Biografías Keynes - Modelo Keynesiano Etc
Biografías Keynes - Modelo Keynesiano Etc
Biografías Keynes - Modelo Keynesiano Etc
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Keynes en 1933
Información personal
Nacionalidad Británica
Religión Agnosticismo
Familia
Educación
Información profesional
Ocupación Economista
Conocido po Macroeconomía, Keynesianismo, demanda
r agregada, oferta agregada
Estudiantes
Joan Robinson
doctorales
Partido
Partido Liberal del Reino Unido
político
Firma
Índice
1Biografía
o 1.1Keynes estudiante
o 1.4Muerte
o 1.5Obras
o 7.2Libros
8Enlaces externos
Biografía[editar]
Keynes estudiante[editar]
Comedor del King's College (Cambridge), al que Keynes estuvo muy vinculado toda su vida. Institución en la que su padre impartió clases, donde Maynard realizó
sus estudios y de la que posteriormente fue profesor y también administrador económico.
John Maynard Keynes nació el 5 de junio de 1883 en la ciudad de Cambridge, en una familia acomodada de reputado nivel cultural. Sus padres eran John Neville
Keynes, profesor de economía y filosofía en la Universidad de Cambridge y Florence Ada Brown, una de las primeras mujeres que logró estudiar en las
universidades británicas, autora y precursora de la asistencia social que llegó a ser alcaldesa de Cambridge en 1932. 2 Su hermana Margaret (1885-1974) contrajo
matrimonio con el ganador del premio Nobel en fisiología Archibald Hill y su hermano menor Geoffrey Keynes (1887-1982) fue cirujano y gran bibliófilo.
En 1897, obtuvo una beca para estudiar en el Colegio Eton. En 1902, ingresó en el King's College en la Universidad de Cambridge, donde estudió matemáticas y
teoría de probabilidades, orientándose luego hacia la economía por consejo de sus maestros Alfred Marshall y Arthur Pigou.3
Durante su estancia como estudiante universitario en Cambridge, frecuentó el grupo de los llamados Apóstoles y de ahí pasó al denominado Círculo de
Bloomsbury, grupo intelectual y artístico que proponía un nuevo orden social, contrario a los principios morales victorianos y del que formaban parte, entre otros,
el escritor Lytton Strachey, Leonard, Virginia Woolf y el pintor Duncan Grant, con quien Keynes mantuvo una relación durante varios años. 456
La fascinación homoerótica de Keynes por Serguéi Diáguilev lo llevó a conocer en octubre de 1918 a Lidia Lopujova,7 una bailarina rusa de su compañía Ballets
Rusos, con quien contrajo matrimonio luego de un viaje por Taiwán.
Tras un breve periodo trabajando en el servicio administrativo británico para la India, en 1909 entró como profesor en el King's College de Cambridge, donde
enseñaría economía hasta su muerte.8
El comienzo de su carrera[editar]
Keynes en 1913
En 1906 fue nombrado funcionario público del Home Civil Service. Fue destinado a la Indian Office, donde acumuló un profundo conocimiento del sistema
financiero indio. Producto de su estancia en este departamento escribió en 1913 Moneda y finanzas en la India. Después de considerar decepcionante su trabajo en
esta oficina, en junio de 1908 renunció a su puesto para trabajar en la Universidad de Cambridge en teoría de probabilidades. En 1909 consiguió una plaza de
profesor en la cátedra de Pigou de esta universidad. En 1911 fue nombrado editor de la revista económica Economics Journal y durante los años 1913 y 1914 fue
miembro de la Royal Commission on Indian Finance and Currency.
En 1916 comenzó a trabajar como consejero del Ministerio de Hacienda británico (HM Treasury). Entre sus responsabilidades se encontraba el diseño de los
contratos crediticios entre el Reino Unido y sus aliados continentales durante la guerra, y los sistemas de adquisiciones exteriores. En 1919, tras finalizar
la primera guerra mundial, formó parte de la delegación británica en la Conferencia de Paz de París, puesto del que dimitió ese mismo año por estar disconforme
con el régimen abusivo de indemnizaciones y reparaciones que se imponían a Alemania, que consideraba una «Paz cartaginesa».9 Sobre este tema escribió, en
1919, el libro Las consecuencias económicas de la paz, en el que anunciaba las implicaciones y consecuencias de las condiciones económicas impuestas a
Alemania en el Tratado de Versalles.
El periodo de entreguerras[editar]
Caricatura de Keynes en 1934
En 1919, regresó a la Universidad de Cambridge, pero compartía su tiempo entre sus estancias en el domicilio familiar de la calle Harvey en Cambridge y el 46 de
Gordon Square en Londres, ciudad donde ejercía un intenso conjunto de actividades. Fue miembro de varios consejos de administración de empresas financieras y
aseguradoras, dirigía el semanario Nation and Athenaeum y Economic Journal y participaba en el Consejo asesor económico del primer ministro británico. Keynes
también fue un inversor de éxito, logrando hacerse con una gran fortuna (después de afianzarse como economista, ya que en su juventud sufrió grandes pérdidas
que debieron ser cubiertas por su padre). Durante el Crack del 29 casi queda en bancarrota, pero pudo recuperarse en poco tiempo.
Se lo considera un gran bibliófilo, en especial por lo que respecta a las ediciones originales de las obras de Isaac Newton. Estaba interesado en la literatura en
general y el drama en particular. Se constituyó en empresario del Teatro de Artes de Cambridge, labor en la que puso gran entusiasmo (cierto día que el portero
estaba ausente se le pudo ver a él mismo cortando las entradas en el hall). Gracias a esto, la institución se convirtió durante un tiempo en el más importante
escenario británico fuera de Londres. En 1925, contrajo matrimonio con la bailarina rusa Lidia Lopujova.10
Bertrand Russell dijo de Keynes: «Es la mente más aguda y más clara que jamás conocí. Cuando discutía con él, sentía que mi vida pendía de un hilo y raramente
terminaba sintiéndome algo muy diferente a un estúpido». Otro conocido comentario que Keynes hizo a su mujer fue que había «encontrado a Dios en el tren de
las 5:15» cuando recibía a Ludwig Wittgenstein, el protegido de Russell, para su estancia en Cambridge.
