desarrollo de los proyectos de desalinización tanto en su etapa de cons-
trucción como en su etapa de operación. Estos impactos se asocian a la captación
de agua a ser desalinizada (puede ser agua de mar o agua de acuíferos salobres), la
descarga de salmuera y la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminan-
tes producto de la generación de electricidad requerida para este tipo de proyectos.
Estos impactos están relacionados con el diseño y tamaño del proyecto de desali-
nización. Por ejemplo, la captación de agua desde el mar implica mayores impactos
que la captación de agua desde acuíferos salobres. Existe evidencia también respecto
la implementación de procedimientos integrales e incluso disruptivos que evitan las
descargas de las salmueras de ósmosis inversa mediante recuperación de agua y ob-
tención de un subproducto valorizado (e.g. descarga cero líquido).
Al respecto de la evaluación y seguimiento de los potenciales impactos de la desa-
linización se entregan las siguientes recomendaciones generales.
• Considerar reglas especiales en la futura Ley sobre Servicio de Biodiversi-
dad y Áreas Protegidas (SBAP) para velar por los potenciales impactos de este
tipo de proyectos o similares en áreas marítimas costeras. De manera comple-
mentaria se deben establecer Líneas Base Ambientales y Normas Secundarias
de Calidad en bahías que potencialmente pueden alojar este tipo de proyectos.
• Se deben definir las magnitudes y condiciones por las cuales los proyectos
de desalinización deban ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto
Ambiental. Hoy los proyectos ingresan de manera indirecta (no integral) ya sea
por ser obras que comprenden: acueductos (letra a del reglamento del SEIA) o
los sistemas de agua potable (letra o). En esta definición se debe considerar el
tamaño mínimo de ingreso.
En términos de consideraciones específicas, respecto de la evaluación y seguimien-
to ambiental de estos proyectos se recomienda:
• En términos de la participación ciudadana en el proceso de evaluación:
− Promover la amplia participación de actores relevantes (pescadores,
artesanales e industriales, representantes de las agencias gubernamentales)
en los procesos de evaluación de impacto y decisiones de localización.
− Garantizar que las opiniones de las minorías se tengan en cuenta y que las
voces de los más vulnerables de la sociedad sean escuchadas en la toma
de decisiones
− En términos de las metodologías y estándares para realizar la evaluación
de impactos
− Establecer una regulación ambiental específica para vertidos de salmuera,
que esté apoyada por el mejor criterio científico conocido hasta la fecha.
− Emplear el mejor conocimiento científico hasta la fecha y ser flexible para
adaptarse a las condiciones específicas de cada proyecto de desalinización.
− Que la modelación de la pluma de descarga considere una batimetría de pre-
cisión, que permita visualizar las cuencas y valles submarinos por donde de-
biera mezclarse la salmuera en el campo cercano44.
44 Pese a no existir una definición precisa se puede entender el campo cercano como una distancia
del orden de metros a decenas de metros en torno al punto de descarga.
Se debe asegurar que la fuente de energía para la desalinización (sea que ésta se
use como fuente de agua para la seguridad hídrica o como apoyo para el desarrollo
de estrategias de mitigación) provenga de energía renovable para asegurar que no
exista un aumento en la emisión de gases de efecto invernadero. De acuerdo con las
proyecciones presentadas esto implica poder disponer del orden de entre 280 MWh y
840 MWh, lo que equivale a un parque solar de entre 1.000 MW y 3.000 MW de capa-
cidad instalada. Dado estos altos requerimientos es indispensable tener una coordina-
ción entre los procesos de planificación eléctrica y energética (incluyendo Planeación
Energética de Largo Plazo y Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde) con una estrate-
gia de desalinización.
Considerando las múltiples incertidumbres asociadas a los impactos potenciales de
la desalinización se recomienda avanzar en una agenda de investigación para com-
prender los impactos en especies de importancia ecológica, comercial y biodiversidad,
con la participación de pescadores y otros actores claves en la gestión pesquera, para
En enero de 2018 a través de una moción de los senadores Isabel Allende, Alejandro
Guillier, Felipe Harboe, Adriana Muñoz y Jorge Pizarro ingresó a tramitación el proyecto
de Ley Sobre el uso de agua de mar para la desalinización (Boletín 11.608-09). Desde
su ingreso a tramitación el proyecto de ley se encuentra en el Primer Trámite Consti-
tucional recibiendo Indicaciones Sustitutivas por el Ejecutivo (gobierno de S. Piñera)
en marzo 2022 a través del Oficio N 450-369. Se entregan a continuación algunas
consideraciones sobre este proyecto Ley y las indicaciones sustitutivas del Ejecutivo.
