La Meningitis

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LA MENINGITIS

Es la inflamación de las meninges. Las meninges son unas


membranas que cubren el sistema nervioso central, es decir el
cerebro y la médula espinal. Las meninges están bañadas en un
líquido (líquido cefalo-raquídeo) y protegen el cerebro.

¿Cuál es la causa?
La inflamación de las meninges, en prácticamente todos los niños con
meningitis, está causada por una infección. Los gérmenes
responsables de las infecciones que pueden ocasionar meningitis,
salvo muy raras excepciones, son virus o bacterias.
Las meningitis causadas por virus (meningitis virales) son las
meningitis más frecuentes de la infancia. Más del 90% de estas
meningitis están causadas por virus pertenecientes al grupo llamado
de los enterovirus y la evolución y el pronóstico, salvo casos
excepcionales, son favorables. Este tipo de meningitis suele
presentarse de forma de epidemias fundamentalmente, finales de
primavera y, ocasionalmente, en otoños.

Las meningitis causadas por bacterias (meningitis


bacterianas) son menos frecuentes.

Las bacterias implicadas con mayor frecuencia en nuestro medio son:


neumococo, meningococo (tipos B y C) y, menos, haemophilus
influenzae tipo b. La meningitis bacteriana es una enfermedad
extremadamente grave, de ahí los esfuerzos médicos en intentar por
un lado erradicarla (por medio de vacunas incluidas en el calendario
de vacuna: anti-haemophilus influenzae tipo b, y, por otro, tratarla
de manera agresiva una vez adquirida. Este tipo de meningitis es
más frecuente en los meses invernales.

¿Cómo reconocer la meningitis?


La presentación de la meningitis es diferente en función de que se
trate de una meningitis viral o bacteriana, y también en función de la
edad del niño. Hay que recordar, de todas maneras, que, en su fase
inicial (las primeras horas) una meningitis es indistinguible de una
infección viral sin importancia.

 Un niño mayor con una meningitis viral suele referir dolor de


cabeza intenso y presentar vómitos y fiebre, que generalmente
suele ser moderada.

Si es un niño pequeño, la cefalea es sustituida por una


sensación de irritabilidad (llanto continuo).
 Los niños pueden estar así varios días.
* Un niño mayor con una meningitis bacteriana presenta dolor
de cabeza, vómitos y fiebre generalmente elevada. En estas
primeras horas puede ser indistinguible de un proceso gripal.
En pocas horas, el estado del niño empeora de manera
llamativa (decaimiento, tendencia al sueño), además de
persistir los síntomas iniciales. En ocasiones, aparecen manchas
en la piel

* Un niño pequeño con una meningitis bacteriana presenta, en


las primeras horas síntomas que similares a los que provocan
otros procesos infecciosos sin importancia: fiebre, vómitos e
irritabilidad. En pocas horas, comienza a predominar el
decaimiento y el niño comienza a presentar mal aspecto,
apareciendo, en ocasiones, manchas en la piel.

¿Cómo confirmar el diagnóstico?


Cuando un niño tiene una meningitis, además de la inflamación
de las meninges, el líquido cefalo-raquídeo que baña las
mismas también se altera. Para realizar el diagnóstico se
requiere examinar el líquido cefalo-raquídeo que baña las
meninges del paciente. Para conseguir una muestra de este
líquido, es necesario hacer una punción lumbar. Esta punción
consiste en pinchar al niño en un espacio situado entre 2
vértebras en la parte baja de la columna vertebral (columna
lumbar). Así se obtiene una muestra de ese líquido, cuyo
análisis confirmará o descartará la existencia de una meningitis.
El análisis de este líquido también es útil para diferenciar si un
niño padece una meningitis viral o bacteriana.
La decisión de realizar una punción lumbar la toma el médico
tras una exploración minuciosa del niño.
Un análisis de sangre no sirve para diagnosticar una meningitis.
Tiene utilidad para intentar diferenciar una meningitis viral o
bacteriana, pero no para saber si un niño tiene o no una
meningitis.