Muerte[editar]
Keynes murió el 21 de abril de 1946 a causa de un infarto. Sus problemas cardíacos se agravaron por la presión de su trabajo en los problemas financieros
internacionales de la posguerra.
Obras[editar]
El número 46 de Gordon Square, en Londres, fue la residencia de Keynes en esta ciudad entre 1916 y 1946.
Las consecuencias económicas de la paz[editar]
Keynes realiza en 1919 una crítica al Tratado de Versalles por las consecuecias negativas que en su opinión tendría el tratado sobre la economía alemana y sobre
toda Europa, ya que afirmaba que la "venganza" por parte de Alemania no tardaría en llegar. 11 Esta obra, al predecir en cierto modo el surgimiento del
nacionalsocialismo y la llegada de Hitler al poder, catapultó a Keynes a la fama. 12
Tratado sobre probabilidades[editar]
Keynes publicó su Tratado sobre la probabilidad en 1920, una contribución a las bases matemáticas y filosóficas de la teoría de la probabilidad.
Tratado sobre la reforma monetaria[editar]
Atacó las políticas deflacionarias de los años 20 en un Tratado sobre la reforma monetaria de 1923, una argumentación sobre por qué los países deberían apuntar
a la estabilidad de los precios domésticos al tiempo de proponer el uso de tipos de cambio flexibles. En el Tratado sobre el dinero de 1930 (en dos volúmenes)
expone su teoría de tipo Wickselliana sobre ciclo de crédito.
Teoría general del empleo, el interés y el dinero[editar]
Artículo principal: Teoría general del empleo, el interés y el dinero
Su obra central, la Teoría general del empleo, el interés y el dinero, desafió el paradigma económico dominante cuando se publicó en 1936.13 En este libro, Keynes
presenta una teoría basada en la noción de demanda agregada para explicar la variación general de actividad económica, tales como las observadas durante la Gran
Depresión. Según su teoría, el ingreso total de la sociedad está definido por la suma del consumo y la inversión; y en una situación de desempleo y capacidad
productiva no utilizada, «solamente» pueden aumentarse el empleo y el ingreso total incrementando primero los gastos, sea en consumo o en inversión. 14
La cantidad total de ahorro en la sociedad es determinada por el ingreso total y, por tanto, la economía podría alcanzar un incremento del ahorro total, aun si las
tasas de interés se bajaran para estimular los gastos en inversión. El libro abogaba por políticas económicas activas por parte del gobierno para estimular la
demanda en tiempos de elevado desempleo, por ejemplo a través de gastos en obras públicas. El libro se considera a menudo como el fundador de
la macroeconomía moderna.15 Los historiadores concuerdan en que Keynes influyó en el New Deal del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, pero
discuten aún sobre el grado de dicha influencia. 16 Una política de gasto deficitario como la emprendida en el New Deal comenzó en 1938, que había sido
llamada pump priming en 1932 por el presidente Herbert Hoover. Pocos economistas renombrados en los Estados Unidos comulgaron con las ideas de Keynes
durante los años 30.[cita requerida] Con el tiempo, sin embargo, sus ideas fueron más ampliamente aceptadas.
¿Cómo pagar la guerra?[editar]
En 1942, Keynes era ya un economista ampliamente reconocido, como evidencia su admisión en la Cámara de los Lores con el título de barón Keynes de Tilton en
el Condado de Sussex, ubicándose en la bancada del Partido Liberal. Durante la Segunda Guerra Mundial, Keynes argumentó en ¿Cómo pagar la guerra? (1940)
que el esfuerzo bélico debería financiarse mayoritariamente mediante el aumento de colonias en África y por mayores impuestos, en lugar de gasto deficitario, para
de esa manera evitar la inflación. Es claro que este algoritmo tendría sus ventajas para Inglaterra, no así para los países a los que les tocara en suerte ser "colonias"
(William R. Catton Jr. Overshoot ("Sobrecarga"), 1980). A medida que la victoria aliada parecía más segura, Keynes estuvo muy involucrado en las negociaciones
que establecieron el sistema Bretton Woods, en su papel de líder de la delegación británica y presidente de la comisión del Banco Mundial. El plan de Keynes,
referente a una Unión Internacional de Compensación propuesta para un sistema de administración de divisas, involucraba un banco central mundial que sería
responsable de una unidad mundial única de cambio, el Bancor. Sin embargo, el peso de los EE. UU. en las negociaciones fue determinante para que el resultado
final estuviera más acorde a los planes de Harry Dexter White, estableciéndose el uso del dólar estadounidense como moneda de reserva, dando inicio a
su presencia dominante en las finanzas globales.
Obras menores[editar]
La brillante actuación de Keynes como inversor bursátil está demostrada por la información pública del fondo que administró en nombre del King's College de
Cambridge.
Desde 1928 a 1945, a pesar de recibir un gran golpe durante el Crack de Wall Street de 1929, el valor del fondo de Keynes mostró un considerable crecimiento
anual promedio de 13,2 %, comparado con un nivel general en el mercado del Reino Unido que se redujo en un promedio del 0,5 % anual.
El enfoque generalmente adoptado por Keynes con sus inversiones lo resumió él mismo en:
1. Una tenencia firme de estas relativamente grandes cantidades contra viento y marea, quizás por varios años, hasta que, o bien han satisfecho la
expectativa que se tenía sobre ellas o sea evidente que su compra fue un error.
2. Una posición equilibrada de la inversión, es decir, una variedad de riesgos a pesar de que las tenencias individuales sean grandes, y riesgos
contrapuestos si es posible (por ejemplo, una tenencia de oro entre otras inversiones en acciones, ya que probablemente se moverán en direcciones
opuestas cuando haya fluctuaciones generales).
Keynes argumentó que:
Invertir es intolerablemente aburrido y demasiado exigente para cualquiera que esté exento del instinto apostador; mientras que quien lo tiene debe pagar a esta
propensión el precio adecuado.
Las compañías industriales bien manejadas, como regla, no distribuyen el total de sus beneficios a sus accionistas. En los buenos años, si no en todos los años,
retienen parte de sus beneficios y los reinvierten en sus negocios. Por ende hay un elemento de interés compuesto operando en favor de una inversión industrial
razonable.