Varias de estas consideraciones fueron propuestas en los Capítulos 11, 12 y 13.
Una primera consideración relevante tiene relación con aclarar que, dado el título
y foco de este proyecto de Ley, éste no puede ser entendido como el proyecto de
Ley que trata sobre todos los aspectos de la desalinización en Chile. Esto parecería
ser una obviedad considerando los múltiples matices que tiene el desarrollo de esta
tecnología. Así, por ejemplo, el uso de agua de mar no es la única manera en la que se
desarrolla la desalinización, sino que también se pueden utilizar aguas subterráneas
salobres ubicadas en la plataforma continental. Por ende, el proyecto de Ley quedaría
limitado en sus alcances respecto de un tratamiento amplio de las distintas alternati-
vas para el desarrollo de la desalinización, pues sólo se limita al uso de agua de mar.
Sumado a lo anterior, es importante insistir que hay muchos aspectos que deben ser
tratados en normativas específicas complementarias, en particular se han destaca-
do en este informe aspectos relacionados con la normativa del uso de agua potable y
la normativa ambiental, entre otros. Pese a que es imposible el tratamiento de todos
estos temas en el proyecto de Ley se debiese dejar una mención respecto de la nece-
sidad de promover mejoras normativas y administrativas para asegurar una correcta
evaluación, implementación y operación de este tipo de proyectos.
Sin perjuicio de lo anterior respecto de los temas que son el foco del Proyecto de
Ley (y en particular de las Indicaciones que sustituyeron su texto original) se pueden
destacar las siguientes consideraciones:
• Respecto del proceso de otorgamiento de concesiones para el uso de agua de mar
considerando el interés público:
− Se debe aclarar qué se entiende por interés público en la ley.
− Se deben agregar consideraciones a este interés respecto no solo del otor-
gamiento de las concesiones, sino también para limitar su ejercicio y/o po-
ner término a ellas.
• Respecto del título para extraer el agua se debe aclarar si se requiere autorización de
la DGA cuando haya cambio en el destino de agua desalada entre usos productivos.
• Respecto de la naturaleza jurídica del agua una vez extraída se debe aclarar la
posibilidad de vender o comercializar esta agua.
• Respecto a la normativa ambiental, el proyecto de ley no se hace cargo del principio
precautorio, en virtud del cual, ante la incerteza científica de los efectos que una
actividad pueda provocar al medio ambiente, se obliga a la autoridad tomar medi-
das para evitarlo, hasta que se avance a escenarios de mayor certeza. Así, respecto
de las descargas de salmueras y metales pesados en cada zona marino-costera en
que se instale, se hace necesario una norma preventiva, considerando que el D.S.
90 es insuficiente y no existen normas de calidad secundaria vigente en ninguna
bahía de Chile. Se sugiere, por ejemplo, considerar en el proyecto de ley, una norma
que obligue que todo proyecto que ingrese al SEIA, mientras no exista una norma
de calidad secundaria en la respectiva bahía, deberá siempre tener línea de base
y seguimiento (hoy limitado a los estudios de impacto ambiental), sea que ingrese
mediante una declaración o estudio de impacto ambiental.
• Respecto de temas de ordenamiento territorial: en el proyecto de Ley no se in-
cluyen criterios de localización o de justicia ambiental específicos, sino que se
deja este tema a las normas que hoy regulan el uso de los bienes públicos y
la zonificación dispuesta en los IPT y en el borde costero. Para la planificación
territorial es muy relevante que el proyecto de ley definiera estos criterios y
mejore su integración con los instrumentos existentes (de planificación terri-
torial y la zonificación del borde costero) y de los futuros Planes Regionales de
Ordenamiento Territorial, proponiendo también modificaciones a la Ley de Ur-
banismo y Construcción y las demás pertinentes. Para evaluar la localización de
las plantas, será fundamental que en el proyecto de ley se incorporen criterios
socioambientales relacionados con los impactos en las comunidades tanto en la
fase de construcción e implementación como en la operación y disposición final
de los residuos. Se deben analizar los posibles impactos en los asentamientos
humanos, ya que la introducción de nuevas fuentes de agua puede generar pre-
sión sobre los recursos costeros, que sin una visión global del territorio puede
tener efectos negativos. Se sugiere que en la nueva ley se definan los métodos
para evaluar estos impactos mediante procesos participativos que incluyan tan-
to la visión científica como de las mismas comunidades
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ANEXO 1.