¿Qué hacer?
* Si pensamos que un niño puede tener una meningitis, debemos
acudir rápidamente a un Centro de urgencia
* No todos los niños que presenten un dolor de cabeza discreto,
vómitos y fiebre deben acudir a un hospital. En la gran mayoría de las
ocasiones se tratará de enfermedades banales (infecciones virales,
procesos gripales,...) o enfermedades menos severas (neumonía,
infección del tracto urinario,...) que pueden ser diagnosticadas por el
pediatra habitual del paciente.

En cambio, si el niño presenta un deterioro del estado general


(tendencia al sueño, le cuesta responder o hablar
espontáneamente,...) es recomendable consultar con rapidez en un
Servicio de Urgencias.

* ¿Qué es lo que no debemos hacer?


* ¿Sin consultar previamente con el pediatra, no administraremos al
niño antibióticos. Si el niño presenta dolor de cabeza, vómitos y
fiebre es bueno consultar, pero no administrar un antibiótico por
nuestra cuenta. En el caso de que el niño padezca un proceso viral, el
antibiótico no tiene ninguna utilidad y, si el niño padece una
meningitis, un antibiótico por vía oral no cura jamás a un paciente y,
en cambio, puede dificultar el llegar a un diagnóstico correcto.

¿Cómo se trata?
* Meningitis viral: un niño con una meningitis viral requiere reposo,
tomar líquidos abundantes y analgésicos (ibuprofeno o paracetamol).

* En el caso de que un niño presente cefalea muy intensa o vómitos


repetidos es necesario el ingreso transitorio en el hospital para
administrar líquidos y/o analgésicos intravenosos.
* Meningitis bacteriana: el tratamiento será siempre hospitalario. El
niño debe ingresar en un Hospital para ser tratado y observado.
Incluso, en ocasiones, los niños requieren permanecer las primeras
horas en una Unidad de Cuidados Intensivos.

¿Cómo prevenir?
* Vacunaciones: el desarrollo de ciertas vacunaciones ha conseguido
prácticamente erradicar algunas enfermedades, no sólo algún tipo de
meningitis bacteriana. Es el caso de la vacuna anti-haemophilus
influenzae tipo b (anti-Hib). Esta vacuna fue introducida hace ya años
en nuestro calendario vacunal habiendo disminuido dramáticamente
la incidencia de meningitis por este germen..

Desgraciadamente aún no se dispone de vacuna frente a los


gérmenes que ocasionan la  meningitis bacterianas frecuentes en
nuestro medio:  meningococo tipo B. No existe vacunación frente a
los virus causantes de meningitis virales.

Ha llegado una revolucionaria vacuna para ayudar a proteger a su


hijo contra la enfermedad Neumococica Invasiva. Consulte a su
medico pediatra para su protección.

Contactos:
* Contacto con meningitis virales: no se requiere ninguna medida
especial.
* Contacto con meningitis bacterianas: en caso de contactos
estrechos (convivientes o compañeros de aula escolar) con niños que
padecen una meningitis bacteriana por meningococo (tipos B y C) o
haemophilus influenzae tipo b, está indicada la administración de un
antibiótico profiláctico lo antes posible (a ser posible, en las primeras
24 horas).

Esto no sucede en el caso de que la meningitis bacteriana esté


causada por un neumococo.

Tras recibir el alta hospitalaria, un niño que ha padecido una


meningitis bacteriana puede reincorporarse a su vida habitual
(familia, colegio,...), sin ninguna medida especial.

Vigilancia de los niños que han contactado con un paciente con


meningitis bacteriana: los niños que han contactado con una
meningitis bacteriana en su escuela, jardin o su familia deben ser
observados. Los niños expuestos que comiencen con un proceso febril
requieren una valoración inmediata por un pediatra.

¿La meningitis tiene secuelas?


* Meningitis virales: son prácticamente inexistentes, y las raras
excepciones se dan en los niños más pequeños. Aun en estos últimos
la curación sin secuelas es la norma.
* Meningitis bacterianas: una meningitis bacteriana no tratada es una
enfermedad devastadora que conduce a la muerte o deja unas
secuelas neurológicas muy graves.
Hoy en día, con una tratamiento adecuado y rápido, la mortalidad se
sitúa alrededor del 4-5% de los pacientes y las secuelas observadas
con mayor frecuencia son la afectación de la audición y pequeñas
discapacidades intelectuales.

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