Principales contribuciones al pensamiento económico[editar]
Keynes (derecha) y el representante estadounidense Harry Dexter White en la reunión inaugural de la Junta de Gobernadores del Fondo Monetario
Internacional en Savannah (Georgia) en 1946
En su obra principal, Teoría general del empleo, el interés y el dinero, Keynes escribió sus opiniones en lo referente al empleo, teoría monetaria, y el ciclo de
comercio, entre otros temas. Su obra dedicada al empleo se oponía a todo lo que los economistas clásicos habían enseñado. Keynes decía que la causa real del
desempleo era el insuficiente gasto en inversión. Creía que la cantidad de trabajo entregada es diferente cuando el decrecimiento en los salarios reales (el producto
marginal del trabajo) se debe al decrecimiento del salario monetario, que en el caso cuando se debe a un incremento del nivel de precios, asumiendo que el salario
monetario se mantenga constante.
Se puede sintetizar su aporte en el concepto de que cuando la demanda deviene transitoriamente más pequeña, ello puede tener como consecuencia, en
determinados contextos institucionales, el que la oferta también se contraiga; con lo que resultaría un nuevo equilibrio del mercado, pero habiendo perdido el
mercado mismo cierta magnitud entre ambos momentos.
En su teoría, el desencadenante de esos movimientos en la demanda y la oferta es el mercado de capital. La demanda de capital transitoriamente deviene menor, a
partir de lo cual la oferta de capital le sigue mímicamente a la baja, en vez de mantenerse transitoriamente o aumentar transitoriamente.
Al resolverse ambos movimientos, el de la demanda de capital y el de la oferta de capital, ambos a la baja, el mercado como un todo vuelve a un nuevo equilibrio.
Pero en este, la cantidad de capital aplicado será menor que antes, por lo cual la nueva proporción resultante entre los demás factores de producción —trabajo y
recursos— y el capital últimamente en el mercado, se alterará. Al reducirse o retenerse parte del capital o ahorro de antaño, una parte de los otros dos factores
resultará excedente y no podrá más que quedar fuera del mercado; se realiza como un creciente stock involuntario de estos otros dos factores. Todo esto sucede en
el contexto de cierta inflexibilidad en la información que se disemina y comunica, a partir de un marco institucional dado; que queda más o menos anacrónico o
extemporáneo a los giros en el mercado de capital, que desencadenan luego el desempleo o la formación involuntaria de stocks de factores.
En su Teoría del dinero, Keynes dijo que los ahorros e inversión estaban determinados en forma independiente. La cantidad destinada a ahorro tenía poco que ver
con las variaciones en las tasas de interés, que a su vez tenían poco que ver con cuanto se destinaba a inversión. Keynes pensó que los cambios en la cantidad
destinada a ahorro dependían en la predisposición para consumir que resultaba de cambios incrementales, marginales, al ingreso. Por tanto, la cantidad destinada a
inversión estaba determinada por la relación entre la tasa esperada de retorno sobre la inversión y la tasa de interés.
Keynes, el proteccionismo y el libre comercio[editar]
El punto de inflexión de la Gran Depresión[editar]
Al principio de su carrera, Keynes era un economista marshalliano profundamente convencido de los beneficios del libre comercio. A partir de la crisis de 1929,
constatando el compromiso de las autoridades británicas de defender la paridad del oro de la libra esterlina y la rigidez de los salarios nominales, se adhirió
progresivamente a medidas proteccionistas . 17
El 5 de noviembre de 1929, al ser escuchado por el Comité MacMillan para sacar a la economía británica de la crisis, Keynes indicó que la introducción de
aranceles a las importaciones ayudaría a reequilibrar la balanza comercial. El informe de la comisión afirma en una sección titulada "control de las importaciones y
ayuda a la exportación , que en una economía en la que no hay pleno empleo, la introducción de aranceles puede mejorar la producción y el empleo. Así, la
reducción del déficit comercial favorece el crecimiento del país. 17
En enero de 1930, en el Consejo Económico Consultivo, Keynes propuso la introducción de un sistema de protección para reducir las importaciones. En otoño de
1930, propuso un arancel uniforme del 10% para todas las importaciones y subvenciones del mismo tipo para todas las exportaciones. 17 En el Tratado sobre el
dinero, publicado en el otoño de 1930, retomó la idea de los aranceles u otras restricciones comerciales con el objetivo de reducir el volumen de las importaciones
y reequilibrar la balanza comercial.17
Keynes en 1930.
El 7 de marzo de 1931, en el New Statesman y Nation, escribió un artículo titulado Proposal for a Tariff Revenue. Señala que la reducción de los salarios conduce
a una reducción de la demanda interna, lo que limita las oportunidades de mercado. Propone en cambio la idea de una política expansiva asociada a un sistema
arancelario para neutralizar los efectos sobre la balanza comercial. La aplicación de aranceles aduaneros le parecía "inevitable, sea quien sea el Ministro de
Hacienda". Así, para Keynes, una política de recuperación económica solo es plenamente eficaz si se elimina el déficit comercial. Propuso un impuesto del 15%
sobre los productos manufacturados y semimanufacturados y del 5% sobre determinados productos alimenticios y materias primas, quedando exentos otros
necesarios para la exportación (lana, algodón). 17
En 1932, en un artículo titulado Los pro y los antiaranceles, publicado en The Listener, se planteó la protección de los agricultores y de ciertos sectores como el
automovilístico y el siderúrgico, considerándolos indispensables para Gran Bretaña. 17
La crítica de la teoría de la ventaja comparativa[editar]
En la situación posterior a la crisis de 1929, Keynes consideró que los supuestos del modelo de libre comercio no eran realistas. Critica, por ejemplo, el supuesto
neoclásico de ajuste salarial17.18
Ya en 1930, en una nota al Economic Advisory Council , dudaba de la intensidad de la ganancia de la especialización en el caso de los productos manufacturados .