DOCUMENTACIÓN DE LOS TALLERES 12 DE AGOSTO Y 24 DE OCTUBRE
Taller 12 de agosto 2022
Tabla A.1.1.
Mesas Preguntas
Mesas y preguntas
¿Qué elementos deben considerarse en la caracterización de una de discusión
línea de base costera y oceánica para la evaluación de impactos propuestas en el
de un proyecto de desalinización? taller del 12 de
¿Cuáles son las características básicas de instalación y operación agosto de 2022.
Ciencias naturales Fuente: Elaboración
de un proyecto de desalinización que deben considerarse para la
(3 mesas) propia.
evaluación de impactos en contexto costero y oceánico?
¿Qué elementos deben considerarse en la caracterización de una
línea de base costera y oceánica para la evaluación de impactos
de un proyecto de desalinización?
¿Cuáles considera que son los desafíos con relación a los
aspectos energéticos en desalinización?
¿Qué se sabe de las experiencias hechas en Chile al respecto
(barreras/ oportunidades/desafíos) de los aspectos energéticos y
Temas socio-técnicos
de distribución de la desalinización?
(3 mesas)
¿Qué considera que se requiere para que la desalinización
reduzca su impacto ambiental (eficiencia proceso y manejo de
salmueras, dimensionamiento, localización) con relación al nexo
agua-energía?
¿Cuáles son los posibles impactos socio-culturales /
territoriales?
Temas socio-culturales ¿Cuáles son los desafíos/oportunidades de los requerimientos
(2 mesas) regulatorios y legislativos para su instalación y consumo?
¿Cuáles son los desafíos/ oportunidades en las prácticas de
consumo, uso, y aceptación del agua desalinizada?
Desde tiempos inmemoriales los seres humanos han soñado y diseñado mecanis-
mos para desalinizar el agua de mar. Se han descubierto referencias concretas a me-
canismos de desalinización en Tales de Mileto (624-547 a.C.) y Demócrito (¿460 -370?
a.C.), quienes sugirieron que el agua dulce se obtenía por filtración del agua de mar a
través de la tierra. Por su parte, Aristóteles (384- 322 a.C.) abordó en sus obras diver-
sos aspectos del problema del agua, discutió acerca de la naturaleza y propiedades
del agua de mar y la posibilidad de su desalinización. También Plinio (23-79 d.C.), en
su gran enciclopedia sobre historia natural describe varios métodos para desalinizar
agua. Alejandro de Afrodisias (193-217 d.C.), al comentar la meteorológica de Aris-
tóteles, describe por primera vez el procedimiento de destilación como método de
obtención de agua dulce a partir de agua de mar. En la Edad Media varios autores se
refirieron a la necesidad de desalinizar agua de mar, entre los que se puede citar a John
Gaddesden (1280-1361), que en su obra “Rosa Medicine” describió cuatro técnicas de
desalinización (Fundación Aquae, 2021; García, 2015).
En la Edad Moderna, se multiplicaron las referencias científicas y el estudio de mé-
todos de desalinización, debido principalmente a los descubrimientos geográficos, la
expansión del comercio y al aumento de los largos viajes a través de los mares. Por
ejemplo, Andrés Laguna (1499-1560), médico personal del rey de España, Carlos I, en
sus comentarios escritos sobre la materia médica de Pedáneo Dioscórides, cita dife-
rentes métodos de desalinización. Giovan Battista Della (1535-1615) publicó en 1589
la segunda edición de su “Magiae Naturalis” y en el último de sus veinte tomos descri-
be los métodos de obtención de agua dulce a partir de agua salina a través de métodos
conocidos en la época. Este autor tiene el mérito de haber hecho un estudio crítico de
dichos métodos y comprobar experimentalmente algunos. En el siglo XVI, los navíos
hacían uso de rudimentarios alambiques para abastecerse de agua mediante destila-
ción. Miguel Torres Corral, español experto en desalinización, cita como ejemplos las
investigaciones de John Gaddesden o Andrés Laguna. De hecho, las primeras patentes
sobre mecanismos de desalinización se deben a los ingleses W. Walcot y R. Fitzerald
en 1675 y 1683 respectivamente.
