El Arbitraje y Sus Caracteristicas

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Licenciatura En Finanzas

Estudiante: Vélez Cevallos Lorelin Nicole

Asignatura: Técnicas de negociación

Paralelo: FIN-SMA-8-1

Tema: El arbitraje y sus características

Docente: EC. Oscar Ibarra Carrera, MSC

GUAYAQUIL – ECUADOR
Contenido
Introducción................................................................................................................................. 3
El arbitraje y sus características ................................................................................................ 4
Bibliografía ................................................................................................................................ 11
Introducción

Muchos autores defienden el enfoque ganar-ganar en cualquier negociación,

mientras sus contenidos parecen enfocarse en tácticas manipuladoras y represivas no

propicias para un estilo cooperativo, e inconsistentes con el comportamiento interactivo

de muchos tipos de personalidad. Es necesario alentar el autoconocimiento dirigido para

construir estrategias negociadoras efectivas bajo un estilo personalizado de cada

protagonista que interviene en la escena. Para llevar a cabo una negociación efectiva,

debemos entender aspectos relacionados con el comportamiento y la comunicación del

ser humano.

Al respecto Bárbara Budjac (2011) indica que, debido a la naturaleza personal de

la negociación y la necesidad de interactuar con otras personas a la hora de negociar, el

primer paso para aprender a negociar efectivamente es ampliar el conocimiento que

tienen de sí mismos y de los demás y hacer hincapié en el arte de la persuasión, que es

el propósito primordial o esencial de la negociación.

En este sentido, se han venido imponiendo progresivamente una serie de

mecanismos conocidos como Procedimientos Alternativos de Resolución de Conflictos

(PARC), la mayoría de ellos fundamentados en formas de negociación directa o asistida

(mediación) o en el arbitraje, como forma de adjudicación por un tercero en donde las

partes tienen la oportunidad de fijar el procedimiento y las reglas aplicables a la

solución de diferencias.

La negociación tiene una importancia especial como proceso de decisión

interdependiente mediante el cual los resultados y las acciones de cada cual, dependen

no solo de sus preferencias y decisiones, sino también de lo que quiere y hace la otra

parte.
El arbitraje y sus características

Palabras como litigio, arbitraje o medición resultan difíciles de elegir cuando se

trata de buscar alternativas para la solución de un conflicto. A veces los negociadores

deben buscar sus propios métodos en lugar de elegir entre las opciones disponibles.

Cada conflicto cuenta con su propia historia y características particulares, las

cuales determinan la selección del proceso más adecuado para su resolución, ya que

cuando se comprende a cabalidad la naturaleza del conflicto, los negociadores pueden

proponer salidas y conducir a las partes a una solución de conveniencia recíproca.

A los negociadores les corresponde tratar una amplia gama de conflictos,

muchos de los cuales abarcan a personas ajenas al individuo o a la organización en la

que se gesta el mismo. Un agobiante y pesado proceso de litigio, seguido de un acuerdo

final entre las partes, no es la única respuesta a todas las disputas que puedan

presentarse.

La necesidad de encontrar el enfoque más adecuado en la selección de los

procesos a seguir para gestionar la solución de un conflicto no es tarea fácil; lo cual ha

dado origen a la disputa entre el tradicional litigio conducido por profesionales del

derecho y los medios alternativos de resolución de conflictos. Aquellos que optan por

los medios alternativos se enfrentan a su vez a otras dos alternativas: el arbitraje o la

mediación, existiendo valoraciones y críticas sobre cada uno de estos tienen que asumir

una posición objetiva que los hace dividirse en dos para servir a ambas partes; y por

otro lado se presume que los mediadores nunca son capaces de resolver los casos

difíciles.

No todas las disputas requieren de un proceso especialmente diseñado para

solucionarlas. La negociación eficaz de conflictos requiere de una toma de decisiones,


basada en un meticuloso análisis de las causas de origen y elementos que definen el

conflicto y los diferentes medios que se disponen para resolverlo.

Las negociaciones de conflictos deben, por lo general, enfrentar la realidad de

que el litigio siempre es una posibilidad disponible para las partes en conflicto. A fin de

que sea posible elaborar un proceso de negociación más adecuado, los negociadores

deben tener pleno conocimiento del proceso tradicional de litigio, los costos, ventajas y

desventajas que ofrece.

El proceso judicial ofrece medios eficaces para tratar algunos problemas, pero

los medios alternativos como la mediación o el arbitraje pueden ser también un

complemento del proceso de litigio formal, simplificando alguno de los asuntos en

disputa (Ertel, 1991).

