The Mystery of Mary Spanish
The Mystery of Mary Spanish
The Mystery of Mary Spanish
MARíA
LA MADRE
DE JESÚS
DOUG BATCHELOR
Copyright © 2013 por Amazing Facts International
Publicado por:
Amazing Facts International
P.O. Box 1058
Roseville, CA 95678
800-538-7275
3
Cuando Jesús escogió a María, eligió a alguien que sería parte
de la historia de la salvación. ¿Quién era esta mujer excepcional y qué
podemos aprender de ella en las Escrituras? Lo averiguaremos...
5
de José, parece que era considerablemente mayor que María cuando
se casaron).
Durante la juventud y los tiernos años de Cristo, María tuvo la
increíble responsabilidad de educar a Jesús. ¿Le confiaría Dios su Hijo
a un ser caprichoso o ignorante? Creo que era educada y sabía leer. No
debemos subestimar lo que una madre es capaz de hacer.
Susanna Wesley, cuyo padre era pastor, también era una mujer
educada. Ella y su esposo Samuel tuvieron 19 hijos. Era muy talentosa
e influyó tanto en la vida de sus hijos, que es conocida como la “madre
del metodismo”, ya que dos de ellos, Charles y John Wesley, llegaron
a liderar este movimiento. ¡Enseñó a sus hijos a leer las Escrituras
cuando apenas tenían cinco años!
Aunque no era común que las niñas asistieran a la sinagoga
donde se enseñaba solo a los niños, María pudo haber aprendido a leer
en casa con su padre. Imagínense la responsabilidad que suponía criar
y educar al Mesías. ¿Qué tan en serio se tomaría la crianza de sus hijos
si uno de ellos fuera el Hijo de Dios? ¿Supondría alguna diferencia?
Podría pensar: “Solo estoy criando a un pecador común y corriente.
No debo preocuparme por eso”. Deberíamos pensar que todos los que
están bajo nuestro cuidado, son hijos e hijas de Dios. Deberíamos
pedir, como María seguramente lo hizo, que el Espíritu Santo nos guíe
como padres. Puedo imaginar que fue de labios de María, que Cristo
escuchó por primera vez las enseñanzas del Antiguo Testamento.
MUY FAVORECIDA
Está claro, que incluso, en el sentido más indirecto, los escritores
bíblicos consideraban a María, un personaje excepcional en la historia.
Por el contrario, Dios expresa su opinión sobre María de la forma más
directa posible: a través de un mensajero angelical enviado personal-
mente por el Señor.
“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada
con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y
el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en
donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es
contigo; bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1: 26-28).
6
Note cómo el ángel fue enviado por Dios a una región y una
ciudad en particular. Nazaret era un pueblo que muchos consideraban
un barrio pobre; sin embargo, una virgen desposada que vivía allí era
muy favorecida por Dios.
7
Sin embargo, hay enseñanzas erradas sobre María que se han
vuelto populares, y desafortunadamente le restan importancia a la
profunda obra redentora de nuestro Salvador.
EL MITO DE MARIA
Existen más desaciertos y mitos sobre María, que sobre cualquier
otra madre de la historia. Por eso, siempre que surja el tema del rol y
el misterio de María, es necesario hacer una pausa y aclarar su papel
desde el punto de vista de las Escrituras. Ciertamente, es un personaje
bíblico que merece nuestra atención. Sin embargo, hay algunas igle-
sias que llevan a los extremos un respeto equilibrado y solemne por el
personaje de María. En esencia, endiosan a este humilde ser humano.
Se ha dejado en claro que María fue elegida por Dios, y es un
personaje digno de nuestro estudio. Mi esperanza es verla en el reino
de los cielos; estoy deseoso de preguntarle cómo fue haber sido elegida
para dar a luz al Mesías. Pero, ¿debemos venerarla y tratarla como si
fuese una diosa? De hecho, a María —a menudo llamada la Reina del
Cielo— la colocan al mismo nivel que Dios y por extensión, parte de
la Trinidad. Incluso piensan que deberíamos rezarle.