A fines del siglo XIX la desalinización se usaba por medio de evaporación y conden-
sación, es decir, se sacaba el agua de mar, se calentaba con elementos combustibles
como el carbón, generando vapor que luego condensaba en agua dulce. Este proceso
era a pequeña escala y se ocupaba una gran cantidad de combustible para calentar el
agua.
Curiosamente, Chile fue pionero en la desalinización a gran escala. En efecto, la pri-
mera planta desalinizadora de escala industrial que comúnmente mencionan los his-
toriadores fue construida en Antofagasta, lo que representa una paradoja, ya que en la
actualidad Chile dista mucho de ser protagonista en la actividad.
La historia de esta planta data de 1872, año en que el ingeniero sueco Charles Wi-
lson confeccionó la primera planta de destilación solar que se tenga noticia, con el
ANEXO 3.
TECNOLOGÍA DE NANOFILTRACIÓN PATENTE N°52.855 INAPI DESARRO-
LLADA EN U. DE C.
ANEXO 4.
CONSTRUCCIÓN DE BASE DE DATOS
En Chile no existe una fuente de información oficial centralizada sobre los proyectos
e instalaciones de desalinización. Para la elaboración del presente informe, fue nece-
sario consultar y compilar información de muy diversas fuentes, tales como: publica-
ciones académicas, publicaciones oficiales, bases de datos comerciales, información
proveniente de organismos gubernamentales, memorias de empresas e información
pública en general (ver tabla A.4.1). Cabe reiterar que la mayor parte de la información
existente no tiene el carácter de información oficial en el sentido estricto, ya que es
recopilada a partir de información asociada a otras actividades y no como informa-
ción de desalinización propiamente dicha. Así, los informes sobre uso de agua de mar
publicados por COCHILCO se refieren al empleo de este recurso como insumo para
la minería. Por otro lado, los datos sobre desalinización almacenados en el SEIA con
frecuencia están asociados a instalaciones de otras industrias y se refieren a la fase
de proyecto de una planta cuya operación puede no llegar a concretarse o suspender
sus actividades debido a cierre, sanciones, y otros múltiples motivos. Adicionalmente,
se observó que las publicaciones más antiguas contenían información sobre proyectos
que no aparecía en las publicaciones recientes. Esto hace suponer que dichos proyec-
tos no llegaron a concretarse o se encuentran paralizados, pero también es posible que
la información no se haya actualizado oportunamente.
Debido a las consideraciones anteriores, no fue posible descartar ninguna tabla o
base de datos a priori pues cada una contenía información diferente. A partir de los
datos obtenidos de las fuentes documentadas en la tabla A.4.1, se siguieron los si-
guientes pasos:
1. Identificación e individualización
Las instalaciones de desalinización no tienen un nombre oficial, por lo que cada
fuente de información puede designar una misma instalación de manera diferente.
Esto dificulta la identificación de las instalaciones y puede afectar su contabilización,
ya que una misma planta puede contarse dos o más veces, o bien, una planta existente
puede ser omitida de la contabilidad final. A continuación se describen algunos de los
casos más frecuentes que se presentaron en esta etapa:
• Una misma instalación puede aparecer con varios nombres diferentes. Por ejem-
plo: “Ampliación Planta Coloso” o “Suministro Complementario de Agua Desali-
nizada para Minera Escondida” o “Escondida EWS” se refieren a una misma plan-
ta de desalinización.
• Dos o más instalaciones pueden aparecer con nombres similares: “Distrito Mine-
ro Centinela Etapas I y II” y “Sentinel District El Tesoro - Esperanza” se refieren a
dos instalaciones de desalinización diferentes.
• Una misma instalación de desalinización puede estar asociada a diferentes en-
tidades empresariales. Por ejemplo, una instalación aparece asociada tanto a
Minera Spence –sociedad propietaria– como a BHP –el grupo controlador de la
minera– y también a Caitan SpA –empresa contratista de la instalación.
Para identificar e individualizar cada instalación se siguieron los pasos que se des-
criben abajo. A fin de facilitar este proceso, se recomienda ordenar los proyectos por
región, ya que dicho dato es de alta confiabilidad y reduce significativamente el uni-
verso de registros a compara.