Mientras participaba en el Comité MacMillan, admitió que ya no "creía en un grado muy alto de especialización nacional" y se negó a "abandonar cualquier
industria que no pueda, por el momento, sobrevivir". También criticó la dimensión estática de la teoría de la ventaja comparativa que, según él, al fijar
definitivamente las ventajas comparativas, conduce en la práctica a un despilfarro de los recursos nacionales 17·.18
En el Daily Mail del 13 de marzo de 1931, calificó de "disparate" la hipótesis de la perfecta movilidad sectorial de la mano de obra, ya que estipula que una
persona que se queda sin trabajo contribuye a reducir la tasa salarial hasta que encuentra un empleo. Sin embargo, para Keynes, este cambio de trabajo puede
implicar costes (búsqueda de empleo, formación) y no siempre es posible. En general, para Keynes, los supuestos de pleno empleo y retorno automático al
equilibrio desacreditan la teoría de la ventaja comparativa 17·.18
En julio de 1933, publicó un artículo en el New Statesman and Nation titulado National Self-Sufficiency, en el que criticaba el argumento de la especialización de
las economías, base del libre comercio. Así, propuso la búsqueda de un cierto grado de autosuficiencia. A la especialización de las economías preconizada por la
teoría ricardiana de la ventaja comparativa, prefiere el mantenimiento de una diversidad de actividades para las naciones. 18 En él refuta el principio del comercio de
la paz. Su visión del comercio se ha convertido en la de un sistema en el que los capitalistas extranjeros compiten por la conquista de nuevos mercados. Defiende
la idea de producir en suelo nacional cuando sea razonablemente posible y expresa su simpatía por los partidarios del proteccionismo.19Señala en Autosuficiencia
Nacional:17
Un grado considerable de especialización internacional es necesario en un mundo racional en todos los casos en que lo dictan las grandes diferencias de clima,
recursos naturales, aptitudes nativas, nivel de cultura y densidad de población. Pero en una gama cada vez más amplia de productos industriales, y quizá también
de productos agrícolas, he llegado a dudar de que la pérdida económica de la autosuficiencia nacional sea lo suficientemente grande como para compensar las
demás ventajas de situar gradualmente el producto y el consumidor en el ámbito de una misma organización nacional, económica y financiera. La experiencia
acumulada demuestra que la mayoría de los procesos modernos de producción en masa pueden llevarse a cabo en la mayoría de los países y climas con una
eficiencia casi igual.
También escribe en Autosuficiencia Nacional:17
Por lo tanto, simpatizo con los que quieren minimizar, más que con los que quieren maximizar, el enredo económico entre las naciones. Las ideas, el
conocimiento, la ciencia, la hospitalidad, los viajes... son cosas que, por su naturaleza, deberían ser internacionales. Pero dejemos que los bienes sean hechos en
casa siempre que sea razonable y convenientemente posible, y, sobre todo, que las finanzas sean principalmente nacionales.
En años posteriores, Keynes mantuvo una correspondencia escrita con Meade centrada en el tema de la restricción de las importaciones. Keynes y Meade
debatieron sobre la mejor opción entre la cuota y el arancel. En marzo de 1944, Keynes inició una discusión con Fleming después de que este último escribiera un
artículo titulado Cuotas versus depreciación. En esta ocasión, observamos que ha adoptado definitivamente una posición proteccionista tras la Gran Depresión.
Considera que las cuotas pueden ser más eficaces que la depreciación de la moneda para hacer frente a los desequilibrios exteriores. Así, para Keynes, la
depreciación de la moneda ya no era suficiente y las medidas proteccionistas se hicieron necesarias para evitar los déficits comerciales. Para evitar el retorno de las
crisis debido a un sistema económico autorregulado, le parecía esencial regular el comercio y detener el libre comercio (desregulación del comercio exterior). 17
Señala que los excedentes conducen a una demanda agregada débil: los países que producen excedentes tienen una "externalidad negativa" sobre los socios
comerciales. Los países que importan más de lo que exportan debilitan sus economías. Cuando el déficit comercial aumenta, el desempleo sube y el PIB se
ralentiza. Y los países con superávit se enriquecen a costa de los países con déficit. Destruyen la producción de sus socios comerciales. John Maynard Keynes creía
que había que gravar los productos de los países excedentarios para evitar los desequilibrios comerciales. 20 Así, ya no cree en la teoría de la ventaja
comparativa (en la que se basa el libre comercio) que afirma que el déficit comercial no importa, ya que el comercio es mutuamente beneficioso.
Esto explica también su voluntad de sustituir la liberalización del comercio internacional (libre comercio) por un sistema de regulación destinado a eliminar los
desequilibrios comerciales en estas propuestas de los acuerdos de Bretton Woods.
Influencia de Keynes[editar]
Las teorías de Keynes fueron tan influyentes, aun siendo disputadas, que hoy en día todo un subcampo de la macroeconomía llamada economía
keynesiana continúa desarrollando y discutiendo sus teorías y sus aplicaciones. John Maynard Keynes se interesó en diversos campos de la cultura y fue una figura
central del llamado grupo de Bloomsbury, conformado por prominentes artistas y escritores del Reino Unido. Sus ensayos autobiográficos Two Memoirs se
publicaron en 1949.
Crítica[editar]
Su obra de 1930 Tratado sobre el dinero (Treatise on Money) en dos volúmenes fue vista como el mejor trabajo de Keynes por uno de sus más frecuentes
oponentes intelectuales, Milton Friedman. Friedman y otros monetaristas han argumentado que los economistas keynesianos no prestan suficiente atención a
la estanflación.
Friedrich Von Hayek hizo una reseña negativa del Tratado sobre el dinero .[cita requerida] El conflicto Keynes-Hayek fue más que una de las batallas en la
guerra entre Cambridge y la Escuela de economía de Londres, fue precursor del enfrentamiento de las dos principales concepciones económicas
dominantes desde el final de la II Guerra Mundial y hasta la actualidad, pero contradictorias entre sí.
Ludwig Von Mises
Henry Hazlitt escribió un libro llamado El fracaso de las nuevas economías (The Failure of the New Economics), una crítica a la Teoría general de
Keynes.21
Publicaciones[editar]
El keynesianismo es una teoría económica propuesta por John Maynard Keynes, plasmada en su obra Teoría general del empleo, el interés y el dinero, publicada
en 1936 como respuesta hipotética a la Gran Depresión de 1929.
La economía propuesta por Keynes se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel
de empleo y de ingresos.1 El interés final de Keynes fue intentar dotar a las instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las
épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica
para actuar de esta manera parte, sobre todo, del efecto multiplicador que, según Keynes, se produce ante un incremento en la demanda.
