La Cultura y La Educación en La Antigüedad - Cepg

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LA CULTURA Y LA EDUCACIÓN EN LA ANTIGÜEDAD

LA EDUCACIÓN EN EL ANTIGUO ORIENTE


Lo que más me agrado de esta parte del libro es la historia de la pedagogía ya que
podría empezar por el pensamiento educativo en la antigua Grecia. Pero los
egipcios, los babilonios, los hindúes, los chinos y muchos otros pueblos no se
atreverían a contestar afirmativamente a esta pregunta. un claro ejemplo es el
estudio de una moderna escuela secundaria ya que casi todas se reorganizaron y
desarrollaron la materia hasta convertirla en algo nuevo y original que lleva su
inconfundible toque: el maravilloso rigor racional de una demostración geométrica
es un don que la humanidad debe a Grecia y no a ningún otro pueblo a la vez es
una maravilla que esto ocurra en las grandes llanuras fértiles donde la formación
de poblaciones agrícolas estables permite una división del trabajo bastante
pronunciada, a condición, claro está, de que el comercio a larga distancia no sólo
sea facilitado por la existencia de vías apropiadas de comunicación; otro factor
importante que influía era la religión egipcia ya que sufrió complejas evoluciones,
sin que llegase a superar el estadio de un politeísmo organizado donde la
divinidad suprema que era el sol era venerado bajo los nombres de Ra, Osiris o
incluso Amón
Quizás deberíamos de observar que, aun dentro de su utilitarismo, las ciencias
desarrolladas por los egipcios formaban un conjunto tan imponente y cooperaban
en la creación de un orden tan grandioso que no podían menos de suscitar
admiración, sobre todo en el espíritu de un griego acostumbrado al genial
desorden de su vida social y política e incluso de sus monumentos, aglomerados
en las acrópolis a su vez existía un pequeño conjunto de personas que se
derivaban por la experiencia de la anarquía en que había caído el colosal imperio
formado entre el tercer y segundo milenios antes de Cristo, y que abarcaba las
cuencas no de uno sino de tres vastos ríos, imprime a la enseñanza de Confucio
su carácter de sabiduría conservadora pues se trata, de un ideal eminentemente
práctico-político que tiene corno fondo una vaga religiosidad naturalista; por lo
tanto, no existe una casta sacerdotal, sino una clase de funcionarios
A su vez hemos visto cómo, en las grandes llanuras fluviales, donde las
condiciones naturales favorecían la división del trabajo en el intercambio de
mercancías a larga distancia y, por consiguiente, el progreso técnico y civil, la
necesidad de mantener la cohesión social y el orden constituido hizo que las
civilizaciones surgidas ahí ya que algunos de los profetas no eran propiamente
sacerdotes, sino más bien predicadores laicos que se sentían poseídos por el
verbo divino.

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