Después de este proceso, la tabla maestra contiene las relaciones entre todos los
registros de las diferentes fuentes de información. A partir de la tabla maestra es fácil
generar una tabla universal con todos los campos de todas las fuentes consultadas a
través de una operación de unión de tablas en cualquier software de manejo de datos.
Esta tabla universal, permite comparar la información sobre los atributos de las insta-
laciones –estatus operativo, capacidad, tecnología de operación, etc.– según aparece
en las diferentes fuentes consultadas para así poder verificar si existen inconsistencias
y tomar decisiones sobre el tratamiento que se dará a la información disponible.
3. Comentarios finales
En primer término es importante reiterar un agradecimiento al Comité Técnico de
ACADES, quienes confirmaron y suministraron información relevante para la elabo-
ración de la base de datos. Asimismo, es necesario mencionar que ACADES envío in-
formación actualizada sobre las instalaciones de desalinización asociadas a centrales
termoeléctricas que no fue posible incluir en el informe debido a los plazos acotados.
Finalmente, es importante señalar que existen más instalaciones de las que fue po-
sible documentar en este informe. Por ejemplo, en las memorias anuales 2017 y 2021
de Aguas Antofagasta se mencionan varias instalaciones de ósmosis inversa en Taltal,
las cuales solo aparecían registradas de manera muy escueta en una de las fuentes de
información consultadas. De no ser por este registro, hubiera sido imposible identificar
esta planta. De igual forma, en la presentación realizada por la Asociación Latinoame-
ricana de desalinización y Reúso de Agua (ALADYR) ante la Comisión Especial Sobre Re-
cursos Hídricos del Senado de Chile en octubre de 2019, se menciona la existencia de
microdesalinizadoras en caletas de pescadores que no se encuentran documentadas
en las fuentes consultadas. Si bien estas plantas son pequeñas en capacidad, su exis-
tencia puede ser muy relevante para una estrategia de adaptación al cambio climático
y en términos de la ordenación territorial.
1. Modelos hidrodinámicos
Los modelos más sofisticados utilizados en consultoría se basan en la resolución de
ecuaciones derivadas de las de Navier Stokes (NS) que permiten calcular el campo de
velocidades, la presión y/o la superficie del agua en todo el dominio (Figura A.5.1a). En
la actualidad nacional, se recurre a las ecuaciones promediadas por Reynolds (RANS)
pues los modelos más sofisticados (e.g. URANS, LES, DNS) representan costos elevados
para la consultoría (Figura A.5.1b). Las RANS son utilizadas por usuarios con un alto gra-
do de especialización y requieren de recursos computacionales exigentes de alta ca-
pacidad. Su aplicación permite describir el campo cercano y, a un costo computacional
mayor, el campo lejano. Existen simplificaciones de las ecuaciones de NS para flujos
sin estratificación (e.g. las ecuaciones de onda larga, SWE) que permiten caracterizar
la evolución del flujo en el tiempo y espacio a escalas mayores, incluyendo las forzan-
tes que definen las condiciones del flujo (Figura A.5.2). Para efectos de modelación de
plumas térmicas y salinas, los modelos SWE pueden ser utilizados en forma acoplada
con modelos más pequeños y mayor resolución que permitan capturar el carácter tri-
dimensional del flujo cerda de la descarga.
Figura A.5.2.
Modelo hidrodinámico de la bahía de Coquimbo, considerando un vertido de pluma
de boyantes positiva (aguas servidas) en el centro de la bahía. El forzamiento es para un
viento constante desde el NW (izquierda) y SW (derecha). Se muestra la concentración
de coliformes fecales en (nmp/100 ml). Los vectores blancos representan la dirección de
la corriente.
Fuente: Adaptado de Herrera (2017).