Al hacer esto, le restan importancia a la misión y trascendencia
de Jesús. Además, le causan un perjuicio a María y a su historia. La
convierten en un personaje que está más allá de nuestra comprensión,
cuando en realidad es una persona con la cual podemos identificarnos.
Una vez que se comprende cuán real y normal era María, si
Dios pudo ayudarla a concebir y criar a la persona más importante
que jamás haya existido, también hay esperanza para nosotros. Pero
si María era una supermamá, ¿qué esperanza tenemos el resto de
nosotros?
Tomemos un momento para desmitificar algunas concepciones
populares, pero falsas de María, analizando a través de las Escrituras
aquellas características y poderes que le han sido atribuidos.
LA NATURALEZA DE MARÍA
Cuando era niño, creía que la Inmaculada Concepción hacia
referencia al nacimiento de Jesús, pero no se trata de la concepción
de Cristo, sino de la concepción de María. Algunos aducen que María
8
nació del vientre de su madre, pero que no fue contaminada por una
doctrina llamada “pecado original”.
“La Inmaculada Concepción es un dogma de la Iglesia católica,
que sostiene que desde el momento en que fue concebida en el útero,
la Santísima Virgen María se mantuvo libre del pecado original y fue
llena de la gracia santificadora, que normalmente se otorga durante
el bautismo. Es uno de los cuatro dogmas de la mariología católica
romana... La Inmaculada Concepción no debe confundirse con la vir-
ginidad perpetua de María o el nacimiento virginal de Jesús; se refiere
a la concepción de María por su madre, Santa Ana”.
Además,
LA MARÍA DE LA BIBLIA
¿Era María un ser divino? Algunos sugieren que María es más que
un ser humano, que fue concebida milagrosamente. Creen que ella
se encuentra al mismo nivel de Jesús en el cielo —un ser que es tanto
humano como divino—.
Sin embargo, la Biblia deja muy en claro el hecho de que María
era tan humana como cualquier otra persona.
Tenemos que estar absolutamente seguros de esto —es un hecho
lamentable que esta enseñanza tuviera sus orígenes en creencias
paganas—. Es una blasfemia llamar Dios a algo que no lo es, y el mito
de la diosa María, trágicamente, se filtró en nuestra fe. Sus raíces se
remontan a Babilonia, cuando Cus se casó con Semíramis, quien decía
ser divina y humana, y engendró a Nimrod. Cuando Nimrod creció, se
casó con Semíramis. También tuvieron un hijo producto del incesto.
En el arte antiguo de aquellos días, a menudo encontramos imágenes
de una madre amamantando a un bebé concebido por los dioses. Las
11
imágenes de Jesús en los brazos de María proceden de estas fuentes
paganas.
Creo que la deificación de María es obra del diablo. En Génesis
3:15, Dios promete el Mesías al mundo. Satanás ideó contrarrestar esta
verdad falsificándola con antelación. Este paganismo se evidencia en
falsos dioses como Ishtar, Tammuz, Afrodita y Horus, que no son más
que ídolos. Sin embargo, estas ideas paganas invadieron la iglesia y
contribuyeron a deidificar a María, quien era humana y real.
¿Cómo sabemos a través de la Biblia que María era humana?
Por ejemplo, cuando Jesús cumplió 12 años, su familia fue a
Jerusalén para la Pascua (Lucas 2:41). Grupos de viajeros se unían para
hacer estas largas peregrinaciones. Se asemejaba a un gran desfile con
cientos de personas avanzando como una multitud. La gente veía a
sus amigos y familiares, y pasaba tiempo socializando a lo largo de la
travesía.
José y María confiaban en Jesús mientras viajaban. Era un niño
obediente y servicial, no como los niños que se meten en problemas
tan pronto sus padres no los vigilan. Era tan obediente y complaci-
ente que en el viaje de regreso a casa, sus padres no se preocuparon
cuando no llegó a cenar. Asumieron que estaba en algún lugar seguro
con familiares. De hecho, llevaban un día y medio de camino antes
de comenzar a buscarlo con desespero. Lo habían perdido de vista y
tuvieron que regresar a buscarlo. ¿Puede imaginarse que se le confíe
el Hijo de Dios, el tesoro nacional, y lo pierda?