Cuando el litigio no es la mejor vía de solución, las partes en conflicto tienen

dos alternativas para tratar de lograr una solución, las cuales difieren en su propósito y

mecanismos de aplicación; la mediación y el arbitraje.

La mediación consiste en un proceso de negociación asistida caracterizada por

la intervención de un tercero, imparcial, no involucrado con los intereses en conflicto,

con el fin de ayudar a las partes en el manejo de la resolución del conflicto para que

estas alcancen una solución aceptable para todas las partes (Alarcón, 2002).

La mediación es definida como una negociación asistida, en la que se trata de

gestionar el conflicto asistiendo a las partes, cuando estas no han encontrado una forma

directa de resolverlo; con la finalidad de que estas intenten un acuerdo que sea

recíprocamente aceptable y pueda darse por resuelto el conflicto. El mediador no pose la

autoridad para dar por culminado el proceso de negociación, por lo que debe aplicar
técnicas destinadas a superar las barreras de comunicación y poseer la habilidad para

poner en sintonía a las partes en conflicto.

Se caracteriza por ser un proceso voluntario, el cual se inicia y desarrolla

mediante la designación de un mediador con la aceptación de todas las partes

involucradas, sobre el cual descansa la responsabilidad de encauzar el conflicto hacia

una solución mutuamente satisfactoria; siendo el mediador designado un simple

interlocutor que trata de velar porque se cumplan las formalidades y procedimientos

aceptadas por las partes, quedando la resolución del conflicto en manos de estas.

La mediación es un resultado de la autodeterminación de las partes, el trabajo

conjunto de ellas será, en definitiva, el que permita llegar a un acuerdo, lo cual

dependerá de su voluntad para desarrollar un diálogo positivo y civilizado a través de la

figura del mediador; siendo éste un sujeto imparcial que, respetando la confidencialidad,

facilitará el camino para que a través de las partes exploren sin riesgos las opciones que

permitan satisfacer sus respectivos intereses.

Muchos conflictos nacen o subsisten porque las partes están convencidas de que

les asiste la razón y creen que podrán obtener el reconocimiento de sus derechos; o bien

porque se niegan a aceptar una opción que surja de la negociación. En estos casos, la

participación de un mediador como agente de la realidad puede ser beneficiosa.

Por otra parte, el arbitraje representa la otra alternativa para la resolución de

conflictos, el cual puede definirse como un método por el que una o más personas dan

solución a un conflicto planteado por otras que se comprometen previamente a aceptar

su decisión. Frente a la posibilidad de recurrir a un litigio, donde una autoridad judicial

imparta justicia; las partes en conflicto pueden asignar esta responsabilidad a una

determinada persona o institución para tratar de solucionarlo. En los casos de conflictos


manejados a través de procesos de arbitraje, los cuales en su mayoría responden a

conflictos de índole comercial o mercantil; el árbitro designado será el juez que dictará

la solución más apropiada al caso y su relación con las partes no será otra que la propia

voluntad de éstas de someter a su decisión el conflicto, apoyándose en un convenio

arbitral.

La solución de los problemas o litigios que se someten al proceso de arbitraje se

logra con mayor rapidez, mientras que una sentencia en procesos judiciales regulares

que depende de los juzgados o tribunales ordinarios, se logra después de trámites lentos

y complicados, lo cual obedece al carácter formalista del sistema judicial de cada país.

Las sentencias judiciales son dictadas luego de largos procesos y son

susceptibles de recursos y apelaciones ante los tribunales competentes; mientras que, en

el laudo arbitral, como resultado final o veredicto de un proceso de arbitraje, no se

concede recurso alguno en la mayoría de las legislaciones.

Otro aspecto que reviste gran importancia es que el proceso de arbitraje como

método alterno de resolución de conflictos, permite que el conflicto se mantenga en

reserva, evitando que se haga público, contrario a la publicidad otorgada a los juicios

legales, lo cual perjudica en gran medida la reputación de las partes, especialmente en

conflictos de índole comercial, pudiendo verse comprometida la confianza e imagen

ante clientes o consumidores.

El uso del arbitraje en la solución de conflictos mercantiles, es una de las

mejores herramientas para promover los intercambios comerciales y la actividad

económica, aunque suscite muchas veces la resistencia y rechazo de funcionarios

judiciales, por considerar el arbitraje y los tribunales como procesos jurídicos rivales, no

complementarios.
El arbitraje satisface una necesidad del comercio, el inversionista y el

importador o exportador, quienes están dispuestos a acudir a este medio de solución de

controversias para resolver sus disputas a través de un sistema ágil, rápido, con alta

especialidad técnica, llevado a cabo por personas e instituciones independientes que

tramitan y fallan con un gran sentido de equidad.