Índice
1Ruptura con el paradigma clásico
2Formalización
o 2.1Propensión a consumir, ahorro e inversión.
4Consideraciones políticas
5Críticas
6Desarrollos posteriores
7Véase también
8Notas
9Enlaces externos
o 9.1En castellano
"Cruz keynesiana"
Lo anterior define la llamada ‘’’función del consumo’’’, que se puede entender como simplemente formalizando lo que se ha dicho anteriormente: que el consumo
agregado es una función de la fracción del ingreso que no se ahorra, es decir, es la fracción dedicada a consumir. Más formalmente, que depende de la propensión
a consumir. (por supuesto, lo mismo se puede decir del ahorro, lo que determina una ‘’’función del ahorro’’’).
Ahora, si la economía estuviera en equilibrio walrasiano o clásico, el consumo o demanda agregada sería equivalente a la producción (todo lo producido sería
consumido y todos los ingresos solo vendrían de lo que se vende). Si representamos gráficamente lo anterior, eso constituiría una línea recta bifurcando (en un
ángulo de 45 grados) el rectángulo delineado por línea vertical que representa la demanda agregada y la horizontal que representa el producto agregado (o ingreso
agregado). Es decir, a cada aumento en una unidad del ingreso, existiría un aumento de una unidad en el consumo. 24
En realidad, por supuesto, la situación es un poco más complicada, dado que la cantidad de ingresos depende no solo del consumo de bienes producidos
actualmente sino también del cuanto se haya invertido (o se invierta en el presente); lo que se reciba como recursos de crédito. etc. Así, la demanda agregada real
de un país en un momento determinado se puede representar: 25
donde:
es la Demanda Agregada,
es el consumo,
y C = + bY
sigue que:
Y = + bY + I
si substraemos bY de ambos lados:
Y - bY = + I
factorizando Y:
Y (1-b) = + I
dividiendo por (1-b) da:
en el cual 1/1-b es el multiplicador y (+ I) es el componente autónomo (proveniente de ahorros y préstamos o algún incremento monetario) sobre el cual el
multiplicador ejercerá su efecto.
Propensión a consumir, ahorro e inversión.[editar]
Así pues, la propensión marginal a consumir o Consumo Marginal es la variación del consumo cuando el ingreso disponible varía en una unidad, es decir, la
relación entre una variación en el ingreso y la modificación correspondiente en el gasto en consumo. 35
Formalizando lo anterior. Keynes postuló la ecuación del consumo:
En la cual C es el consumo total; Ca es el consumo autónomo (aquel consumo que no depende del ingreso), "b" es la propensión marginal a consumir, e Yd es el
ingreso disponible. (Yd=Yt-T+TR, donde Yt es el ingreso total, T son los impuestos y TR son las transferencias).
Si la propensión a consumir ("b") es débil, las oportunidades de inversión no son atrayentes (dado que quienes invierten buscan ganancia. Una demanda baja
reduce la posibilidad de obtenerla), consecuentemente, una parte del ingreso que no se consume tampoco se invertirá y la demanda efectiva se reducirá, por lo que
la economía se contraerá y el nivel de empleo descenderá. 36 De manera que como el ahorro y la inversión no siempre están en equilibrio, 37 al estado le corresponde
actuar para asegurar el nivel de inversión necesario para multiplicar la actividad económica y garantizar el pleno empleo.
En términos prácticos, y para contrarrestar la espiral negativa de los '30, Keynes proponía que en momentos de estancamiento económico, el estado tiene la
obligación de estimular la demanda con mayores gastos económicos, de manera que consideró la política fiscal como un instrumento decisivo.
Teóricamente, hay tres maneras que el Estado puede financiar esos gastos: 1.- Aumentar los impuestos. 2.- Imprimir más dinero y 3.- Endeudamiento fiscal (uso de
los dineros que la población está ahorrando). Keynes basa sus sugerencias sobre un dinero con valor relativamente estable, por lo que no es partidario del
incremento indiscriminado en su "producción".38 Aunque para Keynes el incremento de impuestos era legítimo si se orientaba al aumento de la inversión pública y
de la demanda, consideraba más apropiado financiar el incremento del gasto fiscal a través del endeudamiento, 39 dedicando los impuestos recaudados al pago -
posterior- de la deuda.40 El otro lado de esa política es que el Estado debe pagar esa deuda cuando sus ingresos aumenten, debido al incremento por ingresos de
impuestos cuando eventualmente haya un auge (nótese: ese aumento en los ingresos se debe al auge o expansión en la economía, etc, no a un incremento en la tasa
de impuestos). En otras palabras, la propuesta de Keynes es que el Estado debe jugar en general un papel contracíclico en la economía: estimulando la demanda en
momentos de recesión y restringiéndola en momentos de auge. De esta manera, los ciclos económicos se aminoran y no se transforman en crisis.
Tasas de interés y rentabilidad[editar]
La teoría clásica suponía que las leyes del mercado harían mover las tasas de interés al punto adecuado para garantizar el rendimiento de las inversiones, pero
también en este caso el dogma clásico apenas cubría casos excepcionales (generalmente, ese en el cual el capital esta lo suficientemente disperso como para estar
sometido a competencia entre sus poseedores y todos consideran que invertir es mejor que mantener dinero en los bolsillos), en tanto la realidad funciona
generalmente en otra forma:
La preferencia por la liquidez, lleva a la gente a atesorar o a tratar de tener dinero efectivo o disponible, pero esa preferencia por la liquidez puede llevar
a acciones dañinas a la conveniencia económica general. Por ejemplo, si hay incertidumbre o los precios decaen fuertemente, la población en general
puede preferir mantener su dinero “en la mano”, tendencia que, si se generaliza, puede llevar a una profundización seria de la disminución de la demanda
por bienes y servicios o incluso a un pánico bancario. Así, "la tasa de interés es el premio que tiene que ofrecerse para inducir a la gente para conservar su
riqueza en cualquier otra forma distinta al dinero atesorado". 41
Igualmente problemático desde el punto de vista general es el resultado de la acumulación de grandes cantidades de dinero en pocas manos. Esos
“rentistas” llegan a estar en una situación que les permite demandar intereses excesivos por el uso de ese dinero, lo que tiende a disminuir la inversión y
consecuentemente, deprime (aún en términos clásicos.- ver cita de Carlos A. Rodríguez) la economía en general.