Los padres finalmente encontraron a su hijo en el templo, sentado
a los pies de los eruditos. Los escuchaba y luego les hacía preguntas tan
profundas, que los maestros religiosos quedaron estupefactos ante el
hecho de que este niño fuese tan perceptivo e intuitivo.
María le preguntó a Jesús: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?”
(Lucas 2:48). Es cierto que era su hijo, pero su respuesta es reveladora.
En esencia, ella dijo: “Tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Se
supone que no debes alejarte de nosotros. ¡Somos tus padres!”. Cuando
un niño judío cumplía 12 años, en esos días, se celebraba una cere-
monia religiosa llamada Bar mitzvá. Era un ritual de transición donde
el varón dejaba de ser un niño y se convertía en un hombre. En este
contexto, Jesús respondió con firmeza, pero amabilidad, a sus padres
terrenales: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de
mi Padre me es necesario estar?” (v. 49). Con estas palabras les estaba
12
diciendo que su relación con ellos había cambiado: “Soy vuestro hijo,
he sido encomendado a vuestro cuidado, pero ahora comprendo mi
responsabilidad para con mi Padre Celestial”.
Cuando Jesús asistió a su primera Pascua a los 12 años, se dio
cuenta que el cordero inmolado que vio era el llamado de Dios para
su vida. Estaba tratando de explicarle a sus padres: “Mi prioridad no
son mis padres terrenales, sino mi Padre Celestial. Soy suyo, pero real-
mente no les pertenezco. Soy el Hijo de Dios, José es mi padre, pero
tengo otro Padre”. Esto sin duda fue una epifanía para María.
Esta breve historia también revela que María no lo sabía todo
ni era omnisciente, características propias de la divinidad. Cuando
Jesús le preguntó si lo “sabía”, era claro que no. No lo sabía todo, y a
menudo se sorprendía e impactaba por los sucesos que tenían que
ver con Jesús.
De hecho, en Mateo 13:55 leemos: “¿No es éste [Jesús] el hijo
del carpintero? ¿No se llama su madre María [Énfasis agregado], y sus
hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?”. Si estas personas hubieran
sabido que María tenía algo de divino, no lo expresan en este pasaje.
Si ella obraba milagros, podrían haber dicho: “Oh, sí, este es el hijo de
María; no es de extrañarse que también haga milagros”. Pero este no es
el caso, parecían pensar que su familia era absolutamente ordinaria.
María era una persona común como nosotros que, en un momento
dado, hasta pareció haber dudado de la manera en que Jesús cumplía
su misión, como veremos en breve.
13
Biblia explica que María “se maravilló” de todo lo que se decía de Él. A
pesar de que se le dio una vislumbre profética de Jesús, se asombraba,
al igual que los privilegiados, pero muy humanos discípulos. María
albergó dudas al igual que Moisés —reacciones humanas—.
Después de convertirse en adulto, fue bautizado en el río Jordán
por su primo Juan el Bautista. Estoy seguro que María debe haber
estado emocionada. Se puede percibir dicho entusiasmo a través de
la historia, acerca de la fiesta de bodas en el pueblo de Caná.
Las fiestas de bodas en esos días duraban hasta una semana.
Y como sucede a menudo hoy día, el anfitrión no estaba preparado
para la cantidad de personas que asistieron. Apenas era el tercer día
de celebración y se les había terminado el jugo de uva. Entonces, María
se acercó a Jesús para decirle: “No tienen vino” (Juan 2:3).
“Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido
mi hora” (v. 4). Si bien la llamó “mujer”, no era una falta de respeto
dirigirse así a las madres en los tiempos bíblicos, pues equivalía a
llamarlas, “señora”.
Sin embargo, aunque Cristo fue respetuoso con su madre, el
término que usó para dirigirse a ella ocacionó cierto distanciamiento.
No la llamó “madre”, ni siquiera “María”. Algunas iglesias veneran a
María en su posición exaltada, pero en este ejemplo, encontramos
que Cristo no hace nada para exaltar a María. Por el contrario, parece
reprenderla con suavidad, señalando: “Aún no ha venido mi hora”.