El arbitraje privado tiene hoy en día mucha aplicación en la vida de los

negocios. Su práctica corriente a través de las llamadas cláusulas arbitrales incluidas en

diversos tipos de contratos; permiten regular con cierta confianza y facilidad las

condiciones para establecer relaciones mercantiles que puedan estar sujetas en un futuro

a disputas que requieran de la intervención de un árbitro para conocer y resolver los

asuntos sometidos a su decisión y fallo.

El arbitraje parte del supuesto de una controversia entre partes de una relación

jurídica, generalmente contractual, que recurren a la decisión de un

tercero a quien dan el carácter de juez para que resuelva el conflicto o litigio, en

atención a que ese tercero les merece confianza por sus condiciones de honorabilidad,

rectitud e imparcialidad; representando uno de los métodos alternativos de resolución de

conflictos de mayor aplicación en el ámbito mercantil (Eyzaguirre, 2002).

El arbitraje internacional se ha institucionalizado a través de organizaciones

universalmente conocidas, estas grandes entidades de arbitraje internacional tienen sus

propios reglamentos de conciliación y arbitraje, los que, junto con la legislación

nacional, las cláusulas arbitrales, los tratados o convenciones sobre la materia y la

jurisprudencia surgida en los tribunales arbitrales, sirven de pilares para la eficacia y

validez de este método eficaz de resolución de conflictos.


Conclusión

Desde el origen, los seres humanos hemos estado siempre hablando sobre la paz,

a la par que deseándola. Sin embargo, la historia de la humanidad es, en gran parte, el

recuerdo de una larga sucesión de conflictos. De esta forma, analizar el impacto que las

técnicas de resolución pacífica de los conflictos provocan en la sociedad un tema de

especial interés para analizar y reflexionar.

Negociar consiste en tener la voluntad de encontrar una solución satisfactoria

para cada una de las partes afectadas. Es confrontar ideas y sentimientos para evitar que

las personas se enfrenten o continúen enfrentadas. Es una necesidad ante el surgimiento

de un conflicto entre dos partes, donde cada una tiene el poder, tanto de impedir que el

otro alcance sus objetivos, como de ayudarla a obtenerlos. Y estas situaciones nos las

encontramos en nuestra vida diaria a cada momento, explícita o implícitamente.

Al negociar, los agentes pretenden conseguir, mediante algún tipo de

procedimiento que puede ser tácito como concreto, reconocido como ignorado,

cualquier cosa mejor que aquello que cada uno podría obtener por su cuenta.

Entonces, las situaciones de negociación, son situaciones en las que nuestro

mejor resultado no depende únicamente de nuestras propias elecciones, sino también de

las elecciones de otra gente que persigue asimismo un objetivo propio y que también

depende de nosotros para obtenerlo. En el proceso de negociación, los actores intentan

resolver un conflicto a través de representantes que van modificando sus demandas con

la finalidad de llegar a un acuerdo aceptable para todos. No obstante, el supuesto previo

para el establecimiento de un proceso de negociación entre las partes en conflicto radica

en la motivación de estas para aceptar el proceso de negociación. La negociación es un

proceso que forma parte de nuestra vida cotidiana ya que se usa prácticamente para
todos los aspectos de nuestro día a día: el trabajo, las relaciones personales y también en

la resolución de conflictos internacionales. Las habilidades de negociación son

fundamentales para el desarrollo de la vida humana. El arte de negociar es un

instrumento fundamental para cualquier sociedad de cualquier época ya que sus

consecuencias afectan a las relaciones internacionales, políticas, económicas y sociales

de todos los países que participan en ellas.

Surgirán en la vida diaria diferentes conflictos que van a requerir del mejor

esfuerzo negociador para resolverlos; solo un enfoque moderno e integrador puede

otorgar la posibilidad de obtener un resultado adecuado para ambas partes; aun cuando

en ocasiones deba recurrirse al apoyo de un mediador o árbitro. Una buena planificación

del escenario, la experiencia y habilidad del negociador junto a una actitud de tolerancia

y flexibilidad, permitirá que pueda lograrse un acuerdo en el que todos ganen sin

sentirse derrotados.

La negociación es como un juego en el que no hay nada que quede al azar, no

existen oponentes ni apuestas, vencedores ni vencidos. Las partes en conflicto

interactúan, descubriendo sus diferencias e intereses y buscan lograr un acuerdo que

resuelva el conflicto y sea capaz de satisfacer las expectativas de quienes son sus

protagonistas (Mata, 2021).


Bibliografía
Mata. (2021). Obtenido de
https://journal.espe.edu.ec/ojs/index.php/Sigma/article/view/1917/1624

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