Si las autoridades monetarias fallan en reducir las tasas de interés por debajo de la eficiencia marginal del capital, la economía se contraerá irremediablemente,
aunque la causa de fondo del desánimo de la inversión no es el nivel de las tasas de interés sino la caída de la rentabilidad. Para Keynes, finalmente,
una recesión "es el resultado del cambio cíclico de la eficiencia marginal del capital". 42
Keynes, el proteccionismo y el libre comercio[editar]
El punto de inflexión de la Gran Depresión[editar]
Al principio de su carrera, Keynes era un economista marshalliano profundamente convencido de los beneficios del libre comercio. A partir de la crisis de 1929,
constatando el compromiso de las autoridades británicas de defender la paridad del oro de la libra esterlina y la rigidez de los salarios nominales, se adhirió
progresivamente a medidas proteccionistas . 43
El 5 de noviembre de 1929, al ser escuchado por el Comité MacMillan para sacar a la economía británica de la crisis, Keynes indicó que la introducción de
aranceles a las importaciones ayudaría a reequilibrar la balanza comercial. El informe de la comisión afirma en una sección titulada "control de las importaciones y
ayuda a la exportación , que en una economía en la que no hay pleno empleo, la introducción de aranceles puede mejorar la producción y el empleo. Así, la
reducción del déficit comercial favorece el crecimiento del país. 43
En enero de 1930, en el Consejo Económico Consultivo, Keynes propuso la introducción de un sistema de protección para reducir las importaciones. En otoño de
1930, propuso un arancel uniforme del 10% para todas las importaciones y subvenciones del mismo tipo para todas las exportaciones. 43 En el Tratado sobre el
dinero, publicado en el otoño de 1930, retomó la idea de los aranceles u otras restricciones comerciales con el objetivo de reducir el volumen de las importaciones
y reequilibrar la balanza comercial.43
Keynes en 1930.
El 7 de marzo de 1931, en el New Statesman y Nation, escribió un artículo titulado Proposal for a Tariff Revenue. Señala que la reducción de los salarios conduce
a una reducción de la demanda interna, lo que limita las oportunidades de mercado. Propone en cambio la idea de una política expansiva asociada a un sistema
arancelario para neutralizar los efectos sobre la balanza comercial. La aplicación de aranceles aduaneros le parecía "inevitable, sea quien sea el Ministro de
Hacienda". Así, para Keynes, una política de recuperación económica sólo es plenamente eficaz si se elimina el déficit comercial. Propuso un impuesto del 15%
sobre los productos manufacturados y semimanufacturados y del 5% sobre determinados productos alimenticios y materias primas, quedando exentos otros
necesarios para la exportación (lana, algodón). 43
En 1932, en un artículo titulado Los pro y los antiaranceles, publicado en The Listener, se planteó la protección de los agricultores y de ciertos sectores como el
automovilístico y el siderúrgico, considerándolos indispensables para Gran Bretaña. 43
La crítica de la teoría de la ventaja comparativa[editar]
En la situación posterior a la crisis de 1929, Keynes consideró que los supuestos del modelo de libre comercio no eran realistas. Critica, por ejemplo, el supuesto
neoclásico de ajuste salarial43.44
Ya en 1930, en una nota al Economic Advisory Council , dudaba de la intensidad de la ganancia de la especialización en el caso de los productos manufacturados .
Mientras participaba en el Comité MacMillan, admitió que ya no "creía en un grado muy alto de especialización nacional" y se negó a "abandonar cualquier
industria que no pueda, por el momento, sobrevivir". También criticó la dimensión estática de la teoría de la ventaja comparativa que, según él, al fijar
definitivamente las ventajas comparativas, conduce en la práctica a un despilfarro de los recursos nacionales 43·.44
En el Daily Mail del 13 de marzo de 1931, calificó de "disparate" la hipótesis de la perfecta movilidad sectorial de la mano de obra, ya que estipula que una
persona que se queda sin trabajo contribuye a reducir la tasa salarial hasta que encuentra un empleo. Sin embargo, para Keynes, este cambio de trabajo puede
implicar costes (búsqueda de empleo, formación) y no siempre es posible. En general, para Keynes, los supuestos de pleno empleo y retorno automático al
equilibrio desacreditan la teoría de la ventaja comparativa 43·.44
En julio de 1933, publicó un artículo en el New Statesman and Nation titulado National Self-Sufficiency, en el que criticaba el argumento de la especialización de
las economías, base del libre comercio. Así, propuso la búsqueda de un cierto grado de autosuficiencia. A la especialización de las economías preconizada por la
teoría ricardiana de la ventaja comparativa, prefiere el mantenimiento de una diversidad de actividades para las naciones. 44 En él refuta el principio del comercio de
la paz. Su visión del comercio se ha convertido en la de un sistema en el que los capitalistas extranjeros compiten por la conquista de nuevos mercados. Defiende
la idea de producir en suelo nacional cuando sea razonablemente posible y expresa su simpatía por los partidarios del proteccionismo.45Señala en Autosuficiencia
Nacional:43
Un grado considerable de especialización internacional es necesario en un mundo racional en todos los casos en que lo dictan las grandes diferencias de clima,
recursos naturales, aptitudes nativas, nivel de cultura y densidad de población. Pero en una gama cada vez más amplia de productos industriales, y quizá también
de productos agrícolas, he llegado a dudar de que la pérdida económica de la autosuficiencia nacional sea lo suficientemente grande como para compensar las
demás ventajas de situar gradualmente el producto y el consumidor en el ámbito de una misma organización nacional, económica y financiera. La experiencia
acumulada demuestra que la mayoría de los procesos modernos de producción en masa pueden llevarse a cabo en la mayoría de los países y climas con una
eficiencia casi igual.
También escribe en Autosuficiencia Nacional:43
Por lo tanto, simpatizo con los que quieren minimizar, más que con los que quieren maximizar, el enredo económico entre las naciones. Las ideas, el
conocimiento, la ciencia, la hospitalidad, los viajes... son cosas que, por su naturaleza, deberían ser internacionales. Pero dejemos que los bienes sean hechos en
casa siempre que sea razonable y convenientemente posible, y, sobre todo, que las finanzas sean principalmente nacionales.