María se vuelve a los sirvientes y les dice: “Haced todo lo que os dijere”
(v. 5). Le hizo notar a su madre que ya no estaba bajo su control. Él
había obedecido el mandamiento de honrar a padre y a madre per-
fectamente, pero después de 30 años, quería que supieran que debía
ocuparse de los asuntos de su Padre Celestial. Se distanció de ella.
Cristo entonces convirtió el agua en vino para disfrute de los
invitados. De nuevo, el enfoque de la historia bíblica es Jesús, no
María. Cristo vino a darnos su vida impoluta, simbolizada por el jugo
de uva. A cambio, Jesús tomó nuestra pecaminosidad sobre sí mismo,
así como el vino amargo que le ofrecieron en la cruz. La Biblia está
llena de símbolos poderosos referentes a Jesús. No nos pide que nos
enfoquemos en María, sino que nos enfoquemos completamente en
Él.
Otro breve incidente entre María y Jesús, registrado en Lucas 8,
refuerza esta relación. “Entonces su madre [María] y sus hermanos
14
vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud.
Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren
verte” (Lucas 8:19, 20). Quizás Jesús estaba enseñando dentro de la
casa de Pedro, y alguien le pasó una nota que decía: “Hijo, realmente
me gustaría hablar contigo”.
En vista de cómo algunas personas colocan a María al nivel
de Cristo, la respuesta de Jesús en este entorno es muy interesante.
Podríamos pensar, si María era la “Madre de Dios”, Cristo dejaría todo
y saldría rápidamente de la casa. Pero la Biblia dice lo contrario. “Él
entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que
oyen la palabra de Dios, y la hacen” (v. 21).
Jesús no identifica a María como una santa sin pecado o una
diosa que merece adoración. Cualquiera que quiera hacer la voluntad
de Dios forma parte de la familia de Dios. ¡No podemos diferenciar a la
madre de Jesús de otras personas! Ciertamente deberíamos honrarla,
pero no venerarla. Como el resto de la humanidad, María necesita al
Salvador en su vida. Cualquier otra enseñanza desvía la atención que
se le debe a Jesús.
15
hasta [Énfasis agregado] que dio a luz a su hijo primogénito;
y le puso por nombre JESÚS”.
16
biológicos. Esto sugiere que María era probablemente la madrastra
del resto de los hijos.
La ausencia de referencias bíblicas con respecto a que María tuvo
otros hijos, es un argumento a favor que solo tuvo a Jesús, no de que
la relación matrimonial con su esposo no fuese normal y sana. Es un
tanto exagerado decir que permaneció virgen el resto de su vida; es un
dogma que no tiene base bíblica.
Cuando un papa habla desde el trono como vicario de Dios, se
entiende que sus palabras están por encima de las Escrituras. Esto es
considerado un dogma, no una doctrina bíblica. Las creencias erra-
das entorno a María, tuvieron su origen en este tipo de enseñanzas, y
con el paso de los siglos la iglesia continuó gradualmente exaltando a
María, hasta colocarla en una posición cada vez más elevada. Incluso
la llaman “María, Madre de Dios”. No es apropiado adjudicarle ese
nombre, que sugiere que es superior al Creador. Dios es infinito, y
solo por un acto divino, puede un ser humano finito escogerse como
sustituto del Dios eterno. Técnicamente no puede ser la madre del
Creador, pues parece insinuar que Dios tuvo un comienzo.
En cambio, María era responsable del lado humano de Cristo; el
Espíritu Santo, por su parte, era responsable de la parte divina de Jesús.
¿ASUMIENDO SUPUESTOS?
Otra enseñanza sobre María, que podría usarse para eludir el
hecho de que María ahora duerme en Jesús, es que el Señor bajó a
la tierra con ángeles para recoger a María, después de su muerte.
Argumentan que si Moisés resucitó, ¿por qué no María? No tenemos
que conjeturar que Moisés fue resucitado de entre los muertos, porque
la Biblia, en el libro de Judas, expresa sin ambiguedades que así fue.
Sin embargo, guarda total silencio en cuanto a la idea que María fue
llevada al cielo.