CORMIX (Doneker & Jirka, 2007), Visual PLUMES, NRFIELD (Roberts et al., 1989a, 1989b,
1989c) o brIHne (IH Cantabria). En general, los paquetes basados en fórmulas empíri-
cas para descargas de un solo chorro (Jirka y Domeker, 1991) o difusores (Jirka y Akar,
1991), son sensibles a los parámetros de entrada y pueden por tanto inducir grandes
diferencias en los resultados (Robinson et al., 2015). Su aplicación debe restringirse a
las condiciones para los cuales fueron validados, y que no necesariamente coinciden
con la de un proyecto en particular (Zhao et al., 2011). Los modelos que integran las
una corriente de turbidez que sigue gravitacionalmente el gradiente del fondo marino
(Capítulo 6), se debiera contar con una batimetría de una resolución que sea capaz de
capturar los valles y cuencas submarinas. En las plumas térmicas, la resolución del mo-
delo de elevación digital (DEM, digital elevation model) es menos relevante pues la plu-
ma deriva en una profundidad de estratificación que no llega al fondo marino; con todo
se debe garantizar que la estructura vertical del flujo sea bien representada.
Shlezinger Evaluar el cambio en la Israel/ Estudio cohorte pros- El riesgo de cardiopatía isquémica aumen-
et al. (2018) incidencia de Cardiopatía pectivo histórico/ 2004-2013/ tó durante el período de estudio. OR inicio:
(TC) isquémica (CI), Diabetes Clalit Health Services/n=450 0,96, IC9 %: 0,93-0,99 y OR final: 1,06, IC95
(DM) y Cáncer Colorrectal 174/ introducción de DSW %: 1,02-1,11.
(CRC), luego de la intro- en 2006 y 2008 (2 regiones Los riesgos para DM y CRC se mantuvieron
ducción del suministro de expuestas y 1 region no ex- sin cambios.
Agua de Mar Desalinizada puesta)/ 6 años de seguimiento
(AMD)
Ben Zaken Explorar la relación en- Israel/Rehovot (expuesta AMD La adopción de AMD se asoció con una dis-
et al. tre los niveles séricos de desde 2007, n=20541) y Kfar minución significativa en las concentracio-
(2020) (TC) magnesio y la prevalencia Saba (no expuesta, n=23991) nes de magnesio sérico (2,067±0,21 antes
de demencia tras la adop- /Diagnostico de demencia y de desalinización y 2,059 ±0,216 después
ción de AMD en Israel Alzheimer/ consideran 2 perio- de desalinización, p<0,01).
dos: 2001-2006 y 2007-2018 Este cambio no se asoció con una mayor
prevalencia de demencia entre los 2 luga-
res (2.37 vs 2.55).
Alomirah Determinar la presencia Kuwait/194 muestras de agua Se encontró bromato en casi todas las
et al. de bromato en agua po- (142 agua del grifo (AMD), 19 muestras de agua del grifo (73%) con con-
(2020) (TC) table desalinizada y agua agua embotellada, 17 agua sa- centración media de 19,6 μg/L (superior a
subterránea de Kuwait lobre moderadamente salina y nivel máximo aceptable: 10 μg/L); en agua
16 agua subterránea/agua de embotellada una concentración de 2,89
pozo salina) para detectar la μg/L; agua salobre salina concentración de
presencia de bromato y bro- 9,48 μg/L y no se detectó en el agua salina
muro/2010-2011 subterránea/de pozo.
La concentración media de bromuro en el
agua del grifo fue de 46,2 μg/L, en agua
embotellada de 76,1 μg/L. La mayor in-
gesta media diaria de bromato a través del
agua del grifo se encontró en niños y adul-
tos jóvenes. El exceso de riesgo de cáncer
debido a ingestión de bromato en agua del
grifo fue superior al nivel aceptable.
Koren et al. Cuantificar el cambio en Israel/ Estudio poblacional En comunidades que cambiaron a AMD en
(2017) (TC) el magnesio sérico antes y n=66764/ Se midió el mag- 2013, el magnesio sérico promedio fue de
después de la desaliniza- nesio en 53 muestras de agua 2,065±0,19 mg/dl antes de AMD y cayó a
ción en regiones que con- del grifo de áreas con AMD y 2,057±0,19 mg/dl (p< 0,0001). El 1,62% de
sumen Agua de Mar Desali- sin AMD. Niveles medios de los sujetos tuvo concentraciones séricas
nizada (AMD) y en regiones magnesio en comunidades de magnesio ≤1,6 mg/dl en 2010-2013 y
donde no se usa AMD con DSW fue 5,4 mg/l (rango: aumentó a 2,01% en 2015–2016 (aumento
0-9,42), comparado con 25,1 un 24%, p=0,0019). No se registraron cam-
mg/l (11-37,5) en agua del gri- bios en las comunidades que no consumie-
fo “dura” natural. ron AMD.