En años posteriores, Keynes mantuvo una correspondencia escrita con Meade centrada en el tema de la restricción de las importaciones. Keynes y Meade
debatieron sobre la mejor opción entre la cuota y el arancel. En marzo de 1944, Keynes inició una discusión con Fleming después de que este último escribiera un
artículo titulado Cuotas versus depreciación. En esta ocasión, observamos que ha adoptado definitivamente una posición proteccionista tras la Gran Depresión.
Considera que las cuotas pueden ser más eficaces que la depreciación de la moneda para hacer frente a los desequilibrios exteriores. Así, para Keynes, la
depreciación de la moneda ya no era suficiente y las medidas proteccionistas se hicieron necesarias para evitar los déficits comerciales. Para evitar el retorno de las
crisis debido a un sistema económico autorregulado, le parecía esencial regular el comercio y detener el libre comercio (desregulación del comercio exterior). 43
Señala que los excedentes conducen a una demanda agregada débil: los países que producen excedentes tienen una "externalidad negativa" sobre los socios
comerciales. Los países que importan más de lo que exportan debilitan sus economías. Cuando el déficit comercial aumenta, el desempleo sube y el PIB se
ralentiza. Y los países con superávit se enriquecen a costa de los países con déficit. Destruyen la producción de sus socios comerciales. John Maynard Keynes creía
que había que gravar los productos de los países excedentarios para evitar los desequilibrios comerciales. 46 Así, ya no cree en la teoría de la ventaja
comparativa (en la que se basa el libre comercio) que afirma que el déficit comercial no importa, ya que el comercio es mutuamente beneficioso.
Esto explica también su voluntad de sustituir la liberalización del comercio internacional (libre comercio) por un sistema de regulación destinado a eliminar los
desequilibrios comerciales en estas propuestas de los acuerdos de Bretton Woods.
Consideraciones políticas[editar]
Dentro de la coyuntura histórica, económica y política, el keynesianismo —y sus proyectos consecuentes como el Estado de bienestar y el desarrollismo— dio a
los dirigentes mundiales la oportunidad de salvar al capitalismo, cuya existencia llegó a verse amenazada debido al coplapso mundial por las guerras mundiales y
la consecuente crisis económica del año 1929 tras la intervención de la FED en el mercado accionario, al auge de las economías socialistas, producto de la
incapacidad del liberalismo clásico de resolver la crisis. 47 Debido a esta razón los principios del keynesianismo fueron aplicados de una u otra manera en gran parte
de los Estados occidentales desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta que en los años '70 un nuevo tipo de crisis llevó a su cuestionamiento48 y el
resurgimiento de aproximaciones clásicas. 49
"Durante los años de guerra, Keynes tuvo un papel decisivo en las negociaciones que iban a dar forma al orden económico internacional de la post-guerra. En
1944, dirigió la delegación británica en la conferencia de Bretton Woods en los Estados Unidos. En la conferencia jugó un papel importante en la planificación del
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional".50
Si bien las repercusiones político-económicas de Keynes y varios de sus partidarios son variadas, algunos creen que la idea del keynesianismo es salvar al
capitalismo o mantenerlo estable.51
Trotsky se refería a las posiciones políticas que buscaban implementar las teorías de Keynes así: el filisteo demócrata y el burócrata estalinista, si no gemelos, son
por lo menos hermanos espirituales. Políticamente, pertenecen, en todo caso, al mismo campo. Sobre la colaboración de estalinistas, demócratas y liberales reposa
actualmente el sistema gubernamental de Francia y, añadiendo los anarquistas, el de la España republicana. Si el Independent Labour Party de Inglaterra ofrece una
tan pobre apariencia es porque durante años no ha salido de los brazos de la Komintern. (...), con ello tanto más seguramente se convierten en jefes de la pequeña
burguesía contra el proletariado. - Trotsky Escritos filosóficos, pp 62 (Su Moral y la Nuestra. Coyoacán, 16 de febrero de 1938) Desde el lado opuesto, pero quizás
con la misma intención y similares mecanismos retóricos, Keynes es descrito como siendo "mucho más que un keynesiano. Sobre todo fue la figura
extraordinariamente perniciosa y maliciosa que hemos examinado en este capítulo. Un encantador pero ambicioso estatista maquiavélico, quien personificaba
algunas de las tendencias e instituciones más malignas del siglo veinte". 52
Quizás con una visión un poco más medida Waligosrky aduce que esas políticas fueron adoptadas: "como una resguardo contra el poder del mercado para socavar
nuestras instituciones políticas y sociales más valiosas...(..).. un mercado totalmente libre es definitivamente no el mejor para una democracia, un mercado sin
regulaciones no garantiza justicia ni prosperidad..." 53
Desde el punto de vista del propio Keynes, y a nivel de la Economía política el punto central de su teoría se basa en una percepción derivada tanto de Marx54 como
de Schumpeter.55 Ambos pensadores consideran que la crisis es, en el mediano y largo plazo, una parte intrínseca del sistema capitalista (y que eventualmente lo
destruirán). Ambos pensadores permiten entonces a Keynes sugerir que el sistema delineado por Adam Smith solo puede referirse a una etapa y momento
específico en el cual el capitalismo se estaba desarrollando pero que en general, ese desarrollo no puede existir sin la crisis y no puede dar prosperidad a unos si es
que no se está explotando a otros.
La llamada "teoría de la inestabilidad inherente". Posteriormente Hyman Minsky desarrollo esa percepción a través del estudio del ciclo financiero de las empresas
(el llamado “ciclo de Minsky”). De acuerdo a esta visión, empresas que inician una área económica están, generalmente, bien financiadas y reciben ingresos
suficientes como para cubrir sus costos y producir ganancia. Empresas que llegan a esa área posteriormente -confrontadas con una disminución de la tasa de
ganancia- recurren a la deuda para financiarse. Esa tendencia continua hasta que eventualmente las empresas están recorriendo a préstamos incluso para financiar
el pago de dividendos e intereses de deudas previamente contraídas. Puede incluso llegar a ser el caso que muchos “inversionistas” -realizando que “inversiones de
corto plazo”, ya sea en acciones o bonos, etc, puede producir grandes ganancias, recurran a la deuda a fin de invertir. En algún momento algo sucede y el edificio
completo colapsa, el resultado exacto dependiendo de cuan avanzado se este en el ciclo y cuan extensamente se haya difundido a través del sistema económico.