Y ahora, como siempre sucede con los engaños, este ha ido
demasiado lejos. La misma enseñanza sugiere que María se encuentra
junto al trono de Jesús, como parte de un cuarteto santo, en vez de ado-
radora de la Divinidad. Es una teología blasfema, por no encontrarse
en la Biblia.
Con todo, sabemos que Jesús amaba a María, aunque todavía no
haya bajado a la tierra a resucitarla. El último acto de su vida fue cuidar
de su madre, encomendándosela a Juan, su discípulo de confianza,
quien acogió a María en su propia casa. Creo que María probable-
mente esté enterrada en algún lugar de Antioquía, ya que Juan se
dirigió a ese lugar. Sabemos que será resucitada con Pedro, Santiago y
Juan, que esperan mientras duermen un sueño profundo y sereno. “Y
muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,
19
unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”
(Daniel 12:2).
Muchos creen que María bendice a la raza humana, pero más
bien fue ella la bendecida por Dios. La idea que debemos rezarle, y
que ella tiene el poder de bendecirnos con dones, no es bíblica. Lucas
1: 48 dice: “Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas
las generaciones”, pero ella no es la que bendice. Tenemos las mismas
oportunidades que María de ser bendecidos; muchas personas en la
Biblia también fueron bendecidas. Sin duda, fuimos bendecidos por
lo que hizo María, pero hoy día ella no imparte bendiciones divinas.
¡No puede hacerlo! En contraste, es Jesús quien bendice, porque está
vivo: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo” (Efesios 1:3).
A la luz de estas verdades bíblicas, ¿qué pensamos de las apari-
ciones de María alrededor del mundo? Concuerdo con que algunas
personas sinceras ven algo que se les aparece, pero no es María. Creo
en esto, porque la Biblia enseña que cuando alguien muere, perman-
ece en la tumba.
Es peligroso, entonces, pararse ante una estatua de María y
pedirle que nos bendiga. Recuerde, el diablo mismo puede disfrazarse
como ángel de luz. ¿Es posible que el diablo utilice visiones de María
para alejar a las personas de Dios? El libro de Apocalipsis dice que el
diablo se aprovechará de este engaño de una manera poderosa. Hay
pocos personajes en la historia que sean tan amados como María —
no solo los creyentes protestantes, católicos romanos y ortodoxos la
aman, sino que también los musulmanes—. ¿Sabía que María es la
única mujer que se la llama por su nombre en el Corán? Su presencia
unificadora podría ser una influencia positiva en el mundo espiritual,
pero fuera del contexto bíblico, es sumamente compleja y engañosa.
Es por eso que la Biblia debe ser nuestra única guía en lo tocante a
asuntos de fe.
Muchas enseñanzas falsas se atribuyen directamente a María. En
una aparición, supuestamente dijo: “Quiero que los laicos obedezcan
al papa, a los obispos y a todos los curas. Son mis hijos más amados y
han recibido el poder de perdonar pecados. (...) Por eso, incluso mi Hijo
Jesús desciende del cielo a la tierra en obediencia a ellos” (Tabloide,
Mary’s Touch [El Toque de María], 24 de septiembre de 1994). Solo
20
Jesús tiene el poder de perdonar pecados, y no está sujeto a las órdenes
de ningún ser terrenal. ¿Nota los problemas bíblicos que esto puede
crear? Si cualquiera puede atribuirle una enseñanza a María, ¿cómo
podemos saber cuál es la verdadera? Por eso Dios nos dejó la Biblia,
para compartir lo que su Hijo nos enseña.
No hay necesidad de sentirse confundido o engañado por falsas
enseñanzas o apariciones engañosas de María. Nunca olvide que Dios
conoce su corazón, por lo que no necesita recurrir a María. Ella no
puede escuchar sus oraciones porque descansa en el Señor, esperando
su pronto regreso.
22
LA SEGURIDAD DEL CIELO
¿Cómo llegamos al cielo? ¿Puede María ayudarnos a llegar allí?
La Biblia dice:
23
¡Visítenos en línea
AFBookstore.com
y revise nuestro catálogo que cuenta con más
libros, CDs, DVDs, y mucho más!
o llámenos al 800-538-7275.
AmazingFactsLatino.org