Nuevos Escritos

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Hasta nunca

Intenté que esta no fuera la sensación a tener. Pasaron muchos años y estanqué el sentimiento
para donde convenía, sin saber que del otro lado no pasa lo que imagino y es realidad.

Me siento despreciado sin entender. Encerrándome en la misma calesita de pensamientos


dejando pasar la sortija para hilvanar unas historias mentales que ni siquiera me convienen.

La sumatoria de desganos en distintos puntos de la vida llevada, hacen de este ser despreciable
(SOLO EN ESTE MOMENTO) un ente automático de mala energía.

Me duele mucho esta enseñanza, tenía la esperanza de que seas el recuerdo que tengo de tu
esencia. Se genera un deja vú de eso que siempre quise huir, mi pobreza. Es momento de dejar ir
ese amor para desbloquear las consecuencias.

El complejo debe irse con la innecesaridad de afrontar conflictos que absorben el interior,
demacran el cuerpo y destrozan el ego.

La debilidad crece alrededor, es corta la distancia que separa a los ojos de la imaginación, carente
de observación que guie hacia el destino soñado con las personas que creí estarían cerca siempre.
Este viaje de ida, me da la pauta de no mirar hacia atrás pensando en lo que fue y podría haber
sido una realidad de cambios en mis comportamientos. Es hora de decir adiós sin rencores, con
dolores y con un cariño que se fue a la tumba. Sin arrojar flores.
Preocupaciones

No pueden matarme las preocupaciones, pero cuesta controlarlas.

Transmiten una realidad condicionada por las mismas. A veces pienso que son la manera
inequívoca de amar a mi hija.

Soy un ausente con presencia en casa, el dolor me inmoviliza y las excusas detuvieron a alguien
motivado por ser el mejor en lo suyo.

En base a mis actos obtuve las consecuencias insatisfactorias de tener que convivir con la voz
taladrante de mi cabeza. Esa voz que me genera miedo y dicta cada uno de mis movimientos de
forma autoritaria, sin dejarme ser lo que deseo o al menos estar tranquilo.

Odiar esta manera de comportarme o dirigirme hacia mí mismo me está cansando, me meto
presión constante que no deja actuar correctamente a los sentidos. Esa obligatoriedad del
mandato integrado al dedo señalador me está aniquilando.

Esos impulsos autodestructivos van dejando de lado mis ideales y sueños en un mero ser humano
gratificado por superficialidades, que sufre las consecuencias del instructor incorrecto que cree
entender los sentimientos enfriándolos.

Esa voz torturadora debe morir en su fiel proceso de destrozarme, en esa lucha permanente de la
cual librarme, sea de vivir espléndidamente.
Incomodidad

Acostumbrarse a vivir incomodo no es tolerable mucho más tiempo.

El tiempo va pasando cada vez más rápido y los pensamientos con tremenda lentitud.

La lentitud no se valora porque la inmediatez controla la ansiedad de lo efímero.

Efímero texto que intenta transmitir un pasaje de la rutina, girando y volviendo al mismo lugar.

Lugar en el cual escapar se hace difícil para brillar.

Brillo que le falta pulido por no encontrar la pasta adecuada.

Adecuar la vida llevada hacia la consistencia de la simple alegría de vivir.

Vivir criteriosamente, valorando el tiempo, hacer lentos los buenos momentos, efímero el mal
augurio, eligiendo el lugar donde estar para brillar, sintiendo adecuada la forma de vivir y salir de
esta incomodidad.
El torturador

Capturado sin saberlo, con vendas en los ojos y sin poder gritar.

Atado de pies y manos al deseo inconcluso de la perfección inexistente.

Picanas mentales al comportamiento repetitivo que ni siquiera es reflexión.

Caminata sobre clavos que ponen de rodillas punzante.

La bolsa asfixiante es hermana del sentimiento. Charlan.

Entregado a la silla de interrogatorio diciendo palabras verdaderas que no emancipan.

El confinamiento solitario lleva muchos años sin sentido y

Como verdugo espero con el hacha librar esta cabeza tormentosa.

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