(Por ejemplo Wolfson, Martin H: “Minsky’s Theory of Financial Crisis in a Global Context”, Journal of Economic Issues, 1.º de junio de 2002) Aunque este
enfoque no considera los problemas reales de una economía como es la sobre-producción con la consecuente baja de precios y el desincentivo de ingresar a
mercados ya ocupados sin ofrecer algún elemento diferenciador, ingresos de efectivos por comercio internacional, que los costos de financiamiento sean mucho
menores que las ganancias que se pudieran generar por la inversión y su costo-oprtunidad, fuentes de financiación externa, barreras de financiamiento por parte de
prestamistas ante inversiones de riesgo y el poder redirigir los esfuerzos de inversión hacia sectores más rentables.
Irónicamente, el keynesianismo podría retornar la acusación que los partidarios de la Escuela Austriaca le hacen: "podríamos resumir la tesis de Hazlitt en que las
falacias y los errores económicos provienen de fijar nuestra atención en los efectos que una medida económica tiene a corto plazo y sobre un reducido sector." 56
Pero tal respuesta, a pesar de ser correcta, podría quizás llevar a un equívoco: si aceptamos que las crisis son parte inherente del capitalismo, la eliminación de ellas
demanda medidas que vayan más allá que ese sistema. En sus palabras "solo el Estado puede restaurar los equilibrios fundamentales", y la participación del Estado
implica movimiento hacia el socialismo. El problema —por lo menos para algunos— es que por un lado él desea que esa transformación sea democrática 57 y por el
otro, cree que para eso se necesita un nivel de comprensión y control sobre la economía que, en su tiempo por lo menos, no existía. El cambio del sistema de
propiedad de los medios de producción no basta para resolver los problemas de la economía. Keynes dijo en 1926, como respuesta a la proposición de que lo que
se necesitaba era la "insurrección proletaria": "Nos hace falta, más que nunca, un esquema coherente... Todos los partidos políticos tienen sus orígenes en ideas del
pasado, no en nuevas y ninguno más notoriamente como los de los marxistas. No es necesario debatir las sutilezas de lo que justificaría a un hombre promover su
evangelio por la fuerza, porque nadie tiene ese evangelio. El próximo movimiento es con la cabeza, pero primero debemos esperar 58 Keynes no puede pensar de
otra manera. Si la percepción de que la descripción de Smith y las formalizaciones posteriores corresponden a un momento y lugar particular es correcta, sigue que
las leyes generales de la economía, especialmente la "ingeniería económica" (esa rama que se refiere a las decisiones prácticas, del día a día, empresa por empresa,
etc.) están por descubrirse; careciéndose de formalizaciones que, en su tiempo por lo menos, no existían (ver debate sobre el cálculo económico en el socialismo).
Por ejemplo, los trabajos de Jan Tinbergen, Wassily Leontief, Simon Kuznets, etc, todos fundamentales para la econometría todavía no habían sido publicados en
esa fecha. (Las mismas percepciones de Keynes no fueron formalizadas (matematizadas) hasta los aportes de, primero, John Hicks y, posteriormente, en EE.
UU., Paul Samuelson.
La propuesta que Keynes eventualmente produjo -llamada socialista y siniestra por los partidarios de la Escuela Austriaca 59 es la eliminación del poder de la
escasez del dinero, situación usada y exacerbada, en su opinión, por la acción de los "rentiers" (especuladores, financistas o capitalistas) a través de la acumulación
que les permite demandar altas tasas de interés por su uso, lo que lleva, en su opinión, al "poder progresivamente opresor de los capitalistas para explotar el valor
de la escasez del capital" (ver cita anterior). Esa eliminación se basa en dos medidas fundamentales: el abandono definitivo del oro como moneda y su reemplazo
con el sistema de divisa moderna, que se podría llamar dinero fiduciario pero que puede ser vista como un paso hacia la concepción del dinero como unidad de
cuenta.60 La otra medida complementaria fue poner el rol de emisor del dinero y control sobre la Tasa de interés en el estado a través del banco central.61 Estas
propuestas fueron generalmente adoptadas a nivel mundial con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial a nivel de los países, pero su corolario lógico (la
adopción de un sistema monetario común independiente de los gobiernos individuales 62 no lo fue. - (ver Bancor y Acuerdos de Bretton Woods)
El propio Keynes no ve esa propuesta de acción estatal -de utilización de los ahorros privados a beneficio común- como novedosa o extraordinaria en sí misma.
Por el contrario, es algo -que en su opinión- todos -los economistas- saben y aceptan, solo que es aplicada en casos excepcionales. 63 Él solo propone utilizar esa
aproximación más generalmente: “Eso es por lo cual la guerra ha siempre causado una actividad industrial intensa. En el pasado la finanza ortodoxa ha
considerado la guerra como la única excusa legítima de crear empleo a través del gasto gubernamental. Ud, Sr Presidente, habiéndose librado de tales
preconcepciones, tiene libertad para utilizar en el interés de la paz y prosperidad esas técnicas que con anterioridad sólo se les ha permitido servir los propósitos de
la guerra y la destrucción” (J.M. Keynes: Carta abierta a Roosevelt, punto 8). Lo que sí considera especial es la dilucidación de las relaciones económicas que
sustentan el funcionamiento de la economía. Principal entre esas es el papel que juegan el dinero, las tasas de interés y la demanda. Para Keynes, tal aclaración y
subsecuente traspaso al poder del estado del control de ambos factores llevará a la desaparición de los “rentiers” (o por lo menos de ese aspecto de la función
empresarial) lo que a su vez permitiría el uso completo de los factores de producción. 64
Críticas[editar]
Wilhelm Röpke escribió:
“Puede creerse que hay épocas en las que medidas vigorosas para aumentar la oferta monetaria impedirán el desastre; pero una figura científica tan destacada como
Keynes no puede impunemente extender el manto de su autoridad sobre la propensión crónica de todos los Gobiernos hacia la inflación. Puede creerse que en
ciertas circunstancias un aumento de la deuda pública es el mal menor; pero tal medida temporal no puede impunemente transformarse en principio de carácter
general."
65