INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Se ha observado que en las últimas décadas los países avanzados han ido incrementando sus niveles de
deuda más del 100% de su Producto Interno Bruto (PIB), justificado por el desarrollo de los mercados
financieros y porque su deuda es considerada un activo libre de riesgo; mientras que los países
latinoamericanos que sufrieron la crisis de deuda externa en los años 80, actualmente mantienen niveles
relativamente bajos de deuda con respecto a su PIB.
DÉFICIT PRESUPUESTARIO (tributos y cotizaciones) en un periodo de tiempo
Se origina cuando una administración pública no es capaz de recaudar suficiente
dinero para afrontar sus gastos.
También se denomina déficit fiscal cuando una administración recibe menos dinero que
otra en función de lo que aporta (por ejemplo, entre una región y un Estado).
El término déficit fiscal refleja el estado en que se encuentran las finanzas públicas. Por
el contrario, cuando la administración pública recauda más que sus necesidades, se
dice que existe superávit fiscal.
Mientras que un superávit fiscal es generalmente bueno (no hay que detraer de la
economía privada más de lo necesario), el déficit fiscal puede ocasionar la falta de
liquidez y necesidad de financiación de los gastos presupuestarios, ya sea mediante
deuda (recurso más utilizado), como demorar los pagos, y en ocasiones, si la diferencia
entre ingresos y gastos es grande, una administración puede ir a la quiebra.
Una medida del déficit, se realiza mediante la contabilidad nacional que da la medida mas
exacta. Para medir su importancia en una economía se recurre a la ratio, que representa el
déficit sobre el PIB. Una medida exacta del déficit, es el déficit primario, que es superior al
déficit total.
La forma de paliar los déficits en las cuentas públicas de las administraciones es tres:
Incrementando ingresos para financiar los gastos.
Reduciendo gastos.
Una combinación
de ambas.
Los déficits fiscales a menudo son vistos como malas praxis en las administraciones
públicas, bien porque hayan gastado mucho o porque no tengan una política fiscal
eficiente para recaudar. Los déficits fiscales además de que suelen incrementar la deuda,
pueden incidir directamente sobre los ciudadanos, ya sea mediante recortes en
prestaciones y servicios públicos como en aumento de impuestos a las actividades
privadas.